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GENERACION-POST-ALFA-Franco-Berardo-Bifo

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spectiva de un cambio cultural profundo. El movimiento ponía en<br />

cuestión los dos pilares sobre los que se había fundado la cultura del<br />

Partido Comunista.<br />

En primer lugar, la ética del trabajo, el orgullo del productor que<br />

reivindica profesionalidad, oficio, autogestión. El movimiento oponía<br />

a eso el rechazo del trabajo, el absentismo, la desafección y la perspectiva<br />

de una progresiva decadencia del valor histórico y productivo del<br />

trabajo obrero.<br />

En segundo lugar, el movimiento ponía en cuestión la identificación<br />

entre clase obrera y estado, la adhesión profunda a la institución<br />

estatal, considerada por el PCI como un elemento fundamental<br />

de la identidad democrática. El movimiento prefería afirmar la obsolescencia<br />

tendencial del estado, su vaciamiento y su progresiva reducción<br />

a pura y simple máquina represiva. El fetichismo de la forma-estado<br />

característico del grupo dirigente del PCI estaba además<br />

vinculado a la teorización leninista en su versión de la Tercera Internacional.<br />

Desde luego, Marx no puso al estado en un pedestal. Fue<br />

el partido de Lenin, una vez alcanzado el poder, quien identificó el<br />

estado obrero con el ideal histórico y político del poder obrero. Visto<br />

a toro pasado, podemos afirmar que la identificación entre estado<br />

y poder obrero era una de las más profundas mentiras de la teoría<br />

y la práctica estalinianas, y una de las huellas más indelebles de la<br />

tradición tercerinternacionalista y comunista.<br />

Esta problemática apareció en Bolonia, aunque en forma atenuada<br />

y reformada, y la santificación del estado como forma indiscutible a<br />

la que debe ser reconducida toda mediación social estaba muy lejos<br />

del espíritu libertario del movimiento. En este sentido, el movimiento<br />

(en especial el boloñés) tuvo una doble responsabilidad cultural. Por<br />

un lado, contribuyó a reducir la religión estatalista de la izquierda.<br />

Por otro lado, abrió el camino, de algún modo, al liberalismo que en<br />

los años 80 se extendió por la cultura y la economía, tras la victoria de<br />

Thatcher y Reagan.<br />

Cuando los estudiantes se pusieron a contestar a los mandarines<br />

académicos, descubrieron que en buena parte se trataba de mandarines<br />

con carnet del PCI. Los jóvenes obreros de Emilia se encontraron con<br />

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