CUENTOS TERCER CICLO - CPR de Mérida
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40. RAQUEL Y BLANQUITA<br />
Había una vez una niña que se llamaba Raquel, era castaña y tenía los ojos azules, siempre<br />
iba vestida con unos pantalones piratas y una camiseta con una mariposa pintada en el<br />
centro.<br />
Un día <strong>de</strong> invierno Raquel se encontró un conejo muerto <strong>de</strong> frío y se lo llevó a su casa. Le<br />
dio <strong>de</strong> comer una zanahoria pero no se la comió. Raquel vio que estaba lloviendo y<br />
comprendió que no podía soltar al conejo. Como no podía soltarlo lo metió en una jaula y le<br />
puso comida por si tenía hambre. Raquel le puso <strong>de</strong> nombre al conejo Blanquita porque era<br />
blanco, aunque tenía las orejas rosas.<br />
Al día siguiente Raquel fue a <strong>de</strong>sayunar y Blanquita no estaba en la jaula, ni tampoco las<br />
zanahorias. Raquel le dijo a su madre que no iba a ir al colegio y que se iba a ir a buscar a<br />
Blanquita.<br />
Ella fue al bosque <strong>de</strong> los cien peligros. ¡Qué mal suena ese nombre! Cuando llegó al bosque<br />
vio una seta gigante, sí, sí una seta gigante. Tenía ojos y una boca muy gran<strong>de</strong> y <strong>de</strong> pronto la<br />
seta le preguntó<br />
- ¿Qué haces aquí niña?<br />
- Busco a mi conejo. Ah! me llamo Raquel- respondió<br />
Y la seta le hizo una prueba: tenía que respon<strong>de</strong>r a una pregunta que era esa que le había<br />
preguntado ya. Después tenía que elegir uno <strong>de</strong> estos tres caminos, uno era alegre, otro era<br />
triste y el último enfadado.<br />
Raquel pasó por el camino alegre.<br />
- ¿Y sabes lo que se encontró? Un montón <strong>de</strong> dinero y una tienda <strong>de</strong> animales y entró. Vio<br />
un gato, un perro, un tejón un ratón y a Blanquita.<br />
Con el dinero que se encontró compró a Blanquita, costaba nada más y nada menos que<br />
10.000 euros. Raquel se fue con Blanquita. Para que Raquel no se volviera a per<strong>de</strong>r <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
ahora la jaula la puso en su habitación.<br />
Victoria Molina Almeida<br />
41. EL DRAGÓN DE LAS BOLAS MÁGICAS<br />
Érase una vez un niño llamado Songotan que tenía catorce años, su abuelo que había muerto<br />
le había <strong>de</strong>jado una bola muy extraña y un palo, siempre lo llevaba con él a todos los sitios.<br />
Un día apareció una niña llamada Bulma que tenía dieciséis años y con una bola igual que la<br />
que tenía Songotan. Los dos se hicieron amigos y <strong>de</strong>cidieron ir a buscar todas las bolas<br />
mágicas. Se encontraron con un pequeño pueblo que vivía aterrorizado por un monstruo que<br />
tenía el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> convertirse en las cosas que él quería, Songotan que era muy fuerte lo<br />
venció y consiguió una bola mágica <strong>de</strong> dragón. Luego se encontraron con una tortuga<br />
parlante que <strong>de</strong>cía que había visto tres bolas <strong>de</strong> dragón en una isla. Cogieron una barca, la<br />
tortuga les guió hasta la isla, por el camino apareció un dragón azul que les dio otra bola.<br />
Cuando tenían todas las bolas el dragón les concedió tres <strong>de</strong>seos y siempre fueron felices.<br />
Fco. Jesús <strong>de</strong> la Iglesia Merino<br />
42. EL DÍA DE LA CARRERA<br />
Érase una vez la carrera <strong>de</strong> un perro que se llamaba Rabito, era muy pequeñito, en la carrera<br />
se perdió, unos ladrones se lo llevaron.