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4 Marzo 2014<br />
Saludaré<br />
Xabier Senosiain<br />
Comenzaré esta breve reflexión con unas bonitas palabras que forman parte del poema “Saludaré” del poeta y teólogo<br />
andaluz Esteban Tabares: «Saludaré / con saladas lágrimas / a quienes nunca regresarán / engullidos en las aguas /<br />
salobres del mar / mientras a infinitas distancias / quedan los abrazos vacíos / de tanto esperar...» El poema continúa<br />
saludando y prestando parte de nosotras mismas a la mayor de las riquezas humanas, LA SOLIDARIDAD.<br />
En estos momentos, el humanismo se enfrenta a la mayor de las guerras y de los conflictos sociales que jamás ha conocido<br />
el ser humano y que, en pocas palabras y de forma excelente, describe Zymund Bauman mediante el concepto<br />
modernidad líquida. “La modernidad líquida –como categoría sociológica– es una figura del cambio y de la transitoriedad,<br />
de la desregulación y liberalización de los mercados. La metáfora de la liquidez intenta también dar cuenta<br />
de la precariedad de los vínculos humanos en una sociedad individualista y privatizada, marcada por el carácter<br />
transitorio y volátil de sus relaciones”. Una precariedad que se hace patente cuando nos encontramos los mismos y las<br />
mismas de siempre frente a la mayor y más contundente de las murallas humanas, LA INDIFERENCIA.<br />
El día 6 de febrero 15 personas fallecieron en extrañas circunstancias en la playa del Tarajal, Ceuta. Quince seres<br />
humanos que fueron víctimas de la INDIFERENCIA más absoluta de una docena de funcionarios públicos que impidieron<br />
y no auxiliaron a estas personas. Su delito no lo consigo determinar. Quizás su color de piel, tal vez buscar una<br />
vida mejor, el no haber nacido en un país “civilizado”… La verdad para mí es una incógnita. Lo que tengo muy claro, sin<br />
embargo, es el delito de los funcionarios públicos que una vez y de forma desvergonzada e hipócrita juraron defender<br />
el bienestar de las personas delante de un trozo de tela y con la mano puesta en un libro dogmático que todo el Estado<br />
dice saber qué dice pero que nadie lo pone en práctica.<br />
Con la muerte de estas quince personas perderemos la opción de conocer quince realidades de lo que supone tener<br />
que decir hasta siempre a tus seres queridos para encontrar un futuro mejor. Perderemos la oportunidad de aprender,<br />
nunca conoceremos el espíritu y la valentía de estas quince personas que se enfrentaron a lo desconocido, no<br />
obtendremos la riqueza que solamente lo que está por descubrir nos puede ofrecer. Esta pérdida afecta a todas esas<br />
personas que nos consideramos ciudadanos y ciudadanas del mundo, que levantamos las voz cada vez que se comete<br />
una injusticia contra otra persona en el lugar donde se cometa y en las circunstancias en las que haya surgido.<br />
Frente a la INDIFERENCIA formaremos una fuerza indestructible que dará al ser humano las herramientas suficientes<br />
para conocer y aprender de lo desconocido.<br />
«Les saludaré / mientras mis manos /tiendan a las suyas / y aguantemos sin caer.»<br />
Final del poema de Esteban Tabares.