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Borges & Jurado - ¿Qué es el budismo? - Worcel.com

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Las leyendas pictóricas parecen típicas de Maitreya; Hsuang Tsang refiere que en un templo nec<strong>es</strong>itaban una imagen<br />

suya y que al cabo de muchos años un d<strong>es</strong>conocido se <strong>com</strong>prometió a pintarla, a condición de que le trajeran una<br />

lámpara y una pala de tierra olorosa y cerraran la puerta. Pasaron varios días. Los sacerdot<strong>es</strong> entraron; <strong>el</strong> hombre había<br />

d<strong>es</strong>aparecido y en <strong>el</strong> santuario <strong>es</strong>taba la imagen d<strong>el</strong> Buddha. Uno de los sacerdot<strong>es</strong> soñó que <strong>el</strong> hombre era Maitreya.<br />

EL LAMAISMO<br />

El lamaísmo <strong>es</strong> una curiosa extensión teocrática, jerárquica, política, económica, social y demonológica d<strong>el</strong> Mahayana.<br />

El Buddha -había predicado su ley en <strong>el</strong> norte de la India, a orillas d<strong>el</strong> Gang<strong>es</strong>; <strong>el</strong> lamaísmo logra su apogeo en <strong>el</strong> Tibet y<br />

en <strong>el</strong> siglo XIV de nu<strong>es</strong>tra era. Su afinidad con la igl<strong>es</strong>ia católica ha sido señalada por Rhys Davids y por casi todos los<br />

expositor<strong>es</strong> d<strong>el</strong> tema.<br />

Los <strong>com</strong>unistas llegaron al poder en la China en 1949 y no tardaron en ocupar <strong>el</strong> Tibet; p<strong>es</strong>e al tratado por <strong>el</strong> cual se<br />

<strong>com</strong>prometían a r<strong>es</strong>petar la tradición r<strong>el</strong>igiosa, fueron aboliendo todas las institucion<strong>es</strong> de la vieja cultura. El Dalai-Lama<br />

huyó a la India y lo siguieron muchos de los fi<strong>el</strong><strong>es</strong>, que hoy constituyen en Darje<strong>el</strong>ing la única población que conserva la<br />

antigua fe.<br />

En <strong>el</strong> Hinayana no hay sacerdot<strong>es</strong>, hay monj<strong>es</strong>; <strong>el</strong> lamaísmo, en cambio, nos mu<strong>es</strong>tra una vistosa jerarquía cuyas dos<br />

cabezas -<strong>el</strong> Dalai Lama o Glorioso Rey y <strong>el</strong> Pantchen-Lama o Glorioso Ma<strong>es</strong>tro- ejercieron, <strong>com</strong>o los Papas medieval<strong>es</strong>,<br />

<strong>el</strong> poder temporal y <strong>es</strong>piritual. Nacion<strong>es</strong> bárbaras <strong>com</strong>o los tibetanos y los mogol<strong>es</strong> eran incapac<strong>es</strong> de conformarse con<br />

las Cuatro Nobl<strong>es</strong> Verdad<strong>es</strong> y con la rígida austeridad d<strong>el</strong> Octuple Sendero; fue preciso atraerlos con las pompas de la<br />

liturgia, los <strong>com</strong>plejos ritos, la manipulación de rosarios, la incorporación de divinidad<strong>es</strong> local<strong>es</strong> y de las antiguas<br />

prácticas mágicas que era difícil o imposible d<strong>es</strong>arraigar. Bernard Shaw ha <strong>es</strong>crito que la conversión de un negro d<strong>el</strong><br />

Congo a la fe de Cristo <strong>es</strong> la conversión de la fe de Cristo en un negro d<strong>el</strong> Congo; parejamente, los tibetanos retuvieron<br />

su creencia en los <strong>es</strong>píritus de la naturaleza y de los muertos. Por lo demás, <strong>es</strong>te sincretismo fue facilitado por la índole<br />

mágica y politeísta d<strong>el</strong> Mahayana.<br />

Hasta que <strong>el</strong> <strong>budismo</strong> fue sustituido por <strong>es</strong>a otra r<strong>el</strong>igión, <strong>el</strong> <strong>com</strong>unismo, buena parte de la población tibetana seguía la<br />

carrera monástica. Por lo general, cada familia entregaba uno de los hijos varon<strong>es</strong> al monasterio más próximo; <strong>el</strong> neófito,<br />

que contaba ocho o nueve años, era instruido en los misterios ecl<strong>es</strong>iásticos por un ma<strong>es</strong>tro hasta que se lo admitía <strong>com</strong>o<br />

novicio, grado d<strong>el</strong> que muy pocas vec<strong>es</strong> pasaba para prof<strong>es</strong>ar <strong>com</strong>o monje. La cuarta jerarquía era la de abad y<br />

<strong>com</strong>portaba dignidad, r<strong>es</strong>peto y poder.<br />

Se cree que <strong>el</strong> Dalai-Lama, al morir, se encarna en un niño, generalmente de clase humilde y que, para mayor<br />

<strong>com</strong>odidad, crece en <strong>el</strong> vecindario d<strong>el</strong> monasterio. Es d<strong>es</strong>cubierto por oráculos instalado en <strong>el</strong> trono. La preferencia<br />

otorgada a la clase humilde no fue una superstición democrática: corr<strong>es</strong>ponde a la precaución de que las familias<br />

poderosas no se entrometieran en los inter<strong>es</strong><strong>es</strong> de la orden. De tal modo, se entiende que <strong>el</strong> Dalai-Lama <strong>es</strong>, de generación<br />

en generación, siempre <strong>el</strong> mismo individuo, que a su vez <strong>es</strong> la forma terrenal de Avalokitésvara. La invocación mágica<br />

Om mani padme hum (¡Oh, la hoja en <strong>el</strong> loto!) dirigida <strong>es</strong>pecialmente al Dalai-Lama, significa la disolución de aqu<strong>el</strong> que<br />

se muere, imaginado <strong>com</strong>o la gota de rocío sobre una hoja de loto que se pierde en <strong>el</strong> mar.<br />

El conjunto de las deidad<strong>es</strong> adoradas en <strong>el</strong> Tibet incluye a los Buddhas y a sus discípulos ilustr<strong>es</strong>, los Bodhisattvas, al<br />

filósofo d<strong>el</strong> nihilismo Nagarjuna y una horda inextricable de divinidad<strong>es</strong> menor<strong>es</strong>: los príncip<strong>es</strong> demoníacos de terrible<br />

aspecto; los cuatro guardian<strong>es</strong> de los puntos cardinal<strong>es</strong>; Yama, juez de los muertos y señor de los infiernos, cuyos<br />

emblemas son la calavera y <strong>el</strong> falo, y los <strong>es</strong>píritus que personifican fuerzas natural<strong>es</strong>.<br />

La propagación d<strong>el</strong> <strong>budismo</strong> en <strong>el</strong> Tibet repr<strong>es</strong>entó un progr<strong>es</strong>o moral: <strong>el</strong> extraño concepto de que las buenas accion<strong>es</strong><br />

tendrían su re<strong>com</strong>pensa d<strong>es</strong>pués de la muerte y las malas recibirán su castigo. Con mejor lógica que <strong>el</strong> <strong>budismo</strong><br />

ortodoxo, <strong>el</strong> lamaísmo no admitió la doctrina d<strong>el</strong> karma y prefirió la de un alma individual que transmigra de generación<br />

en generación. El muerto puede renacer en <strong>es</strong>te o en otro mundo, o en cualquiera de los infiernos o ci<strong>el</strong>os.<br />

Los demonios acechan en todo momento y <strong>es</strong> prudente proveerse de los talisman<strong>es</strong> y fórmulas adecuadas para<br />

ahuyentarlos, mercadería que suministran los monj<strong>es</strong>. Tampoco se d<strong>es</strong>cuida a los enfermos; un monje aplica la<br />

terapéutica de recitarl<strong>es</strong> los Cánon<strong>es</strong> Sagrados. Ciertas fórmulas, repetidas un número indefinido de vec<strong>es</strong>, ahuyentan a<br />

los malos <strong>es</strong>píritus, curan a los enfermos y son previas llav<strong>es</strong> d<strong>el</strong> paraíso; la más acreditada <strong>es</strong> Om mani padme hum. La<br />

virtud de la incantación o mantra r<strong>es</strong>ide menos en <strong>el</strong> sentido de las palabras, que a vec<strong>es</strong> pertenecen a idiomas olvidados,<br />

que en <strong>el</strong> orden mágico de las letras; <strong>el</strong> lector recordará la cábala de los hebreos, que atribuyen una fuerza creadora a<br />

cada una de las letras de la <strong>es</strong>critura. Hay letras ponzoñosas, mortíferas, pendencieras, ígneas, prósperas, gratas,<br />

saludabl<strong>es</strong>, amistosas, neutral<strong>es</strong>, y su sabia <strong>com</strong>binación aumenta <strong>el</strong> efecto. No hay demonio que no <strong>es</strong>té sujeto a un<br />

determinado conjuro d<strong>el</strong> sacerdote.<br />

La fórmula <strong>es</strong>crita o mantra no <strong>es</strong> menos eficaz que la fórmula oral. Se usa en las banderas que coronan los techos de las<br />

viviendas y de los templos, en la ropa y en amuletos; <strong>el</strong> enfermo en busca de cura la incorpora a su dieta.

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