Primeras páginas de 'Chiquita' - Prisa Ediciones
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honor revelando, en voz alta, lo que cada una había soñado<br />
la noche anterior.<br />
Al concluir la pieza, el joven condujo a Cirenia junto<br />
a su esposo, les <strong>de</strong>dicó otro <strong>de</strong> sus saludos militares y no<br />
volvió a mirarlos en toda la noche. Cuando Can<strong>de</strong>la quiso<br />
averiguar <strong>de</strong> qué había hablado con él, Cirenia mintió. «De<br />
las nieves y los osos <strong>de</strong> Siberia», le dijo, y su prima, que esperaba<br />
algo más romántico, suspiró <strong>de</strong>cepcionada.<br />
Pasada la medianoche, cuando los Cenda se dispo nían<br />
a retirarse, el secretario <strong>de</strong>l gobernador les salió al paso y les<br />
anunció que al día siguiente el gran duque daría un paseo<br />
campestre. Para hacérselo más grato, al brigadier Andriani se<br />
le había ocurrido invitar a la excursión a algunos matrimonios<br />
<strong>de</strong> la Matanzas elegante. ¿Querrían el doctor Cenda y<br />
su señora, que tan buen francés hablaban, sumarse al grupo?<br />
Los excursionistas se reunieron en la plaza <strong>de</strong> Armas,<br />
al lado <strong>de</strong> la estatua <strong>de</strong> mármol <strong>de</strong> Fernando VII, y a las<br />
nueve <strong>de</strong> la mañana en punto el brigadier Andriani dio la<br />
or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> partida. La caravana <strong>de</strong> carruajes, encabezada por<br />
uno con adornos <strong>de</strong> plata y forro <strong>de</strong> terciopelo color vino<br />
tinto, en el que viajaban el gran duque y el gobernador, inició<br />
el trayecto hacia La Cumbre, una loma situada a tres<br />
millas <strong>de</strong> distancia. Des<strong>de</strong> allí los forasteros podrían admirar<br />
el mayor orgullo <strong>de</strong> los matanceros: el valle <strong>de</strong> Yumurí.<br />
Cirenia tenía la esperanza <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r echarle un vistazo al<br />
secretario enano, pero se llevó un chasco al no verlo por<br />
ninguna parte.<br />
Un grupo <strong>de</strong> soldados a caballo los escoltaba. «Para<br />
evitar sorpresas <strong>de</strong>sagradables», explicó Andriani.<br />
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