Agosto de 2012 Liahona - The Church of Jesus Christ of Latter-day ...
Agosto de 2012 Liahona - The Church of Jesus Christ of Latter-day ...
Agosto de 2012 Liahona - The Church of Jesus Christ of Latter-day ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
ILUSTRACIÓN FOTOGRÁFICA POR CODY BELL.<br />
SERVIR A LA<br />
PERSONA EN<br />
PARTICULAR<br />
Por Al VanLeeuwen<br />
Al iniciar mi primer año <strong>de</strong> universidad,<br />
rápidamente entablé amistad con otros<br />
dos alumnos <strong>de</strong>l primer año; uno <strong>de</strong><br />
ellos era ranchero y el otro agricultor. Formamos<br />
un trío extraño compuesto <strong>de</strong> dos<br />
prácticos jóvenes <strong>de</strong> campo <strong>de</strong>l Oeste <strong>de</strong> los<br />
Estados Unidos, y un parlanchín <strong>de</strong> ciudad <strong>de</strong><br />
la costa Este. Después <strong>de</strong> graduarnos, ellos<br />
regresaron al rancho y a la granja, y yo entré<br />
al mundo empresarial.<br />
A medida que nuestras vidas seguían a<strong>de</strong>lante,<br />
nos mantuvimos en contacto por medio<br />
<strong>de</strong> tarjetas <strong>de</strong> Navidad todos los años y llamadas<br />
telefónicas <strong>de</strong> vez en cuando. Para cuando<br />
tenía unos treinta y cinco años <strong>de</strong> edad, había<br />
prestado servicio en dos ocasiones como<br />
maestro Scout. Más tar<strong>de</strong>, cuando yo terminaba<br />
mi segunda “ronda” como lí<strong>de</strong>r auxiliar<br />
<strong>de</strong> la guar<strong>de</strong>ría, mis dos amigos servían en<br />
obispados. Con el paso <strong>de</strong>l tiempo, caí en la<br />
trampa <strong>de</strong> comparar mis llamamientos con<br />
los <strong>de</strong> mis amigos; empecé a sentir que se me<br />
pasaba por alto y que no se me necesitaba.<br />
Para cuando tenía alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> cuarenta y<br />
cinco años, los llamamientos <strong>de</strong> li<strong>de</strong>razgo que<br />
otros recibían ocupaban mis pensamientos durante<br />
días. Cada vez que llamaban a alguien a<br />
un puesto <strong>de</strong> li<strong>de</strong>razgo en el barrio o la estaca,<br />
Satanás me susurraba que yo no era digno o<br />
que carecía <strong>de</strong> la fe necesaria para tener esos<br />
llamamientos. Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista intelectual,<br />
podía vencer esos pensamientos por<br />
medio <strong>de</strong> la oración y <strong>de</strong>l estudio, pero aún<br />
dudaba <strong>de</strong> mi valía. Ser “apenas un él<strong>de</strong>r” y arbitrar<br />
juegos <strong>de</strong> básquetbol para jóvenes a los<br />
cincuenta años mientras mis amigos servían en<br />
presi<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong> estaca no era lo que me había<br />
imaginado que estaría haciendo a esa edad.<br />
Entonces tuve una experiencia que cambió<br />
mi entendimiento <strong>de</strong>l Evangelio. Un domingo,<br />
me encontraba ayudando a mi esposa con<br />
su clase <strong>de</strong> la Primaria llena <strong>de</strong> niños vivaces<br />
EL PRESTAR SERVICIO EN LA IGLESIA<br />
<strong>de</strong> siete años. Al empezar el Tiempo para<br />
compartir, noté que una integrante <strong>de</strong> la clase<br />
estaba acurrucada en su silla, y era obvio que<br />
no se sentía bien. El Espíritu me susurró que<br />
ella necesitaba consuelo, <strong>de</strong> modo que me<br />
senté a su lado y en voz baja le pregunté qué<br />
le pasaba. Ella no contestó, pero parecía estar<br />
sumamente afligida, <strong>de</strong> modo que le empecé a<br />
cantar suavemente.<br />
La Primaria estaba aprendiendo una canción<br />
nueva, y cuando cantamos “al Salvador siento si<br />
escucho con el corazón” 1 , empecé a sentir que<br />
mi alma se llenaba <strong>de</strong> una luz y una cali<strong>de</strong>z increíbles.<br />
Me sentí envuelto en brazos eternos <strong>de</strong><br />
amor. Comprendí que el Padre Celestial había<br />
escuchado la oración <strong>de</strong> esa niña y que yo me<br />
encontraba allí para proporcionarle el consuelo<br />
que Él <strong>de</strong>seaba darle. Se esclareció mi entendimiento<br />
espiritual y recibí un testimonio personal<br />
<strong>de</strong>l amor que el Salvador tenía por ella, por cada<br />
uno <strong>de</strong> Sus hijos y por mí. Supe que Él confiaba<br />
en mí para servir a alguien que lo necesitaba y<br />
que yo me encontraba don<strong>de</strong> Él quería que estuviera.<br />
Aprendí que somos Sus manos cuando<br />
servimos a la persona en particular.<br />
Me siento feliz por cualquier oportunidad <strong>de</strong><br />
servir y trato <strong>de</strong> permanecer digno para sentir<br />
las impresiones <strong>de</strong>l Espíritu y para encontrarme<br />
don<strong>de</strong> el Padre Celestial <strong>de</strong>sea que esté cuando<br />
uno <strong>de</strong> Sus hijos necesita ayuda. ◼<br />
NOTA<br />
1. Sally DeFord, “Si escucho con el corazón”, Bosquejo <strong>de</strong>l<br />
Tiempo para compartir <strong>de</strong> 2011, pág. 28.<br />
¿A CUÁNTAS<br />
PERSONAS<br />
AYUDÓ?<br />
“Quizás cuando<br />
comparezcamos<br />
ante nuestro<br />
Hacedor, no se nos<br />
pregunte: ‘¿Cuántos<br />
cargos <strong>de</strong>sempeñó?’,<br />
sino, más<br />
bien: ‘¿A cuántas<br />
personas ayudó?’.<br />
En realidad, no se<br />
pue<strong>de</strong> amar al Señor<br />
hasta que se<br />
lo ha servido a Él<br />
por medio <strong>de</strong><br />
prestar servicio a<br />
Su pueblo”.<br />
Presi<strong>de</strong>nte Thomas S.<br />
Monson, “Faces and Attitu<strong>de</strong>s”,<br />
New Era, septiembre<br />
<strong>de</strong> 1977, pág. 50.<br />
<strong>Agosto</strong> <strong>de</strong> <strong>2012</strong> 19