19.06.2014 Views

Brotes Negros Número 2

Publicacón de la Biblioteca Libertaria Ferrer i Guardia

Publicacón de la Biblioteca Libertaria Ferrer i Guardia

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Marta, la brevedad<br />

del infinito<br />

Se escucha un ruido sordo en el silencio de mis días y sobretodo, en el de mis noches. Es<br />

un ruido que estalla en mil ruiditos más pequeños. Es insoportable. Me recuerda a mí. La<br />

lógica de este sonido que puede conmigo es aplastante; el ruido soy yo. Soy yo partiéndome<br />

en mil pedazos y estos pedazos estallando en otros mil. Soy yo queriendo sentirme un cristal<br />

que se rompe desde el tejado de uno de los edificios de Gran Vía, para intentar herir una vez<br />

más a Madrid cuando quién se hiere es el cristal mismo con su destrucción.<br />

Rota, joder, no hay otra palabra para describirme ahora mismo. Rota y más vacía que el<br />

último chupito de tequila que me he hecho antes de que me echaran del bar tras perder la<br />

cuenta de no sé cuantos ya. Y mientras estoy en la puerta de ese bar con ganas de potar y<br />

de convertirme en el cristal que tengo roto al lado, me siento y pienso. Y pienso para colmo<br />

en ti. Maldigo para mis adentros la ocurrencia de que el alcohol te hace olvidar, yo te siento<br />

muy dentro, sé que estás muy cerca y lo peor, siento que estás lejos.<br />

Olvidemos la distancia que pueda separar nuestras camas en un par de calles. Olvidemos<br />

que quizás estés dentro del bar a unos siete metros de mí. Recordemos. Recordemos<br />

cuando éramos infinitos. Cuando nos creíamos uno. Cuando… Espera, otra vez<br />

confundiendo pronombres y formas verbales, maldito tequila. Recordemos cuando me<br />

hacías creer que juntos podíamos ser invencibles a nuestra extraña manera, nuestros<br />

sinvivir, nuestras rabietas, tus disculpas al poco tiempo o tu orgullo, recordemos los abrazos,<br />

las sonrisas sin forzar y los bes(no, mejor esto no, que ya me duele demasiado el pecho).<br />

Recordemos, cuando, simplemente, éramos felices juntos sin necesidad de estar atados.<br />

Y ahora, me recuerdo, y te recuerdo, como dos suspiros que se escapan seguidos por tu<br />

boca y van a parar a ninguna parte, como tú, como yo, como nuestras almas arrojadas al<br />

vacío. Ahora me vuelvo a equivocar, debo pasar esto solamente a primera persona. La única<br />

que se ha quedado vacía de los dos he sido yo, una vez más. Debería haber sabido a qué<br />

jugabas, como tantas otras veces con otras tantas personas. Y más sabiendo que yo soy o<br />

era tu juguete favorito. Siempre te ha gustado destruirme y reconstruirme de las cenizas en<br />

las que me has convertido. Me has tratado como un ave fénix y te has olvidado que soy<br />

humana, que tengo más sentimientos que tú y la piedra mal formada que dices tener como<br />

corazón. Nunca he sido una mujer de plástico, mucho menos una barbie. Sé que no soy<br />

perfecta, que habrá otras mil que me superen. Lo sé, no soy tan idiota como me hacías creer<br />

y cómo crees que soy. Solo un poco. Pero engatusarme con tus caricias no fue culpa mía,<br />

sino tuya. Más hecha polvo que la cocaína y aquí sigo, que lucharía como Che Guevara,<br />

hasta la victoria siempre, solo por verte feliz. Río, como una loca sentada en esa calle<br />

mirando los cristales rotos en los que me reflejo. Sin reflejo también me vería reflejada en<br />

ellos, soy yo. Encima son de una cerveza vacía. Vacía. Siento más afinidad con esos<br />

pedazos de cristal que con el mundo en sí en esos momentos.<br />

¿Quién coño va a quererte ahora? ¿Quiénes son esas con las que vas? ¿Le harás a alguna<br />

lo que me has hecho a mí? ¿Le dolerá tanto que una persona que conoces tanto te trate<br />

como a alguien que no ha visto en su vida? Mi cabeza va a explotar con tantas preguntas. Mi<br />

corazón, o eso que bombea la sangre y evita que me muera, explotaría, si pudiera, pero se<br />

ha parado, late pero ha muerto. Le es más dulce la muerte que admitir que ha perdido la<br />

guerra contra mis pensamientos. Cierro los ojos. Me mareo. No los abro. Cojo el trozo de<br />

cristal menos roto. “Es lo único que quedará de ti si sigues así” me digo. Abro los ojos. Arrojo<br />

el cristal. “Nadie va a quererte como yo nunca jamás en toda tu vida”. Se rompe el cristal, mi<br />

mente estalla y el mundo vuelve a hundirse tras la cortina de mi oscuridad interna y las<br />

sombras que danzan junto a mis pensamientos. Miro el cristal, vuelvo a ser yo, está<br />

totalmente roto. Lloro de impotencia al recordar tu risa y me encierro sola y ausente con la<br />

vida, en un estado que se me hace eterno con solo unos segundos. No quiero saber de<br />

nadie, excepto pese a todo, de ti.<br />

"Nadie va a quererte como yo nunca jamás en tu vida" vuelvo a pensar. Y sonrío porqué sé<br />

que tengo razón, y al menos en esto, contigo, no me equivoco.<br />

¿Amor?Ná.<br />

22 23

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!