Revista Sello y Salud N°4 - Universidad Andrés Bello
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“La utilización o no de aspirina es una<br />
decisión que se debe tomar a la luz<br />
de los riesgos y beneficios posibles<br />
en la terapia de cada paciente”, Pablo<br />
Garrido, académico de la Escuela de Química y<br />
Farmacia de la U. <strong>Andrés</strong> <strong>Bello</strong>.<br />
mediante la inhibición de la coagulación<br />
tiene un costo sanitario: el aumento del<br />
sangrado gastrointestinal y los accidentes<br />
cerebrovasculares hemorrágicos. “Por<br />
ello, la utilización o no de aspirina es una<br />
decisión que se debe tomar a la luz de los<br />
riesgos y beneficios posibles en la terapia<br />
de cada paciente”, advierte el profesional.<br />
Es indudable que las personas que<br />
ya sufrieron algún evento<br />
cardiovascular y no tienen<br />
riesgo de sangrado deben estar<br />
en tratamiento con aspirina,<br />
debido a que los beneficios<br />
superan largamente los riesgos.<br />
Pero no ocurre lo mismo en<br />
aquellos sin enfermedades<br />
cardiovasculares previas, donde<br />
no existe un criterio universalmente<br />
aceptado que determine específicamente<br />
quienes deben recibir el tratamiento.<br />
En pacientes con necesidad de<br />
tratamiento, pero que son alérgicos a la<br />
aspirina, existe la posibilidad de utilizar<br />
Clopidogrel, el cual es un medicamento<br />
que si bien comparado con aspirina logra<br />
una modesta superioridad, lo hace a un<br />
costo monetario altísimo, por lo cual<br />
no se recomienda como primera línea<br />
terapéutica.<br />
“Si bien la asociación de Clopidogrel con<br />
aspirina demostró una disminución leve<br />
del riesgo cardiovascular en comparación<br />
con las monoterapias, desarrolló un<br />
aumento notable del sangrado, por lo<br />
que su uso conjunto no se encuentra<br />
justificado”, agrega.<br />
Cuando se busca reducir el riesgo mediante<br />
el control de las comorbilidades, no<br />
siempre se busca simplemente controlar<br />
las patologías, como en tabaquismo<br />
o diabetes, sino lograr ciertas metas<br />
establecidas según el nivel cuantitativo de<br />
riesgo cardiovascular absoluto.<br />
Así, por ejemplo, basado en la evidencia,<br />
existen metas de LDL según nivel de riesgo<br />
que no necesariamente dice relación<br />
con el control de la dislipidemia, este se<br />
intentará alcanzar a través de cambios en<br />
el estilo de vida y el uso de estatinas como<br />
Atorvastatina, Lovastatina u otro fármaco.<br />
“Lo mismo ocurre con la hipertensión<br />
arterial, donde los objetivos en personas<br />
con riesgo cardiovascular muy alto<br />
será más exigente que en el resto de la<br />
población, utilizándose, principalmente<br />
IECA como Enalapril o ARAII como Losartan.<br />
Sin embargo, la selección adecuada de<br />
medicamentos dependerá principalmente<br />
de las comorbilidades de cada paciente”,<br />
afirma.<br />
Recomendaciones<br />
En el paciente con antecedentes de riesgo<br />
cardiovascular no está recomendado el<br />
uso crónico de algunos fármacos, advierte<br />
el especialista, como los suplementos<br />
de calcio sin tener osteoporosis. “Esto<br />
debido a que podrían favorecer la<br />
calcificación vascular aumentando el<br />
riesgo cardiovascular”, dice.<br />
Además, no se recomiendan los Inhibidores<br />
selectivos de la COX-2 como Celecoxib,<br />
altas dosis de Diclofenaco o Ibuprofeno,<br />
debido a que se han asociado con un<br />
aumento de eventos cardiovasculares<br />
trombóticos. “Si está en tratamiento con<br />
aspirina, se debe evitar el uso crónico de<br />
AINES, ya que puede aumentar el riesgo<br />
de sangrado gastrointestinal, además<br />
Naproxeno e Ibuprofeno pueden interferir<br />
la acción de aspirina”, subraya.