Los pingueros y sus clientes - Cuba Arqueológica
Los pingueros y sus clientes - Cuba Arqueológica
Los pingueros y sus clientes - Cuba Arqueológica
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
LOS PINGUEROS Y SUS CLIENTES<br />
Autor: Dr. Avelino Víctor Couceiro Rodríguez.<br />
Especialista en Estudios Culturales,<br />
Dirección Municipal de Cultura Plaza de la Revolución,<br />
Ciudad de La Habana.<br />
Investigador Titular.<br />
INTRODUCCIÓN:<br />
Un nuevo personaje se incorpora al complejo escenario cubano<br />
con el nuevo milenio: el “pinguero”, conformado ya desde el último<br />
lustro del siglo XX. Apenas se cuentan con monografías que aborden<br />
su estudio, lo cual no sólo se debe a su actualidad, sino a que<br />
resume en sí mismo varias de las esencias más marginadas y que<br />
con más prejuicio se asumen de la sociedad en que vivimos:<br />
prostitución, homosexualidad, comercio clandestino... Esta es la<br />
necesidad principal que estas páginas pretenden satisfacer, cuyos<br />
antecedentes se remontan a los (también muy insuficientes y no<br />
siempre bien tratados) estudios sobre homosexualidad, y aquellos<br />
otros sobre prostitución en <strong>Cuba</strong>, que aun no cuentan con una<br />
década y entre cuyos pioneros se encuentra el propio Autor de la<br />
presente, justamente en otro evento similar al que ahora nos<br />
presentamos, por el otrora Centro de Antropología hoy Instituto<br />
<strong>Cuba</strong>no de Antropología.<br />
Sin embargo, ninguno de tales antecedentes abordaba una<br />
monografía sobre los <strong>pingueros</strong>, y menos aun, incluían al cliente<br />
como objeto de estudio, excepto Couceiro, Hacia una Antropología<br />
Urbana cubana desde comunidades metropolitanas: estudio de caso,<br />
en que por demás, tales análisis se relacionan con otros muchos de<br />
igual interés para la Antropología Urbana. Se deduce de ello por<br />
tanto, la importancia y algunos de los aportes de esta monografía,<br />
así como su novedad científica en cuanto a un nuevo “tipo” social
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
como objeto de estudio, entendido integralmente en <strong>sus</strong> nexos<br />
propios. Es de suponer que este trabajo sea de interés no sólo a los<br />
antropólogos cubanos (Instituto <strong>Cuba</strong>no de Antropología e<br />
instituciones que han asumido su estudio, como las Universidades, el<br />
Centro Nacional de Superación del Ministerio de Cultura y al menos,<br />
el Provincial de Ciudad de La Habana; etc.) y de otros países, sino<br />
también a los estudiosos de la cultura sexual e instituciones como el<br />
CENESEX (Centro de Educación Sexual) y por supuesto, a los<br />
órganos encargados de la Prevención Social, incluidos los<br />
trabajadores sociales, nunca con fines represivos sino reflexivos y<br />
educativos para buscar soluciones a los problemas mayores por los<br />
que se desatan problemáticas como la que ahora nos ocupa.<br />
Concretamente el pinguero interesó desde <strong>sus</strong> inicios ya citados al<br />
presente autor (estudioso desde antes de la homosexualidad) por su<br />
impronta singular para este tema y otros que también trabajaba en<br />
tanto Antropología Urbana, como la prostitución, los negocios ilícitos,<br />
el comercio clandestino y las migraciones internas y externas, entre<br />
otras; pero desde el 2003 se ha centrado en su interés por su<br />
diversidad ya demostrada en <strong>sus</strong> estudios de campo previos, y con el<br />
predominio de métodos como la observación participante encubierta,<br />
historias de vida, comparativo y el analítico – sintético, ha<br />
incorporado asimismo <strong>sus</strong> <strong>clientes</strong>, al develar la urgencia de su<br />
estudio. Dada como situación problemática la falta de estudios sobre<br />
tal personaje y como objetivo general de la investigación cualificar<br />
los <strong>pingueros</strong> y <strong>sus</strong> <strong>clientes</strong>, se definieron como objetivos específicos<br />
valorar el contexto en que se explican incluidos <strong>sus</strong> antecedentes y<br />
marco teórico – conceptual y metodológico, diagnosticar los<br />
<strong>pingueros</strong> en su complejidad y finalmente, estimar la diversidad de<br />
<strong>clientes</strong> en su interacción e impronta para los <strong>pingueros</strong>, como su<br />
<strong>sus</strong>tento social y económico y contrapartida necesaria y dialéctica.
Se espera como resultado de esta monografía, generar una línea de<br />
investigación especializada, que bien lo merece y necesita.<br />
DESARROLLO:<br />
1. CONTEXTO:<br />
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
El contexto en el que han surgido los <strong>pingueros</strong> ha de<br />
caracterizarse, al menos, por la época, los espacios y el devenir<br />
previo y paralelo de las manifestaciones implícitas, en particular la<br />
prostitución y la homosexualidad; pero por razones metodológicas,<br />
tales aristas no deben entenderse al margen una de otra. Hemos de<br />
remitirnos al menos, en principio, al llamado “Período Especial” que<br />
identificó la última década del siglo XX, y lo que se ha considerado<br />
como su recuperación entre siglos al primer lustro del tercer milenio.<br />
Ya sin el apoyo económico y general del que se había erigido como<br />
“campo socialista”, <strong>Cuba</strong> se vio obligada a rectificar, o al menos,<br />
modificar, determinados aspectos de su vida económica y social<br />
general; algunos han sido tan difíciles y hasta traumáticos como la<br />
despenalización de una moneda hasta entonces prohibitiva y<br />
fuertemente perseguida, que ahora comenzaba a regir el comercio<br />
nacional, aun cuando no fuera la que perciben nuestros trabajadores<br />
sino obtenida muy mayoritariamente por las remesas y otros<br />
<strong>sus</strong>tentos desde el extranjero; pero otros fueron auténticos logros,<br />
como la apertura al menos supuesta y relativa a determinados<br />
aspectos de la sociedad cubana que antes, a nivel mundial,<br />
desdecían de las diversas conquistas del país en otras esferas: así<br />
por ejemplo, la religiosidad y la homosexualidad mal mirados, cuando<br />
no perseguidos, hasta entonces.<br />
Para entender el impacto de tales cambios habría que remitirnos a<br />
estudiar cómo, en una sociedad heterosexualista (totalmente vigente)<br />
la homosexualidad había logrado pervivir y desarrollarse<br />
clandestinamente: dos hombres desconocidos con motivaciones
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
amorosas (o al menos en principio, sexuales) entre sí, contactaban<br />
por el código de la mirada, que se mantiene tal vez más explícito hoy<br />
que antes por una relativa mayor liberalidad, a no confundirse con el<br />
liberalismo; 1 pero otros han caído en de<strong>sus</strong>o ante opciones que en el<br />
contexto contemporáneo, admiten ser más explícitas. 2<br />
Las dificultades para estas investigaciones se extienden al impacto<br />
con que la homofobia ha determinado a los propios investigadores, 3<br />
aun muchos que supuestamente, no se proyectan homofóbicos. Como<br />
otras áreas objeto de estudio cada una en su instrumental, esta exige<br />
del investigador profunda formación metodológica y rigor al combinar<br />
la observación participante con otros métodos y técnicas de<br />
investigación, y sistémicamente, valentía y solidez en su cultura<br />
integral, que lejos de mermar, fortalece y eleva el sistema de<br />
principios de cada cual, particularmente vulnerable en la sexualidad.<br />
La relación mismidad – otredad – alteridad, en su valor metodológico<br />
para el investigador, trasciende a la mera empatía personal y alcanza<br />
problemáticas y perspectivas mucho más universales. 4<br />
1 Comúnmente, los más conservadores, para justificarse, acusan de “liberalismo” a toda libertad<br />
trasgresora de <strong>sus</strong> estrechos cánones permisivos. En el tema que nos ocupa suele evidenciarse<br />
mucha homofobia también en este aspecto: la mirada de conquista que se admite entre hombre y<br />
mujer, la asumen como “liberalismo” si son ambos del mismo sexo, y acusan como “pérdida de<br />
valores” auténticas ganancias, tales como una pareja homosexual o interracial decidan convivir sin<br />
prejuicios.<br />
2 Así por ejemplo, hace apenas veinte años, mostrar la llave entre los dedos de la mano se<br />
interpretaba como tener un lugar donde ir a compartir, lo que nos remite a la difícil situación de<br />
vivienda y a la carencia de espacios (totalmente vigente) para estas necesidades, que la sociedad<br />
reprimía, y aun reprime. Otra forma de darse a conocer era tocándose de manera insinuada el<br />
pene a través del pantalón (o rozándose en ómnibus y otros pretextos de multitud) encuentros<br />
fortuitos en baños, playas, etc. que según el individuo lo hiciera más discreta o más groseramente,<br />
podía ser o no del agrado del otro sujeto, en dependencia por supuesto también de los gustos e<br />
inclinaciones de este otro sujeto.<br />
3 El investigador es fundamental de ser estudiado aunque su ego lo rechace, heredero de todos los<br />
prejuicios sociales, aun cuando su cientificidad haya logrado, o no, superarlos o al menos,<br />
recontextualizarlos: hay que estudiar la pervivencia de máximas populares según las que lo sexual<br />
era “lo peor”: “prefiero que mi hijo sea (delincuente) o (ladrón) o (asesino) antes que maricón”, y lo<br />
mismo con la sexualidad femenina, en tal caso “puta” o “tortillera”... (pero claro, primero puta que<br />
tortillera... y siempre bien discreta... que “más vale ser y no parecer, que parecer y no ser”) aunque<br />
cada vez se oye menos, afortunadamente, pues es cuestionable la moralidad sobre la que se<br />
levante toda sociedad, en que el crimen por excelencia, sea “el sexual”.<br />
4 En una correcta relación mismidad – otredad – alteridad, y si ciertamente el investigador carece<br />
de prejuicios homofóbicos, no le molesta en lo absoluto “ser confundido”, ni siquiera “ser tentado”
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
Es metodología de excepcional valor antropológico, estúdiese los<br />
grupos políticos o la religiosidad, la drogadicción o la sexualidad;<br />
pero cada una según su instrumental (no es igual riesgo ni “problema<br />
de principio” devenir drogadicto o colocar una bomba, que participar<br />
de un toque de santo o de una reunión) y sistema de principios y<br />
cultura del investigador. 5 Pero es “menos vergüenza” si se es<br />
apresado en una campaña anti drogas o contra los carteristas, 6 que<br />
en un hecho de “dudosa moralidad” (sobre entiende: sexual, a lo que<br />
en nuestras deformaciones culturales suele reducirse la moral) sobre<br />
todo en campañas homofóbicas, aun cuando salve (siempre<br />
relativamente) su situación personal como investigador, se le dé la<br />
oportunidad de expresar a todos su heterosexualidad “para que nadie<br />
dude” y desaproveche tan elocuente experiencia, desentendido<br />
además, y sobre todo “bien diferente” 7 (si es posible, hasta opuesto),<br />
de su objeto de estudio.<br />
Para muchos, es más reparable el “delito de robo” y hasta de<br />
asesinato, que el “¿delito? ¿pecado? de sexo”, lo que evidencia el<br />
substrato religiosista en ello; aun cuando para el propio Dante<br />
ni en tal caso, constituye un conflicto para él “acceder a la tentación”; al menos no debe ser peor<br />
que participar en un robo ni mucho menos, en un crimen, en dependencia de su sistema de<br />
valores, y como en toda observación participante, sólo ha de cuidar no perder la mayor objetividad<br />
científica posible, lo que sí le sería mucho más difícil de conservar en el caso del alcoholismo o de<br />
la drogadicción.<br />
5 Por ejemplo, su conflicto si es ambientalista ante un sacrificio religioso de animales, valorado<br />
entonces no como “matanza” sino “sacrificio”, y revalorado en <strong>sus</strong> raíces (hasta totémicas) y<br />
devenir, para su mejor comprensión cultural sin prejuicios.<br />
6 En nuestra cultura sexual tan lacerada tradicionalmente, hay quien acepta mejor convivir entre<br />
carteristas para investigarlos (incluso participar de <strong>sus</strong> atracos sin más escrúpulos por la víctima y<br />
tal vez hasta de un crimen) que en la vida homosexual. Sin dudas, qué mejor método para detectar<br />
las técnicas carteristas y prevenir a la sociedad de <strong>sus</strong> daños? Al margen de que en el sistema de<br />
principios del investigador pueda de alguna manera minimizar los daños sin menoscabo de <strong>sus</strong><br />
escrúpulos y valores morales, sin frustrar investigación tan necesaria.<br />
7 Con el prejuicio (aun cuando sea subconsciente) de la homosexualidad como algo negativo, hay<br />
quien trata de estudiarla desde el buró, o lo primero que enfatizan al llegar a los sujetos a estudiar,<br />
es la supuesta “diferencia”, palabra que se ha entronizado en el tema de la homosexualidad incluso<br />
<strong>sus</strong>tituyéndola (“homosexual” sigue siendo más cuestionadamente pronunciable en las tribunas<br />
públicas, incluso supuestamente anti homofóbicas) como para fortalecer tales diferencias<br />
(realmente bien polemizables y basadas, sobre todo en nuestra cultura occidental, en la Sagrada<br />
Familia) y como si “las diferencias” fueran esas, exclusivamente... cuando todas las personas por<br />
un motivo u otro son diferentes entre sí e incluso, consigo mismos.
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
Alighieri en El Infierno, entre los siglos XIII y XIV, a los pecados de<br />
lujuria se les destinaba el segundo círculo después del Limbo, esto<br />
es: eran los menos graves; peor se veía la gula, la avaricia, la<br />
violencia y lo peor era la traición... ¿Qué ha pasado desde entonces,<br />
que ya poco después, la lujuria era “purgada” con el crimen incluso,<br />
y el sistema moral en nuestra cultura occidental, ha sido<br />
absolutamente invertido?<br />
Limitaciones moralistas continúan afectando estos estudios y su<br />
propia promoción, incluso en las urgencias de lucha contra el SIDA.<br />
Aun hoy, en campañas tan avanzadas y necesarias como las que<br />
realiza el Proyecto Hombre – Sexo – Hombre en <strong>sus</strong> tantos radios de<br />
acción, exigen que si durante su promoción en pares algún sujeto se<br />
interesa por uno de los promotores, este debe ser <strong>sus</strong>tituido por el<br />
otro: no debe establecer ningún tipo de relación, aun cuando el<br />
interés sea recíproco; ni siquiera puede dejar abierta la opción de<br />
futuros contactos personales. ¿Acaso la mejor manera de enseñar el<br />
uso del condón, no es en la misma práctica? 8<br />
Las historias de vida y la observación participante <strong>sus</strong>tentan toda<br />
esta investigación, aunque normalmente los sujetos exigen el<br />
anonimato, lo cual deviene en sí mismo información a analizar.<br />
En tanto antecedente contextual para el tema que nos ocupa, el<br />
análisis de la problemática al aplicar estos métodos requiere como<br />
complemento esencial el estudio de la homosexualidad, la cual hoy<br />
se recontextualiza en el mundo, en <strong>Cuba</strong> y en particular, en los<br />
espacios urbanos que centraremos como objeto de estudio y donde<br />
han proliferado los <strong>pingueros</strong>, donde la novedad reina con su<br />
correspondiente impacto en el imaginario popular, que añade el<br />
8 Recuerda aquella ética que condena cualquier relación amorosa entre profesores y estudiantes, y<br />
similares... ¿Por qué? Es cierto que lo personal no puede afectar lo profesional... pero no se<br />
entiende el viceversa. Un buen profesional, lejos de dejarse afectar, podría potenciar más su obra<br />
en situaciones así.
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
morbo de la milenaria represión cuando de sexo se trata, aunque el<br />
sexo no implique exclusivamente morbo en sí (al menos no<br />
necesariamente en el sentido patológico que se le suele impregnar al<br />
vocablo “morbo”) ni sólo al sexo compete el morbo.<br />
Enfaticemos sexualidad más que homosexualidad, 9 puesto que la<br />
segunda está implícita en la primera, y a la postre, privilegiar el<br />
estudio de “lo homosexual” suele enmascarar homofobias al destacar<br />
siempre un “otro” que queremos distinguir muy bien de la mismidad.<br />
En tanto marginada, la homosexualidad requiere especificidades para<br />
lograr <strong>sus</strong> propios espacios, pero nunca será bien comprendida si se<br />
sigue aislando de la heterosexualidad, no menos afectada por el<br />
heterosexualismo y con <strong>sus</strong> propios códigos y problemáticas, al<br />
margen ya de la homofobia.<br />
La homosexualidad, en una sociedad heterosexualista en que<br />
despunta la homofobia en cualquiera de <strong>sus</strong> grados, requiere de <strong>sus</strong><br />
propios espacios si en verdad, hay voluntad política contra todo tipo<br />
de discriminación; pero cuando no los tienen, los buscan para<br />
pervivir en <strong>sus</strong> necesidades sexuales más elementales. Aquellos para<br />
conocerse suelen ser espacios bien céntricos donde más opciones<br />
hay y a la vez, para la satisfacción sexual clandestina, con cercanías<br />
lo suficientemente ocultas que les permitan pasar inadvertidos ante<br />
el resto del público al realizarse sexualmente. En el caso cubano, por<br />
supuesto, la capital, y dentro de ella las áreas más céntricas y<br />
puntos referenciales de primer valor: La Rampa y el área en torno al<br />
Capitolio, cercano a la Terminal Nacional de Ferrocarriles. 10<br />
9 Ante la dudosa definición entre opciones sexuales, es preferible no remitir homosexuales ni<br />
heterosexuales, sino tales instintos y necesidades como “homosexualidad”, la cual se ha<br />
marginado por definición en una sociedad educada y orientada en dogma heterosexualista desde<br />
finales del Medioevo, lejos del respeto al otro y a su intimidad. Sólo hoy revoluciona, contra el<br />
facilismo hipócrita de represión y autorrepresión. (Couceiro y Perera: ¿Cultura homosexual? 1998)<br />
10 Sucede que la capital fluctúa <strong>sus</strong> tradiciones en identidad con la mayor modernidad del país,<br />
donde se espera mayor aceptación o al menos tolerancia con respecto a todo “otro”, sobre todo en<br />
un caso como el cubano, conformado histórica y étnicamente por las más diversas otredades. No<br />
obstante, esto no sucede tanto así: al ser sede del poder y por ende, de la cultura nacional
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
En tales áreas, la homosexualidad hallaba previamente tímida<br />
imagen en áreas de prostíbulos y vida nocturna, y <strong>sus</strong> inmediaciones<br />
como las calles Prado u Obispo, o Parque Central o el de La<br />
Fraternidad; o el Club 21 (y N), El Gato Tuerto o Amanecer, todos<br />
ellos en La Rampa, y ya en el inmediato Vedado y en distintos<br />
momentos, El Karachi o El Atelier, o la Casa del Té de G y 23… Y<br />
sobre todo, en la heladería más importante del país Coppelia, desde<br />
su fundación en 1966, 11 con <strong>sus</strong> luego “tendederas”; 12 nótese que en<br />
este segundo bloque, la mayoría anuncian y/o fomentan La Rampa.<br />
Ha de entenderse que tales espacios, aun cuando en algún momento<br />
tiendan a enquistarse y marginarse como ghettos, es una necesidad<br />
mientras públicamente no se acepte como natural dentro del mismo<br />
sexo, la invitación, el beso, las caricias y toda otra expresión<br />
heterosexual aceptada socialmente en los espacios públicos, con<br />
muchas más y mejores opciones para desarrollar su sexualidad en la<br />
sociedad en que vivimos y aun con todas <strong>sus</strong> limitaciones<br />
compartidas, pero empeoradas a la homosexualidad.<br />
La Rampa y el barrio del Coppelia casi desde <strong>sus</strong> orígenes, por su<br />
céntrica y atractiva posición en la capital como punto referencial y<br />
por <strong>sus</strong> otros valores e impacto social de todo tipo, se han<br />
esquematizado en el imaginario popular como focos de reunión de<br />
todos los extremos, espacio de encuentro (casi obligado) para todo<br />
impuesta, y objeto de migración de lo mejor, pero también de lo peor y más retrógrado (sobre todo<br />
escaladores) de todo el país, a menudo en todas las épocas, las más avanzadas tendencias han<br />
tenido que entrar por otros lugares del país antes de enraizarse en La Habana.<br />
11 Momento en que en <strong>Cuba</strong> mermaban ostensiblemente las opciones de todo tipo, sobre todo<br />
gastronómicas, Coppelia se erige incluso como “la gran salida para una noche de sábado”,<br />
entonces abierto (como tantos otros centros) 24 horas diarias siete días a la semana, al ritmo<br />
enriquecedor de la patrimonial vida nocturna local.<br />
12 Así llamadas popularmente <strong>sus</strong> cercas metálicas que guardan <strong>sus</strong> áreas verdes, al recostarse –<br />
“tenderse” – sobre ellas toda la población que espera ómnibus o su turno para entrar a tomar<br />
helado en las interminables y casi históricas y ya hasta pintorescas colas ya tradicionales, y<br />
también por supuesto los que simplemente pasean, toman fresco, conversan... y/o buscan pareja o<br />
dicho popularmente, “fletean” (flirt, transculturado como “flete”) que deviene interés directo al objeto<br />
de estudio que ahora nos ocupa, en tanto modo de contactar unos con otros. Hoy se les llama,<br />
“cazadores”, “vampiros”, etc.
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
visitante a La Habana, similar al papel que el Capitolio desempeña<br />
en Centro Habana: el “guajiro” (más que el campesino) que aquí<br />
pretende mostrar <strong>sus</strong> mejores prendas, al punto del desentono,<br />
incluidos entre ellos aunque no exclusivamente, quienes ahora llegan<br />
como <strong>pingueros</strong>, lo que apunta al carácter sistémico de este análisis;<br />
el “cheo” más “cheo”, el pepillo más pepillo, el intelectual más<br />
intelectualoide, el artista más excéntrico, y el homosexual más<br />
“ostentoso”, condición que para ser manejada en el imaginario<br />
popular, ha bastado (simplista y peligrosamente) su nivel de<br />
amaneramiento.<br />
En todos los casos y en particular, en la homosexualidad, tal<br />
arraigo en el imaginario popular ha propiciado graves equívocos. Las<br />
necesidades homosexuales requieren de su propio espacio urbano de<br />
comunicación, que se agencian por sí mismos al carecer de<br />
instituciones y comunidades que disminuirían los equívocos, aun<br />
cuando puedan incubar nuevas formas de marginación.<br />
Así por ejemplo, las históricas (e histéricas) 13 oleadas homofóbicas<br />
casi por definición han dirigido <strong>sus</strong> dudosos “campos de batalla”<br />
contra el visitante a Coppelia, donde también arremetieron en su<br />
momento contra los “peludos” y los “pantalones apretados” a<br />
confundirlos como homosexuales, así como contra las minifaldas<br />
sobre todo en las escuelas y la calle, como antes se veía mal a mujer<br />
en pantalones (al equívoco por “marimacha”) y más reciente, el<br />
hombre en short (acusado de homosexual), lo que evidencia la<br />
supuesta paradoja del perenne prejuicio y rechazo reaccionario (más<br />
que tradicionalista y conservador) contra lo nuevo, en esta<br />
comunidad donde la modernidad ha sido constante identidad<br />
tradicional, y por tanto ha sido espacio de continuas luchas al<br />
13 En otra aparente paradoja, la homofobia se burla del homosexual y para ridiculizarlo, le atribuye<br />
(entre otras acusaciones dogmatizadas) histeria; sin embargo, el histerismo de los homofóbicos<br />
resulta proverbial y altamente sospechoso de su propia psiquis sexual, como se demuestra en las<br />
redadas citadas.
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
respecto; esto es, no exclusivamente se ha agredido a<br />
homosexuales.<br />
En los tristes años de la U.M.A.P. (Unidades Militares de Ayuda a<br />
la Producción, lustro previo a 1970), la condena explícita en el<br />
Congreso de Educación y Cultura de 1971, y aún en 1980 con los<br />
sucesos del Mariel, el slogan “Que se vaya la escoria... Que se<br />
vayan los homosexuales”, al igual que otros grupos sociales como<br />
los rockeros y más recientemente los “free kiss”, tampoco con mucho<br />
mejor suerte, la homosexualidad buscaba refugio y lugares de<br />
encuentros (siempre desplazados) en los parques cercanos, como el<br />
Víctor Hugo en H y 21 y el parque Menocal hoy John Lennon en 17 y<br />
6, aledaño al Atelier.<br />
Era innegable e inevitable el impacto en <strong>Cuba</strong> de una nueva<br />
cultura universal mucho más avanzada y desprejuiciada con respecto<br />
a la homosexualidad y en general, contra los tabúes sexuales de<br />
todo tipo, acompañado de severas críticas extranjeras de todo<br />
visitante al país no sólo homosexual, sino anti homofóbico en<br />
general; protagonismo en ello tuvieron los espacios internacionales<br />
generados por el Festival Internacional del Nuevo Cine<br />
Latinoamericano, el Festival Internacional de Teatro de La Habana y<br />
las Bienales de Artes Plásticas de La Habana, entre otros, donde la<br />
censura no cabía sin detrimento de nuestra vocación democrática y<br />
contra toda marginación por la justicia social, al margen de que aun<br />
hoy tales muestras carecen del espacio necesario en la TV ni a<br />
sistematizar el resto del año en nuestras propias salas.<br />
Ya a partir de 1986 paulatinamente, y desde Vilma Espín y la<br />
Federación de Mujeres <strong>Cuba</strong>nas (al margen de que la sexualidad sea<br />
un tema mucho más allá de la relación de géneros, que en sí misma<br />
no puede quedar limitada a dicha asociación femenina, si bien hay<br />
que reconocerle que nunca ha sido exclusivista ni estrechamente
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
feminista) que atendían organizaciones gay – lésbicas que visitaban<br />
<strong>Cuba</strong> en conversaciones con el mayor carácter oficial posible,<br />
comienzan algunas modificaciones al respecto con nuevos puntos de<br />
vista desde la oficialidad cubana, lo que propició el documental Gay<br />
<strong>Cuba</strong>, 14 en que se condenan los momentos en que eran<br />
prácticamente expulsados del país al menos por hostigamiento, y<br />
también actualizaba cuando grupos homosexuales cubanos trataron<br />
de desfilar como tales en un 1ero. De Mayo junto al resto de los<br />
trabajadores cubanos. 15<br />
Una nueva cultura superior era inevitable y arrolladora: la escena<br />
cubana incluye los primeros desnudos masculinos: El Maestro de<br />
Margarita en el Teatro Mella, Cuentos del Decamerón en el Teatro El<br />
Sótano, y ya con alusiones y de inmediato tema y ambiente<br />
propiamente homosexual, se destaca el grupo de teatro El Público<br />
con su obra homónima a partir del original de García Lorca en el<br />
Teatro Hubert de Blanck y luego en el cine teatro Trianon y<br />
previamente, su trilogía de teatro norteamericano en el Teatro<br />
Nacional; el pinguero y el policía han llegado a ser tema en el teatro<br />
de Abel González Melo: Por Gusto, y otras. Hay ejemplos danzarios y<br />
sobre todo, literarios, hasta con cierto nivel de publicación; en las<br />
artes plásticas, Rocío García y Lino Fernández García, entre otros, y<br />
en la música canciones como la de Pablito Milanés y la de Pedro Luis<br />
Ferrer... la Asociación de Jóvenes Artistas de <strong>Cuba</strong> Hermanos Saíz<br />
propicia la I, II y III Jornadas de Arte Homoerótico entre 1998 y el<br />
2000 en su espacio La Madriguera en la Quinta de los Molinos.<br />
14 De producción norteamericana filmado sobre una parte de esta realidad en aquella <strong>Cuba</strong>, su<br />
exhibición, si como tal puede considerarse en <strong>Cuba</strong>, ha sido extremadamente limitada y menos<br />
aun promovida aun hasta la actualidad. El público cubano aun lo ignora casi absolutamente.<br />
15 Por supuesto que cabría preguntarnos, por qué como “trabajadores” y sobre todo, segregados<br />
como si fueran otros sindicatos? Claro, tal vez la misma pregunta cabría para otros sectores. Eran<br />
años también en que las leyes, aun dentro de determinados marcos, autorizaban la opción de<br />
asociarse según los distintos intereses sociales.
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
Particularmente la producción televisiva e incluso radial cubana,<br />
desde el último lustro del siglo XX (lamentable que haya tenido que<br />
ocurrir la hecatombe del SIDA para solventar esta deuda con la<br />
justicia social) y sobre todo en el tercer milenio, ha incorporado la<br />
temática, pero demasiado tímidamente y no siempre logra contener<br />
submensajes homofóbicos muy peligrosos. Similar ocurre con las<br />
artes cinematográficas, aunque estas han logrado mejores<br />
exponentes audiovisuales con Vídeo de Familia, Suite Habana,<br />
Habana Libre y otros normalmente con muy escasa promoción,<br />
paralelo a filmes y algunas excelentes producciones televisivas<br />
extranjeras exhibidas en la televisión cubana, que por esta<br />
promoción mucho mayor y de gran valor comunicativo para nuestro<br />
pueblo, han sido sin dudas protagonistas decisivos para esta cultura<br />
superior. Son sólo algunos ejemplos, aunque pioneros y cimeros al<br />
mismo tiempo.<br />
No por casualidad el filme Fresa y Chocolate (1994, el primero<br />
cubano en explicitar un personaje homosexual y los prejuicios contra<br />
el mismo) otorga a Coppelia un protagonismo como espacio público,<br />
reconocida luego en las versiones teatrales como “La Catedral del<br />
Helado”. Aun antes, el 5 de mayo de 1993, el III Simposio Territorial<br />
de Estudios Culturales Plaza de la Revolución incluyó por primera<br />
vez en <strong>Cuba</strong> como objeto de interés a los estudios culturales, entre<br />
<strong>sus</strong> ponencias y debates, un trabajo a propósito de la<br />
homosexualidad, aunque enfocada confusa y muy tardía y hasta<br />
reaccionariamente en su etiología como si de una enfermedad se<br />
tratara; pero en evento, ambiente y tribunal tan avanzados que<br />
resulta un aporte insoslayable en el tema que nos ocupa, si bien los<br />
medios no le dieron toda la promoción que merecía, justo por su<br />
alcance y los tantos dogmas que rompía.<br />
A pesar de lo obvio del fenómeno, abundan aun los prejuicios<br />
contra el tema en los espacios públicos, incluso académicos y
supuestamente científicos, al menos para un mayor impacto cultural y<br />
social general. Recordemos las muy polemizables condenas<br />
supuestamente profesionales contra el filme peruano No se lo digas a<br />
nadie que profundiza en la realidad más generalizada de la<br />
homosexualidad: la de la hipocresía “dentro del closet”.<br />
Aun no se aceptaba o se desestimulaba como tema en estudios de<br />
grado universitarios donde aun Oscar Wilde y otros eran prohibidos,<br />
y en la primera remesa de maestrantes en Antropología pudo aflorar<br />
sólo como trabajo de curso del módulo de Antropología Económica<br />
(Couceiro, 1996) y de donde el mismo Autor lograría que la IV<br />
Conferenia Internacional de Antropología en 1998, por el entonces<br />
Centro de Antropología y la Academia de Ciencias de <strong>Cuba</strong>, le<br />
abriera el espacio para su trabajo ¿Cultura Homosexual? (Couceiro y<br />
Perera, 1997) que escogería la revista Temas para su publicación. 16<br />
Pero este mismo trabajo entonces (y otros ulteriores sobre la misma<br />
temática) tampoco fue aceptado en los Simposios de la Ciudad donde<br />
tuvo que develar sin embargo, veladas homofobias. 17 Finalmente,<br />
quedaría la temática explícita mediante la felizmente aceptada y<br />
luego premiada primera experiencia para una Antropología Urbana<br />
cubana. 18<br />
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
Otro tanto acontecía en la Escuela del Partido Ñico López donde<br />
había sido propuesta de un grupo heterosexual pero inquieto e<br />
16 Donde antes se había publicado la temática por autoras norteamericanas pero era importante el<br />
discurso desde la voz nacional; no obstante, este trabajo aun no ha visto la luz aunque sí fue<br />
tramitado para la Biblioteca Científico – Técnica de la Academia de Ciencias de <strong>Cuba</strong>, por<br />
supuesto, con mucho menor alcance en su impacto social.<br />
17 En el mismo evento, una ponencia de una profesora de la Escuela de Ballet se afanaba por<br />
demostrar que el bailarín cubano no era homosexual y “se fajaba” en las esquinas si así lo<br />
ofendían, afán donde la homofobia conciente o inconsciente (al margen de desviar la verdadera<br />
función social de tan insigne institución de la cultura cubana, sin el menor prejuicio) es evidente.<br />
18 No obstante aun duerme en espera desde el año 2000 para su publicación por la Fundación<br />
Fernando Ortiz que actualmente la está editando.
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
interesado en la temática sin prejuicios, 19 no obstante de este mismo<br />
contexto político se publica el primer libro cubano al respecto (Pérez<br />
Cruz, 1999) 20 Muchos otros espacios se mantienen cerrados a estos<br />
temas, pero otros pocos se han ido abriendo y en el 2006, el III<br />
Simposio Emilio Roig de Leuchsenring, de la Unión de Historiadores<br />
de <strong>Cuba</strong> de la Ciudad de La Habana, lo acoge (Couceiro, 2006b) y se<br />
prepara el actual para el Simposio del Centro de Antropología. Ya es<br />
un tema mucho más aceptado como Tesis de Grado e incluso Tesina<br />
de Diplomado (Couceiro, 2006a) aunque desigual por Universidades<br />
del país y otros contextos, 21 y se han logrado espacios aislados de<br />
escaso impacto social por su propio alcance, como en Catauro,<br />
Revista <strong>Cuba</strong>na de Antropología y un Premio Casa de las Américas<br />
2005. Aun dentro de los círculos académicos (y otros) imperan<br />
prejuicios inconfesos al aceptar o no un trabajo de esta índole en<br />
19 Rolando Esteban Jaime Rodríguez y col.; Jaime era a la sazón, periodista en Prensa Latina que<br />
atendía Asia, y poco después obtendría el Premio en Cuento de Radio Francia Internacional.<br />
Desde enero de 1997 vive en Miami, EUA.<br />
20 A polemizar, en tanto no rebasa actitudes heterosexualistas y en cierta medida, paternalistas; así<br />
por ejemplo, la reproducción de ninguna sociedad peligra porque se hable (¿promueva? No es<br />
exactamente lo mismo) de la homosexualidad, y se defiendan <strong>sus</strong> derechos igual a la<br />
heterosexualidad; está demostrado históricamente. No por ello este libro deja de ser un clásico<br />
indispensable a analizar en todo decurso al respecto, mientras mostraba una imagen oficial mucho<br />
más avanzada al tema.<br />
21 En algunos círculos universitarios y otras instituciones educacionales del país, de Salud Pública<br />
y otros, sigue siendo francamente hostigado por personas que desmeritan con ello a <strong>sus</strong><br />
respectivas instituciones. A inicios del 2004, el contacto anal de un joven profesor del Cotorro fue<br />
revelado por su médico a la directora del plantel, que por ello lo obligó a cambiarse de trabajo por<br />
no ser “un buen ejemplo” para <strong>sus</strong> estudiantes; en el verano del 2006, un enfermero matancero en<br />
misión con los extranjeros, a pesar de su alta calidad, fue conminado a retirarse por homosexual en<br />
Jagüey Grande, y poco antes el Presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) de la<br />
Universidad Agraria de La Habana fue “sorprendido” y también, chantajeado prácticamente a<br />
retirarse del cargo; en la misma institución, es ahora que una estudiante que pasa a 4to. Año está<br />
estudiando la temática en Bauta, y un recién graduado la incluyó implícitamente en su Tesis de<br />
Grado sobre el erotismo en las artes plásticas en la provincia. Una profesora de Derecho en la<br />
Universidad de La Habana aclaraba al aula que trataba a todos, pero a las lesbianas siempre<br />
públicamente para no ser confundida, abiertamente opuesta a la adopción de niños por parejas<br />
homosexuales, y un fiscal del municipio Playa condenaba la telenovela cubana por haber escogido<br />
a un abogado para encarnar al homosexual; títulos personales todos que afectan la imagen<br />
institucional y social general, aunque no se puede dejar de reconocer tampoco actitudes aun más<br />
dañinas como las riadas policiales que persisten aunque más esporádicas, entre las que destacó la<br />
tristemente célebre “Operación Dignidad” en el 2005, y un cuestionamiento atemorizante de<br />
presión sicológica con su sola presencia inquisidora en los “espacios”, que sí se mantiene casi<br />
cotidiano y constante.
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
dependencia de la imagen hétero u homosexual del autor, y por otra<br />
parte, siempre al valorarse el tema en otros momentos históricos, es<br />
mejor aceptado que en la tan difícil y polémica actualidad; signos<br />
inequívocos de homofobia.<br />
El sexismo imperante incide también para la homosexualidad: en<br />
los espacios urbanos antes referidos, se revelan los códigos secretos<br />
de lo mejor y lo peor no sólo de la homosexualidad, sino de toda la<br />
diversidad humana que las frecuenta por <strong>sus</strong> atractivos recreativos y<br />
culturales en general. Pero en el imaginario popular, esta<br />
homosexualidad es fundamentalmente masculina y confundida con el<br />
amaneramiento, transvestismo y transexualismo, por esquemas<br />
simplistas y peyorativos. La reconoce más fácil en un joven blanco:<br />
el negro ha de lindar lo grotesco para ser reconocido, y en la mujer<br />
se fijan menos y se interpreta como fortaleza de carácter.<br />
El machismo educa que el hombre es para la calle y sin mayores<br />
emociones ni menos aun estabilidad ni igual concepto ni deber de<br />
fidelidad, lo educa incluso en los prostíbulos; en cambio la mujer,<br />
(como si las prostitutas no fueran también mujeres) es relegada a la<br />
casa y a soportar en la máxima pasividad, estabilidad y fidelidad<br />
obligadas, todo lo que el marido decida. 22 Además, determinados<br />
contextos como el militarismo tienden a ser menos agresivos contra<br />
la homosexualidad femenina. 23 Se verifica entonces la teoría del<br />
“marginador marginado” que he trabajado en textos previos, 24<br />
22 Por ello, las parejas femeninas suelen ser más estables y caseras, menos rebeldes y por tanto,<br />
menos ostentosas, salvo excepciones, dadas bien por errada ansia de masculinidad o por<br />
principios o temperamento, en el mejor o peor sentido.<br />
23 De ahí que suelen preferir interpretarla como “fortaleza de carácter”, quizás con ¿buenas?<br />
Intenciones… lo que en realidad, en tanto dogma y conflicto de identidad, no es posible sostener<br />
seriamente.<br />
24 Couceiro, Ciencia y Comunidad...2005. Normalmente, no todo “marginador” lo es. En este caso<br />
concreto del sexismo, no todo hombre margina a la mujer, pero se entiende que la marginada es<br />
ella siempre, por definición; en tanto sexo marginador, todo hombre queda vetado de espacios que<br />
son supuestamente femeninos. Esto es: la marginación a la mujer es impuesta también a los<br />
hombres, en uno u otro sentido. Todo “grupo marginador” pretende homogeneizarse cual tal y<br />
absolutiza reglas dictatoriales que limitan a <strong>sus</strong> propios miembros, muchos de los cuales no
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
mientras se esconden así otros espacios urbanos de<br />
homosexualidad…<br />
<strong>Los</strong> baños públicos generan ambientaciones homoeróticas y hasta<br />
pornográficas, con los letreros y gráficas sobre todo en paredes y<br />
puertas, dignos de una monografía que también refleja la homofobia.<br />
Tal ambiente no es el más adecuado para una relación amorosa y son<br />
agredidos entonces con el polemizable concepto de la promiscuidad 25<br />
en un contexto en sí agresivo. 26 Pero es el contexto al que queda<br />
confinada (y casi siempre, ultimada) la homosexualidad frente a<br />
tantos prejuicios, las dificultades de vivienda y los alquileres<br />
inaccesibles, 27 y donde no es extraño encontrar, como en otros de<br />
comparten marginar “al otro”, pero aun cuando lo compartan, quedan muy limitados. A la postre,<br />
todos estos hombres “marginadores” o que se dejan imponer tales “marginaciones machistas”,<br />
devienen grandes e inobjetables dependientes de alguna mujer para vivir, al margen de toda<br />
relación afectiva.<br />
25 “Promiscuos” llamaron los colonizadores a los pueblos cuya cultura sexual (aun) no estaba<br />
minada de <strong>sus</strong> frustraciones e hipocresías morales de todo tipo; cabría analizar quién portaba en<br />
realidad la promiscuidad (por no ir más allá de la promiscuidad sexual) acorde a <strong>sus</strong> propias<br />
normas morales que traicionaban de manera cotidiana. El simplismo (y la maldad en tanto<br />
imposición excluyente agresiva) de la “lógica” social heterosexualista machista establece que el<br />
hombre heterosexual mientras más parejas femeninas tenga, es más exitoso, educado para ser un<br />
“pipi riqui” o como también se le llama, “pinga dulce”, en franco falismo en nuestra cultura que<br />
paradójicamente cultiva el propio macho heterosexual, intrínseco al debate que sostenemos; la<br />
mujer heterosexual, en cambio, mientras más parejas masculinas tenga... es más inmoral, más<br />
“puta”, con toda la carga peyorativa de tal vocablo, y ningún hombre “bien” debe escogerla, al<br />
menos nunca seriamente; el hombre homosexual, mientras más parejas masculinas tenga... es<br />
más promiscuo. Y de la mujer lesbiana... ni se habla, como si no se concibiera, lindando entre el<br />
“éxito macho” al que (equivocadamente) se supone que aspire, o la promiscuidad y la prostitución.<br />
Como reza la sabiduría popular, “lo que importa no es lo que se haga, sino quien lo haga”... por<br />
supuesto, en una muy dudosa moral impuesta.<br />
26 Es realmente cruel y profundamente reaccionario hasta un cinismo que desdice de humanidad,<br />
que no solamente educamos al varón al cambio frecuente de pareja, y en el caso homosexual le<br />
privamos de las más elementales condiciones de realización existencial incluso, la familia suele<br />
agredirle y desestabilizarle toda pareja (si bien es difícil para todos lograr una buena pareja, por lo<br />
que exige de compatibilidad, gustos, caracteres, etc. mucho más difícil es para la homosexualidad,<br />
por los impedimentos lógicos de conocerse en una sociedad heterosexualista y pro – homofóbica)<br />
sin hogar para ello casi nunca y sin espacios urbanos, quedan por supuesto mucho más<br />
vulnerables al SIDA y otras enfermedades similares, y lo peor es que cuando enferman, vuelven a<br />
ser acusados y culpados en su desgracia, ahora por “promiscuos”.<br />
27 También incide el papel de vigilantes de la moral pública al que se consideran elegidos muchos<br />
cuidadores de baño e instituciones de alguna manera involucradas, a menudo por directiva de la<br />
administración y el escaso nivel, hasta la continua impertinencia contra todo usuario, cuya<br />
privacidad invaden una y otra vez en plena satisfacción de otras necesidades fisiológicas. Como no<br />
es de extrañar, muchos de estos represores abusan de la vulnerabilidad a que la marginación<br />
somete a estas necesidades en su falta de espacios y proponen o propician ser sobornados a
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
estos espacios que asume la homosexualidad, algún que otro<br />
pinguero.<br />
Con menos impacto urbano pero más plenos, las más oscuras<br />
lunetas en los cines asumen toda opción sexual, a donde también<br />
llegan quienes los persiguen para castigarlos mucho más<br />
severamente que a los heterosexuales por el mismo acto y en el<br />
mismo lugar, aunque con muchos más espacios. No es de extrañar<br />
cuando se descubren entre los perseguidores homosexuales de<br />
ambos sexos que así desvían la atención de sí mismos sin el menor<br />
escrúpulo; 28 lamentables equívocos hasta el escándalo público en<br />
baños, cines y otros lugares, muestran el curioso malestar de las<br />
“víctimas de moral ofendida” que se regodean ante un supuesto<br />
agravio que no suele trascender al imaginario popular por la<br />
ambientación creada y el morbo homofóbico. 29<br />
Movidos por necesidades homosexuales de espacio urbano,<br />
acuden al Bosque de la Habana y el Parque Almendares, la Quinta de<br />
los Molinos, 30 el entorno del Castillo del Príncipe y la Feria de la<br />
Juventud, el Parque Forestal e incluso, la Necrópolis Cristóbal<br />
manera de chantaje, bien sea para no perjudicarlos más allá o incluso, para “hacerse los de la vista<br />
gorda” y dejarles unos minutos de su necesario placer. Sumemos las diversas actitudes extensibles<br />
a otros contextos e incluso, a la bisexualidad, así como la diversidad de rasgos homofóbicos que<br />
persisten.<br />
28 El refrán popular “no hay peor astilla que la del propio palo” podemos extenderlo a todos los<br />
grupos marginados en cualquier contexto, lo que claro está, los hace mucho más vulnerables aun.<br />
29 Sin más vergüenza exponen ante la comunidad una simple “duda de su hombría” que, de todas<br />
formas, saben que en un entorno heterosexualista ganarán al ratificarse como “machos”… más allá<br />
de toda otra verdad.<br />
30 En la Quinta de los Molinos, a pesar de <strong>sus</strong> altos valores patrimoniales diversos, su<br />
depauperación entre siglos es tal (ha afectado al Museo Histórico Municipal Máximo Gómez, al<br />
extremo de cerrarlo) que popularmente se ha conocido ya hacia el 2005 como “cementerio de<br />
perros”, pues allí se han tirado los cuerpos de los animales muertos (propiciado en este caso al<br />
frente por el único centro de medicina animal de la ciudad, la Escuela de Veterinaria, sin una<br />
coordinación para viabilizar mejores soluciones para dichos cadáveres; centro que por otra parte,<br />
requiere de ser multiplicado por todas las comunidades capitalinas, pues tales necesidades son en<br />
extremo difíciles casi hasta lo imposible de resolverse desde casi toda la ciudad excepto <strong>sus</strong><br />
propias inmediaciones, por la gran dificultad del transporte, peor aun con animales a atenderse<br />
clínicamente) así como cartuchos con heces fecales y todo tipo de desecho.
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
Colón. 31 No son estos <strong>sus</strong> únicos contextos: así por ejemplo, en las<br />
propicias áreas playeras, tradicionales han sido El Chivo 32 y Mi<br />
Cayito al este, y al oeste, el Tritón.<br />
En todo ello, siempre es mucho menos reprimida la<br />
heterosexualidad que, con muchas más opciones de privacidad, son<br />
mucho menos cuestionados cuando acuden a lugares semejantes y<br />
en parques no necesariamente nocturnos, abusados asimismo como<br />
urinarios públicos a toda hora y sin rubor de nadie.<br />
Nótese que generalmente son lugares relegados al abandono, que<br />
la homosexualidad intenta (aun hostigados por policías, delincuentes,<br />
homofóbicos y enfermedades de transmisión sexual) copar al menos<br />
por minutos como <strong>sus</strong> necesarios espacios, de los que carecen, lo<br />
cual es deplorable tanto por la marginación que implica contra la<br />
homosexualidad, como por el abandono (otra forma de marginalidad,<br />
ahora entre espacios urbanos) a que están sometidas las áreas<br />
citadas.<br />
En cuanto a la diversidad de la homofobia, el hombre se “justifica”<br />
por estar más habituado a la calle y a <strong>sus</strong> expresiones públicas, y<br />
muestra más su homofobia contra los varones homosexuales para<br />
“evitar confusiones” de su imagen pública (el “qué dirán”) y que un<br />
hombre heterosexual “civilizado” le es más fácil serlo con lesbianas<br />
que con varones homosexuales, de la misma manera que a una mujer<br />
heterosexual “civilizada” le es más fácil serlo con varones<br />
homosexuales que con lesbianas, siempre por el riesgo social que se<br />
corre con el comentario del “qué dirán”, que suele pesar mucho más<br />
31 Con toda la vulnerabilidad que de ello deriva a expensas de todo tipo de delincuencia de alta<br />
peligrosidad, y por toda la inestabilidad social consecuente de la marginación y el sexo secreto y<br />
perseguido y sin condiciones, que adjunto a la educación machista de inestabilidad de parejas sin<br />
concepto de emociones y fidelidad del varón, inestabilidad potenciada aun más al darse la relación<br />
entre hombres y que deviene pasto fértil para el SIDA y otras enfermedades de transmisión<br />
sexual... y no sólo sexual.<br />
32 Ya en la tercera década del siglo XX, un escándalo de la violación de un cadete por colegas<br />
suyos en la playa del Chivo fue motivo para una película silente que nunca sobrevivió a la censura.
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
que la homofobia en sí. Particular interés ofrece el disfrute que<br />
hombres (supuestamente) heterosexuales hacen de la<br />
homosexualidad femenina, puesto que también ocurre con mujeres<br />
(supuestamente) heterosexuales con la homosexualidad masculina,<br />
pero en estos últimos casos, ellas no suelen alardear de su imagen<br />
homofóbica excepto, ocasionalmente al menos, contra las lesbianas,<br />
y se fundamentan en que los hombres heterosexuales no saben (o no<br />
se preocupan por) satisfacerlas, quizás en inconsciente venganza de<br />
la redención que ha logrado la mujer en la cultura occidental, en su<br />
lucha por la igualdad; lo que también ha sido argumento del<br />
incremento de las relaciones lésbicas en estas áreas del mundo. En<br />
el contexto digital, dado el anonimato, la homosexualidad se realiza<br />
más pero también la homofobia se patentiza, a veces obsesiva y<br />
ácidamente.<br />
Una anticientífica cultura sexual milenaria impone patrones de<br />
género heterosexualistas, por los cuales equipara el homosexualismo<br />
masculino con el dogma “mujer” y por tanto, con toda moda, con el<br />
arte y todo disfrute estético, la educación formal y la cultura, pero<br />
también con la debilidad, la superficialidad, la histeria y el brete; y el<br />
femenino con el dogma “hombre” y por ende, rudeza e insensibilidad<br />
ajena a los afectos, violencia agresiva y escasa inteligencia; y en<br />
ambos casos, con frustración de identidad sexual. Así educa a todos,<br />
y al margen de la orientación sexual se asimila o no según cada<br />
contexto y cada individuo. Artistas y jóvenes modernos han sido<br />
víctimas equívocas (y no tan equívocas, pero no menos injustas) de<br />
la homofobia, durante la vida nocturna bohemia que otrora enriquecía<br />
a La Rampa.<br />
Público variado reanimó dicha vida nocturna de tales espacios<br />
urbanos, deteriorada por el dólar, la retirada de los servicios de 24<br />
horas y escasez de otras opciones, las dificultades del transporte del<br />
“período especial”, las incomprensiones antes señaladas sobre todo
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
por policías y funcionarios, y la violencia callejera, y fue atraído por<br />
las “fiestas gay”, término que comenzaba a imponerse también desde<br />
nuestra cultura popular 33 (lo que invita analizar los cambios en el<br />
auto reconocimiento de estos grupos) y sobre todo, por su menor<br />
compromiso, los “shows de trasvesti”. Estas fiestas 34 se hicieron<br />
sentir en múltiples puntos de todas nuestras comunidades con el<br />
lógico choque de valores que implica todo lo novedoso, diverso entre<br />
el vecindario y con la policía, sin condenarse legalmente pero<br />
33 El término “gay” entra en <strong>Cuba</strong> en la década de los años 1990, por la internacionalización del<br />
mismo desde los Estados Unidos como fruto de la Revolución Sexual de los 1960´s, y a manera de<br />
proponer una designación menos lacerante contra la homosexualidad; sabemos que “gay” en<br />
inglés (gai, gaie, en francés) es adjetivo que significa “alegre”, lo que remeda a aquella nada feliz<br />
denominación de “mujeres de la vida alegre” a las prostitutas, cuya vida casi nunca, por demás y<br />
justo por la marginación, era así de “alegre”, como tampoco tiene que identificar a la<br />
homosexualidad, que puede (o no) ser alegre, aunque en tanto sector marginado no suele ser la<br />
alegría lo que más lo identifica, menos aun en época del SIDA y al margen de su espíritu de lucha<br />
(sobre todo en estas últimas décadas) y sobrevivencia. De alguna manera esconde el no decirse<br />
“homosexualidad” por estimarla históricamente ofensiva, término decimonónico que si bien es de<br />
raíz muy biologicista, no obstante se acerca más que “gay”. Ciertamente, la mejor propuesta es la<br />
que ya en vísperas del siglo XXI, reconoce el Ministerio de Salud Pública en <strong>sus</strong> campañas contra<br />
el SIDA en sector tan vulnerable al respecto, y que justamente refiere a la relación y no a la<br />
persona (Hombre – Sexo – Hombre, que eso sí, en buena medida para disminuir la marginación,<br />
faltaría por incorporar Hombre – Sexo – Mujer, y Mujer – Sexo – Mujer, y más allá las infinitas<br />
variantes que ofrece el sexo grupal) puesto que designar a una persona según su sexualidad no<br />
puede ser tan simplista ni dogmático: la variedad cada vez mayor que en materia sexual ya se<br />
reconoce (ya no es simplemente heterosexual, homosexual y bisexual, sino como instrumental<br />
clasificatorio no más que muy genérico) y su carácter tan individual, nos invita a concluir que<br />
existen tantas sexualidades como seres sexuados hay en el Universo, y aun más: podríamos<br />
hipotetizar al menos, ya que tan circunstancial es, que existen tantas sexualidades (o al menos su<br />
manifestación según las circunstancias) como momentos de motivación sexual tienen todos y cada<br />
uno de estos seres sexuados, pues a lo largo de su vida también son muchas estas variantes,<br />
contra la educación heterosexualista y monogámica heredada e impuesta, y contra clasificaciones<br />
simplistas que buscan, en última instancia, parapetar nuevas fundamentaciones marginatorias en<br />
pos de la Sagrada Familia, modelo eternizado que se impone pero que difícilmente funciona<br />
incluso para la heterosexualidad.<br />
34 Nótese que este texto sólo aplica “gay” para el nombre popular de tales fiestas, y por supuesto<br />
es un tema a no agotarse, puesto que no menos interesante resulta cómo muchos entre las<br />
nuevas generaciones han preferido recontextualizar los antes insultos y entre ellos mismos se<br />
reconocen como “maricón” y “pájara” (incluso prefieren estos apelativos que el término<br />
“homosexual”, históricamente más propio desde los sectores intelectuales y sin ánimo de ofensa<br />
propiamente, más que el que se le atribuía por definición implícita, pero también puede ser por<br />
reacción populista anti intelectualista) y algunos se tratan en femenino (hace dos décadas se<br />
autorreconocían “entendidos” y su pareja era “su compromiso”, que hoy el varón homosexual<br />
presenta de manera mucho más desenfadada como “su novio” o simplemente, “su pareja”), lo que<br />
habría que estudiar si es una forma masoquista de disfrutar lo que históricamente ha tenido una<br />
carga de ofensa aguda y cruel, quizás a manera de burla o de rebelión velada e inconsciente sin<br />
mucho mayor encausamiento ni madurez, o es que prefieren de tal suerte vaciar tales insultos de<br />
su significado oprobioso, como para que no quede agravio alguno ni siquiera en el pasado<br />
histórico de la homosexualidad.
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
reprimidas con múltiples pretextos para su hostigamiento hasta<br />
desaparecer en estas comunidades hacia el último lustro de siglo,<br />
aunque continúan en otras áreas habaneras más hacia la periferia,<br />
por tanto de mucho más difícil acceso sobre todo si consideramos las<br />
severas dificultades del transporte para el público cubano, y además,<br />
menos “oficiales”.<br />
El primer período de tales fiestas fue de 1994 a 1997, a raíz del<br />
filme ya citado Fresa y Chocolate. Fue esa su época de oro sobre<br />
todo en las comunidades objeto de estudio, incluso con eco local<br />
estatal en el Club Saturno de Línea y 10 ahora como Joker´s (en<br />
cuyas afueras no faltó la amenaza homofóbica ante policías), en el<br />
club de Línea y F y en el gimnasio habilitado de 17 y E. No obstante,<br />
sin poderse eliminar nunca del todo a pesar de la persecución, han<br />
resurgido muy esporádicas y aisladas tanto en el tiempo como en el<br />
espacio, siempre acechadas y vulnerables, ya hacia los años 2004 y<br />
2005. 35 Así se satisfacía la homosexualidad, pero también curiosos y<br />
estudiosos cubanos y extranjeros, además de haber sido negocios de<br />
interés económico con el atractivo de lo casi clandestino, en tanto<br />
fiestas de privacidad muy relativa, y marcar la histórica fluctuación<br />
de la dinámica local entre liberalidad y moralismo que ha abarcado<br />
todo renglón cultural, 36 nunca exento el tan natural como complejo<br />
35 Cuando además, una nueva modalidad se ofrece: las organizadas por lesbianas, a las que<br />
acuden pocos varones, situación totalmente contraria a lo que prima en las restantes “fiestas gay”<br />
(que han sido siempre las mayoritarias, sobre todo en el área en estudio) donde por otra parte<br />
pueden haber (como en cualquier otro contexto, y ciertamente, menos que en muchos otros)<br />
hostilidades y broncas al ritmo del alcohol, muy ocasionalmente alguna droga, pero nada de esto<br />
las marca, identificadas casi exclusivamente, eso sí, por su alto (y muy sano y hasta respetuoso,<br />
sobre todo las del primer período en los años 1990´s) nivel de erotismo y sensualidad, y en otros<br />
casos (sobre todo las más caras y más recientes) por la ostentación de poder económico con la<br />
frivolidad consecuente, y en algunas ocasiones cierta vulgaridad relacionada a veces con shows de<br />
trasvesti o con discusiones de pareja, sobre todo aunque no exclusivamente entre lesbianas de<br />
vocación viril (y a su juicio, por ende, agresiva) mestizas y negras (tampoco exclusivamente) con<br />
alcohol.<br />
36 Se abrió así el abanico de tantas reacciones como inquilinos, modificadas en el tiempo en cada<br />
comunidad urbana: la indiferencia absoluta, el disfrute total y participación o aporte o<br />
aprovechamiento económico u otra variante de complicidad; la sospechosa sensación de amenaza<br />
a su propia sexualidad y moral, y/o la de su familia, o la envidia y maledicencia, en ocasiones de<br />
“nuevo rico”, contra el progreso económico del vecino; el apoyo solidario con protección,
tema de la bisexualidad, 37 todo ello esencial para entender al<br />
pinguero.<br />
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
Paralelamente, otro antecedente a estudiar es el contexto de la<br />
prostitución en <strong>Cuba</strong>, y en concreto en estos espacios urbanos que<br />
ahora estudiamos: por una parte, habría que convenir en una<br />
definición en tanto “comercialización de favores sexuales”, que nunca<br />
ha faltado en esta, como en otras sociedades del mundo; ello excluye<br />
de este estudio (no de otros) otras formas de prostitución que<br />
trascienden a la sexualidad, como se ha llamado la prostitución<br />
política y otras, más inherentes a la comercialización de principios y<br />
credos en general. La prostitución sexual había desaparecido en<br />
tanto institución de la sociedad cubana, pero es obvio (intrínseco<br />
incluso) que nunca desapareció, pues el comercio sexual alcanza<br />
espacios y momentos mucho más cotidianos de lo que gustaría<br />
aceptar. Mal entremezclados con el polemizable y peyorativo<br />
concepto de “promiscuidad”, habría que valorar si la prostituta es la<br />
que hace el sexo con muchos hombres porque le gusta, sin<br />
comercializarse, o aquella que inclusive se casa con uno solo<br />
(cubano o extranjero), por lo que así “resuelve” materialmente.<br />
Ya a principios de la década de 1990, con el Período Especial y el<br />
país que se abría al turismo y en particular, la comunidad cubana de<br />
Miami, se le comenzó a llamar jinetero a todo aquel que intentaba<br />
asimilación e integración más que tolerancia, con o sin límites inclusive, y el odio y provocación<br />
agresivo y constante. La “rectitud moral” de los vecinos “escandalizados” ante una fiesta gay, es<br />
calmada por una tajada económica que de pronto, los “civiliza” y les hace “comprender al otro”... y<br />
en no pocas ocasiones, hasta a “compartir” con “el otro”.<br />
37 Es el caso de muchos hombres casados que pregonan su heterosexualidad de manera<br />
homofóbica, pero en la más inescrupulosa hipocresía sexual, muy a escondidas comparten su<br />
lecho junto a otros hombres (o en baños públicos y las más diversas opciones) por supuesto,<br />
siempre “dentro del closet”, caso de padres y abuelos de familia que abunda mucho más de lo que<br />
nuestra sociedad está dispuesta a aceptar; lo que también ocurre con mujeres casadas en<br />
relaciones lésbicas, que acusan a otras lesbianas y a hombres homosexuales, etc. Introduce así la<br />
polémica de la bisexualidad como el estado natural de toda sexualidad, o como la máscara<br />
heterosexual con que se disfrazan muchos homosexuales bajo la represión heterosexualista,<br />
muchos de los cuales apelan a la homofobia para mayor enmascaramiento a menudo frente a sí<br />
mismos, y otros muchos, no, e incluso algunos – por supuesto: los más honestos, valientes y<br />
revolucionarios – se proyectan anti homofóbicos; hay de todo, sin duda.
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
relacionarse con el visitante extranjero para obtener regalías de todo<br />
tipo y por todos los medios. El vocablo derivaba de que “cabalgaban”<br />
a los extranjeros. Sólo al avanzar hacia el nuevo milenio es que se<br />
comienza a entender el jineterismo reducido a la prostitución sexual,<br />
y por supuesto dado el machismo que nos caracteriza, a la mujer, por<br />
lo que jinetera nos llega como “prostituta para extranjeros”.<br />
En cuanto a las comunidades donde la homosexualidad y la<br />
jinetera, y luego el pinguero, han proliferado, desde el imaginario<br />
popular, El Vedado es aquel elegante caballero intelectual, vestido<br />
de blanco con faja y cinta azul, aun joven y capaz, imagen legada<br />
desde los vedadistas de 1902 (Couceiro: Hacia una Antropología<br />
Urbana...). Y muy especial es La Rampa, donde el erotismo alcanza<br />
niveles singulares en la sensual cultura cubana: tradicionalmente el<br />
“tipo” con que se reconoce el área fluctúa con el erotismo de ambos<br />
sexos, entre la farándula bohemia y la pareja que disfruta la noche,<br />
el pepillo de cada momento histórico, la chica liberada y moderna y<br />
ya entre milenios, la sensualidad prefabricada, cuestionada y aun<br />
escandalizante del travesti<br />
Esa calle rampera se desenfrena a retozar con las brisas y<br />
salpicaduras marinas, nos revuelve los cabellos, levanta travieso las<br />
faldas y nos besa de sal los labios y cuerpos, desde y hasta el<br />
desconocido que atraviesa la esquina. <strong>Los</strong> altos edificios de La<br />
Rampa costera (el llamado “rascacielos cubano”) y de La Rampa<br />
central, propician cualquier momento de locura y abandono en una<br />
comunidad tan cosmopolita, con el protagonismo anónimo de la<br />
población flotante, que libera en diversos grados las represiones de<br />
cada cual sin dejar margen al mediocrizado escándalo de los<br />
prejuicios: por aquí entra la modernidad en <strong>Cuba</strong>, que coqueta, se<br />
inserta a nuestra tradición de erotismo y sensualidad.
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
Y como todo valor tiene su antivalor, estas características que<br />
poblaron con los más modernos hoteles a esta comunidad hace más<br />
de medio siglo, acunaron en ella los llamados “turismo de masas” y<br />
la “trata de blancas”: la prostitución, el extremo en que los valores<br />
referidos pasaron a ser objeto ya no del comercio, sino del<br />
comercialismo. No alcanza el espacio, y el erotismo de La Rampa se<br />
extiende por el romanticismo del Malecón y parques cercanos, no<br />
siempre tan platónicos. No es casual por tanto que jineteras y<br />
<strong>pingueros</strong> constituyan tipos populares de esta Rampa actual. Pero la<br />
antropología no ha de prestarse para dogmatizar anti científicamente<br />
ningún “tipo”, y tanto en unas como en otros, la diversidad de todo<br />
orden se impone.<br />
En las jineteras por ejemplo, las intenciones difieren: muchas<br />
veces (como suele acontecer con toda prostitución) está el ánimo de<br />
casarse con un “buen partido”, esto es: un extranjero en buena<br />
posición económica que la saque del país, lo que muchas logran y al<br />
llegar afuera corren las más disímiles suertes; sin embargo, muchas<br />
mujeres buscan y logran esto sin hacerse “jineteras”, al menos no<br />
este tipo de jineteras que ahora estudiamos, y entre las cuales,<br />
muchas otras sólo pretenden lograr un dinero con diversos fines sin<br />
que implique la salida del país, incluidas necesidades familiares (no<br />
puede obviarse el papel que la familia desempeña, para mal o para<br />
bien) en ocasiones hasta el chantaje a veces sentimental, o un “buen<br />
nivel de vida” personal, para comer y visitar lugares, de otra forma<br />
inaccesibles a ellas. No falta la competencia con amigas y el<br />
embullo, una supuesta posición económica en su entorno, curiosidad<br />
con los extranjeros, gusto por lo prohibido, etc.<br />
Al margen de una supuesta identidad generalizada, las “jineteras”<br />
se han llegado a caracterizar por su indumentaria provocativa y a<br />
veces algo excéntrica, un interés relativo (a menudo no más que<br />
impostado y por ende sin más ramaje) por aprender idiomas (según
la lengua del país al que piensan que podrán viajar:<br />
fundamentalmente italiano e inglés, y en menor medida, francés y<br />
alemán) y un tipo físico que tiende a la delgadez casi absolutamente<br />
jóvenes, pero con toda la gama racial cubana. Como también es<br />
tradicional, suele hacerse acompañar por un proxeneta que a<br />
menudo, suele ser un pinguero, con los que pueden (o no) compartir<br />
la cama, bien en su intimidad bisexual (bisexualidad que ignoran, o<br />
pretenden ignorar, pero que en ocasiones hasta disfrutan) o también,<br />
cómo no, según el gusto y solicitud de cada cliente, para el sexo<br />
grupal.<br />
En el tema que nos ocupa, no sólo se “trataban” blancas, sino toda<br />
la gama racial cubana de ambos sexos dispuestos a alquilarse en<br />
relaciones hétero u homosexuales, a menudo sin la menor distinción.<br />
Lo mismo sucede actualmente con las jineteras y los <strong>pingueros</strong>: sólo<br />
que durante los años de Revolución, es ahora que por primera vez<br />
cobran tal visibilidad que casi se institucionalizan (por sí mismos, a<br />
pesar de la no aprobación y hasta persecución oficial) a la luz<br />
pública, y su impacto urbano en la localidad se relaciona mucho con<br />
el vestuario y determinadas poses y gestos, al extremo del esquema<br />
social que genera lamentables equívocos. La observación<br />
antropológica sobre todo, y las historias de vida en menor medida<br />
que suelen clamar el anonimato y en cuyo subconsciente hay que<br />
penetrar, fundamentan estos enunciados que aquí sólo introducimos.<br />
2. PINGUEROS<br />
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
La prostitución masculina, por supuesto, siempre ha existido, más<br />
encubierta o no, tanto homo como heterosexual, aunque el machismo<br />
históricamente sólo la reconozca femenina, excluya a la mujer como<br />
consumidora de sexo y de la homosexualidad no se hable siquiera<br />
sino hasta las últimas décadas del siglo XX. Ya con el tercer milenio<br />
es que se visibiliza hasta casi institucionalizarse la prostitución
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
masculina homosexual (a menudo no es exclusivamente homosexual,<br />
aunque esta faceta suelen ocultarla en <strong>sus</strong> relaciones con mujeres)<br />
en este nuevo “tipo popular” cuyo nombre proviene del <strong>sus</strong>tantivo<br />
“pinga”, que en la cultura popular cubana se considera una “mala<br />
palabra” que designa al pene. 38<br />
En buena lid, en una sociedad donde ya se enfrenta sin tantos<br />
atavismos la relación de géneros y la educación sexual, si la jinetera<br />
es la prostituta al extranjero, el pinguero es un jinetero que suele<br />
aceptar la moneda nacional u otras regalías materiales a cambio de<br />
favores sexuales; por ende no hay que feminizar el vocablo jinetero,<br />
como tampoco habría que hacerlo con el de “prostituta” que al insistir<br />
en la sexista imagen de que la prostitución lleva saya (Eva fue la que<br />
comió la manzana) obvia al prostituto, tanto homo como<br />
heterosexual, este último casi excluido porque el homosexual queda<br />
dogmática y erróneamente emparentado con Eva (el “pecado sexual”<br />
es femenino) y por extensión, las prostitutas; suerte de “traidor” entre<br />
los hombres.<br />
Otra causa de que se obvie la prostitución masculina heterosexual,<br />
se da porque no se asume la mujer como consumidora de sexo,<br />
aunque históricamente el prostituto heterosexual ha existido y existe,<br />
también en estas comunidades objeto de estudio, aun con otros<br />
códigos de todo tipo y en un amplio abanico de versiones que van<br />
desde el chulo y el gigoló hasta los más diversos “busca fortunas”,<br />
casi siempre más enmascarados, y no sólo para las extranjeras.<br />
Asimismo, al no entenderse la mujer como consumidora de sexo<br />
(sólo como “tentación”), queda excluida también la prostitución<br />
38 A propósito, habría que cuestionarse ya hasta qué punto sigue siendo una “mala palabra”,<br />
puesto que su abuso le resta toda la carga que se supone acompañe a las “malas palabras”. El<br />
populismo absolutizado por el cual “no existen malas palabras, sino la interpretación que de ellas<br />
se haga”, cierto pero relativamente, ha hecho que sí devengan malas palabras al ser abusadas<br />
desde los medios masivos de comunicación a todos los estratos sociales, aun cuando “pinga”<br />
concretamente no haya sido de las más abusadas. Algunos expertos se preocupan ante la<br />
necesidad de buscar nuevas “malas palabras”.
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
lésbica, a pesar de las evidencias en ambos casos. Claro está que<br />
dado lo complejo de la sexualidad, estos límites suelen transgredirse<br />
y hasta confundirse entre sí, aun cuando no suela reconocerse o más<br />
frecuente aun, se fundamenten siempre en razones económicas. Son<br />
en esencia, formas de prostitución de ambos sexos que antes vestían<br />
de una manera y usaban alguna forma para comunicarse, más<br />
clandestina por más perseguida siempre en la homosexualidad.<br />
Entre los <strong>pingueros</strong>, al margen de alguna similitud con las<br />
jineteras, el análisis de la sexualidad es aun más complejo y diverso<br />
por la ambigüedad explícita: abunda también toda la gama racial<br />
cubana y los jóvenes, aunque es más frecuente encontrar algunos<br />
que ya entran en la mediana edad (por esquema social la edad se<br />
paga más caro en la mujer, sobre todo para <strong>sus</strong> atractivos), ropa que<br />
les distinga por su “elegancia” los más conservadores (casi siempre,<br />
provenientes de las regiones menos cosmopolitas del país y que aquí<br />
muestran <strong>sus</strong> mejores galas, aunque quizás no las más propias por el<br />
contexto – social, natural y específicamente, cultural urbano, en esta<br />
área de tradicional modernidad -, el clima, etc.), y en otros casos,<br />
ropa juvenil que resalte <strong>sus</strong> atractivos corporales, sobre la base de lo<br />
que sería la estética masculina; delgados o atléticos son los dos<br />
tipos que predominan y que a veces, para ello se preparan en los<br />
gimnasios (donde en ocasiones generan espacios de “poses” a una<br />
masculinidad realmente ambigua en <strong>sus</strong> motivaciones sexuales) con<br />
toda intención, para perfeccionar <strong>sus</strong> cuerpos con atractivos<br />
masculinos, que luego ostentarán con vestuarios apropiados.<br />
Entre los <strong>pingueros</strong>, más que en las jineteras, abundan los<br />
inmigrantes temporales de otras provincias. El sólo nombre denota la<br />
homofobia implícita y el grado de retorcimiento de los prejuicios a tan<br />
complejo tema: explicitan que son “<strong>pingueros</strong>”, esto es: su trabajo<br />
sexual es exclusivamente “con su pinga”, y al margen de todo<br />
coqueteo, por regla general sientan las bases de que no harán “otra
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
cosa” (imagen que tiende casi exclusivamente a ser estrecha y<br />
esencialmente “activos” – “macho” – en la cama, algunos llegan a<br />
negar hasta el beso y otras caricias sexuales, y comúnmente, lo que<br />
más rechazan o cobran más caro es ser penetrados, otro reflejo<br />
heterosexualista de la sobrevaloración de la penetración impuesta a<br />
las relaciones homosexuales sobre todo masculinas, aunque no<br />
exclusivamente, pero que lógicamente, entre mujeres se manifiesta y<br />
resuelve con otros códigos)... lo que en el transcurso de la relación<br />
es, claro está, bien polemizable y hasta negociable.<br />
Ello mismo, por otra parte, suele despertar entre los potenciales<br />
<strong>clientes</strong> más morbo o al menos, curiosidad sexual, por los retos a<br />
vencer o porque a menudo, se valore más escaso (y por ende,<br />
deseable) el papel “activo” en la relación homosexual, que con el<br />
desarrollo y la lucha contra los prejuicios y la marginación, sin<br />
embargo, tiende más a dejar atrás los heterosexualistas roles de<br />
“activo” y “pasivo” por el más consecuentemente homosexual de<br />
“completo”, sin dudas mucho más integral y amplio en la cama; en<br />
buena lid, y como compete a toda relación homosexual masculina y<br />
parafraseando su propio vocabulario, no sólo se entregan a la<br />
prostitución también los “culeros” (aun cuando esta palabra no está<br />
en su léxico, llamémosle así porque por el contrario, ofrecen “el<br />
culo”, suelen mostrarse más amanerados pero tampoco<br />
necesariamente, por lo general menos exitosos y mucho menos<br />
numerosos, dada la estética masculina que lógicamente predomina<br />
para la homosexualidad masculina) sino que muchos de estos<br />
<strong>pingueros</strong> devienen (y hasta ansían devenir) “culeros”, más explícita<br />
(y lógicamente) subyugados por la estética masculina.<br />
Todo ello incide en los regateos según el cliente y el auto<br />
reconocimiento: al llegar al punto del atractivo entre cliente y<br />
pinguero, vale aclarar que aun cuando les resulte bien atrayente<br />
física y sexualmente, a un cubano sin más posibilidades económicas
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
el pinguero algo pide, al menos 30 pesos cubanos incluida alguna<br />
invitación a fiambres y una caja de cigarros, pues así nadie puede<br />
acusarlos de haber ido a la cama (que no siempre tiene que ser<br />
necesariamente, en una cama) por puro placer, y pueden insistir en<br />
que son <strong>pingueros</strong>, no homosexuales, aunque también hay <strong>pingueros</strong><br />
que se reconocen gays (prevalece más rechazo a la palabra<br />
“homosexual” que a “gay”, por la imagen anglo y/o de modernidad y<br />
hasta liberalidad que implica el vocablo “gay”) sin más prejuicio, al<br />
margen de que la cama que hagan sea más completa o no. Sin<br />
embargo también existen los que no han cobrado absolutamente<br />
nada, aunque luego expresan con muestras de arrepentimiento no<br />
saber por qué lo han hecho pues “no les gustan los hombres” (otros<br />
sólo necesitan dónde pasar esa noche), y en el gran abanico moral,<br />
los muy penosos en un extremo, y en el otro los rateros y los<br />
violentos, aunque estos últimos (excepción de acuerdos sado<br />
masoquistas), tal vez por su propia vulnerabilidad social, intenciones<br />
y por diversidad de patrones de conducta, son muy escasos, a pesar<br />
de algún hecho de sangre.<br />
Tanto para <strong>pingueros</strong> como para jineteras, no hay que pensar de<br />
antemano que son “bellezas” a rentar, al margen de lo polémico,<br />
subjetivo y casuístico que puede resultar definir “belleza” y el estudio<br />
del gusto y de la cultura estética: está probado que lo que los<br />
identifica no son <strong>sus</strong> atributos físicos, sino la osadía para estas<br />
relaciones, su capacidad para convencer y “enamorar” para el<br />
negocio en cuestión, con niveles muy variables de escrúpulos. Puede<br />
haber hombres y mujeres bellos, incluso con nivel cultural<br />
relativamente entre lo aceptable y lo alto, pero tampoco es esta en lo<br />
absoluto su identidad como grupo social.<br />
<strong>Los</strong> <strong>pingueros</strong> han sido combatidos en campañas que<br />
peligrosamente, yerran y se generalizan absolutizadoras: equivocada,<br />
simplistamente, se ha utilizado el hecho de que la mayoría de estos
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
prostitutos lleguen de otras provincias para hostigarlos aquí por la<br />
policía como “ilegales” justo como medio para combatir esta<br />
prostitución, con extremos tan errados como imponer multas a<br />
menudo severas, a todo aquel que no pueda justificar oficialmente su<br />
residencia en la capital (a pesar del slogan del momento, “La<br />
Habana, capital de todos los cubanos”) y deportarlos a <strong>sus</strong><br />
provincias; lo que se dirige fundamentalmente contra los jóvenes<br />
sospechosos de prostitución (campaña no exenta de alta dosis<br />
homofóbica) medida que acarrea numerosas y muy dañinas y<br />
antipolíticas consecuencias negativas de todo tipo, más allá de lo<br />
vulnerable de tal acusación de “ilegalidad”, y de todos los equívocos<br />
que suelen cometerse en estas campañas.<br />
A la postre, los <strong>pingueros</strong> no resultan siempre tan “<strong>pingueros</strong>”<br />
como se autoproclaman, y tras una necesidad económica suelen<br />
esconder formas “aceptables” de realizar instintos autorreprimidos en<br />
<strong>sus</strong> respectivas comunidades de origen y desarrollo, producto de la<br />
dogmática intolerancia heterosexualista y homofóbica, que por<br />
supuesto, afecta tanto a homo como a heterosexuales en su misma<br />
intimidad y, lo más importante: ante sí mismos. He aquí la dialéctica<br />
antes referida entre el “marginador” y el “marginado”, pues los<br />
prejuicios empobrecen y laceran la propia vida heterosexual, tanto en<br />
la intimidad sexual como en su vida social.<br />
Su análisis ha de expandirse a otros espacios urbanos, pues se<br />
establece una suerte de redes entre los <strong>pingueros</strong>, como escalafones<br />
de la acera del cine Payret (en el límite del aledaño municipio Centro<br />
Habana con el de Habana Vieja) a La Rampa, que nos enlaza (como<br />
en tantos otros fenómenos) a estas con otras comunidades<br />
capitalinas, como otrora fueron en el proceso de Restauración, las<br />
instituciones y la culinaria que de La Habana (hoy Vieja) trasmigraron<br />
al Vedado (Couceiro: Hacia una Antropología Urbana...) En este caso<br />
los <strong>pingueros</strong>, en una buena mayoría provenientes (temporales) de
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
otras provincias, entran preferentemente en torno a las áreas<br />
centrohabaneras y de La Habana Vieja (donde radica la Terminal de<br />
Trenes), sobre todo la acera del Payret y el Capitolio al Parque de la<br />
Fraternidad, tradicionales puntos de referencia nacionales donde los<br />
precios suelen ser más módicos (cinco dólares) o al menos<br />
encuentren dónde dormir, y es su fase de entrenamiento y formación.<br />
Ya con más desarrollo (y quizás la auto estima más elevada,<br />
superados ciertos prejuicios iniciales) van al entorno del cine Yara y<br />
La Rampa al Malecón donde se exhiben con atuendos más ajustados<br />
a <strong>sus</strong> cuerpos y doblan <strong>sus</strong> precios; algunos piden hasta 25 dólares,<br />
y algunos extranjeros llegan a cotizarlos más. Pero otros por<br />
supuesto, en dependencia de su necesidad económica ante “malas<br />
rachas” o simplemente, ante el deseo y la necesidad sexual y según<br />
los atractivos (físicos, económicos, sicológicos, etc.) que descubra o<br />
no en su potencial cliente, suelen hacer rebajas <strong>sus</strong>tanciales, tanto<br />
los del Payret como los de La Rampa, estos últimos a 10 dólares<br />
como promedio... pero en dependencia del interés con el cliente<br />
nacional, puede ser bastante menos. A todo esto hay que añadir las<br />
“multas” que los <strong>pingueros</strong> ponen, cuando sin llegar a acuerdo<br />
sexual, simplemente solicitan algún dinero (pretexto del taxi para<br />
regresar) o algún regalo como una caja de cigarros, algo de comer o<br />
beber, y similares.<br />
<strong>Los</strong> <strong>pingueros</strong> (como en toda prostitución) también compiten entre<br />
sí, pero nunca estas son competencias agresivas, al menos no se<br />
han detectado tales en ningún caso ni momento estudiado, y lo que<br />
ocasionalmente se encuentra es, por el contrario, solidaridad entre<br />
ellos y todos los grupos alrededor.<br />
A tan difícil contexto hay que agregar la fatal coyuntura del SIDA<br />
así como todas las limitaciones previas: el heterosexualismo social,<br />
las difíciles condiciones sociales y económicas para todos y en todos
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
los sentidos, la represión policial desde su sola presencia para<br />
chequear allí donde saben (a menudo, absolutizan hasta el más<br />
lamentable equívoco) que se reúnen homosexuales, que es en sí<br />
misma y por definición, represión sicológica; la solicitud continua de<br />
carnet de identidad, multas de diversas cuantías si su residencia no<br />
es en la capital al conocer que muchos de estos <strong>pingueros</strong> vienen a<br />
"luchar" así a esta zona, impiden la vida tradicional local (sobre todo<br />
nocturna) de paseo y detenerse a descargar en los muros y otros<br />
focos locales...<br />
En su persecución, llegan a establecerse rituales, que en un<br />
momento reproducen los documentales ecológicos en que los perros<br />
pastores o depredadores hacen correr rebaños de ovejas o manadas<br />
de cebras de un lado al otro, al ser desplazados desde La Rampa al<br />
parque Maceo en el aledaño municipio Centro Habana, y luego, la<br />
misma policía los desplaza nuevamente hacia La Rampa, hasta el<br />
amanecer; de pronto, los carros policiales se van a las 12 de la<br />
noche, y entonces como convenio sin firmar emergen todos:<br />
<strong>pingueros</strong>, jineteras, <strong>clientes</strong>, trasvestis, vendedores, músicos... sin<br />
saberse siquiera de dónde; no es de extrañar muchos entre ellos<br />
cuyo sueño de vida se aspira fuera de <strong>Cuba</strong>, y la prostitución sólo<br />
con extranjeros pueda ser una vía de escape; o (“simplemente”<br />
también) queden desalentados para vivir, sin más motivaciones. <strong>Los</strong><br />
policías y <strong>sus</strong> afines, en este como en otros casos, deviene sector de<br />
sumo interés a estudiar también por la Antropología, en su identidad<br />
diversa, en <strong>sus</strong> motivaciones y proyecciones con los demás, con los<br />
restantes de su propio cuerpo policial, y consigo mismos<br />
individualmente.<br />
3. LOS CLIENTES DE LOS PINGUEROS.<br />
Si interesantes son los <strong>pingueros</strong>, no menos interesantes son <strong>sus</strong><br />
<strong>clientes</strong>, tanto cubanos como extranjeros, entre los que también se
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
suele establecer una competencia de “luchas de poder” y ostentación<br />
de la “conquista”, comúnmente sobre la base del poder adquisitivo de<br />
cada cual, pero también sobre la popularidad que alcance o no entre<br />
los <strong>pingueros</strong> por su propia gracia y atractivo, tal y como acontece en<br />
todo rito de cortejo. Si bien en la cama suelen ser sexualmente<br />
poseídos puesto que la mayoría de los <strong>pingueros</strong>, al menos<br />
inicialmente, se proyectan exclusivamente “activos”, son los <strong>clientes</strong><br />
los que pagan... lo que en alguna medida, los convierte en<br />
poseedores, para una sicología compleja en dicha transacción sexo –<br />
comercial.<br />
La casi institucionalización de una prostitución (aun clandestina y<br />
perseguida) es bienvenida para aquellos que no sólo tienen dinero<br />
suficiente, sino que gustan ostentar del mismo explícitamente, o<br />
implícitamente, sólo por el trivial pavoneo entre “su fauna” (como<br />
muchos de ellos mismos la llaman) y/o por competir y “restregárselo<br />
al rostro” de aquellos otros con menos potencialidades económicas<br />
para ello, convencidos de que todo el que no compra favores<br />
sexuales, es porque carece de dinero para ello, y por ende, de<br />
seguro le envidian. Entre ellos sobre todo, para quienes carecen de<br />
la gracia y el físico necesario para atraerse relaciones sexuales de<br />
su agrado, y ahora pueden escogerlas mediante el dinero del que<br />
disponen, a veces con el secreto (casi siempre frustrado aunque casi<br />
nunca confeso) afán de comprar igualmente una relación más<br />
afectiva y hasta amorosa.<br />
Grandes similitudes con la nacional tiene la clientela extranjera;<br />
las particularidades se dan para aquellos en cuyos países esta<br />
prostitución les sale mucho más cara, o que buscan (ostentan entre<br />
ellos y luego en <strong>sus</strong> países) el excentricismo del “sexo tropical” que,<br />
en su imagen racista eurocentrista (que no quiere decir “europeo”: no<br />
todo europeo es eurocentrista, y abundan los no europeos<br />
eurocentristas, al margen de que no se descartan tendencias
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
afrocentristas, latinoamericentistas, etc.) de “macho man” latino, ha<br />
de ser preferentemente entre lo más trigueño hacia lo negro: no por<br />
casualidad, lo que escasea en <strong>sus</strong> respectivos países, sobre todo<br />
desde un imaginario popular que garantiza en nuestra cultura fálica,<br />
penes más grandes en la raza negra, absolutización bien discutible<br />
además de falicista al reducir el sexo y todo el amor al tamaño de un<br />
falo; marginan así al rubio y más claro que a su vez, es preferido por<br />
el turista latinoamericano en <strong>Cuba</strong>, que sigue siendo “la más blanca<br />
de las Antillas”... y muy probablemente, con prostitución más barata.<br />
Entre estos <strong>clientes</strong> extranjeros (los más codiciados por ser<br />
supuestamente los que más dinero pueden pagar) abunda como es<br />
lógico, todo aquel que carece de atractivo alguno para atraer a<br />
ninguna otra persona más que por su dinero, y en no pocas<br />
ocasiones se reconoce como verdaderos sacrificios ir a la cama con<br />
ellos, por lo que exigen <strong>sus</strong> más altas tarifas, tolerados (ahora sí,<br />
con toda la connotación peyorativa de la palabra) tan sólo por <strong>sus</strong><br />
mejores posibilidades económicas. El tema homosexual trasciende<br />
en mucho a la prostitución, aunque sin dudas, esta última ha<br />
complicado aun más la ya compleja homosexualidad en una sociedad<br />
que aun es heterosexualista, al margen de las polémicas.<br />
<strong>Los</strong> que se regocijan del nuevo contexto, se autoproclaman<br />
paladines de una diversidad a la que hay que respetar, no sin<br />
razones suficientes; a pesar de estas verdades, de alguna manera<br />
excluyen (a veces explícitamente, incluso agresivamente,<br />
entremezclado como es usual con todo otro tipo de “miseria<br />
humana”) por definición a los menos afortunados económicamente, y<br />
también a los que ven cada vez más complicada y retorcida la<br />
satisfacción de <strong>sus</strong> necesidades auténticamente amorosas y<br />
antagónicas por tanto a las transacciones comerciales.
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
Sin ningún tipo de moralismo (¿qué hay más inmoral que<br />
imponerse a la moralidad ajena?) la prostitución es muy bienvenida<br />
para los potenciales <strong>clientes</strong> ya analizados y para aquellos que<br />
encuentran bajo la máscara de la necesidad económica, una vía de<br />
justificar placeres sexuales de otra forma, hasta entonces reprimidos,<br />
sobre todo en dependencia de la diversidad de contextos de los que<br />
provienen: los propios <strong>pingueros</strong>, no todos tan “felices” (sin embargo)<br />
como muchos pudieran creer. No obstante, es muy mal contexto<br />
(aunque no lo recriminen y hasta lo entiendan y/o compartan<br />
ocasionalmente) para quienes carecen de posibilidades económicas<br />
(la inmensa mayoría), refuerza las diferencias sociales entre la<br />
homosexualidad y sobre todo (pues los anteriores no están exentos<br />
de “realizarse” en alguna ocasión al menos con algún ahorro o suerte<br />
temporal) para quienes prefieren simplemente el amor, e incluso el<br />
sexo sin transacción comercial ninguna.<br />
<strong>Los</strong> “espacios de encuentro” son mucho más retorcidos ahora que<br />
antes, con una relativa y supuesta apertura y consenso social, pero<br />
ahora mediatizados por intereses comerciales que no es tan<br />
perceptible definir quién y cuánto dinero exigen a cambio, o quién<br />
simplemente, busca una relación para compartir la vida; opción esta<br />
última que en la ética social que se impone, suele ser recriminada<br />
como “aburrida”, como tanto otros valores positivos, incluso de una<br />
supuestamente baja autoestima, término lamentablemente aportado<br />
por un sicologismo simplista a inicios del siglo XXI, y que conlleva a<br />
la incomprensión de valores tradicionalmente positivos como la<br />
entrega al otro, la bondad y la preocupación por el prójimo, y hasta la<br />
ayuda desinteresada y gratuita, se mal interpretan como “baja<br />
autoestima”, a lo que se agrega que la homofobia subvalora el amor<br />
homosexual con respecto al amor heterosexual. Como ley, en una<br />
complejidad normalizada, lo sencillo pasa a sentirse complejo, y lo<br />
calificado “simplemente” llega a ser mal visto por ser difícilmente
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
comprendido en un entorno que se retuerce con todas estas<br />
transacciones.<br />
Tal contexto potencia aun más la vulnerabilidad ante la<br />
delincuencia, que no sólo acude a tales espacios de encuentros para<br />
delinquir abiertamente, en velada (o no) complicidad con la<br />
homofobia social (a veces policial y de representación oficial) y<br />
también, dentro de la propia prostitución y <strong>sus</strong> aliados: en estos<br />
casos, una vez que establecen contacto, los <strong>clientes</strong> pasan a ser<br />
víctimas mayores, a merced del robo y hasta del crimen, y pueden<br />
devenir víctimas también aquellos otros con quienes puedan<br />
compartir <strong>sus</strong> hogares, lo que ya es mucho más inusual dado el<br />
ambiente clandestino en que todo eso se desenvuelve. A menudo los<br />
<strong>pingueros</strong> (para más seguridad y negocio) ya incluyen opciones a<br />
rentar viviendas que participan en su negocio para beneficios<br />
mutuos, que por el peligro del lugar desconocido, muchos <strong>clientes</strong><br />
prefieren obviar y hacer <strong>sus</strong> propias propuestas.<br />
En torno a estos <strong>pingueros</strong> y <strong>sus</strong> <strong>clientes</strong> sexuales, antecedidos<br />
como vimos por la homosexualidad y las jineteras y luego<br />
incorporados los travesti y algunos con vocación de transexuales, sin<br />
eximir amigos, curiosos (en ocasiones morbosos) y transeúntes que<br />
pueden mostrar repulsión, o atracción y simpatía, o simplemente, en<br />
la mayoría de los casos, indiferencia, se genera todo un ambiente<br />
comercial que los hace devenir <strong>clientes</strong> a su vez de todos ellos, en<br />
extraña y compleja (a la vez, muy natural) relación cliente – cliente.<br />
Así, otros “tipos” se nuclean, fundamentalmente en torno a un<br />
comercio que aprovecha igualmente los centros estatales (sobre todo<br />
gastronómicos) que hay en el área, como en M e/23 y 21; en 23 y O;<br />
en 23 y N, en 23 e Infanta (El Bimbón) etc.<br />
Abundan los músicos (cantantes y guitarristas, casi siempre en<br />
dúos o tríos, aunque no sólo) que entonan obras musicales
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
conocidas popularmente a solicitud de <strong>sus</strong> <strong>clientes</strong>, y cobran según<br />
la cantidad de piezas que interpreten, y aceptan incluso “contratas”<br />
para fiestas y descargas particulares; fotógrafos (que también cobran<br />
las fotos que quieran); vendedores de flores artificiales y sobre todo,<br />
de diversas fiambres: papitas fritas, chicharritas, “chupa-chupa”,<br />
maní, etc. Casi siempre mujeres de la tercera edad y todos los<br />
colores de piel que pregonan <strong>sus</strong> distintos productos, y un hombre<br />
que de manera peculiar va anunciando “el buen vino”... a decir de<br />
algunos, no tan “bueno”.<br />
Mención especial merece el estudio de los taxistas dedicados a las<br />
fiestas gay que, por la persecución y hostigamiento oficial, en no<br />
pocas ocasiones con sobornos, normalmente cambian de sede y es<br />
muy difícil saber de antemano, dónde se efectuará. Sin embargo,<br />
suelen llenarse con un público fiel, que se entera por teléfonos que<br />
entre ellos mismos establecen para ello; por la voz popular, y por<br />
estos taxistas ilegales que parquean justo por los espacios de<br />
encuentros más connotados como puede ser La Rampa, y allí<br />
proponen ir a la fiesta que previamente, ya han averiguado dónde es;<br />
cierto que es un riesgo ante la proximidad policial, pero cobran un<br />
dólar por cada viajero para llevarlo, y luego otro por devolverlos al<br />
mismo lugar e incluso, comúnmente, se niegan a parar antes en<br />
ningún otro punto; además del dólar que cuesta entrar a estas<br />
fiestas, que en 1995 empezaban como fiestas de cinco pesos<br />
cubanos, luego diez; pero hoy están a dólar o su equivalente, 25<br />
pesos cubanos, y algunas son apreciablemente más caras, cinco<br />
dólares por ejemplo o más, con mesas reservadas, shows, etc.<br />
Precios que no incluyen otros consumos dentro de la fiesta (salvo las<br />
más caras), donde eso sí, se pueden comprar sobre todo, bebidas y<br />
cigarros.
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
CONCLUSIONES.<br />
El público (más allá de toda opción y orientación sexual) reclama<br />
el tema como urgencia insatisfecha. Esto se demuestra en las<br />
mismas comunidades durante exposiciones plásticas y escénicas, en<br />
los cines y videos, cuando alguna alusión implican. Aun se asume<br />
prejuiciada y no frontalmente, y alguien del público, a menudo,<br />
necesita ostentar heterosexualistamente su oposición mientras<br />
disfruta secretamente la obra, pues el “qué dirán” suele ser superior<br />
a la homofobia, de donde se explica también que muy<br />
lamentablemente, en la familia se acepte (a veces, no más que<br />
tolere) con mayor recelo y en mucho menor grado y apoyo, que entre<br />
vecinos, colegas y amigos.<br />
El pinguero es resultante natural en contextos complejos de un<br />
proceso que de alguna manera y con múltiples retorcimientos lógicos<br />
aunque lamentables, avanza y paulatinamente, más inconsciente que<br />
concientemente, va desenmascarando hipocresías moralistas,<br />
represiones homofóbicas y auto represiones sexistas.<br />
Su estudio es un aporte urgente de la Antropología para la<br />
educación sexual, para la comprensión del otro en general, y de<br />
fenómenos y problemáticas cardinales en nuestra sociedad; para una<br />
mejor realización de cada ser humano, objetivo irrenunciable y<br />
esencial de nuestro proyecto social.<br />
¿Una nueva moral más abierta… la fuerza de la costumbre… o la<br />
participación en las ganancias económicas que muchos asumen con<br />
<strong>sus</strong> paladares, <strong>sus</strong> taxis e incluso, su renta de alquileres para el<br />
mismo comercio sexual? La respuesta descansa en los misterios del<br />
alma humana, en comunidades aun más complejas.
BIBLIOGRAFÍA<br />
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
Aguirre Rojas, Carlos Antonio. Itinerarios de la Historiografía del Siglo XX. Centro de<br />
Investigación y Desarrollo de la Cultura <strong>Cuba</strong>na Juan Marinello. La Habana,<br />
1999.<br />
Almendros, Herminio. Oros Viejos. Edit. Juvenil. La Habana, 1965.<br />
Anderson, Steven. La Bandera Arco iris. En Gaze Magazine # 191, Mayo 28, 1993.<br />
P. 25, Minneapolis, EUA. Traducción de Alberto Roque. En<br />
www.cenesex.sld.cu.<br />
Arenas, José Luis. La Homosexualidad: Acercamiento al estudio de su etiología.<br />
Memorias del III Simposio Territorial de Estudios Culturales Plaza de la<br />
Revolución, Mayo de 1993. Ciudad de la Habana, <strong>Cuba</strong>.<br />
Armas, Román de. Hacia una Pastoral del Sexo. Memorias del VI Simposio<br />
Territorial de Estudios Culturales, y II Fórum Municipal de Ciencia y Técnica<br />
de la Cultura Plaza de la Revolución. 1er. Premio. 1999.<br />
Artiles, Freddy: La Maravillosa Historia del Teatro Universal. Editorial Gente Nueva,<br />
1989.<br />
Balseiro, Juan Jesús. Proyecto Educativo de Comportamiento Hombre – Sexo –<br />
Hombre. Casa de Orientación a la Mujer y la Familia Plaza de la Revolución,<br />
FMC. III Forum Municipal de Ciencia y Técnica de la Cultura Plaza de la<br />
Revolución, 2000.<br />
Behrends, Rainer, y Karl Nax Kober. El Artista y su taller. Edit. Gente Nueva. La<br />
Habana, 1976.<br />
Cogniot, George. Religión y Ciencia. Edit. Política, La Habana, 1960.<br />
Couceiro Rodríguez, Avelino Víctor: Las Fiestas Gay: Análisis desde la<br />
Antropología Económica. Trabajo de Curso, Postgrado Antropología<br />
Económica, Prof. Dra. Cristina Padilla Dieste (Universidad Autónoma de<br />
México) en Maestría en Antropología, Facultad de Filosofía e Historia,<br />
Universidad de La Habana. 1996.<br />
---: Hacia una Antropología Urbana cubana: comunidades metropolitanas. Mención<br />
Nacional Ensayo Cultural 2000. Publicado por Biblioteca Científico Técnica<br />
de la A.C.C., 2004. En proceso de edición por Colección La Fuente Viva,<br />
Fundación Fernando Ortiz. 2005.<br />
---: La Fresa y el Chocolate tienen un nuevo sabor. Comentario crítico de la puesta<br />
en escena de Fresa y Chocolate por el Grupo de Teatro El Público, cine<br />
Trianón. Internet. 2001.<br />
---: Ciencia y comunidad: propuesta metodológica al trabajo comunitario. Facultad<br />
de Ciencias Sociales y Humanísticas de la Universidad Agraria de<br />
La Habana, en propuesta de edición por Centro Provincial del Libro y la<br />
Literatura de la Ciudad de La Habana. 2005.
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
---: La Antropología Urbana y los Estudios de la Comunicación: una reflexión sobre<br />
<strong>sus</strong> mutuas potencialidades. Catauro, Revista <strong>Cuba</strong>na de Antropología,<br />
Fundación Fernando Ortiz. Publicado en 2004 en Biblioteca Científico –<br />
Técnica de la ACC, y sistema digital de la Universidad Agraria de La Habana.<br />
---: <strong>Los</strong> Estudios Culturales: nuevo enfoque de la cultura. Su valor metodológico en<br />
la relación teoría – práctica. El caso cubano. Catauro, Revista <strong>Cuba</strong>na de<br />
Antropología, Fundación Fernando Ortiz. Publicado en 2004 en Biblioteca<br />
Científico – Técnica de la ACC.<br />
---: Homosexualidad, Occidentalización y Homofobia en las culturas asiáticas.<br />
Trabajo de Curso, Módulo Asia del Diplomado de Historia General<br />
Contemporánea (inédito) 2005.<br />
---: Gay Movement in USA: de la Revolución Sexual a la lucha contra el SIDA<br />
(1960-1982) Tesina de Diplomado en Historia General Contemporánea. 2006<br />
a.<br />
---: Origen, evolución y decadencia de la homofobia: del panorama universal al caso<br />
cubano. Simposio de Historia Emilio Roig de Leuchsenring, Unión de<br />
Historiadores de <strong>Cuba</strong>, Ciudad de La Habana. 2006 b.<br />
--- y Jorge Manuel Perera Fernández. Ecología y Folklore: Análisis Culturológico.<br />
1995. Propuesto a publicación por la Conferencia Científica Internacional de<br />
Investigaciones sobre Arte y Cultura, del Instituto Superior de Arte, 1995.<br />
-------: Ecología, Identidad y Cultura. Destacado avalado para ser publicado por la<br />
IX Conferencia Científica Internacional de Investigaciones sobre Arte y<br />
Cultura, del Instituto Superior de Arte, 1997.<br />
--------: ¿Cultura Homosexual? Aprobado por Consejo Editorial de la Revista Temas,<br />
publicado por la Biblioteca Científico –Técnica de la Academia de Ciencias<br />
de <strong>Cuba</strong>. III Simposio Internacional de Antropología en la Academia de<br />
Ciencias de <strong>Cuba</strong>, 1997.<br />
---------: De la cultura ecológica universal a una comunidad cubana. Extramuros,<br />
Centro Provincial del Libro y la Literatura de la Ciudad de La Habana. 2002.<br />
Diccionario Enciclopédico Salvat Universal. Salvat Edit. Mallorca – Barcelona 1971.<br />
Erickson, Paul A., con Liam D. Murphy. A History of Anthropological Theory.<br />
Broadview Press Ltd., Canada, 1998.<br />
Foner, Philip S. Historia de <strong>Cuba</strong> y <strong>sus</strong> relaciones con Estados Unidos. Editorial de<br />
Ciencias Sociales, La Habana, 1973.<br />
Frazer, James. La Rama Dorada. Edit. Ciencias Sociales, La Habana, 1972.<br />
Freixas, Emilio. Historia Gráfica del Traje. Sucesor de E. Maseguer, Edit.<br />
Barcelona, 1953.<br />
Fuentes Reverón, Susset. Un Acercamiento a la Homosexualidad desde el Género:<br />
sobre Emancipaciones y Ataduras al régimen patriarcal. Tesis en Opción al
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
Título Académico de Licenciada en Sociología, Facultad de Filosofía e<br />
Historia, Universidad de La Habana, 2005. (inédito)<br />
Galeano, Eduardo. El Peligroso Arco Iris. En Boletín Cultural El Almendares,<br />
Revista Cultural de la Dirección Municipal de Cultura Plaza de la Revolución<br />
(digital) Ciudad de La Habana, agosto 2005.<br />
Gardner, Katy, y David Lewis. Anthropology, Development and the Post-modern<br />
Challenge. Pluto Press, London Sterling, Virginia. 1996.<br />
Gleitz, Clifford. La Interpretación de las Culturas. Edit. Gedisa, México, 1992.<br />
Guerra, Ramiro. La Expansión Territorial de los Estados Unidos. Editorial de<br />
Ciencias Sociales, La Habana, 1975.<br />
Guerra, Ramiro. De la narratividad al abstraccionismo en la danza. Premio Anual de<br />
Investigación Cultural 2002. Publicado por Centro de Investigación de la<br />
Cultura <strong>Cuba</strong>na Juan Marinello, 2003.<br />
Guerra Vilaboy, Sergio. Historia Mínima de América. Editorial Félix Varela, La<br />
Habana, 2004.<br />
Hauser, Arnold. Introducción a la Historia del Arte. Instituto <strong>Cuba</strong>no del Libro, La<br />
Habana, 1969.<br />
Hillson, Jon. Rompiendo las cadenas del corazón. ¿Qué significan las nuevas<br />
victorias por los derechos de los gays en Estados Unidos? (<strong>Los</strong> Ángeles) En<br />
Notas del Norte, artículo publicado por La Jiribilla, Ciudad de la Habana,<br />
<strong>Cuba</strong>. Julio 2005.<br />
Historia General del Arte. (3 tomos) Compilación de 21 Autores, Montaner y Simón<br />
S.A. Barcelona, 1958.<br />
Historia Social de la Literatura y el Arte. Edit. Pueblo y Educación, C. Habana 1979,<br />
Introducción del Dr. Enrique Sosa.<br />
Historia Universal de la Danza. Guía de Estudio. Edit. Pueblo y Educación. C.<br />
Habana, 1979.<br />
Historia y Sexualidad. Suplemento, Edit. Universales S.A. México Año 2 No. 71.<br />
Hobsbawm, Eric J. Historia del Siglo XX. Grijalbo Mondadori S.A. 1998, de la<br />
tradición castellana para España y América. Editorial Félix Varela, Ciudad de<br />
La Habana, 2003.<br />
Hogan, Steven y Lee Hudson. Completely Queer: the Gay and Lesbian<br />
Encyclopedia. Ediciones First Owl Books, por Fitzhenry & Whiteside Ltd.,<br />
Canadá. 1998.<br />
Iorchuk, M.T.; V.F. Asmus, A.O. Makovelski; I.K.Melvil, T.I.Oizerman, M.N.<br />
Rutkévich; B.A.Chaguin; I.I.Shchipánov. Compendio de Historia de la<br />
Filosofía. Combinado Poligráfico José Maceo, <strong>Cuba</strong>, 1980.<br />
Markarian, Edvard. Teoría de la Cultura. Redacción Ciencias Sociales<br />
Contemporáneas, Academia de Ciencias de la URSS, Moscú, 1987.
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
Mirrimanov, Vil B. Breve Historia del Arte, Edit. Arte y Literatura. C. Habana, 1980.<br />
Mitos y Leyendas, Maravillas del Mundo. El Gran Libro de Oro. Edit. Geisa, S.L.<br />
s/año.<br />
Molina Gálvez, Dayron y Reinier Vergara Cito: Proyecto de Relaciones Públicas y<br />
Educación Sexual en la prevención contra el SIDA en un área del Vedado.<br />
Estudiantes de 3er. Año de la Licenciatura en Comunicación Social, Sede<br />
Universitaria Municipal de Playa. Profesor Tutor: Juan Jesús Balseiro. VII<br />
Forum Municipal de Ciencia y Técnica de la Cultura Plaza de la Revolución.<br />
Mención. 2004.<br />
Núñez Jaula, Roberto. Carrito por la Vida. Memorias del VII Simposio Territorial de<br />
Estudios Culturales y IV Fórum Municipal de Ciencia y Técnica de la Cultura,<br />
Plaza de la Revolución. 1er. Premio. Marzo 2001.<br />
Pérez Cruz, Felipe de J. Homosexualidad, homosexualismo y ética humanista.<br />
Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1999.<br />
Philbert, B. L´Homosexualité à l´écran, ed. H. Veyrier, 1984.<br />
Povert, Lionel. Dictionnaire Gay. (s/edición) Editor: Michel Graucher, Director de<br />
Colección: Alain Pozzuoli. París, Francia. 1994.<br />
Reverón, Sussette. Patrones heterosexualistas en las parejas homosexuales<br />
masculinas y femeninas. Tesis en Opción al Titulo de Licenciatura en<br />
Sociología. Facultad de Filosofía e Historia, Universidad de La Habana,<br />
2005.<br />
Rodríguez Lemus, Carlos Justo. Proyecto Hombre – Sexo – Hombre. Memorias del<br />
VII Simposio Territorial de Estudios Culturales y IV Fórum Municipal de<br />
Ciencia y Técnica de la Cultura, Plaza de la Revolución. 1er. Premio. Marzo<br />
2001.<br />
Sordo San Blas, Claudia, y col. Proyecto de Relaciones Públicas en la prevención<br />
contra el SIDA. Estudiantes de 3er. Año de la Licenciatura en Comunicación<br />
Social, Sede Universitaria Municipal de Playa. Profesor Tutor: Juan Jesús<br />
Balseiro. VII Forum Municipal de Ciencia y Técnica de la Cultura Plaza de la<br />
Revolución. Mención. 2004.<br />
Sújov, A.D. Las Raíces de la Religión. Edit. Ciencias Sociales, La Habana, 1972.<br />
Tejera Dubrocq, José de la; Sol Ángel Rosales Reyes; Nilda Rosa González<br />
Fernández; Clara Cruz Montoto; Esteban Valcárcel García; Haydée Leal<br />
García. Historia Universal. Editorial Pueblo y Educación. Ministerio de<br />
Educación, Ciudad de La Habana, 1984.<br />
Toro y Gisbert, Miguel. Pequeño Larousse Ilustrado. Edición Revolucionaria,<br />
Instituto del Libro, La Habana, 1968.<br />
Tunk, Eduard von. Historia universal de la Literatura. Revista de Occidente,<br />
Breganza 2, Madrid (2 tomos)<br />
Turner, Ralph. Las Grandes Culturas de la Humanidad. Edic. Revolucionarias, La<br />
Habana, 1966.
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
Valdés Pi, Gustavo A.; Yenisey Cabrales Caballero, Gretel Gracel Sanson, Yuliet<br />
Piloto Cubero, Yanay Silvera: ¿Aceptación de la homosexualidad en <strong>Cuba</strong>?<br />
Dos puntos de vista. Trabajo de Curso de Antropología, Facultad de Ciencias<br />
Biológicas de la Universidad de La Habana. Memorias del IX Simposio<br />
Territorial de Estudios Culturales y VIII Fórum Municipal de Ciencia y Técnica<br />
de la Cultura Plaza de la Revolución, marzo 2005. 2do. Premio.<br />
Zorzano López, Azully, y Freddy Sardinas González. El Trasvestismo: un arte<br />
dentro de la cultura universal. Memorias del V Simposio Territorial de<br />
Estudios Culturales Plaza de la Revolución y Puentes Grandes. 1997.<br />
ADEMÁS, entre otras FUENTES BIBLIOGRÁFICAS, se incluyen asimismo casi dos<br />
centenares de filmes, telenovelas, cortos y mediometrajes, documentales y otros,<br />
de docenas de países de Norte América, Europa, América Latina, Asia y Oceanía;<br />
programas radiales, digitales, etc. EUA y Canadá (o filmes de estos países y/o con<br />
figuras de estos países sobre la temática en otros países pero que de alguna<br />
manera portan los puntos de vista de estadounidenses y canadienses), exhibidas<br />
en nuestro país, por el sistema de Distribución del ICAIC en la capital y por el<br />
Centro Nacional de Prevención contra el SIDA, mediante su Proyecto Hombre –<br />
Sexo – Hombre. Entre ellas, Té y Simpatía, 39 Ese Verano, 40 Cabaret, 41 Making<br />
Love, 42 Victor Victoria; 43 Reflejo en tus ojos dorados, 44 El Beso de la Mujer Araña, 45<br />
Trilogía de Nueva York, 46 Stonewall, 47 Las Bostonianas, 48 Color Púrpura, 49 El<br />
Príncipe de las Mareas, 50 Resurrección, 51 Amor, Pasión, Compasión…, 52<br />
39 Años 1950, sobre original de Tennessee Williams, incluye un joven homosexual que trata de<br />
reprimirse ante la mujer mayor.<br />
40 Años 1960, filme de TV, relación entre dos gay, uno interpretado por Martin Sheen y el otro por<br />
Hall Halloran.<br />
41 1972, Bob Fosse, con Liza Minelli, Michael York, Joel Grey y Marisa Berenson, según novela de<br />
Christopher Isherwood, Adiós Berlín, en la Alemania de crecimiento del nazismo, en una pareja<br />
heterosexual intima otro hombre… con ambos.<br />
42 1982, de las primeras en dignificar la bisexualidad y la relación amorosa entre dos hombres.<br />
43 1982, de Blake Edwards, con Julie Andrews, James Garner, Robert Preston, John Rhys-Davies;<br />
una joven ayudada por un amigo homosexual, tiene que hacerse pasar por hombre para triunfar en<br />
su carrera como comediante musical, y como tal encarna a un muchacho que a su vez, en la obra,<br />
debe representar a una mujer, con todos los equívocos implícitos en general, pero además, el filme<br />
exhala una franca y combativa anti homofobia; remake del filme alemán de 1933 de Reinhold<br />
Schünzel, se ubica en París 1934.<br />
44 Con Marlon Brando, tendencia homosexual dentro del Ejército de los EUA, debe reprimírselas.<br />
45 Sobre la noveleta homónima de Manuel Puig en Argentina, el papel de un homosexual al que le<br />
ubican en prisión un revolucionario para sacarle información.<br />
46 Trilogía de la Canción Antorcha, hermoso triángulo amoroso entre hombres en torno a un hebreo<br />
en EUA con la actuación de Matthew Broderick, e incluye el tema de la adopción de niños por<br />
parejas gay.<br />
47 Sobre los hechos históricos de junio de 1969 en Stonewall.<br />
48 Con Vanessa Redgrave y Jane Fonda.<br />
49 Con Whoopi Goldberg y Ophra, retrato de la situación de la mujer negra en EUA, incluye<br />
motivaciones lésbicas.<br />
50 Con Barbra Streisand y Nick Nolte, un hombre acude a la sicóloga y rememora haber sido<br />
violado cuando niño.<br />
51 Comedia con Ellen Barkin, un machista al morir, es castigado a renacer en el cuerpo de una<br />
mujer y, por supuesto, le siguen gustando las mujeres, debe enfrentarse a su propio machismo.
Documento descargado de <strong>Cuba</strong> <strong>Arqueológica</strong> www.cubaarqueologica.org<br />
Filadelfia, 53 Al filo de la duda, 54 All that jazz, 55 Service in Silence, 56 Entrevista con el<br />
Vampiro, 57 La Jaula de las Locas, 58 Dioses y Monstruos, 59 Mejor Imposible, 60<br />
American Beauty, 61 Cuando cae la noche, 62 Banquete de Bodas, La Novia del<br />
Soldado, Cuando tengo 64 años, Algunos prefieren quemarse (1957), Mrs.<br />
Doubtfire, Tootsie, Yentl, Maurice (1987), M. Butterfly, Brockeback Mountain y un<br />
extenso etcétera que incluiría casi todo el cine del alemán Fassbinder, del español<br />
Pedro Almodóvar, otras cintas españolas como 20 centímetros, Lo siento bonita<br />
pero Lucas me quería a mí, La Boda, la peruana No se lo digas a nadie, la<br />
mexicana Me ha besado un hombre, telenovelas brasileñas como Vale Todo, La<br />
próxima víctima, Señora del Destino, entre otras... cintas cubanas como Fresa y<br />
Chocolate y Lista de Espera, teatro cubano como el de Carlos Díaz y otros, varias<br />
obras y momentos del audiovisual cubano, etc. Así como obras literarias,<br />
dramatúrgicas, plásticas, musicales y en todas las artes que por método<br />
iconográfico han permitido también leer iconos con respecto a la temática objeto de<br />
estudio en las diversas culturas y por comparación, entre ellas.<br />
52 Las vidas de ocho amigos gay con disímiles relaciones entre ellos.<br />
53 Intérpretes Tom Hanks, Denzel Washington y Antonio Banderas, un homosexual con SIDA sufre<br />
marginación, lo representa un abogado negro que no simpatizaba con los homosexuales.<br />
54 Intérpretes, entre otros, Matthew Modine, Lily Tomlings, Richard Gère; la historia del SIDA y las<br />
comunidades gay de EUA.<br />
55 Vida del coreógrafo y cineasta Bob Fosse.<br />
56 Primer escándalo y juicio por lesbianismo en el Ejército de EUA, actúa Glenn Close.<br />
57 Homoerotismo en el vampirismo, actúan Brad Pitt, Antonio Banderas, Christian Slater, Tom<br />
Cruise, Armand, sobre novela original de Ann Rice.<br />
58 Comedia entre la alta política conservadora y un club de trasvestis con un hijo, versión<br />
estadounidense.<br />
59 Sobre la vida del director de Novia de Frankenstein, ya adulto mayor, en <strong>sus</strong> relaciones con un<br />
joven admirador.<br />
60 Con Jack Nicholson, Greg Kinnear y Helen Hunt, un vecino homosexual intima con la pareja,<br />
muestra su vulnerabilidad y <strong>sus</strong> valores y fortalezas.<br />
61 Incluye el machismo que autorreprime la homosexualidad y genera homofobia.<br />
62 Canadá, preciosa historia entre dos mujeres, una blanca pastora de iglesia y una música negra.