bastides - Maison de la France

Rutas
temáticas en
coche
Los pueblos
más bellos
de Francia
4 días y 4 noches (en 2 hoteles)
Redescubra el placer de pasear mientras
recorre las calles de los pueblos
más pintorescos del Périgord. Se alojará
en dos hoteles de 3* con piscina.
Desde el hotel restaurante Le Domaine
de la Roseraie, de la red Relais du
Silence, podrá realizar excursiones por
el valle del Dronne (Brantôme,
Bourdeilles…) y visitar Saint-Jean-de-
Côle, el único pueblo del norte de la
Dordoña declarado plus beau village de
France. La Hôtellerie de la Roseraie,
situada en Montignac y perteneciente
a la red Châteaux et Hôtels de France,
le acogerá los dos últimos días para
que pueda visitar los yacimientos
prehistóricos y otros pueblos declarados
plus beaux villages de France, como
Beynac, La Roque-Gageac y
Monpazier.
Fechas: abril-octubre
Precio por persona: a partir de 432 €
en habitación doble
Incluye: alojamiento en régimen de
media pensión con dos cenas gastronómicas,
entradas para la cueva de
Lascaux II y el Château de Bourdeilles,
selección de folletos y un mapa turístico
de carreteras.
No incluye: comidas a mediodía, bebidas,
entradas no incluidas en el programa,
seguros y gastos personales.
Nota: se puede cambiar
el orden de las etapas y
tarifas especiales para
niños (-12 años).
Pueblos inolvidables y
ciudades históricas
– 8 –
La Roque-Gageac
Pueblos pintorescos
Si le gustan las piedras antiguas, recorra
las calles silenciosas de las ciudades
medievales y los pueblos típicos del
Périgord. Montferrand-du-Périgord, Issigeac
y Saint-Geniès, famosos por su belleza y
autenticidad, son quizá los más representativos.
Algunos han merecido la calificación de plus
beaux villages de France (pueblos más bellos de
Francia), como Saint-Jean-de-Côle; Saint-
Léon-sur-Vézère; Limeuil, en la confluencia
de los ríos Vézère y Dordogne; Beynac; La
Roque-Gageac, construido al pie de un farallón
en la orilla derecha del Dordogne; Belvès,
la ciudad de los siete campanarios, y
Monpazier, una bastide de origen inglés.
Bastides
Las bastides o “ciudades nuevas” se construyeron
en la Edad Media para animar
a la población a crear entornos
urbanos en zonas rurales. Se alzan sobre
ambas orillas del río Dordogne y desempeñaron
un importante papel estratégico durante
la Guerra de los Cien Años.
Una de las más representativas es
Monpazier, la mejor conservada de todo el
Périgord. Eduardo I de Inglaterra la fundó en
1284 y conserva intacto su carácter medieval,
con un patio central rodeado de arquerías,
calles perpendiculares y murallas.
Más antigua y de origen francés, la bastide
de Villefranche-du-Périgord fue un importante
enclave de la ruta hacia Lot-et-Garonne. Su
mercado cubierto sigue albergando en otoño
un importante mercado de setas.
Beaumont-du-Périgord, obra de los ingleses,
presenta forma de ‘H’ en recuerdo de Enrique
III (padre de Eduardo I).
Todos estos pueblos fortificados resultan fascinantes,
tanto los de origen inglés (Fonroque
y Lalinde), como los de origen francés
(Domme, Molière y Eymet).
Bastide de Monpazier