Link a la Revista RCH de Julio 2011 – N 91 - Rugby Champagne Web

ENTREVISTA
Juan Figallo
Por Brian Willcham
SENSACIONES
PREMUNDIALES
Columna de Opinión
Por Eugenio Astesiano
“Sueño con
estar en el
Mundial”
Juan Figallo, jugador del Montpellier, dialogó
con Rugby Champagne tras el entrenamiento
de Los Pumas en el Anexo del SIC y nos contó
sus sensaciones sobre la preparación física que
realizaron en Pensacola. También reconoció
que sería un sueño disputar el próximo Mundial,
ya que “es lo máximo a lo que un jugador de
rugby puede aspirar”.
Rugby Champagne: ¿Cómo estuvo la preparación
en Pensacola?
Juan Figallo: Estuvo dura, pero linda a la vez.
Disfruté todos los momentos que pasamos allá,
entre la unión del grupo y la preparación física.
La verdad que era todo nuevo y había muchas
cosas distintas. Cansaba mucho, estábamos casi
todo el tiempo exhaustos pero se disfrutaba el
aprender a entrenarse de la mejor manera.
RCH: ¿A vos te sirvió para entrenar algo en
particular en lo físico?
JF: A todos nos sirvió, cada uno mejoró en lo
que tenía que mejorar. Muchos bajaron algunos
kilos, otros subieron los que tenían que subir y
cada uno fue mejorando de a poco en las cosas
que tenía que mejorar. Pensacola fueron dos semanas
y en ese lapso de tiempo tampoco cambiás
todo, pero en dos semanas pudimos hacer
la base para seguir mejorando en todo lo que sigue
acá (Anexo del SIC).
RCH: ¿Qué rescatás de la convivencia del grupo
allá en Estados Unidos?
JF: Fue divertido. Poco a poco, el grupo se
va uniendo, nos vamos haciendo más amigos y
nos vamos conociendo. Salíamos los ratos que
teníamos libre, nos íbamos a charlar, a tomar
mate a la playa o nos sentábamos en la pileta
en donde estábamos concentrados y esas cosas
van sumando y nos van haciendo más fuertes
como equipo.
RCH: ¿En estas semanas en Buenos Aires ya
dejaron un poco de lado lo físico y están trabajando
más con la pelota?
JF: El físico no lo dejamos de lado, pero empezamos
a tocar la pelota, cosa que en Pensacola
no habíamos hecho. Empezamos de a poco,
primero con un poco de pases, después con tackles
y así se va incrementando la dureza del entrenamiento
de rugby.
RCH: ¿Cómo crees que va a ser la despedida
de la gente en La Argentina?
JF: Espero que sea linda y que nos apoyen.
No sé si en la despedida estaré o no, pero espero
que todos tiremos para el mismo lado por-
que somos Los Pumas, representamos a La Argentina
y siempre queremos llevar a nuestro
equipo para adelante y dejarlo en el Mundial en
el mejor puesto posible.
RCH: ¿Te parecen suficientes la cantidad de
test match que tienen programados para darle
rodaje al equipo?
JF: Los primeros partidos después de la pretemporada
siempre son duros y son difíciles de
jugar. Por eso, son buenos los partidos previos
al Mundial para afinar todos esos errores que tenemos
en el line out y en el scrum. Eso se afina
en los partidos previos, ya que no podés ponerte
a afinar en el Mundial. Allí tenés que estar muy
bien preparado en todo sentido.
RCH: Hace más de un mes tuvimos la posibilidad
de hablar con vos y te preguntábamos si ya soñabas
con el Mundial. Ahora que estás tan cerca
de que se anuncie la última lista, ¿cuáles son
tus sensaciones?
JF: Siempre sueño con estar, seguiré soñando
y si me toca ir, seguiré soñando si puedo lle-
gar a otro. Sobre todo, quiero disfrutar de esto
que por ahora es lindísimo.
RCH: ¿Qué análisis haces de los futuros rivales
en el Mundial?
JF: Son duros, pero no menos duros que en
el Mundial del 2007. Allí nos tocó Francia e Irlanda,
como los rivales más duros, y ahora están Inglaterra
y Escocia. Un Mundial es durísimo, no
hay rivales fáciles y tenés que dejar todo para
poder llegar a lo más alto.
RCH: ¿Cómo crees que van a llegar las potencias
en comparación con ustedes?
JF: Espero que no tan bien, pero todos los
equipos se entrenan fuerte y saben que esta es
la máxima competencia a la que un jugador de
rugby puede aspirar y que un país, hablando de
rugby, puede jugar y ganar.
A menos de treinta días del inicio de la Copa del Mundo de Nueva Zelanda,
mientras una porción del rugby argentino se debate entre asambleas, roscas
políticas y peleas intestinas con mucho de pase de facturas y poco de discusión
sobre la evolución del juego, análisis y crecimiento -del juego en sí como
del desarrollo de base-, Los Pumas siguen su preparación, alejada de los vaivenes
políticos.
Es todo como un gigantesco deja-vú, y una
de las sensaciones que nos invade es que
hubo poco de aprendizaje y autocrítica dirigencial
en estos últimos cuatro años.
Pero no somos obtusos y hemos visto que
merced a esfuerzos y gestiones (más individuales
que grupales) y gracias al resultado deportivo
del Mundial 2007, se ha logrado que a partir
del 2012 Los Pumas jueguen el 4N, lo que a juzgar
por los resultados deportivos de los últimos
años y del estado presente de las cosas, parece
haber sido una triunfo incalculable.
Pero eso va a haber que sostenerlo con equipos,
jugadores y mucho, mucho dinero y esfuerzo,
para que no sea un efecto búmeran y que
todo aquello que tiene de promisorio desde el
punto de vista de la oportunidad del desarrollo,
termine transformándose en algo insostenible
para la UAR.
Es por ello que el Mundial si bien no es absolutamente
fundamental como línea divisoria entre
lo que fue y lo que puede ser para el rugby
argentino, indudablemente tiene aparejada una
importancia radical, en tanto y en cuanto estos
cuatro partidos como mínimo, tal vez sean una
de las pocas chances para muchos de estos jugadores
jóvenes y con futuro que han sido convocados
en el seleccionado, de una competencia
exigente que se asemeje –mínimamente- a
lo que van a vivir en el 2012, cuando en fines de
semanas sucesivos haya que enfrentar a Australia,
Nueva Zelanda y Sudáfrica.
Entonces, hay un desafío que excede la mera
participación y el papel que puedan hacer Los
Pumas en el Mundial. Hay mucho más en juego
y es la apuesta a futuro que significa jugar estos
partidos pensando en un año hacia adelante y
no en la mera RWC en sí.
Todos los actores involucrados (staff, jugadores,
dirigentes) son parte de esta singularidad: la
de mentalizarse en que una gran resultado en
este Mundial no necesariamente sea acompañado
de lo meramente numérico, sino que lo que
se analice sea quiénes, cómo y cuánto se progrese
en términos de juego.
No hay que olvidar que este Staff tiene contrato
hasta diciembre. Si los resultados tal como
acabamos de mencionar acompañan (repetimos:
no hablamos de ganar o perder los partidos,
sino de otras cuestiones), habrá que evaluar
la posibilidad de que sigan.
Es hora entonces de
ver más allá. Tenemos que
comprender que el Mundial
es la última etapa hacia
una nueva era y no sólo la
culminación de un ciclo.
Caso contrario, ya mismo habrá que pensar
de manera estratégica. En qué pasará desde el
1º de enero del 2012.
Parece que falta mucho para todo esto y
siempre los tiempos terminan siendo apremiantes,
porque en el rugby argentino, históricamente,
siempre se patearon los problemas hacia adelante
para que los arreglen los que vienen.
Es hora entonces de ver más allá. Tenemos
que comprender que el Mundial es la última etapa
hacia una nueva era y no sólo la culminación
de un ciclo.
Que las sensaciones premundialistas se conviertan
en hechos valorables previos al 4N; sería
lo más recomendable y lógico, lo que más nos
gustaría. Pero habrá que ver si todos piensan en
la estrategia: aunque por lo que se pudo apreciar
hasta ahora, parece que no.
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