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El Drama de Alcohol: Santos que Beben

“Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.” 1 Reyes 18:21.

“Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis
vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal,
id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.” 1 Reyes 18:21.

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MOVIMIENTO MISIONERO MUNDIAL<br />

América • Europa • Oceanía • África • Asia<br />

g<br />

algo inofensivo como un juego,<br />

por<strong>que</strong> nunca lo entendieron”,<br />

revela Jorge, indicando <strong>que</strong> “…<br />

era la locura <strong>de</strong> los jóvenes <strong>de</strong><br />

esa época; pero esa locura me<br />

llevó hacer cosas <strong>que</strong> nunca pensé<br />

hacer”.<br />

De un momento a otro, Jorge<br />

empezó a ser turbado por<br />

esta po<strong>de</strong>rosa entidad, <strong>que</strong><br />

se posaba sobre su cuerpo en<br />

<strong>de</strong>scanso y lo <strong>de</strong>spertaba con<br />

terroríficas pesadillas. Varias<br />

semanas <strong>de</strong>spués, enfermó y<br />

a<strong>de</strong>lgazó y se convirtió en el<br />

paciente <strong>de</strong> la curan<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> la<br />

ciudad. Sin embargo, la medicina<br />

resultó ser peor <strong>que</strong> la<br />

enfermedad, al igual <strong>que</strong> las<br />

drogas y el alcohol <strong>que</strong> siguió<br />

consumiendo.<br />

Una vez restablecido físicamente,<br />

cuenta: “Un día volví<br />

ebrio y drogado a la casa; y cuando<br />

paso por unas montañitas, se<br />

presenta esa sombra negra y me<br />

cae encima… Cuando vuelvo<br />

en sí y recapacito, estoy con un<br />

machete <strong>que</strong>riendo matar a mi<br />

padre”.<br />

Así fue pasando el tiempo,<br />

hasta <strong>que</strong> Jorge empezó a <strong>de</strong>ambular<br />

y amanecer por las calles<br />

<strong>de</strong> la ciudad, gritando hasta no<br />

po<strong>de</strong>r. “Las personas <strong>que</strong> me<br />

veían solo meneaban la cabeza<br />

y <strong>de</strong>cían: Jorge ya no tiene solución,<br />

está perdido o ¿qué será<br />

<strong>de</strong> él?… Esas palabras se penetraban<br />

en mi alma y me hacían<br />

sufrir”, rememora.<br />

LA TERRIBLE VIOLENCIA<br />

En el año 2000 y a los pocos meses<br />

<strong>de</strong> cumplir los 19, se une con<br />

su actual esposa Mildrid Marcela,<br />

a quien conoció meses antes.<br />

<strong>El</strong>la, quien provino <strong>de</strong> una<br />

familia cristiana, fue entregada<br />

por sus padres a sabiendas <strong>de</strong><br />

la condición <strong>de</strong>l pretendiente.<br />

Una situación <strong>que</strong> no cambió ni<br />

el más gran<strong>de</strong> sentimiento por el<br />

ser amado. “La primera noche,<br />

la <strong>de</strong>jé botada en la casa y me fui<br />

con mis amigos”, recuerda.<br />

Al año siguiente y por motivos<br />

<strong>de</strong> trabajo, viajan al puerto<br />

<strong>de</strong> San Pedro y se ubican en una<br />

<strong>de</strong> las islas <strong>que</strong> alberga el distrito.<br />

Una vez instalados, Jorge<br />

volvió a combinar la violencia,<br />

las drogas y el alcohol; sumando<br />

a esto, las relaciones fugaces con<br />

mujeres ajenas a la suya.<br />

“Una vez, ella me reclamó<br />

por llegar tar<strong>de</strong>. Entonces cogí<br />

un cable <strong>de</strong> corriente y la golpeé<br />

hasta <strong>de</strong>jarle morado el cuerpo”,<br />

Jorge –a sus doce años–, experimentó<br />

los cambios físicos y psicológicos <strong>de</strong> la<br />

adolescencia; y también a<strong>que</strong>llas sustancias <strong>que</strong><br />

cambiaron su forma <strong>de</strong> ser y lo convirtieron<br />

en su peor enemigo. “Empecé a beber ron y a<br />

fumar cigarrillos <strong>de</strong> marihuana con mis tíos y<br />

amigos…”, narra. “Cuando mis padres notaron<br />

lo serio <strong>de</strong> mi problema; quisieron <strong>de</strong>tenerme,<br />

pero ya era <strong>de</strong>masiado tar<strong>de</strong>”.<br />

relata; mientras menciona un<br />

sinfín <strong>de</strong> situaciones <strong>que</strong> pusieron<br />

en peligro la vida <strong>de</strong> su esposa<br />

y la <strong>de</strong> su primera hija, nacida<br />

en 2001.<br />

<strong>El</strong> embarazo <strong>de</strong> su segundo<br />

hijo tampoco fue un impedimento<br />

para <strong>que</strong> este hombre <strong>de</strong>sista<br />

en <strong>de</strong>scargar todo esa furia.<br />

“Siempre sentí <strong>que</strong> una sombra<br />

me perseguía, como si fuese un<br />

animal negro y gran<strong>de</strong>... Me sentía<br />

poseído y enceguecido, y creo<br />

<strong>que</strong> por eso maltrataba a mi esposa”,<br />

dice.<br />

<strong>El</strong> ranking <strong>de</strong> maltratos <strong>de</strong><br />

la acongojada mujer, no fue<br />

nada comparado con la cantidad<br />

<strong>de</strong> oportunida<strong>de</strong>s <strong>que</strong> le<br />

brindó al verdugo y padre <strong>de</strong><br />

sus hijos. Hasta <strong>que</strong> en el día<br />

menos esperado, Jorge entró en<br />

<strong>de</strong>sconocimiento y terminó por<br />

<strong>de</strong>strozar su pe<strong>que</strong>ño hogar y<br />

los minúsculos retazos conyugales<br />

<strong>que</strong> <strong>que</strong>daron entre él y<br />

su esposa. Después <strong>de</strong> esta trifulca,<br />

nada volvió a ser igual.<br />

Según sus padres, Jorge –con<br />

una fuerza <strong>de</strong>scomunal– <strong>de</strong>s-<br />

38 Impacto evangelístico

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