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Las importaciones a inicios del siglo XX

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Capítulo 6|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|142|<br />

|143|<strong>Las</strong> <strong>importaciones</strong> a <strong>inicios</strong> <strong>del</strong> <strong>siglo</strong> <strong>XX</strong>|Capítulo 6<br />

Se observa que las <strong>importaciones</strong> comenzaron a crecer más rápido a partir de 1916. La<br />

prosperidad creada a raíz <strong>del</strong> estallido de la Primera Guerra Mundial, ocasionada por el<br />

incremento en el precio <strong>del</strong> azúcar y otros géneros de exportación, elevó notablemente<br />

el consumo de la cerveza. Se cumplía como nunca la ecuación que hacía depender, en<br />

medida sustancial, el aumento <strong>del</strong> consumo de cerveza de las coyunturas económicas<br />

favorables. De la misma manera, se cumplía una segunda ecuación, mediante la cual los<br />

hitos de avance <strong>del</strong> consumo coincidían con momentos de expansión de los sectores<br />

urbanos. Entre 1916 y 1920 se cumplieron ambas condiciones, por cuanto la economía<br />

experimentó una coyuntura favorable, que repercutió en un nuevo momento de ampliación<br />

de los sectores modernos, mucho más importante que la acontecida en la<br />

década de 1880. Esto fue debido a la conjunción de la expansión de la producción<br />

azucarera, aunque con efectos bastante focalizados en el Sureste, con las medidas adoptadas<br />

por el Gobierno Militar de Estados Unidos. En esos años se trazó el armazón de<br />

la red nacional de carreteras, se expandió la población urbana, se incrementó el uso de<br />

artículos importados y, en fin, determinados sectores vivieron bajo los efectos de la<br />

deslumbrante prosperidad de la «danza de los millones».<br />

En contraste con el más lento crecimiento de los años previos –una tasa promedio anual<br />

de 10.9% entre 1911 y 1915–, entre 1915 y 1920 el volumen de las <strong>importaciones</strong> de<br />

cerveza registró un incremento promedio anual de 16.2%. En vinculación con esta dinámica<br />

<strong>del</strong> consumo y la multiplicación de los medios de comunicación, como aspecto<br />

derivado de la coyuntura económica expansiva, hizo eclosión la publicidad sistemática<br />

de las marcas de cerveza, lo que redundó en el crecimiento <strong>del</strong> consumo.<br />

Durante los años siguientes se registró un retroceso en el consumo a causa de la depresión<br />

en que se vio sumida la economía dominicana por efecto de la caída de los precios<br />

<strong>del</strong> azúcar y demás géneros de exportación a fines de 1920. Sin embargo, en la medida<br />

en que esa crisis fue de corta duración, no se alteró el estilo de desarrollo.Tan pronto se<br />

recuperaron los precios de las exportaciones, el país volvió a adquirir volúmenes crecientes<br />

de <strong>importaciones</strong>. Desde 1924 volvió a observarse una tendencia a la recuperación<br />

de las <strong>importaciones</strong> de cerveza, pasando de los 886,276 litros de 1923 a un tope<br />

de 2,088,805 en 1928.Aunque durante los años de administración de Horacio Vásquez<br />

no se reiteró un ambiente de tanta prosperidad como en vísperas <strong>del</strong> crack de 1920, se<br />

registró un mayor volumen de importación de cerveza, a tono con la correlación entre<br />

esta y la emergencia de los sectores urbanos modernos. Expresión de ello fue que para<br />

1926, o sea, dos años después de que comenzara la recuperación, el monto de <strong>importaciones</strong><br />

de cerveza fuese superior al de 1920. Esto no se reflejó en los valores a causa de<br />

que en 1920 y años previos se asistió a un proceso inflacionario. Después de elevarse los<br />

precios de la cerveza durante los primeros años de la ocupación militar norteamericana,<br />

volvieron a caer y a situarse en niveles similares a los existentes antes de 1916, como<br />

se advierte en los siguientes datos sobre precios unitarios de las <strong>importaciones</strong>.<br />

CUADRO 6.2<br />

PRECIOS DEL LITRO DE CERVEZA EN ADUANA<br />

(En dólares)<br />

1912 0.19<br />

1920 0.31<br />

1924 0.20<br />

De nuevo, tras la salida de las tropas norteamericanas, entre 1924 e <strong>inicios</strong> de 1930, con<br />

una coyuntura de precios elevados de los géneros de exportación hasta 1928, el crecimiento<br />

registraba ventajas adicionales a las coyunturas anteriores en lo que respecta a la<br />

factibilidad de la producción de renglones industriales para el mercado interno. Entre<br />

ellas se deben destacar la creación <strong>del</strong> mercado nacional unificado, la consolidación de<br />

ciertas franjas urbanas de clase media y un Estado fortalecido que mantenía un activo<br />

programa de obras públicas, con obvias consecuencias en la demanda interna.<br />

El auge sostenido <strong>del</strong> consumo de cerveza durante el segundo lustro de la década de<br />

1920 estaba llamado a preparar las condiciones para que, por segunda vez, se plantease<br />

la producción local de cerveza a gran escala, esta vez llamada a perdurar.<br />

Los centros de consumo<br />

Durante las décadas finales <strong>del</strong> XIX y las iniciales <strong>del</strong> <strong>XX</strong> la cerveza se consumía, casi exclusivamente,<br />

en lugares públicos.Todavía, por ejemplo, no se estilaba que los invitados<br />

en una casa fueran obsequiados con cerveza, como sería característico décadas después. 5<br />

No obstante el lento ritmo de la urbanización, se incrementó el peso de establecimientos<br />

como restaurantes, bares y cafeterías, en los cuales se consumía cerveza. Claro<br />

está, en comparación con la situación actual se trataba de algo muy restringido, puesto<br />

que las ciudades eran pequeñas y con población básicamente pobre o modesta. Basta<br />

considerar que en Santo Domingo, en 1908, apenas se contaron 24 lugares de expendio<br />

de comida, catalogados como «restaurantes». Pero los sectores de ingresos medios<br />

y altos fueron afianzando la costumbre de frecuentar lugares públicos, donde podían<br />

consumir diversos tipos de bebidas o alimentos.

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