D ILUSIÓN

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todos dormían, ocurrió el escándalo del siglo: el baile del mostacho
¡Destilaba seda e indecencia!... Ante la sorprendida policía,
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Mientras otras publicaciones se niegan a detallar lo ocurrido en el
escandaloso baile de los 41 tachándolo de "asqueroso", nosotros les
colocamos la verdad a sus pies en palabras primero de uno de los
danzantes, Antonio Adalid o mejor conocido como "Toño la
maromera" y acto seguido del bizarro policía, que descubrió el
secreto más vergonzoso de año.
-­‐¿Quiere decirme usted su experiencia en el ya famoso baile
de los 41?
"¿Por Mientras quéotras volvéis publicaciones a la memoria se niegan mía, a detallar dulces lo ocurrido recuerdos de la 5iesta
aquella? en el escandaloso Así digobaile yo, parodiando de los 41 tachándolo a Garcilaso de "asqueroso", y haciendo memoria del
nosotros les colocamos la verdad a sus pies en palabras
baile que hubo en la calle La Paz el pasado 17 de noviembre . Dulces
primero de uno de los danzantes, Antonio Adalid o mejor
recuerdos, conocido como con5ieso, "Toño la difuminados maromera" y acto conseguido cicatrices del bizarro hirientes.
policía, que descubrió el secreto más vergonzoso de año.
Me resulta imposible hablar, sin recordar aquella noche queda,
donde -¿Quiere nosdecirme escabullimos usted su experiencia para ser otros, en el ya para famoso serbaile nosotros. Las calles
parecían de los 41? enormes ataúdes sin tapa que esperan el cuerpo de un
gigante, de ninguna ventana salía la luz, que todo alegra, ni tampoco
"¿Por qué volvéis a la memoria mía, dulces recuerdos de la
brotaban los acordes melodiosos de la música. Era la ciudad del
fiesta aquella? Así digo yo, parodiando a Garcilaso y haciendo
sueño: memoria todos del baile dormían que hubo Aprovechamos en la calle La Paz que el pasado el viento 17 de arrullaba a los
infantes noviembre por . Dulces 5in calmados recuerdos, yconfieso, acariciaba difuminados por debajo con de las sábanas, los
cuerpos cicatrices dehirientes. las mujeres, ¡gran cómplice el viento! hizo nuestro labor
un rato y nos dio esa libertad, tan soñada, por unas horas.”
Me resulta imposible hablar, sin recordar aquella noche queda,
donde nos escabullimos para ser otros, para ser nosotros. Las
-­‐Háblenos de la concurrencia.
Toño y Nacho
calles parecían enormes ataúdes sin tapa que esperan el cuerpo
"Puede asegurarse que a esas reunionesde noun concurren gigante, de ninguna ni las tontas ventana ni salía lasla
luz, que todo alegra,
feas, ni las agraciadas ni las inteligentes., ni nitampoco solteras, brotaban ni casadas; los acordes ¿pura melodiosos de la música. Era
viudita? se preguntará usted; pues que tampoco... la ciudad del ¿quiere sueño: todos ya saber dormían" usted Aprovechamos que el
sobre el baile sin mujer? Con una única condición, viento arrullaba que a esta los infantes crónicapor nofin lacalmados lea, y acariciaba
la baile.
por debajo de las sábanas, los cuerpos de las mujeres, ¡gran
cómplice el viento! hizo nuestro labor un rato y nos dio esa
libertad, tan soñada, por unas horas.
Los había altos, fornidos, corcovados que apretaban con el brazo a sus
parejas, a los que levantaban como si fueran -Háblenos de pluma; de la concurrencia. yo no sé quienes
gozaban más, si aquellos que danzaban en el aire por única vez en su vida
(no imagino a una dama con la fuerza necesaria para lanzarlos de tal modo)
luciendo las telas más deliciosas, o aquellos musculosos que tentaban, ya
con ansia loca ya con redonda ternura, los muslos de sus acompañantes.
Son los mismos hombres, que en los bailes "normales” entran de la mano de
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precpreciosas damas y no las vuelven a ver hasta concluida DE ANA la velada, cuando CAMPING marchan EN OREGON en sus coches
silenciosos, ellas con los pies deshechos de tanto baile con hombres ajenos y ellos con los ojos cristalinos
que buscan disimular la palpitante envidia a sus menudas esposas, que reciben las caricias, las miradas, los
besos varoniles que ellos no podrán poseer jamás.
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¡Destilaba seda e indecencia!... Ante la sorprendida policía,
Mientras otras publicaciones se niegan a detallar lo ocurrido
en el escandaloso baile de los 41 tachándolo de "asqueroso",
nosotros les colocamos la verdad a sus pies en palabras
primero de uno de los danzantes, Antonio Adalid o mejor
conocido como "Toño la maromera" y acto seguido del bizarro