LetrasTRL nº 42 enero 2012 - Ediciones Alvaeno
LetrasTRL nº 42 enero 2012 - Ediciones Alvaeno
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Contenido<br />
Contenido<br />
Editorial<br />
Cine<br />
Editorial Contenido<br />
Reseña Literaria<br />
Cine<br />
Ciudades Editorial Literarias<br />
Reseña Literaria<br />
Entrevistas Cine<br />
Ciudades Literarias<br />
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Arte<br />
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Letras, tu revista literaria<br />
hp://alvaeno.com/letrasTRL.htm<br />
Aborreced las bocas que predicen desgracias eternas.<br />
Rubén Darío<br />
Hostal Santel<br />
1<br />
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong><br />
ISSN: 1989-4198 Los libros son puertas abiertas que nos conducen a mundos imaginarios, reales y fantásticos.<br />
Cialenva Preston.<br />
Sin la mujer, la vida es pura prosa<br />
Rubén Darío
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Nº <strong>42</strong>/ <strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong><br />
Letras, tu revista literaria<br />
©Letras (tu revista literaria) ISSN: 1989– 4198<br />
Fotograas de Portada y Contraportada: Hellen Levi<br />
Director: Salvador Moreno Valencia©<br />
Subdirector: Rubén Sancho©<br />
Maquetación: <strong>Ediciones</strong> <strong>Alvaeno</strong> ©<br />
Edición: <strong>Ediciones</strong> Santel ©<br />
hp://alvaeno.com/letrasTRL.htm<br />
Para colaboraciones: novedades, relatos, poesía,<br />
opinión, ensayo: máximo una página A4, archivos de<br />
Word, y para fotos formato JPG o GIF a:<br />
letras@alvaeno.com<br />
Contrata tu publicidad en Letras (Tu revista literaria)<br />
letras@alvaeno.com<br />
La visión del Director<br />
por Salvador Moreno Valencia<br />
Cine<br />
por Rubén Sancho<br />
Para Recordar<br />
Por Biograas y Vidas<br />
Entrevistas<br />
Varios<br />
Poesía<br />
Varios<br />
Relatos<br />
Varios<br />
Becas y Premios<br />
Información facilitada por www.alexisnavas.com<br />
Libros, libros, libros<br />
Varios<br />
Ni tú ni yo, a duras penas<br />
Novela autobiográfica y por entregas de Salvador Moreno<br />
Valencia<br />
Arte<br />
Víctor Manuel Guzmán Villena<br />
Los Nébures<br />
Capítulos XXX y XXXI<br />
Kalvellido<br />
www.kalvellido.net<br />
2<br />
STAFF:<br />
Salvador Moreno Valencia‐Dirección<br />
Rubén Sancho‐Subdirección<br />
Alexis Navas – Becas y Premios<br />
Francisco Vélez Nieto – Críca Literaria<br />
Silvia Loustau– Relatos, ensayo, poesía<br />
Eva Monzón– Relatos<br />
Fernando Gómez Márquez– Relatos y poesía<br />
María Jesús Verdú Sacases—Conocimiento<br />
Columnistas<br />
Pedro Luis Ibáñez Lérida<br />
J.J. Conde<br />
Francisco Basallote<br />
Marcos Morneo<br />
Javier Cintas<br />
Víctor Corcoba<br />
Carlos Penelas<br />
Vicent Boix<br />
Navidad Senserrich<br />
Consuelo García del Cid Guerra<br />
Eduardo Pérsico<br />
José Francisco Mejía Ramírez<br />
Carmen Rosa Barrere<br />
Maite García Romero<br />
Carlos Medina Vigliem<br />
Silvia Loustau<br />
Juan Manuel Álvarez<br />
Ignacio Fernández<br />
Lucre Romero<br />
“ En algunos la casdad es una virtud, en muchos<br />
es casi un vicio. "<br />
F. Nietsche<br />
©Letras (tu revista literaria) no se hace responsable de las<br />
opiniones verdas por los colaboradores.
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Editorial<br />
Letras, tu revista literaria<br />
No sé a , pero a mí este comienzo de año me ha dado ganas de echarme a correr, sin rumbo fijo,<br />
huyendo de la que se nos viene encima con esa obsesión por el recorte en pos de sasfacer a los<br />
especuladores anónimos que no hacen sino obtener beneficio con los rescoldos de la crisis, mientras<br />
los demás ya tenemos rotos los bolsillos de tanto arañar y arañar en busca de lo que no hay.<br />
El nuevo gobierno de Rajoy ha llegado con ganas de sasfacer a todos menos a sus propios<br />
ciudadanos, y la primera medida que tomó fue congelar el salario mínimo interprofesional, para<br />
después incumplir todas sus promesas electorales pergeñando una subida de impuestos de esas que<br />
hacen daño donde más duele.<br />
Pero como úlmamente mis piernas no responden a las órdenes del cerebro, cosas de la edad,<br />
supongo, el caso es que no nos queda otra que refugiarnos en el arte y la literatura, la única esencia<br />
cierta del ser humano, al menos hasta que llegue la guadaña de los recortes.<br />
Por suerte, aquí en Letras TRL no tememos los recortes porque llevamos viviendo gracias a la<br />
economía de subsistencia desde que iniciamos nuestra andadura hace ya 41 meses, y parece que se<br />
dice pronto, pero ha sido un período largo de lucha, de amarguras y de tantas otras alegrías, tantas<br />
como cada una de las colaboraciones o de felicitaciones que recibimos.<br />
Felicitaciones que hago extensivas a todos los escritores, poetas y arstas, en general, que cada mes<br />
nos abruman con su talento y sus ganas de colaborar con nuestra modesta revista, en pos de<br />
conseguir que entre todos demos voz a los que no la enen.<br />
Y sin más te dejo con la revista, para que la disfrutes con pausa y embeleso, antes de que este <strong>2012</strong><br />
que ahora comienza se nos esfume entre los dedos, obviando las restricciones temporales del<br />
calendario.<br />
3<br />
Rubén Sancho<br />
Subdirector
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
La visión del Director<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Pasear como hacía Dédalus<br />
Por Salvador Moreno Valencia<br />
Cuando salgo a pasear, simplemente a caminar o<br />
complejamente a dejar de pensar, es lo que quiero hacer, dejar<br />
de pensar, dejar, de algún modo, mi mente en blanco. Pero es<br />
imposible.<br />
Cuando salgo a pasear solamente entregado al acto de la<br />
observación, nunca puedo dejar de pensar, hay un pensamiento<br />
en todo cuanto veo. La gente que pasa: me parece la misma vida que pasa, pasa mientras yo observo<br />
el mundo que se asemeja a una fiera cuyas vísceras no dejan de fagocitarse a sí mismas, para luego<br />
en un vómito eterno lanzar los restos a millones de años luz.<br />
Entonces, y sumido en mis meditaciones, con las que me enfrento desde el principio de los siglos,<br />
una mirada cándida me desconcierta y me lleva a un lugar también ajeno a mí. Hay hombres que<br />
hablan en la plaza de otro empo como si éste ya les hubiera caducado en plena nariz sin que<br />
apenas hayan tenido empo de asimilar el presente, que ya no reconocen porque lo confunden con<br />
ese empo del que ya no saben si fue cierto o solamente un guiño de su incierta memoria.<br />
Otras veces me gusta seguir a una u otra persona que me ha parecido interesante y de la que sueño<br />
recibir el don del paraíso: quizá la eternidad. Pero sus labios quedan sellados como cosidos por una<br />
alambrada de espinos por la que no puede pasar el presente que su dios olvidadizo le entregó para<br />
mí: su corazón, erno, palpitante, cálido y sangrante…<br />
La miraba de alguna persona con la que me cruzo en mis paseos, me trae un nuevo pensamiento, y<br />
un vérgo recorre mi cuerpo, y hay algo de agorafobia en ese pensamiento. Doy un repaso a todo lo<br />
que he conseguido y siento terror, algo parecido al pánico que siente un cervallo ante las fauces de<br />
un fiero león que no dudará en devorarlo. Haciendo uso de la acción de comparar me considero por<br />
debajo de todos. Me pregunto cómo han adquirido tanto conocimiento y tanta memoria, ambos en<br />
mí mermados y casi ausentes. Ellos son capaces de recitar de memoria textos enteros, poemas<br />
completos, y citar una lista casi interminable de autores con sus frases más caracteríscas. Son<br />
capaces de diseccionar un párrafo y de él sacar la razón de ser del que lo ha escrito. Este punto en<br />
parcular me aterra, porque tengo la certeza de que erraran al hacer la autopsia de mis textos, y<br />
entonces ya no seré nunca yo, seré lo que los forenses ‐halagadores tras la muerte de otros‐ decidan<br />
que he sido.<br />
4<br />
——‐>>
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
La visión del Director<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Intento memorizar y luego citar a autores que me hayan impresionado, que han sido muchos, pero a<br />
penas puedo nombrar más de cuatro seguidos, a pesar de que haya leído cientos de autores.<br />
Adjudicarles tal o cual cita, cual o tal frase, esto es un suplicio para mí.<br />
En mis paseos vespernos o matunos, o a esa hora donde los crisanos católicos marianos rezan el<br />
Ángelus, sigo ensimismado en un cúmulo de pensamientos, a los que trato de dar un orden, al<br />
menos, para organizarlos, si cabe, de forma cronológica o alfabéca, cosa imposible porque la simple<br />
flor de un jazmín me lleva a un país lejano que nunca visité pero en el que parece que siempre he<br />
vivido. También reflexiono sobre los libros que leo, y me parece que todos los he leído con<br />
anterioridad, no sé, es como si hubiera estado corriendo por las galeradas del mundo de la literatura<br />
desde empo inmemorial: soy una palabra, soy un símbolo, soy la misma letra con la que están<br />
formados los mundos imaginarios de la literatura.<br />
La mirada pasional de una señora de edad madura y ardiente de deseos me desvela de mi<br />
ensoñación y vislumbro el placer carnal como una gota de vida que cae de la copa de vino que acaba<br />
de caer al suelo desde el pedestal del mundo para cercenarme el empo. Pero no consigo salir del<br />
libro, estoy en él y para él vivo, y son todos ellos que lo memorizan los que me asesinan cada día,<br />
aunque ellos dicen que lo hacen para salvarme. El egoísmo no ene límites, ni la estupidez, ni la<br />
codicia. Memorizan para apropiarse de él, de mí, de los libros, de los autores, para regodearse de<br />
que son capaces de memorizar cientos de nombres, cientos de citas que yo jamás podré retener en<br />
mi pequeña cabeza de ratón atribulado, lo hacen para ocultar que son incapaces de ser el mismo<br />
libro, de crearlo, de parirlo como parieron las Valquirias aquellos monstruos.<br />
Santa Compaña (Spanish Edion) [KINDLE EDITION]<br />
Product Description<br />
“Santa Compaña” nos presenta un juego ininteligible y<br />
apasionante, en el que nada es lo que parece y todo parece lo<br />
que no es, un lupanar literario en el que Dediegos, el escritor<br />
que protagoniza la historia, ha perdido el control sobre su<br />
vida, sobre sus personajes y sobre su obra en general, la cuál<br />
ha emigrado a otras firmas huyendo del fracaso recurrente<br />
que acompaña al escritor en su existencia.<br />
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<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Mis escenas favoritas de la historia del cine<br />
absoluta.<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Mis escenas favoritas de la historia del cine: American Beauty<br />
Por Rubén Sancho<br />
“...cuesta seguir enfadado cuando hay tanta belleza en el<br />
mundo…”<br />
O al menos eso nos invita a pensar Sam Mendes con esta sára<br />
escrita por Allan Ball la cuál hurga en la herida de la<br />
superficialidad y trivialidad de la clase media estadounidense<br />
recordándoles lo verdaderamente importante de la vida a la vez<br />
que nos avisa al resto del mundo de que vamos camino de<br />
converrnos en lo mismo.<br />
Una familia perfecta, o al menos eso parece, se desintegra por<br />
momentos por culpa del materialismo más obsceno y la falacia<br />
del becerro de oro que no lleva más que a la autodestrucción más<br />
Una autodestrucción que se ejemplifica en la úlma escena de la película, para mí la mejor, y en la<br />
que, a fuerza de destrozarte la historia si no la has visto todavía, Kevin Spacey yace muerto en el salón<br />
de su casa y realiza un viaje por su vida, un segundo que no es un segundo sino un océano de empo<br />
circular que termina siempre en el mismo lugar.<br />
Mendes combina las imágenes del recuerdo de Spacey con una especie de flashback tramposo<br />
seguido de una evolución lógica de la historia que explica todo sin decir nada, pero diciéndolo todo,<br />
ulizando las imágenes en movimiento para que el espectador comprenda, analice y saque sus propias<br />
conclusiones.<br />
Sin duda, se trata de una de las mejores películas de los úlmos años, por su tremenda capacidad para<br />
manejar el tempo de la historia sin apaciguar la agresividad interna de los personajes, una agresividad<br />
que nada ene que ver con su pacífica personalidad y sí todo con su ausencia de vida real, carente de<br />
todo lo que no sea el subterfugio de la falacia capitalista.<br />
“American Beauty” es, por tanto, un canto a la vida, una oda a la esencia de todo lo que poseemos,<br />
de todo aquello con lo que un día soñamos y que se encuentra muy por encima del precio que las<br />
leyes del mercado puedan dictaminar.<br />
“… no enen ni idea de lo que les hablo, pero no se preocupen, algún día la tendrán”<br />
6
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Para Recordar<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Rubén Darío (Metapa, 1867– León , 1916)<br />
www.biografiasyvidas.com<br />
Seudónimo del gran poeta nicaragüense Félix Rubén García Sarmiento,<br />
iniciador y máximo representante del Modernismo hispanoamericano. Su<br />
familia era conocida por el apellido de un abuelo, "la familia de los Darío", y el<br />
joven poeta, en busca de eufonía, adoptó la fórmula "Rubén Darío" como<br />
nombre literario de batalla.<br />
Con una dichosa facilidad para el ritmo y la rima creció Rubén Darío en medio<br />
de turbulentas desavenencias familiares, tutelado por solícitos parientes y<br />
dibujando con palabras en su fuero interno sueños exócos, memorables heroísmos y tempestades<br />
sublimes. Pero ya en su época toda esa parafernalia de presgiosos tópicos románcos comenzaba a<br />
desgastarse y se ofrecía a la imaginación de los poetas como las armas inúles que se conservan en<br />
una panoplia de terciopelo ajado. Rubén Darío estaba llamado a revolucionar rítmicamente el verso<br />
castellano, pero también a poblar el mundo literario de nuevas fantasías, de ilusorios cisnes, de<br />
inevitables celajes, de canguros y gres de bengala conviviendo en el mismo paisaje imposible.<br />
Casi por azar nació Rubén en una pequeña ciudad nicaragüense llamada Metapa, pero al mes de su<br />
alumbramiento pasó a residir a León, donde su madre, Rosa Sarmiento, y su padre, Manuel García,<br />
habían fundado un matrimonio teóricamente de conveniencias pero próspero sólo en disgustos. Para<br />
hacer más llevadera la mutua incomprensión, el incansable Manuel se entregaba inmoderadamente<br />
a las farras y ahogaba sus penas en los lupanares, mientras la pobre Rosa huía de vez en cuando de su<br />
cónyuge para refugiarse en casa de alguno de sus parientes. No tardaría ésta en dar a luz una<br />
segunda hija, Cándida Rosa, que se malogró enseguida, ni en enamorarse de un tal Juan Benito<br />
Soriano, con el que se fue a vivir arrastrando a su primogénito a "una casa primiva, pobre y sin<br />
ladrillos, en pleno campo", situada en la localidad hondureña de San Marcos de Colón.<br />
No obstante, el pequeño Rubén volvió pronto a León y pasó a residir con los os de su madre,<br />
Bernarda Sarmiento y su marido, el coronel Félix Ramírez, los cuales habían perdido recientemente<br />
una niña y lo acogieron como sus verdaderos padres. Muy de tarde en tarde vio Rubén a Rosa<br />
Sarmiento, a quien desconocía, y poco más o menos a Manuel, por quien siempre sinó desapego,<br />
hasta el punto de que el incipiente poeta firmaba sus primeros trabajos escolares como Félix Rubén<br />
Ramírez.<br />
Durante sus primeros años estudió con los jesuitas, a los que dedicó algún poema cargado de<br />
invecvas, aludiendo a sus "sotanas carcomidas" y motejándolos de "endriagos"; pero en esa etapa<br />
de juventud no sólo culvó la ironía: tan temprana como su poesía influida por Bécquer y por Víctor<br />
Hugo fue su vocación de eterno enamorado. Según propia confesión en la Autobiograa, una<br />
maestra de las primeras letras le impuso un severo casgo cuando lo sorprendió "en compañía de<br />
una precoz chicuela, iniciando indoctos e imposibles Dafnis y Cloe, y según el verso de Góngora, las<br />
bellaquerías detrás de la puerta".<br />
7
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Para Recordar<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Antes de cumplir quince años, cuando los designios de su corazón se<br />
orientaron irresisblemente hacia la esbelta muchacha de ojos verdes<br />
llamada Rosario Emelina Murillo, en el catálogo de sus pasiones había<br />
anotado a una "lejana prima, rubia, bastante bella", tal vez Isabel Swan,<br />
y a la trapecista Hortensia Buislay. Ninguna de ellas, sin embargo, le<br />
procuraría tantos quebraderos de cabeza como Rosario; y como<br />
manifestara enseguida a la musa de su mediocre novela<br />
senmental Emelina sus deseos de contraer inmediato matrimonio, sus<br />
amigos y parientes conspiraron para que abandonara la ciudad y<br />
terminara de crecer sin incurrir en irreflexivas precipitaciones.<br />
En agosto de 1882 se encontraba en El Salvador, y allí fue recibido por el presidente Zaldívar, sobre el<br />
cual anota halagado en su Autobiograa: "El presidente fue genlísimo y me habló de mis versos y<br />
me ofreció su protección; mas cuando me preguntó qué es lo que yo deseaba, contesté con estas<br />
exactas e inolvidables palabras que hicieron sonreír al varón de poder: "Quiero tener una buena<br />
posición social"."<br />
En este elocuente episodio, Rubén expresa sin tapujos sus ambiciones burguesas, que aún vería más<br />
dolorosamente frustradas y por cuya causa habría de sufrir todavía más insidiosamente en su ulterior<br />
etapa chilena. En Chile conoció también al presidente suicida Balmaceda y trabó amistad con su hijo,<br />
Pedro Balmaceda Toro, así como con el aristocráco círculo de allegados de éste; sin embargo, para<br />
poder vesr decentemente, se alimentaba en secreto de "arenques y cerveza", y a sus opulentos<br />
contertulios no se les ocultaba su mísera condición. Publica en Chile, a parr de octubre de<br />
1886, Abrojos, poemas que dan cuenta de su triste estado de poeta pobre e incomprendido, y ni<br />
siquiera un fugaz amor vivido con una tal Domila consigue enjugar su dolor.<br />
Para un concurso literario convocado por el millonario Federico Varela escribe Otoñales, que obene<br />
un modessimo octavo lugar entre los cuarenta y siete originales presentados, y Canto épico a las<br />
glorias de Chile, por el que se le otorga el primer premio, compardo con Pedro Nolasco Préndez, y<br />
que le reporta la módica suma de trescientos pesos.<br />
Pero es en 1888 cuando la auténca valía de Rubén Darío se da a conocer con la publicación de Azul,<br />
libro encomiado desde España por el a la sazón presgioso novelista Juan Valera, cuya importancia<br />
como puente entre las culturas española e hispanoamericana ha sido brillantemente estudiada por<br />
María Beneyto. Las cartas de Juan Valera sirvieron de prólogo a la nueva reedición ampliada de 1890,<br />
pero para entonces ya se había converdo en obsesiva la voluntad del poeta de escapar de aquellos<br />
estrechos ambientes intelectuales, donde no hallaba ni el suficiente reconocimiento como arsta ni<br />
la anhelada prosperidad económica, para conocer por fin su legendario París.<br />
8<br />
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<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Para Recordar<br />
Letras, tu revista literaria<br />
El 21 de junio de 1890 Rubén contrajo matrimonio con una mujer con la que compara aficiones<br />
literarias, Rafaela Contreras, pero sólo al año siguiente, el 12 de <strong>enero</strong>, pudo completarse la<br />
ceremonia religiosa, interrumpida por una asonada militar. Más tarde, con movo de la celebración<br />
del cuarto Centenario del Descubrimiento de América, vio cumplidos sus deseos de conocer el Viejo<br />
Mundo al ser enviado como embajador a España.<br />
El poeta desembarcó en La Coruña el 1 de agosto de 1892 precedido de una celebridad que le<br />
permirá establecer inmediatas relaciones con las principales figuras de la políca y la literatura<br />
españolas, pero, desdichadamente, su felicidad se ve ensombrecida por la súbita muerte de su<br />
esposa, acaecida el 23 de <strong>enero</strong> de 1893, lo que no hace sino avivar su tendencia, ya de siempre un<br />
tanto desaforada, a trasegar formidables dosis de alcohol.<br />
Precisamente en estado de embriaguez fue poco después obligado a casarse con aquella angélica<br />
muchacha que había sido objeto de su adoración adolescente, Rosario Emelina Murillo, quien le hizo<br />
vícma de uno de los más truculentos episodios de su vida. Al parecer, el hermano de Rosario, un<br />
hombre sin escrúpulos, pergeñó el avieso plan, sabedor de que la muchacha estaba embarazada. En<br />
complicidad con la joven, sorprendió a los amantes en honesto comercio amoroso, esgrimió una<br />
pistola, amenazó con matar a Rubén si no contraía inmediatamente matrimonio, saturó de whisky al<br />
cuitado, hizo llamar a un cura y fiscalizó la ceremonia religiosa el mismo día 8 de marzo de 1893.<br />
Naturalmente, el embaucado hubo de resignarse ante los hechos, pero no consinó en convivir con<br />
el engaño: habría de pasarse buena parte de su vida perseguido por su pérfida y abandonada esposa.<br />
Lo cierto es que Rubén concertó mejor apaño en Madrid con una mujer de baja condición, Francisca<br />
Sánchez, la criada analfabeta de la casa del poeta Villaespesa, en la que encontró refugio y dulzura.<br />
Con ella viajará a París al comenzar el siglo, tras haber ejercido de cónsul de Colombia en Buenos<br />
Aires y haber residido allí desde 1893 a 1898, así como tras haber adoptado Madrid como su segunda<br />
residencia desde que llegara, ese úlmo año, a la capital española enviado por el periódico La Nación.<br />
Se inicia entonces para él una etapa de viajes entusiastas Italia, Inglaterra, Bélgica, Barcelona,<br />
Mallorca... y es acaso entonces cuando escribe sus libros más valiosos: Cantos de vida y esperanza<br />
(1905), El canto errante (1907), El poema de otoño (1910), El oro de Mallorca (1913). Pero debe viajar<br />
a Mallorca para restaurar su deteriorada salud, que ni los solícitos cuidados de su buena Francisca<br />
logran sacar a flote. Por otra parte, el muchacho que quería alcanzar una "buena posición social", no<br />
obtuvo nunca más que el dinero y la respetabilidad suficientes como para vivir con frugalidad y<br />
modesa, y de ello da fe un elocuente episodio de 1908, relacionado con el extravagante escritor<br />
español Alejandro Sawa, quien muchos años antes le había servido en París de guía para conocer al<br />
perpetuamente ebrio Verlaine.<br />
9<br />
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<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Para Recordar<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Sawa, un pobre bohemio, viejo, ciego y enfermo, que había consagrado su orgullosa vida a la<br />
literatura, le reclamó a Rubén la escasa suma de cuatrocientas pesetas para ver por fin publicada la<br />
que hoy es considerada su obra más valiosa, Iluminaciones en la sombra, pero éste, al parecer, no<br />
estaba en disposición de facilitarle este dinero y se hizo el desentendido, de modo que Sawa, en su<br />
correspondencia, acabó por pasar de los ruegos a la justa indignación, reclamándole el pago de<br />
servicios prestados. Según declara ahora, él habría sido el autor o negro, en argot editorial de algunos<br />
arculos remidos en 1905 a La Nación y firmados por Rubén Darío. En cualquier caso, será al fin el<br />
poeta nicaragüense quien, a peción de la viuda de Alejandro Sawa, prologará enternecido el extraño<br />
libro póstumo de ese "gran bohemio" que "hablaba en libro" y "era gallardamente teatral", citando<br />
las propias palabras de Rubén.<br />
Y es que al final de su vida, el autor de Azul no estaba en disposición de favorecer a sus amigos más<br />
que con su pluma, cuyos frutos ni aun en muchos casos le alcanzaban para pagar sus deudas, pero<br />
ganó, eso sí, el reconocimiento de la mayoría de los escritores contemporáneos en lengua española y<br />
la obligada gratud de todos cuantos, después que él, han intentado escribir un alejandrino en este<br />
idioma. En 1916, al poco de regresar a su Nicaragua natal, Rubén Darío falleció, y la nocia llenó de<br />
tristeza a la comunidad intelectual hispanoparlante.<br />
Su poesía, tan bella como culta, musical y sonora, influyó en centenares de escritores de ambos lados<br />
del océano Atlánco. Darío fue uno de los grandes renovadores del lenguaje poéco en las Letras<br />
hispánicas. Los elementos básicos de su poéca los podemos encontrar en los prólogos a Prosas<br />
profanas, Cantos de vida y esperanza y El canto errante. Entre ellos es fundamental la búsqueda de la<br />
belleza que Rubén encuentra oculta en la realidad. Para Rubén, el poeta ene la misión de hacer<br />
accesible al resto de los hombres el lado inefable de la realidad. Para descubrir este lado inefable, el<br />
poeta cuenta con la metáfora y el símbolo como herramientas principales. Directamente relacionado<br />
con esto está el rechazo de la estéca realista y su escapismo a escenarios fantáscos, alejados<br />
espacial y temporalmente de su realidad.<br />
Enteramente inquieto e insasfecho, codicioso de placer y de vida, angusado ante el dolor y la idea<br />
de la muerte, Darío pasa frecuentemente del derroche a la estrechez, del opmismo frenéco al<br />
pesimismo desesperado, entre drogas, mujeres y alcohol, como si buscara en la vida la misma<br />
sensación de originalidad que en la poesía o como si tratara de aturdirse en su gloria para no<br />
examinar el fondo admonitor de su conciencia. Este "pagano por amor a la vida y crisano por temor<br />
de la muerte" es un gran lírico ingenuo que adivina su trascendencia y quiere romper el cerco<br />
tradicional de España y América: y lo más importante es que lo consigue. Es necesario romper la<br />
monótona solemnidad literaria de España con los ecos del ímpetu románco de Víctor Hugo, con las<br />
galas de los parnasianos, con el "esprit" de Verlaine; los arculos de Los raros (1896), de temas<br />
preponderantemente franceses, nos hablan con claridad de esta trayectoria.<br />
10
Letras <strong>LetrasTRL</strong>/ (Fuengirola)/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>nº</strong>19 <strong>enero</strong>/ /año 10/ febrero / http://www.alvaeno.com/letras.htm<br />
Entrevistas<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Entrevista a Eva Monzón Jerez<br />
Por Rubén Sancho<br />
Ha publicado relatos cortos –con Bartleby y Acumán‐‐ y poesía en<br />
diversas revistas. Y fue coguionista en un programa de radio durante<br />
dos años. Su novela corta “Tiempo Muerto” la editó Bartleby en 2001.<br />
La novela “Entreactos” ganadora del certamen de Alfonso el<br />
Magnánimo de la ciudad de Valencia en su modalidad de narrava en<br />
castellano del 2006 fue publicada por Algar, de la que ha hecho un<br />
guion para un largometraje que está en manos de una productora para<br />
su realización en cine. También ha colaborado en varios cortos como<br />
coguionista y guionista..<br />
Tradujo el diario, inédito en España, que llevó el premio Nobel de<br />
literatura, J. Stenibeck, durante el proceso de creación de “Al Este del<br />
Edén”, publicado por Bartleby Editores; “Diario de una novela: Las cartas de “Al Este del Edén”<br />
Tiene una novela juvenil; ”La cicatriz de Paula”, un libro de relatos; “Retazos”, una colección de<br />
poemas, “Momentos”. Y una obra de teatro, ”Lo que no se quiere recordar” que se estrenará en<br />
marzo del <strong>2012</strong>.<br />
Ha trabajado en la biograa del sindicalista Joaquín Navarro, uno de los protagonistas de la matanza<br />
de Atocha, que saldrá publicado en <strong>2012</strong>. "Errantes" la tercera novela, la publicará Paréntesis en<br />
febrero del <strong>2012</strong>.<br />
Rubén Sancho (RS): ¿Cómo te presentamos? Eva Monzón, ¿escritora?, ¿psicóloga?, ¿creadora<br />
polivalente?<br />
Eva Monzón (EM): Se me puede presentar, dependiendo de cada ocasión, de una manera. En esta,<br />
quizá, la mejor sería escritora, (aunque, en realidad, sea, como cualquier otro, un todo mayor que la<br />
suma de sus partes).<br />
RS: Bien, te presentaremos como escritora, entonces. “Errantes” es tu nueva aventura literaria, ¿qué<br />
nos podemos encontrar? ¿En qué se diferencia de tus obras anteriores?<br />
11<br />
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Letras <strong>LetrasTRL</strong>/ (Fuengirola)/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>nº</strong>19 <strong>enero</strong>/ /año 10/ febrero / http://www.alvaeno.com/letras.htm<br />
Entrevistas<br />
EM: Errantes es una novela de historias, de vidas truncadas, de personas rotas ante un hecho externo<br />
a ellas, pero común a todas; en ella asismos a sus reacciones, tomadas cada una desde sus<br />
percepciones del mundo, sin más tesgos que ellos mismos, y necesarias para sobrevivir a lo que el<br />
desno les ha puesto delante . Son personajes extremos, tanto los protagonistas, esos errantes<br />
parias, como los que se van encontrando por los caminos. Con respecto a en qué difiere de mis otras<br />
novelas, no sabría decir; cada novela es única y disnta, solo me enen en común a mí. Y eso seguro<br />
que se nota.<br />
RS: ¿Qué hay detrás de “Errantes”? ¿Qué idea la movó?<br />
EM: La Idea que movó a Errantes, fue el querer contar cómo el hombre destruye al hombre, ya sea<br />
por rechazo social, guerras o egoísmo. Desde ahí, toda una serie de personajes, ya de antemano<br />
diferentes a lo llamado normal, serán quienes, rechazados por la sociedad, se encuentren con los<br />
mismos hombres que les dieron la espalda y a quienes la guerra ‐más hombres‐, les ha truncado sus<br />
premisas de normalidad a su vez, eso narrado desde una voz inocente, Alba, que a su vez nace y va<br />
creciendo con y para ellos.<br />
RS: ¿Inocente de qué?<br />
Letras, tu revista literaria<br />
EM: Ella es una niña que aún no ha nacido cuando comienza a contarnos su historia, y la de los<br />
demás, nos la cuenta desde la inocencia del no haber vivido, digamos que es<br />
inocente de la experiencia.<br />
RS: ¿Cómo definirías tu eslo literario?<br />
EM: Es dicil de decir, quizá no sea yo la más adecuada para definir mi eslo,<br />
procuro que sea sencillo y muy intenso, profundo pero no pedante. Y muy vital.<br />
RS: ¿Cuáles son tus referentes?<br />
EM: Mis referentes son todos los autores leídos. Ellos me han enseñado a leer, a imaginar historias, y<br />
a saber contarlas. Y he leído a cientos de autores. No puedo citarlos a todos.<br />
RS: Dime entonces el primer y el úlmo autor que te ha cauvado.<br />
EM: Autores puedo nombrar muchos, pero si quieres de los primeros que leí serían J.M Barrie (Peter<br />
Pan), Lewis Carroll (Alicia) o Lyman Frank (El mago de Oz), y de los úlmos podría nombrar a Herta<br />
Muller (La besa del corazón), Varujan Vosganian (El libro de los susurros) o Sofi Oksanen (Purga)<br />
españoles actuales también leídos recientemente son Mateo Díaz y Javier Marías.<br />
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Letras <strong>LetrasTRL</strong>/ (Fuengirola)/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>nº</strong>19 <strong>enero</strong>/ /año 10/ febrero / http://www.alvaeno.com/letras.htm<br />
Entrevistas<br />
RS: ¿Escribir para vivir o vivir para escribir?<br />
EM: Es un círculo que se alimenta a sí mismo; se vive por lo tanto<br />
puedes escribir, y yo, personalmente, sin escribir, le encontraría menos<br />
sendo, si cabe, a esto de vivir.<br />
RS: ¿Qué es la Literatura para ?<br />
EM: La literatura puede ser muchas cosas: para un estudiante, una<br />
asignatura más o menos querida; para un académico, algo que cuidar y mimar; para la Humanidad<br />
uno de los mejores legados del Hombre. Para mí, uno de mis mundos, quizá el que más me gusta; las<br />
palabras.<br />
RS: Lo primero que haces al terminar de escribir una historia<br />
EM: Me siento eufórica nada más acabarla, siempre es un largo recorrido, no baja de dos años, y<br />
haber llegado a la cima es grato; me quedo ahí un rato mirando hacia abajo y me doy unos días de<br />
descanso, hasta que comienzo a pensar en otra idea.<br />
RS: Sueños confesables<br />
EM: Llegar a triunfar con las palabras.<br />
RS: Sueños inconfesables<br />
Letras, tu revista literaria<br />
EM: Haber triunfado con ellas.<br />
RS: ¿Qué es triunfar con las palabras?<br />
EM: Lograr que mis palabras, mis libros y escritos, no solo lleguen a muchos sino que cuando las lean<br />
les aporte algo a sus vidas, a sus pensamientos, a sus palabras.<br />
RS: Lo que nunca harías por dinero<br />
EM: No haría por dinero lo que tampoco nunca haría sin él<br />
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Letras <strong>LetrasTRL</strong>/ (Fuengirola)/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>nº</strong>19 <strong>enero</strong>/ /año 10/ febrero / http://www.alvaeno.com/letras.htm<br />
Entrevistas<br />
RS: Lo que ya has hecho por dinero, y te avergüenzas de ello<br />
EM: Ahí no tengo nada por lo que arrepenrme, el dinero es algo muy lejano a mis intereses, con<br />
tener lo justo para no necesitarlo, me basta.<br />
RS: ¿Cuál sería tu filosoa de vida?<br />
EM: Aquella que lograse que la vida sea Vida.<br />
RS: ¿Y cuándo la vida es vida?<br />
EM: La Vida es vida de muchas maneras disntas, una por cada persona que vive, pues todos<br />
tenemos una manera de entenderla diferente, por lo tanto la frase es así universal.<br />
RS: Define la felicidad<br />
EM: La felicidad es un constructo humano, como muchos otros, a los que si se busca, no se<br />
encuentra, porque no existe como tal; es un estado de ánimo que sí se puede conseguir fácilmente si<br />
se conoce uno bien y sabe situarse correctamente.<br />
RS: ¿No nos representan?<br />
Letras, tu revista literaria<br />
EM: En realidad no nos representa nadie, siempre hay un pero en lo global, las individualidades<br />
nunca pueden meterse en un saco.<br />
RS: ¿Cultura libre o derechos de autor?<br />
EM: Un autor necesita vivir de lo que hace, si no, no se puede crear.<br />
RS: ¿Qué dirías si tuvieras un micrófono y una audiencia de 5 millones de personas?<br />
EM: Gracias por estar aquí.<br />
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<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Reseña Literaria<br />
Letras, tu revista literaria<br />
“Leer la mente”, de Jorge Volpi<br />
Por Francisco Vélez Nieto<br />
Jorge Volpi (México, 1968) es licenciado en<br />
Derecho, maestro en Letras Mexicanas por la UNAM y doctor en Filología<br />
por la Universidad de Salamanca. Es autor de novelas como La paz de los<br />
sepulcros, El temperamento melancólico, En busca de Klingsor (premio<br />
Biblioteca Breve 1999), Sanar tu piel amarga, o El jardín devastado. También<br />
es autor de ensayos como La imaginación y el poder. Una historia intelectual<br />
de 1968, Menras contagiosas (Premio Mazatán al mejor libro del año 2008)<br />
o El insomnio de Bolívar. Cuatro consideraciones intempesvas sobre<br />
América Lana en el siglo XXI (Premio Debate‐Casa de América 2009).<br />
Leer la mente. El cerebro y el arte de la ficción (Editorial Alfaguara, 2011) las<br />
podemos saborear en su más reciente libro en el que El autor se adentra en el mundo de la escritura<br />
que ene como fuente los mecanismos de la mente frente a la realidad y la ficción, hasta el punto<br />
que la primera llega un momento que se convierte en realidad, siempre que se tenga muy en cuenta<br />
que leer una novela o narración literaria no puede ser una mera distracción como tantas veces se<br />
escucha acá o allá: “leo para distraerme”, aunque es mejor que no leer nada, pues la “distracción”<br />
puede ser una puerta para que el no lector sienta la necesidad de ser protagonista y parcipe en la<br />
novela con sus propios criterios y análisis, porque una vez atrapado por la trama de la obra, se<br />
permite conocer las vidas de otros personajes en otro empo durante su lectura y según el impacto<br />
la permanencia dada la calidad que desarrolla. Volpi considera que “Leemos ficción esencialmente<br />
para vivir otras vidas que enriquezcan la nuestra”. Naturalmente se debe entender que se refiere a la<br />
buena literatura cuyo contenido ofrece una calidad que puede converrla en realidad.<br />
El escritor considera que “la conciencia humana aborrece la falsedad, y al menos durante el empo<br />
precioso que dura la ficción, prefiere considerarla una suma de verdades parciales, de escenarios<br />
alternavos y existencias paralelas de aventuras potenciales”. Observación que nos lleva a la<br />
realidad en que vivimos, la cual, dada la descomposición de su propia realidad converda en<br />
esperpénca ficción lleva a desviarnos por su falsedad para refugiarnos en la lectura, cuya calidad<br />
ofrece la realidad de los personajes que la pueblan que pueden converrse en ejemplo y críca<br />
pública que cada día parece converrse en una verdadera ficción de la sociedad. “Sobre todo más<br />
que una vía de escape, es un camino para entender por qué estamos donde estamos, y<br />
eventualmente, encontrar alguna salida. Cuando la situación es realmente desesperada, sí que<br />
puede servir de escape”<br />
15<br />
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<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Reseña Literaria<br />
Letras, tu revista literaria<br />
En una sociedad donde el humanismo y la éca se encuentran cada<br />
vez más marginados y perseguidos, donde la historia nos muestra<br />
las muchas persecuciones padecidas por la cultura de las letras y el<br />
pensar, excluidos por los poderes públicos, cuyo despresgio,<br />
desprecio y descaro aumenta cada vez más hasta que llegue el día<br />
que a pecho descubierto la cultura, sea perseguida con más<br />
refinados métodos de alienación. Porque efecvamente leer es no<br />
solamente un refugio para el ser humano sino paralelamente ensanchar su espíritu críco, a la vez<br />
que puede ser ulizado como escudo con el que protegerse de tan desmedida corrupción y saqueo<br />
en la que vive someda la sociedad.<br />
Latente espejo donde se refleja el desapego de los polícos hacia la cultura, el interés por apartarla<br />
hasta el extremo de quedar ausente de sus pragmácos programas políco, pues dicil encontrar en<br />
ellos en sus campañas de imagen la palabra cultura, como si esta no fuera también una vícma de la<br />
crisis, uno de los temas centrales de lo que está pasando hoy en día, la más casgada vícma de la<br />
avaricia. Como señala Jorge Volpi: “Leyendo literatura sobre la avaricia podríamos entender mejor<br />
cómo funcionan nuestros polícos, nuestros tecnócratas, nuestros empresarios, e incluso nosotros<br />
mismos, o por qué nos dejamos atrapar por la burbuja inmobiliaria y los albajos de la bolsa”<br />
Jorge Volpi, tanto desde un plano cienfico como literario ulizando ejemplos y sólidos argumentos,<br />
se exende sobre el texto insisendo en la necesidad de leer advirendo que: “No quiero exagerar:<br />
leer cuentos y novelas no nos hace por fuerza mejores personas, pero estoy convencido de que<br />
quien no lee cuentos y novelas – y quien no persigue las disntas variedades de la ficción‐ ene<br />
menos posibilidades de comprender el mundo, de comprender a los demás y de comprenderse así<br />
mismo”. En tan necesaria labor también todo lector formado y críco independiente debe de asumir<br />
el compromiso que, desde el boca a boca al arculo literario, mantenga una campaña pasiva y<br />
objeva en la propagación de la lectura como arma protectora y clarividente en una sociedad cada<br />
día más especulava y deshumanizada.<br />
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Letras <strong>LetrasTRL</strong>/ (Fuengirola)/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>nº</strong>19 <strong>enero</strong>/ /año 10/ febrero / http://www.alvaeno.com/letras.htm<br />
Poesía<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Confesiones de abril por la noche<br />
Mayra Alejandra Díaz<br />
Amo a las mujeres, todas enteras.<br />
Y aun ignorando que las amo, se cuelan<br />
misteriosas en mis sueños.<br />
Las amo con poca luz<br />
Envueltas en el hálito gris del humo del cigarrillo<br />
que se consume solo en la mesa.<br />
Es verdad que amo sus formas.<br />
Sus contornos que lejos de ser perfectos<br />
Son tal cuales mis manos los desean.<br />
Amo a mi amiga y el blanco de su piel asesina,<br />
Sus largas pestañas negras que como hilos de<br />
nube indestrucble<br />
Van coleccionando adioses.<br />
Amo a la lolita de enfrente, que toma el bus todos<br />
los miércoles a las 7 a.m.<br />
Con la piel trigueña escabulléndosele en el<br />
uniforme de corte militar<br />
Y las largas botas negras.<br />
Amo a las mujeres, todas enteras<br />
Y las odio.<br />
Porque aun después de mirarnos en el espejo y<br />
creer que lo tenemos todo<br />
Cerramos los ojos y nos imaginamos<br />
Gimiendo debajo de un hombre.<br />
17<br />
Qué dolor<br />
Margarita Vélez Verbel<br />
Qué dolor me produce el recuerdo<br />
de mi madre y su vida destruida.<br />
Qué dolor me produce<br />
la impunidad tejida en el empo,<br />
su cuerpo golpeado,<br />
su dignidad rebajada por mi padre.<br />
Qué impotencia de puños cerrados,<br />
de no poder defenderla,<br />
de no poder defenderme,<br />
de no tener un sio al cual huir,<br />
fuera de las cuatro paredes de aquel presidio<br />
duro del empo de mi infancia.
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Poesía<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Un ornitólogo prerrafaelista<br />
Fernando Denis<br />
Pienso en mi dorado siglo diecinueve.<br />
Aquí cada verso reclama entre bosques lujosos<br />
Y delicadas cumbres de seda<br />
Los imperiosos colores que visten a la reina<br />
Victoria.<br />
Bajo el sueño de rostros de doncella<br />
El relámpago enciende mármoles y espejos.<br />
Pienso en el mar del siglo diecinueve.<br />
En ese enorme lienzo semejante al mar<br />
Que estremece el lenguaje.<br />
Todo sucede infinitamente en el esplendoroso<br />
Plumaje de un pájaro.<br />
Pienso en el pájaro que está en la punta del<br />
pincel.<br />
Y escribo esto porque escribir no es más<br />
Que una reflexión sobre la muerte.<br />
Ante esta luz que reinventa mi psicología<br />
Debo en seguida crear mi propio mito<br />
O me veré perdido en el mito de alguien<br />
Que no conozco.<br />
Si el cielo muriera conmigo en mis ojos abiertos<br />
Borraría el crepúsculo.<br />
Podría ofrecerla a la reina este puñal<br />
ensangrentado<br />
Después de mi suicidio.<br />
Pienso en la muerte del siglo diecinueve.<br />
Muero, quiero entrar en la metamorfosis.<br />
Arriba los pájaros trazan la muerte de mi pupila.<br />
18<br />
Propósitos para el <strong>2012</strong><br />
Víctor Corcoba Herraro<br />
Hay en el mundo un lenguaje<br />
que a todos nos engrandece:<br />
el silencio de las soledades,<br />
y las soledades del silencio.<br />
Dejad que los pensamientos hablen<br />
y que los senmientos escriban;<br />
pensar acrecienta la vida<br />
y senr ensancha las ganas de vivir.<br />
Cada ser humano es un ser que sueña<br />
y que espera vesrse de amor,<br />
para poder caminar alegre,<br />
que la alegría es el pulso de la salud.<br />
Permid que el amor nos mueva<br />
los labios del alma;<br />
que sea el corazón la ciencia<br />
y la conciencia de nuestro exisr.<br />
El mejor propósito para el <strong>2012</strong>,<br />
es perder el miedo a tener miedo<br />
a vivir y recobrar la mirada<br />
del niño que todos llevamos dentro.<br />
Un niño que conoce la razón de la luz,<br />
y que reconoce a la vida por la belleza.<br />
La belleza es una carta de supervivencia<br />
que nos enamora, ¡la única forma de amar!<br />
Nadie puede amar sin antes amarse él,<br />
uno ene que quererse para querer,<br />
y al abrigo del sol volverse llama,<br />
que esclarezca los días y que aclare las noches.
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Poesía<br />
Letras, tu revista literaria<br />
La arboleda de ojos natales<br />
Carlos Penelas<br />
Lo he oído contar a un hombre<br />
y supe por los sueños que salieron del bosque.<br />
(Una tarde pude confirmarlo en la Galleria<br />
Borghese<br />
mientras miraba extasiado El Rapto de<br />
Proserpina).<br />
A la noche la bruma había borrado<br />
los anguos retratos, los días de la sin razón,<br />
el cristalino eco de la infancia. En la mesa<br />
fantasmas, como símbolos celtas, elevaban<br />
sobre el mar y la erra unos hilos sules.<br />
Así de claro era el corazón, los mínimos casllos,<br />
las compardas claridades de voces libertarias.<br />
Cada uno de estos signos inspira levedad.<br />
Por eso los evoco en el idioma del viento,<br />
cuando un caballo marino recorre las estrellas.<br />
19<br />
Agradecimiento desde el hospital<br />
psiquiátrico<br />
Aldo Luis Novelli<br />
Agradezco a la oscuridad<br />
que me deja ver claramente el mundo.<br />
Agradezco a los amigos que nunca vinieron.<br />
Agradezco a las mujeres que me abandonaron<br />
para que enloqueciera solo.<br />
Agradezco a la luna<br />
que habla conmigo<br />
cuando nadie me habla.<br />
Agradezco al sol que nunca está<br />
salvo cuando salimos al pao<br />
a arrastrar los pies y babearnos.<br />
Agradezco al acolchado de las paredes<br />
que me cuida la cabeza.<br />
Agradezco al enfermero<br />
que me da la paslla azul<br />
y la verde y la roja<br />
y esa maldita paslla blanca como una bala<br />
que nunca tomo<br />
y me la meto en el culo.<br />
Agradezco al otro enfermero<br />
que me trae papel y lápiz<br />
para que escriba mis poemas de locura<br />
y resista a la muerte.<br />
Agradezco a los dos monos<br />
que me aplican electroshock<br />
cuando me altero un poco/<br />
para quemar lentamente mis neuronas<br />
pero ellas todavía resisten<br />
así que vayan sabiéndolo<br />
gorilas hijos de puta:<br />
todavía escribo mi sucia poesía.‐
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Poesía<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Albardillar a Miguel<br />
Hernández<br />
Daniel de Culla<br />
Cedacito nuevo<br />
Tres días en estaca<br />
Ay, han puesto el capirote a un Poeta<br />
Los porfiados albardanes<br />
Que se comieron su vida y su pan<br />
Le han vuelto a colocar<br />
Aun después de muerto<br />
En la silla de domar potros<br />
Entre caballetes o camellones<br />
Con que se separan<br />
En los campos de nabos o cementerio<br />
Los cuadros sepulcrales.<br />
El barro que se pega al arado<br />
Salpica a los que presumen de sabelotodo<br />
En la Rreal Akademia del Rebuzno de España<br />
En todos empos<br />
Delatores infames y perversos<br />
Cueva donde se recogen las besas<br />
o fieras del Verbo.<br />
Su amada, esposa a la fuerza<br />
Borda la lana del lomo de la cabra<br />
Cuando está flaca.<br />
Y dicen que le dijo a su galán<br />
Que le hiciese una poesía<br />
¡Y le hizo un hijo¡<br />
En punto fijo<br />
Donde el Asno encuentra su estrella<br />
En el firmamento o cielo<br />
De tejas abajo.<br />
Ved: Hay una lonja de tocino<br />
En la almohadilla<br />
Que se puso Miguel al hombro<br />
Al tañido de compás muy acelerado<br />
Cuando el albarráneo<br />
Perro de ganado trashumante<br />
20<br />
Tras la hierba piojera<br />
Se someó al amor<br />
En alborada del crimen crisano fascista<br />
Y su muerte<br />
Albendera los disantos hilandera<br />
Maceraba el cáñamo en la alberca<br />
De los desaparecidos a la fuerza.<br />
Poeta de alberguería o pena<br />
Que te resisste a sufrirla<br />
¿ Sabes que han colocado<br />
Un libro de tus Obras Completas<br />
En el pesebre real en alcahuete<br />
En lugar del de boca<br />
Entre los entreactos cortos<br />
De poetas y supersciosos populares?<br />
Que multud de poemas hechos<br />
En tonos Rebuznales<br />
E instucionales<br />
¿Y en limpio que hemos sacado?<br />
Se te ha intentado adiestrar<br />
Una vez más<br />
Lo mismo que al gavilán, al azor,<br />
Al neblí y otras aves<br />
En haldas o en mangas<br />
De una u otra manera<br />
Velis nolis<br />
Por las buenas o por las malas<br />
Como entonces<br />
Y no han podido<br />
Porque Tú ocupas tu asiento<br />
En la silla de la Vida<br />
Y has pelado una cebolla<br />
Como quien va en romería<br />
A Roma o erra santa<br />
Pasando el charco con tu barca<br />
Y mandando a todos<br />
A escarbar cebollinos<br />
Que dan hatería a los pastores<br />
Y, a pesar de que te infesten con su aliento<br />
No te falta ni una hebilla<br />
De Hombre y Poeta.
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Poesía<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Canción del cura pedófilo<br />
Daniel de Culla<br />
“Mi culo en la Sépma Morada” Santa Teresa<br />
Salir de mí<br />
Tengo un hermoso plumaje<br />
Grande y afilado pico<br />
Por encima de lo que enseña el cilicio<br />
Que me hiere el muslo<br />
En rojo ensangrentado<br />
Mostrando todavía<br />
Las señales de vida en masturbación<br />
Llevada a cabo<br />
Sobre el sueño adormilado<br />
Del culo firme de san Valenn<br />
por mi amor<br />
No me importan<br />
Los asnos que creen en dios<br />
Yo, donde nadie sube, trepo<br />
Lo que nadie come, trisco<br />
Muy poco estoy en la Iglesia<br />
Pues lo mío son los carnales riscos.<br />
Soy un cabrón de dios.<br />
Estoy desolado<br />
Peno en la senda de la Perfección<br />
Los tesculos elevan mi fe<br />
Hasta el Señor<br />
Levito<br />
Y probablemente por eso<br />
Soy venerado.<br />
Agotado estoy<br />
Perdido todo lo que tenía<br />
Mi serpiente corre<br />
Pero no vuela<br />
21<br />
Y cuando ve el ojel reguero<br />
Mete la cabeza.<br />
“Apaciento mi grey con la “Caña la Doctrina”<br />
Como dijo Juana la Papisa<br />
Ocupado el solio ponficio<br />
Con el nombre de Juan VIII<br />
Entre los ponficados<br />
De León IV y Benito III<br />
Mi nombre es feroz<br />
Con un tercio de Mijares<br />
Un tercio de Badajoz<br />
Y otro tercio de Linares<br />
Los medios me dan cordelejo<br />
Pero el pueblo la espalda al coro<br />
Pide que silencie mis pecados<br />
Sobre todo<br />
Las mujeres mansas, dóciles<br />
Y sumisas<br />
Si la tendré larga<br />
Que a todas admira<br />
Y con dios la comparan enseguida.<br />
Chúpate esta, marquesa ¡<br />
Abrázame aquí<br />
Quiébrame la lechetrezna<br />
Que yo bien se<br />
“corderilla mega mama a su madre<br />
Y a la ajena”<br />
Y tu bien sabes<br />
“El cordero manso mama a su madre<br />
Y a cualquiera”<br />
El bravo, ni a la suya<br />
Ni a la ajena<br />
Tan presto va el cordero<br />
Como el carnero<br />
En corriente de Esperanza<br />
Destruyendo la célula dañada<br />
De Purificación.
Letras <strong>LetrasTRL</strong>/ (Fuengirola)/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>nº</strong>19 <strong>enero</strong>/ /año 10/ febrero / http://www.alvaeno.com/letras.htm<br />
Relatos<br />
La maleta<br />
Eva Monzón<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Ahí estaba. Hacía ya una semana que Julián la había colocado en el primer<br />
plano de su escaparate. Una maleta forrada de equetas de diferentes<br />
colores, una por cada país que había visitado. La fascinaba. Le costó mucho<br />
entrar en la enda del prestamista y pedirle por favor que se la dejara mirar,<br />
tocar. Con los dedos recorría cada pegana y memorizaba su nombre: Estambul, París, Londres, El<br />
Cairo, Madrid, Milán... países exócos, lejanos.<br />
Cuando el dueño le pedía por favor que se marchase, que molestaba, iba directa a la biblioteca para<br />
bucear en la única enciclopedia que había, una polvorienta y ancuada. Recorría de nuevo con los<br />
dedos las imágenes de esos nombres para darles vida; así París dejó de ser un nombre hueco para<br />
llenarse de bulevares, cafés, catedrales y torres de metal; Londres se visó de parques, museos,<br />
relojes y niebla. Y así con cada uno de los lugares visitados por la valija, hasta que la bibliotecaria,<br />
una mujer seca que había perdido los sueños entre esos libros, le pedía también que se marchara,<br />
que debía cerrar.<br />
La niña asena y dejaba atrás esas ciudades a las que se juró que iría junto con la maleta. Debía ser<br />
suya. Y eso hizo al día siguiente de tomar la resolución. Entró en la enda del prestamista, “¿Otra vez<br />
vienes a verla?”. “Sí, señor, pero quiero comprarla”, y le dio un montón de monedas sudadas por<br />
haberlas llevado en su puño bien apretado desde que las sacó la noche anterior de su hucha.<br />
“Tenga” y el hombre las recibió con seriedad. No eran muchas. La miró. “Sé que aún me falta,<br />
¿verdad?”, “Sí”. “Ya”, la pequeña era consciente de que con lo poco que había reunido no era<br />
suficiente, pero eso no la paró. “Mire, es que no quiero que la venda, yo se la iré pagando, cada<br />
semana le traeré más monedas, pero no se la dé a nadie más. Es mía”.<br />
Julián, serio, abrió un cajón de detrás del mostrador, sacó un papel y garabateó cifras y fechas. La<br />
niña, con los ojos muy abiertos, observaba cómo hacía. “Toma, esto es un pagaré”, ella asinó sin<br />
saber qué era eso, pero alcanzaba a intuir que tenía su importancia. “¿Ves? Aquí anotaré todas las<br />
monedas que traigas, y cuando esté pagada, te la podrás llevar”.<br />
La carita roja de emoción contestó con un gesto; las palabras no le salían. Aturullada, balbuceó unas<br />
gracias y salió. Comenzó a caminar, y solo a la altura del parque se dio cuenta de que era propietaria<br />
de la maleta. Dentro sena como si hubiese hecho un pacto con el diablo, pero le dio igual.<br />
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Relatos<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Esa propiedad la sacaría del pueblo, del desno cerrado que la esperaba si se quedaba en él. Le abría<br />
las puertas del mundo. Y semana tras semana iba a ver a Julián, que con ademanes graves para que<br />
ella comprendiese que la tomaba en serio, cogía las monedas que Adela reunía trabajando como<br />
zurcidora, lavando ropa o fregando suelos. Tardó muchas semanas en completar el pago. Ya había<br />
dejado de ser una niña cuando el prestamista le dijo mirando el pagaré que ya era suya, que podía<br />
llevársela, y Adela, casi sin fuerzas para cogerla, la tomó del asa, y con ella en su mano, dejó atrás ese<br />
mundo limitado y se enfrentó a otro desno. El que ella fue creando pegando, viaje tras viaje, nuevas<br />
equetas en su maleta.<br />
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Relatos<br />
La frase de Proust<br />
Rubén Sancho<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Son las once de la noche. Las estrellas se afanan en refulgir a través del grisáceo<br />
manto poluvo de la ciudad, mientras que la luna, grandilocuente en su forma e insegura en su<br />
ejercicio recuerda, con recelo, la efigie solar y sueña, ilusa, con un futuro compardo. El espejo de tu<br />
alcoba te grita no y tú lo contemplas, entre desconsolada y erna, implorando una piadosa<br />
clemencia que nunca llega. Retocas, de nuevo, tu cabello y tratas de alargar tu falda roja, corta en tu<br />
cabeza pero larga en tu ensoñación. Recitas, con firmeza, la frase de Proust. Buscas a Swann, tu gato,<br />
lo abrazas con cariño y amargura, dejándote acariciar por la suavidad de su pelo recién lavado y le<br />
prometes regresar temprano, imaginando que no lo haces, le prometes regresar sola, imaginando un<br />
idílico romance, le prometes regresar sobria, imaginando una embriaguez inevitable. Sobre la mesa<br />
del comedor revisas el contenido de tu bolso, con exagerada pulcritud y mezquina letanía. Lenllas<br />
de recambio para aquellas que convierten tus tristes ojos castaños en tristes ojos grises con brillo<br />
arficial. Gafas escépcas ante despertar en casa ajena, pero cama conocida. Anconcepvos<br />
inulizados e inulizables por escasez de alimentos. Productos abusivos de una higiene inextricable.<br />
Teléfono celular, reconverdo en paradoja de movilidad por una sociedad ignorante, pero de fuerza<br />
atroz. Sin previo aviso, sientes un pálpito en tu encorsetado pecho. Es una noche propia para el<br />
amor. Tú y tus amigas. Cinco pos agraciados con virtudes escondidas en el úlmo punto del<br />
horizonte. Tu amiga lo arregló y te sonrió, con una de esas sonrisas cínicas y descarnadas que marcan<br />
el comienzo de una nocia y el final de la quietud. Carlos, sobre todo Carlos. Guapo. Inteligente.<br />
Sensible. Ingenioso. Humilde. G<strong>enero</strong>so. Tan cerca, tan lejos.<br />
Manenes pulsado, con insolencia, el botón del ascensor a la vez que conversas, sin afán, con el<br />
espejo que allí te encuentras al que le cuentas tus discrepancias con su hermano, tu compañero de<br />
habitación, defendido por éste con enfermizo corporavismo. Una colilla a medio apagar se consume<br />
sobre el suelo reclamando la muerte digna que todo cigarrillo merece. Tú se la das, por absnencia<br />
aletargada más que por pródiga solidaridad. Las puertas se abren al fin, tus músculos se tensionan<br />
ante la ansiedad por un éxito con vocación de fracaso. Colocas un pie delante del otro e instas a tu<br />
cerebro para que rija el caminar. Insegura, pero con anhelo sales a la calle y en la esquina prohibida<br />
de la Mari adivinas la presencia que te aguarda. Te acercas con cautela, esmulando todos tus<br />
mecanismos de defensa y adoptando tu mirada más sensual, en un irónico oxímoron. Tu amiga se<br />
abalanza sobre . Dos chasquidos a modo de beso entregado al aire, acompañados de un leve roce<br />
de mejillas y un caudaloso río de hipocresía delibesiana. El acto social se repite una y otra vez.<br />
Cabeza a la derecha, cabeza a la izquierda. Besos al aire, aire de pertenencia. Ellos sujetan la cintura<br />
de ellas, ellas buscan los hombros de ellos. Carlos procede. Gesto idénco y repedo, pero con<br />
significación ambigua en tu cabeza. Ya los conocías a todos. Un escritor que se olvidó de escribir , un<br />
director de<br />
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Relatos<br />
Letras, tu revista literaria<br />
cine que nunca dirigió, un mecánico de manos limpias, un periodista con moral y Carlos, un poeta sin<br />
poesías, un músico sin melodías. Ellos. Una rubia tan hermosa que no necesita personalidad, una<br />
vendedora de ropa inalcanzable para su bolsillo, una actriz que soñó con actuar y despertó<br />
enseñando inglés de Granada, una modelo sin diseñador y tú, una chica fea con vocación literaria<br />
amputada en el efecsmo de la realidad. Vosotras.<br />
Entráis en un angosto bar en el que percibes un aroma color ocre, mezclado con el olor de las<br />
colonias baratas que tergiversa las conversaciones para transformar los inocentes cuerpos en<br />
sórdidas emanaciones. El humo del tabaco flota a la deriva sin una isla desierta en la que naufragar.<br />
Te eriges en pastora sin rebaño y acudes a una barra infesta, donde dos borrachos solitarios<br />
comparten su embriaguez bajo el prisma de un humor pretendido, pero inalcanzado. Los camareros<br />
discuten entre sí, en lo que parece una trifulca domésca reconverda en desacuerdo monetario.<br />
Uno se acerca y pretende escuchar lo que dices, tú hablas con el desdén del que se dirige a una<br />
persona con problemas de audición, sin conocer con exactud aquello que ha sido oído, lo que<br />
provoca un emergente estado de exasperación. Él afirma con la cabeza y hace fluir la cerveza.<br />
Observas el local. Tus amigos han ocupado una mesa junto a la puerta. Justo enfrente un grupo de<br />
adolescentes recientes celebran su primer contacto con el alcohol lanzando improperios ardorosos a<br />
dos rubias demasiado maquilladas que elaboran la estrategia de la noche bajo un exntor absurdo,<br />
ignorando a aquellos chiquillos sin formar. Al lado del retrete hay una pareja joven sufriendo el<br />
silencio de su runa y en busca de una excusa sincera para acabar con su relación agonizante. Dando<br />
la espalda a los borrachos, mirando de manera neuróca un portal oscurecido por su conciencia, un<br />
divorciado, siempre enamorado, aguarda la brillante presencia de su amada, para connuar<br />
fusgando su dolor. Sin más, la cerveza llega y te sientas entre el director de pies de barro y la<br />
modelo con ojeras iluminadas. Recitas, con esperanza, la frase de Proust. Levantas la mirada y<br />
planeas por el espesor verde sin rocío de los ojos melancólicos de Carlos, que contempla tu irregular<br />
rostro diciendo algo que nunca llegas a comprender.<br />
Ríes, cuando todos ríen. Bebes, cuando todos beben. Hablas, cuando todos callan. Sueñas, cuando<br />
todos viven. Carlos comenta una película que vio la noche anterior. ‘Valmont’. Es tu película favorita<br />
y eso hace volar tu autoesma, imaginas un mensaje cifrado en el código enigmáco del amor donde<br />
sólo existe una inocente frase. El director aclama a su colega de profesión, con una devoción fingida<br />
en el fondo de su ignorancia. La actriz sonríe al recordar a la protagonista y enuncia, con arficial<br />
soniquete, otras actuaciones memorables. El escritor sin narraciones la compara con el libro que no<br />
ha leído. La modelo ríe, sin entusiasmo, ante un jocoso chascarrillo de la rubia impersonal. Tú,<br />
impaciente, escuchas aguardando tu oportunidad. Todos callan. Dices que jamás se interpretó la<br />
malicia con semejante audacia, que nunca se rindió tan grato homenaje a la servidumbre de la<br />
época, que siempre sientes nostalgia en la escena de… El mecánico de manicura impoluta realiza un<br />
chiste escatoló‐<br />
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Relatos<br />
Letras, tu revista literaria<br />
gico que todos aplauden con fervor, y se siente alentado por su éxito a rebuscar en su repertorio,<br />
robando para sí el circunstancial interés que tus palabras habían provocado. Alguien abre la puerta y<br />
un susurro de viento hiela tu corazón. Tu mente se fuga de aquella prisión voluntaria. Buscas retazos<br />
de felicidad en lugares olvidados a los que nunca llegó el tren, lugares escondidos tras las montañas<br />
de la frustración, lugares protegidos por el pulcro secreto del empo pretérito. Una ciudad, una<br />
cafetería, una mesa, dos sillas, dos cafés, un amigo. La felicidad no es un concepto abstracto, es un<br />
hecho puntual que acaece en un momento de la vida y se convierte en referencia inevitable para<br />
nuestro vivir. Un golpe seco sobre una de las mesas te hace recobrar el sico contacto de la realidad.<br />
Es la una. Los dos camareros fingen ordenar el estante de las bebidas, mientras esperan anhelantes<br />
que el local se vacíe para praccar su juego favorito, en una adicción sabiniana. Los adolescentes se<br />
marcharon ya, siguiendo a las dos rubias, las cuales acordaron permanecer juntas hasta las cuatro. La<br />
pareja desapareció como un suspiro llevado por el mar, al amparo del oleaje. Los borrachos<br />
acertaron a decidir la búsqueda de un nuevo ambiente donde encontrar petrificadoras esculturas<br />
humanas, con forma de mujer. El divorciado enlutado saltó como un resorte bien engrasado al ver<br />
aparecer a una cuarentona de nariz aguileña y cuerpo rechoncho. Solo quedáis vosotros. El<br />
periodista sin futuro te entrega una bolsa con disimulo y te pide con un gesto que líes un poco de<br />
marihuana. Procedes con indolente maestría. Se hace un somero análisis de la programación<br />
televisiva, como falso impostor del silencio. La modelo se aburre y busca una ufana diversión<br />
haciendo un comentario sexual que todos reciben con alegría. Nosotros somos cinco, vosotras sois<br />
cinco, dice insinuante el director sin historia. Se cruzan miradas con medias sonrisas marcadas en los<br />
labios. Terminas tu labor y cedes el resultado para el goce general. El mecánico almidonado comenta<br />
la posibilidad de converr su humilde apartamento en un lupanar improvisado. Todos ríen<br />
comparendo la broma, pero tú conservas un rictus serio imaginando tu cuerpo en brazos de Carlos.<br />
Recitas, en un susurro de ilusión, la frase de Proust. De repente, alguien informa sobre la hora y el<br />
claustro de beodos incipientes decide abandonar el local.<br />
El invierno es gélido, en una dimensión nunca recordada. Los vagabundos buscan, sin tesón, rígidos<br />
albergues y los perros callejeros huyen del hielo ocultándose en los motores latentes de los vehículos<br />
aparcados, los cuáles apelan a la solidez de su maquinaria para mantener viva una batalla perdida de<br />
antemano. El grupo se fracciona ante el asfalto, caminando arbitrario hacia un nuevo bar. El azar te<br />
coloca junto a la rubia de ojos negros y figura endiablada. Os introducís a la conversación con frases<br />
aburguesadas. Reís por cortesía, carcajadas de desdén. Le preguntas por su novio. Craso error. Dice<br />
que tras una semana y media de relación ha decidido romper con él porque le robaba la libertad.<br />
Comprendes con un gesto, pero niegas condescendiente en tu conciencia. Dice que ya ha<br />
encontrado un nuevo amor. Prometes sellar el secreto en el baúl de tus entrañas . Dice que Carlos.<br />
Caes por<br />
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Relatos<br />
Letras, tu revista literaria<br />
una insondable pendiente de oscura ira, que proteges a través de una armadura revesda de<br />
indiferencia. Ella sigue hablando, tú ya dejaste de escuchar. Un senmiento aprisiona tu pecho.<br />
Perdonas a tu inocente amiga, como quien perdona a un niño travieso que acaba de hacer una<br />
travesura. Decides, eso sí, desde la úlma célula de tu organismo, dejar de amar a Carlos hasta que la<br />
muerte os una.<br />
Una tenue luz de color azul índigo atrae vuestros pasos como la idílica voz de una bella sirena atrapa<br />
en su melodía al inocente marino. Un po fornido de espaldas interminables custodia la puerta con<br />
la insolente arrogancia del que conoce su poder y, en su gracia, os concede el privilegio de la<br />
entrada, adoptando un rictus serio y trascendente en busca de un respeto que sabe que no merece.<br />
Suena la misma música, mil veces repeda cada noche, a un volumen cercano al umbral máximo del<br />
oído humano. Encontráis vuestro territorio en un rincón de la pista de baile, demasiado lejos de la<br />
barra, demasiado lejos de los servicios, demasiado lejos de la salida. Imitas a tus amigas y comienzas<br />
a convulsionar tu cuerpo al ritmo de aquel sonido infernal. Las luces, sobre tu cabeza, giran sin<br />
descanso provocando una sensación de aislamiento sensorial. Hay un extraño olor magenta, con<br />
pequeños maces azabache que buscan la libido desatada, pero sólo encuentran la neurosis acatada.<br />
Ellos adquieren su dosis de alcohol, manteniendo una forzada pose vigilante, en espera de su<br />
momento. En el centro del local localizas, con la claridad de la experiencia, a la pareja de buitres<br />
carroñeros que habitan en cada discoteca, en cada noche, en cada ciudad. Sientes una mano en tu<br />
cintura y te vuelves con premura, en una rima espontánea. Es un compañero de trabajo, de esos que<br />
se empeñan en mantener los rescoldos de la amistad a parr de una hoguera que nunca prendió.<br />
Dos chasquidos a modo de beso entregado al aire, acompañados de un leve roce de mejillas y un<br />
caudaloso río de hipocresía delibesiana. Parece alarmantemente borracho y te cuenta una historia<br />
que no enendes sobre un amigo suyo que no conoces con un desternillante final que no ríes. Ante<br />
tu pétrea mirada se despide con un ridículo gesto y tus labios fuerzan una mueca sarcásca.<br />
Necesitas una copa. Pides tu bebida favorita. El camarero te la sirve meneando las caderas, en una<br />
insinuación que él sabe efecva. Le gastas una broma con doble carga sexual, que él ríe sin captar.<br />
Regresas a tu manada. Ahora son ellos los que bailan, vosotras las que vigiláis. Carlos está junto a .<br />
Te habla de una exposición de fotograa que le recomendaste. Llega el indulto. Adoras su forma de<br />
pronunciar, esos saltos imprevistos en la entonación, ese leve alargamiento de las eses finales. Dice<br />
que Helen Levi es magnífica, inigualable, capaz de enraizar en el abono del lirismo la cruda realidad<br />
de la vida diaria. Asientes complacida, agradeciendo cada grotesca nota musical que obliga a sus<br />
labios a estar junto a tu recatada oreja, conformando de individualidad sica sus palabras gracias al<br />
leve suspiro que acaricia tu mpano. También hablas. Otras exposiciones, algún que otro libro, dos o<br />
tres películas. Te sientes cerca de él, en un senmiento más profundo que la necia angusa. Os<br />
miráis a los ojos en los silencios traicionados. Formas un muro de soledad comparda en medio de la<br />
multud. Pero la música, traidora, vende tu alma por cuarenta monedas de níquel. Ahora, en una<br />
injuscia épica, exige pareja y la rubia, clavando una daga envenenada en tu corazón, roba tu maná.<br />
El mecánico<br />
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Relatos<br />
Letras, tu revista literaria<br />
macilento, inocente culpable, sujeta tus manos y marca tu ritmo en un compás que tú no sigues,<br />
añorando, como estás, otras manos, otra cara, otro ser. Deenes tu baile con desprecio suavizado y<br />
dejas que tus pies huyan, con la cobardía del fracaso, hacia el servicio. Allí un nuevo espejo anula tus<br />
sueños y edifica, con un cemento repleto de mezquindad, tu rencor. Recitas, con un susurro de<br />
amargura, la frase de Proust.<br />
La noche avanza sin cadenas. Las horas, robadas a la liturgia en honor de Morfeo se suceden con un<br />
breve recuerdo de decrépita nostalgia. Son las cuatro. Como en una obra de teatro interpretada<br />
hasta la saciedad, cada actor se sitúa en su marca y finge senr un diálogo poszo, rescatado de las<br />
profundidades de la mediocridad. La vendedora de ropa coquetea con unos anguos amigos<br />
sabiendo que alguno de ellos acabará en sus lascivos brazos en el transcurso de la noche. Un liviano<br />
pestañeo, una sonrisa sensual, una audaz caricia, una penetrante mirada, unos labios que buscan,<br />
unos labios que encuentran. El director y la actriz comparten experiencias por venir, en un tedioso<br />
prólogo de su amor. El escritor transforma, con torpeza, su prosa en poesía y lanza sensibleros versos<br />
al oído complaciente de la modelo, carente de cariño. Carlos y la rubia dorada desaparecieron,<br />
llevados por la brisa de la traición, hacia un lejano país del que fuiste deportada por tráfico ilegal de<br />
senmientos. El mecánico y el periodista analizan, temerosos, su inmediato futuro y tentados por las<br />
garras del desprecio, se exigen mutuamente una rerada digna antes de obtener una deshonrosa<br />
victoria. Sola entre la gente. Cierras los ojos. Te sumerges en la ciénaga oscura de tu corazón.<br />
Palpitas acompasada con sus gritos de dolor y mueves tus pies al son de la música, sin la certeza del<br />
movimiento. Una lágrima, amarga, desciende por tu mejilla para caer, con robustez, en un debilitado<br />
suelo, provocando un maremoto de acritud tras el telón compuesto de jirones de ardor pasajero,<br />
turista en un crucero sin desno. Tu boca se reseca de pobres ambiciones escritas sobre el cuaderno<br />
de la vida. Eliminas, en un arrebato cartesiano, todo tu saber y lo reconstruyes sobre un único hecho<br />
irrefutable: necesitas una copa.<br />
El alcohol recorre tu garganta, provocando un incendio de placer a su paso. Bebes con celeridad,<br />
como los borrachos compulsivos y acumulas los vasos vacíos delante de , lo cuál marca un gesto de<br />
admiración cínica en el perfecto rostro del camarero. Manenes la mirada en un punto concreto de<br />
la atmósfera púrpura del local, en un caballo dibujado, con gruesos trazos, sobre una pared<br />
habitualmente oculta gracias a una pila de cajas, ausentes en esta ocasión. De repente, como por un<br />
impulso nervioso, el caballo se acerca a con destreza anquilosada por el letargo. Tú montas en su<br />
aterciopelada grupa y dejas que cabalgue por la extensa llanura, color verde agua, que hay tras la<br />
puerta de los servicios. El viento mesa tus cabellos y acaricia tu rostro, mientras tus muslos golpean,<br />
con lujuria, el lomo de Rocinante, que así dice llamarse. En el horizonte divisas una figura desgarbada<br />
que vocifera colérica, corriendo a tu encuentro. Huyes despavorida al reconocer al hidalgo<br />
manchego que te increpa por el hurto de su jamelgo, y te refugias en una casa de muñecas<br />
ibseniana, donde un Tartufo en decadencia y un Mefistófeles en alza han recreado, con diabólico<br />
arte, el retrato de un caballero que nunca se llamó Ernesto. Allí, presencias su decadente<br />
metamorfosis, en un proceso ———>><br />
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Relatos<br />
Letras, tu revista literaria<br />
kaiano, que amenaza con provocar la guerra de los mundos, entre éste y aquél, antes de que el<br />
calendario retorne al fadico año de mil novecientos ochenta y cuatro. Escuchas el ruido y la furia de<br />
la hoja roja de un ciprés de larga sombra al caer sobre la atormentada erra, importada de un lugar<br />
cercano al Este del Edén. Con temor, abandonas el lugar sobre un poney rojo, oculto tras un invisible<br />
muro de lamentos. Vagas por la espesura, en busca de un centeno que guardar y un camión que<br />
encontrar, pero sólo recibes un recital melómano de vergüenza satánica en una latud próxima al<br />
trópico de Cáncer, donde las rosas nunca tuvieron nombre. Caes de la besa y sientes un profundo<br />
dolor en tu cadera, encorsetado en los filamentos oxidados de tu alma. Solicitas ayuda con la voz en<br />
un grito, observando el aldado vuelo de un grupo de águilas silenciosas que surcan el sanguinolento<br />
cielo con arrogante insolencia y destreza inefable. El sol y la luna comparten gobierno, en un bucólico<br />
romance catárco, ante la esperpénca mirada de nubes ennegrecidas por los celos, que amenazan<br />
con descargar su enfado abriendo la caja de los truenos. Tú, que temes la tormenta como el animal<br />
que teme el fuego, cierras los ojos y sellas tu ceguera entrelazando las pestañas, en un vano elixir de<br />
tranquilidad.<br />
Navegas por tu interior en una indigna patera construida a parr de hojas de mandrágora,<br />
arrancadas del jardín peslente del amor. Al llegar a la ínsula lírica de tu corazón un dragón<br />
afeminado lanza sobre tu arcana embarcación una llamarada de reproche que te hunde en las<br />
profundidades vitales del sendo de la vida, de las que resurges en los brazos poderosos de un Brian<br />
fugado, en un sofisma circular, de la cuadratura de una tabla que, tal vez, un día fue redonda.<br />
Húmeda de placer y pálida de temor, abres los ojos en un eterno colofón a un cuento sin final que<br />
nunca debió comenzar. Tardas en unir las prosaicas piezas de una realidad que detestas y que, sin<br />
embargo, necesitas, en una sarica paradoja poéca encuadrada en el seno de un romance<br />
medieval. Junto a notas la presencia del más osado entre los buitres, intentando arcular una frase<br />
demoledora para el ejército enemigo. Lo observas insolente, tras el muro de una sobriedad ya<br />
perdida. Es un po calvo, de los que presumen de serlo, con nariz achatada y labios esquivos, mejillas<br />
sonrosadas y ojos rojos, de un rojo sorpresivo, acompañado de pinceladas anaranjadas<br />
embaucadoras de la pueril inocencia, lacaya de la lozanía. Te invita a una nueva copa que tragas sin<br />
saborear. Manene una conversación en forma de monólogo, logrando limar la distancia añil que os<br />
separa con cada sílaba acentuada, en un mecanismo autómata de esperpénca contemplación pero<br />
contumaz éxito. No escuchas lo que dice, no lo ves aunque lo miras, no lo sientes a pesar del prófugo<br />
aroma que despide su boca. Sus labios se acercan a los tuyos, tú concedes la gracia del contacto.<br />
Recitas, en un señuelo de pasión, la frase de Proust. Una mano siniestra comienza a acariciar tu<br />
espalda, otra, diestra, contradice su nombre e intenta palpar tu pecho con una torpeza humillante,<br />
más propia de un iniciáco juego infanl que de una sasfacción misógina repleta de excitación. Tu<br />
lengua vaporosa se reseca en boca ajena y quiere regresar al lugar que la vio nacer. Apartas sus<br />
cefalópodos brazos y recuperas una dignidad epicúrea cargada de frustración. Revistes tu rostro de<br />
un agrio gesto, compuesto con los trazos silvestres del desazón angusado por la repenna muerte<br />
de un ajado deseo. Pagas al camarero con una insinuación despreciada ———>><br />
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Relatos<br />
Letras, tu revista literaria<br />
y abandonas el bar sumergida en la misma soledad que cada noche te acompaña.<br />
La oscuridad comienza a desaparecer, vencida en su perenne batalla con la luz. La luna se resiste a la<br />
derrota alargando su innecesaria presencia, en una patéca insistencia, como dos amantes sin amor<br />
que dulcifican el final con un adiós rebajado a un siniestro hasta siempre. Los primeros trabajadores<br />
observan tu irregular caminar y compadecen tu estado, en un juicio sin jurado de veredicto<br />
execrable, mientras alimentan su ego con el zumo de la rectud social. En la ausencia de poder de tu<br />
cuerpo tus pies se revelan como héroes anónimos, protagonistas de la arcaica epopeya de un laico<br />
regreso, auspiciado por una angusa sica, emergente a parr de las cenizas apaciguadas de un<br />
fastuoso gobierno psíquico, somedo ahora, a las cavernas satánicas del olvido. Indulgente con la<br />
noche, conciliadora con el día, amagas una tétrica sonrisa sin público que deforma, sin razón, tu<br />
ausente figura en el apacible limbo del caos.<br />
Entras en casa con un suspiro desaliñado. Cierras los ojos, rehaciendo tu rompecabezas mental.<br />
Dejas caer el abrigo sobre el suelo, como los árboles abandonan sus hojas al aparecer el otoño. En tu<br />
habitación encuentras a Swann, acurrucado sobre la cama, ignorante de tu tristeza. Lanzas un leve<br />
chasquido egoísta que no logra recuperarlo de su sueño. Sientes hambre, esa hambre que sólo se<br />
padece al final de una gran borrachera. Abres el frigorífico y encuentras aquel delicioso pastel que<br />
compraste para una fiesta que jamás se celebró. Junto a él, postrada como un haragán, la botella de<br />
vino que reservabas para una ínma cena con Carlos. Decides suprimirla y brindar a la salud de la<br />
soledad. Te sientas sobre el tresillo verde que una amiga olvidada te recomendó y comienzas a saciar<br />
tu paladar ocultando, bajo el peso de cada bocado mezclado con las gotas del paraíso, el amor<br />
vilipendiado tras una coraza de cinismo. El úlmo trozo de almendra vaga por tu boca, visitando cada<br />
muela, acvando cada glándula, supurando cada herida, hasta que un calculado ejercicio maxilar lo<br />
descompone y transporta flotando en las tenues aguas salivares. Viertes todo el vino restante en una<br />
copa de cristal opaco, alegoría cruel de tu alma. Swann se despierta y acude a tu regazo ronroneando<br />
en solicitud de cariño. Acaricias su pelo grisáceo con la ternura que necesitas para . De repente,<br />
lanza un maullido histérico y acude junto a la ventana para contemplar, en un gesto de raíces<br />
humanas, como la luna consiente, por fin, en su derrota y se rera a su vacuo exilio. Es hora de<br />
acostarse.<br />
Miras, sin dirigirle la palabra, a la mujer que siempre te aguarda en el espejo del cuarto de baño,<br />
protegida en la intermitencia del reflejo. Recuperas el tono pardo de tus ojos, arrojando a la papelera<br />
de las ineficaces lenllas, en un ademán de rencor contenido. Eliminas los úlmos residuos del<br />
maquillaje con un algodón redentor, inspirado por la destreza de la sabiduría. Te despides con un<br />
buenas noches afligido y enerras a tu amiga inevitable. Ya en tu habitación te desnudas con<br />
desgana, imitando un retazo clásico de fusgación postergada. Rechazas el insinuante onanismo que<br />
flota en el ambiente lanzando proyecles de placer, y te hundes en la seguridad acolchada de tu<br />
cama, único lugar ———>><br />
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Relatos<br />
Letras, tu revista literaria<br />
santo, aunque nunca canonizado. Cierras los ojos en una invitación al sueño, que alega indisposición<br />
afecva enviando, en su lugar, a los incómodos recuerdos inmediatos que proyectan, de nuevo, una<br />
película ya visionada. Enciendes la luz mediante un calmado ademán nervioso y adoptas la posición<br />
matricial, recomponiendo una retrospecva senmental de indefensión. Comienzas a senr un vacío<br />
en tu interior, provocado por la inmensidad del agujero negro, de origen carlista, que se apodera, sin<br />
remisión, de tu corazón. Te incorporas y observas la mesilla de noche junto a la cama como si se<br />
tratara de la heroína de una épica novela escrita en la angüedad. En su seno, con el insnto<br />
maternal floreciendo en el ébano de su piel, aparece un libro. ‘Por el camino de Swann’. Lo abres por<br />
tu página favorita, lees en voz alta para mulplicar el efecto. Te deenes en un punto, concedes que<br />
los párpados caigan en libertad y reconstruyes la frase siguiente en una dinámica de arquitectura<br />
arsca para cada palabra. Concluyes la frase y manenes el silencio. Vuelves al libro y la relees con<br />
entonación recargada. Lo cierras. Recitas, en un susurro de esperanza, la frase de Proust.<br />
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Relatos<br />
Letras, tu revista literaria<br />
El Mingo Echeverri, Gaucho Cruz y Martín Fierro<br />
Eduardo Pérsico<br />
No resultaría fácil revisar los estudios que el Periodista Especializado Mingo<br />
Echeverri hiciera sobre la intertextualidad y sus adyacencias, pero abajo van<br />
algunas ideas suyas que pueden orientarnos mejor<br />
Se enende que toda historia se interpreta más allá de lo sucedido y por debajo palpita mucho de<br />
cuánto no se contó. Ya quedaron sin relato mínimas acciones de alguna batalla que luego la historia<br />
esmara decisiva, entredichos en voz baja de tantos personajes de novela o el suponer qué turgente<br />
calentura se bancó el cochero al transportar detrás suyo a la madame Bovary con el Rodolfo<br />
Boulanger, dándose en un cuerpo a cuerpo como en la guerra. Y en similar frontera de omisiones,<br />
cómo podría restuirse el amasijo previo entre Juan Moreira con su amante en el prosbulo donde<br />
luego lo mataron, o sin viajar muy lejos mis ejemplos, repasemos el quilombo cerebral de Funes el<br />
memorioso cada vez que el viejo Borges se olvidaba de darle su paslla recordava, esa misma que<br />
le devolvía al marote el formato de un árbol, hoja por hoja. Y en mi obligación como Periodista<br />
Especializado adverr como literato bien formado y no esos gansos que abundan en esta redacción,<br />
revelaré ciertos diálogos de Marn Fierro con el gaucho Cruz omidos en el libro del José Hernández,<br />
que refieren puntuales anocheceres entre esos dos aparceros de la soledad pampeana.<br />
‐ Y sí, ‐ habría dicho el gaucho Cruz‐ por aquí el agua está donde crece el duraznillo blanco. A<br />
un metro abajo nomás; pero ahora más me interesa saber otra cosa, mi querido Marn:<br />
¿usté es freudiano o lacaniano?<br />
‐ Según de ande sople el pampero, don Cruz. ¿Pero diande me pregunta eso de la inmidá?<br />
‐ Es que si una pareja no debe tener secretos, ¿porqué la paisanada ya anda rumoreando de<br />
lo nuestro?...<br />
‐ A ver si afloja con eso, por favor. No perdamos más empo que a usté también pasearse sin<br />
chiripá le queda lindo. Y véngase ya pal catre, remolón.<br />
‐ Como usté diga, porque la noche es larga.<br />
‐ O como sea, gaucho loco.<br />
Naturalmente, nuestra profesionalidad impide reponerle al libro de José Hernández esos<br />
renglones y al autor ni media palabra, pero le vitoreamos su decoro y hombría de bien ante aquella<br />
relación tan intrigante. ME.<br />
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Relatos<br />
Carta a una desconocida<br />
Rémy Durand<br />
Toulon, sábado 9 de diciembre 2006.‐<br />
Para Z.<br />
La observo.<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Primero, la he mirado, con la sorpresa de una aparición imprevista pero de un acontecimiento<br />
esperado.<br />
No hay nada imprevisto que uno no moldee y amase a fuerza de esperarlo.<br />
¿Conoce usted lo imprevisto? Mi mirada construyó ese momento de gracia tan inesperado que debía<br />
de ser previsto: premonición de sumirme en su mirada, previsión irreflexiva y tan ligera en su<br />
felicidad, tan esperada en su certeza.<br />
Han dicho que lo súbito era lo imprevisto.<br />
No lo creo para nada, si no, ¿por qué haberla encontrado? Ya sé separar el azar de lo que se llama<br />
comúnmente el rendez‐vous. Así que estoy lleno de alegría porque la he visto y mirado, y ahora la<br />
observo como la necesidad intemporal de la inadverda y necesaria ligereza del corazón,<br />
premonición del rendez‐vous.<br />
Me pareció que es usted extranjera: tal vez entonces no conoce la palabra "fortuito" que canta lindo<br />
y que significa "por casualidad". No quisiera ofenderla, Señora, al decir que es usted un<br />
acontecimiento fortuito! Digo que es un espacio necesario, esperado, y que mi mirada se encariñó<br />
con usted como la proa de una nave no puede, por suerte, negarse a recibir la prosperidad del agua.<br />
Del agua a la confesión, he llegado al agradecimiento de mirarla. ¿Cuál área estoy a punto de<br />
descubrir? Cuál<br />
área he descubierto ya?<br />
Escribí demasiado por hoy, Señora, y la molesto y la perturbo quizás, ya que es verdad que recibir<br />
una carta de un desconocido parece cosa...fortuita.<br />
De veras no me atrevía a escribirle. Quizás no me atreveré más a hacerlo, porque la observo y estoy<br />
alegre, y me temo que escribirle y después encontrarla me haga perder esa felicidad, pero es preciso<br />
que le diga ahora y para siempre porqué es usted mi esperada tan inesperada.<br />
——>><br />
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Relatos<br />
Pensará que me repito. Sin embargo, me gustan esas redundancias que se parecen a usted y que<br />
serán, en los próximos días, destellos de mi deferencia.<br />
Hace empo que deseo decirle estas palabras y decirle que son también las suyas porque la observo<br />
desde algún empo y nada está escrito que usted no haya provocado.<br />
Es que quizás la amo, ya.<br />
¿Conoce lo imprevisto? Mi mirada en usted construyó ese momento de gracia tan inesperado que<br />
debía de ser previsto, ex nihilo: premonición de (mi hundida) hundirme en su mirada, previsión<br />
irreflexiva y tan ligera en su felicidad, tan esperada en su certeza.<br />
Hay un verano mejor<br />
Virginia Corttés Moncó<br />
Subo de la playa completamente achicharrada y al salir del<br />
ascensor veo en el maldito espejo que han colocado enfrente la<br />
imagen de un tuareg, o de un perro de aguas, según se mire la<br />
parte superior o la inferior.<br />
Llevo un pareo hasta los pies que cubre los estragos que el<br />
chiringuito esta dejando en mi cuerpo y en la cabeza una gorra por<br />
la que asoman unas hebras que me recuerdan a la fregona Vileda,<br />
no espera, es mi pelo “ups”.<br />
Estoy sola, la familia se ha marchado al chiringuito.<br />
Enciendo la tele y aparece un anuncio en el que dicen que “ hay un<br />
verano mejor “ apago la tele y me encierro en mi cuarto que es tamaño armario empotrado aunque<br />
la agencia lo vendía como apartamento de lujo.<br />
Enciendo el ordenador y comienzo a escribir un relato de verano de esos que terminan en la<br />
papelera de la redacción de algún periódico.<br />
De pronto oigo una voz que me dice: ¡Hey chata cada día estas mas guapa!<br />
Miro pero no veo a nadie.<br />
Letras, tu revista literaria<br />
El calor me está afectando las neuronas.<br />
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Relatos<br />
Letras, tu revista literaria<br />
La voz repite: ¡Hey, aquí en la letra A! Miro y descubro una hormiga tamaño medio que me hace<br />
señas.<br />
Cierro los ojos y sacudo la cabeza pero al abrirlos todavía sigue ahí, no me lo puedo creer, me está<br />
hablando una hormiga.<br />
He debido decirlo en voz alta porque la hormiga me responde un poco cabreada.<br />
Oye bonita, perdona si no me he presentado oficialmente, pero mi nombre es Boris no hormiga y tú<br />
con esa pinta todavía no se si eres un humano y no te he ofendido.<br />
Ya perdóname tu a mí, pero es que no se si estoy alucinando o si esto está ocurriendo realmente,<br />
nunca he hablado con ninguna horm… , perdón Boris.<br />
Ya me imagino, me pasa cada vez que intento contactar con alguien, normalmente tengo que salir<br />
corriendo porque intentan darme un zapatazo o sacan directamente el espray fulminante, es muy<br />
duro ser una hormiga parlante, aunque no se por que ,ya que vosotros os aborráis de ver<br />
documentales de la dos donde ya os advierten que somos inteligensimos y con una estructura y una<br />
organización muy superior a la vuestra.<br />
Charlando, charlando se nos ha ido la tarde, Boris esta admirado porque soy el primer ser humano<br />
que no le rechaza y me propone salir esa noche a tomar algo y yo me digo ¿ por que no ¿ cosas mas<br />
raras se han visto o como diría Sabina, mas raro fue aquel verano que no paro de nevar.<br />
Me pongo guapa y nos vamos a tomar unos gin‐tonic al bar “Cito“ obviamente no propongo ir a la<br />
bolera por el peligro que entraña.<br />
Boris me cuenta por que odia el verano.<br />
Me explica que es ingeniero y trabaja en el túnel siete de reciente construcción y que esta fundido<br />
porque las obras que acometen en Verano en la playa sufren muchos derrumbes debido a la<br />
acumulación de humanos en la superficie y con ello muchas bajas hormigueras con perdida de<br />
buenos trabajadores y mejores amigos, es un po culsimo.<br />
Yo le explico que odio el verano, la playa , el veraneo desde que mi ex amablemente me mandaba a<br />
la playa y el se sacrificaba quedándose a trabajar en la ciudad en pleno verano.<br />
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Relatos<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Curiosamente cuando yo volvía de la playa hecha unos zorros me encontraba a mi buen Ernesto (así<br />
se llamaba el muy …) con un resplandor en la jeta increíble y hasta mas moreno que yo.<br />
Con el devenir del empo , me entere que el trabajo que no podía dejar de hacer en Verano, se<br />
llamaba Requejo, mas concretamente Isabel Requejo.<br />
Esta situación ya creo en mi una animadversión hacia el Verano, la playa y todos los muertos que lo<br />
acompañan.<br />
Esa noche ha sido maravillosa, nos despedimos en la puerta con un hasta mañana.<br />
Compruebo que no es un ligón playero, no intenta propasarse ni llevarme a la cama.<br />
Los días van pasando y yo soy feliz, nunca había tenido un amigo igual, me siento muy cómoda con el<br />
y se que puede llegar a ser una amistad duradera.<br />
Con mi familia estoy un poco herméca lo que les ene un poco preocupados, pero por el bien de los<br />
dos hemos decidido mantener la relación en secreto, con el fin por mi parte de no asustarles y por la<br />
suya para que no saquen el tan temido espray.<br />
Llega el día de la despedida y Boris me dice que va a ser imposible que me llame por teléfono pero<br />
que no me va a olvidar y que el año que viene allí estará esperándome.<br />
Trepa por mi cuello hasta llegar a la oreja y se despide con un “ hasta el próximo verano” y yo noto<br />
un delicioso cosquilleo y contesto “hasta siempre”.<br />
Ahora siento que para mi si hay un Verano mejor.<br />
De vuelta a casa no hablo en el coche, me invade una nostalgia tremenda, no oigo su voz, añoro su<br />
compañía y mi familia sigue preocupada.<br />
Me dejan en la misma puerta de mi casa y no les invito a entrar porque no tengo ganas de hablar con<br />
nadie.<br />
Me preguntan si necesito algo y les digo que nada, que estoy cansada y que no se preocupen que es<br />
solo eso, cansancio, aunque leo en sus caras una cierta angusa que no me explico a que se debe.<br />
Entro en casa y vaya por Dios veo a la tonta del bote esta que deambula por aquí con una bata<br />
blanca y que me dice, llegas justo a empo, hora de la medicación.<br />
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Relatos<br />
Suicidio<br />
Enrique Jaramillo Levi<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Varios tragos es la vida y<br />
un solo trago es la muerte.<br />
MIGUEL HERNÁNDEZ<br />
No era cuesón ponerse a pensarlo ahora. Había que hacerlo y ya.<br />
Sin perder empo. Ella podía llegar en cualquier momento y entonces no hallaría el valor.<br />
Se miró nuevamente al espejo. Llevó el arma a la sien derecha.<br />
Alguien tocaba a la puerta. Trató de apretar el gallo. Seguían tocando. El dedo como<br />
paralizado. La echarían abajo. No podía. Bajó la pistola.<br />
El estruendo de la detonación lo hizo saltar. Sus ojos recorrieron angusados la trayectoria del<br />
brazo colgante. Allá abajo, demasiado lejos, en un mundo derrotado por la inercia, estaba la<br />
mano cerrada sobre el arma.<br />
Atónito, se buscó en el espejo. Frente a él, su figura delgada caía en ese momento al suelo,<br />
desorbitados los ojos, destrozada la cabeza. Un crío río punagudo laceró la carne asombrada<br />
hasta penetrar los huesos.<br />
A sus espaldas oyó cómo cedía la puerta. Reconoció los gritos. Se volteó para confirmar que<br />
salían de ella. Detrás de la estampa desco‐lorida de la mujer lo miraban perplejos dos guardias.<br />
Quiso explicarles. Estaba a salvo. Había sido sólo una debilidad momentánea. No volvería a<br />
asustarla así. Lo del espejo era un fenómeno ópco, una alucinación colecva. Cosas así<br />
pasaban a veces. Tóquenme, dijo. Estoy bien. Pero tuvo la impresión de que las palabras<br />
habían permanecido presas en sus ganas de decirlas.<br />
Connuó queriendo gritarles que él tampoco comprendía, que en realidad no importaba. Lo<br />
esencial es que estoy vivo. Lo otro es sólo un sombrío anuncio de lo que pudo haber sucedido<br />
si no llegas a em‐po. Te quiero, Andrea. Tienes que perdonarme. Empecemos otra vez, aún<br />
podemos. Dame otra oportunidad. Ven, deja que te abrace. Pero los gritos de la mujer<br />
golpeaban ahora la boca abierta de él a medida que la desesperación llenaba el cuarto. Ella se<br />
había quedado un poco atrás, las manos crispadas sobre el rostro. Los guardias se inclinaban<br />
sobre el cuerpo.<br />
——‐>><br />
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Letras <strong>LetrasTRL</strong>/ (Fuengirola)/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>nº</strong>19 <strong>enero</strong>/ /año 10/ febrero / http://www.alvaeno.com/letras.htm<br />
Relatos<br />
Letras, tu revista literaria<br />
La vio romper de pronto su estasmo, correr como una loca hasta meterse en aquel fondo<br />
natural que había sido el amplio espejo. Allí abrazó la cabeza que soltaba sangre a<br />
borbotones sobre el suelo. Los guardias se levantaron respetuosos.<br />
Supo entonces que a su alrededor no estaban ya los muebles cono‐cidos, que las paredes<br />
donde habían colgado una noche los mejores cuadros de ambos sólo exisan en su lugar<br />
habitual al fondo, donde creyó que estaba el espejo. Miró la mano donde aún guardaba la<br />
sen‐sación metálica del arma. En seguida supo que habría que buscarla ló‐gicamente atrás; a pocos<br />
metros del cadáver.<br />
Todavía trató de entender racionalmente el proceso que podía darle sendo a los hechos. Los<br />
hombros convulsos de Andrea le comuni‐caron que sería inúl. Entre la incerdumbre y los<br />
sollozos se instala‐ba cada vez más una infranqueable sensación de finalidad. Él podría<br />
resignarse. Lo sena por ella. ¡Por ella!<br />
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<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Becas y Premios<br />
Por Alexis Navas<br />
www.alexisnavas.com<br />
Letras, tu revista literaria<br />
VI Premio de Pintura Universidad de Málaga<br />
Convoca Universidad de Málaga. Plazo límite de entrega 20 de <strong>enero</strong> <strong>2012</strong><br />
Para más información: hp://externos.uma.es/cultura/wp/index.php/vi‐premio‐de‐pintura‐<br />
universidad‐de‐malaga/<br />
VIII Concurso de Fotograa Purificación García<br />
Convoca Purificación García. Plazo límite de entrega 13 de <strong>enero</strong> de <strong>2012</strong><br />
Para más información: hp://www.purificaciongarcia.com/<br />
#type=verInicioConcursoFotografia_com.purificaciongarcia.event.ConcursoEvent<br />
Pintura´12 La Mutua de Granollers<br />
Convoca Mutua de Granollers. Plazo límite de entrega 16 de <strong>enero</strong> de <strong>2012</strong><br />
Para más información: hp://www.mutua.org/imag/21092011_1337252.pdf<br />
VIII Concurso de Fotograa Miradas por la Igualdad<br />
Convoca Excmo. Ayuntamiento de Burgos. Plazo límite de entrega 15 de <strong>enero</strong> de <strong>2012</strong><br />
Para más información: hp://www.aytoburgos.es/premios‐y‐concursos/viii‐concurso‐de‐fotografia‐<br />
miradas‐por‐la‐igualdad<br />
III Certamen de Fotograa Vino y Salud<br />
Convoca bodegas Prado del Rey. Plazo límite de entrega 15 de <strong>enero</strong> de <strong>2012</strong><br />
Para más información: hp://www.pradorey.es/ficheros/paginas/<br />
BasesIIIConcursofotografiaPradoRey2011.pdf<br />
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<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Libros, libros, libros<br />
Letras, tu revista literaria<br />
“La Crisis del Euro: De Atenas a Madrid”, Josep<br />
Borrell y Andreu Missé (Ed. Turpial)<br />
Por Rubén Sancho<br />
Nunca estuvimos tan sobreexpuestos a la información económica y<br />
conocimos tan poco sobre la verdadera esencia de su realidad, más<br />
allá de los efectos perniciosos que en estos momentos está<br />
generando en nuestros bolsillo. Por ello, necesitamos de una<br />
explicación rigurosa y sencilla, al alcance de todas las formaciones,<br />
para intentar comprender algo de lo incomprensible.<br />
Por ello adentrarse en esta entrevista alargada, en el empo y en el<br />
espacio, que Andreu Missé realiza a Josep Borrell es penetrar en las<br />
tenebrosas aguas del conocimiento de los cimientos económicos<br />
sobre los que hemos construido nuestra sociedad, y digo entrevista cayendo en el error habitual de los<br />
estereopos, porque es más una conversación entre dos personas inteligentes que hablan sin tapujos<br />
y sin barreras lingüíscas propias de la economía, y de otras ciencias, para que el lector termine el libro<br />
con un conocimiento más claro de lo que ha pasado y lo que está por pasar.<br />
Porque es en ese dicil equilibrio entre la sencillez y la rigurosidad donde se mueve el libro. No son<br />
temas sencillos los que se tratan, y aún así da la sensación de que están al alcance de todos, debido, sin<br />
duda, al pasado políco de Borrell, el cuál le obligaba a descender al conocimiento popular para<br />
explicar sus ideas.<br />
La formación y convicción socialdemócrata de Borrell fluye a lo largo de las páginas de “La crisis del<br />
Euro”, convencido como está de que otras soluciones son posibles, y de que la austeridad sin<br />
crecimiento no genera recuperación, sino únicamente recesión.<br />
Pero la principal idea que subyace a lo largo de todo el texto es Europa, Europa, y más Europa, como<br />
la única solución real a los problemas con los que el Euro se está encontrando. Reconoce Borrell que en<br />
muchos países las voces populistas están ganando peso con el recrudecimiento de la crisis, pero<br />
recuerda que un país en solitario perdería toda su compevidad mundial, independientemente de<br />
que se trate de Alemania o de Grecia, por poner dos ejemplos antagónicos.<br />
Por tanto, la crisis del Euro sólo se soluciona con más integración europea, Borrell así lo piensa, y así<br />
lo expone durante la conversación con Missé, apoyándose en sus conocimientos económicos para<br />
argumentar la solución.<br />
Sin duda, un libro imprescindible para todos aquellos que quieran conocer a fondo lo que se esconde<br />
tras el tular económico de cada día.<br />
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<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Libros, libros, libros<br />
Letras, tu revista literaria<br />
“Diario de a bordo” de Jorge Sousa Braga (Traducción de Diego Valverde Villena)<br />
“Basura para dos” , de Fernández<br />
CARTA DE AMOR (A Eugénio de Andrade)<br />
Un día de estos<br />
te voy a matar<br />
Una mañana cualquiera en la que estés (como de costumbre)<br />
midiendo el empalme de las flores<br />
allí en el Jardín de San Lázaro<br />
un ro de pistola y…<br />
No te voy a dar empo siquiera a que te fijes en mi rostro<br />
Puedes invocar a Safo, Kavafis o San Juan de la Cruz<br />
a todos los poetas celesales<br />
que ninguno vendrá en tu ayuda<br />
Compromedos definivamente tus planes de eternidad<br />
Adiós pues mares de sepembre y dunas de Fão<br />
Un día de estos te voy a matar…<br />
Una certera bala de polen<br />
justo en el corazón<br />
Un periodista pasa un año en el Oeste de los EE.UU realizando una<br />
serie de reportajes. Regresa a Madrid y en menos de 24 h dos mujeres<br />
aparecen en su vida y en su casa. Días que se hacen largos en un<br />
invierno frío. La novela vive el momento, el instante de las relaciones<br />
de esas dos mujeres con el periodista, mientras él nos va contando su<br />
experiencia americana a través de un diario escrito de lo vivido.<br />
Presente y pasado juntos en un viaje triangular donde el conductor del<br />
relato ‐Eduardo‐ va descubriendo en golpes narravos de gran<br />
intensidad su otra vida. Un desenlace inesperado pone a Charo y<br />
Raquel ‐las mujeres que viven con él la experiencia de Madrid‐ en un<br />
dilema donde cualquier jusficación es un argumento duro y dicil de<br />
explicar. Algo ha ocurrido en el empo de convivencia juntos. Algo que<br />
moverá sus vidas para siempre. Narrada con eslo directo, con<br />
reflexiones sobre el paso del empo, los actores en esa obra de teatro del instante sacan lo peor de<br />
sus mundos a venlar junto su soledad y decepciones. Un fondo de pesimismo recorre las páginas de<br />
este libro donde la esperanza hay que encontrarla en algún lugar de la costa oeste de Norteamérica.<br />
41
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Libros, libros, libros<br />
Letras, tu revista literaria<br />
“Premios del Tren Antonio Machado 2011’,<br />
Varios autores<br />
La Fundación de los Ferrocarriles Españoles ha editado el<br />
volumen correspondiente a los Premios de Tren ‘Antonio<br />
Machado’ 2011 de Poesía y Cuento. Este volumen está<br />
integrado por el primer premio de la categoría de Cuento,<br />
‘El úlmo vagón’ de Eduardo Mendicu, y el de Poesía,<br />
‘Cayo Hueso‐Dublín’ de Raquel Lanseros, además de los<br />
segundos premios y accésit de este certamen. Este libro<br />
está prologado por el escritor Luis García Montero y el<br />
editor Jesús García Sánchez.<br />
El resto de cuentos publicados son el segundo premio<br />
‘Colina de Eersberg’, de Abilio Estévez y los finalistas,<br />
premiados con un accésit, ‘Tú la llevas’, de Miguel Barreras<br />
Alconchel; ‘El úlmo tren’, de Javier Bozalongo; ‘La<br />
memoria de los ferrocarriles’, de Miguel Ángel González, y<br />
‘La Carolina en mente’, de Ignacio Jáuregui Presa.<br />
“Vertical” , de Juan Manuel Pérez Rayego<br />
Estoy otra vez aquí, en esta oscuridad con palabras. Ahora, sin , soy<br />
oscuridad y soy palabras. Así comienza esta novela, con la carta que<br />
Alejo escribe a su distante amada. El de escribir la carta es el mejor<br />
de todos los momentos en los días del protagonista, ocupados casi<br />
por completo en cuidar a sus numerosísimos abuelos y en elevar la<br />
ya muy alta torre en la que viven para poderlos acoger. La<br />
humanidad ha conseguido vencer la batalla a la muerte,<br />
encontrando la clave en los instantes finales de la decrepitud de las<br />
personas, que, en vez de morir, y tras un breve proceso transitorio,<br />
viven práccamente para siempre. Pero hace empo que un<br />
cataclismo cósmico detuvo la rotación de la Tierra, y sus habitantes<br />
han de recrear los días y las noches con colosales máquinas que<br />
transportan ciudades enteras a través de la frontera entre la luz y la<br />
sombra para que los ritmos circadianos con los que ha sido esculpida<br />
su vida no colapsen, para no ser destruidos.<br />
<strong>42</strong>
Letras, tu revista literaria<br />
<strong>Ediciones</strong> <strong>Alvaeno</strong><br />
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
tras/ <strong>nº</strong> 27/2010/ octubre/ hp://www.alvaeno.com/letras.htm<br />
Libros, http://www.alvaeno.com<br />
libros, libros<br />
Libros para regalar a tus seres queridos.<br />
“Los libros son nuestras únicas armas para vencer a la estulticia y a la ignorancia, madres ambas de<br />
toda violencia en el mundo.”<br />
Cialenva Preston.<br />
Colección Santel: Relatos.<br />
La vida es<br />
cuento.<br />
Colección Mansor: Novela<br />
El hijo de las<br />
costureras.<br />
Colección Devere:<br />
Invesgación<br />
Ver,<br />
comienza<br />
Un lugar<br />
llamado<br />
fracaso.<br />
Santa<br />
Compaña.<br />
Aventuras y<br />
desventuras de<br />
una gata...<br />
El sonido<br />
lacónico de<br />
las balas.<br />
Autores<br />
Ricardo Mena Cuevas<br />
Rubén Sancho<br />
7 Cuentos<br />
de pan y<br />
pimiento.<br />
Salvador Moreno Valencia<br />
43<br />
Pasos Largos;<br />
el último<br />
bandolero.<br />
dosmásuna.<br />
Así en el<br />
cielo.<br />
Julio Conejo<br />
El defecto<br />
mariposa.<br />
Jesús Martínez Linares<br />
Juan Manuel Álvarez Romero
Letras, tu revista literaria<br />
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Ni tú ni yo, a duras penas...<br />
Novela por entregas de Salvador Moreno Valencia<br />
Ver capítulos anteriores en:<br />
http://alvaeno.com/Ni-tu-ni-yo-a-duras-penas-novela-por-entregas-del-escritor-salvador-moreno-valencia.htm<br />
Mi primer amor y mi primer beso<br />
Doce años, yo. Ella. Morena. De estatura mediana. Ojos negros, labios<br />
prominentes. Su nombre Mercedes. Una niña de trece años que vivía a ro de<br />
piedra del olivar. No lo he dicho todavía, pero la granja a la que vengo<br />
haciendo alusión en este relato, todos la conocían por El Olivar. Cuando mi<br />
padre compró los terrenos, muchos años antes de que pasara a llamarse Club<br />
Denys, aquello era un olivar, por ello siempre nos referíamos al lugar como El<br />
Olivar y así se le quedó.<br />
Mercedes vivía a unos cien metros donde sus padres estaban de caseros de un praccante<br />
franquista que vivía en Palma de Mallorca y que venía sólo los veranos. Todos los días ella pasaba<br />
por delante de la puerta de nuestra casa que se encontraba a pie de carretera. Los perros ladraban.<br />
Y yo la espiaba en una terraza detrás de los depósitos de agua. El corazón parecía que se me iba a<br />
salir por la boca. Lo peor vino cuando descubrí que ella también sena cierta atracción por mí. Y fue<br />
un día que envió de mensajera a mi hermana. Yo estaba limpiando los corrales a los cerdos. Y mi<br />
hermana vino por detrás de los mismos y por una ventana se asomó con risa cómplice y como de:<br />
>. Y esto lo repió varias veces<br />
hasta que me enseñó el papelito que portaba y sin querérmelo entregar se mofaba de mi<br />
ingenuidad. Hasta que ya indignado por su actud me enfadé y le dije que el papel ni me<br />
importaba, y que fuera a decirle a la autora del contenido de la carta que yo no quería saber nada<br />
de ella. Mi hermana, más indignada que yo por mi actud orgullosa y prepotente, entendiendo que<br />
lo que estaba haciendo era hacerme un favor con venir a traerme la nota de Merche, se enfadó<br />
conmigo y salió corriendo a despotricar de mí a mi enamorada. Mercedes no me volvió a hablar en<br />
unos meses. Y yo cuando la veía, o mis padres me enviaban a su casa para hacer algún recado, las<br />
pasaba canutas, me ponía rojo como un tomate y ella con gesto aireado me miraba y se iba a otro<br />
lado de la casa.<br />
Más tarde la olvidé, aunque esto no sea del todo cierto, porque olvidar, lo que se dice olvidar,<br />
ninguna de las personas que he conocido, y sobre todos las chicas con las que tuve algún escarceo,<br />
propio de la edad, no han caído en el olvido por mi parte. No sé por la suya. Esto es algo que<br />
siempre me he preguntado: ¿Me habrá olvidado aquella chica que besé por primera vez y que me<br />
juraba y perjuraba que aquel beso había sido el primero que ella daba? No lo sé, la verdad es que<br />
creo que algo debió de quedar en su memoria. Muchas veces, auspiciado por la vanidad he<br />
pensado en , ——‐>><br />
44
Letras, tu revista literaria<br />
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Ni tú ni yo, a duras penas...<br />
organizar un encuentro con todas las mujeres con las que he mantenido alguna relación, haya sido<br />
amistosa o de amor. Pero luego mi sendo común me convence de que eso no es una buena idea,<br />
sobre todo si contamos que tendría que reunir a más de cuarenta mujeres. No, no soy un don Juan,<br />
ni lo he pretendido nunca. Pero de todas, eso lo aseguro, guardo el recuerdo entrañable de los<br />
momentos que compar con cada una de ellas. E incluso, mi memoria está llena de los pequeños<br />
detalles que hicieron que aquellos amores, tanto de adolescencia, y juventud, como en mi edad<br />
madura, quedasen grabados para siempre en el diario de mi vida que guardo en los rincones de la<br />
memoria que con seguridad algún día perderé. Y antes de que eso ocurra quiero rendir el homenaje<br />
que todas se merecen, tanto las que me hicieron sufrir, como las que yo hice sufrir. No soy un<br />
angelito, a veces, sí que he sido, algo diablo, porque siempre me pudo el deseo, y casi siempre el<br />
morbo, en según qué situaciones, hizo doblegar mi voluntad para caer rendido ante los brazos de<br />
una mujer, y sí, fui infiel, a todas les fui infiel pero cuidando de que nunca lo descubrieran para no<br />
herirles el orgullo, y por supuesto para no humillarlas.<br />
Las mujeres de mi vida, quise tular un libro en el que escribiera sobre esos amores que me hicieron<br />
feliz, que me hicieron desdichado, que me hicieron, al fin y al cabo, un hombre como el que hoy soy.<br />
Recuerdo con cariño aquellas escenas. El primer beso y la sensación de que un líquido pegajoso y<br />
caliente se vaciaba por mis pantalones hacia abajo. Muchos dirán que estos detalles un escritor, un<br />
buen escritor, se los debe ahorrar, pero yo digo que para escribir y ser un buen escritor hay que ser<br />
honesto con lo que se escribe, y si se quiere escribir de lo que uno ha vivido pues hay que ser<br />
honesto, y por supuesto, aborrezco a todos aquellos que en lugar de hacerlo omiten la verdad, cosa<br />
más grave, para mí, que la misma menra.<br />
Imagino los detalles de cómo las invitaría a todas a una cena en un hotel. Tendría que hacer un<br />
trabajo arduo de invesgación, pero como la curiosidad es una de mis principales caracteríscas, no<br />
me preocupa este punto, y en estos empos con el gran hermano en modo de facebook, no hay<br />
mucho problema de localizarlas a todas. La invitación sería algo misteriosa. Sólo incluiría en su<br />
contenido algo así: “Esmada… tenemos el honor de invitarla a la cena que se celebrará en… el día…<br />
a la hora… Se ruega confirmación al teléfono…”<br />
¿Qué les parece? ¿Una bobada, una locura? ¿Cuántas de ellas acudirían? ¿Qué se les podía pasar por<br />
la cabeza a la hora de recibir una invitación de ese po? Pongamos que llevadas por la curiosidad y<br />
porque la cena es totalmente gratuita a pesar de que albergaran sospechas sobre el origen de la<br />
invitación, quizá fueran por no tener nada que perder, objetando en el peor de los casos que sería<br />
alguna empresa para venderles algún producto de belleza o alguna enciclopedia, y que con no<br />
comprar se llevaban la cena de gañote. Y en el peor de los casos, ¿podrían sospechar que un anguo<br />
novio las invitaba a la cena? No. Esto sería impensable. Entonces, en caso de que algún día decidiera<br />
llevar a cabo<br />
45<br />
——‐>>
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Ni tú ni yo, a duras penas<br />
este encuentro, me decanto por poner en la invitación que una asociación para mujeres por la<br />
igualdad las invitaba a la conferencia cena que iba a dar la escritora… – aquí usaría mi nombre pero<br />
en femenino, o buscaría un seudónimo‐, sobre la igualdad de géneros. Y con toda probabilidad<br />
acudirían todas. Eso sí, contamos que casi todas las mujeres con las que he tenido relaciones, vivían<br />
en un radio de unos cien kilómetros cuadrados, a excepción de algunas que viven, o supongo que<br />
vivirán todavía en sus países de origen.<br />
Un fantasía que viene de vez en cuando a la cabeza, y como dice un escritor al que he entrevistado<br />
esta mañana, que la vida puede ser una aventura de literatura, y por qué no. De nuevo a la carga<br />
con los prejuicios.<br />
Y sí, la primera vez que mis labios besaron a una chica fue como si me hubiera derredo en ese<br />
instante porque hasta las rodillas me temblaban. Era dulce y a la vez agrio el sabor de los labios, y<br />
luego su lengua explorando mi boca. Ella me enseñó lo que era besar, tenía cuatro años más que yo,<br />
yo sólo tenía dieciséis, sí, ya lo sé, lo de la hermana de mi vecino que me enseñó otra faceta del<br />
sexo cuando tenía a penas once años, fue otra cosa, no hubo besos ni tampoco esa sensación de<br />
derrerse, sino más bien algo de extrañeza y de sorpresa, por primera vez una niña me ofrecía algo<br />
que yo no sabía cómo disfrutar. Pero el primer beso con aquella chica en la primera discoteca que<br />
pisé, fue como el disparo de salida en una carrera de obstáculos, desde entonces han sido muchos<br />
besos, y ninguno he olvidado. Todas las mujeres que he besado merecen mi respeto.<br />
Novelas:<br />
Relatos:<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Libros de Salvador Moreno Valencia:<br />
46<br />
EN KINDLE AMAZON:<br />
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Más información:<br />
hp://alvaeno.com/salvabiografia.htm
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Arte<br />
Letras, tu revista literaria<br />
La energía vital en el arte<br />
Víctor Manuel Guzmán Villena<br />
Andrew A. González es un aclamado arsta figuravo nacido en<br />
San Antonio, Texas ‐ EEUU, en 1963, cuyo trabajo ha sido<br />
exhibido en numerosos países. Creció en una familia creava, su<br />
padre, Anthony A. González, también era pintor y animó su<br />
interés por el dibujo y la pintura, pero no le dio una formación<br />
formal, por lo que su educación ha sido fundamentalmente<br />
autodidacta.<br />
Las pinturas de González se crean con aerógrafo acrílicos sobre<br />
tabla o lienzo mediante el levantamiento de pigmento con una<br />
goma de borrar abrasiva, seguida por la aplicación de capas<br />
transparentes de pigmento. Su obra está influenciado por el<br />
idealismo de la visión mísca y las tradiciones esotéricas, donde<br />
describe su trabajo como un contemporáneo tántrico o el arte<br />
Transfiguravo que explora la unión dramáca de lo sensual y lo espiritual. Es similar a un<br />
renacimiento de los ideales clásicos neoplatónicos centrado en la figura como templo sublimado por<br />
las fuerzas transformadoras.<br />
Expresa que siendo criado en una familia de arstas, las herramientas para la expresión creava son<br />
una parte familiar de su mundo. Como un niño, el dibujo le dio<br />
acceso a los contenidos lúdicos emocionante de la fantasía y la<br />
imaginación. Esta juguetona comunión con la fantasía le hizo<br />
madurar y converrse en la exploración creava de los patrones<br />
de su alma, y la celebración de las fuerzas de la vida.<br />
Su preocupación por la infancia, con los sueños, y el mundo<br />
imaginario pronto le llevaría a los maestros de la pintura<br />
imaginava. Pero no fue mera "fantasía" de arte que le<br />
llamaron para desarrollar su creavidad arsca con un poder<br />
revelador parcular. Anhelando un arte que contemplar la joya<br />
de la sabiduría oculta dentro y revelar la gloria y el misterio del ser. Es un arte sublima con la gracia<br />
y la belleza sul, pero profunda de éxtasis y audaz mícamente en su declaración.<br />
47<br />
——>>
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Arte<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Este arte revelador inspiró su imaginación encontrándose dentro de la<br />
visión del futuro y las tradiciones míscas del arte y difundido en los<br />
movimientos del simbolismo, el modernismo, el surrealismo y el arte<br />
fantásco. Como un joven adolescente se involucró en el "miscismo<br />
nuclear" de Dalí que cauvó su imaginación. A connuación, siguió la<br />
trayectoria arsca de Ernst Fuchs, William Blake y el idealismo mísco de<br />
Jean Delville. Más tarde como un adulto joven, el ojo creavo de su alma se<br />
maravilló de las posibilidades prodigiosas de HR Giger, las vistas cristalinas<br />
de Robert Venosa y las transfiguraciones transparente de Alex Grey.<br />
La similitud con estos arstas le dio la convicción y la esperanza de que era vital en el desarrollo<br />
inicial de sus habilidades arscas y su visión. Su dominio de la técnica combinada con una visión<br />
única y clara fue sin duda una fuerza principal de movación. Por encima de todo, estos arstas le<br />
inspiraron su don en las posibilidades de lo que está por venir en el arte del alma y del espíritu<br />
Su interés inicial en todas las cosas misteriosas y míscas levantó su sensibilidad de experiencias<br />
sincrónicas y profundos sueños vívidos, que a su vez le llevaron a cuesonar su percepción de la<br />
realidad, la imaginación y de su ser. Se encontró atraído por diversos temas esotéricos que van<br />
desde las religiones comparadas y mitología a la psicología de Jung, el simbolismo alquímico y<br />
tántrico, sica exóca y de las fronteras de la conciencia y la invesgación de los sueños<br />
Sus sueños despiertan una llamada innegable a dedicarse al desarrollo de<br />
una visión arsca luminosa. Un nuevo comienzo en su viaje creavo surgió<br />
después de una serie de experiencias producto de sus sueños. Estos<br />
"acontecimientos sobrenaturales del alma" brindaron una experiencia<br />
fuera del cuerpo y los sueños lúcidos "vigilia", algunos de los cuales<br />
parcipan breves encuentros con los adeptos misteriosos o mensajeros. En<br />
tres ocasiones durante su prácca del sueño lúcido se despierta envuelto<br />
en una luz dorada radiante e intensa, moviéndose rápidamente hacia su<br />
centro de color blanco resplandeciente. Al abrir los ojos, sena lo que sólo<br />
podría describirse como una sensación de renacer. Todo a su alrededor parecía nuevo, y sinó una<br />
maravillosa sensación de paz y claridad que iba a durar mucho empo. Ya sea real o ilusoria, estas<br />
experiencias le inspiraron un sendo agudo del milagro asombroso del todo.<br />
Todas estas experiencias han servido para acelerar en el progreso de su obra de arte. Tal vez este<br />
salto en su habilidad arsca fue el resultado de su enfoque recién descubierta, pero lo que estaba<br />
ocurriendo era una imagen que sería la base de su trabajo actual. Muchos años después, sería la<br />
experiencia que le inspiró por las posibilidades visionarias de éxtasis de la imaginación.<br />
48<br />
——>>
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Arte<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Su arte después de este período fueron verdaderos poemas de<br />
amor mísco en el alma. A menudo se refieren a las figuras<br />
femeninas de su obra de arte como mensajeros o como médium<br />
que anima a las dimensiones en el interior, que como espejo del<br />
alma proyecta.<br />
Su aproximación al proceso creavo es siempre un buen<br />
equilibrio entre orden y caos. Sinendo la necesidad de<br />
contribuir imágenes de transformación de la belleza de la<br />
imaginación colecva. Su imaginación desarrollaría una antesis<br />
implícita a obras de arte de HR Giger. Se sinó impulsado a<br />
mostrar su trabajo en la liberación del cuerpo y el alma de las<br />
profundidades oscuras de la decadencia y el erosmo perverso.<br />
Por sublimación de lo eróco hacia una sensualidad angelical y<br />
mediante el uso de la ascensión y el simbolismo del<br />
renacimiento, un eros sagrado se converría en el tema predominante de su trabajo<br />
Su pintura también interpreta a lo eróco que no es lo sexual, como es nuestro cuerpo que es una<br />
comunión con el flujo de vida y ritmos de la energía. Se puede senr el flujo de energía vital<br />
primordial a través de la pintura, la formación en el movimiento sensual de una llama<br />
transfiguración que fluye a través y alrededor de las figuras en las imágenes, la suspensión en un<br />
momento de éxtasis, una danza eterna en el umbral de un nuevo nacimiento. Es la danza arquepo<br />
de la esfera y el movimiento sinuoso de la forma. La danza de los espermatozoides y el óvulo, la<br />
serpiente y el huevo, el dragón y la perla y la vida dando las aguas de la cometa y el suelo sagrado de<br />
la erra.<br />
49
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Los Nébures<br />
Por Rubén Sancho<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Los Nébures son unos seres diminutos y de marcada<br />
fisonomía humana que ubican su lugar de residencia tras<br />
la letra impresa de los incontables libros que pueblan<br />
nuestra devastada red de bibliotecas. Cuenta la leyenda<br />
que tuvieron su origen en las historias de caballerías que<br />
nublaron la mente del insigne hidalgo que adoptara el<br />
sobrenombre de Don Quijote, para ramificarse<br />
posteriormente de monasterio en monasterio a la<br />
misma velocidad que se propagaban las llamas que<br />
prendieron su hogar primivo.<br />
Tras varios siglos de existencia, un minúsculo grupo de<br />
Nébures acabó recalando en erras salmannas, donde, aprovechando el vasto legado bibliográfico<br />
de la capital del Tormes, se reprodujeron de manera exponencial y convireron tan bella ciudad en<br />
su paraíso terrenal.<br />
CAPÍTULO XXX: La historia interminable<br />
Asher no podía por menos que reírse del lágo del talento, ella que sufría el lágo del placer, uno, el<br />
primero, era un lágo psicológico que golpeaba sin dañar, mientras que otro, el segundo, era un<br />
lágo emocional que golpeaba llevándose la vida en cada nuevo azote.<br />
Saber que Odraude estaba preso en la Torre del Olvido le había golpeado directamente en el corazón.<br />
No sabía muy bien que po de prisión debía ser aquella torre, ni de que crimen se le habría acusado a<br />
su amor, un nébur incapaz de hacer daño a nadie, pero ella resolvería aquel entuerto, su lágo no era<br />
el talento, no, era el amor, el amor desaforado, apasionado e incondicional, un amor que navegó en<br />
las procelosas aguas del desarraigo pero que ahora volvía por su cauce normal.<br />
Al llegar a la puerta de lo que aparecía indicado como Torre del Olvido se encontró a una nébur<br />
limpiando con la puerta. Su rostro era afable, aunque no sonreía, y se mantuvo concentrada en su<br />
trabajo, una vez que había echado un vistazo a Asher.<br />
Disculpe, ¿es esta la Torre del Olvido?<br />
Efecvamente, lo es.<br />
¿Hay alguna forma de que pueda entrar?<br />
Si ha comedo algún delito, sí, si no es complicado.<br />
50<br />
——>>
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Los Nébures<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Verá, es que yo necesito entrar.<br />
Verá, es que yo necesito entrar.<br />
Si supiera lo que hay dentro no creo que tuviera tantas ganas.<br />
¿Y qué hay dentro?<br />
——>><br />
No me está permido hablar.<br />
Verá, le cuento, resulta que mi promedo está preso y necesito hablar con él.<br />
Sí, ya, y mi marido lleva tres años en paro, ha empezado a beber y me pega, ¿y qué le hacemos,<br />
chica? Los nébures son así y a nosotras no nos queda más que sentarnos a esperar, ¿el qué?<br />
Vaya usted a saber.<br />
No, verá, el caso es que llevo meses sin hablar con él y hoy mismo me he enterado de que se<br />
encuentra preso aquí, y necesito que él me diga lo que está sucediendo para que le pueda<br />
ayudar.<br />
¿Quiere un consejo?<br />
Claro.<br />
Vaya buscando otro promedo.<br />
No enendo.<br />
Si su promedo está aquí preso, olvídese de que vuelva a salir. Aquí sólo traen a los presos de por<br />
vida. Se llama Torre del Olvido porque los encierran y se olvidan de ellos.<br />
Pero mi promedo es inocente.<br />
Sí, todos son inocentes. ¿Cómo sabe que es inocente si lleva meses sin hablar con él?<br />
Lo sé.<br />
Sí, nos creemos que lo sabemos todos sobre nuestras parejas y luego resulta que anda flirteando con<br />
cualquier pelandusca.<br />
Lo siento.<br />
¿Por qué lo siente?<br />
Por lo de su marido.<br />
No importa, ya me he acostumbrado, tenemos que vivir la vida que nos toca vivir. De momento<br />
tengo trabajo, no es gran cosa, lo sé, pero al menos es algo.<br />
¿Y por qué sigue con su marido?<br />
No sé, miedo a la soledad supongo, o será que todavía le tengo cariño, vaya usted a saber. Prefiero<br />
no pararme a pensar.<br />
¿Y por qué no me ayuda a entrar para que yo deje de pensar?<br />
¿De pensar en qué?<br />
En cómo habría sido mi vida con Odraude.<br />
¿Su promedo?<br />
Sí.<br />
Bueno, me ha caído simpáca. Yo también estuve una vez enamorada. Sígame que la llevaré dentro<br />
de la torre.<br />
51
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Los Nébures<br />
Letras, tu revista literaria<br />
CAPÍTULO XXXI: La Isla del Tesoro<br />
El pueblo era un tugurio de mala muerte, de mal olor<br />
y peor presencia, se adivinaba la bruma vesperna<br />
llegada de algún lugar lejano, sin aspavientos pero<br />
con energías renovadas tras la fuerza del viento.<br />
Odraude no sabía ahora por dónde empezar, tanto<br />
correr huyendo de la Torre del Olvido no le dejó<br />
empo para plantearse el siguiente paso.<br />
Al final de la calle vio un cartel con luces de neón,<br />
Posada “El Catalejo” rezaba, y hacia allí se dirigió, sin<br />
gran convicción, aunque sabiendo que debía ser su<br />
única alternava. Allí encontraría a alguien que le pudiera llevar a la isla, a su isla.<br />
Al entrar sinó como todas las miradas se fijaron en él. Miradas que procedían de marineros de agua<br />
salada, endurecidos por la vida y por la mar, pero sin un lugar en el que caerse muertos, lo que no les<br />
importaba mientras tuvieran un vaso de ron que llevarse a la boca.<br />
Odraude se acercó a la barra y pidió un vaso de ron, no porque le gustara, sino porque había<br />
escuchado a un marinero de manual, de parche en el ojo y pata de palo, pedirlo antes que él, y ya se<br />
sabe, que allá donde fueres haz lo que vieres.<br />
Apuró el vaso de un trago mientras revisó el personal que allí se encontraba. Todos parecían recién<br />
salidos de un naufragio, aunque con un brillo de ambición en los ojos que le vendría bien en su<br />
empeño. Odraude decidió que el camarero, un po gordo y sudoroso, le podría ayudar a encontrar a<br />
alguien que le ayudara:<br />
Estoy buscando a alguien que me pueda llevar a una isla.<br />
¿A qué isla?<br />
A una.<br />
¿A qué viene tanto misterio?<br />
¿Y a qué viene tanta pregunta?<br />
Para poder indicarte mejor.<br />
Sólo necesito un po con un barco que pueda llevarme a una isla, si no me puedes ayudar ya<br />
preguntaré en otra posada.<br />
John Silver.<br />
52<br />
——>>
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Los Nébures<br />
Letras, tu revista literaria<br />
¿Quién?<br />
Aquel po de pata de palo que está junto a un chico.<br />
¿Y quién es el chico?<br />
Jim Hawkins, un grumello de agua dulce.<br />
¿Y él me puede llevar a mi isla?<br />
John Silver te puede llevar hasta el mismísimo infierno.<br />
No me hace falta ir tan lejos.<br />
Eso sí, no te es de él.<br />
Y si no me puedo fiar de él, ¿por qué me lo recomiendas?<br />
Yo no te lo estoy recomendando, sólo te estoy dando su nombre. Es el mejor en lo suyo, pero<br />
no es de fiar.<br />
Nadie es de fiar en esta vida.<br />
Supongo.<br />
Ponme una botella de ron y tres vasos.<br />
Odraude cogió la botella y los vasos y se dirigió a la mesa donde se encontraban John Silver y Jim<br />
Hawkins. Cuando llegó a su altura ambos le miraron desafiantes, pero calmaron sus ánimos cuando<br />
Odraude colocó la botella de ron en la mesa y se sentó junto a ellos.<br />
Tengo un negocio que proponeros.<br />
53
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Arte Kalvellido<br />
Letras, tu revista literaria<br />
hp://www.kalvellido.net/<br />
54
<strong>LetrasTRL</strong>/ 55 <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Sobre el Autor:<br />
55<br />
Letras, tu revista literaria<br />
"Ricardo Mena Cuevas (Málaga, 1975).<br />
Ver, comienza<br />
Autor: Ricardo Mena Cuevas.<br />
http://alvaeno.com/ver-comienza-de-ricardo-mena.htm<br />
Presentación en octubre coincidiendo con el estreno de la<br />
película Anonymous:<br />
http://www.anonymous-movie.com/, que trata sobre el tema<br />
del libro.<br />
El libro aporta grandes pruebas sobre la identidad de algunos<br />
poetas Isabelinos y nos invita a descubrir la época Isabelina<br />
desde un punto de vista literario. El autor es un gran<br />
conocedor del tema y de hecho en el libro descubre la<br />
verdadera identidad de Marlowe, Shakespeare y Spenser. El<br />
libro es un trabajo exhaustivo de investigación, serio y bien<br />
elaborado. Un libro seminal para todos los amantes de la<br />
literatura y la verdad.<br />
Especialista en Comercio Internacional y<br />
Derecho Marítimo por la Universidad de Southampton<br />
(LLM Maritime Law, 2001) y amante de la filosofía, la música y el arte,<br />
ha escrito sus ensayos y relatos en diversas páginas webs<br />
desde el año 2002 (v.g. Letralia.com, Badosa.com, Ellibrepensador.com).<br />
En el año 2009 tuvo el placer de participar en la Tercera Conferencia<br />
Internacional de George Santayana que tuvo lugar en Valencia<br />
con su comunicación personal "Santayana y la poesía primera"<br />
(v.g. http://shakespearemelodijo.blogspot.com/2009/10/ensayo-para-la-terceraconferencia.html).<br />
Shakespeare, Mozart y Picasso como creadores, junto con Aristóteles,<br />
Santayana y Richard Dawkins como pensadores, conforman la cúspide<br />
de su canon actual, sujeto siempre a las continuas fluctuaciones heraclíteas<br />
(i.e. nunca te bañarás dos veces en el mismo objeto)."<br />
http://alvaeno.com/ver-comienza-de-ricardo-mena.htm<br />
55<br />
Publicidad
56<br />
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
I Edición del libro del Top mes<br />
¡CONCURSO!<br />
Os presentamos una gran novedad: la I Edición del libro del Top mes. Se pone<br />
en marcha el 1 de septiembre de 2011 y con ella os brindamos, sólo por ser<br />
usuarios registrados, la posibilidad de publicar de manera gratuita en un<br />
libro anual que incluirá los podios de nuestra competición literaria Top mes. Con<br />
ello contribuiremos a vuestro crecimiento, disfrute y promoción como<br />
escritores.<br />
Bienvenidos todos a este libro, cuyos autores sois vosotros, los Autores MP.<br />
LEER LAS BASES:<br />
http://www.mundopalabras.es/bases-libro-del-top-mes/<br />
<strong>Ediciones</strong> <strong>Alvaeno</strong> y <strong>LetrasTRL</strong>, sortean entre los diez primeros acertantes de<br />
nuestro concurso un ejemplar del libro La casa con desván, (I Certamen de relato<br />
Antón Chéjóv). Solo tienes que enviar un email con la respuesta y tus datos de<br />
correo postal a letras@alvaeno.com respondiendo a nuestra pregunta antes del 25<br />
de CADA MES inclusive.<br />
PREGUNTA:<br />
Organizan:<br />
Letras, tu revista literaria<br />
¿A quién hace homenaje el título del libro motivo de nuestro sorteo?<br />
La casa con desván<br />
I Certamen de Relato Corto Antón Chéjov<br />
Prólogo de Edgar Borges<br />
AUTORES<br />
Isabel Ali<br />
Daniel Doblado Cortés<br />
Juan de Mata Hernández Mota<br />
Jorge Armando Ponce Muñoz<br />
Jonathan Alexander España Eraso<br />
Tomás Cardoso<br />
Lilián del Carmen López Camberos<br />
Trinelli Carlos Arturo<br />
Estela Parodi (Estela D´Agostino de Parodi)<br />
Fernando Daniel<br />
56<br />
Publicidad
57<br />
La casa con desván<br />
I Certamen de Relato<br />
Corto Antón Chéjov<br />
Prólogo de Edgar Borges<br />
<strong>Ediciones</strong> Rubeo<br />
AUTORES<br />
Isabel Ali<br />
Daniel Doblado Cortés<br />
Juan de Mata Hernández<br />
Mota<br />
Jorge Armando Ponce<br />
Muñoz<br />
Jonathan Alexander<br />
España Eraso<br />
Tomás Cardoso<br />
Lilián del Carmen López<br />
Camberos<br />
Trinelli Carlos Arturo<br />
Estela Parodi (Estela<br />
D´Agostino de Parodi)<br />
Fernando Daniel<br />
Rodríguez<br />
http://www.alvaeno.com/letras.htm Columnistas<br />
Hostal Santel<br />
57<br />
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong><br />
No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.<br />
Oscar Wilde (1854-1900) Dramaturgo y novelista irlandés.
58<br />
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Como Ave Fénix<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Marcos Morneo<br />
Escritor<br />
https://www.facebook.com/profile.php?id=100001975788769&sk=info<br />
La insoportable levedad del ser<br />
58<br />
Columnistas<br />
Llegadas estas fechas (tan entrañables para miles de personas), siempre hago la misma reflexión que<br />
se repite desde que tengo uso de razón (perdón por el ripio).<br />
Primeramente quiero explicar el movo de la elección del tulo, tomado de la novela de Milan<br />
Kundera, que como dice el autor esta novela va más allá de la filosoa y de la psicología. Y en eso<br />
estoy de acuerdo con él, sin embargo esta novela ha sido clasificada como novela filosófica, cosa que<br />
ni el autor ni yo comparmos.<br />
A Milan Kundera lo conocí en Praga, precisamente lugar donde está ambientada esta novela, y<br />
acompañado de éste, recorrí las calles de esta ciudad maravillosa donde se produjera la Primavera de<br />
Praga, y juntos debamos algunos detalles de la obra que da tulo a este ”pseudo‐ensayo”. Novela<br />
que nos ayuda a comprender y conocer la Europa del Este durante la Guerra Fría, y que ha sido<br />
llevada al cine por el director Fhilip Kaufman con notable éxito.<br />
Pero ustedes lectores (si es que los hay), se preguntarán qué enen que ver estas fechas (entrañables<br />
para miles de personas) con esa novela, puede que no tengan nada que ver la una con las otras, o<br />
viceversa, pero creo que sí, como en la novela en la que el protagonista se debate entre dudas sobre<br />
la existencia, canalizadas, en este caso, hacia el campo del amor, la sexualidad y la pareja narrando<br />
escenas codianas de estos amantes que se aferran a esos momentos pensando si realmente es úl<br />
su existencia, si enen sendo sus vidas, si necesariamente es necesario el eterno retorno a los<br />
recuerdos, a los momentos vividos y sendos para dar a sus vidas un sendo sin que se les<br />
derrumben como si se tratase de casllos de naipes; esas miles de personas que ven estas fechas tan<br />
entrañables también buscan dar sendo a sus vidas, para que estas no se derrumben como casllo<br />
de naipes. La novela no ene nada que ver con estas fechas (tan entrañables para miles de<br />
personas), pero sí con esas miles de personas, que se aferran a la tradición como forma, no ya de<br />
entender sus vidas, sino de darles un sendo, porque ¿qué sería de los seres humanos si no<br />
entendieran sus vidas, si no pudieran dotarlas de un sendo lógico y razonable para no sucumbir a la<br />
“Insoportable levedad del ser” que nos acecha en cada tramo del camino?<br />
Reconocer esa levedad es de por sí insoportable, por eso buscamos en la tradición, en la costumbre<br />
la fórmula mágica o, cuando menos, maravillosa que nos haga entender dicha levedad sin caer en la<br />
oscuridad, sin que el desánimo nos derroque por eso mismo: por la inconsistencia de las cosas y de<br />
nosotros mismos.<br />
Así que cada año tomo estas fechas como la manera que esas miles de personas enen de entender<br />
su vida y de dar sendo a la misma aunque para ello tengan que alimentar la farsa. Mis abuelos y<br />
luego mis padres la alimentaron, pero yo me niego a hacerlo porque es hora de que aceptemos<br />
nuestra “insoportable levedad de ser”, y dejemos de menrnos.
<strong>LetrasTRL</strong>/ 59 <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Latitudes mudas<br />
Pedro Luis Ibáñez Lérida<br />
Escritor<br />
59<br />
Letras, tu revista literaria<br />
"Escribir es defender la soledad en que se está"<br />
María Zambrano<br />
Macbeth, resuena el eco sangriento<br />
Ciego es el lugar en que el alma humana se adentra<br />
en el abismo. La naturaleza de éste no reviste<br />
importancia. En aquél, la lentitud exasperante de la<br />
lucidez, declina en amargo sabor.<br />
¿ Cómo desprenderse de la propia acción cuando ésta<br />
aceleró más allá de<br />
nosotros ?<br />
¿ Qué, ahogado el gozo, hará<br />
estancia cálida para<br />
aliviarnos de este constante<br />
avatar ?<br />
Conseguido el poder, la<br />
determinación por asir la<br />
vana y fútil gloria, el<br />
proceso que se aviene para<br />
entronizarnos, para<br />
envanecernos y<br />
ensoberbecernos nada importa excepto el momento.<br />
El cruel e intransigente momento que denota el peso<br />
del hecho. Por él, tras el desenlace, la indecisión y el<br />
remordimiento. Un laberinto que atenaza la víspera y,<br />
aún, el hoy. Mañana será sombra que nos acompaña.<br />
Si estuviera hecho, una vez hecho, entonces estaría<br />
bien que se hubiera hecho pronto; si el asesinato<br />
pudiera echar la red sobre la consecuencias, y con su<br />
cesación, asegurar el éxito, de tal modo que sólo ese<br />
golpe fuera total y el fin; aquí, aquí mismo, en este<br />
banco, en este bajío del tiempo, saltaríamos a la vida<br />
venidera. Pero en estos casos seguimos siempre<br />
sometidos a juicio aquí, ya que no hacemos sino<br />
enseñar lecciones de sangre, que, una vez enseñadas,<br />
regresan para asolar al inventor. Esta Justicia de<br />
mano equitativa acerca de los ingredientes de<br />
nuestro cáliz envenenado a nuestros propios labios.<br />
59<br />
Macbeth, resuena en el eco sangriento<br />
que vocifera la venganza del cielo;<br />
tu corazón de negra y gruesa arena<br />
enturbia tus lúcidos pensamientos.<br />
El puñal agita el siniestro duelo,<br />
tres brujas que alientan el miedo;<br />
manos cuajadas de remordimiento<br />
ansían el brillo fugaz del cetro.<br />
Columnistas<br />
Macbeth. Acto I. Escena VII<br />
William Shakespeare.<br />
1654-1616 Stratford on Avon.<br />
Con la palabra crea el vínculo,<br />
con su deseo propone el mío.<br />
A Suri Emilio.<br />
Andamos descalzos;<br />
a tientas, por el beneplácito de la duda,<br />
Salvador Dalí.<br />
Una de las trece ilustraciones<br />
para Macbeth de Shakespeare.<br />
discretos, por el de la esperanza.
60<br />
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
El Lindero<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Francisco Basallote<br />
Escritor, poeta y crítico literario<br />
http://facebook.com/francisco.basallote<br />
EN EL JARDÍN MÍSTICO<br />
60<br />
Columnistas<br />
La Poesía Mísca ene hoy día bastante vitalidad, aunque a decir verdad limitada a poetas que sin estar<br />
anquilosados en el pasado; trasladan las vías de acercamiento a la divinidad a la literatura actual,<br />
conservando, con savia y vitalidad propias una poesía que no desmerece de su larga tradición. El término<br />
mísca procede del verbo griego, "muein", que significa "cerrar"; hace referencia a algo oculto, secreto.<br />
Mísca, pues, emológicamente, sugiere la vida espiritual secreta, ínma, no ordinaria. La pervivencia de este<br />
género, en el espacio parcular de la literatura de signo espiritual, se hace realidad hoy en la producción de<br />
varios autores.<br />
Existe en el ámbito de la literatura española un Certamen que ha cumplido tres decenas de convocatorias y<br />
que a su calor ha consolidado un destacado número de poetas que han escrito con verdadero acierto una<br />
poesía mísca de nuestro empo. Se trata del Premio Mundial de Poesía Fernando Rielo, convocado<br />
anualmente en Madrid y fallado en Roma y del que mencionaremos a un ganador, Francisco Mena Cantero,<br />
que lo fue del XX Certamen con su obra Esta fe que nos lleva y a Estrella Bello, que obtuvo Mención de Honor<br />
en la XXVII edición por Atormentada luz. Hay además, muchos poetas que se acercan a esta poesía con las<br />
mejores armas de su poéca, y en general, ulizando la estructura poéca por antonomasia, el soneto, tal cual<br />
hiciera en los años cincuenta del pasado siglo Julio Mariscal, con aquel hondo poemario en sonetos, Quinta<br />
Palabra, en el que el poeta dirá: “Así es como te quiero. Así, Dios mío:/ con el dogal de “Hombre” a la<br />
garganta./...” .Entre estos poetas destacamos a Enrique Barrero, hábil sonesta que con una concepción muy<br />
parcular de esta poesía logra un bello poemario en Liturgia de la voz abandonada.<br />
En Esta fe que nos lleva, Francisco Mena Cantero ,(Ciudad Real, 1934), nos sumerge en una obra , de<br />
profundidad y de luz, de musicalidad y ritmo, de pureza formal y limpieza absoluta del fondo, donde nída luce<br />
la razón de su aventura y la búsqueda de esa verdad tras la que a lo largo de su intensa obra ha sido su<br />
vocación y designio, no sólo manifestación sino invocación, no sólo codianeidad sino transparencia, no sólo<br />
rito sino trascendencia: “…Tu conoces, Señor. Sabes que es mío/ este río de gozo y de tristeza./ Es alma que en<br />
silencio escucha y reza/ porque yo soy de Ti un escalofrío./…”y acentúa su voz para definir su clave personal:<br />
“Darle nombre a una cosa/ es crearla otra vez, una manera/ de otorgarle la vida/…/ ..somos/ hijos del Dios de<br />
la palabra/ y de su misma esrpe,/…”. Todo ello con el cuidado uso de las formas clásicas, con su recurso a la<br />
elementalidad de las cosas, con diversidad de fuentes de las que siempre mana agua clara, urde en su sencillez<br />
la trama de un emocionante universo de riquezas múlples, luminosamente decidido a esa trascendencia que<br />
si bien ha sido patente en toda su obra, aquí es claramente manifiesta. Como sucede en otro libro reciente del<br />
mismo autor, que pone de relieve que en su poéca hay una constante de miscismo. Nos referimos a El<br />
pájaro y su vuelo, humilde y callada avecilla que emprende un alto vuelo y nos abre de un modo sul el<br />
complejo mundo de su poéca. Y en el vuelo de ese pájaro que se abre en “claridad que apenas nos incendia/<br />
en rescoldo de empo, no de fuego/..” y que permanece ya que “Nada se exngue y nada se destruye,/…/ La<br />
eternidad …Es algo/ que con su mano toca / el lento atardecer, …”.<br />
Por eso “…las cosas/…/ llevan en su trasluz/ la infinita belleza/ que las encela a un Dios/ cuyo oficio es la vida y<br />
no la muerte.”<br />
—————>>>>
61<br />
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
El Lindero<br />
Letras, tu revista literaria<br />
61<br />
Columnistas<br />
Con Atormentada luz, Estrella Bello pasa a engrosar esa lista de la Fundación Rielo que conene lo mejor de<br />
la poesía mísca escrita en nuestra lengua en los úlmos decenios. Constante mísca del abandono que en la<br />
segunda parte se hace realidad en el jardín de la noche, que “ sabe a musgo enamorado / y a concha matuna<br />
de lucero…”, donde encuentra al amado: “Estás aquí, Señor,/ laendo entre la arena…”, manifestándose en la<br />
belleza del mundo: “ Sembrado está mi huerto de amapolas,/ tulipanes, claveles, nomeolvides,/ y rosas…”, “…<br />
Espigas y racimos consagrados…”, “,,,Hay alas golpeando entre las nubes/ guirnaldas de alhelíes…” , un mundo<br />
que es el espejo del jardín mísco : “ como un nuevo jardín de las Hespérides…” en el que la música pone el<br />
colofón de lo excelso: “ La música de Bach en las alturas/ y tu nombre, Señor, entre las bóvedas…” .Sin salir de<br />
este esquema, antes bien redondeándolo poécamente, demuestra Estrella Bello su alta calidad de sonesta: “<br />
Y otra vez esta cruz que se levanta/ como lirio morado de la tarde,/ como rosa doliente donde aguarde,/ el dolor<br />
que te asfixia y se agiganta…”,<br />
En Liturgia de la voz abandonada, Enrique Barrero (Sevilla, 1969), a diferencia de tantos sonestas míscos<br />
desde Góngora a Unamuno en los que hay una especie de vercalidad de relación de hombre a Dios, se nos<br />
manifiesta humanamente horizontal en el diálogo con ese Dios cercano, al eslo profundamente humano: “…<br />
porque me asola/ como al mar el murmullo de una ola/ este viejo cansancio de ser hombre.” . Y hay en estos<br />
sonetos un diálogo del poeta con su Dios, cuyo nombre deletrea “…lentamente/ como el agua escondida de una<br />
fuente/..” y en su busca “… Nado en pos de la luz, contracorriente/..” y se pregunta: “¿Cuándo solos Tu y yo?...”<br />
Hay también una conformidad en los designios : “ Tu quisiste que fuera quien he sido..”, que es abandono de sí,<br />
y para el que pide ayuda: “De entre todas las dádivas te pido/ la callada virtud de la paciencia/…”. Y hay una<br />
hermosa invitación: “Vente conmigo aquí, al Sur que habito/ ‐Señor de los sedientos olivares‐/…” que una vez<br />
más nos trae a la memoria los versos del Julio Mariscal de “Quinta Palabra” : “La artesa y el olivo; el<br />
hormiguero/ de afanes por la yunta o el verano..”<br />
Con Instantes de la luz, obtuvo el Premio Internacional de Poesía Ateneo Jovellanos en su XX edición, un<br />
poemario que según el jurado es de factura clásica, definición muy acorde con la poesía de Enrique Barrero,<br />
que domina el verso clásico por antonomasia como es el endecasílabo: Sin embargo en dicho libro el poeta<br />
reviste de una forma magistral el poema mísco de cierto aspiración profundamente trascendente, se hace<br />
metasica, y hondamente humana en la sincera expresión de una intensa e incesante inquietud que se derrama<br />
en estos poemas transidos de “ la luz alta de mi propio extravío…”. Y , es que la luz de estos instantes es una luz<br />
interior, personal, dócil al pensamiento del poeta, así dirá en su primer poema La luz en las vidrieras : “ Sólo con<br />
la caricia/ que hasta el tacto elevara el pensamiento / viene la luz a las vidrieras solas,/…” , es una luz que “…<br />
Acude mansamente a nuestro encuentro/ sin alumbrar apenas, Ignorando/ que el corazón la aguarda…”, luz<br />
que en su inmaterialidad se hace intensamente mísca. Porque el poeta sólo vive para una luz pura, así dice<br />
claramente: “Si entre todas las luces yo pudiera/ elegir una luz os pediría/ la eterna luz del agua…”<br />
En este espacio silencioso, como una especie de jardín mísco, se escribe una poesía tan sincera y tan<br />
pretendidamente trascendente que no cabe duda que en el callado diálogo del poeta mísco, se establece una<br />
honda liturgia ínma, una celebración misteriosa que sólo el puede comprender y nosotros acatar.<br />
TEXTOS<br />
Francisco Mena. Esta fe que nos lleva . Fundación Fernando Rielo. Madrid, 2002<br />
Francisco Mena. El pájaro y su vuelo. Los Cuadernos de Sandua. Córdoba,2008<br />
Estrella Bello . Atormentada luz. Fundación Fernando Rielo. Madrid, 2009<br />
Enrique Barrero. Liturgia de la voz abandonada. Los Cuadernos de Sandua. Córdoba, 2009<br />
Enrique Barrero. Instantes de la luz .Ateneo Jovellanos. Gijón, 2011.
<strong>LetrasTRL</strong>/ 62 <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Ojo de buey<br />
J.J.Conde<br />
Escritor<br />
http://jjconde.blogspot.com<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Odón Betanzos Palacios, poeta<br />
62<br />
Columnistas<br />
Andaluz universal. Y onubense. Sobre todo, onubense, de su Rociana,<br />
en donde era lo que era cuando regresaba. Pues como él mismo decía:<br />
“es increíble la necesidad de la erra madre en el ser humano”. Viajero<br />
incansable, Odón Betanzos Palacios nació en Rociana del Condado<br />
(Huelva) en 1925. Cursó Náuca en Cádiz. Recorrió el mundo como<br />
marino mercante. En 1958 se estableció en Nueva York y fundó con el<br />
ex ministro de la Gobernación de la II República Eloy Vaquero la<br />
revista Mensaje. Licenciado en Letras en Fordham University, y en<br />
Filosoa en The City University of New York, hizo sus estudios<br />
doctorales en Filosoa y Letras en la misma universidad basando su<br />
tesis en las Experiencias vitales en la obra poéca de Miguel<br />
Hernández. Fue presidente del Círculo de Escritores y Poetas<br />
Iberoamericanos. Fue académico correspondiente de la Real Academia<br />
Española y de las academias de Guatemala, Filipinas, Chile y Colombia.<br />
Fue académico de número de la Academia Norteamericana de la<br />
Lengua Española, y su director.<br />
Entre los galardones y premios obtenidos a lo largo de su carrera destacan: Encomienda de la Orden de<br />
Isabel la Católica(1979) otorgada por S.M. el Rey de España, Premio Libertad de la ciudad de Nueva York<br />
(1988), Medalla de Andalucía (1989), Premio Vasconcelos (México‐1990) por su obra de creación,<br />
Encomienda de la Orden del Mérito Civil, en su grado de número otorgada por S.M. el Rey de España<br />
(1997). Escritor de talla mundial publicó alrededor de sesenta y seis libros de poemas, la mayoría de ellos<br />
condensados en tres antologías: Sandad y guerrería (1952‐1967), Hombre de luz (1967‐1972) y La mano<br />
universal (1972‐1976); Poemas del hombre y las desolaciones (1986) y De ese Dios de las totalidades<br />
(1988). En 1994 apareció una Antología poéca de la totalidad de su obra. Publicó también, en dos<br />
volúmenes, la novela Diosdado de lo Alto. Autor de arculos, notas crícas y trabajos de invesgación<br />
literaria en los mejores periódicos y revistas especializadas españolas y de fuera de nuestro país. De su<br />
obra se han realizado varias tesis doctorales y sus poemas han sido traducidos a varios idiomas.<br />
Odón Betanzos Palacios, de una extraordinaria calidad humana, de Rociana del Condado, de Onuba, de<br />
Andalucía… del mundo. Que asumía la creación como un regalo que había que agradecer y al mismo<br />
empo reparr. Que le embriagaba el olor del salitre, que le encandilaba el paseo de la Punta del Sebo,<br />
el muelle, el ambiente de la ciudad de Huelva. Odón Betanzos, poeta y académico, onubense y andaluz<br />
universal. Para quien un servidor pedía públicamente, en 1998 y en 2002, el otorgamiento por parte de la<br />
Junta de Andalucía de la disnción de Hijo Predilecto de Andalucía, argumentando para ello la<br />
indiscuble valía, tanto profesional como humana de nuestro querido e insigne paisano, demostrada a lo<br />
largo de los años, y el permanente desvelo, que le llevaba muchas veces al sufrimiento, por ver que<br />
nuestra lengua figurase entre las primeras del planeta.<br />
(Foto: archivo Fundación “Odón Betanzos Palacios”)
63<br />
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Algo más que palabras<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Víctor Corcoba<br />
Escritor<br />
http://www.diariosigloxxi.com/firmas/victorcorcoba<br />
corcoba@telefonica.net<br />
LA AUSTERIDAD<br />
De un empo a esta parte no se habla de otra<br />
cosa. La austeridad está en boca de ricos y del poder;<br />
de esos que han vivido entre los deleites y los vicios,<br />
la podredumbre y el despilfarro. Claro, de una manera<br />
diferente a cómo la sufren los excluidos de un sistema<br />
de vida totalmente deshumanizador. Los pobres<br />
tampoco conocen otra forma de obrar y de vivir, nada<br />
más que en la miseria, connúan marginados del<br />
circuito económico, y, ahora, mucho me temo se les<br />
siga pidiendo sacrificios a los que no enen ni pan que<br />
llevarse a la boca.<br />
El escándalo de la pobreza y el desempleo en<br />
España alcanza cotas insostenibles. Los<br />
desempleados, más allá de los números y estadíscas,<br />
son personas a las que se les ha impedido vivir con<br />
dignidad. El nuevo gobierno español, si quiere entrar<br />
con buen pie, como ellos mismos han trazado en su<br />
hoja de ruta, deberá hacer juscia, y el primer<br />
mensaje de contención del gasto y austeridad, de<br />
ajustes duros, debe empezar por ellos mismos,<br />
escuchando mucho más a los que viven en la pobreza.<br />
El pueblo está pidiendo a gritos una actuación políca<br />
más responsable, y menos pardista, más solidaria y<br />
efecva con todo el pueblo. No se puede permir que<br />
los jóvenes españoles, verdaderamente formados,<br />
tengan que emigrar en busca de trabajo, porque en su<br />
país no se le ofrezca empleo. El galopante desempleo<br />
que sufre este país, es el fruto de gobiernos<br />
incapaces, que no han sabido discernir lo<br />
fundamental de lo accesorio, la políca de Estado de<br />
la políca de Pardo; todo ello sumado a la<br />
incapacidad de establecer diálogos responsables<br />
entre los disntos colecvos y fuerzas sociales.<br />
También la Asamblea General de la ONU habla<br />
de disminuciones. Decidió una reducción del 5% al<br />
presupuesto para las operaciones del organismo<br />
mundial durante el bienio <strong>2012</strong>‐<strong>2012</strong>. ¿Se puede<br />
hacer más con menos?. Decididamente sí. Hacen falta<br />
buenos administradores capaces de aprovechar al<br />
máximo los recursos que se tengan. Pero, a veces,<br />
hemos de reconocer que no es cuesón de recortar,<br />
sino de cambiar comportamientos polícos y<br />
63<br />
Columnistas<br />
económicos. Los gobiernos están para generar<br />
puestos de trabajo y vencer a la pobreza, de lo<br />
contrario enen bien poco sendo que existan. El<br />
caso de España, con un sin fin de administraciones y<br />
gobiernos, es un claro ejemplo de lo nefasto que<br />
pueden ser tantos poderes, trabajando para sí, o sea,<br />
para los intereses del gobierno de turno y sin<br />
responsabilidad alguna. Un día sí y otro también, la<br />
corrupción políca salta a los periódicos, mientras son<br />
muchos los españoles que cada día ven peligrar el<br />
bienestar de su familia, viéndose inmersas en<br />
situaciones de injuscia y pobreza, que suelen<br />
degenerar en desesperación, violencia, y hasta entrar<br />
en crisis la propia idendad de la persona, y no<br />
senrse nada más que basura.<br />
No podemos confundir la austeridad, con<br />
meros recortes sociales, y más en sociedades cada<br />
días más desiguales. ¿Cómo le podemos pedir<br />
austeridad personal a quien no ene trabajo o recibe<br />
un salario indigno?. ¿Cómo le podemos pedir<br />
sacrificios a los pobres, si nuestra caridad con el<br />
prójimo es nula? Desde luego, sería bueno para el<br />
mundo, para todo el mundo, injertar en los planes<br />
educavos sobre todo el culvo de los valores<br />
morales, en especial, el del sendo de la equidad y de<br />
la juscia, para que en verdad la juscia sea igual para<br />
todos; el de la solidaridad y cultura al trabajo, para<br />
que en verdad el trabajo sea vida; el de austeridad y<br />
servicio al prójimo, para que en verdad seamos<br />
servidores de los úlmos y no de los primeros; el<br />
respeto a la transparencia y a la palabra dada, para<br />
que en verdad seamos personas humanas en las que<br />
se pueda confiar.<br />
En este momento se requieren ciertamente<br />
oportunas medidas polícas que levanten la<br />
economía, sin obviar que en cada país ene sus<br />
parcularidades la crisis, pero aún mucho más que<br />
seamos capaces de pensar en aquellos a los que les<br />
falta los bienes necesarios para desarrollarse como<br />
persona y como ciudadano del mundo. Esperan la<br />
mano tendida. No nos sirve, en este caso, la mano<br />
que recorta.
64<br />
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
La Revista<br />
Letras, tu revista literaria<br />
64<br />
Publicidad<br />
hp://www.arstassinfronteras.es/images/stories/documentos/revista‐n9.pdf<br />
Boletín <strong>nº</strong> 36<br />
La Revista <strong>nº</strong> 9
65<br />
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
La mirada del otro<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Juan Manuel Álvarez<br />
Escritor, creativo<br />
http://blogdelescritorjuanmanuellvarezromero.blogspot.com/<br />
Breve<br />
65<br />
Columnistas<br />
Cómo podríamos desmenuzar las horas en las que nos senmos perdidos entre panfletos, discursos,<br />
publicidad, críca, auto críca, cómo avanzar entre laberintos de confusión... y todo esto sin dejar de estar, sin<br />
cascadas de amenazas, miedos, sin sendos agónicos y desesperados…<br />
Nos ausentamos de nuestras propias vidas cada vez más, la entregamos sin pedir nada a cambio, solo aquello<br />
que nos cree la sensación de estar vivos, —sin llegar estarlo del todo—.<br />
Me pareció esencial que la piedra quedara arriba, el peso era considerable. Así al despertar de aquel sueño<br />
podría caminar más deprisa.<br />
Al bajar, comprobé que necesitaba vitaminas, las ideas se quedaron congelas en el trastero, el calentador se<br />
quedó sin gas, la maleta se quedó vacía.<br />
El tren se alejaba cada vez más y, con la inspiración a medias quise hacer aquello que no podía. Me sumí en un<br />
ir y venir entre aquello y esto, que no era otra cosa que yo mismo sentado ante un anden, que no funcionaba<br />
desde hacía años, no me di cuenta de eso hasta que un día un señor muy mayor pasó por allí, y me preguntó la<br />
hora.<br />
El andén estaba frío; el mundo se divisaba en el horizonte como una estrella, las ideas eran luces que<br />
parpadeaban en el cielo. Y el señor mayor deslumbraba con su sonrisa estelar. Se sentó a mi lado, y me habló<br />
de cuando fue pastor, de cuando exisan huertas en aquel valle de árboles frutales frente a la estación, de<br />
cuando viajó, de cuando quiso ser joven y se le pasó la edad, de cuando las olas llegaban hasta este lugar tan<br />
apartado del mundo.<br />
Me habló de una vida llena de experiencias vividas en su mundo interior, mientras cuidaba de sus ovejas, su<br />
rebaño; me habló incluso de gente que pasaron por este lugar y quisieron quedarse, pero terminaron<br />
marchándose, como ahora yo, que espero sentado a un tren para que me lleve lejos de este lugar.<br />
Escritores, pintores, escultores, todos ellos salieron corriendo cuando llego la deshumanización, la noche. Me<br />
dijo mientras reía a carcajadas, dejando ver su boca desdentada. —Fue cuando su sonrisa estelar<br />
desapareció—.<br />
Callado y en silencio absoluto entre aquellas palabras que emian un sonido a hogar, a esencia, entre las olas y<br />
la nieve de una vida plenamente campestre.<br />
La maleta permanecía a mi lado, vacía, inerte, creo que tan solo llevaba un libro, reliquias de otros días, letras<br />
feroces, para los momentos que es necesario retomar fuerzas.<br />
El frío seguía penetrando en mis huesos, y entre el frío y las palabras de aquel señor me quedé dormido<br />
apoyado entre la maleta vacía y la pared.<br />
Al despertar comprobé que no había nadie, que todo había sido un sueño, pero si comprobé que la erra<br />
seguía allí arriba en el cielo, brillaba con toda su fuerza, azul, constante, sin parpadeos, como las estrellas en<br />
forma de ideas que brillaban a su alrededor. ———‐>>
66<br />
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
La mirada del otro<br />
Letras, tu revista literaria<br />
66<br />
Columnistas<br />
Aquel señor me habló de la deshumanización, me dijo que se hizo pastor porque no soportó el aislamiento<br />
impuesto, la soledad que trajo la descentralización de la humanidad, de todas las fronteras que se impusieron<br />
en un proceso que cogió de improvisto al ser humano.<br />
Cada cual se aisló en su casa, nadie contactaba con nadie, nadie salía, nadie hablaba… la palabra dejó de tener<br />
sendo, al menos oralmente, incluso se creó un nuevo lenguaje por si te cruzabas con alguien y tenías que<br />
intercambiar ideas. Los libros dejaron de exisr… por eso vivo aquí, amigo, al igual que tú…—dijo— ¿Por qué<br />
te vas? ¿O crees que te vas? ¿Crees que puedes huir de esto? Ya sabes que hace años que de aquí no salen<br />
trenes, los aviones solo quedaron para el transporte mercanl… ¡no sé que haces aquí sentado!… el camino<br />
queda ahí atrás… sigue el sendero que te lleva a la ciudad y allí ya veras lo que haces… al final regresaras aquí<br />
de nuevo, te lo aseguro, porque todos los que salieron corriendo, hoy viven aquí, —volvieron—. Te doy un<br />
consejo, no te hagas pastor cuando regreses, porque algún día la luz se detendrá en forma de luna, y esa luna<br />
quedará colgada del cielo como una lámpara maravillosa. Y quizás ese sea el momento que todos esperamos,<br />
de una forma u otra, todos la buscamos en nuestros sueños o realidades, fantasías o existencialismos…<br />
En esta montaña he visto nacer ríos, libros, obras de arte maravillosas, que después el viento se ha llevado,<br />
dejando un vacío inmenso, dejando lo vital en oscuridad… en esta montañas vi lo que nadie pudo imaginar<br />
jamás, palacios que se derrumbaban, ciudades que florecían y caían bajo el yugo de algún despiadado rano.<br />
Vi los amores más hermosos, los suicidios más horribles, los días más largos, el infierno, el cielo… el silencio.<br />
Aquí recorrí de nuevo todo mi pasado, lo hice con sumo cuidado, sin prisas, y ahora toca buscar la esencia de<br />
ese pasado que se paró aquí, buscando este presente…<br />
Si lo que quieres es huir, hazlo, pero ten la certeza que volverás, al igual que todos nosotros…<br />
De todas formas cogí el camino tras la estación, hacia pendiente, así que la estación quedaba cada vez más<br />
bajita conforme subía la cuesta, al seguir subiendo y llegar a la cima de la colina, escuché tras de mi un sonido<br />
estrepitoso como de una maquina, al girarme, pude ver una nube de humo que salía de una gran maquina de<br />
vapor; se trataba de una locomotora con vagones; se paró en la estación donde permanecí sentado durante<br />
semanas, donde antes de marcharme un señor muy mayor me dijo que por allí no pasaban trenes desde hacia<br />
años… ahora creo que perdí ese tren, quizás el único en muchos años… pero connuo hacia la ciudad, quien<br />
sabe., quizás… todo cambie.<br />
Fotograa E. de Juan (Estación de Setenil de las bodegas)<br />
hp://flickrhivemind.net/User/joios/Recent
67<br />
Letras <strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong>39/2011/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ octubre/ <strong>enero</strong>/ http://www.alvaeno.com/letras.htm<br />
La afilada navaja<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Ignacio Fernández Candela<br />
(Escritor‐críco literario)<br />
www.ignaciofernandezcandela.com<br />
Como abejas que liban en sus colmenas. Autora:<br />
María José Hernández López.<br />
La miel del ingenio en su parcular y magistral<br />
colmena. Microrrelatos.<br />
La existencia y la percepción de sus detalles<br />
conforman la previsible lógica que da sendo a las<br />
sensaciones que captamos de manera inteligente; sin<br />
embargo, a menudo nos quedamos con la impresión<br />
de que algo nos dejamos en el ntero ante la<br />
definición delimitada del mundo al que pertenecemos<br />
y nos rodea.<br />
Con María José Hernández ese ntero es<br />
sobradamente capaz de abstraernos hacia las lindes<br />
de un mundo detallado que sólo podemos conocer a<br />
través de sus líneas; todo queda atado y bien atado,<br />
escrito y magistralmente escrito y los conceptos se<br />
realzan con una dimensión extrapolada, como si<br />
asiséramos a la descripción de un mundo<br />
sobredimensionado que nos faltaba por admirar.<br />
Esta autora es de un sello de calidad literaria personal<br />
e intransferible. Ciertamente, de no contar con el<br />
ingenio sistemáco de estas lecturas, nadie más que<br />
su ser intelectual podría darnos esas sensaciones<br />
únicas que sólo ella es capaz de transmir.<br />
La Literatura es capaz de ahondar más allá de la<br />
apariencia y explayarse allende las limitaciones para<br />
adverr esos detalles que escapan de la definición y<br />
sus finitudes ...pero no toda literatura, sino la<br />
verdadera que María José Hernández pracca con<br />
sagaz contumacia e ingenio versál y sorprendente y<br />
que en su libro de Microrrelatos: “Como abejas que<br />
liban en sus colmenas” trasciende con una impronta<br />
de genialidad que desde siempre caracteriza su<br />
singular arte literario, ya descollante en su anterior<br />
obra “Una noche sin estrellas”.<br />
hp://fcandelacricaliteraria.blogspot.com/2011/07/<br />
una‐noche‐sin‐estrellas‐escritora‐maria.html<br />
No sólo se traspasan con sus letras la delimitación<br />
de los conceptos, también en el detalle desmenuzado<br />
asismos a la creación de un espacio imprevisible, en<br />
cuya generalidad creava es común la convicción de<br />
hallarnos ante una diferente manifestación de arte,<br />
párrafo tras párrafo, que en este caso conforman las<br />
67<br />
Columnistas<br />
celdillas de una colmena endulzada con la miel de la<br />
excelencia reflexiva.<br />
Como abejas que liban en sus colmenas no es un libro<br />
al uso, más bien es una original e inusual concepción<br />
literaria realizada para epatar al lector y asombrar,<br />
con múlples prismas interpretavos, el runario y<br />
sano ejercicio de la lectura y converrlo en una<br />
miscelánea de sensaciones a cada cual más dispar,<br />
resuelta e imaginava, contagiándonos del carisma de<br />
María José que itera, con soltura inusitada, la facilidad<br />
de lo ingenioso que para los demás resultaría<br />
imposible.<br />
El acervo cultural es ilimitado para entremezclar ideas<br />
que desembocan en una paradoja contrastada,<br />
encadenada, sólidamente enraizada en los vaivenes<br />
imaginavos que sorpresivamente nos embaucan<br />
diverda, irónica o melancólicamente; delirantemente<br />
compromedos o impactantemente delicados. En<br />
ocasiones nos traspasan las virtuales bellezas de un<br />
pensamiento inherente a la sensibilidad poéca y en<br />
otras nos imbuimos del preciosismo en el detalle de la<br />
paradoja, la radicalidad de los contrastes<br />
sencillamente provocada por una esencia imaginava,<br />
consistente y expansiva que cubre todos esos<br />
aspectos que nos recuerdan la posibilidad infinita de<br />
la creación, incluso en la abstracción del concepto y la<br />
simbiosis de múlples realidades según la mente<br />
pionera que la descubre.<br />
Así pues, poseo la convicción, ante las letras de María<br />
José, de que el genio cabe en la preparación didácca<br />
y la especialización del conocimiento aunque no son<br />
condiciones únicas de ella; los méritos de esta autora<br />
no sólo residen en ser estudiosa de las premisas de la<br />
intelectualidad con una corrección y elegancia literaria<br />
sobresalientes. El mérito mayor se asocia con el<br />
pionerismo en un espacio literario donde parece todo<br />
escrito hasta que se comprueba la sul vanguardia de<br />
los propósitos creadores que se explaya con facilidad<br />
en lo que se adivina un don y que lleva la idendad<br />
propia de lo exclusivo.<br />
————>>
68<br />
Letras <strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong>39/2011/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ octubre/ <strong>enero</strong>/ http://www.alvaeno.com/letras.htm<br />
La afilada navaja<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Este libro de Microrrelatos es un ejercicio de eslo<br />
único y es sólo un asbo de brillantez que debería<br />
haberse espaciado en páginas numerosas para<br />
abundarnos con la sensación de habernos sumergido<br />
en mar de insondables maces y planear los cielos de<br />
olas donde volar sumergidos o nadar planeando estos<br />
universos cortos donde, como dice su autora, “la<br />
ficción es ficción pero cualquier parecido con la<br />
realidad no es pura coincidencia”.<br />
Todas y cada una de estas celdillas de Como abejas<br />
que liban en sus colmenas son el talento de una eficaz<br />
Reina de la Naturaleza creava que nos vivifica en esa<br />
abejera de dulce miel, donde el ingenio es capaz de<br />
regalar sus maravillas libando del purismo propio de<br />
una privilegiada imaginación y una excepcional y<br />
aplicada virtud literaria sin parangón… ni falta que<br />
hace con el Universo literario tan completo que María<br />
José desarrolla impertérrita ante la dificultad o la<br />
imposibilidad, para los ajenos, de su escritura en una<br />
autora irrepeble.<br />
68<br />
Columnistas
69<br />
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
“Percepciones”<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Natividad Senserrich*<br />
Escritora<br />
http://www.alvaeno.com/natividad-senserich.htm<br />
DATOS TOZUDOS, NECIA SOCIEDAD. Reflexiones.<br />
Los datos son tozudos. En el informe elaborado por<br />
el CIS, el Centro de Invesgaciones Sociológicas; en los<br />
datos publicados por la Delegación del Gobierno para<br />
la Violencia de Género y en las conclusiones de la<br />
Federación de Mujeres Progresistas. Sí, los datos son<br />
tozudos pero es infinitamente más tozuda y pernaz<br />
nuestra sociedad que los obvia, siempre de forma<br />
significava y no les otorga ni la credibilidad ni la<br />
importancia que no sólo enen sino que merecen. La<br />
sociedad, la que configuramos todos nosotros,<br />
muestra como la presencia de peligrosos arquepos<br />
pervive y convive contumaz, hoy. Estamos en el siglo<br />
XXI y parece no haber pasado nada de nada. En los<br />
periódicos, las nocias referentes a sentencias<br />
judiciales en las que, por ejemplo, el juez dictamina<br />
que llamar zorra a tu mujer no es más que una<br />
expresión de índole familiar; sentencias en las que hay<br />
que aclarar la diferencia de golpes que existe entre<br />
pegar a la mujer y darle una paliza.<br />
No lo sabemos todo, es cierto, pero si sabemos lo<br />
suficiente; y no me refiero ahora a los que, de algún<br />
modo que escapa a mi comprensión, dicen gobernar,<br />
sino a todos los ciudadanos. Me dicen que estos datos<br />
se corregirán con el empo; me dicen que no son<br />
significavos; escucho un montón de despropósitos. Es<br />
menra, todos los que hablan así mienten. La historia<br />
no corrige los desaguisados ni tampoco lo más<br />
mezquino en el ser humano. Es más, la historia lo<br />
aumenta.<br />
A punto de terminar este año y me connua<br />
pareciendo trágico que todo, en lo referente a este<br />
tema, en los medios se limite a cifras. Cifras que nos<br />
dirán que este año han muerto menos mujeres por<br />
violencia que otros años y con eso se quedaran<br />
muchas y muchos, la mayoría. ¿Indignados? No lo sé<br />
aunque me produce un cierto extrañamiento este<br />
adjevo ahora. Hemos tenido millones de movos<br />
desde hace siglos, al menos las mujeres de todo el<br />
mundo y nunca nadie mostró indignación alguna. De<br />
hecho, estas mis lecturas a las que me refería al<br />
comienzo no han sido objeto de una primera página en<br />
los medios, no. He tenido que buscarlas en sociedad o<br />
69<br />
Columnistas<br />
en alguna otra sección, aguada por un eslo sino poco<br />
serio si poco excusable. Indignados por injuscias de<br />
forma y nunca indignados por injuscias de fondo.<br />
La mujeres empezaron a luchar de una forma<br />
organizada y visible en el siglo XIX y dos siglos después<br />
he de preguntarme ¿qué ha pasado? El 80% de los<br />
jóvenes de 14 a 18 años cree en una relación de pareja<br />
en la cual la chica debe siempre complacer a su chico;<br />
el 60% considera que una mujer sólo se realiza por<br />
amor; todos creen que los chicos son valientes y<br />
agresivos y que las chicas son ernas y comprensivas;<br />
la mayoría piensa que el chico debe proteger a su<br />
chica; que es lícito ver el móvil de tu pareja; que los<br />
celos son normales en una relación; que la<br />
responsabilidad úlma, cuando no única, de los hijos<br />
es de la madre;<br />
Se evidencian actudes y comportamientos no<br />
igualitarios, esto lo he leído también. Estos datos no<br />
son sólo no igualitarios señores, estos datos son la<br />
antesala de todos los terrores codianos de millones<br />
de mujeres. Todos estos datos son la infinita actud<br />
machista de control y la infinitamente necia actud<br />
por parte de las mujeres de sumisión.<br />
Es en extremo preocupante y no ha sido lo más<br />
subrayado, los datos que indican que los chicos se<br />
sienten atacados cuando se les habla de desigualdades<br />
y de violencia de género y que las chicas se levantan<br />
indignadas y defensoras de los varones diciendo que<br />
las culpables son las mujeres que presentan una<br />
actud feminista.<br />
Necias féminas que compran todo aquello que se<br />
les vende y que sin esforzarse en reflexionar y poseer<br />
una actud propia escuchan, creen y consumen toda la<br />
basura mediáca de los voceros de esta sociedad. Les<br />
venden modelos harto peligrosos y exentos de toda<br />
dignidad. Necias féminas, los datos no mienten, han<br />
respondido que todavía creen en el mito del amor<br />
románco sin saber que se abisman a un terrorismo de<br />
puertas adentro, de habitaciones con las cornas<br />
cerradas en las qué las mujeres son maltratadas<br />
psicológica, sica y sulmente; sin que a veces no<br />
logren ser conscientes de la violencia que sufren.<br />
——‐>>
70<br />
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
“Percepciones”<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Arquepos y roles de una injuscia atroz, histórica<br />
y transhistórica que subvierte a una sociedad<br />
potencialmente buena en una sociedad que tolera un<br />
terrorismo domésco contrario al respeto más<br />
fundamental de los Derechos Humanos<br />
Dado todo ello a quien le ha extrañado la nocia de<br />
que sean más de 600.000 las mujeres que sufren<br />
malos tratos en España, y eso que este número es algo<br />
simbólico por qué se manene la tendencia a no<br />
denunciar al terrorista cuando duerme en nuestra<br />
cama o vive con nosotras.<br />
Todos aquellos que intentan jusficarlo, explicarlo<br />
o incluso hallarle una movación no son más que<br />
meros co‐autores de las mismas violencias; son no ya<br />
cómplices del mismo delito sino que en su intento<br />
vano y mezquino de dar razón de la violencia son ya<br />
por ello parcipes, imputados y culpables del mismo<br />
acto de violencia aun más cuando los que lo hacen<br />
pertenecen al mismos círculo ínmo de la vícma.<br />
Hasta que no tengamos esto muy claro habiendo<br />
llegado a ello por la reflexión serena nunca seremos<br />
totalmente capaces de educar en la no violencia. Por<br />
tanto no se trata del por qué de los golpes, de tantas y<br />
tantas violencias psíquicas y sicas que anulan el ser y<br />
la salud. No hay porque, por qué simplemente la<br />
violencia no ene jusficación, ni coartada, ni defensa,<br />
ni excusa ni nunca, y en ningún caso, apología.<br />
*Dra. Navitat Senserrich<br />
Autora de Derechos Humanos y Filosoa de la<br />
Religión, profesora y escritora. Coordinadora de la<br />
COMISSIÓ DE SALUT del CONSELL MUNICIPAL DE<br />
DONES DE TARRAGONA.<br />
70<br />
Casa de Muñecas<br />
Columnistas<br />
http://www.youtube.com/watch?v=6Pfr-kFQUBs
71<br />
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Libros Casa Eolo<br />
71<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Es un proyecto de:<br />
http://libros.casaeolo.com/<br />
<strong>LetrasTRL</strong> en Facebook<br />
https://www.facebook.com/group.php?gid=71169070943&ref=ts<br />
71<br />
Publicidad
72<br />
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
La última calabaza<br />
Marcos González Sedano<br />
Artículos de opinión<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Sancho cabalga de nuevo<br />
72<br />
Columnistas<br />
En un ensayo literario, Cesare Pavese se empeñaba en explicarle a los desheredados lo importante de<br />
las palabras. Comprenderlas, descifrarlas, ligarlas a los hechos y a la ficción. No se por qué leyéndolo<br />
me acordaba de Sancho Panza. Tal vez porque siempre me idenfiqué, más que con el señor, con el<br />
escudero.<br />
¿Qué ocurre cuando el narrador deja la pluma en el ntero? ¿ A qué se dedican los personajes cuando<br />
la docta mano duerme?<br />
No es cierto que Sancho se fuera con el señor Quijano por la promesa de una ínsula. Su precio eran las<br />
historias que el Hidalgo de la Mancha iba contando.<br />
Y las palabras caían de los labios del caballero andante, rodando por la armadura camino de los oídos<br />
del escudero.<br />
Cuando el Manco dormía y Don Alonso soñaba con su Dulcinea, él se acercaba a las posadas y pueblos<br />
a ver cómo se las gastaban los alguaciles y el Santo Oficio. Llenando de camino su faldriquera con unos<br />
trozos de pan y queso.<br />
Cuando Cide Hamenete Benengeli descansaba, Sancho conspiraba con su señor: "No son gigantes,<br />
sino molinos de viento. Eche usted los pies a erra, mi señor".<br />
Cuando Don Alonso Quijano el Bueno se dejó vencer, cuando perdió los sueños y dejó entrar a la<br />
muerte por su puerta, cuando se suicidó el Hidalgo de la Mancha, Sancho no cogió la espada, ni la<br />
lanza. Tomó la palabra y fue de plaza en plaza, de aldea en aldea, buscando escuderos, pícaros<br />
malandrines, mendigos, sastres, zapateros remendones, braceros, escribanos... Y les fue susurrando al<br />
oído: "¡Combadlos, que no son gigantes!"<br />
Y así cabalgó Sancho, el de los mil rostros, hasta el úlmo de sus días. Dejando sobre los bancos de las<br />
calles las palabras: "No les tengáis miedo ni a ellos ni a sus picas ni a sus cárceles. Que no son gigantes,<br />
que ellos sin nosotros no son nada salvo miseria humana vesda con buen paño".
73<br />
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Rap-e-ando<br />
Martín Lucía<br />
Escritor<br />
Era fácil de acertar<br />
Letras, tu revista literaria<br />
73<br />
Columnistas<br />
Me lo han puesto fácil. Y yo que lo intuía…<br />
Nombrado el nuevo gobierno, remodelada su estructura, la derecha ha praccado uno de sus<br />
deportes favoritos: unir en un mismo ministerio educación, cultura y, en este caso, deportes. A su<br />
cargo, Juan Ignacio Wert, sociólogo. Aquí les dejo su perfil, para que vean cuánto sabe este hombre de<br />
educación, de cultura y de deporte:<br />
hp://polica.elpais.com/polica/2011/10/07/biografiaeldebate/1318008044_627484.html<br />
Con este insano vicio de unir la cultura con la educación y con el deporte, Rajoy nos indica que este<br />
hombre sabrá qué hacer para mejorar la educación en España, con su ley correspondiente, y, a la vez,<br />
sabrá si hay que reformar la Ley del Deporte o la ley que desarrolla el Concurso de acreedores en los<br />
clubes de fútbol (¿¿¿por qué nadie la lleva al Constucional???), y, a su vez, sabrá si España necesita o<br />
no la conocida como Ley Sinde, por ejemplo. Y así, sobre un montón de asuntos tan dispares, el bueno<br />
de Wert deberá dar su opinión ante micrófonos.<br />
Ah, sin embargo:<br />
Para hablar de empleo llamen a Fáma Báñez;<br />
Para hablar de Hacienda, a Cristóbal Montoro;<br />
Para hablar de Economía, a Luis de Guindo.<br />
Como pueden comprobar, tres materias muy disntas que no podían comparr cartera. Que no digo<br />
yo que no esté bien en estos empos esmular el empleo. Pero, también lo es poner unas bases<br />
firmes en educación y cultura. Porque esto, Sr. Rajoy, no es gastar, es inverr. Que usted no lo sepa<br />
me da pánico.<br />
Como les decía, me lo han puesto fácil.<br />
Les pongo a connuación un arculo que en noviembre de 2010 escribí para el periódico digital<br />
Belianís. Era fácil acertar…<br />
Tiempos de recortes<br />
En estos empos de caresa, en estos empos de crisis, los avezados polícos que llevan nuestras<br />
riendas, y, que, sin duda, son los que nos merecemos, recurren habitualmente a la palabra recorte. Es<br />
un mantra. Más allá de la idoneidad de las medidas, más allá de si hay que fortalecer la inversión<br />
pública o debilitarla como camino hacia la recuperación económica, quiero reparar en un hecho. ——<br />
——>>>>
74<br />
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
Rap-e-ando<br />
Letras, tu revista literaria<br />
74<br />
Columnistas<br />
En este empo de posible alternancia políca, el denominado líder de la oposición, su pardo,<br />
defiende la necesidad de realizar recortes y de disminuir los presupuestos de diversos ministerios,<br />
secretarías, etc. y, sobre todo, la desaparición de algunos ministerios. Y siempre, que aparece una lista<br />
con posibles candidatos, se señala al Ministerio de Cultura.<br />
Es significavo este desdén de la derecha por la existencia de un ministerio que se dedique en<br />
exclusividad a la gesón del bagaje cultural de este país (que si algo ene y por algo se le conoce es<br />
por esto: ¿o acaso se conoce más al presidente de la CEOE o al de Iberia que a Lorca, Miró o el Reina<br />
Soa).<br />
Desde 1977, con unas denominaciones u otras ha exisdo el Ministerio de Cultura. Y, en estos más de<br />
treinta años, sólo ha habido dos momentos en el que dicho concepto, dicha estructura se ha<br />
debilitado. Fue en el periodo correspondiente a las legislaturas VI y VII, es decir, al periodo del<br />
gobierno Aznar (1996‐2004).<br />
Así, al comenzar la VI Legislatura, el Ministerio de Cultura fue integrado en el de Educación,<br />
denominándose Ministerio de Educación y Cultura. Hecho significavo. Y durante la VII Legislatura, el<br />
Ministerio de Educación y Cultura asumió también las competencias deporvas, denominándose<br />
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Aún más significavo.<br />
Si para Juan Goysolo “la falta de curiosidad o inapetencia por las culturas ajenas es, a mi entender,<br />
un índice de decadencia y pasividad, porque la cultura afectada por este síndrome se convierte en<br />
mero objeto de contemplación”, el traslado de esta inapetencia, cuando no falta de respeto, por la<br />
propia es signo inequívoco muerte. La consideración manifiesta de que la cultura, la educación y el<br />
deporte es lo mismo, es muy preocupante, aunque, la experiencia así nos lo ha dictado, no definivo<br />
(afortunadamente). Pero la desaparición del Ministerio de Cultura será, posiblemente, catastrófico, e,<br />
innegablemente, un signo de ignorancia, de irrespeto ante aquello que nos hace ser lo que somos,<br />
ante la labor de los que nos han antecedido y han conseguido que estemos donde estamos y como<br />
estamos.<br />
Preocupante esta falta de sensibilidad hacia lo cultural por aquellos que se postulan como alternancia<br />
para el poder. Si en los años de lo que los especialistas económicos denominaron “el milagro español”,<br />
si, cuando en 1999 se había crecido a un ritmo del 4.7% y cuando en el 2000 se estaba creciendo a un<br />
4%, optaron por juntar en un único ministerio la cultura, la educación y el deporte, ahora que la<br />
economía no termina de recuperarse, ahora que en el tercer trimestre el PIB se ha quedado al 0%, qué<br />
estarán pensado hacer...”
75<br />
<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
La disidencia<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Vicent Boix*<br />
http://www.elparquedelashamacas.org/<br />
75<br />
Columnistas<br />
¿Ha escuchado alguna vez la expresión “república bananera”? Seguro que sí. Incluso la habrá ulizado en algún<br />
momento para referirse jocosamente a una persona, situación o estado, más propios de un chiste que de la<br />
realidad. Ahora bien, lo que tal vez no sepa es que fue un escritor norteamericano, William Sidney Porter<br />
(O’Henry) quién en 1904 acuñó dicho término en su libro “Cabbages and kings” (“coles y reyes”).<br />
Su biograa es muy curiosa. William laboró en un banco hasta que fue acusado de un desfalco. El día antes de su<br />
detención huyó de la juscia y sus huesos recalaron en la caribeña Honduras. Allí pasó unos años conociendo las<br />
peculiaridades y contradicciones tanto de los navos como de unos emigrantes ‐yanquis sobre todo‐ que en<br />
aquellos lejanos parajes buscaban tejer su parcular “sueño americano”. Una enfermedad de su esposa le<br />
obligaría a regresar premeditadamente a su país donde fue apresado.<br />
La convivencia con criminales de diferente pelaje y su estancia en Honduras, inspiraron una floreciente carrera<br />
literaria que inició con “coles y reyes”; en donde brillante y sarcáscamente recrea la vida en el pequeño estado<br />
centroamericano. O’Henry fallecería en 1910 sin saber que la influencia de las transnacionales fruteras que<br />
inocente, graciosa y ficciamente plasmó en su libro, con el paso de los años se converría en una cruel y triste<br />
realidad para los países de la región.<br />
Mientras él estaba encarcelado, en Honduras desembarcó un compatriota suyo, Sam Zemurray, quién se<br />
converría en magnate bananero por antonomasia y líder intelectual del “republicanismo bananero”. Llegó a<br />
controlar cientos de miles de hectáreas de bananos, medios de transporte, de comunicación, y sus tentáculos se<br />
expandieron por diferentes sectores producvos de varias naciones. Se acercó sigilosamente a polícos,<br />
dictadores y militaroides locales, a los que, dependiendo de las circunstancias engatusó, presionó, traicionó o<br />
tuvo en nómina. Dos veces de alió con mercenarios para orquestar sendos golpes de estado y su avaricia por<br />
controlar la erra originó que tres países tuvieran disputas territoriales. Su trayectoria y visión del mundo se<br />
podría resumir en una frase que solía reper: “En Honduras un diputado en más barato que una mula”.<br />
A bote pronto, puede parecer que estos personajes forman parte del pasado exóco de naciones lejanas. Pero<br />
con el reciente póker de crisis (financiera, económica, ecológica y alimentaria) la historia parece volver a<br />
reperse, al menos en sus capítulos más estrambócos y deleznables.<br />
Se sabe que los precios de la comida han aumentado, como sin duda crecerá la demanda de alimentos y<br />
agrocombusbles en un mundo que ya soporta a 7000 millones de habitantes. Los fenómenos extremos<br />
asociados al cambio climáco (inundaciones, sequías, etc.) están alterando los patrones producvos agrícolas lo<br />
cual genera más incerdumbre. Y en lugar de buscar luz en este global desaguisado alimentario, algunos lo que<br />
han visto es un gran negocio. Ya se ha escrito sobre el reciente fenómeno del acaparamiento de erras, por el<br />
cual inversores y estados han comprado o arrendado grandes superficies de terrenos especialmente en África,<br />
con el objevo de poder controlar la producción futura de alimentos y sobre todo de agrocombusbles. Este<br />
acaparamiento ha originado que decenas de miles de personas hayan sido ya expulsadas de sus erras y<br />
despojadas de sus medios tradicionales de subsistencia.<br />
Entre toda esta fauna financiera, hay un personaje más propio de las novelas de O’Henry, pero que además de<br />
ser real, aspira sin complejos a suceder a Zemurray. Se trata de Philippe Heilberg, presidente de Jarch Capital, un<br />
fondo de inversión neoyorquino que está interesado en arrendar 800.000 hectáreas en Sudán del Sur (el estado<br />
más joven del mundo desde que se independizó en julio de 2011). —————‐>>>
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<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
La disidencia<br />
Letras, tu revista literaria<br />
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Columnistas<br />
En su propia web, Jarch Capital reconoce que apuesta por las oportunidades de inversión en países débiles de<br />
África que pueden sufrir modificaciones en sus fronteras. Dicho de otra manera, Jarch se acerca cuidadosamente<br />
a las zonas en tensión, permanece a la expectava y cuando finaliza el conflicto intenta penetrar para<br />
aprovecharse del nuevo y flagelado escenario políco. Así hizo en Sudán del Sur. Primero estableció contacto<br />
con Paulino Map, militar señalado de numerosas atrocidades durante la sempiterna guerra civil. Luego esperó<br />
los acontecimientos y ahora tocar recoger los frutos. El militar ya ocupa un cargo relevante en el nuevo estado y<br />
trabaja de intermediario y “asesor” para Jarch Capital.<br />
Heilberg ha reconocido en los medios que olisqueó el dinero tras el desmembramiento de la Unión Soviéca, y<br />
se dijo a sí mismo que la próxima vez estaría dentro. Ya se alió con personajes de dudosas credenciales en<br />
Eopía, Nigeria y Somalia. Pero no se avergüenza. Se ve así mismo como un visionario y sin tubear afirmó en<br />
una revista que “Esto es África (…) Todo es una gran mafia. Yo soy como un jefe de la mafia.”.<br />
*Invesgador asociado de la Cátedra “Tierra Ciudadana ‐ Fondaon Charles Léopold Mayer”, de la Universitat<br />
Politècnica de València. Autor del libro El parque de las hamacas: hp://www.elparquedelashamacas.org/<br />
Arculo de la serie “Crisis Agroalimentaria”, ver más hp://www.elparquedelashamacas.org/html/biografia.html
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<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
La disidencia<br />
Carlos Penelas<br />
Letras, tu revista literaria<br />
http://www.carlospenelas.com/<br />
Literatura, celulares y modernidad (Buenos Aires, noviembre de 2011)<br />
77<br />
Columnistas<br />
No es fácil comprender nuestros días. Todo se mezcla; todo. Tal vez siempre fue así, tal vez el ser humano jamás<br />
terminó de aprender, de senr, de intuir. Por eso necesita de líderes, de reyes, de dioses, de banderas. Tiene<br />
miedo de estar solo, de senr lar su corazón, de intentar ser libre. De no depender de nadie. Libre como los<br />
vientos y los pájaros. Libre como un poema, como una estrella<br />
fugaz entre las olas. Debo confesar –aunque usted lector por un<br />
movo o por otro se siente molesto, culpable o injuriado– que la<br />
estupidez avanza a paso redoblado. Y se mezclan afectos, citas,<br />
cumpleaños, ideologías, frustraciones, hoteles, rostros, pasiones,<br />
obsecuencias. Todo, todo junto. Y nos hacemos revolucionarios de<br />
un día para otro o nos hacemos hombres serios y prudentes. O<br />
populistas y sectarios. O todo junto.<br />
Siempre recomiendo la lectura de London o de Stevenson. O el<br />
teatro de uno de los clásicos del siglo XX, descubriendo una<br />
concatenación de efectos que en verdad son causas y de causas que en realidad son efectos, cuya obra es un<br />
socavamiento del discurso del Poder: Tennessee Williams. Cualquiera de ellos pone el insnto en una escritura<br />
que se encuentra suspendida en la línea, donde hallamos una suerte de éca nihilista, desplegando una mirada<br />
abarcadora, manifestándonos desde lo literario (como el Dr. Kinsey lo hizo desde la sexualidad) la<br />
problemazación de lo normal y de lo anormal, textos que tranquilizan e inquietan simultáneamente al lector.<br />
Nos enseñan las percepciones conscientes o inconscientes de los protagonistas, escritores conmovedores y<br />
trágicos de la literatura mundial.<br />
Pensar, leer, escribir. Ahora todo es electrónico, todo el elemento humano está en un archivo, en una tabla, en la<br />
posibilidad de insertar algo por la ventana. Todo termina succionado por supr o ctrl. Viene el llanto virtual, el<br />
abuelo virtual y la amada virtual. Hábitos e ilusiones sobre el celular. El cerebro no da abasto de la nada.<br />
Desbordó de vulgaridades, de mensajes acumulados, de hojarasca. Y siguen los iconos en los cerebros juveniles.<br />
Huecos, vacíos. Flash, el planeta flash. Y connúan los zombies, los abombados, con sus celulares en las manos. Se<br />
viene la epidemia, peor que la peste negra o la fiebre amarilla. Además ésta da euforia, exprime el pomelo y el<br />
melón. No, los pomelos se regalan para un aniversario de casados, para un cumpleaños de quince o cuando es<br />
desacvado el respirador de la abuela. Una sociedad de simios, clic.<br />
El diagnósco de los cienficos sobre lo que se avecina es sombrío, más que una película de Bellochio. Por un lado<br />
tenemos las armas nucleares, por otro el brutal deterioro del equilibrio ambiental. Sin caer en el fatalismo nos<br />
preguntamos qué pasará en los próximos diez años. Se pide colaboración a los países más avanzados para que<br />
respondan. Es curioso, ellos desataron este caos, fueron los que generaron estas delicias. Las naciones centrales<br />
son las responsables de esta mirada apocalípca. No los anarquistas, caro lector. Ellos no forman para del Consejo<br />
de Seguridad de la ONU, ni del descrédito de las Naciones Unidas ni del estremecedor pronunciamiento de los<br />
hombres de ciencia reunidos hace muy poco empo en París. Ni los anarquistas ni los pobres diablos que<br />
duermen en las calles del mundo, en las alcantarillas del mundo.<br />
No ene mucho sendo seguir con esta cannela. Evoco palabras de Albert Camus que pertenecen al discurso<br />
pronunciado cuando se le entregó el Premio Nobel de Literatura, en Estocolmo, en 1958.<br />
“ …al lado de todos esos seres humanos silenciosos, que no soportan en el mundo la vida que les toca vivir, más<br />
que por el recuerdo de breves y libres momentos de felicidad y esperanza a volverlos a vivir”.
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<strong>LetrasTRL</strong>/ <strong>nº</strong> <strong>42</strong>/<strong>2012</strong>/ <strong>enero</strong>/<br />
La disidencia<br />
Esther Vivas<br />
Letras, tu revista literaria<br />
hp://esthervivas.wordpress.com<br />
Más capitalismo verde<br />
Un balance de la Cumbre del clima en Durban<br />
Josep Maria Antentas y Esther Vivas<br />
Se salva a los mercados y no al clima. Así podríamos<br />
resumir lo que constata la recién terminada 17ª<br />
Conferencia de las Partes (COP 17) de Naciones Unidas<br />
sobre Cambio Climáco en Durban, Sudáfrica,<br />
celebrada del 28 de noviembre al 10 de diciembre. La<br />
rápida respuesta que gobiernos e instuciones<br />
internacionales dieron al estallido de la crisis<br />
económica en 2008 rescatando bancos privados con<br />
dinero público contrasta con el inmovilismo frente al<br />
cambio climáco. Aunque esto no nos debería de<br />
sorprender. Tanto en un caso como en otro ganan los<br />
mismos: los mercados y sus gobiernos cómplices.<br />
En la cumbre del clima de Durban dos han sido los<br />
temas centrales: el futuro del Protocolo de Kioto, que<br />
concluye en <strong>2012</strong>, y la capacidad para establecer<br />
mecanismos en la reducción de emisiones; y la puesta<br />
en marcha del Fondo Verde para el Clima, aprobado<br />
en la anterior cumbre de Cancún, con el objevo<br />
teórico de apoyar a los países pobres en la migación y<br />
la adaptación al cambio climáco.<br />
Tras Durban podemos afirmar que un segundo periodo<br />
del Protocolo de Kioto ha quedado vacío de contenido:<br />
se pospone una acción real hasta el 2020 y se rechaza<br />
cualquier po de instrumento que obligue a la<br />
reducción de emisiones. Así lo han querido los<br />
representantes de los países más contaminantes con<br />
Estados Unidos a la cabeza quienes abogaban por un<br />
acuerdo de reducciones voluntarias y rechazan<br />
cualquier po de mecanismo vinculante. Pero si el<br />
Protocolo de Kioto ya era insuficiente, y de aplicarse<br />
evitaba sólo 0,1º cengrados de calentamiento global,<br />
ahora vamos de mal en peor.<br />
Entorno al Fondo Verde para el Clima, si en un primer<br />
momento los países ricos se compromeeron a<br />
aportar 30 mil millones de dólares en <strong>2012</strong> y 100 mil<br />
millones anuales para 2020, cifras que de todos modos<br />
se consideran insuficientes, la procedencia de estos<br />
78<br />
Columnistas<br />
fondos públicos ha quedado por determinar mientras<br />
se abren las puertas a la inversión privada y a la<br />
gesón del Banco Mundial. Como han señalado<br />
organizaciones sociales se trata de una estrategia para<br />
“converr el Fondo Verde para el Clima en un Fondo<br />
Empresarial Codicioso”. Una vez más se pretende<br />
hacer negocio con el clima y la contaminación<br />
medioambiental.<br />
Otro ejemplo de esta mercanlización del clima ha<br />
sido el aval de la ONU a la captura y almacenamiento<br />
de CO2 como Mecanismo de Desarrollo Limpio, que no<br />
pretende reducir las emisiones y que agudizaría la<br />
crisis ambiental, especialmente en los países del Sur<br />
candidatos a futuros cementerios de CO2.<br />
Así, los resultados de la cumbre apuntan a más<br />
capitalismo verde. Como indicaba el acvista e<br />
intelectual surafricano Patrick Bond: “La tendencia a<br />
mercanlizar la naturaleza se ha converdo en el<br />
punto de vista filosófico dominante en la gobernanza<br />
mundial medioambiental”. En Durban se repite el<br />
guión de cumbres anteriores como la de Cancún 2010,<br />
Copenhague 2009... donde los intereses de las grandes<br />
mulnacionales, de las instuciones internacionales y<br />
de las élites financieras, tanto del Norte como del Sur,<br />
se anteponen a las necesidades colecvas de la gente<br />
y al futuro del planeta.<br />
En Durban estaba en juego nuestro futuro pero<br />
también nuestro presente. Los estragos del cambio<br />
climáco están teniendo ya sus efectos: liberación de<br />
millones de toneladas de metano del Árco, un gas 20<br />
veces más potente que el CO2 desde el punto de vista<br />
del calentamiento atmosférico; derremiento de los<br />
glaciares y de los mantos de hielo que aumenta el nivel<br />
del mar. Unos efectos que incrementan el número de<br />
migraciones forzadas. Si en 1995 había alrededor de<br />
25 millones de migrantes climácos, hoy esta cifra se<br />
ha doblado, 50 millones, y en el 2050 ésta podría<br />
ascender a entre 200 y mil millones de desplazados.<br />
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La disidencia<br />
Letras, tu revista literaria<br />
Todo apunta a que nos dirigimos hacia un<br />
calentamiento global descontrolado superior a los 2º,<br />
y que podría rondar los 4º, para finales de siglo, lo que<br />
desencadenaría muy probablemente, según los<br />
cienficos, impactos inmanejables, como la subida de<br />
varios metros del nivel del mar. No podemos esperar<br />
hasta el año 2020 para empezar a tomar medidas<br />
reales.<br />
Pero frente a la falta de voluntad políca para acabar<br />
con el cambio climáco, las resistencias no callan. Y<br />
emulando a Occupy Wall Street y a la ola de<br />
indignación que recorre Europa y el mundo, varios<br />
acvistas y movimientos sociales se han encontrado<br />
diariamente en un foro a pocos metros del centro de<br />
convenciones oficiales bajo el lema ‘Occupy COP17’.<br />
Este punto de encuentro ha reunido desde mujeres<br />
campesinas que luchan por sus derechos hasta<br />
representantes oficiales de pequeños estados isleños<br />
como Las Seychelles, Granada o Nauru amenazados<br />
por una subida inminente del nivel del mar, pasando<br />
por acvistas contra la deuda externa que reclaman el<br />
reconocimiento y la restución de una deuda<br />
ecológica del Norte respecto al Sur.<br />
El movimiento por la juscia climáca señala como,<br />
frente a la mercanlización de la naturaleza y los<br />
bienes comunes, es necesario anteponer nuestras<br />
vidas y el planeta. El capitalismo se ha demostrado<br />
incapaz de dar respuesta al callejón sin salida al que su<br />
lógica producvista, cortoplacista y depredadora nos<br />
ha conducido. Si no queremos que el clima cambie hay<br />
que cambiar radicalmente este sistema. Pero los<br />
resultados de Durban apuntan en otra dirección. El<br />
reconocido acvista ecologista nigeriano Nnimmo<br />
Bassey lo dejaba bien claro con estas palabras: “Esta<br />
cumbre ha amplificado el apartheid climáco, donde el<br />
1% más rico del mundo ha decidido que es aceptable<br />
sacrificar al 99% restante”.<br />
* Josep Maria Antentas es profesor de sociología de la<br />
Universitat Autònoma de Barcelona y Esther Vivas es<br />
miembro del Centre d’Estudis sobre Moviments<br />
Socials de la Universitat Pompeu Fabra.<br />
** Arculo en Público, 13/12/2011.<br />
+info: hp://esthervivas.wordpress.com<br />
79<br />
Columnistas
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