El análisis del discurso: del postmodernismo a las razones ... - Dialnet
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LUIS ENRIQUE ALONSO Y JAVIER CALLEJO<br />
• Intertextualistas: utilizan a Foucault como precursor metodológico y ocasionalmente<br />
lo articulan con Bajtin. Sorprende la filiación directa de los<br />
intertextualistas con Foucault, muy superior a su conexión con la <strong>del</strong> lingüista<br />
y crítico literario ruso Mijail Bajtin. No cabe duda de que en el autor francés<br />
está presente la intertextualidad, pudiéndose ir desde la descripción <strong>del</strong> análisis<br />
como puesta en relación <strong>del</strong> documento con la masa de documentos (Foucault,<br />
1992a: 14) hasta sentencias como: «todo <strong>discurso</strong> manifiesto reposaría secretamente<br />
sobre un ya dicho, y que este ya dicho no sería simplemente una parte ya<br />
pronunciada, un texto ya escrito, sino un “nunca dicho”, un <strong>discurso</strong> sin cuerpo,<br />
una voz tan silenciosa como un soplo, una escritura que no es más que la cruz de<br />
su propio trazo» (Foucault, 1992: 36). Hasta qué punto los intertextualistas<br />
(postmodernos) se acercan a esta concepción —secreta, un tanto mística, pero<br />
analíticamente potente, como el propio Foucault se encargó de mostrar—<br />
depende de cada caso concreto. Aun cuando la concepción de intertextualidad<br />
puede variar enormemente de un analista a otro, es el concepto fetiche que<br />
une a diversos autores, conduciéndoles, en la mayor parte de los casos, a<br />
encontrarse bajo la categoría de postmodernidad.<br />
• Constructivistas: aquí la utilización de Foucault, articulada especialmente<br />
con la etnometodología, viene dada por la consideración de éste como precursor<br />
de la afirmación de que <strong>las</strong> ciencias sociales construyen su objeto en su <strong>discurso</strong>,<br />
de manera que la relación entre <strong>discurso</strong> y poder es fundamentalmente<br />
epistemológica puesto que señalar algo como observable ya es construirlo.<br />
Puede servir de aclaración el que mientras los intertextualistas beben principalmente<br />
<strong>del</strong> Foucault de La arqueología <strong>del</strong> saber y <strong>El</strong> orden <strong>del</strong> <strong>discurso</strong>, los constructivistas<br />
lo hacen de la propuesta existente en Las palabras y <strong>las</strong> cosas.<br />
• Deconstructivistas: siguen la apuesta de Derrida de enfrentamiento crítico<br />
a los <strong>discurso</strong>s <strong>del</strong> saber, es decir, a los <strong>discurso</strong>s producidos principalmente en<br />
los ámbitos académicos. Derrida se ocupó especialmente de deconstruir el <strong>discurso</strong><br />
de la tradición filosófica. Deconstruir es el verbo que, utilizado por este<br />
autor, cuesta entender, salvo la evocación de bull-dozer tirando edificios y cierta<br />
apuesta hipercrítica, siendo una de <strong>las</strong> bases para que la obra de este autor<br />
haya sido tachada de irracional 15 . Deconstruir otras disciplinas es el objetivo de<br />
buena parte de los analistas de <strong>discurso</strong>s de esta corriente, debiéndose reconocer<br />
que, entre <strong>las</strong> ciencias sociales, la antropología es la que se ha llevado la<br />
mayor parte de <strong>las</strong> críticas, pues tal vez sea la menos directamente relacionada<br />
con ejercicios operativos —comparándose con la economía o la sociología.<br />
15<br />
Habermas, en el ámbito <strong>del</strong> <strong>discurso</strong> filosófico, o Reynoso, en la aplicación de estas propuestas<br />
a la investigación antropológica, subrayan la irracionalidad derridiana: «La deconstrucción<br />
fue, en su origen, un método para recusar y destruir argumentativamente pero sin razonar, es decir,<br />
sin incurrir en los dictámenes de la argumentación racional. Pero ¿cómo es eso posible?» (Reynoso,<br />
1991: 21).<br />
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