Noti-INVE - Universidad de El Salvador

Strauss-Kahn mencionó que el FMI había cambiado mucho durante los dos últimos años
para poder responder con más agilidad a la crisis, reformando sus instrumentos de
crédito, racionalizando la condicionalidad y mejorando la gestión de gobierno. Prometió
más cambios para 2010, entre ellos ―plantear una reforma fundamental de nuestro
mandato, centrando más la atención en los riesgos sistémicos y no solo los nacionales, y
elaborar instrumentos de financiamiento que sirvan de seguro ante las crisis modernas‖.
Agregó que el papel de Asia en el FMI también está creciendo, ya que su cuota y su
representación se están alineando mejor con su peso en la economía mundial.
―A medida que aumenta el poderío económico de Asia, también se acrecienta su interés
por promover el buen desempeño de la economía internacional‖, puntualizó. ―Y a medida
que realza su papel en el debate sobre las políticas mundiales, creo que existe un gran
potencial para que el mundo se beneficie de las ideas y las experiencias asiáticas. Todos
tenemos mucho que aprender de Asia‖. En ese sentido, mencionó que, junto con el
gobierno coreano, el FMI está organizando una conferencia de alto nivel sobre el
dinamismo económico de Asia que tendrá lugar en Seúl en julio de 2010.
26 de enero
Una recuperación impulsada por medidas de política y a distintos
ritmos
La recuperación mundial empezó con más vigor del que se había previsto, pero avanza a
un ritmo diferente en cada región (cuadro 1 y gráfico 1). Tras la peor desaceleración
mundial de la historia reciente, el crecimiento económico cobró solidez y se extendió a las
economías avanzadas en el segundo semestre de 2009. Se prevé que en 2010 el
producto mundial aumentará en un 4%, es decir, ¾ de punto porcentual más de lo
previsto en Perspectivas de la economía mundial de octubre de 2009. Se prevé que en la
mayoría de las economías avanzadas la recuperación seguirá siendo más lenta de lo
normal, mientras que en muchas economías emergentes y en desarrollo la actividad será
relativamente vigorosa, sobre todo gracias al dinamismo de la demanda interna. Las
políticas han de propiciar un reequilibrio de la demanda mundial, manteniendo el apoyo en
los casos en que la recuperación aún no se haya afianzado.
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