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EL TIEMPO ¡RiiiiiMÁMfiîi' EN EL La industria del calzado española figuró ta semana en ^jrimer plano de la actualidad informativa. Ningún cándalo se ha producido en su seno, ni han variado las co idiciones internas que conáguierou situarla a la cabeza de la actividad exportadora nacional. MADRID, áSelant^dose a l®s acontecimientos, iñfonna- Eia extensamente acerca de lá problemática del raiiio en tin documentado trabajo de Joáin Lloréns ("Problemática de la industria española del calzado". MADRID, página 12, 10 de julio de 1970). No puede hablarse de crisis en este caso. Las dificultades qu se temen son de carácter extrínseto, y se deben a la actitud de un cliente cuyos pedi'^üs se espera que alcancen e^te tño alrededor de cien millones d"* dólares. Este com- ^ -r se llama Estados Unidos de América. El senador Wilbur Mills presentó a la Cámara de que forma parte nn p r o y ecto de ley para contingentar la entrada en su país de productos textiles y calzado. Entonces comenzaron a encenderse las luces rojas de peligro en las industrias ¿el sector. Entonces se escuchó por primera vez la palabra "crisis" referida al calzado español. Ahora, tras la aprobación del proyecto, suena de nuev la voz de alarma. Hay que recordar el inmenso esfuerzo silencioso y honrado de nuestros fabricante dé zapatos. Tras la libei^lización de nuestra economía, al final de los años 54, comenzaron algunos industriales a tomar conciencia del papel exportador que podían representar. Kecuerdo Ic» esfuerzos de los creadores de la F.LC.LA. (Feí-. Internacional del Calzado e Industrias Afines), en la ciudad de EIda. Con ut. entusiasmo enorme, I u c h ando con apr.*'is e incredulidades, lograron montar el certamen en un Grupo E s colar. Todos los años tenían que derribar los tabiques y volverlos a construir apresuradamente para que pudiese comenzar el curso docente Oa Feria sé celebraba en septiembre). Alentados por el éxito de la Feria, y po' los resultados tangibles de sus primeras ediciones, los hombres de empresa del sécttr fueron remontando lí primeras etapas de su actividad enteramente f'vada, sin petición de ayudas extvaordinarias, contando con su competencia y su trabajo. De no exportar nada se pasó a volúmenes de exportación, que han convertido a lá industria en una de las más florecientes del país, proporcÍDnzndo prosperidad a las poblaciones p r oductoras de- la Peni.-, la y Baleares. Este es el hecho. Los pequeños talleres d.. entonces se c o nvirticron en grandes fábricas, y, a su vez, han surgido nuevos talleres auxiliares y trabajo a destaio para miles de personas especializadas en alguna de las fases de la fabricación. ¿Qué pasa ahora? ¿Se hundirá la industria si Nixon no veta el proyecto Mills? Los especialistas c o n s ideran que no. En los medios relacionados con e! sector reina un prudínte optimismo. Los dinámicos fabricantes del ramo confían en la apertura de nuev^ mercados y en el volumen de te ya creados, al margen del de Estados Unidos. Roque Calpens, auténtico creador de la F. L C. L A. y presidente »ûal de la misma, h o m bre optimista con causa, espera todaví que Nixon vetará el ^Jroyecto. Cree q - e, de toda«^ forma-, la industria nó recibiría un golpo mortal. ¿Cuál es el alcance auténtico d. este problema? En realidad se trata de u i. a simple guerra comercial. A los comerciantes U. S. A. no les preocupa que su país importe calzado o textiles. En realidad se trata de productos qv esportan países con mano de obra barata. A ellos les preocupan más las m á q u i - ñas electrónicas o los aviones, pongamos por caso. No tienen envidia de nuestra lucha en las fronteras del subdesarrollo ni de la superpoblación japonesa. Pero no podemos olvidar que el proyecto Mills pretende limitar nuestra exportación a los niveles de los años 67-68, años en que Italia nos llevaba mucha ventaja c o in o país competidor. En este ten-eno las c o n s i deraciones se extenderían al Mercado Común, a eso de "los países medi'f>rráneos' de que tanto se habí?, ahora, y a otras "minucias" p o r el estilo, incluso a cierta campaña da difamación de nuestros productos que ha encontrado algún eco entre nosotros. ¿Qué pasará por fin? Yo nr¡ creo demasiado en el veto de Nixon, pero sí en la vitalidad del sector, en lo dignos que son de confianza los creadores de esa nueva fuente de divisas y, n último extremo, en un apretarse el c i n turón para salir de nuevo a flote en poco tiempo. El hecho de que no se trate de señores que lloran por sistema, ni de los que piden apoyos inverosímiles, da graa confianza. José Vidal Iborra Situación estacionaria DuTíinté el día de ayer no se registraron precipitaciones en toda E&paña, lo que quiere decir que imperó el tiempo seco, aunque las temperaturas fueron agradables en grandes sectores del pais, puesto que, aunque hizo calor, en casi todos los lugares, se estuvo algunos grados por debajo de lo que es normal en esta época tan calurosa del año. En Badajoz se observaron 38 grados a la sombra. Fue la máxima del país. Mientras que en Teruel, con 6 grados, se situó le mínima. Mientras tanto, en Madrid, los dos polos fueron 33 y 14 grados ( máixima y milidma, Se nantiene casi estacionarla la situación en los mapas del tiempo, con tendencia a un progresivo y lento aumento de la temperatura. DATOS OFICIALES Iníormación del tiempo facilitada por el Centro de Análisis y Prediooión del Servicio Meteorológico Nacional. Datos en Madrid, Ciudad Uní. versitaria, a las diez de la mañana: Presión aitmosférica, 708 milímetros; teoniperatura, 27 grados; humedad relativa del aire, 45 por 100; viento en calma, cielo despejado. PK.ONOSTICO Pronóstico del tiempo para Madrid: Buen tiempo, con cielo poco naibóso o despejado y bemiperaturas muy agradables por la noche, siendo necesario, incluso, el empleo de ropas de abrigo, como jerseys y ohaJés para combatir el frescor de las horas nocturnas, sobre todo, en la Sierra. Durante el día, el calor será, moderadamente alto, siendo posible que nos situemos, como ayer, anteayer y el otro, en los 33 grados de má.- xima.. El tiempo para, el resto del país: EstaMe eíi toda España, con nubosidad y escasas temperaturas,, similares a las de ayer. Balance económico del primer semestre # Dé un editorial del semanario EL EUROPEO: El _ semestre ha ofrecido dos notas favorables: Por orden de importancia, nosotros colocamos como, primera el mantenimiento de la estabilidad. Costes y precios se han dirigido hacia el alza con parsimonia, pero es muy posible que tal situación no se mantenga en el segundo señiestre. LfOs precios de los productos siderúrgicos han registrado im crecimiento de bastante notar que ha tenido ya repercusión en a 1 g u n os transformados, entre ellos, en los vehículos industria^ les. I3e otro lado, las últimas fechas han conocido una elevación de las tarifas ferroviarias y telefónicas. No creemos que pueda tacrársenos de agoreros si emitimos la opinión de que, en la segunda mitad del año, el encarecimiento va a ser mayor del que se advirtiera en la primera, dando para la totalidad del ejercicio un alza que, para los precios al por mayor, puede ser superior al previsto 3 por 100. Mas así como es previsible que se acelere la tendencia ascensional de los precios, también lo es que la balanza de pagos mantenga e incluso acreciente su isuperárVit por lo que, globalmente, el sector exterior sea expansivo y no contractivo, tanto desde el punto de vista monetario como el de la producción.. La demanda interna se ha mantenido en el período enero-junio a elevado nivel, tanto ,en la vertiente inversora como en la consuntiva. De todos modos, cabe esperar que, en su conjunto, el sector secundario registre para todo el año un índice aceptable de expansión, aunque inferior al de 1969, que, cómo se recordará, fue muy bueno. En cuanto al sector agrario, el avance mayor se originará, como ya ocurriera en la anualidad pasada, en el subsector , ganadero. En el agrícola, la primavera ha sido francamente desfavorable, por lo que se recogerán cosechas cortas, tanto en uva para vinificación como en aceituna de almazara y cereales. La producción de remolacha azucarera será alta, y sólo aceptable la de patata. Prensa y cultura catalana • Comentando la desaparición —¿definitiva?—del seir.anarlo en lengua catalana "Tele-Estel", Damlá Ferrá Pong escribe en ULTIMA HORA (Palma de Mallorca): "No serla justo esperar de nuestra cultura—^poco acostumbrada á grandes empresas y recluida en unas limitaciones aue le imponen,- en deíinltiv,i., una labor a nivel de trabajo ártésanal—, un temperamento dinámico, extrovertido agresivo casi, como corresponde en este mundo competitivo y de lucha diaria por la existencia. Dejando de lado las esperanzadorüs r e a 1 i z aciones de añtoguerra. Cuando al naénos en el Pritlc,- pat, la lengua catalana, ob.uvo el récono '.imiento Oficial y entró én las, escuelas y édifí-ôs guibémaménitales, a • la . pai que el "idioma español"; podemos decir qué, hoy por hoy, venimos actuando entre unas llmitaJioneS evidentes y que han conducido a toda empí'esa edito-tal ' catalana hacia úna« tiradas, ha cía una difusión irrisoria, des proporcionada con la Lase de la población de habla catalana. Pero "Tele-Estel", en .u faê inicial, ha demostrado cómo es perfectamente factible una publicación semanal en nuestro idioma, sin arrastrar una existencia vergonzante, sino Inclliso disponiendo de unas tiradas normales e incluso por encima de las revistas similares en castellano. Ahora bien, la crisis de "Tele-Espél"—definitiva nos tememos—^ha mostrado también la incapacidad, la desori-intación en unos dirigentes que hasta el momento habían venido atribuyendo cómodamenTe sus fracasos a la desidia dé nuestro público, a las consabidas "dificultades estructurales", derivadas del manifiesto marglnalisino donde ha tenido Que moverse, y donde sigue üií^viéndose, nuestra cultura. Debemos, pues, considerar si más allá aeí problema de las limitaciones no existirá también ?! problema dé la incapacidad dé uñas m-norias rectoras." 18 DE JULIO DE 1970 MADRID
Nuevo rumbo de la Historial Tendido de SOL Durante el siglo XIX, el especialismo—es decir, el culto a la especialización a ultranza— fue el dogma que presidió todos los campos de la vida social: el económico, el Intelectual, el militar, etcétera. Todo el mundo debía especializarse en algo, en su propio interés y en el de la sociedad. Los entusiastas del especialismo se apoyaban en dos argumentos de gran peso. Primero: que el ejercicio intensivo de cualquier actividad aumenta y perfecciona el rendimiento. Y, segundo: que "la división del trabajo es causa de la riqueza de las naciones". Planteada así, la tesis del especialismo es irrebatible. Prueba de ello es que sus adversarios no acertaron a criticarla en forma racional. Sólo expresaron un descontento sen ti mental, mezclado con añoranzas retrospectivas. Decían, por ejemplo, que la vida industrial conduciría a la barbarie porque el especialismo empobrece y la rutina embrutece. Frente a esa ameriaza, su ideal era una especie bastante confusa de "humanismo". Por cierto: es muy revelador que aquellos críticos no situasen su ideal en el mañana, sino en el ayer. Idealizando las épocas "clásicas", se confesaban indapaces de concebir un futuro mejor. En el fondo, eran derrotistas. Y sus lamentaciones fueron inoperantes, puesto que no había manera de volver atrás. Las nuevas máquinas La verdad es que el especialismo no sería derrotado por la ideología, sino por los hechos. La marcha misrría de la sociedad industrial lo ha dejado en ridículo. Todos sabemos que los cerebros electrónicos son el exponente más vistoso del progreso técnico. Y bien: resulta que esas máquinas pueden aplicarse a resolver los problemas más dispares. Pueden dirigir guerras, hacer predicciones meteorológicas, diagnosticar enfermedades, o bien, probar que Jas obras atribuidas a cierto autor antiguo son en realidad de distintas procedencias, todo ello con la misma soltura. Esas máquinas res ulfan así mucho más perfectas que el tipo de hombre soñado por los entusiastas del especialismo. El "talento" de los cerebros electrónicos es comparable al de los genios más polifacéticos. Desde luego, parece escandaloso que unas máquinas sean "superiores" al hombre. Pero la moraleja que debemos sacar no es pesimista, sino irónica. Esas máquinas no son superiores al hombre en general, sino sólo a los entusiastas del especialismo. Otros cambios La aparición de los cerebros electrónicos atestigua un cambio histórico muy general, que es fácil de observar en c ualquier campo. Hoy en día, los progresos más espectaculares de la i n vestigación no son ya obra de superespecialisías, sino de equipos muy heterogéneos de gente con una formación muy amplia. Claro es que sigue habiendo especialidades. Lo que ocurre es que no se ¡rata de las especialidades antiguas, sino de otras nuevas que han surgido de la convergencia y superación de las ahtiguas. En ese sentido, los grandes investigadores de hoy son más bien "generalistas" que especialistas. Por otro lado, las innovaciones técnicas en la industria son ya tan rápidas y tan radicales, que queda anticuada la estampa del trabajador especializado toda la vida en una sola cosa. Un \tabajador de ese tipo sería inservible, porque no estaría a la al El progreso industrial: muerte del especialismo tura de las circunstancias. La principal aptitud del trabajador futuro será, sin duda, su: capacidad de readaptación a situaciones siempre nuevas. Finalmente, un cambio parecido se está produciendo en la esfeM militar. Increíblemente, las guerrillas pueden tener en jaque—e incluso derrotar por desgaste—a los Ejércitos "regulares" y "convencionales". Pues bien: el guerrillero aventaja al soldado por su fecundidad en recursos de todo tipo, que le permite una gran autonomía. El guerrillero se adapta tan bien a todas las circunstancias porque sabe desempeñar una gran variedad de papeles. No es—ômo el soldado de antaño—una simple pieza de ajedrez. Nuevas perspectivas Tanto los entusiastas del especialismo como los críticos nostálgicos creían a pies juntillas que la sociedad industrial desembocaría en la superespecializaa'ón de todo el m u ndo. Ahora vemos que se equivocaron lastimosarnente al no comprender que la vida industrial es una transformación continua, y no una situación definitiva. El dinamismo de la Historia no respeta barreras. Los marcos de la especialización le vienen estrechos. Verdad es que el especialismo triunfó abrumadoramente en una cierta época. Pero, por suerte, su imperio pertenece ya al pasado. La Historia no podía pararse en aquel punto. Y, efectivamente: el rumbo que sigue ahora es muy distinto del que siguió hace cien años. Cambios educativos Sólo en los países menos adelantados el especialismo puede parecer todavía una idea "luminosa" y "revolucionaria". Pero esa apariencia es falsa y no puede durar demasiado. Tarde o temprano, el especialismo será ya un lastre inútil, y el progreso industrial lo echará por la borda sin ningiín miramiento. Como es natural, todos los cambios sociales repercuten en el sistema educativo, planteando problemas muy agudos. Y tos. problemas se agravan a causa de la tendencia a orientar la educación hacia el pasado, convirtiéndola en una celosa transmisión de lo que estuvo en boga en otros tiempos. Ese enfoque tradicionalista puede producir las m ay o res aberraciones, puesto que la verdad es que la educación debe esta) siempre y ante'todo abierta al futuro. Una verdadera r e v o lución educativa debe tener en cuenta lo que la sociedad será el día de mañana—y no le que fue ayer—. No es menester que los educadores se adelanten a los acontecimientos, pero sí que sigan su marcha, en lugar de oponerles resistencia. No se trata de romper con el pasado^cosa, por lo demás, imposible—, sino de e ni a zarlo ágilmente c o n e> futuro. Y el futuro—podemos c o mprobarlo a cada paso—no estará ya bajo el imperio del especmlismo. La educación, por tanto, debe ser cada vez más abierta, más amplia, más general. Incluso el viejo "humanismo integral" resulta ya demasiado estrecho. Habrá que superarlo. Dificultades El cambio será inc ó modo —ya ha empezado a serlo—de hecho. No es fácil refundir las disciplinas "clásicas" y reorganizar todo el sistema educativo. Sin embargo, hay que hacerlo. Por otra parte, el cambio no debe=,£ntristecer a nadie. El par norama que se abre ante nosotros es mucho más risueño que el que dejamos atrás. Atrás quedan las viejas e s p ecialidades, con sus pretensiones de autosuficiencia. Las e sp e cialidades, nuevas que vayan surgiendo no podrán ya caer en ese vicio. El culto a la especialización a ultranza habrá pasado como una pesadilla. Como p asaron también—y afortunadamente— todas las demás miserias de los 'años "duros" de la era industrial. Liuis V. Aracil Meditaciones veraniegas No acabamos de entrar en la calma chicha del verano político. Existen todavía expectativas de posibles sucesos o acontecimientos. La tradicional languidez con que discurren los días veraniegos no ha comenzado todavía. Hace dos días, sin ir más lejos, anotaba un colega cierto nerviosismo en el mundillo político madrileño y una serie dé rumores o suposiciones que prometía desvelar én su momento oportuno es decir, cuando a certeza de los mismos fuese manifiesta. Es el caso que mientras en el mundillo político los nervios están en funcionamiento, en el ancho mundo de la geografía nacional se espera que pase el verano para ver cómo saltan, al plano de la actualidad, los tres temas que han de condicionar de forma directa el futuro de los habitantes de eê país: ley Sindical, Asociacioiíismo y nuevo Régimen Local. ENTRO del proceso constituyente que se viene desarrollando entre nosotros queda pendiente precisamente aquello que más afecta al ciudadano español; su participación, DI su actuación como tal, el grado en qu él mismo va a poder influir en las decisiones del Gobierno. A nivel profesional, a través de la Organización Sindical, y a nivel cívico, a través de las asociaciones en el plano nacional, y de la ley de Régimen Local en el plano municipal o regional, el español desconoce todavía en qué forma y bajo qué condiciones va a poder tomar parte en los negocios públicos. ¿Hay que achacar a la casualidad exclusivamente el que las normas que se refieren a la participación ciudadana sean las que más se van retrasando y más dificultades encuentran en su camino? Posiblemente. El hecho, sin embargo, nos ha llamado, cuando menos, la atención. Y reñejado queda el dato curioso. El mundo del trabajo, por una parte, y todos los españoles mayores de dieciocho años, por otra, esperan, con mayor o menor impaciencia, que se establezcan las reglas del juego. Porque lo que se desea es una amplia cancha en la que todos puedan tomar parte y, entre todos, contribuir a tomar las decisiones que desarrollen nuestro futuro. El futuro es dé todos y entre* todds hay qtié decidirlo. Los habitantes de este país suman algo más que las cuatro docenas que forman esos grupos políticos de los que se viene hablando últimamente. Está po- ver si los mismos van a resistir o no apenas se inicie el juego. Y en caso afirmativo quién de ellos va a ser el que se alce sobre los demás, con el apoyo de una clientela mayoritaria que le avale para tomar la responsabilidad de llevar a cabo su programa. I ADÍE puede decir: "El futuro es nuestro. Nosotros haremos esto o lo otro, llevaremos al país aquí o allá." N No cabe todavía el protagonismo. No se han repartido todavía los papeles. Aún no han entregado sus autores el libreto. Y la obra bien pudiera ser una obra de conjunto, o, por el contrario, escrita para un sólo protagonista. Esperemos. BURGUERA ••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••^•••••••••••••••••••aaBBHaBHaaamHBBBaaB«HBaBg E' m —He tenido una clara intuición de la belleza y no es para tanto. • •••••BBBBBBBHBBBBBBaBBBBBBBHBHBBBBBHaBBBBBBHliaBBBBaBBBBaaSHSHIBiaiJiaaailteBBalBHaiSBBk MADRID 18 DE JUUO DE 1970
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