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Las importaciones a inicios del siglo XX

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|137|<strong>Las</strong><br />

<strong>importaciones</strong> a<br />

|137|Debate de la modernidad en un feudo antillano|Capítulo 2<br />

6<br />

Anuncio<br />

LAS IMPORTACIONES A<br />

INICIOS DEL SIGLO <strong>XX</strong><br />

El legado de la Cerveza Nacional<br />

Aunque la pionera Fábrica de Cerveza Nacional fracasó, su existencia durante cerca de<br />

cinco años dejó un sustrato favorable para la expansión <strong>del</strong> consumo de cerveza. No<br />

cabe duda de que la oferta local redundó en una mayor familiarización de la población<br />

con la bebida malteada. <strong>Las</strong> expresiones de la prensa permiten inferir que mucha gente<br />

se sintió identificada con un producto nacional de cierta calidad. La existencia de la<br />

planta, como indicador fehaciente de la marcha <strong>del</strong> progreso, no debió ser ajena a que<br />

ciertos segmentos <strong>del</strong> público se inclinaran en mayor medida por la cerveza. Por lo<br />

demás, la empresa desplegó campañas publicitarias que, si bien hoy parecen en exceso<br />

modestas, no dejaban de contener impactos novedosos en la época.<br />

De manera especial, la asociación <strong>del</strong> consumo de la cerveza con el hielo contribuyó a<br />

la extensión <strong>del</strong> gusto por el producto muy frío, novedad que empezó a encontrar cierto<br />

arraigo desde entonces. Comenzaba el gusto por «la fría» entre los dominicanos, acaso<br />

de<br />

Cerveza Holstein.


Capítulo 6|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|138|<br />

|139|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|Capítulo 6<br />

la principal contribución de la Fábrica de Cerveza Nacional en la expansión <strong>del</strong> consumo<br />

en los últimos años <strong>del</strong> XIX.<br />

Dificultades de la modernización<br />

Con la introducción de la Fábrica de Cerveza Nacional comenzó una dinámica nueva<br />

<strong>del</strong> consumo, tal y como demuestra la información sobre <strong>importaciones</strong> <strong>del</strong> producto a<br />

partir de 1905, donde aparecen series continuas de comercio exterior, con el establecimiento<br />

de la Receptoría General de Aduanas, que en lo a<strong>del</strong>ante publicaría boletines<br />

anuales. 1<br />

Desde luego, la evolución general <strong>del</strong> consumo a partir <strong>del</strong> inicio <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong> no<br />

estuvo únicamente condicionada por la «Cervecería Vieja» de Ciudad Nueva, sino por<br />

de la población urbana no experimentó modificaciones de importancia. Se observa, a<br />

propósito de la población de la ciudad de Santo Domingo, que, de acuerdo a los censos,<br />

evolucionó apenas de 14,072 habitantes en 1892 a 18,626 en 1908.<br />

Pero no se trataba únicamente de un aspecto cuantitativo, sino que también estaba<br />

involucrada la calidad de la urbanización. Basta considerar que la población empleada<br />

en el sector transformativo apenas experimentó cambios, como arroja la comparación<br />

de los censos de 1892 y 1908.<br />

Para 1908, el panorama de empresas industriales en la ciudad no había experimentado<br />

cambios de significación. Es decir, se mantenía inalterada una relación que acordaba un<br />

papel insignificante al sector manufacturero, en el cual se cifraban las perspectivas de<br />

desarrollo económico. Ese año se registraron los siguientes talleres o fábricas: jabón 1,<br />

Colmado<br />

La Paloma.<br />

Anuncio de<br />

Cerveza Globo.<br />

Anuncio de<br />

Cerveza<br />

Tres Leones.<br />

la evolución general de la sociedad. Lo más importante al respecto fue la incipiente<br />

ampliación de los sectores urbanos, que perseguían llevar un estilo de vida similar al<br />

prevaleciente en los países europeos. Sin embargo, su crecimiento ulterior fue lento, a<br />

causa de los perfiles adoptados por el sector exportador, que no propiciaban cambios<br />

sustanciales en la urbanización y en importantes aspectos de las relaciones sociales. En<br />

la medida en que, desde la misma década de 1880, aparecieron factores contradictorios<br />

en la modernización, pronto se tornó pausado el proceso de innovaciones.<br />

Esto se expresó en aspectos cuantitativos de la modernización. Por ejemplo, el porcentaje<br />

hielo 1, velas 1, fideos 1, chocolatería a vapor 1, varias otras chocolaterías, baúles 3,<br />

cigarrillos a vapor 2, varias fábricas de cigarrillos de otras clases, calzado al vapor 1,<br />

calzado de otras clases 1, ladrillos al vapor 1, curtiembre al vapor 1, otras curtiembres 1,<br />

camisas 1, lavado vapor 1, sombreros vapor 1, fósforos al vapor 1, bebidas gaseosas al<br />

vapor 2, licores al vapor 2. Se sumaban algunos talleres, como 2 fundiciones, 5 herrerías,<br />

8 ebanisterías, 11 sastrerías, 7 joyerías, 10 peleterías, 4 talabarterías, 11 tabaquerías, 9<br />

panaderías. 2


Capítulo 6|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|140|<br />

|141|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|Capítulo 6<br />

La dinámica de las <strong>importaciones</strong><br />

Para 1905 se tiene la primera cifra de importación de cerveza a escala nacional, en<br />

docenas de botellas. Ese año, como se observa en el cuadro 6.1, se registraron 25,563 docenas<br />

de botellas. Por razón ya vista en el capítulo 3, resulta más adecuado comparar con<br />

1906, cuando se registró la importación de 40,099 docenas de botellas. Aunque no se<br />

tienen datos exactamente comparables para años anteriores, por lo menos se sabe lo que<br />

entraba por la ciudad de Santo Domingo a fines de la década de 1870 e <strong>inicios</strong> de la<br />

siguiente, como se ha visto en el capítulo 3. En 1883 se había registrado una cifra máxima<br />

conocida de 8,125 docenas de botellas entradas por el puerto de la ciudad capital.<br />

No se ha tenido acceso a la información correspondiente a Puerto Plata, el otro<br />

punto de importancia, puesto que Samaná, Monte Cristi,Azua y el naciente San Pedro<br />

de Macorís debían tener todavía escasa importancia. Es posible que por Puerto Plata entrara<br />

más cerveza que por Santo Domingo. Pero en caso de que la cantidad por Puerto<br />

Plata fuera en 1883 similar a la de Santo Domingo, la importación total todavía no<br />

superaría mucho las 16,000 docenas de botellas, de todas maneras cifra bastante inferior<br />

a la de 40,099 docenas de 1906. De por medio debió estar el efecto ya ponderado de<br />

The New Jersey and San Domingo Brewing Co.<br />

Para fines de la dinámica posterior, la primera cifra de volumen que puede tomarse<br />

en cuenta es la de 1909, año en que se abandonó la medida de docenas de botellas<br />

y se adoptó la de litros. 3 De acuerdo al mismo cuadro 6.1, entre 1909 y 1929 la importación<br />

de cerveza pasó de 372,000 litros a casi 1,700,000, 4 registrándose una tasa<br />

de crecimiento anual promedio de 7.9%. Se deja de lado 1930, puesto que ya se<br />

registró una disminución sensible a causa de la gran crisis internacional. El crecimiento<br />

<strong>del</strong> consumo de cerveza, por consiguiente, era bastante más rápido que el de<br />

la población total, ligeramente superior al 2.5% anual. Si se adopta el consumo de<br />

cerveza como un indicador de progreso asociado a la urbanización, se observa que,<br />

a pesar de su intensidad, el proceso no llegó a escalas espectaculares. El ritmo de crecimiento<br />

de las <strong>importaciones</strong> de cerveza se aproximaba al de la evolución <strong>del</strong> conjunto<br />

<strong>del</strong> comercio exterior, cuyos valores evolucionaron, entre esos mismos años, a<br />

una tasa promedio anual de 6.8%. Por ende, venía a ser un aspecto de la inserción de<br />

la economía dominicana en la economía internacional, que marchó a ritmo acelerado<br />

hasta la depresión de 1929.<br />

CUADRO 6.1<br />

IMPORTACIONES DE CERVEZAS, 1905-1930<br />

Año Producto Unidad Cantidad Valor<br />

1905 cerveza doc.botellas 25,563 32,151<br />

1906 cerveza doc.botellas 40,099 59,011<br />

1907 cerveza doc.botellas 48,127 72,426<br />

1908 cerveza doc.botellas 41,518 64,678<br />

1909 cerveza litros 371,995 68,702<br />

1910 cerveza litros 451,498 88,669<br />

1911 cerveza litros 458,844 87,991<br />

1912 cerveza litros 544,220 107,091<br />

1913 cerveza litros 770,801 147,182<br />

1914 cerveza litros 599,332 105,097<br />

1915 cerveza litros 688,404 113,574<br />

1916 cerveza litros 999,937 168,901<br />

1917 cerveza y malta litros 1,228,969 223,695<br />

1918 cerveza y malta litros 867,099 180,112<br />

1919 cerveza y malta litros 995,418 292,576<br />

1920 cerveza y malta litros 1,269,090 397,713<br />

1921 cerveza y malta litros 755,236 197,970<br />

1922 cerveza y malta litros 718,759 167,274<br />

1923 cerveza y malta litros 886,276 183,464<br />

1924 cerveza y malta litros 1,061,217 222,172<br />

1925 cerveza y malta litros 1,136,954 240,765<br />

1926 cerveza y malta litros 1,349,933 249,266<br />

1927 cerveza y malta litros 1,881,389 349,574<br />

1928 cerveza y malta litros 2,088,805 394,283<br />

1929 cerveza y malta litros 1,698,783 340,768<br />

1930 cerveza y malta litros 973,178 196,323<br />

Fuente: Receptoría General de Aduanas.


Capítulo 6|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|142|<br />

|143|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|Capítulo 6<br />

Se observa que las <strong>importaciones</strong> comenzaron a crecer más rápido a partir de 1916. La<br />

prosperidad creada a raíz <strong>del</strong> estallido de la Primera Guerra Mundial, ocasionada por el<br />

incremento en el precio <strong>del</strong> azúcar y otros géneros de exportación, elevó notablemente<br />

el consumo de la cerveza. Se cumplía como nunca la ecuación que hacía depender, en<br />

medida sustancial, el aumento <strong>del</strong> consumo de cerveza de las coyunturas económicas<br />

favorables. De la misma manera, se cumplía una segunda ecuación, mediante la cual los<br />

hitos de avance <strong>del</strong> consumo coincidían con momentos de expansión de los sectores<br />

urbanos. Entre 1916 y 1920 se cumplieron ambas condiciones, por cuanto la economía<br />

experimentó una coyuntura favorable, que repercutió en un nuevo momento de ampliación<br />

de los sectores modernos, mucho más importante que la acontecida en la<br />

década de 1880. Esto fue debido a la conjunción de la expansión de la producción<br />

azucarera, aunque con efectos bastante focalizados en el Sureste, con las medidas adoptadas<br />

por el Gobierno Militar de Estados Unidos. En esos años se trazó el armazón de<br />

la red nacional de carreteras, se expandió la población urbana, se incrementó el uso de<br />

artículos importados y, en fin, determinados sectores vivieron bajo los efectos de la<br />

deslumbrante prosperidad de la «danza de los millones».<br />

En contraste con el más lento crecimiento de los años previos –una tasa promedio anual<br />

de 10.9% entre 1911 y 1915–, entre 1915 y 1920 el volumen de las <strong>importaciones</strong> de<br />

cerveza registró un incremento promedio anual de 16.2%. En vinculación con esta dinámica<br />

<strong>del</strong> consumo y la multiplicación de los medios de comunicación, como aspecto<br />

derivado de la coyuntura económica expansiva, hizo eclosión la publicidad sistemática<br />

de las marcas de cerveza, lo que redundó en el crecimiento <strong>del</strong> consumo.<br />

Durante los años siguientes se registró un retroceso en el consumo a causa de la depresión<br />

en que se vio sumida la economía dominicana por efecto de la caída de los precios<br />

<strong>del</strong> azúcar y demás géneros de exportación a fines de 1920. Sin embargo, en la medida<br />

en que esa crisis fue de corta duración, no se alteró el estilo de desarrollo.Tan pronto se<br />

recuperaron los precios de las exportaciones, el país volvió a adquirir volúmenes crecientes<br />

de <strong>importaciones</strong>. Desde 1924 volvió a observarse una tendencia a la recuperación<br />

de las <strong>importaciones</strong> de cerveza, pasando de los 886,276 litros de 1923 a un tope<br />

de 2,088,805 en 1928.Aunque durante los años de administración de Horacio Vásquez<br />

no se reiteró un ambiente de tanta prosperidad como en vísperas <strong>del</strong> crack de 1920, se<br />

registró un mayor volumen de importación de cerveza, a tono con la correlación entre<br />

esta y la emergencia de los sectores urbanos modernos. Expresión de ello fue que para<br />

1926, o sea, dos años después de que comenzara la recuperación, el monto de <strong>importaciones</strong><br />

de cerveza fuese superior al de 1920. Esto no se reflejó en los valores a causa de<br />

que en 1920 y años previos se asistió a un proceso inflacionario. Después de elevarse los<br />

precios de la cerveza durante los primeros años de la ocupación militar norteamericana,<br />

volvieron a caer y a situarse en niveles similares a los existentes antes de 1916, como<br />

se advierte en los siguientes datos sobre precios unitarios de las <strong>importaciones</strong>.<br />

CUADRO 6.2<br />

PRECIOS DEL LITRO DE CERVEZA EN ADUANA<br />

(En dólares)<br />

1912 0.19<br />

1920 0.31<br />

1924 0.20<br />

De nuevo, tras la salida de las tropas norteamericanas, entre 1924 e <strong>inicios</strong> de 1930, con<br />

una coyuntura de precios elevados de los géneros de exportación hasta 1928, el crecimiento<br />

registraba ventajas adicionales a las coyunturas anteriores en lo que respecta a la<br />

factibilidad de la producción de renglones industriales para el mercado interno. Entre<br />

ellas se deben destacar la creación <strong>del</strong> mercado nacional unificado, la consolidación de<br />

ciertas franjas urbanas de clase media y un Estado fortalecido que mantenía un activo<br />

programa de obras públicas, con obvias consecuencias en la demanda interna.<br />

El auge sostenido <strong>del</strong> consumo de cerveza durante el segundo lustro de la década de<br />

1920 estaba llamado a preparar las condiciones para que, por segunda vez, se plantease<br />

la producción local de cerveza a gran escala, esta vez llamada a perdurar.<br />

Los centros de consumo<br />

Durante las décadas finales <strong>del</strong> XIX y las iniciales <strong>del</strong> <strong>XX</strong> la cerveza se consumía, casi exclusivamente,<br />

en lugares públicos.Todavía, por ejemplo, no se estilaba que los invitados<br />

en una casa fueran obsequiados con cerveza, como sería característico décadas después. 5<br />

No obstante el lento ritmo de la urbanización, se incrementó el peso de establecimientos<br />

como restaurantes, bares y cafeterías, en los cuales se consumía cerveza. Claro<br />

está, en comparación con la situación actual se trataba de algo muy restringido, puesto<br />

que las ciudades eran pequeñas y con población básicamente pobre o modesta. Basta<br />

considerar que en Santo Domingo, en 1908, apenas se contaron 24 lugares de expendio<br />

de comida, catalogados como «restaurantes». Pero los sectores de ingresos medios<br />

y altos fueron afianzando la costumbre de frecuentar lugares públicos, donde podían<br />

consumir diversos tipos de bebidas o alimentos.


Capítulo 6|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|144| |145|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|Capítulo 6<br />

Incidía en esta modalidad <strong>del</strong> consumo el hecho de que todavía eran muy escasos los<br />

refrigeradores en los hogares, de forma que quienes aspiraban a consumir la cerveza<br />

fría tenían que hacerlo directamente en establecimientos dotados de sistemas de enfriamiento<br />

y conservación de sus bebidas. Por ello, el consumo de cerveza pasó a matizar<br />

un espacio de conversación en lugares públicos, dadas sus cualidades refrescantes<br />

y festivas.<br />

En algunos lugares <strong>del</strong> país, donde la urbanización se hizo más acentuada, se manifestó<br />

con más fuerza la generalización de los restaurantes. Por ejemplo, en San Pedro<br />

de Macorís, la ciudad de la modernidad por excelencia entre 1900 y 1930, inmigrantes<br />

españoles y de otros países fundaron restaurantes que tuvieron una existencia<br />

prolongada y pasaron a formar parte de las tradiciones locales. Es cierto que<br />

explica que los clubes, que a menudo también contaban con restaurantes o bares, se<br />

hicieran sitios de consumo de licores y cerveza, vistos como bebidas cuyo consumo<br />

implicaba estar a tono con un status social. En cada población de cierta dimensión existía<br />

al menos un club de la primera «sociedad», pero en las grandes se dividían entre los<br />

de primera, segunda y, a veces, tercera. Si bien los sectores acomodados se ubicaban en<br />

los primeros, los de segunda procuraban emular sus modales. En San Pedro de Macorís<br />

el principal club de primera era el Dos de Julio, al que se agregaban el Centro Español,<br />

el Centro Puertorriqueño y el Centro Sirio, como sus nombres lo indican destinados a<br />

los colectivos más numerosos de inmigrantes. 6<br />

Como en cada caso podía haber circunstancias particulares entre los medios superiores,<br />

en Macorís había familias de inmigrantes alemanes que contribuyeron a popularizar la<br />

Banquete al doctor<br />

Ramón Báez,<br />

ex-presidente<br />

de la República.<br />

no surgió entonces, de acuerdo a don Francisco Comarazamy, un lugar especial de<br />

consumo de cerveza, pero esta era ya un artículo común en los restaurantes. Dentro<br />

de esa ciudad se distinguieron establecimientos como el Apolo, fundado por la familia<br />

española Ariza, o el de los Nadal.También comenzó a ser usual en varias ciudades<br />

la llegada de inmigrantes chinos, que fundaron restaurantes que tenían por característica<br />

ofrecer la comida de su país a precios mucho más reducidos que los típicos<br />

de otros restaurantes.<br />

Para la gente de «sociedad» beber cerveza comenzó a ser signo de distinción. Es lo que<br />

cerveza entre los estratos superiores de la ciudad. Algunos de ellos, como los Biedermann<br />

y los suizos Lexhorn, se dieron a conocer como persistentes consumidores de la<br />

bebida.<br />

Estos alemanes eran en su mayoría comerciantes, algunos especializados en el comercio<br />

con su país.Así, la cerveza se tornó en uno de los renglones básicos de las <strong>importaciones</strong><br />

desde Alemania, a causa de la incidencia de estos residentes alemanes. En todo caso, en<br />

Macorís había agentes de algunas marcas reconocidas, como La Niña, representada por<br />

Miguel A. Prestol.<br />

Centro<br />

de Recreo,<br />

Santiago.<br />

Anuncio de<br />

Cerveza Niña.


Capítulo 6|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|146| |147|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|Capítulo 6<br />

Anuncio de<br />

Cerveza Heineken.<br />

La preponderancia alemana<br />

La información estadística desde fines <strong>del</strong> XIX y a lo largo de las primeras décadas <strong>del</strong><br />

<strong>siglo</strong> <strong>XX</strong> muestra que, salvo durante los años de la Primera Guerra Mundial, predominó<br />

el consumo de la cerveza alemana. En décadas anteriores, como se ha visto, primaba<br />

la traída de Inglaterra. El avance de la cerveza alemana debió arrancar en los años<br />

postreros <strong>del</strong> XIX, como parte <strong>del</strong> auge de los intercambios con Alemania, a tono con<br />

el desarrollo económico de ese país, que lo llevó a ser la primera potencia de Europa.<br />

Por ello, el cenit de la participación alemana en las <strong>importaciones</strong> de cerveza se produjo<br />

en vísperas de la Primera Guerra Mundial. Años más tarde, durante la década de<br />

1920, se hicieron estimados en el sentido de que la cerveza cubría más <strong>del</strong> 10% de las<br />

exportaciones alemanas a República Dominicana.<br />

Desde que se dispone de cifras estadísticas regulares sobre las <strong>importaciones</strong> se advierte<br />

la primacía de la cerveza alemana. En 1905, primer año en que se tiene un desglose<br />

por países, de Alemania venían 20,061 docenas de botellas, de un total de 25,563, lo que<br />

representaba el 78% de la cerveza importada; le seguían Estados Unidos con 16% y<br />

Francia con 3%. 7 En lo fundamental, la alta ponderación de la importación de cerveza<br />

alemana se mantendría inalterada en los años siguientes. Si bien en 1906 la participación<br />

alemana en el suministro de cerveza se redujo a 72% (a causa de un incremento<br />

de la participación norteamericana a 23%), en 1909 se elevó nada menos que a 83%.<br />

Básicamente una situación parecida se observa en los datos de la Receptoría de Aduanas<br />

a fines de la década de 1920, no obstante el cese <strong>del</strong> comercio con Alemania durante<br />

la Primera Guerra Mundial. Para tomar un año, en 1927 Alemania seguía dominando<br />

con 74% <strong>del</strong> total, por un monto de US$259,629, lo que significaba el 12% <strong>del</strong><br />

total de las <strong>importaciones</strong> procedentes de ese país, que a su vez representaban el 7.8%<br />

<strong>del</strong> total de las <strong>importaciones</strong> nacionales. 8<br />

Otros países tuvieron incidencia considerable en la evolución <strong>del</strong> mercado cervecero.<br />

Algunas de las marcas de Estados Unidos gozaban <strong>del</strong> favor de cierto público. Fue el segundo<br />

país en importancia en la cerveza importada, aunque a considerable distancia de<br />

Alemania. Asimismo, se observan otros países con participaciones significativas, aunque<br />

claramente por debajo de Estados Unidos. En los años finales de la década de 1920 también<br />

Holanda tenía una participación en la importación de cerveza. No muy atrás estaba<br />

Gran Bretaña, sobre todo si se adiciona Escocia. Esto último evidencia que persistió<br />

durante largo tiempo el gusto por el tipo ale, de fermentación alta y generalmente<br />

oscura, como reminiscencia <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> XIX. No obstante, ya se advertía una tendencia evidente<br />

al avance de la lager, lo que tenía su principal expresión en el peso de las marcas<br />

de Estados Unidos.<br />

La primacía alemana indica que la mayoría de los bebedores de cerveza seguían prefiriendo<br />

los tipos de sabor fuerte, como eran los más comunes en ese país. Sin embargo,<br />

quedaba atrás la preferencia previa por la cerveza de fermentación alta que se traía de<br />

Gran Bretaña a lo largo <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> XIX, al tiempo que no calaba mucho la cerveza ligera<br />

predominante en Estados Unidos. Nonagenarios entrevistados señalan que la generalidad<br />

<strong>del</strong> público rechazaba la cerveza norteamericana por encontrarla aguada o insípida.<br />

9 De la misma manera, señalan que tampoco gustaban los tipos muy amargos de<br />

cerveza llegada de Alemania y otros países, aunque el hecho de que siguieran consumiéndose<br />

resulta indicativo de que mantenían un residuo de fieles.<br />

Esta orientación de las preferencias por un espectro bastante definido de tipos estaba<br />

llamada a sentar las bases para la cerveza que se plantearía producir la Cervecería Nacional<br />

Dominicana desde 1929.<br />

Ampliación de las marcas<br />

Hasta los primeros años <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong> resultaba excepcional encontrar en la prensa una<br />

mención explícita de una marca de cerveza. Los establecimientos generalmente anunciaban<br />

cerveza por el país de origen y, solo ocasionalmente, su tipo, como Stout o Ale.<br />

Es de anotar que una de las primeras marcas cuyo nombre se reiteró, como se vio en el


Capítulo 6|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|148|<br />

|149|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|Capítulo 6<br />

capítulo anterior, fue la cerveza Congreso, la competencia importada de la cerveza de<br />

fabricación nacional hasta 1897.<br />

Cuando comenzó la proliferación de anuncios se evidencia la primacía <strong>del</strong> consumo de<br />

la cerveza alemana. Unicamente durante los años de la Primera Guerra Mundial e inmediatamente<br />

posteriores, desaparecieron las marcas alemanas, no solo por los efectos<br />

de la guerra sino por las presiones adicionales ejercidas por el Gobierno Militar norteamericano,<br />

que lanzó una campaña para proscribir la colonia alemana y los productos de<br />

ese país.<br />

Durante las primeras décadas <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong> el mercado se caracterizó por una profusión<br />

de marcas. <strong>Las</strong> grandes casas comerciales de Santo Domingo e incluso de algunas ciudades<br />

importantes, especialmente San Pedro de Macorís, Santiago y Puerto Plata, controlaban<br />

la importación de una o varias marcas y tenían a su cargo su promoción.Aunque,<br />

como se verá, algunas eran las predominantes en las preferencias <strong>del</strong> público, apenas<br />

comenzaba la etapa de las marcas de comercialización masiva, generalmente producidas<br />

en Estados Unidos.Tal situación se puso de manifiesto en la década de 1920, especialmente<br />

en su segunda mitad, cuando ya aparecieron marcas con amplia difusión<br />

internacional, tanto de Estados Unidos como en menor medida de algunos países europeos.<br />

Entre las marcas norteamericanas inicialmente sobresalía la Schlitz y entre las<br />

europeas, la Heineken.<br />

Para apreciar las características y evolución <strong>del</strong> mercado cervecero conviene referirse a<br />

la aparición de marcas en la publicidad de la prensa por lustros.<br />

CUADRO 6.3<br />

MARCAS DE INICIOS DEL SIGLO <strong>XX</strong><br />

Marca Representante País de origen<br />

1916-1920<br />

Ballantines Rafael Brache EEUU<br />

Champagne Beer<br />

Palma Real<br />

Tellado y Co.<br />

Polar Fernández Hermanos Cuba<br />

Schlitz<br />

Puerto Rico<br />

EEUU<br />

Continúa<br />

Marca Representante País de origen<br />

1921-1925<br />

Boya M. Suárez Alemania-Bremen<br />

Pilsener<br />

Caballo<br />

Globo<br />

Alemania-Bremen<br />

Alemania<br />

Granadero Fernández Hermanos Alemania<br />

Machete<br />

Fernández Hermanos<br />

Malt-Nutrine L. Biedermann (SPM) EEUU- St. Louis<br />

y José Borrás (resto país)<br />

Niña<br />

A. Gotschalk<br />

Viking<br />

Alemania-Bremen<br />

1926-1930<br />

Caballo Font Gamundi Alemania-Bremen<br />

Catedral Freites Hermanos Alemania-Bremen<br />

Daysi-Brand Miguel A. Prestol (SPM) Alemania<br />

Favorita González Flores y Co. Alemania-Bremen<br />

Globo<br />

Alemania<br />

Granadero Fernández Hermanos Alemania<br />

Holsten Freites Hermanos Alemania<br />

Kutz<br />

Malta Engelhardt<br />

Paloma<br />

Patzenhofer<br />

Tres Leones<br />

1931-1935<br />

Budweiser<br />

Alemania<br />

Alemania<br />

Alemania<br />

Alemania<br />

EEUU<br />

Cristal Palatino Nueva Fábrica de Hielo Cuba<br />

Holsten<br />

Alemania<br />

La Tropical Nueva Fábrica de Hielo Cuba<br />

La Tropical Excelsior (negra) Nueva Fábrica de Hielo Cuba<br />

Maltina Tívoli Nueva Fábrica de Hielo Cuba<br />

Polar<br />

Schlitz<br />

Cuba<br />

EEUU<br />

Tennent Lockie y Co. Gran Bretaña<br />

Tívoli Nueva Fábrica de Hielo Cuba


Capítulo 6|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|150|<br />

|151|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|Capítulo 6<br />

La españolización de marcas<br />

Un aspecto de interés en la promoción de las marcas fue la españolización de sus nombres,<br />

tanto mediante una aproximación al idioma español <strong>del</strong> nombre alemán, como mediante<br />

el cambio de nombre, buscando asociar las marcas con el medio dominicano. El<br />

nuevo nombre, aparentemente, podía resultar de una traducción <strong>del</strong> original o podía no<br />

tener nada que ver con él. Por desgracia, no hay información disponible para establecer<br />

cuándo acontecía una cosa u otra. Es posible que nombres como Favorita o Caballo, marcas<br />

alemanas muy populares a fines de la década de 1920, fueran traducciones literales de<br />

las marcas originales. Otras marcas debieron implicar nombres nuevos, adaptados al público<br />

local o, eventualmente, de diversos países de la región. Entre los nombres que sugiere<br />

esta estrategia de mercadeo se encuentra visiblemente la marca alemana Machete. Pero tal<br />

vez la representación más acabada de este propósito de «dominicanización» de la marca se<br />

encuentra en la cerveza Boya, fabricada y embotellada en Hamburgo, pero con una etiqueta<br />

dirigida exclusivamente al público dominicano. El aspecto más relevante de esta<br />

simbología estribó en la inserción de la bandera dominicana como componente de la etiqueta.<br />

En otros casos, la publicidad de las marcas ponía énfasis en la aproximación con el<br />

medio dominicano, como fue característico de algunas marcas cubanas, que desplegaron<br />

estrategias publicitarias que involucraban cercanía con la gente, como lo logró la Polar.<br />

Es de notar que entre las marcas que se destacaron en la españolización de sus nombres,<br />

algunas estaban registradas a nombre de los mismos propietarios.Al parecer, hubo especialización<br />

en algunas cervecerías alemanas en la exportación al país, lo que más a<strong>del</strong>ante<br />

también ocurrió sobre todo con marcas cubanas. Fue el caso de las marcas Catedral y<br />

Caballo, ambas a nombre de Wilhelm Remmer, de la Bierbrauerei de Bremen, registradas<br />

por el abogado José Antonio Jiménez Domínguez. 10 En ambos casos, por las descripciones<br />

<strong>del</strong> registro de marca de fábrica, es presumible que se tradujese únicamente el<br />

nombre de la marca, puesto que los dibujos de las etiquetas hacen referencia a motivos<br />

alemanes.También algunos de los representantes hicieron los registros en la Secretaría de<br />

Fomento y Comunicaciones con el fin de evitar que otros comerciantes las distribuyesen<br />

o, en el límite, trajesen o fabricasen un artículo con igual nombre. Fue el caso de la<br />

Schlitz, a favor de Jos Schlitz Beverage Co., de Milwaukee,Wisconsin, Estados Unidos,<br />

representada por el abogado Américo Lugo, por el término de veinte años. 11 Igualmente,<br />

por la misma época, el abogado Luis Logroño registró la marca Boy Beer, a favor de<br />

la Compañía Forenede Bryggerier, de Copenhague, Dinamarca. 12<br />

La descripción de la Boy Beer en la resolución de la Secretaría de Fomento y Comunicaciones<br />

es la siguiente:<br />

«Consiste dicha marca de fábrica en un óvalo a dos colores, rojo y dorado, colocado perpendicularmente,en<br />

cuyo centro,en otro óvalo blanco más pequeño,aparece en negro,una<br />

figura de perfil, de muchacho de restaurant, llevando en la mano derecha una bandeja con<br />

una botella y un vaso. Sobre la cabeza <strong>del</strong> muchacho aparece en letras blancas, con perfil<br />

negro, en fondo rojo, las palabras «Boy Beer»; y a los pies, la palabra «Registered» en el fondo<br />

blanco; debajo de esta palabra se lee, en el mismo fondo contentivo de las palabras Boy<br />

Beer, la frase «Tuborg Pilsener» en letras blancas sin perfil; rodeando la figura y el fondo rojo<br />

mencionados, y cubriendo los dos tercios inferiores <strong>del</strong> óvalo, se leen en letras negras sobre<br />

fondo dorado las siguientes palabras: «Purveyors to the Royal Danish Court», a la izquierda;<br />

grabada a continuación una estrellita negra; luego la frase «Brewed and Bottleled at<br />

the Tuborg Breweries Ltd. Copenhagen», otra estrellita negra; y por último a la derecha, las<br />

Anuncio de<br />

Cerveza Boya<br />

con la bandera<br />

dominicana.


Capítulo 6|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|152|<br />

|153|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|Capítulo 6<br />

palabras «Purveyors to the Royal Swedish Court». Coronando el todo <strong>del</strong> óvalo, una especie<br />

de asa o de corona en fondo rojo, en cuyo centro se ven las letras B y T, la primera acostada<br />

y la otra saliendo verticalmente de su centro.» 13<br />

Varias de estas marcas tenían agentes en las principales ciudades <strong>del</strong> país, por lo cual es<br />

de presumir que se consumían más que las restantes. Era el caso de la marca Niña, que<br />

tenía en Puerto Plata como agente a Jaime T. Batlle y en toda la región suroeste a Acevedo<br />

y Co. 14<br />

Algunas de las marcas con mayor presencia en el mercado dominicano desplegaron<br />

argumentos tendentes a convencer al público de que su producto era de superior calidad<br />

y dotado de propiedades alimenticias y medicinales. Fue el caso de la Favorita,<br />

cuyos representantes la hicieron analizar en el Laboratorio Nacional, dependiente de<br />

la Secretaría de Estado de Sanidad y Beneficencia, en mayo de 1928. El oficial Federico<br />

Burgos, en fecha 15 de junio, emitió un certificado <strong>del</strong> análisis químico, llegando a<br />

la conclusión de que esa marca «ha merecido el calificativo de BUENA porque sus elementos<br />

constitutivos corresponden a un producto de superior calidad y por consiguiente<br />

inofensivo y provechoso para el consumo humano.» 15<br />

Finalmente, en la memoria colectiva a partir de la década de 1940 muchas de las marcas que<br />

anteriormente llegaban al país quedaron opacadas por una tendencia a la concentración de<br />

las preferencias en algunas de ellas y por el auge de las marcas de la Cervecería Nacional<br />

Dominicana, especialmente la Presidente. Esta selección de la memoria se debe a que esas<br />

marcas se ofertaban entre los años treinta y cuarenta. Entre ellas sobresalen las siguientes,<br />

de acuerdo a los entrevistados: Spatten, Guinnes, Schlitz, Budweiser y Pabst.<br />

Anuncio de<br />

Cerveza Favorita.<br />

Anuncio de<br />

Cerveza Niña.<br />

LA FAVORITA, MARCA EN ESPA-<br />

ÑOL. El registro de marca de fábrica<br />

de La Favorita la describe de la siguiente<br />

manera: «Consiste esta marca<br />

de fábrica en una figura de mujer,<br />

en un fondo oscuro, con un vaso en<br />

una mano que simula la cerveza de<br />

dicha marca y una inscripción en la<br />

parte superior que dice en letras doradas:<br />

«CERVEZA FAVORITA», y otra<br />

inscripción en la parte inferior que<br />

dice en letras <strong>del</strong> mismo color:<br />

«GERMANIA-BREWERY-BREMEN».<br />

«Made in Germany», encerradas en<br />

dos círculos, en forma de óvalo de 4<br />

por 3 pulgadas; facsímile que se<br />

destina al frente de las botellas de<br />

cerveza de dicha marca...»


Capítulo 6|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|154|<br />

|155|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|Capítulo 6<br />

Hitos publicitarios y artísticos<br />

La práctica de un nuevo deporte, el béisbol, surgió durante la dictadura de Heureaux al<br />

amparo <strong>del</strong> creciente gusto por la cerveza. Específicamente, la Fábrica de Cerveza<br />

Nacional patrocinó los primeros partidos. La formación de equipos tuvo por primer<br />

hito el año 1891, justo cuando se construía el edificio de esa cervecería. 16 Algunos residentes<br />

cubanos tuvieron una participación protagónica en estos prolegómenos, entre<br />

los cuales sobresalieron los hermanos Alomar, herreros de profesión. Tiempo después<br />

contaron con el patrocinio <strong>del</strong> administrador de la empresa, mister Orr. Sintomáticamente<br />

uno de los equipos recibió el nombre de Cervecería, mientras el otro El Cauto<br />

o Los Cubanos. En el primero de los equipos la mayoría de sus jugadores eran empleados<br />

de la Fábrica de Cerveza Nacional.<br />

por sí modesto, no pudieran patrocinar actividades culturales y deportivas. Aun así, algunas<br />

desplegaron mecanismos publicitarios que implicaron trascender el anuncio más<br />

convencional.<br />

La primera expresión de alternativas de ese género lo ofreció la marca cubana Polar,<br />

cuyos representantes en el país decidieron promoverla en el ámbito <strong>del</strong> carnaval, participando<br />

en el desfile de carrozas que se organizaba con motivo <strong>del</strong> aniversario de la<br />

Restauración, el 16 de agosto de 1919, con efecto muy favorable por la calidad de la<br />

carroza. La revista Renacimiento le dedicó la portada, ofreciendo la información de que<br />

la carroza fue preparada por la señorita Tula Sánchez y la señora Elisa Sanz, esta última<br />

directora de la Escuela de Labores, por iniciativa de los distribuidores Fernández Hermanos.<br />

18 Como se observa en la foto, la carroza representó un ambiente ártico, en re-<br />

Anuncios de<br />

Cerveza Polar.<br />

Los partidos se llevaban a cabo en una explanada próxima a la cervecería, en las inmediaciones<br />

de la costa, donde posteriormente se construiría el primer estadio. Eso explica<br />

que, además <strong>del</strong> estímulo ofrecido por mister Orr, un cantinero <strong>del</strong> restaurante La<br />

Alhambra, como se ha visto un centro cervecero próximo al local de la planta, Herr Hermann,<br />

se contara entre los más conspicuos patrocinadores <strong>del</strong> novedoso deporte. 17<br />

Para que se reiterara una labor promocional de la cerveza de esa magnitud, habría<br />

que esperar a 1930, tras la fundación de la Cervecería Nacional Dominicana. Es lógico<br />

que marcas importadas, cada una con una participación diluida en un mercado de<br />

ferencia al nombre de la marca, dentro <strong>del</strong> cual sobresalía un oso blanco.Tal participación,<br />

en un medio todavía restringido de negocios, tuvo que ser producto de una especial<br />

inserción de los distribuidores, los comerciantes españoles hermanos Fernández,<br />

cuyo almacén aparece en una de las fotos.<br />

Pocos años después los distribuidores de la marca Catedral le pidieron al compositor<br />

Salvador Sturla, uno de los más conocidos <strong>del</strong> país, sobre todo por sus criollas, que compusiera<br />

un fox trot, que tituló Cerveza Catedral: 19<br />

Carroza de<br />

Cerveza Polar<br />

1919.


Capítulo 6|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|156|<br />

|157|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|Capítulo 6<br />

Porque la vida es<br />

sueño, sí señor;<br />

porque no hay vida dulce<br />

sin amor,<br />

la loca alegría <strong>del</strong> placer<br />

nos la brinda la boca de la mujer.<br />

Cuando al paso ardiente <strong>del</strong> fox-trot<br />

siento junto a mi cara tu rubor,<br />

la vida sueño se convierte en flor,<br />

y en ideal<br />

la «Cerveza Catedral».<br />

a la marca de cerveza. 20 Por desgracia, no se ha localizado ese impreso y no se conoce<br />

todavía la partitura y el texto de la melodía.<br />

Ya en la década de 1930, cuando el consumo se había popularizado aún más, se recogieron<br />

mayores motivos artísticos y literarios relativos a la cerveza. Fue el caso de la<br />

reproducción <strong>del</strong> poema El vaso de cerveza, <strong>del</strong> colombiano Enrique Arciniegas, con<br />

motivo de su fallecimiento.<br />

«Dame cerveza», al fin la dije rudo<br />

Y mientras la cerveza me servía<br />

Contener una lágrima no pudo,<br />

Y cayó al vaso en que el licor hervía.<br />

Anuncio<br />

de Cerveza<br />

Catedral.<br />

«Bebamos ambos», añadí, que el frío<br />

Del corazón destierra la cerveza,<br />

Y al acercar el vaso al labio mío<br />

Me detuvo la mano con presteza.<br />

«Voy a cambiarla», dijo triste un tanto,<br />

Y respondíle en voz desfallecida:<br />

«No la cambies, que hiel en vez de llanto<br />

He bebido en el cáliz de la vida». 21<br />

La redacción de la prestigiosa revista ponderó la composición como una «pequeña obra<br />

maestra» en su género, que «no tardará en hacerse entre nosotros tan popular como lo<br />

es su simpático autor», ya que «hay en él gracia, belleza y frescura de inspiración».Tampoco<br />

esta composición a la cerveza fue aislada, pues se encuentra algún que otro caso<br />

adicional. El más llamativo es un tango compuesto a la marca de la cerveza Doctor, <strong>del</strong><br />

cual hay noticia en un periódico de San Pedro de Macorís, por obsequio de su representante<br />

Miguel A. Prestol. La composición fue escrita por el maestro Leopoldo Gómez,<br />

con letra <strong>del</strong> poeta Miguel A. Guerrero R. El tango fue «finamente impreso» en honor<br />

Intentos de fabricación<br />

Ante la expansión <strong>del</strong> consumo de cerveza se plantearon tentativas de producirla localmente.<br />

Estas iniciativas tardaron bastante tiempo, seguramente por la lección dejada por<br />

el fracaso de la Gran Fábrica de Cerveza Nacional de Ciudad Nueva. De igual manera,<br />

debió pesar la continuación de la primacía <strong>del</strong> consumo de ron. Es la razón por la<br />

cual se mencionaban ideas de mejorar la calidad <strong>del</strong> ron o de fabricar otros licores fuertes,<br />

pero no de cerveza. Es el caso de la idea <strong>del</strong> economista José Ramón Abad en el<br />

sentido de que se utilizasen diversos productos agrícolas para la preparación de alcoholes<br />

destilados. 22<br />

Sin embargo, surgieron iniciativas de fabricación de cerveza, aunque no están reseñadas<br />

por la prensa o la documentación revisada.Algunos de estos experimentos son mencionados<br />

en la prensa o referidos en las entrevistas realizadas. En todo caso, debió de tratarse<br />

siempre de experimentos a pequeña escala que no tuvieron mucho impacto o


Capítulo 6|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|158|<br />

|159|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|Capítulo 6<br />

continuidad. El primero en el tiempo se refiere a una sociedad entre dos puertorriqueños<br />

de apellidos Valois y Cristián, de los cuales surgió el nombre <strong>del</strong> establecimiento. Instalaron<br />

una microcervecería en la calle Santomé, casi esquina Malecón, hacia 1920, 23 o<br />

sea, coincidiendo con la máxima expansión de la demanda de bienes de consumo. Se<br />

ignora el tipo de cerveza producida, pero debió ser de fermentación baja, ya que se ofrecía<br />

muy fría.Ya la producción de hielo era una actividad consolidada en el país, a pesar<br />

de que podía atravesar por momentos precarios, como cuando la ciudad quedó un año<br />

sin servicio eléctrico a consecuencia <strong>del</strong> incendio de la planta generadora de electricidad.<br />

En cualquier caso, el hielo se enterraba como forma de conservarlo.<br />

Algún anuncio en la prensa llegó a salir de la cerveza ofertada por estos productores<br />

artesanales, pero la escasa repetición es muestra de que el negocio no llegó a prosperar.<br />

No obstante, la microcervecería de Valois y Cristián se dio a conocer por patrocinar<br />

carreras de bicicletas a lo largo <strong>del</strong> incipiente Malecón o Paseo Presidente Billini, que<br />

se extendía exclusivamente entre las calles 19 de Marzo y Santomé. Los premios para<br />

los ganadores consistían en cerveza fría.<br />

«la mezcla de una pequeña cantidad de alcohol puro con el ácido carbónico artificial.»<br />

Adujo que, en las condiciones <strong>del</strong> trópico, las maltas de cebada y maíz no eran<br />

aptas para producir cervezas, a menos de que se desnaturalizara el proceso industrial.<br />

Sin embargo consideró como posible la fabricación de cerveza a base de arroz terminado.<br />

Por el momento se limitó a ofrecer una variedad de productos, de acuerdo a la<br />

patente indicada. Señaló que los mismos tenían la ventaja de una graduación alcohólica<br />

de 3%, inferior a la requerida por el método convencional para la conservación en<br />

el trópico de 5%.<br />

En el anuncio en cuestión, Espaillat de la Mota indicó que lanzaba al mercado dos<br />

variedades de cerveza, la Malt Whisky and Ginger Ale y Granadina Champagne, ambas<br />

con 3% de alcohol. Por el momento esos productos se fabricarían exclusivamente en el<br />

Anuncio<br />

de Malt-Nutrine.<br />

Una patente original<br />

Como parte <strong>del</strong> incremento <strong>del</strong> consumo de cerveza y de las posibilidades que deparaba<br />

para su fabricación local, Francisco Espaillat de la Mota creó una empresa dedicada<br />

a fabricar «cervezas gaseosas». A tal efecto obtuvo una patente el 16 de abril de 1929,<br />

para un «proceso mejorado alcohólico gaseoso» de fabricación de varios tipos de cerveza.<br />

En un artículo publicado en la prensa diaria, el propietario de la fábrica expuso<br />

sucintamente los fundamentos de su propuesta industrial. 24 Adujo que en climas tropicales<br />

resulta imposible la fabricación «cerveza legítima», proveniente de la fermentación<br />

de la malta de cebada, a menos de que se le adicione alcohol destilado o se le agregara<br />

azúcar a la malta antes de fermentarla, opciones ambas que constituirían un contrasentido.<br />

Incluso, argumentaba este promotor industrial, la cerveza que llegaba al país<br />

no era exactamente la original, puesto que, según su criterio, tenía un alcohol destilado<br />

agregado con fines de conservación ante el calor. En todos los casos, señalaba que<br />

la cerveza que llegaba al país requería una graduación alcohólica excesiva, de por lo menos<br />

5%.<br />

Aunque Espaillat de la Mota no entró en detalles acerca de las características de su<br />

patente industrial, indicaba que por el momento descartaba la posibilidad de producir<br />

cerveza basada en la fermentación de la malta. Sintetizó su propuesta con el término<br />

de «proceso alcohólico gaseoso», el único posible en el trópico, consistente en<br />

local de F. C. Coelho y Co., en la calle Presidente González No. 15, Santo Domingo.<br />

Ofreció una lista de precios que oscilaban entre 3 pesos la caja de 18 botellas a 7.50<br />

pesos la caja de 48 botellas.<br />

De igual manera, anunció la próxima fabricación de otras variedades de cervezas, según<br />

la misma fórmula patentada. Estas serían las siguientes: Cognac Fine Champagne, Monastere,<br />

Beer, Pru Dominicano, Elixir Napolitano, Citron Squask, Beer, Elixir de Cacao,<br />

Kummet Beer, y Franciskaner Beer. Se puede observar que el proyecto comportaba el<br />

aprovechamiento de frutos <strong>del</strong> país, como el cacao y el limón, o bien procedimientos


Capítulo 6|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|160| |161|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|Capítulo 6<br />

ya tradicionales, como el <strong>del</strong> pru; de igual manera, se proponía retomar fórmulas convencionales<br />

de cervezas y otras bebidas europeas.<br />

Por lo que indica el artículo, hacia <strong>inicios</strong> de mayo de 1929 comenzaron a fabricarse las<br />

dos variedades indicadas de «cerveza gaseosa», aunque no hay localizada ninguna otra<br />

referencia sobre el particular. Seguramente el flamante pequeño industrial careció <strong>del</strong><br />

capital necesario para promocionar sus productos y asegurar su distribución por el país.<br />

Es probable, igualmente, que el procedimiento artesanal por él concebido no terminara<br />

de ser <strong>del</strong> agrado <strong>del</strong> público, ya habituado a la cerveza convencional, no obstante su<br />

aseveración de que la que llegaba al país estaba desnaturalizada. Por lo demás, el próximo<br />

inicio de las operaciones de la planta de Cervecería Nacional Dominicana desmentiría<br />

la aseveración de que resultaba imposible producir cerveza dentro <strong>del</strong> país. Simplemente,<br />

se necesitaba de un volumen de capital para asegurar el refrigerado en el proceso de<br />

fermentación o envejecimiento <strong>del</strong> producto.<br />

Este no le puso marca a su producto, seguramente como medio de eludir el cumplimiento<br />

de exigencias legales. Se limitaba a ofrecer él mismo su cerveza en las calles,<br />

sobre todo en las proximidades <strong>del</strong> muelle, aprovechando la sed a quienes trabajaban<br />

bajo el sol.<br />

A pesar de que estas empresas no se ajustaban a los preceptos de control de la fabricación<br />

de cerveza, que se verán en el siguiente capítulo, no parece que encontraran<br />

obstáculos de parte de las autoridades. Supone el testigo que esos artesanos dejaron de<br />

producir por falta de competitividad, pero no por haber sufrido persecución de las<br />

autoridades. En esa época el gobierno emitió un reglamento que imponía requisitos<br />

estrictos para la fabricación de cerveza, los cuales implicaban un minucioso control por<br />

la Dirección de Rentas Internas. 27<br />

El recurso a la producción artesanal<br />

Todavía más a<strong>del</strong>ante, es decir, tras la fundación de la Cervecería Nacional Dominicana,<br />

y no obstante regulaciones legales para la fabricación de cerveza, se registra una corriente<br />

de fabricación en San Pedro de Macorís. Hacia fines de los años treinta, tal vez<br />

en vinculación con el procedimiento de los cocolos de fabricar cerveza de jengibre, se<br />

estiló en la principal ciudad <strong>del</strong> Este la producción de cerveza a muy pequeña escala,<br />

mediante malta y un insumo que se adquiría en farmacias, denominado flor de cerveza;<br />

al parecer no se utilizaba levadura. Se acudía al enfriado con hielo, aunque de manera<br />

precaria, ya que estos artesanos carecían de recursos para sistemas de refrigeración.<br />

Se limitaban a utilizar bloques de hielo que adquirían en las fábricas de ese producto.<br />

La particularidad de este proceso estribaba en que esos artesanos salían ellos mismos a<br />

la calle a ofrecer su producto. Al decir de un testigo, casi todos esos artesanos vivían en<br />

el sector de Miramar, en el cual vendían mayormente sus rústicas cervezas. 25<br />

Como parte de esa oferta de cerveza, de acuerdo a don Ramón Villaverde, sobresalió<br />

un tallercito artesanal propiedad de un pescador de nombre Carmelo, situado en las<br />

esquinas Retiro y Aurora, no lejos <strong>del</strong> muelle de Macorís.Tampoco en este caso quedó<br />

rastro documental alguno, ni siquiera la mínima expresión de publicidad, dada la<br />

dimensión diminuta de la empresa. Sin embargo, la cerveza de Carmelo se hizo <strong>del</strong><br />

conocimiento de muchos, al grado de que era reconocida por su parecido a la inglesa<br />

Tennent, de sabor amargo. Con todo, su consumo debió quedar restringido a personas<br />

que frecuentaban los sitios donde se movía el artesano-vendedor Carmelo. 26

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