12.02.2014 Views

Casco Synapsis, Poc Bota Scarpa F3 - Senderoxtrem

Casco Synapsis, Poc Bota Scarpa F3 - Senderoxtrem

Casco Synapsis, Poc Bota Scarpa F3 - Senderoxtrem

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Opinión<br />

Desde el corazón de las Rocosas<br />

La lección más importante<br />

Desde el Maroon Lake, un bucólico<br />

lago alpino que pone punto final a una<br />

pintoresca carretera que asciende desde<br />

Aspen, en Colorado, las cumbres<br />

gemelas de las Maroon Bells -campanas<br />

rojizas- son una visión que infunde<br />

respeto e inspiración.<br />

No es la cumbre más alta de Colorado<br />

(con sus 4315 metros es la 24º), ni<br />

tampoco la más difícil, pero el tono rojizo de su roca, la delicada<br />

estética de su forma piramidal y el hecho de ser un “cuatromil”<br />

le han dado la fama de ser la cumbre más fotografiada de los<br />

Estados Unidos, y quizás la más escalada. Sin embargo, tras su<br />

cautivadora belleza se esconde una cara más siniestra: las areniscas<br />

y conglomerados que componen su geología sedimentaria<br />

son extremadamente vulnerables a la erosión, y su grado de descomposición<br />

es famosamente nefasto.<br />

En realidad, las Maroon Bells son una enorme e inestable pila de<br />

piedras que desafía la gravedad. Aún así, las rutas más normales<br />

de ascensión no encierran grandes dificultades y centenares de<br />

personas, de toda talla, color y experiencia, las ascienden durante<br />

los meses de verano.<br />

Un fin de semana de este verano, y aprovechando una visita a<br />

unos amigos en Aspen, me decidí a subir en solitario la cima norte<br />

de las “Bells”. Aunque cuando llegué al “parking” de Maroon Lake<br />

todavía era bien oscuro, ya había varios coches, y en la oscuridad<br />

podía ver la luz de frontales pertenecientes a diferentes grupos de<br />

gente que seguramente se dirigían a las Bells, o a cualquiera de<br />

las otras cimas de la zona.<br />

Mi ascensión no tuvo ningún percance; a medio camino en la pirámide,<br />

mientras seguía unas repisas herbosas alternadas con<br />

resaltes rocosos, alcancé a ver a una familia de cabras montesas,<br />

blancas como la nieve, y una vez en la arista cimera superé cauteloso<br />

un par de pasos un poco expuestos y en roca podrida (tercer<br />

grado), en los que más valía prestar atención (cada año alguien<br />

muere despeñado en esta ruta). Pero sin más, en cosa de tres<br />

horas me hallaba en la cumbre norte de las Bells, gozando de una<br />

magnífica mañana de verano.<br />

Todo era perfecto hasta que me dispuse a firmar en el librete de<br />

registros. Entonces me percaté de que un grupo de tres personas<br />

había llegado a la cumbre antes que yo ese mismo día, y uno<br />

de sus miembros había escrito junto a su nombre, un comentario<br />

único y petulante: “¿y dónde estaba el paso difícil?”. Eso me puso<br />

de mal humor.<br />

De todas las enseñanzas que la montaña me ha impartido, quizás<br />

la más importante sea respetarla y venerarla y jamás, jamás<br />

subestimar su potencial. De no haber empollado bien esta simple<br />

lección, a estas horas seguramente sería un fiambre más en alguna<br />

cordillera del mundo.<br />

Quizás es por eso que nunca me ha gustado usar palabras como<br />

“conquistar”, “tomar”, “asaltar”, y muchas otras que tanta gente y<br />

tan gratuitamente utilizan para describir sus ascensiones a cumbres<br />

y montañas. Por regla general, todo alpinista o montañero<br />

que merezca ser llamado tal, sabe, a base de experiencia, que<br />

la montaña no es un objeto más a poseer y subyugar, y que la<br />

arrogancia puede resultar muy cara. La montaña es una bella e indomable<br />

bestia salvaje que en cualquier momento y cuando quiera<br />

puede aplastarte.<br />

Al iniciar mi descenso pensé que era extraño que no me hubiese<br />

cruzado con ellos en la ruta, pues aparte de la vía normal, el resto<br />

es un conjunto de caras y canales vertiginosas de piedra descompuesta<br />

por los que nadie mínimamente sensato elegiría bajar.<br />

A medio camino, mientras seguía una afilada arista con abismos<br />

a ambos lados, oí el ruido de piedras precipitándose al vacío. A mí<br />

derecha, en medio de una canal oscura y horrible, tres individuos<br />

se vociferaban unos a otros mientras confusos buscaban una vía<br />

de escape. Obviamente en la bajada se habían despistado y tomado<br />

una ruta equivocada y potencialmente peligrosa.<br />

A gritos les apremié a seguir un sistema de repisas hasta dónde<br />

yo estaba y después de un rato de tensión alcanzaron la arista<br />

y todo acabó bien. Los 3 estaban visiblemente afectados por la<br />

experiencia.<br />

Estoy seguro de que quién fuese de aquellos él que había dejado<br />

esa impertinente nota en la cumbre, ese día aprendió su lección de<br />

respeto por la montaña.<br />

Xavi Fane<br />

www.xavierfanephoto.com<br />

8<br />

C U A D E R N O S T É C N I C O S

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!