CUENTOS TERCER CICLO - CPR de Mérida

que él había hecho una cosa espantosa y él se fue dando un portazo a la puerta de su
habitación. Y de pronto suena el teléfono y era su querida abuela que le dijo:
- ¡Has hecho lo mejor que podías hacer!
Laura Terrones Carroza.
6. FENÓMENOS PARANORMALES.
Hola me llamo María y tengo once años. Vivo en un pueblo aparentemente normal, con
personas aparentemente normales, con casas, y lo que suelen tener todos los pueblos. Pero
yo creo que mi pueblo no es tan normal como otros, y os preguntaréis por qué. Pues la
verdad es que hace dos años aproximadamente en mi pueblo ocurrieron fenómenos extraños,
sí, sí, fenómenos extraños. Me acuerdo de todo. Era una noche cerrada de esas que dices: no
voy a salir de casa en toda la noche. Pues bien como os iba diciendo era una noche cerrada
pero en un hueco de las nubes negras se veía una luna completa es decir luna llena. Yo
estaba viendo la tele pero mi madre me dijo:
- María es muy tarde para una niña como tú. Vete a la cama ya.
- Mamá déjame un ratito más... –dije yo.
Mi madre me miró con una de esas caras que ponen las madres cuando están a punto de
echarte una bulla impresionante, así que decidí irme a la cama.
Me acosté pero estuve despierta mucho rato, yo creo que alrededor de una hora y media,
pero después caí rendida en la cama. Cuando estaba teniendo un sueño plácido y bonito
escuché un ruido tan extraño y fuerte que me despertó. No sabía bien que hacer en ese
momento; si despertarme y correr el riesgo de que fuera un ladrón y me secuestrase o
quedarme en la cama hasta que no aguantase más del miedo que me recorría todo el cuerpo.
Decidí levantarme a oscuras y palpando todo lo que se cruzaba en mi camino. Cuando llegué
al salón vi una sombra que se movía casi a la velocidad de la luz. Yo me agaché, y me
escondí tras el sofá. Allí seguro que no me veía, que lista que soy. Cuando esa sombra
desapareció fui inmediatamente a la habitación de mis padres, y los desperté tan
bruscamente que casi se cae de la cama mi padre. Mi padre encendió la luz de su mesilla y
me dijo:
- María, ¿se puede saber que haces jovencita? Casi me caes de la cama.
- Ya papá –dije yo-. Pero es que he visto una cosa terrible. Primero escuché un ruido
terrorífico y después vi en el salón una sombra que se movía muy rápidamente.
- María habrán sido alucinaciones tuyas, ya sabes que eres muy, muy... Miedosilla.
- Vale papá pero, ¿me puedo quedar en la cama a pasar la noche?
Mi padre asintió con la cabeza. A la mañana siguiente me reuní con mis amigos del pueblo y
les conté todo lo sucedido. Algunos de ellos me dijeron que ellos también habían visto cosas
paranormales pero no eran sombras. Algunos escucharon voces, otros dijeron que ellos
habían notado que la tierra se movía. En fin algo raro había pasado en ese pueblo esas
noches. Y digo esas porque ocurrió durante tres noches seguidas. La gente del pueblo poco a
poco se iba extrañando y los niños se estaban empezando a alarmar. Una noche en la que mi
pueblo estaba en fiestas, día once de marzo volvió a ocurrir, pero ésta vez fue más terrible
aún. Estábamos todos o bailando o metidos en casetas, o los niños en las atracciones típicas
de feria que hay en los pueblos. De repente un sonido fortísimo calló todo el barullo de la
feria. Todos los vecinos del pueblo salieron de las casetas, los niños bajamos de las
atracciones y los que estaban bailando dejaron de repente de hacerlo. Fuimos todos a donde
pensamos que había ocurrido aquello ya que estaba saliendo humo de por esa zona. Al llegar
allí alguna gente se desmayó, otras gritaron y otras huyeron despavoridos. Había, había no se
si decirlo había un gran hoyo en el suelo con unas marcas tan extrañas que nadie sabía de