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consigue con ellos; qué comprensible se hace, y qué incomprensiblemente grande, como<br />
si las lagunas fueran sólo pliegues de una túnica totalmente intencionados.<br />
Después de un juego de casi veinte años, China, al fin, llegará a ser realmente una<br />
patria. Es reconfortante ver cómo en un espíritu no se pierde nada, y ¿no sería esto un<br />
motivo suficiente para vivir mucho tiempo o incluso eternamente?<br />
En ningún sitio le parece a uno tan adecuada la palabra «civilización» como en todo lo<br />
que tiene que ver con China. la disciplina y la indisciplina, en su interacción mutua, se<br />
pueden estudiar aquí con la mayor exactitud. Lo que en el mejor de los casos puede salir<br />
de los hombres sin que por ello éstos se deshumanicen; lo que en el peor de los casos<br />
siguen siendo éstos sin que se vuelva a perder lo ganado anteriormente: tanto el cambio<br />
como la permanencia se presentan aquí de un modo totalmente singular y siguen vivos<br />
aún en nuestros días.<br />
En los textos religiosos de los chinos se siente uno completamente en un mundo propio,<br />
como en la infancia: en ellos se habla tantas veces <strong>del</strong> cielo...<br />
Creo que amo a los chinos también por este motivo, porque la relación entre un<br />
hermano mayor y un hermano menor la han puesto entre las cinco relaciones humanas<br />
fundamentales.<br />
El gusano de seda es una expresión de lo chino más profunda aún que la escritura.<br />
Una auténtica revolución china consistiría en la supresión de los puntos cardinales.<br />
¡Cuántas buenas palabras hay! ¡Cómo, cuando se olvida de sí mismo, puede uno<br />
amansar su vanidad, sus ansias de tener siempre razón, de dominar sus mil y un espejos!<br />
¡Oh, si yo pudiera ser el que se deja engañar por todo el mundo y lo soporta<br />
tranquilamente y no pierde lo más mínimo de sí mismo y ama a todos y, sin embargo,<br />
los ve como son y no se envanece de ello en absoluto! Hay ratos en los que los hombres<br />
que se quieren mucho se acusan unos a otros de todos los crímenes de los que sin duda<br />
no son capaces. Como si se debieran unos a otros las peores cosas y como si el que<br />
ninguno de ellos esté preparándose para poner en práctica aquello de lo que se acusan<br />
no les inspirara más que desprecio. «Me has robado», dicen, con esta súplica oculta:<br />
«¿Por qué no lo haces?» «Me has hundido». Estas palabras contienen estas otras:<br />
«¡Húndeme de una vez! «Me has asesinados. Esta frase está en lugar de una ardiente<br />
súplica: «¡Mátame, mátame!»<br />
Tal vez de esta manera se expresa el deseo de que en el otro haya una pasión real que<br />
no se arredre ante nada, ni ante las consecuencias de un asesinato; y el verdadero<br />
sentimiento de las inmensas proporciones de un amor que hubiera echado de este<br />
mundo su propio objeto y que en este momento hubiera cobrado para siempre<br />
consciencia de este objeto.<br />
<strong>La</strong>s frases hechas más falsas tienen un máximo atractivo mientras todavía hay gente<br />
que las emplea en serio.<br />
Uno que no puede nunca ser neutral. En guerras que ni le van ni le vienen está en los<br />
dos bandos.