ACABADOS SUPERFICIALES - OCW UPM
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2- RUGOSIDAD SUPERFICIAL<br />
Las superficies de las piezas en los dibujos se representan con líneas uniformes, sin embargo<br />
como consecuencia de los defectos originados por los procesos de fabricación con máquinas<br />
herramientas con o sin arranque de viruta, distan de esa uniformidad presentando irregularidades que<br />
será necesario estudiar y controlar para que la pieza cumpla con la función para la que se crea.<br />
Para estudiar estos defectos, tomamos en una pieza producida con arranque de viruta, una<br />
porción de la sección producida en la superficie por un plano perpendicular a ella, representada en la<br />
parte "a" de la figura 1, en su forma teórica tal y como se define en los planos.<br />
Realizando la representación gráfica con ampliación en escalas vertical y horizontal distintas,<br />
mediante un instrumento capaz de detectar las irregularidades de la superficie en toda su longitud,<br />
podremos observar que la superficie ya no es uniforme y dependiendo de la escala de ampliación<br />
utilizada (representadas en la misma figura), se pueden hacer las siguientes consideraciones:<br />
En el caso "a", coincidente con la representación teórica, se considera la superficie<br />
absolutamente suave y plana. Un cristal óptico nos acerca a esta idea de planitud y suavidad.<br />
Supongamos ahora que la superficie comienza a curvarse ligeramente caso "b", adquiriendo<br />
una flecha de 2,5 µm. Si la superficie es suficientemente larga, como en este caso unos 150 mm.., el ojo<br />
humano no apreciará nada extraño o defectuoso.<br />
Pensemos ahora que ahora la superficie en vez de curvarse empieza a ondularse, casos "c" al<br />
"f", con una longitud de onda cada vez mas pequeña, pero siempre de la misma altura.<br />
En el caso "c" la apreciación del ojo será todavía la de una superficie aceptable, pero a medida<br />
que disminuye la longitud de onda, llegarán a apreciarse unas marcas o líneas transversales. Esta<br />
sensación dependerá en magnitud del ángulo θ de incidencia. A partir de este instante la superficie<br />
comenzara a apreciarse como rugosa.<br />
Podemos decir que en el caso "c" la superficie es suave pero no plana y que en el caso "f" la<br />
superficie es plana, pero no suave. Los casos "d" y "e" serán posiciones intermedias.<br />
Vemos pues, que los diferentes cambios producidos han sido ocasionados exclusivamente por<br />
un cambio en la longitud de onda, es éste por tanto un concepto importante en la valoración de una<br />
superficie.<br />
Refiriéndonos a la misma figura los casos "b" "e" y "d" se consideran como errores de forma, el<br />
caso "e" como una superficie con ondulaciones y el caso "f" como una superficie rugosa o con cierto<br />
grado de rugosidad.<br />
Las ondulaciones son llamadas "estructura secundaria" y la rugosidad "estructura primaria".<br />
También se conoce a las primeras como diferencias de forma de 2º orden y a la rugosidad, como<br />
diferencias de forma de 3º a 5º orden, siendo necesario aclarar que el establecer una separación rigurosa<br />
entre ondulación y rugosidad es prácticamente imposible.<br />
Un criterio admitido es el de considerar rugosidad cuando la separación entre estrías está<br />
entre 4 y 50 veces el valor de la altura máxima de las mismas y ondulación cuando la longitud de<br />
onda es 100 a 1000 veces su altura, siendo necesario que para la consideración de ésta en la<br />
longitud de exploración existan como mínimo dos, tomándose en caso contrario el defecto como<br />
error de forma. Usualmente en las piezas se presentará una composición de diferentes longitudes de<br />
Visual<br />
Graphics<br />
Group<br />
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