Conservación, Uso y Gestión de los Sistemas Forestales

3. Se necesitan subvenciones e incentivos directos, así como a nivel de impuestos.
4. Hace falta mucho más esfuerzo de marketing para productos de marca cuya imagen se
asocia a la calidad ambiental, y hay que estimular el consumo verde.
5. Hay que desarrollar el agroturismo en favor de las poblaciones locales.
6. Las compañías de productos forestales tienen que introducir Inventarios de Ciclos de Vida
y Análisis de Ciclos de Vida como base para incrementar la competitividad, comparar sus
productos con otros alternativos y progresar en el uso múltiple del bosque. Es esencial que
los LCA incluyan las etapas propiamente forestales y que se mejore su metodología.
7. Todo ello, requiere de una gran cooperación entre administración, centros de investigación
y propietarios y empresarios forestales.
8. Hay que prestar atención a especies y hábitats clave.
9. La planificación ha de combinar el desarrollo de modelos de optimización forestal con el
uso de bancos de datos forestales sobre sistemas de información geográfica. Ello sólo será
operativo si los SIG se adaptan a su uso en ordenadores personales con requerimientos
relativamente bajos de formación técnica.
10. Los nuevos avances, desde las técnicas moleculares y biotecnológicas hasta las derivadas
de la teledetección por satélite y la modelización, están abriendo muchas posibilidades,
pero en muchos casos estamos sólo al principio del desarrollo de aplicaciones ambientalmente
más seguras para el mundo forestal. Hay que hacer muchos más esfuerzos para dar
información acerca de los aspectos ambientales y las consecuencias económicas para los
propietarios privados.
Antes hemos señalado que la peor amenaza es la creciente impredictibilidad asociada a los
cambios económicos y ambientales. Nuestras únicas armas son la cohesión, el conocimiento y la eficiencia
en la transferencia tecnológica. Eso es como decir que necesitamos una política forestal más
eficiente y bien dirigida, más investigación y mejores conexiones entre actores (propietarios, gestores,
políticos, científicos y técnicos, etc.). El medio ambiente será clave durante el próximo siglo: puede
ser más un motor que un freno. Éste será el caso, sin duda, en el mundo forestal.
Parece oportuno dar, para nuestra región geográfica, un decálogo (diez recomendaciones, porque
es un número que queda bien, podrían ser más, pero difícilmente menos). Necesitamos trabajar
en las siguientes direcciones:
1. Incrementar el interés social y el de la Administración por la vegetación natural;
2. Evitar el abandono rural;
3. Estimular las prácticas conservacionistas mediante mecanismos compensadores, ayudas,
incentivos fiscales, etc. para contribuir a mantener los beneficios sociales del monte;
4. Promover productos con imagen asociada a calidad ambiental (pero auténticos, y no como
los que suelen verse, tantas veces mentirosos);
5. Promover el agroturismo para favorecer a las poblaciones locales;
6. Progresar en los estudios de efectos ambientales a lo largo de la cadena productiva, desde
la gestión en el monte hasta el consumidor;
7. Incrementar los conocimientos y la tecnología (bases de datos, sistemas de información
geográfica, teledetección, etc.);
8. Mejorar la gestión preventiva ante el riesgo de incendios;
9. Informar a los propietarios privados sobre los aspectos ambientales y económicos;
10. Disminuir las emisiones contaminantes, etc.
En el conjunto del mundo, lo más urgente es disminuir la presión sobre los bosques tropicales,
donde se producen las mayores pérdidas de biodiversidad y donde, seguramente, alteran mecanismos
de soporte de vida más importantes a nivel global, lo que requiere medidas socioeconómicas
importantes, desde ayudas claras al desarrollo hasta una revalorización de productos forestales,
pasando por el cambio de deuda por conservación. Pero no debemos olvidarnos que los ecosistemas
de zonas templadas pronto dejarán de ser sumideros de carbono y que una gran parte de la
vegetación mundial está experimentando la presión humana, esa apropiación de producción de que
hemos tratado en la Tercera Parte.
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