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■ AFIBUR<br />
Carmen:Tienes que aprender a vivir<br />
con ello, aunque a veces te deprimes<br />
y lloras.<br />
“Se van dando pasos y se van<br />
consiguiendo cosas, pero aún queda<br />
mucho. Con la Administración se llega<br />
hasta donde se puede llegar. Desde<br />
que tienes los síntomas hasta que te<br />
diagnostican la enfermedad se peregrina<br />
por 12 especialistas distintos y eso supone<br />
mucho dinero para la Seguridad Social”,<br />
apunta Azucena, de AFIBUR.<br />
A Ángel le han diagnosticado<br />
fi bromialgia, pero él está convencido de<br />
que padece SFC-EM. Él mismo cuenta<br />
cómo es la enfermedad y sus síntomas:<br />
“hay casos en los que se desencadena por<br />
una infección, pero no se sabe qué pasa<br />
por dentro. El sistema linfático se infl ama,<br />
ya que está funcionando continuamente.<br />
El hígado sufre mucho también. Tienes<br />
fiebrículas… Empieza como una infección<br />
y luego como si esos síntomas de la<br />
infección continuaran”.<br />
Desde un punto de vista médico,<br />
el SFC-EM es una enfermedad neuroendocrino-inmunológica<br />
que provoca<br />
un desarreglo bioquímico y causa gran<br />
fatiga física y mental que no se alivia con<br />
descanso. Infecciones crónicas -amigdalitis<br />
y faringitis, entre ellas-, nódulos linfáticos<br />
sensibles, dolores, alteraciones del sueño<br />
y malestar son algunos de sus síntomas,<br />
que persisten incluso más de 24 horas<br />
después de un esfuerzo.<br />
Además, la enfermedad reduce entre un<br />
50 y un 80 por ciento la actividad que una<br />
persona realizaba antes de padecerla y se<br />
acompaña de una sensación de gripe que<br />
DECÁLOGO<br />
PARA EL<br />
DOLOR<br />
El Dr. Javier Ballina García,<br />
vicepresidente de la Sociedad<br />
Española de Reumatología (SER),<br />
ha elaborado el siguiente decálogo<br />
de consejos para las personas que<br />
padecen fibromialgia y SFC-EM:<br />
1. Aprenda a convivir con su<br />
dolor.<br />
2. Controle sus emociones.<br />
3. Controle su estrés.<br />
4. Evite la fatiga.<br />
5. Haga ejercicio.<br />
6. Relaciónese con los demás.<br />
7. Proteja su salud.<br />
8. Use con precaución los<br />
medicamentos.<br />
9. Use con precaución las<br />
medicinas alternativas.<br />
10. Sea constante.<br />
no remite, trastornos de concentración<br />
y memoria, dolor en las articulaciones y<br />
músculos, alteraciones del sueño, dolor de<br />
garganta, infl amación de ganglios, pérdida<br />
de equilibrio e inestabilidad, sensación de<br />
fiebre e incapacidad para la actividad física.<br />
“Al principio es muy duro -recuerda<br />
Carmen-, coges una manzana y se te cae<br />
al suelo. Estás patosa y eso te provoca<br />
inseguridad… y de repente te ves que<br />
no puedes. Una vez que conoces lo que<br />
te pasa ya te relajas más, pero hasta<br />
entonces…”. “Es horrible hasta que lo<br />
sabes”, la apoya Elvira.<br />
La mayor parte de las personas que la<br />
padecen la desarrollan entre los 20 y los 30<br />
años de edad y suele afectar a las mujeres<br />
en un porcentaje mayor. Asimismo, como<br />
en muchas otras enfermedades, hay que<br />
tener en cuenta su carácter genético. Tanto<br />
Laura como Helena reconocen que en sus<br />
familias puede haber antecedentes, aunque<br />
no estén diagnosticados como tales.<br />
Poder con la vida<br />
Según la escala establecida por el Hospital<br />
foro solidario/13<br />
Laura: Tener sentido del humor y<br />
saber reírte de ti misma te ayuda<br />
mucho.<br />
Clínic de Barcelona en 2002, el SFC-EM<br />
presenta cuatro grados de afectación. La<br />
escala comprende desde el estadio en el<br />
que el paciente presenta fatiga ocasional u<br />
oscilante hasta el grado en el que ésta es<br />
extrema y precisa ayuda de otras personas<br />
para las actividades básicas.<br />
“Las tareas diarias suponen un<br />
obstáculo. Te aíslas y no quieres ir a ningún<br />
sitio, sobre todo en la primera fase de<br />
la enfermedad. Al principio te inventas<br />
excusas para no salir con los amigos o ir<br />
a cenar. Muchas veces estás en cenas o<br />
comidas familiares y te tienes que acostar<br />
porque no puedes. Al principio cuesta<br />
mucho asumir estas cosas”, cuenta Laura.<br />
Elvira recuerda que su marido “me ha<br />
tenido que vestir y te sientes impotente”.<br />
Helena lo que siente es “que te encuentras<br />
sola y las relaciones con los amigos<br />
también las dejas. En el trabajo me dicen<br />
que antes yo era la ‘alegría de la huerta’ y<br />
ahora no lo soy”.<br />
Los ámbitos familiar, laboral y de<br />
pareja son los que más se resienten.<br />
“A nivel personal –comenta Helena—<br />
tienes que renunciar a muchas cosas<br />
como, por ejemplo, a tener pareja”. Ante<br />
esta afirmación, Vanesa Bustamante, la<br />
trabajadora social de AFIBUR, apunta que<br />
“es como vivir en una burbuja. Tienes que<br />
tener cuidado. Intentas hacer tu vida, pero<br />
la enfermedad influye en todo. También es<br />
importante que tu pareja te entienda”.<br />
David, cuya pareja padece la<br />
enfermedad, reconoce que “cuesta hasta