MOVIMIENTO MISIONERO MUNDIAL América • Europa • Oceanía • África • Asia Enseñanzas y prédicas <strong>de</strong> los más renombrados predicadores <strong>que</strong>, con un testimonio limpio y consagrado a Dios, exponen la Verdad <strong>de</strong> Dios. La Biblia dice: “Escudriñad las Escrituras; por<strong>que</strong> a vosotros os parece <strong>que</strong> en ella tenéis la vida eterna… Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” Juan 5:39; 8:32. DEVOCIONAL <strong>El</strong> Matrimonio y el Ministerio “Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra <strong>de</strong>sea. Pero es necesario <strong>que</strong> el obispo sea irreprensible, marido <strong>de</strong> una sola mujer, sobrio, pru<strong>de</strong>nte, <strong>de</strong>coroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pen<strong>de</strong>nciero, no codicioso <strong>de</strong> ganancias <strong>de</strong>shonestas, sino amable, apacible, no avaro; <strong>que</strong> gobierne bien su casa, <strong>que</strong> tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el <strong>que</strong> no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará <strong>de</strong> la iglesia <strong>de</strong> Dios?); no un neófito, no sea <strong>que</strong> envaneciéndose caiga en la con<strong>de</strong>nación <strong>de</strong>l diablo. También es necesario <strong>que</strong> tenga buen testimonio <strong>de</strong> los <strong>de</strong> afuera, para <strong>que</strong> no caiga en <strong>de</strong>scrédito y en lazo <strong>de</strong>l diablo.” 1Timoteo 3:1-7. Rev. Luis M. Ortiz DIOS SIEMPRE HA ESTABLECI- DO normas <strong>de</strong> conducta muy elevadas para su pueblo, y muy especialmente para sus ministros, pues, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> esas mismas normas para los creyentes a estipulado requisitos aun más elevados y exigentes para sus ministros. 40 Impacto evangelístico
EN EL ANTIGUO TESTAMENTO LOS SACERDOTES. En el Antiguo Testamento, en cuanto a los sacerdotes, en el capítulo 21 <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong> Levítico, encontramos <strong>que</strong>: • En cuanto a su carácter, los sacerdotes tenían <strong>que</strong> ser santos, leemos: “<strong>Santos</strong> serán a su Dios, y no profanarán el nombre <strong>de</strong> su Dios” (v. 6). • En cuanto al matrimonio, el sacerdote tenía <strong>que</strong> casarse con una mujer virgen, no podía casarse con viuda, ni con ramera, ni con repudiada por fornicación (v. 7, 13-14). • En cuanto al testimonio y al hogar, si un sacerdote tenía una hija soltera <strong>que</strong> comenzare a fornicar, por ser esto una <strong>de</strong>shonra al padre y al ministerio, la joven era <strong>que</strong>mada hasta morir (v. 9). • En cuanto a lo físico, el sacerdote tenía <strong>que</strong> ser sin <strong>de</strong>fecto, no podía ser ciego, ni cojo, ni mutilado, ni sordo, ni con pie ni mano fracturados, ni jorobado, ni enano, ni tener nube en el ojo, ni sarna, ni empeine (vv. 16-23). • En cuanto a las vestiduras, los sacerdotes tenían <strong>que</strong> vestir conforme lo indicado por Dios, tenían <strong>que</strong> cubrirse bien. Cuando algún sacerdote <strong>de</strong>shonraba el ministerio, Dios lo juzgaba severamente, algunas veces con la muerte. Esto sucedió a los hijos Aarón <strong>que</strong> eran sacerdotes; los hijos <strong>de</strong> <strong>El</strong>í por adúlteros y profanos, murieron el mismo día, conforme Dios los había sentenciado. En tiempos <strong>de</strong> Ezequiel, las abominaciones eran tales en el pueblo y los gobernantes, <strong>que</strong> también habían envuelto a los sacerdotes e invadido el santuario. Dios or<strong>de</strong>nó marcar en la frente a los <strong>que</strong> oraban y clamaban a Dios en contra <strong>de</strong> estas abominaciones, y sobre el resto Dios envió mortandad. Y en el templo milenial los sacerdotes <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> a<strong>que</strong>llos sacerdotes <strong>que</strong> en épocas pasadas no honraron el ministerio, no podrán ser sacerdotes en el templo milenial, solamente serán ayudantes <strong>de</strong> los sacerdotes y porteros <strong>de</strong>l templo. Dios exigió, exige y seguirá exigiendo santidad, fi<strong>de</strong>lidad en sus ministros. LOS PROFETAS. Los profetas vivían una vida sencilla y austera, generalmente vivían una vida separada <strong>de</strong>l bullicio, y eran vistos en el público, especialmente cuando tenían un mensaje <strong>de</strong> Dios para dar. Sus vidas santas y su fuerza moral eran la única cre<strong>de</strong>ncial humana <strong>que</strong> tenían, y el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> Dios en ellos era la fuerza avasalladora <strong>que</strong> hacía temblar reyes e imperios. Cuando algún sacerdote <strong>de</strong>shonraba el ministerio, Dios lo juzgaba severamente, algunas veces con la muerte. Esto sucedió a los hijos Aarón <strong>que</strong> eran sacerdotes; los hijos <strong>de</strong> <strong>El</strong>í por adúlteros y profanos, murieron el mismo día, conforme Dios los había sentenciado. Así como hubo sacerdotes <strong>que</strong> <strong>de</strong>shonraron el ministerio sacerdotal, también hubo profetas <strong>que</strong> <strong>de</strong>shonraron, <strong>de</strong>sobe<strong>de</strong>cieron, en su ministerio profético y murieron. En el libro <strong>de</strong> Deuteronomio 18:20, dice: “<strong>El</strong> profeta <strong>que</strong> tuviere la presunción <strong>de</strong> hablar palabra en mi nombre, a quien yo no le haya mandado hablar, o <strong>que</strong> hablare en nombre <strong>de</strong> dioses ajenos, el tal profeta morirá.” También leemos en el libro <strong>de</strong> Jeremías 29:21 y 23, como sigue: “Así ha dicho Jehová <strong>de</strong> los ejércitos, Dios <strong>de</strong> Israel, acerca <strong>de</strong> Acab hijo <strong>de</strong> Colaías, y acerca <strong>de</strong> Se<strong>de</strong>quías hijo <strong>de</strong> Maasías, <strong>que</strong> os profetizan falsamente en mi nombre: He aquí los entrego yo en mano <strong>de</strong> Nabucodonosor rey <strong>de</strong> Babilonia, y él los matará <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> vuestros ojos… Por<strong>que</strong> hicieron maldad en Israel, y cometieron adulterio con las mujeres <strong>de</strong> sus prójimos”. Y ciertamente hubo muchos profetas falsos, mentirosos, dados al vino, impíos, hipócritas, aduladores, alocados, pecadores, insensatos, mercenarios, livianos, prevaricadores, pero a todos los juzgó Jehová. EN EL NUEVO TESTAMENTO Ayer como hoy, Dios exige moral, dignidad, austeridad, testimonio, obediencia, fi<strong>de</strong>lidad, santidad a sus ministros y predicadores. Si fuertes fueron las exigencias para el ministerio en el Antiguo Testamento, mayores son en el Nuevo Testamento, pues, “oísteis <strong>que</strong> fue dicho: “No cometerás adulterio. Pero yo os digo <strong>que</strong> cualquiera <strong>que</strong> mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Mateo 5:28). Las <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong> la Gracia son mayores <strong>que</strong> las <strong>de</strong> la Ley, la diferencia es <strong>que</strong> el verda<strong>de</strong>ro cristiano, el <strong>que</strong> ha nacido <strong>de</strong> nuevo, tiene la gracia, la fortaleza, la presencia <strong>de</strong> Cristo, y el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Espíritu Santo <strong>que</strong> le ayuda a vencer en toda tentación y “andar como es digno <strong>de</strong> la vocación con <strong>que</strong> fuimos llamados” (Efesios 4:1). Con relación al matrimonio el sacerdote no podía casarse con una mujer <strong>que</strong> hubiera sido mujer <strong>de</strong> otro, viuda, repudiada, ramera, tenía <strong>que</strong> casarse con una virgen. Tampoco él podía tener más <strong>de</strong> una mujer, no podía adulterar con la mujer <strong>de</strong> marzo 2014 41