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LetrasTRL nº 42 enero 2012 - Ediciones Alvaeno

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Contenido<br />

Contenido<br />

Editorial<br />

Cine<br />

Editorial Contenido<br />

Reseña Literaria<br />

Cine<br />

Ciudades Editorial Literarias<br />

Reseña Literaria<br />

Entrevistas Cine<br />

Ciudades Literarias<br />

Poesía Reseña Literaria<br />

Entrevistas<br />

Relatos Ciudades Literarias<br />

Poesía<br />

Entrevistas<br />

Relatos<br />

Premios y Becas<br />

Poesía<br />

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y Becas<br />

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Escritor/a<br />

Libros<br />

del mes<br />

Premios y Becas<br />

Recomendamos<br />

Homenajes<br />

Escritor/a del mes<br />

Libros Arte<br />

Recomendamos<br />

Homenajes<br />

Columnistas<br />

Libros, libros, libros<br />

Arte<br />

Homenajes<br />

...<br />

Arte<br />

...<br />

Letras, tu revista literaria<br />

hp://alvaeno.com/letrasTRL.htm<br />

Aborreced las bocas que predicen desgracias eternas.<br />

Rubén Darío<br />

Hostal Santel<br />

1<br />

<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong><br />

ISSN: 1989-4198 Los libros son puertas abiertas que nos conducen a mundos imaginarios, reales y fantásticos.<br />

Cialenva Preston.<br />

Sin la mujer, la vida es pura prosa<br />

Rubén Darío


<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Nº <strong>42</strong>/ <strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong><br />

Letras, tu revista literaria<br />

©Letras (tu revista literaria) ISSN: 1989– 4198<br />

Fotograas de Portada y Contraportada: Hellen Levi<br />

Director: Salvador Moreno Valencia©<br />

Subdirector: Rubén Sancho©<br />

Maquetación: <strong>Ediciones</strong> <strong>Alvaeno</strong> ©<br />

Edición: <strong>Ediciones</strong> Santel ©<br />

hp://alvaeno.com/letrasTRL.htm<br />

Para colaboraciones: novedades, relatos, poesía,<br />

opinión, ensayo: máximo una página A4, archivos de<br />

Word, y para fotos formato JPG o GIF a:<br />

letras@alvaeno.com<br />

Contrata tu publicidad en Letras (Tu revista literaria)<br />

letras@alvaeno.com<br />

La visión del Director<br />

por Salvador Moreno Valencia<br />

Cine<br />

por Rubén Sancho<br />

Para Recordar<br />

Por Biograas y Vidas<br />

Entrevistas<br />

Varios<br />

Poesía<br />

Varios<br />

Relatos<br />

Varios<br />

Becas y Premios<br />

Información facilitada por www.alexisnavas.com<br />

Libros, libros, libros<br />

Varios<br />

Ni tú ni yo, a duras penas<br />

Novela autobiográfica y por entregas de Salvador Moreno<br />

Valencia<br />

Arte<br />

Víctor Manuel Guzmán Villena<br />

Los Nébures<br />

Capítulos XXX y XXXI<br />

Kalvellido<br />

www.kalvellido.net<br />

2<br />

STAFF:<br />

Salvador Moreno Valencia‐Dirección<br />

Rubén Sancho‐Subdirección<br />

Alexis Navas – Becas y Premios<br />

Francisco Vélez Nieto – Críca Literaria<br />

Silvia Loustau– Relatos, ensayo, poesía<br />

Eva Monzón– Relatos<br />

Fernando Gómez Márquez– Relatos y poesía<br />

María Jesús Verdú Sacases—Conocimiento<br />

Columnistas<br />

Pedro Luis Ibáñez Lérida<br />

J.J. Conde<br />

Francisco Basallote<br />

Marcos Morneo<br />

Javier Cintas<br />

Víctor Corcoba<br />

Carlos Penelas<br />

Vicent Boix<br />

Navidad Senserrich<br />

Consuelo García del Cid Guerra<br />

Eduardo Pérsico<br />

José Francisco Mejía Ramírez<br />

Carmen Rosa Barrere<br />

Maite García Romero<br />

Carlos Medina Vigliem<br />

Silvia Loustau<br />

Juan Manuel Álvarez<br />

Ignacio Fernández<br />

Lucre Romero<br />

“ En algunos la casdad es una virtud, en muchos<br />

es casi un vicio. "<br />

F. Nietsche<br />

©Letras (tu revista literaria) no se hace responsable de las<br />

opiniones verdas por los colaboradores.


<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Editorial<br />

Letras, tu revista literaria<br />

No sé a , pero a mí este comienzo de año me ha dado ganas de echarme a correr, sin rumbo fijo,<br />

huyendo de la que se nos viene encima con esa obsesión por el recorte en pos de sasfacer a los<br />

especuladores anónimos que no hacen sino obtener beneficio con los rescoldos de la crisis, mientras<br />

los demás ya tenemos rotos los bolsillos de tanto arañar y arañar en busca de lo que no hay.<br />

El nuevo gobierno de Rajoy ha llegado con ganas de sasfacer a todos menos a sus propios<br />

ciudadanos, y la primera medida que tomó fue congelar el salario mínimo interprofesional, para<br />

después incumplir todas sus promesas electorales pergeñando una subida de impuestos de esas que<br />

hacen daño donde más duele.<br />

Pero como úlmamente mis piernas no responden a las órdenes del cerebro, cosas de la edad,<br />

supongo, el caso es que no nos queda otra que refugiarnos en el arte y la literatura, la única esencia<br />

cierta del ser humano, al menos hasta que llegue la guadaña de los recortes.<br />

Por suerte, aquí en Letras TRL no tememos los recortes porque llevamos viviendo gracias a la<br />

economía de subsistencia desde que iniciamos nuestra andadura hace ya 41 meses, y parece que se<br />

dice pronto, pero ha sido un período largo de lucha, de amarguras y de tantas otras alegrías, tantas<br />

como cada una de las colaboraciones o de felicitaciones que recibimos.<br />

Felicitaciones que hago extensivas a todos los escritores, poetas y arstas, en general, que cada mes<br />

nos abruman con su talento y sus ganas de colaborar con nuestra modesta revista, en pos de<br />

conseguir que entre todos demos voz a los que no la enen.<br />

Y sin más te dejo con la revista, para que la disfrutes con pausa y embeleso, antes de que este <strong>2012</strong><br />

que ahora comienza se nos esfume entre los dedos, obviando las restricciones temporales del<br />

calendario.<br />

3<br />

Rubén Sancho<br />

Subdirector


<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

La visión del Director<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Pasear como hacía Dédalus<br />

Por Salvador Moreno Valencia<br />

Cuando salgo a pasear, simplemente a caminar o<br />

complejamente a dejar de pensar, es lo que quiero hacer, dejar<br />

de pensar, dejar, de algún modo, mi mente en blanco. Pero es<br />

imposible.<br />

Cuando salgo a pasear solamente entregado al acto de la<br />

observación, nunca puedo dejar de pensar, hay un pensamiento<br />

en todo cuanto veo. La gente que pasa: me parece la misma vida que pasa, pasa mientras yo observo<br />

el mundo que se asemeja a una fiera cuyas vísceras no dejan de fagocitarse a sí mismas, para luego<br />

en un vómito eterno lanzar los restos a millones de años luz.<br />

Entonces, y sumido en mis meditaciones, con las que me enfrento desde el principio de los siglos,<br />

una mirada cándida me desconcierta y me lleva a un lugar también ajeno a mí. Hay hombres que<br />

hablan en la plaza de otro empo como si éste ya les hubiera caducado en plena nariz sin que<br />

apenas hayan tenido empo de asimilar el presente, que ya no reconocen porque lo confunden con<br />

ese empo del que ya no saben si fue cierto o solamente un guiño de su incierta memoria.<br />

Otras veces me gusta seguir a una u otra persona que me ha parecido interesante y de la que sueño<br />

recibir el don del paraíso: quizá la eternidad. Pero sus labios quedan sellados como cosidos por una<br />

alambrada de espinos por la que no puede pasar el presente que su dios olvidadizo le entregó para<br />

mí: su corazón, erno, palpitante, cálido y sangrante…<br />

La miraba de alguna persona con la que me cruzo en mis paseos, me trae un nuevo pensamiento, y<br />

un vérgo recorre mi cuerpo, y hay algo de agorafobia en ese pensamiento. Doy un repaso a todo lo<br />

que he conseguido y siento terror, algo parecido al pánico que siente un cervallo ante las fauces de<br />

un fiero león que no dudará en devorarlo. Haciendo uso de la acción de comparar me considero por<br />

debajo de todos. Me pregunto cómo han adquirido tanto conocimiento y tanta memoria, ambos en<br />

mí mermados y casi ausentes. Ellos son capaces de recitar de memoria textos enteros, poemas<br />

completos, y citar una lista casi interminable de autores con sus frases más caracteríscas. Son<br />

capaces de diseccionar un párrafo y de él sacar la razón de ser del que lo ha escrito. Este punto en<br />

parcular me aterra, porque tengo la certeza de que erraran al hacer la autopsia de mis textos, y<br />

entonces ya no seré nunca yo, seré lo que los forenses ‐halagadores tras la muerte de otros‐ decidan<br />

que he sido.<br />

4<br />

——‐>>


<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

La visión del Director<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Intento memorizar y luego citar a autores que me hayan impresionado, que han sido muchos, pero a<br />

penas puedo nombrar más de cuatro seguidos, a pesar de que haya leído cientos de autores.<br />

Adjudicarles tal o cual cita, cual o tal frase, esto es un suplicio para mí.<br />

En mis paseos vespernos o matunos, o a esa hora donde los crisanos católicos marianos rezan el<br />

Ángelus, sigo ensimismado en un cúmulo de pensamientos, a los que trato de dar un orden, al<br />

menos, para organizarlos, si cabe, de forma cronológica o alfabéca, cosa imposible porque la simple<br />

flor de un jazmín me lleva a un país lejano que nunca visité pero en el que parece que siempre he<br />

vivido. También reflexiono sobre los libros que leo, y me parece que todos los he leído con<br />

anterioridad, no sé, es como si hubiera estado corriendo por las galeradas del mundo de la literatura<br />

desde empo inmemorial: soy una palabra, soy un símbolo, soy la misma letra con la que están<br />

formados los mundos imaginarios de la literatura.<br />

La mirada pasional de una señora de edad madura y ardiente de deseos me desvela de mi<br />

ensoñación y vislumbro el placer carnal como una gota de vida que cae de la copa de vino que acaba<br />

de caer al suelo desde el pedestal del mundo para cercenarme el empo. Pero no consigo salir del<br />

libro, estoy en él y para él vivo, y son todos ellos que lo memorizan los que me asesinan cada día,<br />

aunque ellos dicen que lo hacen para salvarme. El egoísmo no ene límites, ni la estupidez, ni la<br />

codicia. Memorizan para apropiarse de él, de mí, de los libros, de los autores, para regodearse de<br />

que son capaces de memorizar cientos de nombres, cientos de citas que yo jamás podré retener en<br />

mi pequeña cabeza de ratón atribulado, lo hacen para ocultar que son incapaces de ser el mismo<br />

libro, de crearlo, de parirlo como parieron las Valquirias aquellos monstruos.<br />

Santa Compaña (Spanish Edion) [KINDLE EDITION]<br />

Product Description<br />

“Santa Compaña” nos presenta un juego ininteligible y<br />

apasionante, en el que nada es lo que parece y todo parece lo<br />

que no es, un lupanar literario en el que Dediegos, el escritor<br />

que protagoniza la historia, ha perdido el control sobre su<br />

vida, sobre sus personajes y sobre su obra en general, la cuál<br />

ha emigrado a otras firmas huyendo del fracaso recurrente<br />

que acompaña al escritor en su existencia.<br />

5


<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Mis escenas favoritas de la historia del cine<br />

absoluta.<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Mis escenas favoritas de la historia del cine: American Beauty<br />

Por Rubén Sancho<br />

“...cuesta seguir enfadado cuando hay tanta belleza en el<br />

mundo…”<br />

O al menos eso nos invita a pensar Sam Mendes con esta sára<br />

escrita por Allan Ball la cuál hurga en la herida de la<br />

superficialidad y trivialidad de la clase media estadounidense<br />

recordándoles lo verdaderamente importante de la vida a la vez<br />

que nos avisa al resto del mundo de que vamos camino de<br />

converrnos en lo mismo.<br />

Una familia perfecta, o al menos eso parece, se desintegra por<br />

momentos por culpa del materialismo más obsceno y la falacia<br />

del becerro de oro que no lleva más que a la autodestrucción más<br />

Una autodestrucción que se ejemplifica en la úlma escena de la película, para mí la mejor, y en la<br />

que, a fuerza de destrozarte la historia si no la has visto todavía, Kevin Spacey yace muerto en el salón<br />

de su casa y realiza un viaje por su vida, un segundo que no es un segundo sino un océano de empo<br />

circular que termina siempre en el mismo lugar.<br />

Mendes combina las imágenes del recuerdo de Spacey con una especie de flashback tramposo<br />

seguido de una evolución lógica de la historia que explica todo sin decir nada, pero diciéndolo todo,<br />

ulizando las imágenes en movimiento para que el espectador comprenda, analice y saque sus propias<br />

conclusiones.<br />

Sin duda, se trata de una de las mejores películas de los úlmos años, por su tremenda capacidad para<br />

manejar el tempo de la historia sin apaciguar la agresividad interna de los personajes, una agresividad<br />

que nada ene que ver con su pacífica personalidad y sí todo con su ausencia de vida real, carente de<br />

todo lo que no sea el subterfugio de la falacia capitalista.<br />

“American Beauty” es, por tanto, un canto a la vida, una oda a la esencia de todo lo que poseemos,<br />

de todo aquello con lo que un día soñamos y que se encuentra muy por encima del precio que las<br />

leyes del mercado puedan dictaminar.<br />

“… no enen ni idea de lo que les hablo, pero no se preocupen, algún día la tendrán”<br />

6


<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Para Recordar<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Rubén Darío (Metapa, 1867– León , 1916)<br />

www.biografiasyvidas.com<br />

Seudónimo del gran poeta nicaragüense Félix Rubén García Sarmiento,<br />

iniciador y máximo representante del Modernismo hispanoamericano. Su<br />

familia era conocida por el apellido de un abuelo, "la familia de los Darío", y el<br />

joven poeta, en busca de eufonía, adoptó la fórmula "Rubén Darío" como<br />

nombre literario de batalla.<br />

Con una dichosa facilidad para el ritmo y la rima creció Rubén Darío en medio<br />

de turbulentas desavenencias familiares, tutelado por solícitos parientes y<br />

dibujando con palabras en su fuero interno sueños exócos, memorables heroísmos y tempestades<br />

sublimes. Pero ya en su época toda esa parafernalia de presgiosos tópicos románcos comenzaba a<br />

desgastarse y se ofrecía a la imaginación de los poetas como las armas inúles que se conservan en<br />

una panoplia de terciopelo ajado. Rubén Darío estaba llamado a revolucionar rítmicamente el verso<br />

castellano, pero también a poblar el mundo literario de nuevas fantasías, de ilusorios cisnes, de<br />

inevitables celajes, de canguros y gres de bengala conviviendo en el mismo paisaje imposible.<br />

Casi por azar nació Rubén en una pequeña ciudad nicaragüense llamada Metapa, pero al mes de su<br />

alumbramiento pasó a residir a León, donde su madre, Rosa Sarmiento, y su padre, Manuel García,<br />

habían fundado un matrimonio teóricamente de conveniencias pero próspero sólo en disgustos. Para<br />

hacer más llevadera la mutua incomprensión, el incansable Manuel se entregaba inmoderadamente<br />

a las farras y ahogaba sus penas en los lupanares, mientras la pobre Rosa huía de vez en cuando de su<br />

cónyuge para refugiarse en casa de alguno de sus parientes. No tardaría ésta en dar a luz una<br />

segunda hija, Cándida Rosa, que se malogró enseguida, ni en enamorarse de un tal Juan Benito<br />

Soriano, con el que se fue a vivir arrastrando a su primogénito a "una casa primiva, pobre y sin<br />

ladrillos, en pleno campo", situada en la localidad hondureña de San Marcos de Colón.<br />

No obstante, el pequeño Rubén volvió pronto a León y pasó a residir con los os de su madre,<br />

Bernarda Sarmiento y su marido, el coronel Félix Ramírez, los cuales habían perdido recientemente<br />

una niña y lo acogieron como sus verdaderos padres. Muy de tarde en tarde vio Rubén a Rosa<br />

Sarmiento, a quien desconocía, y poco más o menos a Manuel, por quien siempre sinó desapego,<br />

hasta el punto de que el incipiente poeta firmaba sus primeros trabajos escolares como Félix Rubén<br />

Ramírez.<br />

Durante sus primeros años estudió con los jesuitas, a los que dedicó algún poema cargado de<br />

invecvas, aludiendo a sus "sotanas carcomidas" y motejándolos de "endriagos"; pero en esa etapa<br />

de juventud no sólo culvó la ironía: tan temprana como su poesía influida por Bécquer y por Víctor<br />

Hugo fue su vocación de eterno enamorado. Según propia confesión en la Autobiograa, una<br />

maestra de las primeras letras le impuso un severo casgo cuando lo sorprendió "en compañía de<br />

una precoz chicuela, iniciando indoctos e imposibles Dafnis y Cloe, y según el verso de Góngora, las<br />

bellaquerías detrás de la puerta".<br />

7


<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Para Recordar<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Antes de cumplir quince años, cuando los designios de su corazón se<br />

orientaron irresisblemente hacia la esbelta muchacha de ojos verdes<br />

llamada Rosario Emelina Murillo, en el catálogo de sus pasiones había<br />

anotado a una "lejana prima, rubia, bastante bella", tal vez Isabel Swan,<br />

y a la trapecista Hortensia Buislay. Ninguna de ellas, sin embargo, le<br />

procuraría tantos quebraderos de cabeza como Rosario; y como<br />

manifestara enseguida a la musa de su mediocre novela<br />

senmental Emelina sus deseos de contraer inmediato matrimonio, sus<br />

amigos y parientes conspiraron para que abandonara la ciudad y<br />

terminara de crecer sin incurrir en irreflexivas precipitaciones.<br />

En agosto de 1882 se encontraba en El Salvador, y allí fue recibido por el presidente Zaldívar, sobre el<br />

cual anota halagado en su Autobiograa: "El presidente fue genlísimo y me habló de mis versos y<br />

me ofreció su protección; mas cuando me preguntó qué es lo que yo deseaba, contesté con estas<br />

exactas e inolvidables palabras que hicieron sonreír al varón de poder: "Quiero tener una buena<br />

posición social"."<br />

En este elocuente episodio, Rubén expresa sin tapujos sus ambiciones burguesas, que aún vería más<br />

dolorosamente frustradas y por cuya causa habría de sufrir todavía más insidiosamente en su ulterior<br />

etapa chilena. En Chile conoció también al presidente suicida Balmaceda y trabó amistad con su hijo,<br />

Pedro Balmaceda Toro, así como con el aristocráco círculo de allegados de éste; sin embargo, para<br />

poder vesr decentemente, se alimentaba en secreto de "arenques y cerveza", y a sus opulentos<br />

contertulios no se les ocultaba su mísera condición. Publica en Chile, a parr de octubre de<br />

1886, Abrojos, poemas que dan cuenta de su triste estado de poeta pobre e incomprendido, y ni<br />

siquiera un fugaz amor vivido con una tal Domila consigue enjugar su dolor.<br />

Para un concurso literario convocado por el millonario Federico Varela escribe Otoñales, que obene<br />

un modessimo octavo lugar entre los cuarenta y siete originales presentados, y Canto épico a las<br />

glorias de Chile, por el que se le otorga el primer premio, compardo con Pedro Nolasco Préndez, y<br />

que le reporta la módica suma de trescientos pesos.<br />

Pero es en 1888 cuando la auténca valía de Rubén Darío se da a conocer con la publicación de Azul,<br />

libro encomiado desde España por el a la sazón presgioso novelista Juan Valera, cuya importancia<br />

como puente entre las culturas española e hispanoamericana ha sido brillantemente estudiada por<br />

María Beneyto. Las cartas de Juan Valera sirvieron de prólogo a la nueva reedición ampliada de 1890,<br />

pero para entonces ya se había converdo en obsesiva la voluntad del poeta de escapar de aquellos<br />

estrechos ambientes intelectuales, donde no hallaba ni el suficiente reconocimiento como arsta ni<br />

la anhelada prosperidad económica, para conocer por fin su legendario París.<br />

8<br />

——‐>>


<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Para Recordar<br />

Letras, tu revista literaria<br />

El 21 de junio de 1890 Rubén contrajo matrimonio con una mujer con la que compara aficiones<br />

literarias, Rafaela Contreras, pero sólo al año siguiente, el 12 de <strong>enero</strong>, pudo completarse la<br />

ceremonia religiosa, interrumpida por una asonada militar. Más tarde, con movo de la celebración<br />

del cuarto Centenario del Descubrimiento de América, vio cumplidos sus deseos de conocer el Viejo<br />

Mundo al ser enviado como embajador a España.<br />

El poeta desembarcó en La Coruña el 1 de agosto de 1892 precedido de una celebridad que le<br />

permirá establecer inmediatas relaciones con las principales figuras de la políca y la literatura<br />

españolas, pero, desdichadamente, su felicidad se ve ensombrecida por la súbita muerte de su<br />

esposa, acaecida el 23 de <strong>enero</strong> de 1893, lo que no hace sino avivar su tendencia, ya de siempre un<br />

tanto desaforada, a trasegar formidables dosis de alcohol.<br />

Precisamente en estado de embriaguez fue poco después obligado a casarse con aquella angélica<br />

muchacha que había sido objeto de su adoración adolescente, Rosario Emelina Murillo, quien le hizo<br />

vícma de uno de los más truculentos episodios de su vida. Al parecer, el hermano de Rosario, un<br />

hombre sin escrúpulos, pergeñó el avieso plan, sabedor de que la muchacha estaba embarazada. En<br />

complicidad con la joven, sorprendió a los amantes en honesto comercio amoroso, esgrimió una<br />

pistola, amenazó con matar a Rubén si no contraía inmediatamente matrimonio, saturó de whisky al<br />

cuitado, hizo llamar a un cura y fiscalizó la ceremonia religiosa el mismo día 8 de marzo de 1893.<br />

Naturalmente, el embaucado hubo de resignarse ante los hechos, pero no consinó en convivir con<br />

el engaño: habría de pasarse buena parte de su vida perseguido por su pérfida y abandonada esposa.<br />

Lo cierto es que Rubén concertó mejor apaño en Madrid con una mujer de baja condición, Francisca<br />

Sánchez, la criada analfabeta de la casa del poeta Villaespesa, en la que encontró refugio y dulzura.<br />

Con ella viajará a París al comenzar el siglo, tras haber ejercido de cónsul de Colombia en Buenos<br />

Aires y haber residido allí desde 1893 a 1898, así como tras haber adoptado Madrid como su segunda<br />

residencia desde que llegara, ese úlmo año, a la capital española enviado por el periódico La Nación.<br />

Se inicia entonces para él una etapa de viajes entusiastas Italia, Inglaterra, Bélgica, Barcelona,<br />

Mallorca... y es acaso entonces cuando escribe sus libros más valiosos: Cantos de vida y esperanza<br />

(1905), El canto errante (1907), El poema de otoño (1910), El oro de Mallorca (1913). Pero debe viajar<br />

a Mallorca para restaurar su deteriorada salud, que ni los solícitos cuidados de su buena Francisca<br />

logran sacar a flote. Por otra parte, el muchacho que quería alcanzar una "buena posición social", no<br />

obtuvo nunca más que el dinero y la respetabilidad suficientes como para vivir con frugalidad y<br />

modesa, y de ello da fe un elocuente episodio de 1908, relacionado con el extravagante escritor<br />

español Alejandro Sawa, quien muchos años antes le había servido en París de guía para conocer al<br />

perpetuamente ebrio Verlaine.<br />

9<br />

——‐>>


<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Para Recordar<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Sawa, un pobre bohemio, viejo, ciego y enfermo, que había consagrado su orgullosa vida a la<br />

literatura, le reclamó a Rubén la escasa suma de cuatrocientas pesetas para ver por fin publicada la<br />

que hoy es considerada su obra más valiosa, Iluminaciones en la sombra, pero éste, al parecer, no<br />

estaba en disposición de facilitarle este dinero y se hizo el desentendido, de modo que Sawa, en su<br />

correspondencia, acabó por pasar de los ruegos a la justa indignación, reclamándole el pago de<br />

servicios prestados. Según declara ahora, él habría sido el autor o negro, en argot editorial de algunos<br />

arculos remidos en 1905 a La Nación y firmados por Rubén Darío. En cualquier caso, será al fin el<br />

poeta nicaragüense quien, a peción de la viuda de Alejandro Sawa, prologará enternecido el extraño<br />

libro póstumo de ese "gran bohemio" que "hablaba en libro" y "era gallardamente teatral", citando<br />

las propias palabras de Rubén.<br />

Y es que al final de su vida, el autor de Azul no estaba en disposición de favorecer a sus amigos más<br />

que con su pluma, cuyos frutos ni aun en muchos casos le alcanzaban para pagar sus deudas, pero<br />

ganó, eso sí, el reconocimiento de la mayoría de los escritores contemporáneos en lengua española y<br />

la obligada gratud de todos cuantos, después que él, han intentado escribir un alejandrino en este<br />

idioma. En 1916, al poco de regresar a su Nicaragua natal, Rubén Darío falleció, y la nocia llenó de<br />

tristeza a la comunidad intelectual hispanoparlante.<br />

Su poesía, tan bella como culta, musical y sonora, influyó en centenares de escritores de ambos lados<br />

del océano Atlánco. Darío fue uno de los grandes renovadores del lenguaje poéco en las Letras<br />

hispánicas. Los elementos básicos de su poéca los podemos encontrar en los prólogos a Prosas<br />

profanas, Cantos de vida y esperanza y El canto errante. Entre ellos es fundamental la búsqueda de la<br />

belleza que Rubén encuentra oculta en la realidad. Para Rubén, el poeta ene la misión de hacer<br />

accesible al resto de los hombres el lado inefable de la realidad. Para descubrir este lado inefable, el<br />

poeta cuenta con la metáfora y el símbolo como herramientas principales. Directamente relacionado<br />

con esto está el rechazo de la estéca realista y su escapismo a escenarios fantáscos, alejados<br />

espacial y temporalmente de su realidad.<br />

Enteramente inquieto e insasfecho, codicioso de placer y de vida, angusado ante el dolor y la idea<br />

de la muerte, Darío pasa frecuentemente del derroche a la estrechez, del opmismo frenéco al<br />

pesimismo desesperado, entre drogas, mujeres y alcohol, como si buscara en la vida la misma<br />

sensación de originalidad que en la poesía o como si tratara de aturdirse en su gloria para no<br />

examinar el fondo admonitor de su conciencia. Este "pagano por amor a la vida y crisano por temor<br />

de la muerte" es un gran lírico ingenuo que adivina su trascendencia y quiere romper el cerco<br />

tradicional de España y América: y lo más importante es que lo consigue. Es necesario romper la<br />

monótona solemnidad literaria de España con los ecos del ímpetu románco de Víctor Hugo, con las<br />

galas de los parnasianos, con el "esprit" de Verlaine; los arculos de Los raros (1896), de temas<br />

preponderantemente franceses, nos hablan con claridad de esta trayectoria.<br />

10


Letras <strong>LetrasTRL</strong>/ (Fuengirola)/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>nº</strong>19 <strong>enero</strong>/ /año 10/ febrero / http://www.alvaeno.com/letras.htm<br />

Entrevistas<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Entrevista a Eva Monzón Jerez<br />

Por Rubén Sancho<br />

Ha publicado relatos cortos –con Bartleby y Acumán‐‐ y poesía en<br />

diversas revistas. Y fue coguionista en un programa de radio durante<br />

dos años. Su novela corta “Tiempo Muerto” la editó Bartleby en 2001.<br />

La novela “Entreactos” ganadora del certamen de Alfonso el<br />

Magnánimo de la ciudad de Valencia en su modalidad de narrava en<br />

castellano del 2006 fue publicada por Algar, de la que ha hecho un<br />

guion para un largometraje que está en manos de una productora para<br />

su realización en cine. También ha colaborado en varios cortos como<br />

coguionista y guionista..<br />

Tradujo el diario, inédito en España, que llevó el premio Nobel de<br />

literatura, J. Stenibeck, durante el proceso de creación de “Al Este del<br />

Edén”, publicado por Bartleby Editores; “Diario de una novela: Las cartas de “Al Este del Edén”<br />

Tiene una novela juvenil; ”La cicatriz de Paula”, un libro de relatos; “Retazos”, una colección de<br />

poemas, “Momentos”. Y una obra de teatro, ”Lo que no se quiere recordar” que se estrenará en<br />

marzo del <strong>2012</strong>.<br />

Ha trabajado en la biograa del sindicalista Joaquín Navarro, uno de los protagonistas de la matanza<br />

de Atocha, que saldrá publicado en <strong>2012</strong>. "Errantes" la tercera novela, la publicará Paréntesis en<br />

febrero del <strong>2012</strong>.<br />

Rubén Sancho (RS): ¿Cómo te presentamos? Eva Monzón, ¿escritora?, ¿psicóloga?, ¿creadora<br />

polivalente?<br />

Eva Monzón (EM): Se me puede presentar, dependiendo de cada ocasión, de una manera. En esta,<br />

quizá, la mejor sería escritora, (aunque, en realidad, sea, como cualquier otro, un todo mayor que la<br />

suma de sus partes).<br />

RS: Bien, te presentaremos como escritora, entonces. “Errantes” es tu nueva aventura literaria, ¿qué<br />

nos podemos encontrar? ¿En qué se diferencia de tus obras anteriores?<br />

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Letras <strong>LetrasTRL</strong>/ (Fuengirola)/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>nº</strong>19 <strong>enero</strong>/ /año 10/ febrero / http://www.alvaeno.com/letras.htm<br />

Entrevistas<br />

EM: Errantes es una novela de historias, de vidas truncadas, de personas rotas ante un hecho externo<br />

a ellas, pero común a todas; en ella asismos a sus reacciones, tomadas cada una desde sus<br />

percepciones del mundo, sin más tesgos que ellos mismos, y necesarias para sobrevivir a lo que el<br />

desno les ha puesto delante . Son personajes extremos, tanto los protagonistas, esos errantes<br />

parias, como los que se van encontrando por los caminos. Con respecto a en qué difiere de mis otras<br />

novelas, no sabría decir; cada novela es única y disnta, solo me enen en común a mí. Y eso seguro<br />

que se nota.<br />

RS: ¿Qué hay detrás de “Errantes”? ¿Qué idea la movó?<br />

EM: La Idea que movó a Errantes, fue el querer contar cómo el hombre destruye al hombre, ya sea<br />

por rechazo social, guerras o egoísmo. Desde ahí, toda una serie de personajes, ya de antemano<br />

diferentes a lo llamado normal, serán quienes, rechazados por la sociedad, se encuentren con los<br />

mismos hombres que les dieron la espalda y a quienes la guerra ‐más hombres‐, les ha truncado sus<br />

premisas de normalidad a su vez, eso narrado desde una voz inocente, Alba, que a su vez nace y va<br />

creciendo con y para ellos.<br />

RS: ¿Inocente de qué?<br />

Letras, tu revista literaria<br />

EM: Ella es una niña que aún no ha nacido cuando comienza a contarnos su historia, y la de los<br />

demás, nos la cuenta desde la inocencia del no haber vivido, digamos que es<br />

inocente de la experiencia.<br />

RS: ¿Cómo definirías tu eslo literario?<br />

EM: Es dicil de decir, quizá no sea yo la más adecuada para definir mi eslo,<br />

procuro que sea sencillo y muy intenso, profundo pero no pedante. Y muy vital.<br />

RS: ¿Cuáles son tus referentes?<br />

EM: Mis referentes son todos los autores leídos. Ellos me han enseñado a leer, a imaginar historias, y<br />

a saber contarlas. Y he leído a cientos de autores. No puedo citarlos a todos.<br />

RS: Dime entonces el primer y el úlmo autor que te ha cauvado.<br />

EM: Autores puedo nombrar muchos, pero si quieres de los primeros que leí serían J.M Barrie (Peter<br />

Pan), Lewis Carroll (Alicia) o Lyman Frank (El mago de Oz), y de los úlmos podría nombrar a Herta<br />

Muller (La besa del corazón), Varujan Vosganian (El libro de los susurros) o Sofi Oksanen (Purga)<br />

españoles actuales también leídos recientemente son Mateo Díaz y Javier Marías.<br />

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Entrevistas<br />

RS: ¿Escribir para vivir o vivir para escribir?<br />

EM: Es un círculo que se alimenta a sí mismo; se vive por lo tanto<br />

puedes escribir, y yo, personalmente, sin escribir, le encontraría menos<br />

sendo, si cabe, a esto de vivir.<br />

RS: ¿Qué es la Literatura para ?<br />

EM: La literatura puede ser muchas cosas: para un estudiante, una<br />

asignatura más o menos querida; para un académico, algo que cuidar y mimar; para la Humanidad<br />

uno de los mejores legados del Hombre. Para mí, uno de mis mundos, quizá el que más me gusta; las<br />

palabras.<br />

RS: Lo primero que haces al terminar de escribir una historia<br />

EM: Me siento eufórica nada más acabarla, siempre es un largo recorrido, no baja de dos años, y<br />

haber llegado a la cima es grato; me quedo ahí un rato mirando hacia abajo y me doy unos días de<br />

descanso, hasta que comienzo a pensar en otra idea.<br />

RS: Sueños confesables<br />

EM: Llegar a triunfar con las palabras.<br />

RS: Sueños inconfesables<br />

Letras, tu revista literaria<br />

EM: Haber triunfado con ellas.<br />

RS: ¿Qué es triunfar con las palabras?<br />

EM: Lograr que mis palabras, mis libros y escritos, no solo lleguen a muchos sino que cuando las lean<br />

les aporte algo a sus vidas, a sus pensamientos, a sus palabras.<br />

RS: Lo que nunca harías por dinero<br />

EM: No haría por dinero lo que tampoco nunca haría sin él<br />

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Entrevistas<br />

RS: Lo que ya has hecho por dinero, y te avergüenzas de ello<br />

EM: Ahí no tengo nada por lo que arrepenrme, el dinero es algo muy lejano a mis intereses, con<br />

tener lo justo para no necesitarlo, me basta.<br />

RS: ¿Cuál sería tu filosoa de vida?<br />

EM: Aquella que lograse que la vida sea Vida.<br />

RS: ¿Y cuándo la vida es vida?<br />

EM: La Vida es vida de muchas maneras disntas, una por cada persona que vive, pues todos<br />

tenemos una manera de entenderla diferente, por lo tanto la frase es así universal.<br />

RS: Define la felicidad<br />

EM: La felicidad es un constructo humano, como muchos otros, a los que si se busca, no se<br />

encuentra, porque no existe como tal; es un estado de ánimo que sí se puede conseguir fácilmente si<br />

se conoce uno bien y sabe situarse correctamente.<br />

RS: ¿No nos representan?<br />

Letras, tu revista literaria<br />

EM: En realidad no nos representa nadie, siempre hay un pero en lo global, las individualidades<br />

nunca pueden meterse en un saco.<br />

RS: ¿Cultura libre o derechos de autor?<br />

EM: Un autor necesita vivir de lo que hace, si no, no se puede crear.<br />

RS: ¿Qué dirías si tuvieras un micrófono y una audiencia de 5 millones de personas?<br />

EM: Gracias por estar aquí.<br />

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<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Reseña Literaria<br />

Letras, tu revista literaria<br />

“Leer la mente”, de Jorge Volpi<br />

Por Francisco Vélez Nieto<br />

Jorge Volpi (México, 1968) es licenciado en<br />

Derecho, maestro en Letras Mexicanas por la UNAM y doctor en Filología<br />

por la Universidad de Salamanca. Es autor de novelas como La paz de los<br />

sepulcros, El temperamento melancólico, En busca de Klingsor (premio<br />

Biblioteca Breve 1999), Sanar tu piel amarga, o El jardín devastado. También<br />

es autor de ensayos como La imaginación y el poder. Una historia intelectual<br />

de 1968, Menras contagiosas (Premio Mazatán al mejor libro del año 2008)<br />

o El insomnio de Bolívar. Cuatro consideraciones intempesvas sobre<br />

América Lana en el siglo XXI (Premio Debate‐Casa de América 2009).<br />

Leer la mente. El cerebro y el arte de la ficción (Editorial Alfaguara, 2011) las<br />

podemos saborear en su más reciente libro en el que El autor se adentra en el mundo de la escritura<br />

que ene como fuente los mecanismos de la mente frente a la realidad y la ficción, hasta el punto<br />

que la primera llega un momento que se convierte en realidad, siempre que se tenga muy en cuenta<br />

que leer una novela o narración literaria no puede ser una mera distracción como tantas veces se<br />

escucha acá o allá: “leo para distraerme”, aunque es mejor que no leer nada, pues la “distracción”<br />

puede ser una puerta para que el no lector sienta la necesidad de ser protagonista y parcipe en la<br />

novela con sus propios criterios y análisis, porque una vez atrapado por la trama de la obra, se<br />

permite conocer las vidas de otros personajes en otro empo durante su lectura y según el impacto<br />

la permanencia dada la calidad que desarrolla. Volpi considera que “Leemos ficción esencialmente<br />

para vivir otras vidas que enriquezcan la nuestra”. Naturalmente se debe entender que se refiere a la<br />

buena literatura cuyo contenido ofrece una calidad que puede converrla en realidad.<br />

El escritor considera que “la conciencia humana aborrece la falsedad, y al menos durante el empo<br />

precioso que dura la ficción, prefiere considerarla una suma de verdades parciales, de escenarios<br />

alternavos y existencias paralelas de aventuras potenciales”. Observación que nos lleva a la<br />

realidad en que vivimos, la cual, dada la descomposición de su propia realidad converda en<br />

esperpénca ficción lleva a desviarnos por su falsedad para refugiarnos en la lectura, cuya calidad<br />

ofrece la realidad de los personajes que la pueblan que pueden converrse en ejemplo y críca<br />

pública que cada día parece converrse en una verdadera ficción de la sociedad. “Sobre todo más<br />

que una vía de escape, es un camino para entender por qué estamos donde estamos, y<br />

eventualmente, encontrar alguna salida. Cuando la situación es realmente desesperada, sí que<br />

puede servir de escape”<br />

15<br />

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<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Reseña Literaria<br />

Letras, tu revista literaria<br />

En una sociedad donde el humanismo y la éca se encuentran cada<br />

vez más marginados y perseguidos, donde la historia nos muestra<br />

las muchas persecuciones padecidas por la cultura de las letras y el<br />

pensar, excluidos por los poderes públicos, cuyo despresgio,<br />

desprecio y descaro aumenta cada vez más hasta que llegue el día<br />

que a pecho descubierto la cultura, sea perseguida con más<br />

refinados métodos de alienación. Porque efecvamente leer es no<br />

solamente un refugio para el ser humano sino paralelamente ensanchar su espíritu críco, a la vez<br />

que puede ser ulizado como escudo con el que protegerse de tan desmedida corrupción y saqueo<br />

en la que vive someda la sociedad.<br />

Latente espejo donde se refleja el desapego de los polícos hacia la cultura, el interés por apartarla<br />

hasta el extremo de quedar ausente de sus pragmácos programas políco, pues dicil encontrar en<br />

ellos en sus campañas de imagen la palabra cultura, como si esta no fuera también una vícma de la<br />

crisis, uno de los temas centrales de lo que está pasando hoy en día, la más casgada vícma de la<br />

avaricia. Como señala Jorge Volpi: “Leyendo literatura sobre la avaricia podríamos entender mejor<br />

cómo funcionan nuestros polícos, nuestros tecnócratas, nuestros empresarios, e incluso nosotros<br />

mismos, o por qué nos dejamos atrapar por la burbuja inmobiliaria y los albajos de la bolsa”<br />

Jorge Volpi, tanto desde un plano cienfico como literario ulizando ejemplos y sólidos argumentos,<br />

se exende sobre el texto insisendo en la necesidad de leer advirendo que: “No quiero exagerar:<br />

leer cuentos y novelas no nos hace por fuerza mejores personas, pero estoy convencido de que<br />

quien no lee cuentos y novelas – y quien no persigue las disntas variedades de la ficción‐ ene<br />

menos posibilidades de comprender el mundo, de comprender a los demás y de comprenderse así<br />

mismo”. En tan necesaria labor también todo lector formado y críco independiente debe de asumir<br />

el compromiso que, desde el boca a boca al arculo literario, mantenga una campaña pasiva y<br />

objeva en la propagación de la lectura como arma protectora y clarividente en una sociedad cada<br />

día más especulava y deshumanizada.<br />

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Letras <strong>LetrasTRL</strong>/ (Fuengirola)/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>nº</strong>19 <strong>enero</strong>/ /año 10/ febrero / http://www.alvaeno.com/letras.htm<br />

Poesía<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Confesiones de abril por la noche<br />

Mayra Alejandra Díaz<br />

Amo a las mujeres, todas enteras.<br />

Y aun ignorando que las amo, se cuelan<br />

misteriosas en mis sueños.<br />

Las amo con poca luz<br />

Envueltas en el hálito gris del humo del cigarrillo<br />

que se consume solo en la mesa.<br />

Es verdad que amo sus formas.<br />

Sus contornos que lejos de ser perfectos<br />

Son tal cuales mis manos los desean.<br />

Amo a mi amiga y el blanco de su piel asesina,<br />

Sus largas pestañas negras que como hilos de<br />

nube indestrucble<br />

Van coleccionando adioses.<br />

Amo a la lolita de enfrente, que toma el bus todos<br />

los miércoles a las 7 a.m.<br />

Con la piel trigueña escabulléndosele en el<br />

uniforme de corte militar<br />

Y las largas botas negras.<br />

Amo a las mujeres, todas enteras<br />

Y las odio.<br />

Porque aun después de mirarnos en el espejo y<br />

creer que lo tenemos todo<br />

Cerramos los ojos y nos imaginamos<br />

Gimiendo debajo de un hombre.<br />

17<br />

Qué dolor<br />

Margarita Vélez Verbel<br />

Qué dolor me produce el recuerdo<br />

de mi madre y su vida destruida.<br />

Qué dolor me produce<br />

la impunidad tejida en el empo,<br />

su cuerpo golpeado,<br />

su dignidad rebajada por mi padre.<br />

Qué impotencia de puños cerrados,<br />

de no poder defenderla,<br />

de no poder defenderme,<br />

de no tener un sio al cual huir,<br />

fuera de las cuatro paredes de aquel presidio<br />

duro del empo de mi infancia.


Letras <strong>LetrasTRL</strong>/ (Fuengirola)/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>nº</strong>19 <strong>enero</strong>/ /año 10/ febrero / http://www.alvaeno.com/letras.htm<br />

Poesía<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Un ornitólogo prerrafaelista<br />

Fernando Denis<br />

Pienso en mi dorado siglo diecinueve.<br />

Aquí cada verso reclama entre bosques lujosos<br />

Y delicadas cumbres de seda<br />

Los imperiosos colores que visten a la reina<br />

Victoria.<br />

Bajo el sueño de rostros de doncella<br />

El relámpago enciende mármoles y espejos.<br />

Pienso en el mar del siglo diecinueve.<br />

En ese enorme lienzo semejante al mar<br />

Que estremece el lenguaje.<br />

Todo sucede infinitamente en el esplendoroso<br />

Plumaje de un pájaro.<br />

Pienso en el pájaro que está en la punta del<br />

pincel.<br />

Y escribo esto porque escribir no es más<br />

Que una reflexión sobre la muerte.<br />

Ante esta luz que reinventa mi psicología<br />

Debo en seguida crear mi propio mito<br />

O me veré perdido en el mito de alguien<br />

Que no conozco.<br />

Si el cielo muriera conmigo en mis ojos abiertos<br />

Borraría el crepúsculo.<br />

Podría ofrecerla a la reina este puñal<br />

ensangrentado<br />

Después de mi suicidio.<br />

Pienso en la muerte del siglo diecinueve.<br />

Muero, quiero entrar en la metamorfosis.<br />

Arriba los pájaros trazan la muerte de mi pupila.<br />

18<br />

Propósitos para el <strong>2012</strong><br />

Víctor Corcoba Herraro<br />

Hay en el mundo un lenguaje<br />

que a todos nos engrandece:<br />

el silencio de las soledades,<br />

y las soledades del silencio.<br />

Dejad que los pensamientos hablen<br />

y que los senmientos escriban;<br />

pensar acrecienta la vida<br />

y senr ensancha las ganas de vivir.<br />

Cada ser humano es un ser que sueña<br />

y que espera vesrse de amor,<br />

para poder caminar alegre,<br />

que la alegría es el pulso de la salud.<br />

Permid que el amor nos mueva<br />

los labios del alma;<br />

que sea el corazón la ciencia<br />

y la conciencia de nuestro exisr.<br />

El mejor propósito para el <strong>2012</strong>,<br />

es perder el miedo a tener miedo<br />

a vivir y recobrar la mirada<br />

del niño que todos llevamos dentro.<br />

Un niño que conoce la razón de la luz,<br />

y que reconoce a la vida por la belleza.<br />

La belleza es una carta de supervivencia<br />

que nos enamora, ¡la única forma de amar!<br />

Nadie puede amar sin antes amarse él,<br />

uno ene que quererse para querer,<br />

y al abrigo del sol volverse llama,<br />

que esclarezca los días y que aclare las noches.


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Poesía<br />

Letras, tu revista literaria<br />

La arboleda de ojos natales<br />

Carlos Penelas<br />

Lo he oído contar a un hombre<br />

y supe por los sueños que salieron del bosque.<br />

(Una tarde pude confirmarlo en la Galleria<br />

Borghese<br />

mientras miraba extasiado El Rapto de<br />

Proserpina).<br />

A la noche la bruma había borrado<br />

los anguos retratos, los días de la sin razón,<br />

el cristalino eco de la infancia. En la mesa<br />

fantasmas, como símbolos celtas, elevaban<br />

sobre el mar y la erra unos hilos sules.<br />

Así de claro era el corazón, los mínimos casllos,<br />

las compardas claridades de voces libertarias.<br />

Cada uno de estos signos inspira levedad.<br />

Por eso los evoco en el idioma del viento,<br />

cuando un caballo marino recorre las estrellas.<br />

19<br />

Agradecimiento desde el hospital<br />

psiquiátrico<br />

Aldo Luis Novelli<br />

Agradezco a la oscuridad<br />

que me deja ver claramente el mundo.<br />

Agradezco a los amigos que nunca vinieron.<br />

Agradezco a las mujeres que me abandonaron<br />

para que enloqueciera solo.<br />

Agradezco a la luna<br />

que habla conmigo<br />

cuando nadie me habla.<br />

Agradezco al sol que nunca está<br />

salvo cuando salimos al pao<br />

a arrastrar los pies y babearnos.<br />

Agradezco al acolchado de las paredes<br />

que me cuida la cabeza.<br />

Agradezco al enfermero<br />

que me da la paslla azul<br />

y la verde y la roja<br />

y esa maldita paslla blanca como una bala<br />

que nunca tomo<br />

y me la meto en el culo.<br />

Agradezco al otro enfermero<br />

que me trae papel y lápiz<br />

para que escriba mis poemas de locura<br />

y resista a la muerte.<br />

Agradezco a los dos monos<br />

que me aplican electroshock<br />

cuando me altero un poco/<br />

para quemar lentamente mis neuronas<br />

pero ellas todavía resisten<br />

así que vayan sabiéndolo<br />

gorilas hijos de puta:<br />

todavía escribo mi sucia poesía.‐


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Poesía<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Albardillar a Miguel<br />

Hernández<br />

Daniel de Culla<br />

Cedacito nuevo<br />

Tres días en estaca<br />

Ay, han puesto el capirote a un Poeta<br />

Los porfiados albardanes<br />

Que se comieron su vida y su pan<br />

Le han vuelto a colocar<br />

Aun después de muerto<br />

En la silla de domar potros<br />

Entre caballetes o camellones<br />

Con que se separan<br />

En los campos de nabos o cementerio<br />

Los cuadros sepulcrales.<br />

El barro que se pega al arado<br />

Salpica a los que presumen de sabelotodo<br />

En la Rreal Akademia del Rebuzno de España<br />

En todos empos<br />

Delatores infames y perversos<br />

Cueva donde se recogen las besas<br />

o fieras del Verbo.<br />

Su amada, esposa a la fuerza<br />

Borda la lana del lomo de la cabra<br />

Cuando está flaca.<br />

Y dicen que le dijo a su galán<br />

Que le hiciese una poesía<br />

¡Y le hizo un hijo¡<br />

En punto fijo<br />

Donde el Asno encuentra su estrella<br />

En el firmamento o cielo<br />

De tejas abajo.<br />

Ved: Hay una lonja de tocino<br />

En la almohadilla<br />

Que se puso Miguel al hombro<br />

Al tañido de compás muy acelerado<br />

Cuando el albarráneo<br />

Perro de ganado trashumante<br />

20<br />

Tras la hierba piojera<br />

Se someó al amor<br />

En alborada del crimen crisano fascista<br />

Y su muerte<br />

Albendera los disantos hilandera<br />

Maceraba el cáñamo en la alberca<br />

De los desaparecidos a la fuerza.<br />

Poeta de alberguería o pena<br />

Que te resisste a sufrirla<br />

¿ Sabes que han colocado<br />

Un libro de tus Obras Completas<br />

En el pesebre real en alcahuete<br />

En lugar del de boca<br />

Entre los entreactos cortos<br />

De poetas y supersciosos populares?<br />

Que multud de poemas hechos<br />

En tonos Rebuznales<br />

E instucionales<br />

¿Y en limpio que hemos sacado?<br />

Se te ha intentado adiestrar<br />

Una vez más<br />

Lo mismo que al gavilán, al azor,<br />

Al neblí y otras aves<br />

En haldas o en mangas<br />

De una u otra manera<br />

Velis nolis<br />

Por las buenas o por las malas<br />

Como entonces<br />

Y no han podido<br />

Porque Tú ocupas tu asiento<br />

En la silla de la Vida<br />

Y has pelado una cebolla<br />

Como quien va en romería<br />

A Roma o erra santa<br />

Pasando el charco con tu barca<br />

Y mandando a todos<br />

A escarbar cebollinos<br />

Que dan hatería a los pastores<br />

Y, a pesar de que te infesten con su aliento<br />

No te falta ni una hebilla<br />

De Hombre y Poeta.


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Poesía<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Canción del cura pedófilo<br />

Daniel de Culla<br />

“Mi culo en la Sépma Morada” Santa Teresa<br />

Salir de mí<br />

Tengo un hermoso plumaje<br />

Grande y afilado pico<br />

Por encima de lo que enseña el cilicio<br />

Que me hiere el muslo<br />

En rojo ensangrentado<br />

Mostrando todavía<br />

Las señales de vida en masturbación<br />

Llevada a cabo<br />

Sobre el sueño adormilado<br />

Del culo firme de san Valenn<br />

por mi amor<br />

No me importan<br />

Los asnos que creen en dios<br />

Yo, donde nadie sube, trepo<br />

Lo que nadie come, trisco<br />

Muy poco estoy en la Iglesia<br />

Pues lo mío son los carnales riscos.<br />

Soy un cabrón de dios.<br />

Estoy desolado<br />

Peno en la senda de la Perfección<br />

Los tesculos elevan mi fe<br />

Hasta el Señor<br />

Levito<br />

Y probablemente por eso<br />

Soy venerado.<br />

Agotado estoy<br />

Perdido todo lo que tenía<br />

Mi serpiente corre<br />

Pero no vuela<br />

21<br />

Y cuando ve el ojel reguero<br />

Mete la cabeza.<br />

“Apaciento mi grey con la “Caña la Doctrina”<br />

Como dijo Juana la Papisa<br />

Ocupado el solio ponficio<br />

Con el nombre de Juan VIII<br />

Entre los ponficados<br />

De León IV y Benito III<br />

Mi nombre es feroz<br />

Con un tercio de Mijares<br />

Un tercio de Badajoz<br />

Y otro tercio de Linares<br />

Los medios me dan cordelejo<br />

Pero el pueblo la espalda al coro<br />

Pide que silencie mis pecados<br />

Sobre todo<br />

Las mujeres mansas, dóciles<br />

Y sumisas<br />

Si la tendré larga<br />

Que a todas admira<br />

Y con dios la comparan enseguida.<br />

Chúpate esta, marquesa ¡<br />

Abrázame aquí<br />

Quiébrame la lechetrezna<br />

Que yo bien se<br />

“corderilla mega mama a su madre<br />

Y a la ajena”<br />

Y tu bien sabes<br />

“El cordero manso mama a su madre<br />

Y a cualquiera”<br />

El bravo, ni a la suya<br />

Ni a la ajena<br />

Tan presto va el cordero<br />

Como el carnero<br />

En corriente de Esperanza<br />

Destruyendo la célula dañada<br />

De Purificación.


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Relatos<br />

La maleta<br />

Eva Monzón<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Ahí estaba. Hacía ya una semana que Julián la había colocado en el primer<br />

plano de su escaparate. Una maleta forrada de equetas de diferentes<br />

colores, una por cada país que había visitado. La fascinaba. Le costó mucho<br />

entrar en la enda del prestamista y pedirle por favor que se la dejara mirar,<br />

tocar. Con los dedos recorría cada pegana y memorizaba su nombre: Estambul, París, Londres, El<br />

Cairo, Madrid, Milán... países exócos, lejanos.<br />

Cuando el dueño le pedía por favor que se marchase, que molestaba, iba directa a la biblioteca para<br />

bucear en la única enciclopedia que había, una polvorienta y ancuada. Recorría de nuevo con los<br />

dedos las imágenes de esos nombres para darles vida; así París dejó de ser un nombre hueco para<br />

llenarse de bulevares, cafés, catedrales y torres de metal; Londres se visó de parques, museos,<br />

relojes y niebla. Y así con cada uno de los lugares visitados por la valija, hasta que la bibliotecaria,<br />

una mujer seca que había perdido los sueños entre esos libros, le pedía también que se marchara,<br />

que debía cerrar.<br />

La niña asena y dejaba atrás esas ciudades a las que se juró que iría junto con la maleta. Debía ser<br />

suya. Y eso hizo al día siguiente de tomar la resolución. Entró en la enda del prestamista, “¿Otra vez<br />

vienes a verla?”. “Sí, señor, pero quiero comprarla”, y le dio un montón de monedas sudadas por<br />

haberlas llevado en su puño bien apretado desde que las sacó la noche anterior de su hucha.<br />

“Tenga” y el hombre las recibió con seriedad. No eran muchas. La miró. “Sé que aún me falta,<br />

¿verdad?”, “Sí”. “Ya”, la pequeña era consciente de que con lo poco que había reunido no era<br />

suficiente, pero eso no la paró. “Mire, es que no quiero que la venda, yo se la iré pagando, cada<br />

semana le traeré más monedas, pero no se la dé a nadie más. Es mía”.<br />

Julián, serio, abrió un cajón de detrás del mostrador, sacó un papel y garabateó cifras y fechas. La<br />

niña, con los ojos muy abiertos, observaba cómo hacía. “Toma, esto es un pagaré”, ella asinó sin<br />

saber qué era eso, pero alcanzaba a intuir que tenía su importancia. “¿Ves? Aquí anotaré todas las<br />

monedas que traigas, y cuando esté pagada, te la podrás llevar”.<br />

La carita roja de emoción contestó con un gesto; las palabras no le salían. Aturullada, balbuceó unas<br />

gracias y salió. Comenzó a caminar, y solo a la altura del parque se dio cuenta de que era propietaria<br />

de la maleta. Dentro sena como si hubiese hecho un pacto con el diablo, pero le dio igual.<br />

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Relatos<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Esa propiedad la sacaría del pueblo, del desno cerrado que la esperaba si se quedaba en él. Le abría<br />

las puertas del mundo. Y semana tras semana iba a ver a Julián, que con ademanes graves para que<br />

ella comprendiese que la tomaba en serio, cogía las monedas que Adela reunía trabajando como<br />

zurcidora, lavando ropa o fregando suelos. Tardó muchas semanas en completar el pago. Ya había<br />

dejado de ser una niña cuando el prestamista le dijo mirando el pagaré que ya era suya, que podía<br />

llevársela, y Adela, casi sin fuerzas para cogerla, la tomó del asa, y con ella en su mano, dejó atrás ese<br />

mundo limitado y se enfrentó a otro desno. El que ella fue creando pegando, viaje tras viaje, nuevas<br />

equetas en su maleta.<br />

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Relatos<br />

La frase de Proust<br />

Rubén Sancho<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Son las once de la noche. Las estrellas se afanan en refulgir a través del grisáceo<br />

manto poluvo de la ciudad, mientras que la luna, grandilocuente en su forma e insegura en su<br />

ejercicio recuerda, con recelo, la efigie solar y sueña, ilusa, con un futuro compardo. El espejo de tu<br />

alcoba te grita no y tú lo contemplas, entre desconsolada y erna, implorando una piadosa<br />

clemencia que nunca llega. Retocas, de nuevo, tu cabello y tratas de alargar tu falda roja, corta en tu<br />

cabeza pero larga en tu ensoñación. Recitas, con firmeza, la frase de Proust. Buscas a Swann, tu gato,<br />

lo abrazas con cariño y amargura, dejándote acariciar por la suavidad de su pelo recién lavado y le<br />

prometes regresar temprano, imaginando que no lo haces, le prometes regresar sola, imaginando un<br />

idílico romance, le prometes regresar sobria, imaginando una embriaguez inevitable. Sobre la mesa<br />

del comedor revisas el contenido de tu bolso, con exagerada pulcritud y mezquina letanía. Lenllas<br />

de recambio para aquellas que convierten tus tristes ojos castaños en tristes ojos grises con brillo<br />

arficial. Gafas escépcas ante despertar en casa ajena, pero cama conocida. Anconcepvos<br />

inulizados e inulizables por escasez de alimentos. Productos abusivos de una higiene inextricable.<br />

Teléfono celular, reconverdo en paradoja de movilidad por una sociedad ignorante, pero de fuerza<br />

atroz. Sin previo aviso, sientes un pálpito en tu encorsetado pecho. Es una noche propia para el<br />

amor. Tú y tus amigas. Cinco pos agraciados con virtudes escondidas en el úlmo punto del<br />

horizonte. Tu amiga lo arregló y te sonrió, con una de esas sonrisas cínicas y descarnadas que marcan<br />

el comienzo de una nocia y el final de la quietud. Carlos, sobre todo Carlos. Guapo. Inteligente.<br />

Sensible. Ingenioso. Humilde. G<strong>enero</strong>so. Tan cerca, tan lejos.<br />

Manenes pulsado, con insolencia, el botón del ascensor a la vez que conversas, sin afán, con el<br />

espejo que allí te encuentras al que le cuentas tus discrepancias con su hermano, tu compañero de<br />

habitación, defendido por éste con enfermizo corporavismo. Una colilla a medio apagar se consume<br />

sobre el suelo reclamando la muerte digna que todo cigarrillo merece. Tú se la das, por absnencia<br />

aletargada más que por pródiga solidaridad. Las puertas se abren al fin, tus músculos se tensionan<br />

ante la ansiedad por un éxito con vocación de fracaso. Colocas un pie delante del otro e instas a tu<br />

cerebro para que rija el caminar. Insegura, pero con anhelo sales a la calle y en la esquina prohibida<br />

de la Mari adivinas la presencia que te aguarda. Te acercas con cautela, esmulando todos tus<br />

mecanismos de defensa y adoptando tu mirada más sensual, en un irónico oxímoron. Tu amiga se<br />

abalanza sobre . Dos chasquidos a modo de beso entregado al aire, acompañados de un leve roce<br />

de mejillas y un caudaloso río de hipocresía delibesiana. El acto social se repite una y otra vez.<br />

Cabeza a la derecha, cabeza a la izquierda. Besos al aire, aire de pertenencia. Ellos sujetan la cintura<br />

de ellas, ellas buscan los hombros de ellos. Carlos procede. Gesto idénco y repedo, pero con<br />

significación ambigua en tu cabeza. Ya los conocías a todos. Un escritor que se olvidó de escribir , un<br />

director de<br />

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Relatos<br />

Letras, tu revista literaria<br />

cine que nunca dirigió, un mecánico de manos limpias, un periodista con moral y Carlos, un poeta sin<br />

poesías, un músico sin melodías. Ellos. Una rubia tan hermosa que no necesita personalidad, una<br />

vendedora de ropa inalcanzable para su bolsillo, una actriz que soñó con actuar y despertó<br />

enseñando inglés de Granada, una modelo sin diseñador y tú, una chica fea con vocación literaria<br />

amputada en el efecsmo de la realidad. Vosotras.<br />

Entráis en un angosto bar en el que percibes un aroma color ocre, mezclado con el olor de las<br />

colonias baratas que tergiversa las conversaciones para transformar los inocentes cuerpos en<br />

sórdidas emanaciones. El humo del tabaco flota a la deriva sin una isla desierta en la que naufragar.<br />

Te eriges en pastora sin rebaño y acudes a una barra infesta, donde dos borrachos solitarios<br />

comparten su embriaguez bajo el prisma de un humor pretendido, pero inalcanzado. Los camareros<br />

discuten entre sí, en lo que parece una trifulca domésca reconverda en desacuerdo monetario.<br />

Uno se acerca y pretende escuchar lo que dices, tú hablas con el desdén del que se dirige a una<br />

persona con problemas de audición, sin conocer con exactud aquello que ha sido oído, lo que<br />

provoca un emergente estado de exasperación. Él afirma con la cabeza y hace fluir la cerveza.<br />

Observas el local. Tus amigos han ocupado una mesa junto a la puerta. Justo enfrente un grupo de<br />

adolescentes recientes celebran su primer contacto con el alcohol lanzando improperios ardorosos a<br />

dos rubias demasiado maquilladas que elaboran la estrategia de la noche bajo un exntor absurdo,<br />

ignorando a aquellos chiquillos sin formar. Al lado del retrete hay una pareja joven sufriendo el<br />

silencio de su runa y en busca de una excusa sincera para acabar con su relación agonizante. Dando<br />

la espalda a los borrachos, mirando de manera neuróca un portal oscurecido por su conciencia, un<br />

divorciado, siempre enamorado, aguarda la brillante presencia de su amada, para connuar<br />

fusgando su dolor. Sin más, la cerveza llega y te sientas entre el director de pies de barro y la<br />

modelo con ojeras iluminadas. Recitas, con esperanza, la frase de Proust. Levantas la mirada y<br />

planeas por el espesor verde sin rocío de los ojos melancólicos de Carlos, que contempla tu irregular<br />

rostro diciendo algo que nunca llegas a comprender.<br />

Ríes, cuando todos ríen. Bebes, cuando todos beben. Hablas, cuando todos callan. Sueñas, cuando<br />

todos viven. Carlos comenta una película que vio la noche anterior. ‘Valmont’. Es tu película favorita<br />

y eso hace volar tu autoesma, imaginas un mensaje cifrado en el código enigmáco del amor donde<br />

sólo existe una inocente frase. El director aclama a su colega de profesión, con una devoción fingida<br />

en el fondo de su ignorancia. La actriz sonríe al recordar a la protagonista y enuncia, con arficial<br />

soniquete, otras actuaciones memorables. El escritor sin narraciones la compara con el libro que no<br />

ha leído. La modelo ríe, sin entusiasmo, ante un jocoso chascarrillo de la rubia impersonal. Tú,<br />

impaciente, escuchas aguardando tu oportunidad. Todos callan. Dices que jamás se interpretó la<br />

malicia con semejante audacia, que nunca se rindió tan grato homenaje a la servidumbre de la<br />

época, que siempre sientes nostalgia en la escena de… El mecánico de manicura impoluta realiza un<br />

chiste escatoló‐<br />

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Relatos<br />

Letras, tu revista literaria<br />

gico que todos aplauden con fervor, y se siente alentado por su éxito a rebuscar en su repertorio,<br />

robando para sí el circunstancial interés que tus palabras habían provocado. Alguien abre la puerta y<br />

un susurro de viento hiela tu corazón. Tu mente se fuga de aquella prisión voluntaria. Buscas retazos<br />

de felicidad en lugares olvidados a los que nunca llegó el tren, lugares escondidos tras las montañas<br />

de la frustración, lugares protegidos por el pulcro secreto del empo pretérito. Una ciudad, una<br />

cafetería, una mesa, dos sillas, dos cafés, un amigo. La felicidad no es un concepto abstracto, es un<br />

hecho puntual que acaece en un momento de la vida y se convierte en referencia inevitable para<br />

nuestro vivir. Un golpe seco sobre una de las mesas te hace recobrar el sico contacto de la realidad.<br />

Es la una. Los dos camareros fingen ordenar el estante de las bebidas, mientras esperan anhelantes<br />

que el local se vacíe para praccar su juego favorito, en una adicción sabiniana. Los adolescentes se<br />

marcharon ya, siguiendo a las dos rubias, las cuales acordaron permanecer juntas hasta las cuatro. La<br />

pareja desapareció como un suspiro llevado por el mar, al amparo del oleaje. Los borrachos<br />

acertaron a decidir la búsqueda de un nuevo ambiente donde encontrar petrificadoras esculturas<br />

humanas, con forma de mujer. El divorciado enlutado saltó como un resorte bien engrasado al ver<br />

aparecer a una cuarentona de nariz aguileña y cuerpo rechoncho. Solo quedáis vosotros. El<br />

periodista sin futuro te entrega una bolsa con disimulo y te pide con un gesto que líes un poco de<br />

marihuana. Procedes con indolente maestría. Se hace un somero análisis de la programación<br />

televisiva, como falso impostor del silencio. La modelo se aburre y busca una ufana diversión<br />

haciendo un comentario sexual que todos reciben con alegría. Nosotros somos cinco, vosotras sois<br />

cinco, dice insinuante el director sin historia. Se cruzan miradas con medias sonrisas marcadas en los<br />

labios. Terminas tu labor y cedes el resultado para el goce general. El mecánico almidonado comenta<br />

la posibilidad de converr su humilde apartamento en un lupanar improvisado. Todos ríen<br />

comparendo la broma, pero tú conservas un rictus serio imaginando tu cuerpo en brazos de Carlos.<br />

Recitas, en un susurro de ilusión, la frase de Proust. De repente, alguien informa sobre la hora y el<br />

claustro de beodos incipientes decide abandonar el local.<br />

El invierno es gélido, en una dimensión nunca recordada. Los vagabundos buscan, sin tesón, rígidos<br />

albergues y los perros callejeros huyen del hielo ocultándose en los motores latentes de los vehículos<br />

aparcados, los cuáles apelan a la solidez de su maquinaria para mantener viva una batalla perdida de<br />

antemano. El grupo se fracciona ante el asfalto, caminando arbitrario hacia un nuevo bar. El azar te<br />

coloca junto a la rubia de ojos negros y figura endiablada. Os introducís a la conversación con frases<br />

aburguesadas. Reís por cortesía, carcajadas de desdén. Le preguntas por su novio. Craso error. Dice<br />

que tras una semana y media de relación ha decidido romper con él porque le robaba la libertad.<br />

Comprendes con un gesto, pero niegas condescendiente en tu conciencia. Dice que ya ha<br />

encontrado un nuevo amor. Prometes sellar el secreto en el baúl de tus entrañas . Dice que Carlos.<br />

Caes por<br />

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Relatos<br />

Letras, tu revista literaria<br />

una insondable pendiente de oscura ira, que proteges a través de una armadura revesda de<br />

indiferencia. Ella sigue hablando, tú ya dejaste de escuchar. Un senmiento aprisiona tu pecho.<br />

Perdonas a tu inocente amiga, como quien perdona a un niño travieso que acaba de hacer una<br />

travesura. Decides, eso sí, desde la úlma célula de tu organismo, dejar de amar a Carlos hasta que la<br />

muerte os una.<br />

Una tenue luz de color azul índigo atrae vuestros pasos como la idílica voz de una bella sirena atrapa<br />

en su melodía al inocente marino. Un po fornido de espaldas interminables custodia la puerta con<br />

la insolente arrogancia del que conoce su poder y, en su gracia, os concede el privilegio de la<br />

entrada, adoptando un rictus serio y trascendente en busca de un respeto que sabe que no merece.<br />

Suena la misma música, mil veces repeda cada noche, a un volumen cercano al umbral máximo del<br />

oído humano. Encontráis vuestro territorio en un rincón de la pista de baile, demasiado lejos de la<br />

barra, demasiado lejos de los servicios, demasiado lejos de la salida. Imitas a tus amigas y comienzas<br />

a convulsionar tu cuerpo al ritmo de aquel sonido infernal. Las luces, sobre tu cabeza, giran sin<br />

descanso provocando una sensación de aislamiento sensorial. Hay un extraño olor magenta, con<br />

pequeños maces azabache que buscan la libido desatada, pero sólo encuentran la neurosis acatada.<br />

Ellos adquieren su dosis de alcohol, manteniendo una forzada pose vigilante, en espera de su<br />

momento. En el centro del local localizas, con la claridad de la experiencia, a la pareja de buitres<br />

carroñeros que habitan en cada discoteca, en cada noche, en cada ciudad. Sientes una mano en tu<br />

cintura y te vuelves con premura, en una rima espontánea. Es un compañero de trabajo, de esos que<br />

se empeñan en mantener los rescoldos de la amistad a parr de una hoguera que nunca prendió.<br />

Dos chasquidos a modo de beso entregado al aire, acompañados de un leve roce de mejillas y un<br />

caudaloso río de hipocresía delibesiana. Parece alarmantemente borracho y te cuenta una historia<br />

que no enendes sobre un amigo suyo que no conoces con un desternillante final que no ríes. Ante<br />

tu pétrea mirada se despide con un ridículo gesto y tus labios fuerzan una mueca sarcásca.<br />

Necesitas una copa. Pides tu bebida favorita. El camarero te la sirve meneando las caderas, en una<br />

insinuación que él sabe efecva. Le gastas una broma con doble carga sexual, que él ríe sin captar.<br />

Regresas a tu manada. Ahora son ellos los que bailan, vosotras las que vigiláis. Carlos está junto a .<br />

Te habla de una exposición de fotograa que le recomendaste. Llega el indulto. Adoras su forma de<br />

pronunciar, esos saltos imprevistos en la entonación, ese leve alargamiento de las eses finales. Dice<br />

que Helen Levi es magnífica, inigualable, capaz de enraizar en el abono del lirismo la cruda realidad<br />

de la vida diaria. Asientes complacida, agradeciendo cada grotesca nota musical que obliga a sus<br />

labios a estar junto a tu recatada oreja, conformando de individualidad sica sus palabras gracias al<br />

leve suspiro que acaricia tu mpano. También hablas. Otras exposiciones, algún que otro libro, dos o<br />

tres películas. Te sientes cerca de él, en un senmiento más profundo que la necia angusa. Os<br />

miráis a los ojos en los silencios traicionados. Formas un muro de soledad comparda en medio de la<br />

multud. Pero la música, traidora, vende tu alma por cuarenta monedas de níquel. Ahora, en una<br />

injuscia épica, exige pareja y la rubia, clavando una daga envenenada en tu corazón, roba tu maná.<br />

El mecánico<br />

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Relatos<br />

Letras, tu revista literaria<br />

macilento, inocente culpable, sujeta tus manos y marca tu ritmo en un compás que tú no sigues,<br />

añorando, como estás, otras manos, otra cara, otro ser. Deenes tu baile con desprecio suavizado y<br />

dejas que tus pies huyan, con la cobardía del fracaso, hacia el servicio. Allí un nuevo espejo anula tus<br />

sueños y edifica, con un cemento repleto de mezquindad, tu rencor. Recitas, con un susurro de<br />

amargura, la frase de Proust.<br />

La noche avanza sin cadenas. Las horas, robadas a la liturgia en honor de Morfeo se suceden con un<br />

breve recuerdo de decrépita nostalgia. Son las cuatro. Como en una obra de teatro interpretada<br />

hasta la saciedad, cada actor se sitúa en su marca y finge senr un diálogo poszo, rescatado de las<br />

profundidades de la mediocridad. La vendedora de ropa coquetea con unos anguos amigos<br />

sabiendo que alguno de ellos acabará en sus lascivos brazos en el transcurso de la noche. Un liviano<br />

pestañeo, una sonrisa sensual, una audaz caricia, una penetrante mirada, unos labios que buscan,<br />

unos labios que encuentran. El director y la actriz comparten experiencias por venir, en un tedioso<br />

prólogo de su amor. El escritor transforma, con torpeza, su prosa en poesía y lanza sensibleros versos<br />

al oído complaciente de la modelo, carente de cariño. Carlos y la rubia dorada desaparecieron,<br />

llevados por la brisa de la traición, hacia un lejano país del que fuiste deportada por tráfico ilegal de<br />

senmientos. El mecánico y el periodista analizan, temerosos, su inmediato futuro y tentados por las<br />

garras del desprecio, se exigen mutuamente una rerada digna antes de obtener una deshonrosa<br />

victoria. Sola entre la gente. Cierras los ojos. Te sumerges en la ciénaga oscura de tu corazón.<br />

Palpitas acompasada con sus gritos de dolor y mueves tus pies al son de la música, sin la certeza del<br />

movimiento. Una lágrima, amarga, desciende por tu mejilla para caer, con robustez, en un debilitado<br />

suelo, provocando un maremoto de acritud tras el telón compuesto de jirones de ardor pasajero,<br />

turista en un crucero sin desno. Tu boca se reseca de pobres ambiciones escritas sobre el cuaderno<br />

de la vida. Eliminas, en un arrebato cartesiano, todo tu saber y lo reconstruyes sobre un único hecho<br />

irrefutable: necesitas una copa.<br />

El alcohol recorre tu garganta, provocando un incendio de placer a su paso. Bebes con celeridad,<br />

como los borrachos compulsivos y acumulas los vasos vacíos delante de , lo cuál marca un gesto de<br />

admiración cínica en el perfecto rostro del camarero. Manenes la mirada en un punto concreto de<br />

la atmósfera púrpura del local, en un caballo dibujado, con gruesos trazos, sobre una pared<br />

habitualmente oculta gracias a una pila de cajas, ausentes en esta ocasión. De repente, como por un<br />

impulso nervioso, el caballo se acerca a con destreza anquilosada por el letargo. Tú montas en su<br />

aterciopelada grupa y dejas que cabalgue por la extensa llanura, color verde agua, que hay tras la<br />

puerta de los servicios. El viento mesa tus cabellos y acaricia tu rostro, mientras tus muslos golpean,<br />

con lujuria, el lomo de Rocinante, que así dice llamarse. En el horizonte divisas una figura desgarbada<br />

que vocifera colérica, corriendo a tu encuentro. Huyes despavorida al reconocer al hidalgo<br />

manchego que te increpa por el hurto de su jamelgo, y te refugias en una casa de muñecas<br />

ibseniana, donde un Tartufo en decadencia y un Mefistófeles en alza han recreado, con diabólico<br />

arte, el retrato de un caballero que nunca se llamó Ernesto. Allí, presencias su decadente<br />

metamorfosis, en un proceso ———>><br />

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Relatos<br />

Letras, tu revista literaria<br />

kaiano, que amenaza con provocar la guerra de los mundos, entre éste y aquél, antes de que el<br />

calendario retorne al fadico año de mil novecientos ochenta y cuatro. Escuchas el ruido y la furia de<br />

la hoja roja de un ciprés de larga sombra al caer sobre la atormentada erra, importada de un lugar<br />

cercano al Este del Edén. Con temor, abandonas el lugar sobre un poney rojo, oculto tras un invisible<br />

muro de lamentos. Vagas por la espesura, en busca de un centeno que guardar y un camión que<br />

encontrar, pero sólo recibes un recital melómano de vergüenza satánica en una latud próxima al<br />

trópico de Cáncer, donde las rosas nunca tuvieron nombre. Caes de la besa y sientes un profundo<br />

dolor en tu cadera, encorsetado en los filamentos oxidados de tu alma. Solicitas ayuda con la voz en<br />

un grito, observando el aldado vuelo de un grupo de águilas silenciosas que surcan el sanguinolento<br />

cielo con arrogante insolencia y destreza inefable. El sol y la luna comparten gobierno, en un bucólico<br />

romance catárco, ante la esperpénca mirada de nubes ennegrecidas por los celos, que amenazan<br />

con descargar su enfado abriendo la caja de los truenos. Tú, que temes la tormenta como el animal<br />

que teme el fuego, cierras los ojos y sellas tu ceguera entrelazando las pestañas, en un vano elixir de<br />

tranquilidad.<br />

Navegas por tu interior en una indigna patera construida a parr de hojas de mandrágora,<br />

arrancadas del jardín peslente del amor. Al llegar a la ínsula lírica de tu corazón un dragón<br />

afeminado lanza sobre tu arcana embarcación una llamarada de reproche que te hunde en las<br />

profundidades vitales del sendo de la vida, de las que resurges en los brazos poderosos de un Brian<br />

fugado, en un sofisma circular, de la cuadratura de una tabla que, tal vez, un día fue redonda.<br />

Húmeda de placer y pálida de temor, abres los ojos en un eterno colofón a un cuento sin final que<br />

nunca debió comenzar. Tardas en unir las prosaicas piezas de una realidad que detestas y que, sin<br />

embargo, necesitas, en una sarica paradoja poéca encuadrada en el seno de un romance<br />

medieval. Junto a notas la presencia del más osado entre los buitres, intentando arcular una frase<br />

demoledora para el ejército enemigo. Lo observas insolente, tras el muro de una sobriedad ya<br />

perdida. Es un po calvo, de los que presumen de serlo, con nariz achatada y labios esquivos, mejillas<br />

sonrosadas y ojos rojos, de un rojo sorpresivo, acompañado de pinceladas anaranjadas<br />

embaucadoras de la pueril inocencia, lacaya de la lozanía. Te invita a una nueva copa que tragas sin<br />

saborear. Manene una conversación en forma de monólogo, logrando limar la distancia añil que os<br />

separa con cada sílaba acentuada, en un mecanismo autómata de esperpénca contemplación pero<br />

contumaz éxito. No escuchas lo que dice, no lo ves aunque lo miras, no lo sientes a pesar del prófugo<br />

aroma que despide su boca. Sus labios se acercan a los tuyos, tú concedes la gracia del contacto.<br />

Recitas, en un señuelo de pasión, la frase de Proust. Una mano siniestra comienza a acariciar tu<br />

espalda, otra, diestra, contradice su nombre e intenta palpar tu pecho con una torpeza humillante,<br />

más propia de un iniciáco juego infanl que de una sasfacción misógina repleta de excitación. Tu<br />

lengua vaporosa se reseca en boca ajena y quiere regresar al lugar que la vio nacer. Apartas sus<br />

cefalópodos brazos y recuperas una dignidad epicúrea cargada de frustración. Revistes tu rostro de<br />

un agrio gesto, compuesto con los trazos silvestres del desazón angusado por la repenna muerte<br />

de un ajado deseo. Pagas al camarero con una insinuación despreciada ———>><br />

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Relatos<br />

Letras, tu revista literaria<br />

y abandonas el bar sumergida en la misma soledad que cada noche te acompaña.<br />

La oscuridad comienza a desaparecer, vencida en su perenne batalla con la luz. La luna se resiste a la<br />

derrota alargando su innecesaria presencia, en una patéca insistencia, como dos amantes sin amor<br />

que dulcifican el final con un adiós rebajado a un siniestro hasta siempre. Los primeros trabajadores<br />

observan tu irregular caminar y compadecen tu estado, en un juicio sin jurado de veredicto<br />

execrable, mientras alimentan su ego con el zumo de la rectud social. En la ausencia de poder de tu<br />

cuerpo tus pies se revelan como héroes anónimos, protagonistas de la arcaica epopeya de un laico<br />

regreso, auspiciado por una angusa sica, emergente a parr de las cenizas apaciguadas de un<br />

fastuoso gobierno psíquico, somedo ahora, a las cavernas satánicas del olvido. Indulgente con la<br />

noche, conciliadora con el día, amagas una tétrica sonrisa sin público que deforma, sin razón, tu<br />

ausente figura en el apacible limbo del caos.<br />

Entras en casa con un suspiro desaliñado. Cierras los ojos, rehaciendo tu rompecabezas mental.<br />

Dejas caer el abrigo sobre el suelo, como los árboles abandonan sus hojas al aparecer el otoño. En tu<br />

habitación encuentras a Swann, acurrucado sobre la cama, ignorante de tu tristeza. Lanzas un leve<br />

chasquido egoísta que no logra recuperarlo de su sueño. Sientes hambre, esa hambre que sólo se<br />

padece al final de una gran borrachera. Abres el frigorífico y encuentras aquel delicioso pastel que<br />

compraste para una fiesta que jamás se celebró. Junto a él, postrada como un haragán, la botella de<br />

vino que reservabas para una ínma cena con Carlos. Decides suprimirla y brindar a la salud de la<br />

soledad. Te sientas sobre el tresillo verde que una amiga olvidada te recomendó y comienzas a saciar<br />

tu paladar ocultando, bajo el peso de cada bocado mezclado con las gotas del paraíso, el amor<br />

vilipendiado tras una coraza de cinismo. El úlmo trozo de almendra vaga por tu boca, visitando cada<br />

muela, acvando cada glándula, supurando cada herida, hasta que un calculado ejercicio maxilar lo<br />

descompone y transporta flotando en las tenues aguas salivares. Viertes todo el vino restante en una<br />

copa de cristal opaco, alegoría cruel de tu alma. Swann se despierta y acude a tu regazo ronroneando<br />

en solicitud de cariño. Acaricias su pelo grisáceo con la ternura que necesitas para . De repente,<br />

lanza un maullido histérico y acude junto a la ventana para contemplar, en un gesto de raíces<br />

humanas, como la luna consiente, por fin, en su derrota y se rera a su vacuo exilio. Es hora de<br />

acostarse.<br />

Miras, sin dirigirle la palabra, a la mujer que siempre te aguarda en el espejo del cuarto de baño,<br />

protegida en la intermitencia del reflejo. Recuperas el tono pardo de tus ojos, arrojando a la papelera<br />

de las ineficaces lenllas, en un ademán de rencor contenido. Eliminas los úlmos residuos del<br />

maquillaje con un algodón redentor, inspirado por la destreza de la sabiduría. Te despides con un<br />

buenas noches afligido y enerras a tu amiga inevitable. Ya en tu habitación te desnudas con<br />

desgana, imitando un retazo clásico de fusgación postergada. Rechazas el insinuante onanismo que<br />

flota en el ambiente lanzando proyecles de placer, y te hundes en la seguridad acolchada de tu<br />

cama, único lugar ———>><br />

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Relatos<br />

Letras, tu revista literaria<br />

santo, aunque nunca canonizado. Cierras los ojos en una invitación al sueño, que alega indisposición<br />

afecva enviando, en su lugar, a los incómodos recuerdos inmediatos que proyectan, de nuevo, una<br />

película ya visionada. Enciendes la luz mediante un calmado ademán nervioso y adoptas la posición<br />

matricial, recomponiendo una retrospecva senmental de indefensión. Comienzas a senr un vacío<br />

en tu interior, provocado por la inmensidad del agujero negro, de origen carlista, que se apodera, sin<br />

remisión, de tu corazón. Te incorporas y observas la mesilla de noche junto a la cama como si se<br />

tratara de la heroína de una épica novela escrita en la angüedad. En su seno, con el insnto<br />

maternal floreciendo en el ébano de su piel, aparece un libro. ‘Por el camino de Swann’. Lo abres por<br />

tu página favorita, lees en voz alta para mulplicar el efecto. Te deenes en un punto, concedes que<br />

los párpados caigan en libertad y reconstruyes la frase siguiente en una dinámica de arquitectura<br />

arsca para cada palabra. Concluyes la frase y manenes el silencio. Vuelves al libro y la relees con<br />

entonación recargada. Lo cierras. Recitas, en un susurro de esperanza, la frase de Proust.<br />

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Relatos<br />

Letras, tu revista literaria<br />

El Mingo Echeverri, Gaucho Cruz y Martín Fierro<br />

Eduardo Pérsico<br />

No resultaría fácil revisar los estudios que el Periodista Especializado Mingo<br />

Echeverri hiciera sobre la intertextualidad y sus adyacencias, pero abajo van<br />

algunas ideas suyas que pueden orientarnos mejor<br />

Se enende que toda historia se interpreta más allá de lo sucedido y por debajo palpita mucho de<br />

cuánto no se contó. Ya quedaron sin relato mínimas acciones de alguna batalla que luego la historia<br />

esmara decisiva, entredichos en voz baja de tantos personajes de novela o el suponer qué turgente<br />

calentura se bancó el cochero al transportar detrás suyo a la madame Bovary con el Rodolfo<br />

Boulanger, dándose en un cuerpo a cuerpo como en la guerra. Y en similar frontera de omisiones,<br />

cómo podría restuirse el amasijo previo entre Juan Moreira con su amante en el prosbulo donde<br />

luego lo mataron, o sin viajar muy lejos mis ejemplos, repasemos el quilombo cerebral de Funes el<br />

memorioso cada vez que el viejo Borges se olvidaba de darle su paslla recordava, esa misma que<br />

le devolvía al marote el formato de un árbol, hoja por hoja. Y en mi obligación como Periodista<br />

Especializado adverr como literato bien formado y no esos gansos que abundan en esta redacción,<br />

revelaré ciertos diálogos de Marn Fierro con el gaucho Cruz omidos en el libro del José Hernández,<br />

que refieren puntuales anocheceres entre esos dos aparceros de la soledad pampeana.<br />

‐ Y sí, ‐ habría dicho el gaucho Cruz‐ por aquí el agua está donde crece el duraznillo blanco. A<br />

un metro abajo nomás; pero ahora más me interesa saber otra cosa, mi querido Marn:<br />

¿usté es freudiano o lacaniano?<br />

‐ Según de ande sople el pampero, don Cruz. ¿Pero diande me pregunta eso de la inmidá?<br />

‐ Es que si una pareja no debe tener secretos, ¿porqué la paisanada ya anda rumoreando de<br />

lo nuestro?...<br />

‐ A ver si afloja con eso, por favor. No perdamos más empo que a usté también pasearse sin<br />

chiripá le queda lindo. Y véngase ya pal catre, remolón.<br />

‐ Como usté diga, porque la noche es larga.<br />

‐ O como sea, gaucho loco.<br />

Naturalmente, nuestra profesionalidad impide reponerle al libro de José Hernández esos<br />

renglones y al autor ni media palabra, pero le vitoreamos su decoro y hombría de bien ante aquella<br />

relación tan intrigante. ME.<br />

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Relatos<br />

Carta a una desconocida<br />

Rémy Durand<br />

Toulon, sábado 9 de diciembre 2006.‐<br />

Para Z.<br />

La observo.<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Primero, la he mirado, con la sorpresa de una aparición imprevista pero de un acontecimiento<br />

esperado.<br />

No hay nada imprevisto que uno no moldee y amase a fuerza de esperarlo.<br />

¿Conoce usted lo imprevisto? Mi mirada construyó ese momento de gracia tan inesperado que debía<br />

de ser previsto: premonición de sumirme en su mirada, previsión irreflexiva y tan ligera en su<br />

felicidad, tan esperada en su certeza.<br />

Han dicho que lo súbito era lo imprevisto.<br />

No lo creo para nada, si no, ¿por qué haberla encontrado? Ya sé separar el azar de lo que se llama<br />

comúnmente el rendez‐vous. Así que estoy lleno de alegría porque la he visto y mirado, y ahora la<br />

observo como la necesidad intemporal de la inadverda y necesaria ligereza del corazón,<br />

premonición del rendez‐vous.<br />

Me pareció que es usted extranjera: tal vez entonces no conoce la palabra "fortuito" que canta lindo<br />

y que significa "por casualidad". No quisiera ofenderla, Señora, al decir que es usted un<br />

acontecimiento fortuito! Digo que es un espacio necesario, esperado, y que mi mirada se encariñó<br />

con usted como la proa de una nave no puede, por suerte, negarse a recibir la prosperidad del agua.<br />

Del agua a la confesión, he llegado al agradecimiento de mirarla. ¿Cuál área estoy a punto de<br />

descubrir? Cuál<br />

área he descubierto ya?<br />

Escribí demasiado por hoy, Señora, y la molesto y la perturbo quizás, ya que es verdad que recibir<br />

una carta de un desconocido parece cosa...fortuita.<br />

De veras no me atrevía a escribirle. Quizás no me atreveré más a hacerlo, porque la observo y estoy<br />

alegre, y me temo que escribirle y después encontrarla me haga perder esa felicidad, pero es preciso<br />

que le diga ahora y para siempre porqué es usted mi esperada tan inesperada.<br />

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Relatos<br />

Pensará que me repito. Sin embargo, me gustan esas redundancias que se parecen a usted y que<br />

serán, en los próximos días, destellos de mi deferencia.<br />

Hace empo que deseo decirle estas palabras y decirle que son también las suyas porque la observo<br />

desde algún empo y nada está escrito que usted no haya provocado.<br />

Es que quizás la amo, ya.<br />

¿Conoce lo imprevisto? Mi mirada en usted construyó ese momento de gracia tan inesperado que<br />

debía de ser previsto, ex nihilo: premonición de (mi hundida) hundirme en su mirada, previsión<br />

irreflexiva y tan ligera en su felicidad, tan esperada en su certeza.<br />

Hay un verano mejor<br />

Virginia Corttés Moncó<br />

Subo de la playa completamente achicharrada y al salir del<br />

ascensor veo en el maldito espejo que han colocado enfrente la<br />

imagen de un tuareg, o de un perro de aguas, según se mire la<br />

parte superior o la inferior.<br />

Llevo un pareo hasta los pies que cubre los estragos que el<br />

chiringuito esta dejando en mi cuerpo y en la cabeza una gorra por<br />

la que asoman unas hebras que me recuerdan a la fregona Vileda,<br />

no espera, es mi pelo “ups”.<br />

Estoy sola, la familia se ha marchado al chiringuito.<br />

Enciendo la tele y aparece un anuncio en el que dicen que “ hay un<br />

verano mejor “ apago la tele y me encierro en mi cuarto que es tamaño armario empotrado aunque<br />

la agencia lo vendía como apartamento de lujo.<br />

Enciendo el ordenador y comienzo a escribir un relato de verano de esos que terminan en la<br />

papelera de la redacción de algún periódico.<br />

De pronto oigo una voz que me dice: ¡Hey chata cada día estas mas guapa!<br />

Miro pero no veo a nadie.<br />

Letras, tu revista literaria<br />

El calor me está afectando las neuronas.<br />

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Relatos<br />

Letras, tu revista literaria<br />

La voz repite: ¡Hey, aquí en la letra A! Miro y descubro una hormiga tamaño medio que me hace<br />

señas.<br />

Cierro los ojos y sacudo la cabeza pero al abrirlos todavía sigue ahí, no me lo puedo creer, me está<br />

hablando una hormiga.<br />

He debido decirlo en voz alta porque la hormiga me responde un poco cabreada.<br />

Oye bonita, perdona si no me he presentado oficialmente, pero mi nombre es Boris no hormiga y tú<br />

con esa pinta todavía no se si eres un humano y no te he ofendido.<br />

Ya perdóname tu a mí, pero es que no se si estoy alucinando o si esto está ocurriendo realmente,<br />

nunca he hablado con ninguna horm… , perdón Boris.<br />

Ya me imagino, me pasa cada vez que intento contactar con alguien, normalmente tengo que salir<br />

corriendo porque intentan darme un zapatazo o sacan directamente el espray fulminante, es muy<br />

duro ser una hormiga parlante, aunque no se por que ,ya que vosotros os aborráis de ver<br />

documentales de la dos donde ya os advierten que somos inteligensimos y con una estructura y una<br />

organización muy superior a la vuestra.<br />

Charlando, charlando se nos ha ido la tarde, Boris esta admirado porque soy el primer ser humano<br />

que no le rechaza y me propone salir esa noche a tomar algo y yo me digo ¿ por que no ¿ cosas mas<br />

raras se han visto o como diría Sabina, mas raro fue aquel verano que no paro de nevar.<br />

Me pongo guapa y nos vamos a tomar unos gin‐tonic al bar “Cito“ obviamente no propongo ir a la<br />

bolera por el peligro que entraña.<br />

Boris me cuenta por que odia el verano.<br />

Me explica que es ingeniero y trabaja en el túnel siete de reciente construcción y que esta fundido<br />

porque las obras que acometen en Verano en la playa sufren muchos derrumbes debido a la<br />

acumulación de humanos en la superficie y con ello muchas bajas hormigueras con perdida de<br />

buenos trabajadores y mejores amigos, es un po culsimo.<br />

Yo le explico que odio el verano, la playa , el veraneo desde que mi ex amablemente me mandaba a<br />

la playa y el se sacrificaba quedándose a trabajar en la ciudad en pleno verano.<br />

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Relatos<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Curiosamente cuando yo volvía de la playa hecha unos zorros me encontraba a mi buen Ernesto (así<br />

se llamaba el muy …) con un resplandor en la jeta increíble y hasta mas moreno que yo.<br />

Con el devenir del empo , me entere que el trabajo que no podía dejar de hacer en Verano, se<br />

llamaba Requejo, mas concretamente Isabel Requejo.<br />

Esta situación ya creo en mi una animadversión hacia el Verano, la playa y todos los muertos que lo<br />

acompañan.<br />

Esa noche ha sido maravillosa, nos despedimos en la puerta con un hasta mañana.<br />

Compruebo que no es un ligón playero, no intenta propasarse ni llevarme a la cama.<br />

Los días van pasando y yo soy feliz, nunca había tenido un amigo igual, me siento muy cómoda con el<br />

y se que puede llegar a ser una amistad duradera.<br />

Con mi familia estoy un poco herméca lo que les ene un poco preocupados, pero por el bien de los<br />

dos hemos decidido mantener la relación en secreto, con el fin por mi parte de no asustarles y por la<br />

suya para que no saquen el tan temido espray.<br />

Llega el día de la despedida y Boris me dice que va a ser imposible que me llame por teléfono pero<br />

que no me va a olvidar y que el año que viene allí estará esperándome.<br />

Trepa por mi cuello hasta llegar a la oreja y se despide con un “ hasta el próximo verano” y yo noto<br />

un delicioso cosquilleo y contesto “hasta siempre”.<br />

Ahora siento que para mi si hay un Verano mejor.<br />

De vuelta a casa no hablo en el coche, me invade una nostalgia tremenda, no oigo su voz, añoro su<br />

compañía y mi familia sigue preocupada.<br />

Me dejan en la misma puerta de mi casa y no les invito a entrar porque no tengo ganas de hablar con<br />

nadie.<br />

Me preguntan si necesito algo y les digo que nada, que estoy cansada y que no se preocupen que es<br />

solo eso, cansancio, aunque leo en sus caras una cierta angusa que no me explico a que se debe.<br />

Entro en casa y vaya por Dios veo a la tonta del bote esta que deambula por aquí con una bata<br />

blanca y que me dice, llegas justo a empo, hora de la medicación.<br />

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Relatos<br />

Suicidio<br />

Enrique Jaramillo Levi<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Varios tragos es la vida y<br />

un solo trago es la muerte.<br />

MIGUEL HERNÁNDEZ<br />

No era cuesón ponerse a pensarlo ahora. Había que hacerlo y ya.<br />

Sin perder empo. Ella podía llegar en cualquier momento y entonces no hallaría el valor.<br />

Se miró nuevamente al espejo. Llevó el arma a la sien derecha.<br />

Alguien tocaba a la puerta. Trató de apretar el gallo. Seguían tocando. El dedo como<br />

paralizado. La echarían abajo. No podía. Bajó la pistola.<br />

El estruendo de la detonación lo hizo saltar. Sus ojos recorrieron angusados la trayectoria del<br />

brazo colgante. Allá abajo, demasiado lejos, en un mundo derrotado por la inercia, estaba la<br />

mano cerrada sobre el arma.<br />

Atónito, se buscó en el espejo. Frente a él, su figura delgada caía en ese momento al suelo,<br />

desorbitados los ojos, destrozada la cabeza. Un crío río punagudo laceró la carne asombrada<br />

hasta penetrar los huesos.<br />

A sus espaldas oyó cómo cedía la puerta. Reconoció los gritos. Se volteó para confirmar que<br />

salían de ella. Detrás de la estampa desco‐lorida de la mujer lo miraban perplejos dos guardias.<br />

Quiso explicarles. Estaba a salvo. Había sido sólo una debilidad momentánea. No volvería a<br />

asustarla así. Lo del espejo era un fenómeno ópco, una alucinación colecva. Cosas así<br />

pasaban a veces. Tóquenme, dijo. Estoy bien. Pero tuvo la impresión de que las palabras<br />

habían permanecido presas en sus ganas de decirlas.<br />

Connuó queriendo gritarles que él tampoco comprendía, que en realidad no importaba. Lo<br />

esencial es que estoy vivo. Lo otro es sólo un sombrío anuncio de lo que pudo haber sucedido<br />

si no llegas a em‐po. Te quiero, Andrea. Tienes que perdonarme. Empecemos otra vez, aún<br />

podemos. Dame otra oportunidad. Ven, deja que te abrace. Pero los gritos de la mujer<br />

golpeaban ahora la boca abierta de él a medida que la desesperación llenaba el cuarto. Ella se<br />

había quedado un poco atrás, las manos crispadas sobre el rostro. Los guardias se inclinaban<br />

sobre el cuerpo.<br />

——‐>><br />

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Letras <strong>LetrasTRL</strong>/ (Fuengirola)/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>nº</strong>19 <strong>enero</strong>/ /año 10/ febrero / http://www.alvaeno.com/letras.htm<br />

Relatos<br />

Letras, tu revista literaria<br />

La vio romper de pronto su estasmo, correr como una loca hasta meterse en aquel fondo<br />

natural que había sido el amplio espejo. Allí abrazó la cabeza que soltaba sangre a<br />

borbotones sobre el suelo. Los guardias se levantaron respetuosos.<br />

Supo entonces que a su alrededor no estaban ya los muebles cono‐cidos, que las paredes<br />

donde habían colgado una noche los mejores cuadros de ambos sólo exisan en su lugar<br />

habitual al fondo, donde creyó que estaba el espejo. Miró la mano donde aún guardaba la<br />

sen‐sación metálica del arma. En seguida supo que habría que buscarla ló‐gicamente atrás; a pocos<br />

metros del cadáver.<br />

Todavía trató de entender racionalmente el proceso que podía darle sendo a los hechos. Los<br />

hombros convulsos de Andrea le comuni‐caron que sería inúl. Entre la incerdumbre y los<br />

sollozos se instala‐ba cada vez más una infranqueable sensación de finalidad. Él podría<br />

resignarse. Lo sena por ella. ¡Por ella!<br />

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<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Becas y Premios<br />

Por Alexis Navas<br />

www.alexisnavas.com<br />

Letras, tu revista literaria<br />

VI Premio de Pintura Universidad de Málaga<br />

Convoca Universidad de Málaga. Plazo límite de entrega 20 de <strong>enero</strong> <strong>2012</strong><br />

Para más información: hp://externos.uma.es/cultura/wp/index.php/vi‐premio‐de‐pintura‐<br />

universidad‐de‐malaga/<br />

VIII Concurso de Fotograa Purificación García<br />

Convoca Purificación García. Plazo límite de entrega 13 de <strong>enero</strong> de <strong>2012</strong><br />

Para más información: hp://www.purificaciongarcia.com/<br />

#type=verInicioConcursoFotografia_com.purificaciongarcia.event.ConcursoEvent<br />

Pintura´12 La Mutua de Granollers<br />

Convoca Mutua de Granollers. Plazo límite de entrega 16 de <strong>enero</strong> de <strong>2012</strong><br />

Para más información: hp://www.mutua.org/imag/21092011_1337252.pdf<br />

VIII Concurso de Fotograa Miradas por la Igualdad<br />

Convoca Excmo. Ayuntamiento de Burgos. Plazo límite de entrega 15 de <strong>enero</strong> de <strong>2012</strong><br />

Para más información: hp://www.aytoburgos.es/premios‐y‐concursos/viii‐concurso‐de‐fotografia‐<br />

miradas‐por‐la‐igualdad<br />

III Certamen de Fotograa Vino y Salud<br />

Convoca bodegas Prado del Rey. Plazo límite de entrega 15 de <strong>enero</strong> de <strong>2012</strong><br />

Para más información: hp://www.pradorey.es/ficheros/paginas/<br />

BasesIIIConcursofotografiaPradoRey2011.pdf<br />

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<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Libros, libros, libros<br />

Letras, tu revista literaria<br />

“La Crisis del Euro: De Atenas a Madrid”, Josep<br />

Borrell y Andreu Missé (Ed. Turpial)<br />

Por Rubén Sancho<br />

Nunca estuvimos tan sobreexpuestos a la información económica y<br />

conocimos tan poco sobre la verdadera esencia de su realidad, más<br />

allá de los efectos perniciosos que en estos momentos está<br />

generando en nuestros bolsillo. Por ello, necesitamos de una<br />

explicación rigurosa y sencilla, al alcance de todas las formaciones,<br />

para intentar comprender algo de lo incomprensible.<br />

Por ello adentrarse en esta entrevista alargada, en el empo y en el<br />

espacio, que Andreu Missé realiza a Josep Borrell es penetrar en las<br />

tenebrosas aguas del conocimiento de los cimientos económicos<br />

sobre los que hemos construido nuestra sociedad, y digo entrevista cayendo en el error habitual de los<br />

estereopos, porque es más una conversación entre dos personas inteligentes que hablan sin tapujos<br />

y sin barreras lingüíscas propias de la economía, y de otras ciencias, para que el lector termine el libro<br />

con un conocimiento más claro de lo que ha pasado y lo que está por pasar.<br />

Porque es en ese dicil equilibrio entre la sencillez y la rigurosidad donde se mueve el libro. No son<br />

temas sencillos los que se tratan, y aún así da la sensación de que están al alcance de todos, debido, sin<br />

duda, al pasado políco de Borrell, el cuál le obligaba a descender al conocimiento popular para<br />

explicar sus ideas.<br />

La formación y convicción socialdemócrata de Borrell fluye a lo largo de las páginas de “La crisis del<br />

Euro”, convencido como está de que otras soluciones son posibles, y de que la austeridad sin<br />

crecimiento no genera recuperación, sino únicamente recesión.<br />

Pero la principal idea que subyace a lo largo de todo el texto es Europa, Europa, y más Europa, como<br />

la única solución real a los problemas con los que el Euro se está encontrando. Reconoce Borrell que en<br />

muchos países las voces populistas están ganando peso con el recrudecimiento de la crisis, pero<br />

recuerda que un país en solitario perdería toda su compevidad mundial, independientemente de<br />

que se trate de Alemania o de Grecia, por poner dos ejemplos antagónicos.<br />

Por tanto, la crisis del Euro sólo se soluciona con más integración europea, Borrell así lo piensa, y así<br />

lo expone durante la conversación con Missé, apoyándose en sus conocimientos económicos para<br />

argumentar la solución.<br />

Sin duda, un libro imprescindible para todos aquellos que quieran conocer a fondo lo que se esconde<br />

tras el tular económico de cada día.<br />

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<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Libros, libros, libros<br />

Letras, tu revista literaria<br />

“Diario de a bordo” de Jorge Sousa Braga (Traducción de Diego Valverde Villena)<br />

“Basura para dos” , de Fernández<br />

CARTA DE AMOR (A Eugénio de Andrade)<br />

Un día de estos<br />

te voy a matar<br />

Una mañana cualquiera en la que estés (como de costumbre)<br />

midiendo el empalme de las flores<br />

allí en el Jardín de San Lázaro<br />

un ro de pistola y…<br />

No te voy a dar empo siquiera a que te fijes en mi rostro<br />

Puedes invocar a Safo, Kavafis o San Juan de la Cruz<br />

a todos los poetas celesales<br />

que ninguno vendrá en tu ayuda<br />

Compromedos definivamente tus planes de eternidad<br />

Adiós pues mares de sepembre y dunas de Fão<br />

Un día de estos te voy a matar…<br />

Una certera bala de polen<br />

justo en el corazón<br />

Un periodista pasa un año en el Oeste de los EE.UU realizando una<br />

serie de reportajes. Regresa a Madrid y en menos de 24 h dos mujeres<br />

aparecen en su vida y en su casa. Días que se hacen largos en un<br />

invierno frío. La novela vive el momento, el instante de las relaciones<br />

de esas dos mujeres con el periodista, mientras él nos va contando su<br />

experiencia americana a través de un diario escrito de lo vivido.<br />

Presente y pasado juntos en un viaje triangular donde el conductor del<br />

relato ‐Eduardo‐ va descubriendo en golpes narravos de gran<br />

intensidad su otra vida. Un desenlace inesperado pone a Charo y<br />

Raquel ‐las mujeres que viven con él la experiencia de Madrid‐ en un<br />

dilema donde cualquier jusficación es un argumento duro y dicil de<br />

explicar. Algo ha ocurrido en el empo de convivencia juntos. Algo que<br />

moverá sus vidas para siempre. Narrada con eslo directo, con<br />

reflexiones sobre el paso del empo, los actores en esa obra de teatro del instante sacan lo peor de<br />

sus mundos a venlar junto su soledad y decepciones. Un fondo de pesimismo recorre las páginas de<br />

este libro donde la esperanza hay que encontrarla en algún lugar de la costa oeste de Norteamérica.<br />

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<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Libros, libros, libros<br />

Letras, tu revista literaria<br />

“Premios del Tren Antonio Machado 2011’,<br />

Varios autores<br />

La Fundación de los Ferrocarriles Españoles ha editado el<br />

volumen correspondiente a los Premios de Tren ‘Antonio<br />

Machado’ 2011 de Poesía y Cuento. Este volumen está<br />

integrado por el primer premio de la categoría de Cuento,<br />

‘El úlmo vagón’ de Eduardo Mendicu, y el de Poesía,<br />

‘Cayo Hueso‐Dublín’ de Raquel Lanseros, además de los<br />

segundos premios y accésit de este certamen. Este libro<br />

está prologado por el escritor Luis García Montero y el<br />

editor Jesús García Sánchez.<br />

El resto de cuentos publicados son el segundo premio<br />

‘Colina de Eersberg’, de Abilio Estévez y los finalistas,<br />

premiados con un accésit, ‘Tú la llevas’, de Miguel Barreras<br />

Alconchel; ‘El úlmo tren’, de Javier Bozalongo; ‘La<br />

memoria de los ferrocarriles’, de Miguel Ángel González, y<br />

‘La Carolina en mente’, de Ignacio Jáuregui Presa.<br />

“Vertical” , de Juan Manuel Pérez Rayego<br />

Estoy otra vez aquí, en esta oscuridad con palabras. Ahora, sin , soy<br />

oscuridad y soy palabras. Así comienza esta novela, con la carta que<br />

Alejo escribe a su distante amada. El de escribir la carta es el mejor<br />

de todos los momentos en los días del protagonista, ocupados casi<br />

por completo en cuidar a sus numerosísimos abuelos y en elevar la<br />

ya muy alta torre en la que viven para poderlos acoger. La<br />

humanidad ha conseguido vencer la batalla a la muerte,<br />

encontrando la clave en los instantes finales de la decrepitud de las<br />

personas, que, en vez de morir, y tras un breve proceso transitorio,<br />

viven práccamente para siempre. Pero hace empo que un<br />

cataclismo cósmico detuvo la rotación de la Tierra, y sus habitantes<br />

han de recrear los días y las noches con colosales máquinas que<br />

transportan ciudades enteras a través de la frontera entre la luz y la<br />

sombra para que los ritmos circadianos con los que ha sido esculpida<br />

su vida no colapsen, para no ser destruidos.<br />

<strong>42</strong>


Letras, tu revista literaria<br />

<strong>Ediciones</strong> <strong>Alvaeno</strong><br />

<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

tras/ <strong>nº</strong> 27/2010/ octubre/ hp://www.alvaeno.com/letras.htm<br />

Libros, http://www.alvaeno.com<br />

libros, libros<br />

Libros para regalar a tus seres queridos.<br />

“Los libros son nuestras únicas armas para vencer a la estulticia y a la ignorancia, madres ambas de<br />

toda violencia en el mundo.”<br />

Cialenva Preston.<br />

Colección Santel: Relatos.<br />

La vida es<br />

cuento.<br />

Colección Mansor: Novela<br />

El hijo de las<br />

costureras.<br />

Colección Devere:<br />

Invesgación<br />

Ver,<br />

comienza<br />

Un lugar<br />

llamado<br />

fracaso.<br />

Santa<br />

Compaña.<br />

Aventuras y<br />

desventuras de<br />

una gata...<br />

El sonido<br />

lacónico de<br />

las balas.<br />

Autores<br />

Ricardo Mena Cuevas<br />

Rubén Sancho<br />

7 Cuentos<br />

de pan y<br />

pimiento.<br />

Salvador Moreno Valencia<br />

43<br />

Pasos Largos;<br />

el último<br />

bandolero.<br />

dosmásuna.<br />

Así en el<br />

cielo.<br />

Julio Conejo<br />

El defecto<br />

mariposa.<br />

Jesús Martínez Linares<br />

Juan Manuel Álvarez Romero


Letras, tu revista literaria<br />

<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Ni tú ni yo, a duras penas...<br />

Novela por entregas de Salvador Moreno Valencia<br />

Ver capítulos anteriores en:<br />

http://alvaeno.com/Ni-tu-ni-yo-a-duras-penas-novela-por-entregas-del-escritor-salvador-moreno-valencia.htm<br />

Mi primer amor y mi primer beso<br />

Doce años, yo. Ella. Morena. De estatura mediana. Ojos negros, labios<br />

prominentes. Su nombre Mercedes. Una niña de trece años que vivía a ro de<br />

piedra del olivar. No lo he dicho todavía, pero la granja a la que vengo<br />

haciendo alusión en este relato, todos la conocían por El Olivar. Cuando mi<br />

padre compró los terrenos, muchos años antes de que pasara a llamarse Club<br />

Denys, aquello era un olivar, por ello siempre nos referíamos al lugar como El<br />

Olivar y así se le quedó.<br />

Mercedes vivía a unos cien metros donde sus padres estaban de caseros de un praccante<br />

franquista que vivía en Palma de Mallorca y que venía sólo los veranos. Todos los días ella pasaba<br />

por delante de la puerta de nuestra casa que se encontraba a pie de carretera. Los perros ladraban.<br />

Y yo la espiaba en una terraza detrás de los depósitos de agua. El corazón parecía que se me iba a<br />

salir por la boca. Lo peor vino cuando descubrí que ella también sena cierta atracción por mí. Y fue<br />

un día que envió de mensajera a mi hermana. Yo estaba limpiando los corrales a los cerdos. Y mi<br />

hermana vino por detrás de los mismos y por una ventana se asomó con risa cómplice y como de:<br />

>. Y esto lo repió varias veces<br />

hasta que me enseñó el papelito que portaba y sin querérmelo entregar se mofaba de mi<br />

ingenuidad. Hasta que ya indignado por su actud me enfadé y le dije que el papel ni me<br />

importaba, y que fuera a decirle a la autora del contenido de la carta que yo no quería saber nada<br />

de ella. Mi hermana, más indignada que yo por mi actud orgullosa y prepotente, entendiendo que<br />

lo que estaba haciendo era hacerme un favor con venir a traerme la nota de Merche, se enfadó<br />

conmigo y salió corriendo a despotricar de mí a mi enamorada. Mercedes no me volvió a hablar en<br />

unos meses. Y yo cuando la veía, o mis padres me enviaban a su casa para hacer algún recado, las<br />

pasaba canutas, me ponía rojo como un tomate y ella con gesto aireado me miraba y se iba a otro<br />

lado de la casa.<br />

Más tarde la olvidé, aunque esto no sea del todo cierto, porque olvidar, lo que se dice olvidar,<br />

ninguna de las personas que he conocido, y sobre todos las chicas con las que tuve algún escarceo,<br />

propio de la edad, no han caído en el olvido por mi parte. No sé por la suya. Esto es algo que<br />

siempre me he preguntado: ¿Me habrá olvidado aquella chica que besé por primera vez y que me<br />

juraba y perjuraba que aquel beso había sido el primero que ella daba? No lo sé, la verdad es que<br />

creo que algo debió de quedar en su memoria. Muchas veces, auspiciado por la vanidad he<br />

pensado en , ——‐>><br />

44


Letras, tu revista literaria<br />

<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Ni tú ni yo, a duras penas...<br />

organizar un encuentro con todas las mujeres con las que he mantenido alguna relación, haya sido<br />

amistosa o de amor. Pero luego mi sendo común me convence de que eso no es una buena idea,<br />

sobre todo si contamos que tendría que reunir a más de cuarenta mujeres. No, no soy un don Juan,<br />

ni lo he pretendido nunca. Pero de todas, eso lo aseguro, guardo el recuerdo entrañable de los<br />

momentos que compar con cada una de ellas. E incluso, mi memoria está llena de los pequeños<br />

detalles que hicieron que aquellos amores, tanto de adolescencia, y juventud, como en mi edad<br />

madura, quedasen grabados para siempre en el diario de mi vida que guardo en los rincones de la<br />

memoria que con seguridad algún día perderé. Y antes de que eso ocurra quiero rendir el homenaje<br />

que todas se merecen, tanto las que me hicieron sufrir, como las que yo hice sufrir. No soy un<br />

angelito, a veces, sí que he sido, algo diablo, porque siempre me pudo el deseo, y casi siempre el<br />

morbo, en según qué situaciones, hizo doblegar mi voluntad para caer rendido ante los brazos de<br />

una mujer, y sí, fui infiel, a todas les fui infiel pero cuidando de que nunca lo descubrieran para no<br />

herirles el orgullo, y por supuesto para no humillarlas.<br />

Las mujeres de mi vida, quise tular un libro en el que escribiera sobre esos amores que me hicieron<br />

feliz, que me hicieron desdichado, que me hicieron, al fin y al cabo, un hombre como el que hoy soy.<br />

Recuerdo con cariño aquellas escenas. El primer beso y la sensación de que un líquido pegajoso y<br />

caliente se vaciaba por mis pantalones hacia abajo. Muchos dirán que estos detalles un escritor, un<br />

buen escritor, se los debe ahorrar, pero yo digo que para escribir y ser un buen escritor hay que ser<br />

honesto con lo que se escribe, y si se quiere escribir de lo que uno ha vivido pues hay que ser<br />

honesto, y por supuesto, aborrezco a todos aquellos que en lugar de hacerlo omiten la verdad, cosa<br />

más grave, para mí, que la misma menra.<br />

Imagino los detalles de cómo las invitaría a todas a una cena en un hotel. Tendría que hacer un<br />

trabajo arduo de invesgación, pero como la curiosidad es una de mis principales caracteríscas, no<br />

me preocupa este punto, y en estos empos con el gran hermano en modo de facebook, no hay<br />

mucho problema de localizarlas a todas. La invitación sería algo misteriosa. Sólo incluiría en su<br />

contenido algo así: “Esmada… tenemos el honor de invitarla a la cena que se celebrará en… el día…<br />

a la hora… Se ruega confirmación al teléfono…”<br />

¿Qué les parece? ¿Una bobada, una locura? ¿Cuántas de ellas acudirían? ¿Qué se les podía pasar por<br />

la cabeza a la hora de recibir una invitación de ese po? Pongamos que llevadas por la curiosidad y<br />

porque la cena es totalmente gratuita a pesar de que albergaran sospechas sobre el origen de la<br />

invitación, quizá fueran por no tener nada que perder, objetando en el peor de los casos que sería<br />

alguna empresa para venderles algún producto de belleza o alguna enciclopedia, y que con no<br />

comprar se llevaban la cena de gañote. Y en el peor de los casos, ¿podrían sospechar que un anguo<br />

novio las invitaba a la cena? No. Esto sería impensable. Entonces, en caso de que algún día decidiera<br />

llevar a cabo<br />

45<br />

——‐>>


<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Ni tú ni yo, a duras penas<br />

este encuentro, me decanto por poner en la invitación que una asociación para mujeres por la<br />

igualdad las invitaba a la conferencia cena que iba a dar la escritora… – aquí usaría mi nombre pero<br />

en femenino, o buscaría un seudónimo‐, sobre la igualdad de géneros. Y con toda probabilidad<br />

acudirían todas. Eso sí, contamos que casi todas las mujeres con las que he tenido relaciones, vivían<br />

en un radio de unos cien kilómetros cuadrados, a excepción de algunas que viven, o supongo que<br />

vivirán todavía en sus países de origen.<br />

Un fantasía que viene de vez en cuando a la cabeza, y como dice un escritor al que he entrevistado<br />

esta mañana, que la vida puede ser una aventura de literatura, y por qué no. De nuevo a la carga<br />

con los prejuicios.<br />

Y sí, la primera vez que mis labios besaron a una chica fue como si me hubiera derredo en ese<br />

instante porque hasta las rodillas me temblaban. Era dulce y a la vez agrio el sabor de los labios, y<br />

luego su lengua explorando mi boca. Ella me enseñó lo que era besar, tenía cuatro años más que yo,<br />

yo sólo tenía dieciséis, sí, ya lo sé, lo de la hermana de mi vecino que me enseñó otra faceta del<br />

sexo cuando tenía a penas once años, fue otra cosa, no hubo besos ni tampoco esa sensación de<br />

derrerse, sino más bien algo de extrañeza y de sorpresa, por primera vez una niña me ofrecía algo<br />

que yo no sabía cómo disfrutar. Pero el primer beso con aquella chica en la primera discoteca que<br />

pisé, fue como el disparo de salida en una carrera de obstáculos, desde entonces han sido muchos<br />

besos, y ninguno he olvidado. Todas las mujeres que he besado merecen mi respeto.<br />

Novelas:<br />

Relatos:<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Libros de Salvador Moreno Valencia:<br />

46<br />

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Más información:<br />

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<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Arte<br />

Letras, tu revista literaria<br />

La energía vital en el arte<br />

Víctor Manuel Guzmán Villena<br />

Andrew A. González es un aclamado arsta figuravo nacido en<br />

San Antonio, Texas ‐ EEUU, en 1963, cuyo trabajo ha sido<br />

exhibido en numerosos países. Creció en una familia creava, su<br />

padre, Anthony A. González, también era pintor y animó su<br />

interés por el dibujo y la pintura, pero no le dio una formación<br />

formal, por lo que su educación ha sido fundamentalmente<br />

autodidacta.<br />

Las pinturas de González se crean con aerógrafo acrílicos sobre<br />

tabla o lienzo mediante el levantamiento de pigmento con una<br />

goma de borrar abrasiva, seguida por la aplicación de capas<br />

transparentes de pigmento. Su obra está influenciado por el<br />

idealismo de la visión mísca y las tradiciones esotéricas, donde<br />

describe su trabajo como un contemporáneo tántrico o el arte<br />

Transfiguravo que explora la unión dramáca de lo sensual y lo espiritual. Es similar a un<br />

renacimiento de los ideales clásicos neoplatónicos centrado en la figura como templo sublimado por<br />

las fuerzas transformadoras.<br />

Expresa que siendo criado en una familia de arstas, las herramientas para la expresión creava son<br />

una parte familiar de su mundo. Como un niño, el dibujo le dio<br />

acceso a los contenidos lúdicos emocionante de la fantasía y la<br />

imaginación. Esta juguetona comunión con la fantasía le hizo<br />

madurar y converrse en la exploración creava de los patrones<br />

de su alma, y la celebración de las fuerzas de la vida.<br />

Su preocupación por la infancia, con los sueños, y el mundo<br />

imaginario pronto le llevaría a los maestros de la pintura<br />

imaginava. Pero no fue mera "fantasía" de arte que le<br />

llamaron para desarrollar su creavidad arsca con un poder<br />

revelador parcular. Anhelando un arte que contemplar la joya<br />

de la sabiduría oculta dentro y revelar la gloria y el misterio del ser. Es un arte sublima con la gracia<br />

y la belleza sul, pero profunda de éxtasis y audaz mícamente en su declaración.<br />

47<br />

——>>


<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Arte<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Este arte revelador inspiró su imaginación encontrándose dentro de la<br />

visión del futuro y las tradiciones míscas del arte y difundido en los<br />

movimientos del simbolismo, el modernismo, el surrealismo y el arte<br />

fantásco. Como un joven adolescente se involucró en el "miscismo<br />

nuclear" de Dalí que cauvó su imaginación. A connuación, siguió la<br />

trayectoria arsca de Ernst Fuchs, William Blake y el idealismo mísco de<br />

Jean Delville. Más tarde como un adulto joven, el ojo creavo de su alma se<br />

maravilló de las posibilidades prodigiosas de HR Giger, las vistas cristalinas<br />

de Robert Venosa y las transfiguraciones transparente de Alex Grey.<br />

La similitud con estos arstas le dio la convicción y la esperanza de que era vital en el desarrollo<br />

inicial de sus habilidades arscas y su visión. Su dominio de la técnica combinada con una visión<br />

única y clara fue sin duda una fuerza principal de movación. Por encima de todo, estos arstas le<br />

inspiraron su don en las posibilidades de lo que está por venir en el arte del alma y del espíritu<br />

Su interés inicial en todas las cosas misteriosas y míscas levantó su sensibilidad de experiencias<br />

sincrónicas y profundos sueños vívidos, que a su vez le llevaron a cuesonar su percepción de la<br />

realidad, la imaginación y de su ser. Se encontró atraído por diversos temas esotéricos que van<br />

desde las religiones comparadas y mitología a la psicología de Jung, el simbolismo alquímico y<br />

tántrico, sica exóca y de las fronteras de la conciencia y la invesgación de los sueños<br />

Sus sueños despiertan una llamada innegable a dedicarse al desarrollo de<br />

una visión arsca luminosa. Un nuevo comienzo en su viaje creavo surgió<br />

después de una serie de experiencias producto de sus sueños. Estos<br />

"acontecimientos sobrenaturales del alma" brindaron una experiencia<br />

fuera del cuerpo y los sueños lúcidos "vigilia", algunos de los cuales<br />

parcipan breves encuentros con los adeptos misteriosos o mensajeros. En<br />

tres ocasiones durante su prácca del sueño lúcido se despierta envuelto<br />

en una luz dorada radiante e intensa, moviéndose rápidamente hacia su<br />

centro de color blanco resplandeciente. Al abrir los ojos, sena lo que sólo<br />

podría describirse como una sensación de renacer. Todo a su alrededor parecía nuevo, y sinó una<br />

maravillosa sensación de paz y claridad que iba a durar mucho empo. Ya sea real o ilusoria, estas<br />

experiencias le inspiraron un sendo agudo del milagro asombroso del todo.<br />

Todas estas experiencias han servido para acelerar en el progreso de su obra de arte. Tal vez este<br />

salto en su habilidad arsca fue el resultado de su enfoque recién descubierta, pero lo que estaba<br />

ocurriendo era una imagen que sería la base de su trabajo actual. Muchos años después, sería la<br />

experiencia que le inspiró por las posibilidades visionarias de éxtasis de la imaginación.<br />

48<br />

——>>


<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Arte<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Su arte después de este período fueron verdaderos poemas de<br />

amor mísco en el alma. A menudo se refieren a las figuras<br />

femeninas de su obra de arte como mensajeros o como médium<br />

que anima a las dimensiones en el interior, que como espejo del<br />

alma proyecta.<br />

Su aproximación al proceso creavo es siempre un buen<br />

equilibrio entre orden y caos. Sinendo la necesidad de<br />

contribuir imágenes de transformación de la belleza de la<br />

imaginación colecva. Su imaginación desarrollaría una antesis<br />

implícita a obras de arte de HR Giger. Se sinó impulsado a<br />

mostrar su trabajo en la liberación del cuerpo y el alma de las<br />

profundidades oscuras de la decadencia y el erosmo perverso.<br />

Por sublimación de lo eróco hacia una sensualidad angelical y<br />

mediante el uso de la ascensión y el simbolismo del<br />

renacimiento, un eros sagrado se converría en el tema predominante de su trabajo<br />

Su pintura también interpreta a lo eróco que no es lo sexual, como es nuestro cuerpo que es una<br />

comunión con el flujo de vida y ritmos de la energía. Se puede senr el flujo de energía vital<br />

primordial a través de la pintura, la formación en el movimiento sensual de una llama<br />

transfiguración que fluye a través y alrededor de las figuras en las imágenes, la suspensión en un<br />

momento de éxtasis, una danza eterna en el umbral de un nuevo nacimiento. Es la danza arquepo<br />

de la esfera y el movimiento sinuoso de la forma. La danza de los espermatozoides y el óvulo, la<br />

serpiente y el huevo, el dragón y la perla y la vida dando las aguas de la cometa y el suelo sagrado de<br />

la erra.<br />

49


<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Los Nébures<br />

Por Rubén Sancho<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Los Nébures son unos seres diminutos y de marcada<br />

fisonomía humana que ubican su lugar de residencia tras<br />

la letra impresa de los incontables libros que pueblan<br />

nuestra devastada red de bibliotecas. Cuenta la leyenda<br />

que tuvieron su origen en las historias de caballerías que<br />

nublaron la mente del insigne hidalgo que adoptara el<br />

sobrenombre de Don Quijote, para ramificarse<br />

posteriormente de monasterio en monasterio a la<br />

misma velocidad que se propagaban las llamas que<br />

prendieron su hogar primivo.<br />

Tras varios siglos de existencia, un minúsculo grupo de<br />

Nébures acabó recalando en erras salmannas, donde, aprovechando el vasto legado bibliográfico<br />

de la capital del Tormes, se reprodujeron de manera exponencial y convireron tan bella ciudad en<br />

su paraíso terrenal.<br />

CAPÍTULO XXX: La historia interminable<br />

Asher no podía por menos que reírse del lágo del talento, ella que sufría el lágo del placer, uno, el<br />

primero, era un lágo psicológico que golpeaba sin dañar, mientras que otro, el segundo, era un<br />

lágo emocional que golpeaba llevándose la vida en cada nuevo azote.<br />

Saber que Odraude estaba preso en la Torre del Olvido le había golpeado directamente en el corazón.<br />

No sabía muy bien que po de prisión debía ser aquella torre, ni de que crimen se le habría acusado a<br />

su amor, un nébur incapaz de hacer daño a nadie, pero ella resolvería aquel entuerto, su lágo no era<br />

el talento, no, era el amor, el amor desaforado, apasionado e incondicional, un amor que navegó en<br />

las procelosas aguas del desarraigo pero que ahora volvía por su cauce normal.<br />

Al llegar a la puerta de lo que aparecía indicado como Torre del Olvido se encontró a una nébur<br />

limpiando con la puerta. Su rostro era afable, aunque no sonreía, y se mantuvo concentrada en su<br />

trabajo, una vez que había echado un vistazo a Asher.<br />

Disculpe, ¿es esta la Torre del Olvido?<br />

Efecvamente, lo es.<br />

¿Hay alguna forma de que pueda entrar?<br />

Si ha comedo algún delito, sí, si no es complicado.<br />

50<br />

——>>


<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Los Nébures<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Verá, es que yo necesito entrar.<br />

Verá, es que yo necesito entrar.<br />

Si supiera lo que hay dentro no creo que tuviera tantas ganas.<br />

¿Y qué hay dentro?<br />

——>><br />

No me está permido hablar.<br />

Verá, le cuento, resulta que mi promedo está preso y necesito hablar con él.<br />

Sí, ya, y mi marido lleva tres años en paro, ha empezado a beber y me pega, ¿y qué le hacemos,<br />

chica? Los nébures son así y a nosotras no nos queda más que sentarnos a esperar, ¿el qué?<br />

Vaya usted a saber.<br />

No, verá, el caso es que llevo meses sin hablar con él y hoy mismo me he enterado de que se<br />

encuentra preso aquí, y necesito que él me diga lo que está sucediendo para que le pueda<br />

ayudar.<br />

¿Quiere un consejo?<br />

Claro.<br />

Vaya buscando otro promedo.<br />

No enendo.<br />

Si su promedo está aquí preso, olvídese de que vuelva a salir. Aquí sólo traen a los presos de por<br />

vida. Se llama Torre del Olvido porque los encierran y se olvidan de ellos.<br />

Pero mi promedo es inocente.<br />

Sí, todos son inocentes. ¿Cómo sabe que es inocente si lleva meses sin hablar con él?<br />

Lo sé.<br />

Sí, nos creemos que lo sabemos todos sobre nuestras parejas y luego resulta que anda flirteando con<br />

cualquier pelandusca.<br />

Lo siento.<br />

¿Por qué lo siente?<br />

Por lo de su marido.<br />

No importa, ya me he acostumbrado, tenemos que vivir la vida que nos toca vivir. De momento<br />

tengo trabajo, no es gran cosa, lo sé, pero al menos es algo.<br />

¿Y por qué sigue con su marido?<br />

No sé, miedo a la soledad supongo, o será que todavía le tengo cariño, vaya usted a saber. Prefiero<br />

no pararme a pensar.<br />

¿Y por qué no me ayuda a entrar para que yo deje de pensar?<br />

¿De pensar en qué?<br />

En cómo habría sido mi vida con Odraude.<br />

¿Su promedo?<br />

Sí.<br />

Bueno, me ha caído simpáca. Yo también estuve una vez enamorada. Sígame que la llevaré dentro<br />

de la torre.<br />

51


<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Los Nébures<br />

Letras, tu revista literaria<br />

CAPÍTULO XXXI: La Isla del Tesoro<br />

El pueblo era un tugurio de mala muerte, de mal olor<br />

y peor presencia, se adivinaba la bruma vesperna<br />

llegada de algún lugar lejano, sin aspavientos pero<br />

con energías renovadas tras la fuerza del viento.<br />

Odraude no sabía ahora por dónde empezar, tanto<br />

correr huyendo de la Torre del Olvido no le dejó<br />

empo para plantearse el siguiente paso.<br />

Al final de la calle vio un cartel con luces de neón,<br />

Posada “El Catalejo” rezaba, y hacia allí se dirigió, sin<br />

gran convicción, aunque sabiendo que debía ser su<br />

única alternava. Allí encontraría a alguien que le pudiera llevar a la isla, a su isla.<br />

Al entrar sinó como todas las miradas se fijaron en él. Miradas que procedían de marineros de agua<br />

salada, endurecidos por la vida y por la mar, pero sin un lugar en el que caerse muertos, lo que no les<br />

importaba mientras tuvieran un vaso de ron que llevarse a la boca.<br />

Odraude se acercó a la barra y pidió un vaso de ron, no porque le gustara, sino porque había<br />

escuchado a un marinero de manual, de parche en el ojo y pata de palo, pedirlo antes que él, y ya se<br />

sabe, que allá donde fueres haz lo que vieres.<br />

Apuró el vaso de un trago mientras revisó el personal que allí se encontraba. Todos parecían recién<br />

salidos de un naufragio, aunque con un brillo de ambición en los ojos que le vendría bien en su<br />

empeño. Odraude decidió que el camarero, un po gordo y sudoroso, le podría ayudar a encontrar a<br />

alguien que le ayudara:<br />

Estoy buscando a alguien que me pueda llevar a una isla.<br />

¿A qué isla?<br />

A una.<br />

¿A qué viene tanto misterio?<br />

¿Y a qué viene tanta pregunta?<br />

Para poder indicarte mejor.<br />

Sólo necesito un po con un barco que pueda llevarme a una isla, si no me puedes ayudar ya<br />

preguntaré en otra posada.<br />

John Silver.<br />

52<br />

——>>


<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Los Nébures<br />

Letras, tu revista literaria<br />

¿Quién?<br />

Aquel po de pata de palo que está junto a un chico.<br />

¿Y quién es el chico?<br />

Jim Hawkins, un grumello de agua dulce.<br />

¿Y él me puede llevar a mi isla?<br />

John Silver te puede llevar hasta el mismísimo infierno.<br />

No me hace falta ir tan lejos.<br />

Eso sí, no te es de él.<br />

Y si no me puedo fiar de él, ¿por qué me lo recomiendas?<br />

Yo no te lo estoy recomendando, sólo te estoy dando su nombre. Es el mejor en lo suyo, pero<br />

no es de fiar.<br />

Nadie es de fiar en esta vida.<br />

Supongo.<br />

Ponme una botella de ron y tres vasos.<br />

Odraude cogió la botella y los vasos y se dirigió a la mesa donde se encontraban John Silver y Jim<br />

Hawkins. Cuando llegó a su altura ambos le miraron desafiantes, pero calmaron sus ánimos cuando<br />

Odraude colocó la botella de ron en la mesa y se sentó junto a ellos.<br />

Tengo un negocio que proponeros.<br />

53


<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Arte Kalvellido<br />

Letras, tu revista literaria<br />

hp://www.kalvellido.net/<br />

54


<strong>LetrasTRL</strong>/ 55 <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Sobre el Autor:<br />

55<br />

Letras, tu revista literaria<br />

"Ricardo Mena Cuevas (Málaga, 1975).<br />

Ver, comienza<br />

Autor: Ricardo Mena Cuevas.<br />

http://alvaeno.com/ver-comienza-de-ricardo-mena.htm<br />

Presentación en octubre coincidiendo con el estreno de la<br />

película Anonymous:<br />

http://www.anonymous-movie.com/, que trata sobre el tema<br />

del libro.<br />

El libro aporta grandes pruebas sobre la identidad de algunos<br />

poetas Isabelinos y nos invita a descubrir la época Isabelina<br />

desde un punto de vista literario. El autor es un gran<br />

conocedor del tema y de hecho en el libro descubre la<br />

verdadera identidad de Marlowe, Shakespeare y Spenser. El<br />

libro es un trabajo exhaustivo de investigación, serio y bien<br />

elaborado. Un libro seminal para todos los amantes de la<br />

literatura y la verdad.<br />

Especialista en Comercio Internacional y<br />

Derecho Marítimo por la Universidad de Southampton<br />

(LLM Maritime Law, 2001) y amante de la filosofía, la música y el arte,<br />

ha escrito sus ensayos y relatos en diversas páginas webs<br />

desde el año 2002 (v.g. Letralia.com, Badosa.com, Ellibrepensador.com).<br />

En el año 2009 tuvo el placer de participar en la Tercera Conferencia<br />

Internacional de George Santayana que tuvo lugar en Valencia<br />

con su comunicación personal "Santayana y la poesía primera"<br />

(v.g. http://shakespearemelodijo.blogspot.com/2009/10/ensayo-para-la-terceraconferencia.html).<br />

Shakespeare, Mozart y Picasso como creadores, junto con Aristóteles,<br />

Santayana y Richard Dawkins como pensadores, conforman la cúspide<br />

de su canon actual, sujeto siempre a las continuas fluctuaciones heraclíteas<br />

(i.e. nunca te bañarás dos veces en el mismo objeto)."<br />

http://alvaeno.com/ver-comienza-de-ricardo-mena.htm<br />

55<br />

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56<br />

<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

I Edición del libro del Top mes<br />

¡CONCURSO!<br />

Os presentamos una gran novedad: la I Edición del libro del Top mes. Se pone<br />

en marcha el 1 de septiembre de 2011 y con ella os brindamos, sólo por ser<br />

usuarios registrados, la posibilidad de publicar de manera gratuita en un<br />

libro anual que incluirá los podios de nuestra competición literaria Top mes. Con<br />

ello contribuiremos a vuestro crecimiento, disfrute y promoción como<br />

escritores.<br />

Bienvenidos todos a este libro, cuyos autores sois vosotros, los Autores MP.<br />

LEER LAS BASES:<br />

http://www.mundopalabras.es/bases-libro-del-top-mes/<br />

<strong>Ediciones</strong> <strong>Alvaeno</strong> y <strong>LetrasTRL</strong>, sortean entre los diez primeros acertantes de<br />

nuestro concurso un ejemplar del libro La casa con desván, (I Certamen de relato<br />

Antón Chéjóv). Solo tienes que enviar un email con la respuesta y tus datos de<br />

correo postal a letras@alvaeno.com respondiendo a nuestra pregunta antes del 25<br />

de CADA MES inclusive.<br />

PREGUNTA:<br />

Organizan:<br />

Letras, tu revista literaria<br />

¿A quién hace homenaje el título del libro motivo de nuestro sorteo?<br />

La casa con desván<br />

I Certamen de Relato Corto Antón Chéjov<br />

Prólogo de Edgar Borges<br />

AUTORES<br />

Isabel Ali<br />

Daniel Doblado Cortés<br />

Juan de Mata Hernández Mota<br />

Jorge Armando Ponce Muñoz<br />

Jonathan Alexander España Eraso<br />

Tomás Cardoso<br />

Lilián del Carmen López Camberos<br />

Trinelli Carlos Arturo<br />

Estela Parodi (Estela D´Agostino de Parodi)<br />

Fernando Daniel<br />

56<br />

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57<br />

La casa con desván<br />

I Certamen de Relato<br />

Corto Antón Chéjov<br />

Prólogo de Edgar Borges<br />

<strong>Ediciones</strong> Rubeo<br />

AUTORES<br />

Isabel Ali<br />

Daniel Doblado Cortés<br />

Juan de Mata Hernández<br />

Mota<br />

Jorge Armando Ponce<br />

Muñoz<br />

Jonathan Alexander<br />

España Eraso<br />

Tomás Cardoso<br />

Lilián del Carmen López<br />

Camberos<br />

Trinelli Carlos Arturo<br />

Estela Parodi (Estela<br />

D´Agostino de Parodi)<br />

Fernando Daniel<br />

Rodríguez<br />

http://www.alvaeno.com/letras.htm Columnistas<br />

Hostal Santel<br />

57<br />

<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong><br />

No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.<br />

Oscar Wilde (1854-1900) Dramaturgo y novelista irlandés.


58<br />

<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Como Ave Fénix<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Marcos Morneo<br />

Escritor<br />

https://www.facebook.com/profile.php?id=100001975788769&sk=info<br />

La insoportable levedad del ser<br />

58<br />

Columnistas<br />

Llegadas estas fechas (tan entrañables para miles de personas), siempre hago la misma reflexión que<br />

se repite desde que tengo uso de razón (perdón por el ripio).<br />

Primeramente quiero explicar el movo de la elección del tulo, tomado de la novela de Milan<br />

Kundera, que como dice el autor esta novela va más allá de la filosoa y de la psicología. Y en eso<br />

estoy de acuerdo con él, sin embargo esta novela ha sido clasificada como novela filosófica, cosa que<br />

ni el autor ni yo comparmos.<br />

A Milan Kundera lo conocí en Praga, precisamente lugar donde está ambientada esta novela, y<br />

acompañado de éste, recorrí las calles de esta ciudad maravillosa donde se produjera la Primavera de<br />

Praga, y juntos debamos algunos detalles de la obra que da tulo a este ”pseudo‐ensayo”. Novela<br />

que nos ayuda a comprender y conocer la Europa del Este durante la Guerra Fría, y que ha sido<br />

llevada al cine por el director Fhilip Kaufman con notable éxito.<br />

Pero ustedes lectores (si es que los hay), se preguntarán qué enen que ver estas fechas (entrañables<br />

para miles de personas) con esa novela, puede que no tengan nada que ver la una con las otras, o<br />

viceversa, pero creo que sí, como en la novela en la que el protagonista se debate entre dudas sobre<br />

la existencia, canalizadas, en este caso, hacia el campo del amor, la sexualidad y la pareja narrando<br />

escenas codianas de estos amantes que se aferran a esos momentos pensando si realmente es úl<br />

su existencia, si enen sendo sus vidas, si necesariamente es necesario el eterno retorno a los<br />

recuerdos, a los momentos vividos y sendos para dar a sus vidas un sendo sin que se les<br />

derrumben como si se tratase de casllos de naipes; esas miles de personas que ven estas fechas tan<br />

entrañables también buscan dar sendo a sus vidas, para que estas no se derrumben como casllo<br />

de naipes. La novela no ene nada que ver con estas fechas (tan entrañables para miles de<br />

personas), pero sí con esas miles de personas, que se aferran a la tradición como forma, no ya de<br />

entender sus vidas, sino de darles un sendo, porque ¿qué sería de los seres humanos si no<br />

entendieran sus vidas, si no pudieran dotarlas de un sendo lógico y razonable para no sucumbir a la<br />

“Insoportable levedad del ser” que nos acecha en cada tramo del camino?<br />

Reconocer esa levedad es de por sí insoportable, por eso buscamos en la tradición, en la costumbre<br />

la fórmula mágica o, cuando menos, maravillosa que nos haga entender dicha levedad sin caer en la<br />

oscuridad, sin que el desánimo nos derroque por eso mismo: por la inconsistencia de las cosas y de<br />

nosotros mismos.<br />

Así que cada año tomo estas fechas como la manera que esas miles de personas enen de entender<br />

su vida y de dar sendo a la misma aunque para ello tengan que alimentar la farsa. Mis abuelos y<br />

luego mis padres la alimentaron, pero yo me niego a hacerlo porque es hora de que aceptemos<br />

nuestra “insoportable levedad de ser”, y dejemos de menrnos.


<strong>LetrasTRL</strong>/ 59 <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Latitudes mudas<br />

Pedro Luis Ibáñez Lérida<br />

Escritor<br />

59<br />

Letras, tu revista literaria<br />

"Escribir es defender la soledad en que se está"<br />

María Zambrano<br />

Macbeth, resuena el eco sangriento<br />

Ciego es el lugar en que el alma humana se adentra<br />

en el abismo. La naturaleza de éste no reviste<br />

importancia. En aquél, la lentitud exasperante de la<br />

lucidez, declina en amargo sabor.<br />

¿ Cómo desprenderse de la propia acción cuando ésta<br />

aceleró más allá de<br />

nosotros ?<br />

¿ Qué, ahogado el gozo, hará<br />

estancia cálida para<br />

aliviarnos de este constante<br />

avatar ?<br />

Conseguido el poder, la<br />

determinación por asir la<br />

vana y fútil gloria, el<br />

proceso que se aviene para<br />

entronizarnos, para<br />

envanecernos y<br />

ensoberbecernos nada importa excepto el momento.<br />

El cruel e intransigente momento que denota el peso<br />

del hecho. Por él, tras el desenlace, la indecisión y el<br />

remordimiento. Un laberinto que atenaza la víspera y,<br />

aún, el hoy. Mañana será sombra que nos acompaña.<br />

Si estuviera hecho, una vez hecho, entonces estaría<br />

bien que se hubiera hecho pronto; si el asesinato<br />

pudiera echar la red sobre la consecuencias, y con su<br />

cesación, asegurar el éxito, de tal modo que sólo ese<br />

golpe fuera total y el fin; aquí, aquí mismo, en este<br />

banco, en este bajío del tiempo, saltaríamos a la vida<br />

venidera. Pero en estos casos seguimos siempre<br />

sometidos a juicio aquí, ya que no hacemos sino<br />

enseñar lecciones de sangre, que, una vez enseñadas,<br />

regresan para asolar al inventor. Esta Justicia de<br />

mano equitativa acerca de los ingredientes de<br />

nuestro cáliz envenenado a nuestros propios labios.<br />

59<br />

Macbeth, resuena en el eco sangriento<br />

que vocifera la venganza del cielo;<br />

tu corazón de negra y gruesa arena<br />

enturbia tus lúcidos pensamientos.<br />

El puñal agita el siniestro duelo,<br />

tres brujas que alientan el miedo;<br />

manos cuajadas de remordimiento<br />

ansían el brillo fugaz del cetro.<br />

Columnistas<br />

Macbeth. Acto I. Escena VII<br />

William Shakespeare.<br />

1654-1616 Stratford on Avon.<br />

Con la palabra crea el vínculo,<br />

con su deseo propone el mío.<br />

A Suri Emilio.<br />

Andamos descalzos;<br />

a tientas, por el beneplácito de la duda,<br />

Salvador Dalí.<br />

Una de las trece ilustraciones<br />

para Macbeth de Shakespeare.<br />

discretos, por el de la esperanza.


60<br />

<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

El Lindero<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Francisco Basallote<br />

Escritor, poeta y crítico literario<br />

http://facebook.com/francisco.basallote<br />

EN EL JARDÍN MÍSTICO<br />

60<br />

Columnistas<br />

La Poesía Mísca ene hoy día bastante vitalidad, aunque a decir verdad limitada a poetas que sin estar<br />

anquilosados en el pasado; trasladan las vías de acercamiento a la divinidad a la literatura actual,<br />

conservando, con savia y vitalidad propias una poesía que no desmerece de su larga tradición. El término<br />

mísca procede del verbo griego, "muein", que significa "cerrar"; hace referencia a algo oculto, secreto.<br />

Mísca, pues, emológicamente, sugiere la vida espiritual secreta, ínma, no ordinaria. La pervivencia de este<br />

género, en el espacio parcular de la literatura de signo espiritual, se hace realidad hoy en la producción de<br />

varios autores.<br />

Existe en el ámbito de la literatura española un Certamen que ha cumplido tres decenas de convocatorias y<br />

que a su calor ha consolidado un destacado número de poetas que han escrito con verdadero acierto una<br />

poesía mísca de nuestro empo. Se trata del Premio Mundial de Poesía Fernando Rielo, convocado<br />

anualmente en Madrid y fallado en Roma y del que mencionaremos a un ganador, Francisco Mena Cantero,<br />

que lo fue del XX Certamen con su obra Esta fe que nos lleva y a Estrella Bello, que obtuvo Mención de Honor<br />

en la XXVII edición por Atormentada luz. Hay además, muchos poetas que se acercan a esta poesía con las<br />

mejores armas de su poéca, y en general, ulizando la estructura poéca por antonomasia, el soneto, tal cual<br />

hiciera en los años cincuenta del pasado siglo Julio Mariscal, con aquel hondo poemario en sonetos, Quinta<br />

Palabra, en el que el poeta dirá: “Así es como te quiero. Así, Dios mío:/ con el dogal de “Hombre” a la<br />

garganta./...” .Entre estos poetas destacamos a Enrique Barrero, hábil sonesta que con una concepción muy<br />

parcular de esta poesía logra un bello poemario en Liturgia de la voz abandonada.<br />

En Esta fe que nos lleva, Francisco Mena Cantero ,(Ciudad Real, 1934), nos sumerge en una obra , de<br />

profundidad y de luz, de musicalidad y ritmo, de pureza formal y limpieza absoluta del fondo, donde nída luce<br />

la razón de su aventura y la búsqueda de esa verdad tras la que a lo largo de su intensa obra ha sido su<br />

vocación y designio, no sólo manifestación sino invocación, no sólo codianeidad sino transparencia, no sólo<br />

rito sino trascendencia: “…Tu conoces, Señor. Sabes que es mío/ este río de gozo y de tristeza./ Es alma que en<br />

silencio escucha y reza/ porque yo soy de Ti un escalofrío./…”y acentúa su voz para definir su clave personal:<br />

“Darle nombre a una cosa/ es crearla otra vez, una manera/ de otorgarle la vida/…/ ..somos/ hijos del Dios de<br />

la palabra/ y de su misma esrpe,/…”. Todo ello con el cuidado uso de las formas clásicas, con su recurso a la<br />

elementalidad de las cosas, con diversidad de fuentes de las que siempre mana agua clara, urde en su sencillez<br />

la trama de un emocionante universo de riquezas múlples, luminosamente decidido a esa trascendencia que<br />

si bien ha sido patente en toda su obra, aquí es claramente manifiesta. Como sucede en otro libro reciente del<br />

mismo autor, que pone de relieve que en su poéca hay una constante de miscismo. Nos referimos a El<br />

pájaro y su vuelo, humilde y callada avecilla que emprende un alto vuelo y nos abre de un modo sul el<br />

complejo mundo de su poéca. Y en el vuelo de ese pájaro que se abre en “claridad que apenas nos incendia/<br />

en rescoldo de empo, no de fuego/..” y que permanece ya que “Nada se exngue y nada se destruye,/…/ La<br />

eternidad …Es algo/ que con su mano toca / el lento atardecer, …”.<br />

Por eso “…las cosas/…/ llevan en su trasluz/ la infinita belleza/ que las encela a un Dios/ cuyo oficio es la vida y<br />

no la muerte.”<br />

—————>>>>


61<br />

<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

El Lindero<br />

Letras, tu revista literaria<br />

61<br />

Columnistas<br />

Con Atormentada luz, Estrella Bello pasa a engrosar esa lista de la Fundación Rielo que conene lo mejor de<br />

la poesía mísca escrita en nuestra lengua en los úlmos decenios. Constante mísca del abandono que en la<br />

segunda parte se hace realidad en el jardín de la noche, que “ sabe a musgo enamorado / y a concha matuna<br />

de lucero…”, donde encuentra al amado: “Estás aquí, Señor,/ laendo entre la arena…”, manifestándose en la<br />

belleza del mundo: “ Sembrado está mi huerto de amapolas,/ tulipanes, claveles, nomeolvides,/ y rosas…”, “…<br />

Espigas y racimos consagrados…”, “,,,Hay alas golpeando entre las nubes/ guirnaldas de alhelíes…” , un mundo<br />

que es el espejo del jardín mísco : “ como un nuevo jardín de las Hespérides…” en el que la música pone el<br />

colofón de lo excelso: “ La música de Bach en las alturas/ y tu nombre, Señor, entre las bóvedas…” .Sin salir de<br />

este esquema, antes bien redondeándolo poécamente, demuestra Estrella Bello su alta calidad de sonesta: “<br />

Y otra vez esta cruz que se levanta/ como lirio morado de la tarde,/ como rosa doliente donde aguarde,/ el dolor<br />

que te asfixia y se agiganta…”,<br />

En Liturgia de la voz abandonada, Enrique Barrero (Sevilla, 1969), a diferencia de tantos sonestas míscos<br />

desde Góngora a Unamuno en los que hay una especie de vercalidad de relación de hombre a Dios, se nos<br />

manifiesta humanamente horizontal en el diálogo con ese Dios cercano, al eslo profundamente humano: “…<br />

porque me asola/ como al mar el murmullo de una ola/ este viejo cansancio de ser hombre.” . Y hay en estos<br />

sonetos un diálogo del poeta con su Dios, cuyo nombre deletrea “…lentamente/ como el agua escondida de una<br />

fuente/..” y en su busca “… Nado en pos de la luz, contracorriente/..” y se pregunta: “¿Cuándo solos Tu y yo?...”<br />

Hay también una conformidad en los designios : “ Tu quisiste que fuera quien he sido..”, que es abandono de sí,<br />

y para el que pide ayuda: “De entre todas las dádivas te pido/ la callada virtud de la paciencia/…”. Y hay una<br />

hermosa invitación: “Vente conmigo aquí, al Sur que habito/ ‐Señor de los sedientos olivares‐/…” que una vez<br />

más nos trae a la memoria los versos del Julio Mariscal de “Quinta Palabra” : “La artesa y el olivo; el<br />

hormiguero/ de afanes por la yunta o el verano..”<br />

Con Instantes de la luz, obtuvo el Premio Internacional de Poesía Ateneo Jovellanos en su XX edición, un<br />

poemario que según el jurado es de factura clásica, definición muy acorde con la poesía de Enrique Barrero,<br />

que domina el verso clásico por antonomasia como es el endecasílabo: Sin embargo en dicho libro el poeta<br />

reviste de una forma magistral el poema mísco de cierto aspiración profundamente trascendente, se hace<br />

metasica, y hondamente humana en la sincera expresión de una intensa e incesante inquietud que se derrama<br />

en estos poemas transidos de “ la luz alta de mi propio extravío…”. Y , es que la luz de estos instantes es una luz<br />

interior, personal, dócil al pensamiento del poeta, así dirá en su primer poema La luz en las vidrieras : “ Sólo con<br />

la caricia/ que hasta el tacto elevara el pensamiento / viene la luz a las vidrieras solas,/…” , es una luz que “…<br />

Acude mansamente a nuestro encuentro/ sin alumbrar apenas, Ignorando/ que el corazón la aguarda…”, luz<br />

que en su inmaterialidad se hace intensamente mísca. Porque el poeta sólo vive para una luz pura, así dice<br />

claramente: “Si entre todas las luces yo pudiera/ elegir una luz os pediría/ la eterna luz del agua…”<br />

En este espacio silencioso, como una especie de jardín mísco, se escribe una poesía tan sincera y tan<br />

pretendidamente trascendente que no cabe duda que en el callado diálogo del poeta mísco, se establece una<br />

honda liturgia ínma, una celebración misteriosa que sólo el puede comprender y nosotros acatar.<br />

TEXTOS<br />

Francisco Mena. Esta fe que nos lleva . Fundación Fernando Rielo. Madrid, 2002<br />

Francisco Mena. El pájaro y su vuelo. Los Cuadernos de Sandua. Córdoba,2008<br />

Estrella Bello . Atormentada luz. Fundación Fernando Rielo. Madrid, 2009<br />

Enrique Barrero. Liturgia de la voz abandonada. Los Cuadernos de Sandua. Córdoba, 2009<br />

Enrique Barrero. Instantes de la luz .Ateneo Jovellanos. Gijón, 2011.


<strong>LetrasTRL</strong>/ 62 <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Ojo de buey<br />

J.J.Conde<br />

Escritor<br />

http://jjconde.blogspot.com<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Odón Betanzos Palacios, poeta<br />

62<br />

Columnistas<br />

Andaluz universal. Y onubense. Sobre todo, onubense, de su Rociana,<br />

en donde era lo que era cuando regresaba. Pues como él mismo decía:<br />

“es increíble la necesidad de la erra madre en el ser humano”. Viajero<br />

incansable, Odón Betanzos Palacios nació en Rociana del Condado<br />

(Huelva) en 1925. Cursó Náuca en Cádiz. Recorrió el mundo como<br />

marino mercante. En 1958 se estableció en Nueva York y fundó con el<br />

ex ministro de la Gobernación de la II República Eloy Vaquero la<br />

revista Mensaje. Licenciado en Letras en Fordham University, y en<br />

Filosoa en The City University of New York, hizo sus estudios<br />

doctorales en Filosoa y Letras en la misma universidad basando su<br />

tesis en las Experiencias vitales en la obra poéca de Miguel<br />

Hernández. Fue presidente del Círculo de Escritores y Poetas<br />

Iberoamericanos. Fue académico correspondiente de la Real Academia<br />

Española y de las academias de Guatemala, Filipinas, Chile y Colombia.<br />

Fue académico de número de la Academia Norteamericana de la<br />

Lengua Española, y su director.<br />

Entre los galardones y premios obtenidos a lo largo de su carrera destacan: Encomienda de la Orden de<br />

Isabel la Católica(1979) otorgada por S.M. el Rey de España, Premio Libertad de la ciudad de Nueva York<br />

(1988), Medalla de Andalucía (1989), Premio Vasconcelos (México‐1990) por su obra de creación,<br />

Encomienda de la Orden del Mérito Civil, en su grado de número otorgada por S.M. el Rey de España<br />

(1997). Escritor de talla mundial publicó alrededor de sesenta y seis libros de poemas, la mayoría de ellos<br />

condensados en tres antologías: Sandad y guerrería (1952‐1967), Hombre de luz (1967‐1972) y La mano<br />

universal (1972‐1976); Poemas del hombre y las desolaciones (1986) y De ese Dios de las totalidades<br />

(1988). En 1994 apareció una Antología poéca de la totalidad de su obra. Publicó también, en dos<br />

volúmenes, la novela Diosdado de lo Alto. Autor de arculos, notas crícas y trabajos de invesgación<br />

literaria en los mejores periódicos y revistas especializadas españolas y de fuera de nuestro país. De su<br />

obra se han realizado varias tesis doctorales y sus poemas han sido traducidos a varios idiomas.<br />

Odón Betanzos Palacios, de una extraordinaria calidad humana, de Rociana del Condado, de Onuba, de<br />

Andalucía… del mundo. Que asumía la creación como un regalo que había que agradecer y al mismo<br />

empo reparr. Que le embriagaba el olor del salitre, que le encandilaba el paseo de la Punta del Sebo,<br />

el muelle, el ambiente de la ciudad de Huelva. Odón Betanzos, poeta y académico, onubense y andaluz<br />

universal. Para quien un servidor pedía públicamente, en 1998 y en 2002, el otorgamiento por parte de la<br />

Junta de Andalucía de la disnción de Hijo Predilecto de Andalucía, argumentando para ello la<br />

indiscuble valía, tanto profesional como humana de nuestro querido e insigne paisano, demostrada a lo<br />

largo de los años, y el permanente desvelo, que le llevaba muchas veces al sufrimiento, por ver que<br />

nuestra lengua figurase entre las primeras del planeta.<br />

(Foto: archivo Fundación “Odón Betanzos Palacios”)


63<br />

<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Algo más que palabras<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Víctor Corcoba<br />

Escritor<br />

http://www.diariosigloxxi.com/firmas/victorcorcoba<br />

corcoba@telefonica.net<br />

LA AUSTERIDAD<br />

De un empo a esta parte no se habla de otra<br />

cosa. La austeridad está en boca de ricos y del poder;<br />

de esos que han vivido entre los deleites y los vicios,<br />

la podredumbre y el despilfarro. Claro, de una manera<br />

diferente a cómo la sufren los excluidos de un sistema<br />

de vida totalmente deshumanizador. Los pobres<br />

tampoco conocen otra forma de obrar y de vivir, nada<br />

más que en la miseria, connúan marginados del<br />

circuito económico, y, ahora, mucho me temo se les<br />

siga pidiendo sacrificios a los que no enen ni pan que<br />

llevarse a la boca.<br />

El escándalo de la pobreza y el desempleo en<br />

España alcanza cotas insostenibles. Los<br />

desempleados, más allá de los números y estadíscas,<br />

son personas a las que se les ha impedido vivir con<br />

dignidad. El nuevo gobierno español, si quiere entrar<br />

con buen pie, como ellos mismos han trazado en su<br />

hoja de ruta, deberá hacer juscia, y el primer<br />

mensaje de contención del gasto y austeridad, de<br />

ajustes duros, debe empezar por ellos mismos,<br />

escuchando mucho más a los que viven en la pobreza.<br />

El pueblo está pidiendo a gritos una actuación políca<br />

más responsable, y menos pardista, más solidaria y<br />

efecva con todo el pueblo. No se puede permir que<br />

los jóvenes españoles, verdaderamente formados,<br />

tengan que emigrar en busca de trabajo, porque en su<br />

país no se le ofrezca empleo. El galopante desempleo<br />

que sufre este país, es el fruto de gobiernos<br />

incapaces, que no han sabido discernir lo<br />

fundamental de lo accesorio, la políca de Estado de<br />

la políca de Pardo; todo ello sumado a la<br />

incapacidad de establecer diálogos responsables<br />

entre los disntos colecvos y fuerzas sociales.<br />

También la Asamblea General de la ONU habla<br />

de disminuciones. Decidió una reducción del 5% al<br />

presupuesto para las operaciones del organismo<br />

mundial durante el bienio <strong>2012</strong>‐<strong>2012</strong>. ¿Se puede<br />

hacer más con menos?. Decididamente sí. Hacen falta<br />

buenos administradores capaces de aprovechar al<br />

máximo los recursos que se tengan. Pero, a veces,<br />

hemos de reconocer que no es cuesón de recortar,<br />

sino de cambiar comportamientos polícos y<br />

63<br />

Columnistas<br />

económicos. Los gobiernos están para generar<br />

puestos de trabajo y vencer a la pobreza, de lo<br />

contrario enen bien poco sendo que existan. El<br />

caso de España, con un sin fin de administraciones y<br />

gobiernos, es un claro ejemplo de lo nefasto que<br />

pueden ser tantos poderes, trabajando para sí, o sea,<br />

para los intereses del gobierno de turno y sin<br />

responsabilidad alguna. Un día sí y otro también, la<br />

corrupción políca salta a los periódicos, mientras son<br />

muchos los españoles que cada día ven peligrar el<br />

bienestar de su familia, viéndose inmersas en<br />

situaciones de injuscia y pobreza, que suelen<br />

degenerar en desesperación, violencia, y hasta entrar<br />

en crisis la propia idendad de la persona, y no<br />

senrse nada más que basura.<br />

No podemos confundir la austeridad, con<br />

meros recortes sociales, y más en sociedades cada<br />

días más desiguales. ¿Cómo le podemos pedir<br />

austeridad personal a quien no ene trabajo o recibe<br />

un salario indigno?. ¿Cómo le podemos pedir<br />

sacrificios a los pobres, si nuestra caridad con el<br />

prójimo es nula? Desde luego, sería bueno para el<br />

mundo, para todo el mundo, injertar en los planes<br />

educavos sobre todo el culvo de los valores<br />

morales, en especial, el del sendo de la equidad y de<br />

la juscia, para que en verdad la juscia sea igual para<br />

todos; el de la solidaridad y cultura al trabajo, para<br />

que en verdad el trabajo sea vida; el de austeridad y<br />

servicio al prójimo, para que en verdad seamos<br />

servidores de los úlmos y no de los primeros; el<br />

respeto a la transparencia y a la palabra dada, para<br />

que en verdad seamos personas humanas en las que<br />

se pueda confiar.<br />

En este momento se requieren ciertamente<br />

oportunas medidas polícas que levanten la<br />

economía, sin obviar que en cada país ene sus<br />

parcularidades la crisis, pero aún mucho más que<br />

seamos capaces de pensar en aquellos a los que les<br />

falta los bienes necesarios para desarrollarse como<br />

persona y como ciudadano del mundo. Esperan la<br />

mano tendida. No nos sirve, en este caso, la mano<br />

que recorta.


64<br />

<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

La Revista<br />

Letras, tu revista literaria<br />

64<br />

Publicidad<br />

hp://www.arstassinfronteras.es/images/stories/documentos/revista‐n9.pdf<br />

Boletín <strong>nº</strong> 36<br />

La Revista <strong>nº</strong> 9


65<br />

<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

La mirada del otro<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Juan Manuel Álvarez<br />

Escritor, creativo<br />

http://blogdelescritorjuanmanuellvarezromero.blogspot.com/<br />

Breve<br />

65<br />

Columnistas<br />

Cómo podríamos desmenuzar las horas en las que nos senmos perdidos entre panfletos, discursos,<br />

publicidad, críca, auto críca, cómo avanzar entre laberintos de confusión... y todo esto sin dejar de estar, sin<br />

cascadas de amenazas, miedos, sin sendos agónicos y desesperados…<br />

Nos ausentamos de nuestras propias vidas cada vez más, la entregamos sin pedir nada a cambio, solo aquello<br />

que nos cree la sensación de estar vivos, —sin llegar estarlo del todo—.<br />

Me pareció esencial que la piedra quedara arriba, el peso era considerable. Así al despertar de aquel sueño<br />

podría caminar más deprisa.<br />

Al bajar, comprobé que necesitaba vitaminas, las ideas se quedaron congelas en el trastero, el calentador se<br />

quedó sin gas, la maleta se quedó vacía.<br />

El tren se alejaba cada vez más y, con la inspiración a medias quise hacer aquello que no podía. Me sumí en un<br />

ir y venir entre aquello y esto, que no era otra cosa que yo mismo sentado ante un anden, que no funcionaba<br />

desde hacía años, no me di cuenta de eso hasta que un día un señor muy mayor pasó por allí, y me preguntó la<br />

hora.<br />

El andén estaba frío; el mundo se divisaba en el horizonte como una estrella, las ideas eran luces que<br />

parpadeaban en el cielo. Y el señor mayor deslumbraba con su sonrisa estelar. Se sentó a mi lado, y me habló<br />

de cuando fue pastor, de cuando exisan huertas en aquel valle de árboles frutales frente a la estación, de<br />

cuando viajó, de cuando quiso ser joven y se le pasó la edad, de cuando las olas llegaban hasta este lugar tan<br />

apartado del mundo.<br />

Me habló de una vida llena de experiencias vividas en su mundo interior, mientras cuidaba de sus ovejas, su<br />

rebaño; me habló incluso de gente que pasaron por este lugar y quisieron quedarse, pero terminaron<br />

marchándose, como ahora yo, que espero sentado a un tren para que me lleve lejos de este lugar.<br />

Escritores, pintores, escultores, todos ellos salieron corriendo cuando llego la deshumanización, la noche. Me<br />

dijo mientras reía a carcajadas, dejando ver su boca desdentada. —Fue cuando su sonrisa estelar<br />

desapareció—.<br />

Callado y en silencio absoluto entre aquellas palabras que emian un sonido a hogar, a esencia, entre las olas y<br />

la nieve de una vida plenamente campestre.<br />

La maleta permanecía a mi lado, vacía, inerte, creo que tan solo llevaba un libro, reliquias de otros días, letras<br />

feroces, para los momentos que es necesario retomar fuerzas.<br />

El frío seguía penetrando en mis huesos, y entre el frío y las palabras de aquel señor me quedé dormido<br />

apoyado entre la maleta vacía y la pared.<br />

Al despertar comprobé que no había nadie, que todo había sido un sueño, pero si comprobé que la erra<br />

seguía allí arriba en el cielo, brillaba con toda su fuerza, azul, constante, sin parpadeos, como las estrellas en<br />

forma de ideas que brillaban a su alrededor. ———‐>>


66<br />

<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

La mirada del otro<br />

Letras, tu revista literaria<br />

66<br />

Columnistas<br />

Aquel señor me habló de la deshumanización, me dijo que se hizo pastor porque no soportó el aislamiento<br />

impuesto, la soledad que trajo la descentralización de la humanidad, de todas las fronteras que se impusieron<br />

en un proceso que cogió de improvisto al ser humano.<br />

Cada cual se aisló en su casa, nadie contactaba con nadie, nadie salía, nadie hablaba… la palabra dejó de tener<br />

sendo, al menos oralmente, incluso se creó un nuevo lenguaje por si te cruzabas con alguien y tenías que<br />

intercambiar ideas. Los libros dejaron de exisr… por eso vivo aquí, amigo, al igual que tú…—dijo— ¿Por qué<br />

te vas? ¿O crees que te vas? ¿Crees que puedes huir de esto? Ya sabes que hace años que de aquí no salen<br />

trenes, los aviones solo quedaron para el transporte mercanl… ¡no sé que haces aquí sentado!… el camino<br />

queda ahí atrás… sigue el sendero que te lleva a la ciudad y allí ya veras lo que haces… al final regresaras aquí<br />

de nuevo, te lo aseguro, porque todos los que salieron corriendo, hoy viven aquí, —volvieron—. Te doy un<br />

consejo, no te hagas pastor cuando regreses, porque algún día la luz se detendrá en forma de luna, y esa luna<br />

quedará colgada del cielo como una lámpara maravillosa. Y quizás ese sea el momento que todos esperamos,<br />

de una forma u otra, todos la buscamos en nuestros sueños o realidades, fantasías o existencialismos…<br />

En esta montaña he visto nacer ríos, libros, obras de arte maravillosas, que después el viento se ha llevado,<br />

dejando un vacío inmenso, dejando lo vital en oscuridad… en esta montañas vi lo que nadie pudo imaginar<br />

jamás, palacios que se derrumbaban, ciudades que florecían y caían bajo el yugo de algún despiadado rano.<br />

Vi los amores más hermosos, los suicidios más horribles, los días más largos, el infierno, el cielo… el silencio.<br />

Aquí recorrí de nuevo todo mi pasado, lo hice con sumo cuidado, sin prisas, y ahora toca buscar la esencia de<br />

ese pasado que se paró aquí, buscando este presente…<br />

Si lo que quieres es huir, hazlo, pero ten la certeza que volverás, al igual que todos nosotros…<br />

De todas formas cogí el camino tras la estación, hacia pendiente, así que la estación quedaba cada vez más<br />

bajita conforme subía la cuesta, al seguir subiendo y llegar a la cima de la colina, escuché tras de mi un sonido<br />

estrepitoso como de una maquina, al girarme, pude ver una nube de humo que salía de una gran maquina de<br />

vapor; se trataba de una locomotora con vagones; se paró en la estación donde permanecí sentado durante<br />

semanas, donde antes de marcharme un señor muy mayor me dijo que por allí no pasaban trenes desde hacia<br />

años… ahora creo que perdí ese tren, quizás el único en muchos años… pero connuo hacia la ciudad, quien<br />

sabe., quizás… todo cambie.<br />

Fotograa E. de Juan (Estación de Setenil de las bodegas)<br />

hp://flickrhivemind.net/User/joios/Recent


67<br />

Letras <strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong>39/2011/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ octubre/ <strong>enero</strong>/ http://www.alvaeno.com/letras.htm<br />

La afilada navaja<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Ignacio Fernández Candela<br />

(Escritor‐críco literario)<br />

www.ignaciofernandezcandela.com<br />

Como abejas que liban en sus colmenas. Autora:<br />

María José Hernández López.<br />

La miel del ingenio en su parcular y magistral<br />

colmena. Microrrelatos.<br />

La existencia y la percepción de sus detalles<br />

conforman la previsible lógica que da sendo a las<br />

sensaciones que captamos de manera inteligente; sin<br />

embargo, a menudo nos quedamos con la impresión<br />

de que algo nos dejamos en el ntero ante la<br />

definición delimitada del mundo al que pertenecemos<br />

y nos rodea.<br />

Con María José Hernández ese ntero es<br />

sobradamente capaz de abstraernos hacia las lindes<br />

de un mundo detallado que sólo podemos conocer a<br />

través de sus líneas; todo queda atado y bien atado,<br />

escrito y magistralmente escrito y los conceptos se<br />

realzan con una dimensión extrapolada, como si<br />

asiséramos a la descripción de un mundo<br />

sobredimensionado que nos faltaba por admirar.<br />

Esta autora es de un sello de calidad literaria personal<br />

e intransferible. Ciertamente, de no contar con el<br />

ingenio sistemáco de estas lecturas, nadie más que<br />

su ser intelectual podría darnos esas sensaciones<br />

únicas que sólo ella es capaz de transmir.<br />

La Literatura es capaz de ahondar más allá de la<br />

apariencia y explayarse allende las limitaciones para<br />

adverr esos detalles que escapan de la definición y<br />

sus finitudes ...pero no toda literatura, sino la<br />

verdadera que María José Hernández pracca con<br />

sagaz contumacia e ingenio versál y sorprendente y<br />

que en su libro de Microrrelatos: “Como abejas que<br />

liban en sus colmenas” trasciende con una impronta<br />

de genialidad que desde siempre caracteriza su<br />

singular arte literario, ya descollante en su anterior<br />

obra “Una noche sin estrellas”.<br />

hp://fcandelacricaliteraria.blogspot.com/2011/07/<br />

una‐noche‐sin‐estrellas‐escritora‐maria.html<br />

No sólo se traspasan con sus letras la delimitación<br />

de los conceptos, también en el detalle desmenuzado<br />

asismos a la creación de un espacio imprevisible, en<br />

cuya generalidad creava es común la convicción de<br />

hallarnos ante una diferente manifestación de arte,<br />

párrafo tras párrafo, que en este caso conforman las<br />

67<br />

Columnistas<br />

celdillas de una colmena endulzada con la miel de la<br />

excelencia reflexiva.<br />

Como abejas que liban en sus colmenas no es un libro<br />

al uso, más bien es una original e inusual concepción<br />

literaria realizada para epatar al lector y asombrar,<br />

con múlples prismas interpretavos, el runario y<br />

sano ejercicio de la lectura y converrlo en una<br />

miscelánea de sensaciones a cada cual más dispar,<br />

resuelta e imaginava, contagiándonos del carisma de<br />

María José que itera, con soltura inusitada, la facilidad<br />

de lo ingenioso que para los demás resultaría<br />

imposible.<br />

El acervo cultural es ilimitado para entremezclar ideas<br />

que desembocan en una paradoja contrastada,<br />

encadenada, sólidamente enraizada en los vaivenes<br />

imaginavos que sorpresivamente nos embaucan<br />

diverda, irónica o melancólicamente; delirantemente<br />

compromedos o impactantemente delicados. En<br />

ocasiones nos traspasan las virtuales bellezas de un<br />

pensamiento inherente a la sensibilidad poéca y en<br />

otras nos imbuimos del preciosismo en el detalle de la<br />

paradoja, la radicalidad de los contrastes<br />

sencillamente provocada por una esencia imaginava,<br />

consistente y expansiva que cubre todos esos<br />

aspectos que nos recuerdan la posibilidad infinita de<br />

la creación, incluso en la abstracción del concepto y la<br />

simbiosis de múlples realidades según la mente<br />

pionera que la descubre.<br />

Así pues, poseo la convicción, ante las letras de María<br />

José, de que el genio cabe en la preparación didácca<br />

y la especialización del conocimiento aunque no son<br />

condiciones únicas de ella; los méritos de esta autora<br />

no sólo residen en ser estudiosa de las premisas de la<br />

intelectualidad con una corrección y elegancia literaria<br />

sobresalientes. El mérito mayor se asocia con el<br />

pionerismo en un espacio literario donde parece todo<br />

escrito hasta que se comprueba la sul vanguardia de<br />

los propósitos creadores que se explaya con facilidad<br />

en lo que se adivina un don y que lleva la idendad<br />

propia de lo exclusivo.<br />

————>>


68<br />

Letras <strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong>39/2011/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ octubre/ <strong>enero</strong>/ http://www.alvaeno.com/letras.htm<br />

La afilada navaja<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Este libro de Microrrelatos es un ejercicio de eslo<br />

único y es sólo un asbo de brillantez que debería<br />

haberse espaciado en páginas numerosas para<br />

abundarnos con la sensación de habernos sumergido<br />

en mar de insondables maces y planear los cielos de<br />

olas donde volar sumergidos o nadar planeando estos<br />

universos cortos donde, como dice su autora, “la<br />

ficción es ficción pero cualquier parecido con la<br />

realidad no es pura coincidencia”.<br />

Todas y cada una de estas celdillas de Como abejas<br />

que liban en sus colmenas son el talento de una eficaz<br />

Reina de la Naturaleza creava que nos vivifica en esa<br />

abejera de dulce miel, donde el ingenio es capaz de<br />

regalar sus maravillas libando del purismo propio de<br />

una privilegiada imaginación y una excepcional y<br />

aplicada virtud literaria sin parangón… ni falta que<br />

hace con el Universo literario tan completo que María<br />

José desarrolla impertérrita ante la dificultad o la<br />

imposibilidad, para los ajenos, de su escritura en una<br />

autora irrepeble.<br />

68<br />

Columnistas


69<br />

<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

“Percepciones”<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Natividad Senserrich*<br />

Escritora<br />

http://www.alvaeno.com/natividad-senserich.htm<br />

DATOS TOZUDOS, NECIA SOCIEDAD. Reflexiones.<br />

Los datos son tozudos. En el informe elaborado por<br />

el CIS, el Centro de Invesgaciones Sociológicas; en los<br />

datos publicados por la Delegación del Gobierno para<br />

la Violencia de Género y en las conclusiones de la<br />

Federación de Mujeres Progresistas. Sí, los datos son<br />

tozudos pero es infinitamente más tozuda y pernaz<br />

nuestra sociedad que los obvia, siempre de forma<br />

significava y no les otorga ni la credibilidad ni la<br />

importancia que no sólo enen sino que merecen. La<br />

sociedad, la que configuramos todos nosotros,<br />

muestra como la presencia de peligrosos arquepos<br />

pervive y convive contumaz, hoy. Estamos en el siglo<br />

XXI y parece no haber pasado nada de nada. En los<br />

periódicos, las nocias referentes a sentencias<br />

judiciales en las que, por ejemplo, el juez dictamina<br />

que llamar zorra a tu mujer no es más que una<br />

expresión de índole familiar; sentencias en las que hay<br />

que aclarar la diferencia de golpes que existe entre<br />

pegar a la mujer y darle una paliza.<br />

No lo sabemos todo, es cierto, pero si sabemos lo<br />

suficiente; y no me refiero ahora a los que, de algún<br />

modo que escapa a mi comprensión, dicen gobernar,<br />

sino a todos los ciudadanos. Me dicen que estos datos<br />

se corregirán con el empo; me dicen que no son<br />

significavos; escucho un montón de despropósitos. Es<br />

menra, todos los que hablan así mienten. La historia<br />

no corrige los desaguisados ni tampoco lo más<br />

mezquino en el ser humano. Es más, la historia lo<br />

aumenta.<br />

A punto de terminar este año y me connua<br />

pareciendo trágico que todo, en lo referente a este<br />

tema, en los medios se limite a cifras. Cifras que nos<br />

dirán que este año han muerto menos mujeres por<br />

violencia que otros años y con eso se quedaran<br />

muchas y muchos, la mayoría. ¿Indignados? No lo sé<br />

aunque me produce un cierto extrañamiento este<br />

adjevo ahora. Hemos tenido millones de movos<br />

desde hace siglos, al menos las mujeres de todo el<br />

mundo y nunca nadie mostró indignación alguna. De<br />

hecho, estas mis lecturas a las que me refería al<br />

comienzo no han sido objeto de una primera página en<br />

los medios, no. He tenido que buscarlas en sociedad o<br />

69<br />

Columnistas<br />

en alguna otra sección, aguada por un eslo sino poco<br />

serio si poco excusable. Indignados por injuscias de<br />

forma y nunca indignados por injuscias de fondo.<br />

La mujeres empezaron a luchar de una forma<br />

organizada y visible en el siglo XIX y dos siglos después<br />

he de preguntarme ¿qué ha pasado? El 80% de los<br />

jóvenes de 14 a 18 años cree en una relación de pareja<br />

en la cual la chica debe siempre complacer a su chico;<br />

el 60% considera que una mujer sólo se realiza por<br />

amor; todos creen que los chicos son valientes y<br />

agresivos y que las chicas son ernas y comprensivas;<br />

la mayoría piensa que el chico debe proteger a su<br />

chica; que es lícito ver el móvil de tu pareja; que los<br />

celos son normales en una relación; que la<br />

responsabilidad úlma, cuando no única, de los hijos<br />

es de la madre;<br />

Se evidencian actudes y comportamientos no<br />

igualitarios, esto lo he leído también. Estos datos no<br />

son sólo no igualitarios señores, estos datos son la<br />

antesala de todos los terrores codianos de millones<br />

de mujeres. Todos estos datos son la infinita actud<br />

machista de control y la infinitamente necia actud<br />

por parte de las mujeres de sumisión.<br />

Es en extremo preocupante y no ha sido lo más<br />

subrayado, los datos que indican que los chicos se<br />

sienten atacados cuando se les habla de desigualdades<br />

y de violencia de género y que las chicas se levantan<br />

indignadas y defensoras de los varones diciendo que<br />

las culpables son las mujeres que presentan una<br />

actud feminista.<br />

Necias féminas que compran todo aquello que se<br />

les vende y que sin esforzarse en reflexionar y poseer<br />

una actud propia escuchan, creen y consumen toda la<br />

basura mediáca de los voceros de esta sociedad. Les<br />

venden modelos harto peligrosos y exentos de toda<br />

dignidad. Necias féminas, los datos no mienten, han<br />

respondido que todavía creen en el mito del amor<br />

románco sin saber que se abisman a un terrorismo de<br />

puertas adentro, de habitaciones con las cornas<br />

cerradas en las qué las mujeres son maltratadas<br />

psicológica, sica y sulmente; sin que a veces no<br />

logren ser conscientes de la violencia que sufren.<br />

——‐>>


70<br />

<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

“Percepciones”<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Arquepos y roles de una injuscia atroz, histórica<br />

y transhistórica que subvierte a una sociedad<br />

potencialmente buena en una sociedad que tolera un<br />

terrorismo domésco contrario al respeto más<br />

fundamental de los Derechos Humanos<br />

Dado todo ello a quien le ha extrañado la nocia de<br />

que sean más de 600.000 las mujeres que sufren<br />

malos tratos en España, y eso que este número es algo<br />

simbólico por qué se manene la tendencia a no<br />

denunciar al terrorista cuando duerme en nuestra<br />

cama o vive con nosotras.<br />

Todos aquellos que intentan jusficarlo, explicarlo<br />

o incluso hallarle una movación no son más que<br />

meros co‐autores de las mismas violencias; son no ya<br />

cómplices del mismo delito sino que en su intento<br />

vano y mezquino de dar razón de la violencia son ya<br />

por ello parcipes, imputados y culpables del mismo<br />

acto de violencia aun más cuando los que lo hacen<br />

pertenecen al mismos círculo ínmo de la vícma.<br />

Hasta que no tengamos esto muy claro habiendo<br />

llegado a ello por la reflexión serena nunca seremos<br />

totalmente capaces de educar en la no violencia. Por<br />

tanto no se trata del por qué de los golpes, de tantas y<br />

tantas violencias psíquicas y sicas que anulan el ser y<br />

la salud. No hay porque, por qué simplemente la<br />

violencia no ene jusficación, ni coartada, ni defensa,<br />

ni excusa ni nunca, y en ningún caso, apología.<br />

*Dra. Navitat Senserrich<br />

Autora de Derechos Humanos y Filosoa de la<br />

Religión, profesora y escritora. Coordinadora de la<br />

COMISSIÓ DE SALUT del CONSELL MUNICIPAL DE<br />

DONES DE TARRAGONA.<br />

70<br />

Casa de Muñecas<br />

Columnistas<br />

http://www.youtube.com/watch?v=6Pfr-kFQUBs


71<br />

<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Libros Casa Eolo<br />

71<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Es un proyecto de:<br />

http://libros.casaeolo.com/<br />

<strong>LetrasTRL</strong> en Facebook<br />

https://www.facebook.com/group.php?gid=71169070943&ref=ts<br />

71<br />

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72<br />

<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

La última calabaza<br />

Marcos González Sedano<br />

Artículos de opinión<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Sancho cabalga de nuevo<br />

72<br />

Columnistas<br />

En un ensayo literario, Cesare Pavese se empeñaba en explicarle a los desheredados lo importante de<br />

las palabras. Comprenderlas, descifrarlas, ligarlas a los hechos y a la ficción. No se por qué leyéndolo<br />

me acordaba de Sancho Panza. Tal vez porque siempre me idenfiqué, más que con el señor, con el<br />

escudero.<br />

¿Qué ocurre cuando el narrador deja la pluma en el ntero? ¿ A qué se dedican los personajes cuando<br />

la docta mano duerme?<br />

No es cierto que Sancho se fuera con el señor Quijano por la promesa de una ínsula. Su precio eran las<br />

historias que el Hidalgo de la Mancha iba contando.<br />

Y las palabras caían de los labios del caballero andante, rodando por la armadura camino de los oídos<br />

del escudero.<br />

Cuando el Manco dormía y Don Alonso soñaba con su Dulcinea, él se acercaba a las posadas y pueblos<br />

a ver cómo se las gastaban los alguaciles y el Santo Oficio. Llenando de camino su faldriquera con unos<br />

trozos de pan y queso.<br />

Cuando Cide Hamenete Benengeli descansaba, Sancho conspiraba con su señor: "No son gigantes,<br />

sino molinos de viento. Eche usted los pies a erra, mi señor".<br />

Cuando Don Alonso Quijano el Bueno se dejó vencer, cuando perdió los sueños y dejó entrar a la<br />

muerte por su puerta, cuando se suicidó el Hidalgo de la Mancha, Sancho no cogió la espada, ni la<br />

lanza. Tomó la palabra y fue de plaza en plaza, de aldea en aldea, buscando escuderos, pícaros<br />

malandrines, mendigos, sastres, zapateros remendones, braceros, escribanos... Y les fue susurrando al<br />

oído: "¡Combadlos, que no son gigantes!"<br />

Y así cabalgó Sancho, el de los mil rostros, hasta el úlmo de sus días. Dejando sobre los bancos de las<br />

calles las palabras: "No les tengáis miedo ni a ellos ni a sus picas ni a sus cárceles. Que no son gigantes,<br />

que ellos sin nosotros no son nada salvo miseria humana vesda con buen paño".


73<br />

<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Rap-e-ando<br />

Martín Lucía<br />

Escritor<br />

Era fácil de acertar<br />

Letras, tu revista literaria<br />

73<br />

Columnistas<br />

Me lo han puesto fácil. Y yo que lo intuía…<br />

Nombrado el nuevo gobierno, remodelada su estructura, la derecha ha praccado uno de sus<br />

deportes favoritos: unir en un mismo ministerio educación, cultura y, en este caso, deportes. A su<br />

cargo, Juan Ignacio Wert, sociólogo. Aquí les dejo su perfil, para que vean cuánto sabe este hombre de<br />

educación, de cultura y de deporte:<br />

hp://polica.elpais.com/polica/2011/10/07/biografiaeldebate/1318008044_627484.html<br />

Con este insano vicio de unir la cultura con la educación y con el deporte, Rajoy nos indica que este<br />

hombre sabrá qué hacer para mejorar la educación en España, con su ley correspondiente, y, a la vez,<br />

sabrá si hay que reformar la Ley del Deporte o la ley que desarrolla el Concurso de acreedores en los<br />

clubes de fútbol (¿¿¿por qué nadie la lleva al Constucional???), y, a su vez, sabrá si España necesita o<br />

no la conocida como Ley Sinde, por ejemplo. Y así, sobre un montón de asuntos tan dispares, el bueno<br />

de Wert deberá dar su opinión ante micrófonos.<br />

Ah, sin embargo:<br />

Para hablar de empleo llamen a Fáma Báñez;<br />

Para hablar de Hacienda, a Cristóbal Montoro;<br />

Para hablar de Economía, a Luis de Guindo.<br />

Como pueden comprobar, tres materias muy disntas que no podían comparr cartera. Que no digo<br />

yo que no esté bien en estos empos esmular el empleo. Pero, también lo es poner unas bases<br />

firmes en educación y cultura. Porque esto, Sr. Rajoy, no es gastar, es inverr. Que usted no lo sepa<br />

me da pánico.<br />

Como les decía, me lo han puesto fácil.<br />

Les pongo a connuación un arculo que en noviembre de 2010 escribí para el periódico digital<br />

Belianís. Era fácil acertar…<br />

Tiempos de recortes<br />

En estos empos de caresa, en estos empos de crisis, los avezados polícos que llevan nuestras<br />

riendas, y, que, sin duda, son los que nos merecemos, recurren habitualmente a la palabra recorte. Es<br />

un mantra. Más allá de la idoneidad de las medidas, más allá de si hay que fortalecer la inversión<br />

pública o debilitarla como camino hacia la recuperación económica, quiero reparar en un hecho. ——<br />

——>>>>


74<br />

<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

Rap-e-ando<br />

Letras, tu revista literaria<br />

74<br />

Columnistas<br />

En este empo de posible alternancia políca, el denominado líder de la oposición, su pardo,<br />

defiende la necesidad de realizar recortes y de disminuir los presupuestos de diversos ministerios,<br />

secretarías, etc. y, sobre todo, la desaparición de algunos ministerios. Y siempre, que aparece una lista<br />

con posibles candidatos, se señala al Ministerio de Cultura.<br />

Es significavo este desdén de la derecha por la existencia de un ministerio que se dedique en<br />

exclusividad a la gesón del bagaje cultural de este país (que si algo ene y por algo se le conoce es<br />

por esto: ¿o acaso se conoce más al presidente de la CEOE o al de Iberia que a Lorca, Miró o el Reina<br />

Soa).<br />

Desde 1977, con unas denominaciones u otras ha exisdo el Ministerio de Cultura. Y, en estos más de<br />

treinta años, sólo ha habido dos momentos en el que dicho concepto, dicha estructura se ha<br />

debilitado. Fue en el periodo correspondiente a las legislaturas VI y VII, es decir, al periodo del<br />

gobierno Aznar (1996‐2004).<br />

Así, al comenzar la VI Legislatura, el Ministerio de Cultura fue integrado en el de Educación,<br />

denominándose Ministerio de Educación y Cultura. Hecho significavo. Y durante la VII Legislatura, el<br />

Ministerio de Educación y Cultura asumió también las competencias deporvas, denominándose<br />

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Aún más significavo.<br />

Si para Juan Goysolo “la falta de curiosidad o inapetencia por las culturas ajenas es, a mi entender,<br />

un índice de decadencia y pasividad, porque la cultura afectada por este síndrome se convierte en<br />

mero objeto de contemplación”, el traslado de esta inapetencia, cuando no falta de respeto, por la<br />

propia es signo inequívoco muerte. La consideración manifiesta de que la cultura, la educación y el<br />

deporte es lo mismo, es muy preocupante, aunque, la experiencia así nos lo ha dictado, no definivo<br />

(afortunadamente). Pero la desaparición del Ministerio de Cultura será, posiblemente, catastrófico, e,<br />

innegablemente, un signo de ignorancia, de irrespeto ante aquello que nos hace ser lo que somos,<br />

ante la labor de los que nos han antecedido y han conseguido que estemos donde estamos y como<br />

estamos.<br />

Preocupante esta falta de sensibilidad hacia lo cultural por aquellos que se postulan como alternancia<br />

para el poder. Si en los años de lo que los especialistas económicos denominaron “el milagro español”,<br />

si, cuando en 1999 se había crecido a un ritmo del 4.7% y cuando en el 2000 se estaba creciendo a un<br />

4%, optaron por juntar en un único ministerio la cultura, la educación y el deporte, ahora que la<br />

economía no termina de recuperarse, ahora que en el tercer trimestre el PIB se ha quedado al 0%, qué<br />

estarán pensado hacer...”


75<br />

<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

La disidencia<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Vicent Boix*<br />

http://www.elparquedelashamacas.org/<br />

75<br />

Columnistas<br />

¿Ha escuchado alguna vez la expresión “república bananera”? Seguro que sí. Incluso la habrá ulizado en algún<br />

momento para referirse jocosamente a una persona, situación o estado, más propios de un chiste que de la<br />

realidad. Ahora bien, lo que tal vez no sepa es que fue un escritor norteamericano, William Sidney Porter<br />

(O’Henry) quién en 1904 acuñó dicho término en su libro “Cabbages and kings” (“coles y reyes”).<br />

Su biograa es muy curiosa. William laboró en un banco hasta que fue acusado de un desfalco. El día antes de su<br />

detención huyó de la juscia y sus huesos recalaron en la caribeña Honduras. Allí pasó unos años conociendo las<br />

peculiaridades y contradicciones tanto de los navos como de unos emigrantes ‐yanquis sobre todo‐ que en<br />

aquellos lejanos parajes buscaban tejer su parcular “sueño americano”. Una enfermedad de su esposa le<br />

obligaría a regresar premeditadamente a su país donde fue apresado.<br />

La convivencia con criminales de diferente pelaje y su estancia en Honduras, inspiraron una floreciente carrera<br />

literaria que inició con “coles y reyes”; en donde brillante y sarcáscamente recrea la vida en el pequeño estado<br />

centroamericano. O’Henry fallecería en 1910 sin saber que la influencia de las transnacionales fruteras que<br />

inocente, graciosa y ficciamente plasmó en su libro, con el paso de los años se converría en una cruel y triste<br />

realidad para los países de la región.<br />

Mientras él estaba encarcelado, en Honduras desembarcó un compatriota suyo, Sam Zemurray, quién se<br />

converría en magnate bananero por antonomasia y líder intelectual del “republicanismo bananero”. Llegó a<br />

controlar cientos de miles de hectáreas de bananos, medios de transporte, de comunicación, y sus tentáculos se<br />

expandieron por diferentes sectores producvos de varias naciones. Se acercó sigilosamente a polícos,<br />

dictadores y militaroides locales, a los que, dependiendo de las circunstancias engatusó, presionó, traicionó o<br />

tuvo en nómina. Dos veces de alió con mercenarios para orquestar sendos golpes de estado y su avaricia por<br />

controlar la erra originó que tres países tuvieran disputas territoriales. Su trayectoria y visión del mundo se<br />

podría resumir en una frase que solía reper: “En Honduras un diputado en más barato que una mula”.<br />

A bote pronto, puede parecer que estos personajes forman parte del pasado exóco de naciones lejanas. Pero<br />

con el reciente póker de crisis (financiera, económica, ecológica y alimentaria) la historia parece volver a<br />

reperse, al menos en sus capítulos más estrambócos y deleznables.<br />

Se sabe que los precios de la comida han aumentado, como sin duda crecerá la demanda de alimentos y<br />

agrocombusbles en un mundo que ya soporta a 7000 millones de habitantes. Los fenómenos extremos<br />

asociados al cambio climáco (inundaciones, sequías, etc.) están alterando los patrones producvos agrícolas lo<br />

cual genera más incerdumbre. Y en lugar de buscar luz en este global desaguisado alimentario, algunos lo que<br />

han visto es un gran negocio. Ya se ha escrito sobre el reciente fenómeno del acaparamiento de erras, por el<br />

cual inversores y estados han comprado o arrendado grandes superficies de terrenos especialmente en África,<br />

con el objevo de poder controlar la producción futura de alimentos y sobre todo de agrocombusbles. Este<br />

acaparamiento ha originado que decenas de miles de personas hayan sido ya expulsadas de sus erras y<br />

despojadas de sus medios tradicionales de subsistencia.<br />

Entre toda esta fauna financiera, hay un personaje más propio de las novelas de O’Henry, pero que además de<br />

ser real, aspira sin complejos a suceder a Zemurray. Se trata de Philippe Heilberg, presidente de Jarch Capital, un<br />

fondo de inversión neoyorquino que está interesado en arrendar 800.000 hectáreas en Sudán del Sur (el estado<br />

más joven del mundo desde que se independizó en julio de 2011). —————‐>>>


76<br />

<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

La disidencia<br />

Letras, tu revista literaria<br />

76<br />

Columnistas<br />

En su propia web, Jarch Capital reconoce que apuesta por las oportunidades de inversión en países débiles de<br />

África que pueden sufrir modificaciones en sus fronteras. Dicho de otra manera, Jarch se acerca cuidadosamente<br />

a las zonas en tensión, permanece a la expectava y cuando finaliza el conflicto intenta penetrar para<br />

aprovecharse del nuevo y flagelado escenario políco. Así hizo en Sudán del Sur. Primero estableció contacto<br />

con Paulino Map, militar señalado de numerosas atrocidades durante la sempiterna guerra civil. Luego esperó<br />

los acontecimientos y ahora tocar recoger los frutos. El militar ya ocupa un cargo relevante en el nuevo estado y<br />

trabaja de intermediario y “asesor” para Jarch Capital.<br />

Heilberg ha reconocido en los medios que olisqueó el dinero tras el desmembramiento de la Unión Soviéca, y<br />

se dijo a sí mismo que la próxima vez estaría dentro. Ya se alió con personajes de dudosas credenciales en<br />

Eopía, Nigeria y Somalia. Pero no se avergüenza. Se ve así mismo como un visionario y sin tubear afirmó en<br />

una revista que “Esto es África (…) Todo es una gran mafia. Yo soy como un jefe de la mafia.”.<br />

*Invesgador asociado de la Cátedra “Tierra Ciudadana ‐ Fondaon Charles Léopold Mayer”, de la Universitat<br />

Politècnica de València. Autor del libro El parque de las hamacas: hp://www.elparquedelashamacas.org/<br />

Arculo de la serie “Crisis Agroalimentaria”, ver más hp://www.elparquedelashamacas.org/html/biografia.html


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<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

La disidencia<br />

Carlos Penelas<br />

Letras, tu revista literaria<br />

http://www.carlospenelas.com/<br />

Literatura, celulares y modernidad (Buenos Aires, noviembre de 2011)<br />

77<br />

Columnistas<br />

No es fácil comprender nuestros días. Todo se mezcla; todo. Tal vez siempre fue así, tal vez el ser humano jamás<br />

terminó de aprender, de senr, de intuir. Por eso necesita de líderes, de reyes, de dioses, de banderas. Tiene<br />

miedo de estar solo, de senr lar su corazón, de intentar ser libre. De no depender de nadie. Libre como los<br />

vientos y los pájaros. Libre como un poema, como una estrella<br />

fugaz entre las olas. Debo confesar –aunque usted lector por un<br />

movo o por otro se siente molesto, culpable o injuriado– que la<br />

estupidez avanza a paso redoblado. Y se mezclan afectos, citas,<br />

cumpleaños, ideologías, frustraciones, hoteles, rostros, pasiones,<br />

obsecuencias. Todo, todo junto. Y nos hacemos revolucionarios de<br />

un día para otro o nos hacemos hombres serios y prudentes. O<br />

populistas y sectarios. O todo junto.<br />

Siempre recomiendo la lectura de London o de Stevenson. O el<br />

teatro de uno de los clásicos del siglo XX, descubriendo una<br />

concatenación de efectos que en verdad son causas y de causas que en realidad son efectos, cuya obra es un<br />

socavamiento del discurso del Poder: Tennessee Williams. Cualquiera de ellos pone el insnto en una escritura<br />

que se encuentra suspendida en la línea, donde hallamos una suerte de éca nihilista, desplegando una mirada<br />

abarcadora, manifestándonos desde lo literario (como el Dr. Kinsey lo hizo desde la sexualidad) la<br />

problemazación de lo normal y de lo anormal, textos que tranquilizan e inquietan simultáneamente al lector.<br />

Nos enseñan las percepciones conscientes o inconscientes de los protagonistas, escritores conmovedores y<br />

trágicos de la literatura mundial.<br />

Pensar, leer, escribir. Ahora todo es electrónico, todo el elemento humano está en un archivo, en una tabla, en la<br />

posibilidad de insertar algo por la ventana. Todo termina succionado por supr o ctrl. Viene el llanto virtual, el<br />

abuelo virtual y la amada virtual. Hábitos e ilusiones sobre el celular. El cerebro no da abasto de la nada.<br />

Desbordó de vulgaridades, de mensajes acumulados, de hojarasca. Y siguen los iconos en los cerebros juveniles.<br />

Huecos, vacíos. Flash, el planeta flash. Y connúan los zombies, los abombados, con sus celulares en las manos. Se<br />

viene la epidemia, peor que la peste negra o la fiebre amarilla. Además ésta da euforia, exprime el pomelo y el<br />

melón. No, los pomelos se regalan para un aniversario de casados, para un cumpleaños de quince o cuando es<br />

desacvado el respirador de la abuela. Una sociedad de simios, clic.<br />

El diagnósco de los cienficos sobre lo que se avecina es sombrío, más que una película de Bellochio. Por un lado<br />

tenemos las armas nucleares, por otro el brutal deterioro del equilibrio ambiental. Sin caer en el fatalismo nos<br />

preguntamos qué pasará en los próximos diez años. Se pide colaboración a los países más avanzados para que<br />

respondan. Es curioso, ellos desataron este caos, fueron los que generaron estas delicias. Las naciones centrales<br />

son las responsables de esta mirada apocalípca. No los anarquistas, caro lector. Ellos no forman para del Consejo<br />

de Seguridad de la ONU, ni del descrédito de las Naciones Unidas ni del estremecedor pronunciamiento de los<br />

hombres de ciencia reunidos hace muy poco empo en París. Ni los anarquistas ni los pobres diablos que<br />

duermen en las calles del mundo, en las alcantarillas del mundo.<br />

No ene mucho sendo seguir con esta cannela. Evoco palabras de Albert Camus que pertenecen al discurso<br />

pronunciado cuando se le entregó el Premio Nobel de Literatura, en Estocolmo, en 1958.<br />

“ …al lado de todos esos seres humanos silenciosos, que no soportan en el mundo la vida que les toca vivir, más<br />

que por el recuerdo de breves y libres momentos de felicidad y esperanza a volverlos a vivir”.


78<br />

<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

La disidencia<br />

Esther Vivas<br />

Letras, tu revista literaria<br />

hp://esthervivas.wordpress.com<br />

Más capitalismo verde<br />

Un balance de la Cumbre del clima en Durban<br />

Josep Maria Antentas y Esther Vivas<br />

Se salva a los mercados y no al clima. Así podríamos<br />

resumir lo que constata la recién terminada 17ª<br />

Conferencia de las Partes (COP 17) de Naciones Unidas<br />

sobre Cambio Climáco en Durban, Sudáfrica,<br />

celebrada del 28 de noviembre al 10 de diciembre. La<br />

rápida respuesta que gobiernos e instuciones<br />

internacionales dieron al estallido de la crisis<br />

económica en 2008 rescatando bancos privados con<br />

dinero público contrasta con el inmovilismo frente al<br />

cambio climáco. Aunque esto no nos debería de<br />

sorprender. Tanto en un caso como en otro ganan los<br />

mismos: los mercados y sus gobiernos cómplices.<br />

En la cumbre del clima de Durban dos han sido los<br />

temas centrales: el futuro del Protocolo de Kioto, que<br />

concluye en <strong>2012</strong>, y la capacidad para establecer<br />

mecanismos en la reducción de emisiones; y la puesta<br />

en marcha del Fondo Verde para el Clima, aprobado<br />

en la anterior cumbre de Cancún, con el objevo<br />

teórico de apoyar a los países pobres en la migación y<br />

la adaptación al cambio climáco.<br />

Tras Durban podemos afirmar que un segundo periodo<br />

del Protocolo de Kioto ha quedado vacío de contenido:<br />

se pospone una acción real hasta el 2020 y se rechaza<br />

cualquier po de instrumento que obligue a la<br />

reducción de emisiones. Así lo han querido los<br />

representantes de los países más contaminantes con<br />

Estados Unidos a la cabeza quienes abogaban por un<br />

acuerdo de reducciones voluntarias y rechazan<br />

cualquier po de mecanismo vinculante. Pero si el<br />

Protocolo de Kioto ya era insuficiente, y de aplicarse<br />

evitaba sólo 0,1º cengrados de calentamiento global,<br />

ahora vamos de mal en peor.<br />

Entorno al Fondo Verde para el Clima, si en un primer<br />

momento los países ricos se compromeeron a<br />

aportar 30 mil millones de dólares en <strong>2012</strong> y 100 mil<br />

millones anuales para 2020, cifras que de todos modos<br />

se consideran insuficientes, la procedencia de estos<br />

78<br />

Columnistas<br />

fondos públicos ha quedado por determinar mientras<br />

se abren las puertas a la inversión privada y a la<br />

gesón del Banco Mundial. Como han señalado<br />

organizaciones sociales se trata de una estrategia para<br />

“converr el Fondo Verde para el Clima en un Fondo<br />

Empresarial Codicioso”. Una vez más se pretende<br />

hacer negocio con el clima y la contaminación<br />

medioambiental.<br />

Otro ejemplo de esta mercanlización del clima ha<br />

sido el aval de la ONU a la captura y almacenamiento<br />

de CO2 como Mecanismo de Desarrollo Limpio, que no<br />

pretende reducir las emisiones y que agudizaría la<br />

crisis ambiental, especialmente en los países del Sur<br />

candidatos a futuros cementerios de CO2.<br />

Así, los resultados de la cumbre apuntan a más<br />

capitalismo verde. Como indicaba el acvista e<br />

intelectual surafricano Patrick Bond: “La tendencia a<br />

mercanlizar la naturaleza se ha converdo en el<br />

punto de vista filosófico dominante en la gobernanza<br />

mundial medioambiental”. En Durban se repite el<br />

guión de cumbres anteriores como la de Cancún 2010,<br />

Copenhague 2009... donde los intereses de las grandes<br />

mulnacionales, de las instuciones internacionales y<br />

de las élites financieras, tanto del Norte como del Sur,<br />

se anteponen a las necesidades colecvas de la gente<br />

y al futuro del planeta.<br />

En Durban estaba en juego nuestro futuro pero<br />

también nuestro presente. Los estragos del cambio<br />

climáco están teniendo ya sus efectos: liberación de<br />

millones de toneladas de metano del Árco, un gas 20<br />

veces más potente que el CO2 desde el punto de vista<br />

del calentamiento atmosférico; derremiento de los<br />

glaciares y de los mantos de hielo que aumenta el nivel<br />

del mar. Unos efectos que incrementan el número de<br />

migraciones forzadas. Si en 1995 había alrededor de<br />

25 millones de migrantes climácos, hoy esta cifra se<br />

ha doblado, 50 millones, y en el 2050 ésta podría<br />

ascender a entre 200 y mil millones de desplazados.<br />

—————————>>>>


79<br />

<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />

La disidencia<br />

Letras, tu revista literaria<br />

Todo apunta a que nos dirigimos hacia un<br />

calentamiento global descontrolado superior a los 2º,<br />

y que podría rondar los 4º, para finales de siglo, lo que<br />

desencadenaría muy probablemente, según los<br />

cienficos, impactos inmanejables, como la subida de<br />

varios metros del nivel del mar. No podemos esperar<br />

hasta el año 2020 para empezar a tomar medidas<br />

reales.<br />

Pero frente a la falta de voluntad políca para acabar<br />

con el cambio climáco, las resistencias no callan. Y<br />

emulando a Occupy Wall Street y a la ola de<br />

indignación que recorre Europa y el mundo, varios<br />

acvistas y movimientos sociales se han encontrado<br />

diariamente en un foro a pocos metros del centro de<br />

convenciones oficiales bajo el lema ‘Occupy COP17’.<br />

Este punto de encuentro ha reunido desde mujeres<br />

campesinas que luchan por sus derechos hasta<br />

representantes oficiales de pequeños estados isleños<br />

como Las Seychelles, Granada o Nauru amenazados<br />

por una subida inminente del nivel del mar, pasando<br />

por acvistas contra la deuda externa que reclaman el<br />

reconocimiento y la restución de una deuda<br />

ecológica del Norte respecto al Sur.<br />

El movimiento por la juscia climáca señala como,<br />

frente a la mercanlización de la naturaleza y los<br />

bienes comunes, es necesario anteponer nuestras<br />

vidas y el planeta. El capitalismo se ha demostrado<br />

incapaz de dar respuesta al callejón sin salida al que su<br />

lógica producvista, cortoplacista y depredadora nos<br />

ha conducido. Si no queremos que el clima cambie hay<br />

que cambiar radicalmente este sistema. Pero los<br />

resultados de Durban apuntan en otra dirección. El<br />

reconocido acvista ecologista nigeriano Nnimmo<br />

Bassey lo dejaba bien claro con estas palabras: “Esta<br />

cumbre ha amplificado el apartheid climáco, donde el<br />

1% más rico del mundo ha decidido que es aceptable<br />

sacrificar al 99% restante”.<br />

* Josep Maria Antentas es profesor de sociología de la<br />

Universitat Autònoma de Barcelona y Esther Vivas es<br />

miembro del Centre d’Estudis sobre Moviments<br />

Socials de la Universitat Pompeu Fabra.<br />

** Arculo en Público, 13/12/2011.<br />

+info: hp://esthervivas.wordpress.com<br />

79<br />

Columnistas


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