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Hackstory - Merce Molist Ferrer

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Los primeros grupos de hackers<br />

En las universidades estaban pues las máquinas, las redes y buena parte de la<br />

primera generación de hackers, aquellos profesores, becarios, investigadores y<br />

personal administrativo extremadamente comprometidos con una revolución que<br />

no sólo estaban viviendo, sino construyendo con sus propias manos.<br />

Pero, sin desmerecerlos, eran hackers que cobraban por su trabajo y no tenían que<br />

preocuparse de pagar las máquinas o la conexión. Hackers de guante blanco, difícil<br />

distinguir en ellos la fina línea entre el científico y el hacker.<br />

Los alumnos de las universidades jugaban en otra liga: el acceso a ordenadores y<br />

redes para el alumnado en general no llegaría hasta los 90. Así que, si alguien quería<br />

ver cómo funcionaba un servidor o mandar un correo electrónico en los 80, tenía<br />

que formar parte de la jerarquía de becarios y profesores, o entrar por el otro lado.<br />

Esos que entraron por el otro lado son la segunda generación de hackers, los<br />

chavales de la calle, hijos de la revolución de las consolas, que anhelaban tocar las<br />

máquinas y pasearse por las redes propiedad de empresas y universidades. Hackers<br />

de noche, adolescentes de día, muchos no llegaban a los 20 años. Herederos<br />

directos de los hardware hackers que había construido sus propios ordenadores,<br />

como Alberto Lozano. Son los chicos del Spectrum, de las BBS, los videojuegos<br />

pirateados, los chavales que vieron la película Juegos de Guerra (Wargames) a<br />

mediados de los 80 y quedaron impactados.<br />

Algunos fueron por libre, pero eran tan pocos aquellos nuevos chalados, ya no sólo<br />

de la informática sino también las redes, que la evolución natural les llevó a unirse<br />

en grupos, los primeros grupos de hackers, pequeñas tribus donde podían<br />

reconocerse y apoyarse en el otro, algo esencial cuando se tiene una afición tan<br />

minoritaria y aislada socialmente. Grupos donde echarse unas risas, donde presumir<br />

de las hazañas que nadie más entenderá y, lo más vital, donde intercambiar<br />

información y aprender para seguir avanzando en la afición... o adicción.<br />

Y así como los primeros hackers que, teniendo ante sí una máquina, construyeron<br />

programas para darle vida, aquellos hackers de barrio, la segunda generación,<br />

crearían los primeros sitios de reunión, las BBS, y los programas para conectar sus<br />

consolas a ellas. Y, si el programa ya existía pero era de pago... no dudarían en<br />

piratearlo.<br />

La gente de mi generación, que ha seguido a ritmo constante, tiene historias muy similares.<br />

Somos hackers por necesidad, la informática de la época era escasa y cara y tenías que<br />

buscarte la vida para tener herramientas, información, acceder a redes, investigar como<br />

funcionaban... para hacer los programas que te evitarían el pago.[1]

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