El Drama de Alcohol: Santos que Beben
“Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.” 1 Reyes 18:21.
“Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis
vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal,
id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.” 1 Reyes 18:21.
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PORTADA<br />
Eso ofen<strong>de</strong> a todo joven convertido<br />
a quien Dios ha convencido<br />
<strong>de</strong> hábitos pasados <strong>de</strong> bebida.<br />
Y la Biblia dice: “Y cualquiera<br />
<strong>que</strong> haga tropezar a alguno <strong>de</strong> estos<br />
pe<strong>que</strong>ños <strong>que</strong> creen en mí, mejor le<br />
fuera <strong>que</strong> se le colgase al cuello una<br />
piedra <strong>de</strong> molino <strong>de</strong> asno, y <strong>que</strong> se le<br />
hundiese en lo profundo <strong>de</strong>l mar. ¡Ay<br />
<strong>de</strong>l mundo por los tropiezos! por<strong>que</strong><br />
es necesario <strong>que</strong> vengan tropiezos,<br />
pero ¡ay <strong>de</strong> a<strong>que</strong>l hombre por quien<br />
viene el tropiezo!” (Mateo 18:6-7).<br />
Me niego a <strong>de</strong>jarme vencer<br />
por las crecientes presiones<br />
<strong>de</strong> mundanalidad ¡disfrazada<br />
<strong>de</strong> libertad espiritual! ¿Qué<br />
nos ha pasado, santos <strong>de</strong> Dios<br />
cuando nos po<strong>de</strong>mos sentar<br />
libremente sin repren<strong>de</strong>r la rápidamente<br />
podrida moral en la<br />
casa <strong>de</strong> Dios?<br />
Yo creo en la gracia libre, pero<br />
no en el libertinaje. Yo creo en la<br />
impuesta rectitud <strong>de</strong> Cristo, por<br />
fe. Pero también creo <strong>que</strong> la santidad<br />
<strong>de</strong> Dios exige <strong>que</strong> nosotros<br />
“no to<strong>que</strong>mos lo inmundo.”<br />
También creo <strong>que</strong> los ministros<br />
<strong>que</strong> fuman no están<br />
siendo honestos con Dios. Estos<br />
“profetas <strong>que</strong> resoplan”<br />
se niegan a practicar lo <strong>que</strong><br />
predican. Y los ministros <strong>que</strong><br />
beben son un reproche al nombre<br />
y po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Dios.<br />
No es un esfuerzo con<strong>de</strong>nar<br />
a los verda<strong>de</strong>ros ministros <strong>de</strong>l<br />
Evangelio. Pero, nosotros como<br />
ministros y padres, ¿cómo po<strong>de</strong>mos<br />
pedirles a nuestros hijos<br />
<strong>que</strong> <strong>de</strong>jen las drogas y el alcohol,<br />
si nosotros no limpiamos<br />
nuestras propias vidas?<br />
A veces, solo por un momento<br />
fugaz, pienso en mí<br />
mismo, “A lo mejor yo soy el<br />
equivocado. A lo mejor estos<br />
nuevos cristianos <strong>que</strong> ‘rockean’,<br />
fuman, beben y quienes<br />
vuelven a sus lugares favoritos<br />
a cantar, a entretenerse y a actuar<br />
–a lo mejor ellos han visto<br />
g<br />
marzo 2014 11