¿Cómo SÉ que he sido PERDONADO? Cuando presté servicio como presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> misión, los misioneros solían hacerme estas dos preguntas: (1) ¿Cómo sé que he sido perdonado <strong>de</strong> mis pecados?, y (2) Si he sido perdonado, ¿por qué aún siento culpa? Cuando me hacían esas preguntas, normalmente les respondía: “Si siente el Espíritu cuando ora, lee las Escrituras, enseña, testifica o en cualquier otro momento, eso es el testimonio <strong>de</strong> que ha sido perdonado, o bien <strong>de</strong> que el proceso <strong>de</strong> purificación está en curso, puesto que el Espíritu no pue<strong>de</strong> morar en un templo impuro” (véase Alma 7:21). En la mayoría <strong>de</strong> los casos, el proceso <strong>de</strong> purificación lleva tiempo, ya que nuestro cambio <strong>de</strong> corazón requiere tiempo; pero entretanto, po<strong>de</strong>mos avanzar con la confianza <strong>de</strong> que Dios aprueba nuestro progreso, como lo manifiesta la presencia <strong>de</strong> Su Espíritu. Algunas personas son más duras consigo mismas <strong>de</strong> lo que el Señor lo es con ellas. Por supuesto, <strong>de</strong>bemos 48 <strong>Liahona</strong> arrepentirnos para po<strong>de</strong>r acce<strong>de</strong>r a los po<strong>de</strong>res <strong>de</strong> purificación y perdón <strong>de</strong> la Expiación; pero una vez que nos hemos arrepentido, no existe tal cosa en el reino <strong>de</strong> Dios como un arrepentido con manchas. No existe ninguna marca negra en nuestro tobillo <strong>de</strong>recho que diga “pecado <strong>de</strong> 2008”, ni ninguna mancha marrón tras nuestra oreja izquierda que diga “transgresión <strong>de</strong> 2010”. El Señor <strong>de</strong>claró el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> purificación total <strong>de</strong> la Expiación cuando dijo: “Aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos” (Isaías 1:18). Éste es el milagro <strong>de</strong> la expiación <strong>de</strong> Jesucristo. En ciertas ocasiones, creo que somos limpiados <strong>de</strong> nuestros pecados antes <strong>de</strong> que <strong>de</strong>saparezca el sentimiento <strong>de</strong> culpa. ¿Por qué motivo? Quizá, en la misericordia <strong>de</strong> Dios, el recuerdo <strong>de</strong> esa culpabilidad sea una advertencia, una señal espiritual que dice “<strong>de</strong>ténte” y que, cuando enfrentamos tentaciones similares, nos grita: “No vayas por ese camino, ya Por el él<strong>de</strong>r Tad R. Callister De la Presi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los Setenta conoces el dolor que pue<strong>de</strong> ocasionar”. Quizá sirve <strong>de</strong> protección, no <strong>de</strong> castigo, para aquellos que están en el proceso <strong>de</strong> arrepentirse. ¿Desaparecerá alguna vez nuestro sentimiento <strong>de</strong> culpa? La promesa <strong>de</strong>l Señor es certera en ese aspecto. El Señor dijo a los justos que llegará el tiempo en que no “habrá más llanto, ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas han <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> ser ” (Apocalipsis 21:4; cursiva agregada). No sé si olvidaremos nuestros pecados, pero llegará el momento en que los que se arrepientan <strong>de</strong>jarán <strong>de</strong> verse turbados por sus pecados. Así sucedió con Enós, cuya “culpa fue expurgada” (Enós 1:6); con los lamanitas convertidos, que testificaron que el Señor había “<strong>de</strong>purado [sus] corazones <strong>de</strong> toda culpa” (Alma 24:10); y con Alma, quien exclamó: “ya no me pu<strong>de</strong> acordar más <strong>de</strong> mis dolores” (Alma 36:19; cursiva agregada). Sin duda, todos ellos recordaban sus pecados, pero <strong>de</strong> algún modo ya no les inquietaban. Los infinitos po<strong>de</strong>res ILUSTRACIONES POR SCOTT SNOW.
¿Desaparecerá alguna vez nuestro sentimiento <strong>de</strong> culpa? La promesa <strong>de</strong>l Señor es certera en este aspecto. El Señor dijo a los justos que llegará el tiempo en que no “habrá más llanto, ni clamor ni dolor”. <strong>Agosto</strong> <strong>de</strong> <strong>2012</strong> 49 JÓVENES