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NÚM. 314. G. TIBERGHIEN.—MORAL ELEMENTAL. 263<br />
en cuenta la inmortalidad <strong>de</strong>l alma. Cumple<br />
su <strong>de</strong>stino sin inquietarse <strong>de</strong> las ventajas<br />
que pue<strong>de</strong> sacar <strong>de</strong> sus actos, y por lo mismo<br />
obtiene la recompensa que merece, la tranquilidad<br />
<strong>de</strong> 1% conciencia. Si se consagra á<br />
sus semejantes y tiene confianza en Dios, encontrará<br />
su recompensa mas allá: renacerá<br />
en otro mundo con la conciencia tranquila y<br />
pura, con carácter viril, templado por el heroísmo<br />
y preparado por la virtud.<br />
Pue<strong>de</strong> también <strong>de</strong>cirse que el verda<strong>de</strong>ro<br />
interés <strong>de</strong>l hombre es obrar siempre <strong>de</strong>sinteresadamente<br />
y que el primer bien <strong>de</strong> la<br />
vida, es la virtud. Sin el <strong>de</strong>ber no se pue<strong>de</strong><br />
ser dichoso; con el <strong>de</strong>ber po<strong>de</strong>mos serlo aquí<br />
abajo, <strong>de</strong>bemos serlo un dia. La naturaleza<br />
humana está hecha así: el or<strong>de</strong>n moral está<br />
así constituido. Quien no lo ve así, no compren<strong>de</strong><br />
la vida moral.<br />
Las exigencias <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n moral, traen<br />
consigo la cuestión <strong>de</strong> la inmortalidad <strong>de</strong>l<br />
alma ó <strong>de</strong> una vida futura, don<strong>de</strong> los seres<br />
racionales continúan la obra <strong>de</strong> perfección<br />
que han comenzado sobre la tierra.<br />
La vida terrenal, no es toda la vida humana,<br />
y el <strong>de</strong>stino presente no es todo el <strong>de</strong>stino<br />
<strong>de</strong>l hombre. No concluye todo con la vida. El<br />
espíritu es in<strong>de</strong>structible. Si el alma pereciese<br />
con el cuerpo, la ley moral tendría con<br />
frecuencia una sanción insuficiente, puesto<br />
que podríamos encontrarnos con la muerte<br />
cumpliendo con nuestro <strong>de</strong>ber, ó cometiendo<br />
un crimen; el sacrificio seria una tontería,<br />
pues el mayor interés <strong>de</strong> cada uno seria el <strong>de</strong><br />
su propia conservación; el <strong>de</strong>stino carecería<br />
<strong>de</strong> sentido, pues no se podria acabar sobre la<br />
tierra y la felicidad estaría comprometida<br />
cada vez que el <strong>de</strong>ber reclamase algún sacrificio<br />
<strong>de</strong> nuestra parte.<br />
La vida terrena recoge flores y frutos para<br />
la otra vida. Para conocer estos frutos, es<br />
suficiente aplicar el principio <strong>de</strong> la justicia y<br />
<strong>de</strong> la imputabilidad: á cada uno lo que convenga;<br />
á cada cual según sus obras: á los<br />
buenos, condiciones dichosas; á los malos,<br />
condiciones <strong>de</strong>sgraciadas.<br />
La ley moral y la justicia son universales<br />
é inmutables, como todo lo que tiene su fundamento<br />
en la razón. No son otros en el cielo<br />
que en la tierra. Son los atributos mismos <strong>de</strong><br />
Dios, y Dios quiere que rijan la sociedad <strong>de</strong><br />
los espíritus en todas las regiones <strong>de</strong>l universo.<br />
Todo mal moral <strong>de</strong>be tener su castigo y<br />
<strong>de</strong>be extinguirse en la expiación. Todo bien<br />
moral <strong>de</strong>be encontrar su recompensa. Hacer<br />
que el bien triunfe sobre el mal, ved ahí el<br />
<strong>de</strong>stino. Gozar <strong>de</strong>l bien realizado, ved ahí la<br />
felicidad. El <strong>de</strong>stino y la felicidad terrestres<br />
se completan en la vida futura.<br />
Para terminar su <strong>de</strong>stino, el hombre <strong>de</strong>be<br />
dirigir todos los fines <strong>de</strong> su actividad; el bien,<br />
lo bello, lo verda<strong>de</strong>ro, lo justo, lo útil, al Ser<br />
<strong>de</strong> toda perfección, á Dios. Para gozar <strong>de</strong>l<br />
bien sin <strong>de</strong>scanso, <strong>de</strong>be elevarse sobre el mal<br />
y la <strong>de</strong>sgracia por la virtud, <strong>de</strong>be unirse íntimamente<br />
á Dios y cumplir la voluntad divina.<br />
La religión está en perfecto acuerdo con la<br />
ley moral y con el <strong>de</strong>recho en la base <strong>de</strong> la<br />
razón.<br />
XIII.—EL DERECHO.<br />
La moral enseña lo que cada uno <strong>de</strong>be hacer<br />
para cumplir su <strong>de</strong>stino. Pero el hombre<br />
es un ser limitado, incapaz <strong>de</strong> satisfacerse á<br />
sí mismo. Necesita condiciones para <strong>de</strong>sarrollarse;<br />
tiene precisión <strong>de</strong>l concurso <strong>de</strong> sus semejantes<br />
para perfeccionarse; no podria llegar<br />
al término <strong>de</strong> la vida sin la protección <strong>de</strong><br />
la sociedad.<br />
La reunión <strong>de</strong> las condiciones indispensables<br />
para el cumplimiento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stino humano,<br />
constituyen el <strong>de</strong>recho. El <strong>de</strong>recho es aquello<br />
que cada cual pue<strong>de</strong> preten<strong>de</strong>r para vivir<br />
y cultivarse como ser racional: es necesario<br />
en la vida.<br />
La moral es al <strong>de</strong>recho como el <strong>de</strong>be es<br />
al haber en la contabilidad, como el ^n es á<br />
los rqgdios en el ser viviente.<br />
¿ÍJuó necesita el niño para vivir y llegar á<br />
ser hombre? El alimento, el cuidado, la educación.<br />
Hó ahí sus <strong>de</strong>rechos en la familia. Esto<br />
le es <strong>de</strong>bido, lo que le <strong>de</strong>be ser proporcionado<br />
por sus pa.dres.<br />
¿Qué necesita el hombre para llenar su<br />
<strong>de</strong>stino? El po<strong>de</strong>r contratar, adquirir y enajenar,<br />
la libertad <strong>de</strong> trabajar, según su aptitud<br />
y <strong>de</strong> asociarse con sus semejantes. Estos son<br />
sus <strong>de</strong>rechos como hombre, sus <strong>de</strong>rechos privados,<br />
sus <strong>de</strong>rechos civiles.<br />
¿Qué necesita el ciudadano en sus relaciones<br />
con el Estado? La facultad <strong>de</strong> cooperar á<br />
la administración <strong>de</strong> la sociedad, y -<strong>de</strong>sempeñar<br />
las funciones públicas, la libertad individual,<br />
<strong>de</strong> conciencia y <strong>de</strong> cultos, la libertad <strong>de</strong><br />
enseñanza, <strong>de</strong> reunión y <strong>de</strong> asociación, y la<br />
libertad <strong>de</strong> la prensa. Estos son sus <strong>de</strong>rechos<br />
políticos.<br />
Todos estos <strong>de</strong>rechos están fundados en la