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Agosto de 2012 Liahona - The Church of Jesus Christ of Latter-day ...

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Un voluntario <strong>de</strong> Manos Mormonas que Ayudan busca<br />

entre los escombros en Joplin, Misuri, EE. UU., <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

un tornado en mayo <strong>de</strong> 2011.<br />

Señor los había guiado para hacer lo que era mejor.<br />

En el caso <strong>de</strong> nuestra familia, sentimos que no <strong>de</strong>bíamos<br />

<strong>de</strong>salojar nuestro hogar, así que nos quedamos. No<br />

sólo sobrevivimos la tormenta a salvo, sino que pudimos<br />

ayudar a otras personas <strong>de</strong> la región. Algunos <strong>de</strong> nuestros<br />

hijos casados tuvieron la impresión <strong>de</strong> irse, y así lo hicieron.<br />

El prestar atención al Espíritu bendijo a cada familia,<br />

barrio y estaca.<br />

Después <strong>de</strong> la tormenta: Permitan que el Evangelio<br />

quite el pesar<br />

Algunas veces, personas buenas sufren durante las calamida<strong>de</strong>s.<br />

El Señor no elimina el sufrimiento; es parte <strong>de</strong>l<br />

plan. Por ejemplo, un tornado recientemente <strong>de</strong>struyó un<br />

centro <strong>de</strong> estaca en el centro <strong>de</strong> los Estados Unidos. Ese<br />

tornado también <strong>de</strong>struyó la casa <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> estaca.<br />

Él y su familia perdieron todas sus posesiones materiales.<br />

Sin embargo, eso es todo lo que eran: posesiones materiales.<br />

La pérdida fue triste, pero no fue un <strong>de</strong>sastre <strong>de</strong> daños<br />

eternos. En ocasiones, lo que consi<strong>de</strong>ramos importante<br />

realmente no lo es para nada. Compren<strong>de</strong>r eso no es necesariamente<br />

fácil <strong>de</strong> aceptar, pero es verdad; y enten<strong>de</strong>rlo<br />

proporciona tranquilidad.<br />

Lo peor que pue<strong>de</strong> pasar en uno <strong>de</strong> esos <strong>de</strong>sastres es<br />

que alguien pierda la vida. Es algo muy triste. Pero como<br />

conocemos la verdad, sabemos que incluso esa pérdida es<br />

NUESTRO HOGAR, NUESTRA FAMILIA<br />

parte <strong>de</strong>l plan <strong>de</strong>l Padre Celestial. Sabemos <strong>de</strong> lo que<br />

realmente se trata la vida; sabemos por qué estamos<br />

aquí y a dón<strong>de</strong> vamos. Gracias a esa perspectiva<br />

eterna, el dolor se pue<strong>de</strong> aliviar. El conocimiento <strong>de</strong>l<br />

plan <strong>de</strong> salvación elimina el aguijón <strong>de</strong> la muerte<br />

(véase 1 Corintios 15:55).<br />

Hace mucho tiempo, Sadrac, Mesac y Abed-nego<br />

no sabían lo que iba a suce<strong>de</strong>r cuando los echaron al<br />

horno <strong>de</strong> fuego ardiente por negarse a adorar a dioses<br />

falsos. Ellos le dijeron al rey: “…nuestro Dios…<br />

pue<strong>de</strong> librarnos… Y si no… [aun así] no serviremos a<br />

tus dioses” (Daniel 3:17–18).<br />

De la misma manera, muchos pioneros <strong>de</strong> la Iglesia<br />

restaurada estuvieron dispuestos a tratar <strong>de</strong> cruzar las<br />

planicies <strong>de</strong> Norteamérica a mediados <strong>de</strong>l siglo veinte,<br />

aun cuando existía la posibilidad <strong>de</strong> morir en el camino.<br />

En el Libro <strong>de</strong> Mormón se <strong>de</strong>scribe que se dio muerte a<br />

personas buenas, y se enseña que “son [benditas], porque<br />

han ido a morar con su Dios” (Alma 24:22).<br />

En cada caso, las personas afrontaron la muerte<br />

con fe. Para ellas, <strong>de</strong>bido a la paz que trae el Evangelio,<br />

se quitó el aguijón <strong>de</strong> la muerte. Aunque es doloroso<br />

per<strong>de</strong>r a alguien que se ama y a pesar <strong>de</strong> que la mayoría<br />

<strong>de</strong> nosotros no quiere morir porque tenemos tantas cosas<br />

maravillosas por las que vivir, el hecho es que todos moriremos<br />

en algún momento. Cuando se conoce el plan <strong>de</strong>l<br />

Evangelio, se sabe que la muerte no es el fin <strong>de</strong>l mundo.<br />

Seguiremos existiendo, y las relaciones familiares pue<strong>de</strong>n<br />

continuar aún <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que la tumba haya reclamado<br />

nuestros cuerpos mortales. En el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l universo, la<br />

muerte no es eternamente <strong>de</strong>vastadora. Como enseñó el<br />

él<strong>de</strong>r Russell M. Nelson, <strong>de</strong>l Quórum <strong>de</strong> los Doce Apóstoles:<br />

“Vivimos para morir, y morimos para vivir nuevamente.<br />

Des<strong>de</strong> una perspectiva eterna, la única muerte que<br />

es realmente prematura es la muerte <strong>de</strong> alguien que no<br />

está preparado para comparecer ante Dios” 1 . Parte <strong>de</strong> la<br />

paz que nos brinda el Evangelio es una perspectiva eterna.<br />

El Señor nos conoce; el Señor nos ama; y el Señor<br />

quiere ayudarnos. Vendrán calamida<strong>de</strong>s, pero no tenemos<br />

que tenerles miedo. Si estamos dispuestos a recibir guía y<br />

pedimos Su orientación, el Señor, por medio <strong>de</strong>l Espíritu<br />

Santo, nos ayudará a prepararnos para los <strong>de</strong>sastres naturales,<br />

a soportarlos y a recuperarnos <strong>de</strong> ellos. ◼<br />

NOTA<br />

1. Russell M. Nelson, “Afrontar el futuro con fe”, <strong>Liahona</strong>, mayo <strong>de</strong> 2011,<br />

págs. 34–36.<br />

<strong>Agosto</strong> <strong>de</strong> <strong>2012</strong> 33

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