24.11.2014 Views

018_Prado Límaco, Gabriel - Revista Peruana

018_Prado Límaco, Gabriel - Revista Peruana

018_Prado Límaco, Gabriel - Revista Peruana

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Poesía y migración: aproximaciones al habla<br />

provinciana en Trilce de César Vallejo<br />

<strong>Gabriel</strong> <strong>Prado</strong> Límaco 1<br />

POESIA Y MIGRACIÓN:<br />

Aproximaciones al habla provinciana en Trilce de César Vallejo<br />

<strong>Gabriel</strong> <strong>Prado</strong> Límaco 1<br />

RESUMEN<br />

En el siguiente artículo, el autor identifica la presencia de elementos sintácticos y morfológicos en cuatro poemas de Trilce,<br />

libro escrito por César Vallejo. Estos elementos buscan recrear el habla provinciana, en el contexto del fenómeno de la<br />

migración interna de las provincias a Lima.<br />

PALABRAS CLAVE<br />

Migración, literatura, poesía, Vallejo, Perú.<br />

ABSTRACT<br />

In this article, the author identifies the presence of syntactic and morphologic elements in four poems of Trilce, book written<br />

by the Peruvian poet César Vallejo. That elements are used to recreate the provincial’s talk, in the context of the internal<br />

migration to Lima.<br />

KEY WORDS<br />

Migration, literature, poetry, Vallejo, Peru.<br />

INTRODUCCIÓN<br />

El siglo XX fue, para la producción literaria peruana,<br />

un siglo de cambios. Diversos factores llevaron a<br />

replantearse nuevas formas de escribir y de pensar<br />

la literatura. Uno de ellos fue el cambio cultural y<br />

demográfico producto de la migración masiva del<br />

campo a las ciudades, que cobró fuerza a partir de<br />

la década de 1950 y nos convirtió en un país<br />

diferente.<br />

Esta migración propició el choque entre la cultura<br />

occidental heredada de los españoles y las diversas<br />

culturas que habían sobrevivido a la conquista<br />

durante siglos. Debido al centralismo, Lima fue la<br />

más afectada con este fenómeno. Las calles del<br />

centro, que alguna vez fueron coloniales y<br />

tradicionales, con el paso de los años se convirtieron<br />

en avenidas atestadas de personas con distintas razas<br />

y credos. Además, el crecimiento poblacional hacia<br />

los conos norte y sur hizo que Lima dejara de ser<br />

una ciudad cuadrada. Las nuevas y crecientes<br />

fronteras de la capital dieron cabida a las barriadas,<br />

hoy llamadas pueblos jóvenes.<br />

Desde la perspectiva cultural limeña, la migración<br />

interna significó la debacle de la ciudad, de la cultura,<br />

de las costumbres y de la manera civilizada de hacer<br />

las cosas. Los ambulantes informales, la<br />

delincuencia, los linchamientos... son imágenes que<br />

ahora se ven más seguido y parecen ir en sentido<br />

contrario de la modernidad. Desde la perspectiva<br />

1<br />

Docente del Programa Académico de Idiomas y Ciencias de la Comunicación de la Universidad Femenina del Sagrado<br />

Corazón - UNIFE.<br />

144<br />

CONSENSUS /AÑO 8 Nº 9


<strong>Gabriel</strong> <strong>Prado</strong> Límaco 1<br />

Poesía y migración: aproximaciones al habla<br />

provinciana en Trilce de César Vallejo<br />

de los migrantes, sobre todo de las clases populares,<br />

la capital es un destino impuesto por la corrupción,<br />

desigualdad y burocracia que los mantiene olvidados<br />

si siguen en provincias. Lima al principio representó<br />

la esperanza de una vida mejor, pero en la mayoría<br />

de los casos terminó siendo un desengaño. Muy<br />

pocos pudieron triunfar económicamente, y la<br />

cultura criolla comenzó a corromper a sus hijos,<br />

los hizo olvidar sus raíces ancestrales.<br />

Lo cierto es que este caos y desorden es resultado<br />

del enfrentamiento de dos culturas con distintos<br />

valores, idiomas, religiones y prácticas. La historia<br />

se ha encargado de confirmar varias veces que el<br />

enfrentamiento cultural supone la debacle de las<br />

primeras generaciones, encargadas de soportar el<br />

peso de la adaptación al cambio. No hay que olvidar<br />

que todo cambio cultural lleva implícita una cuota<br />

de violencia, desgraciadamente ineludible. Una<br />

violencia que a veces se manifiesta con acciones<br />

físicas explícitas, como en el caso del terrorismo,<br />

pero en otras con formas más veladas, como en el<br />

caso del lenguaje.<br />

Una parte de los migrantes que comenzaron a llegar<br />

a Lima a inicios del siglo XX no conocían el idioma<br />

castellano. Incluso quienes supuestamente ya lo<br />

conocían, tenían una versión adaptada a lo largo de<br />

generaciones, que difería del castellano hablado en<br />

la capital. La manera más fácil de reconocer la<br />

diferencia estaba en el dejo o entonación de las<br />

palabras, aunque las diferencias iban mucho más<br />

allá. La forma de construir las oraciones, algunos<br />

vocablos importados de otros idiomas como el<br />

quechua o el aymara, traslaciones de sentido, etc.<br />

son diferencias que aparecen aún ahora. En las<br />

provincias del Perú, incluso cuando el castellano es<br />

la lengua materna, pervive con otras lenguas y<br />

dialectos, que muchas veces se entrecruzan<br />

formando nuevas formas de decir (y comprender)<br />

las cosas.<br />

Debido a que la literatura formal en el Perú (aquella<br />

que aparece en los libros de texto y las antologías),<br />

estaba escrita en idioma castellano y producida en<br />

las ciudades bajo los cánones impuestos desde Lima<br />

(y por lo tanto, sobre todo en los primeros años,<br />

impuesta por las modas extranjeras que provenían<br />

básicamente de Europa), estas formas alternativas<br />

de hablar el idioma eran prácticamente ignoradas a<br />

finales del siglo XIX e inicios del XX. Desde la<br />

narrativa, el único que por momentos pareció tener<br />

acercamientos era Ricardo Palma a través de sus<br />

Tradiciones <strong>Peruana</strong>s, aunque sus pretensiones eran<br />

más de tipo costumbrista. Es decir, buscaba en el<br />

habla de sus personajes una forma de dar color local<br />

y reforzar lo pintoresco de las anécdotas contadas.<br />

En poesía, predominaba el Modernismo como<br />

tendencia, que entre otras cosas, propugnaba el<br />

preciosismo de las imágenes, el distanciamiento de<br />

la realidad y la exaltación del poeta como ser por<br />

encima de los demás seres humanos. En este<br />

contexto, la inclusión del habla cotidiana, y aún más,<br />

del habla popular de las provincias del Perú, era<br />

algo que parecía muy lejano.<br />

Sin embargo, poco a poco irían haciendo su<br />

aparición escritores de provincia que, llegando a<br />

Lima, generarían nuevas propuestas estéticas para<br />

darle un nuevo impulso a la producción literaria<br />

peruana. Uno de ellos fue César Vallejo.<br />

CÉSAR VALLEJO<br />

Fundamentalmente poeta, Vallejo nació en Santiago<br />

de Chuco (La Libertad) en 1892. Su familia era de<br />

clase media, lo que le permitió tener acceso a la<br />

educación primaria y secundaria, algo no tan común<br />

en provincias a inicios del siglo XX. Acabando<br />

como uno de los mejores alumnos, en 1910 logra<br />

matricularse en la Facultad de Letras de la<br />

Universidad de Trujillo. En 1913 aparecen por<br />

primera vez dos poemas suyos en una revista. A<br />

partir de entonces participa activamente en la vida<br />

cultural trujillana, y en 1919, ya en Lima, publica<br />

Los Heraldos negros, su primer libro. Este tiene una<br />

fuerte influencia modernista a nivel estético, sin<br />

embargo, como bien señalan Marco Martos y Elsa<br />

Villanueva en el prólogo de una edición reciente<br />

(Vallejo 1998), en cuanto a temática y propuesta<br />

difiere de la poesía escrita entonces en el Perú,<br />

debido a la inserción, en su propuesta, de la manera<br />

indígena de ver el mundo.<br />

Recordemos que los principales representantes del<br />

Modernismo en el Perú de aquellos años eran José<br />

Santos Chocano, José María Eguren y Abraham<br />

Valdelomar. Respecto al primero aparentemente no<br />

CONSENSUS /AÑO 8 Nº 9<br />

145


Poesía y migración: aproximaciones al habla<br />

provinciana en Trilce de César Vallejo<br />

<strong>Gabriel</strong> <strong>Prado</strong> Límaco 1<br />

hubo mayor contacto o influencia, sin embargo,<br />

según refiere el libro César Vallejo: itinerario del hombre<br />

(Espejo 1999), con Eguren y Valdelomar sí. En<br />

1917, a raíz de la publicación de La canción de las<br />

figuras, Vallejo envió desde Trujillo una carta a<br />

Eguren felicitándole y enviándole algunos poemas<br />

inéditos. Este le respondería diciendo que sus versos<br />

le parecían originales por la riqueza musical e<br />

imaginativa y por la profundidad dolorosa. Un año<br />

después, ya en Lima, lograría entrevistarse con<br />

Abraham Valdelomar, estableciéndose entre ambos<br />

una gran amistad. Vallejo llegó incluso a solicitarle<br />

el prólogo para la primera edición de Los heraldos<br />

negros, sin embargo, la muerte temprana de<br />

Valdelomar, a los 31 años, le impidió cumplir con<br />

este cometido.<br />

No es extraño que Vallejo lograr un mayor grado<br />

de amistad con Valdelomar. Eguren y Chocano<br />

mantenían una línea modernista mucho más<br />

definida, acorde con los cánones que mencionamos<br />

líneas arriba. Es más, la renovación que estaba<br />

forjando Eguren en las letras peruanas iba hacia la<br />

fantasía, con personajes como la niña de la lámpara<br />

azul o el peregrín cazador de figuras, mientras que<br />

la del poeta trujillano iba por el descubrimiento de<br />

una cultura alternativa, la cultura mestiza de<br />

provincia, que hasta entonces había sido<br />

virtualmente ignorada. Por más admiración que<br />

Eguren profesara a los versos de Vallejo, y viceversa,<br />

sus propuestas iban por rumbos diametralmente<br />

distintos.<br />

Quizá uno de los puntos en común más importantes<br />

entre Valdelomar y Vallejo era que ninguno de los<br />

dos había nacido en Lima, la capital. Valdelomar<br />

era de Ica, y en algunos cuentos suyos como El<br />

caballero Carmelo y El vuelo de los cóndores evoca su<br />

infancia en ese puerto. Dicho sea de paso, estos<br />

son los cuentos más conocidos del autor, por el<br />

estilo sencillo y el aire renovador que representaron<br />

en las letras peruanas. Vallejo, como dijimos,<br />

también tenía como uno de sus temas la infancia.<br />

Al respecto, tomemos como ejemplo el poema que<br />

le dedica a su hermano Miguel:<br />

Hermano, hoy estoy en el poyo de la casa,<br />

donde nos haces una falta sin fondo!<br />

Me acuerdo que jugábamos esta hora, y que<br />

mamá<br />

nos acariciaba: “Pero, hijos ...”<br />

Ahora yo me escondo,<br />

como antes, todas estas oraciones<br />

vespertinas, y espero que tú no des conmigo.<br />

Por la sala, el zaguán, los corredores.<br />

Después, te ocultas tú, y yo no doy contigo.<br />

Me acuerdo que nos hacíamos llorar,<br />

hermano, en aquel juego.<br />

Miguel, tú te escondiste<br />

una noche de agosto, al alborear;<br />

pero, en vez de ocultarte riendo, estabas triste.<br />

Y tu gemelo corazón de esas tardes<br />

extintas se ha aburrido de no encontrarte. Y ya<br />

cae sombra en el alma.<br />

Oye, hermano, no tardes<br />

en salir. Bueno? Puede inquietarse mamá.<br />

En este poema es interesante notar un elemento<br />

que no era muy común en la poesía peruana de<br />

1920: el habla como propuesta formal en el discurso.<br />

No sólo como la voz de la mamá entre comillas en<br />

el cuarto verso, sino también en los dos últimos,<br />

pertenecientes a la voz del autor. La inclusión del<br />

habla cotidiana es un elemento que Vallejo, ya<br />

entonces, estaba madurando como uno de los<br />

distintivos en su futura producción. Más adelante<br />

veremos cuán importantes resultaron estas<br />

inclusiones en su siguiente libro.<br />

Los poemas de Los heraldos negros fueron escritos en<br />

Trujillo, antes que Vallejo llegara a Lima. Esta<br />

migración fue una de las experiencias que le<br />

marcarían personal y literariamente. Como muchos<br />

que llegaron a la capital en esos años, tenía la<br />

esperanza de encontrar una mejor suerte, en su caso<br />

respecto a la producción literaria. Sin embargo,<br />

aparte de algunos tibios elogios, no consiguió el<br />

ansiado reconocimiento. Mientras tanto, había<br />

comenzado a escribir el que sería su segundo libro,<br />

Trilce.<br />

Aunque de temática similar, la propuesta estética<br />

de Trilce es radicalmente diferente no sólo de su<br />

primer libro, sino de toda la literatura escrita hasta<br />

entonces en el Perú. En un artículo de esta<br />

146<br />

CONSENSUS /AÑO 8 Nº 9


<strong>Gabriel</strong> <strong>Prado</strong> Límaco 1<br />

Poesía y migración: aproximaciones al habla<br />

provinciana en Trilce de César Vallejo<br />

naturaleza no es posible analizar toda la compleja y<br />

diversa cantidad de significados y rupturas del<br />

lenguaje que presenta. Nuestro objetivo es más bien<br />

demostrar la presencia, en algunos poemas, de<br />

elementos que seguramente Vallejo recogió del<br />

habla de su provincia. Estos, en el momento de su<br />

publicación, pudieron parecer incomprensibles<br />

debido a que era la primera vez que aparecían en<br />

letras de molde. El tiempo y la evolución de la<br />

literatura peruana nos permiten ahora verlos con<br />

distintos ojos y mayor claridad.<br />

De los setenta y siete poemas que componen este<br />

libro, hemos escogido cuatro que a nuestro parecer<br />

nos permitirán encontrar elementos del habla<br />

provinciana producto de los choques culturales y<br />

la migración. A continuación los presentamos.<br />

POEMA II<br />

Tiempo Tiempo.<br />

Mediodía estancado entre relentes.<br />

Bomba aburrida del cuartel achica<br />

tiempo tiempo tiempo tiempo.<br />

Era Era.<br />

Gallos cancionan escarbando en vano.<br />

Boca del claro día que conjuga<br />

era era era era.<br />

Mañana Mañana.<br />

El reposo caliente aún de ser.<br />

Piensa en el presente guárdame para<br />

mañana mañana mañana mañana.<br />

Nombre Nombre.<br />

¿Qué se llama cuanto heriza nos?<br />

Se llama Lomismo que padece<br />

nombre nombre nombre nombrE.<br />

En este poema se habla del tiempo que no pasa, de<br />

la monotonía de las horas, y salvo un cancionan que<br />

aparece por ahí, en casi toda la primera parte no<br />

notamos nada fuera de lo común. Sin embargo, el<br />

final nos sorprende por sus variaciones sintácticas<br />

y morfológicas. En el primer verso de la última<br />

estrofa, encontramos la expresión qué se llama en<br />

reemplazo de cómo se llama. También notamos que<br />

el escribir la palabra heriza en lugar de eriza es quizás<br />

una forma de arrastrar la primera sílaba, al parecer<br />

para que la letra H cumpla una función sonora en<br />

la lectura (es decir, en vez de escuchar eriza<br />

deberíamos escuchar algo así como jeriza) Además,<br />

la unión de dos palabras en Lomismo parece<br />

proponer un ritmo ligeramente acelerado, como si<br />

no respiráramos entre el artículo y el sustantivo.<br />

Finalmente, la utilización de mayúsculas parece<br />

intentar una acentuación diferente a la convencional<br />

en las sílabas respectivas, en este caso de Lomismo y<br />

nombrE.<br />

Quienes hemos escuchado el habla de algunos<br />

migrantes en Lima, provenientes sobre todo de la<br />

sierra norte de nuestro país (a la que pertenece<br />

Trujillo), notaremos más de una coincidencia entre<br />

la propuesta fonética de estos versos y el habla<br />

castellana provinciana. ¿Por qué Vallejo intentaría<br />

reproducir el habla castellana de su tierra en esta<br />

última estrofa del poema, y no antes? Como la<br />

poesía en general es interpretación, y la poesía de<br />

Trilce es plurisignificante, podemos ensayar una<br />

explicación sin que ésta sea excluyente de otras.<br />

Quizá el autor, en medio de su nostalgia, quiso de<br />

alguna manera transportarse a su infancia a través<br />

de las palabras y de cómo las escucharía de sus<br />

parientes y primeros amigos. Aclaremos que, según<br />

muchos de sus biógrafos, este poema fue escrito<br />

en la cárcel y estaría aludiendo a la celda fría, llena<br />

de ecos, donde uno no tiene con quién hablar ni<br />

qué hacer, salvo esperar a que el tiempo pase.<br />

Podemos imaginar que los recuerdos del terruño<br />

inundarían por momentos la mente del autor, y<br />

éste mediante las variaciones sintácticas y<br />

morfológicas que hemos identificado estaría<br />

tratando de reconstruir la sensación de ese<br />

espejismo.<br />

De manera similar, aunque de forma más explícita,<br />

encontramos este tema del recuerdo en el siguiente<br />

texto.<br />

POEMA IV<br />

Rechinan dos carteras contra los martillos<br />

hasta los lagrimales trifulcas,<br />

cuando nunca las hicimos nada.<br />

Aquella otra sí, desamada,<br />

amargurada bajo túnel campero<br />

por lo uno, y sobre duras áljidas<br />

pruebas<br />

espiritivas.<br />

CONSENSUS /AÑO 8 Nº 9<br />

147


Poesía y migración: aproximaciones al habla<br />

provinciana en Trilce de César Vallejo<br />

<strong>Gabriel</strong> <strong>Prado</strong> Límaco 1<br />

Tendime en són de tercera parte,<br />

mas la tarde –qué le bamos a hhazerse<br />

anilla en mi cabeza, furiosamente<br />

a no querer dosificarse en madre. Son<br />

los anillos.<br />

Son los nupciales trópicos ya tascados.<br />

El alejarse, mejor que todo,<br />

rompe a Crisol.<br />

Aquel no haber descolorado<br />

por nada. Lado al lado al destino y llora<br />

y llora. Toda la canción<br />

cuadrada en tres silencios.<br />

Calor. Ovario. Casi transparencia.<br />

Hase llorado todo. Hase entero velado<br />

en plena izquierda.<br />

Aquí asistimos a una tarde en que el autor descansa<br />

echado en el campo, mientras ve pasar una carreta<br />

que rechina. Los aparente errores de concordancia<br />

en los artículos los y las que aparecen en el segundo<br />

y tercer verso vuelven a recordarnos la evidencia<br />

del lenguaje castellano andino, así como la<br />

variación morfológica en la palabra amargurada. Sin<br />

embargo, en la segunda estrofa aparece un<br />

elemento del habla que el autor se ha encargado<br />

de señalar de manera evidente como tal a través<br />

de guiones. Estamos hablando de la expresión qué<br />

le bamos a hhazer. La letra B de bamos, la doble H y<br />

la Z en vez de la C en hhazer, nuevamente nos<br />

parecen estar dando pistas fonéticas de cómo debe<br />

ser leído este verso. Este nuevo transporte al<br />

pasado provinciano de Vallejo nos lleva además a<br />

la infancia, en la imagen del ovario cálido y casi<br />

transparente al final, reforzado por las lágrimas<br />

que bien pueden ser de un niño.<br />

En estos dos primeros poemas analizados, la voz<br />

comienza narrando de manera objetiva lo que el<br />

autor nos quiere transmitir, y poco a poco la<br />

intimidad se hace presente a través de huellas como<br />

las que estamos identificando. Pero en este último,<br />

además, podemos reconocer la nostalgia del<br />

recuerdo. Notemos que Vallejo en Trilce es un autor<br />

que muchas veces busca rodear aquello que quiere<br />

transmitir, diciendo las cosas sin decirlas. Pero a<br />

veces también es agresivo, como en el siguiente<br />

poema que hemos elegido.<br />

POEMA IX<br />

Vusco volvvver de golpe el golpe.<br />

Sus dos hojas anchas, su válvula<br />

que se abre en suculenta recepción<br />

de multiplicando a multiplicador,<br />

su condición excelente para el placer,<br />

todo avía verdad.<br />

Busco vol ver de golpe el golpe.<br />

A su halago, enveto bolivarianas fragosidades<br />

a treintidós cables y sus múltiples,<br />

se arrequintan pelo por pelo<br />

soberanos belfos, los dos tomos de la Obra,<br />

y no vivo entonces ausencia,<br />

ni al tacto.<br />

Fallo bolver de golpe el golpe.<br />

No ensillaremos jamás el toroso Vaveo<br />

de egoísmo y de aquel ludir mortal<br />

de sábana,<br />

desque la mujer esta<br />

¡cuánto pesa de general!<br />

Y hembra es el alma de la ausente.<br />

Y hembra es el alma mía.<br />

Podemos reconocer una evolución en las<br />

diferentes versiones de los primeros versos de<br />

las tres primeras estrofas (Vusco volvvver de golpe el<br />

golpe, Busco vol ver de golpe el golpe y Fallo bolver de<br />

golpe el golpe) En ellos, las palabras parecen<br />

entrecortarse y complicarse como movidas por<br />

una inmediatez, un nerviosismo o una rabia<br />

contenida. En expresiones como todo avía verdad<br />

o ¡cuánto pesa de general!, y en palabras como avía,<br />

arrequintan, toroso, Vaveo o desque, encontramos<br />

nuevamente el habla provinciana, esta vez<br />

desperdigada. Como si la voz en el poema soltara<br />

estas expresiones al descuido.<br />

A nuestro parecer, estamos frente al discurso<br />

ebrio de un hombre llorando por una mujer. En<br />

el último verso, el autor declara que su alma es<br />

hembra como la de la ausente, lo cual puede ser<br />

una manera, desde un discurso machista, de decir<br />

que no se pueden contener las lágrimas. Además,<br />

podemos imaginar los golpes que tanto se repiten<br />

a lo largo del poema como los puños contra una<br />

148<br />

CONSENSUS /AÑO 8 Nº 9


<strong>Gabriel</strong> <strong>Prado</strong> Límaco 1<br />

Poesía y migración: aproximaciones al habla<br />

provinciana en Trilce de César Vallejo<br />

pared, o como la botella en la mesa. Los poemas<br />

de Trilce son muy gráficos en este sentido. Y como<br />

estamos viendo hasta ahora, las imágenes sonoras<br />

del habla están tan presentes como las imágenes<br />

visuales.<br />

Para terminar, hemos escogido un texto en el que<br />

el autor se refiere precisamente al tema de su<br />

migración a Lima.<br />

POEMA XIV<br />

Cual mi explicación.<br />

Esto me lacera de tempranía.<br />

Esa manera de caminar por los trapecios.<br />

Esos corajosos brutos como postizos.<br />

Esa goma que pega el azogue al adentro.<br />

Esas posaderas sentadas para arriba.<br />

Ese no puede ser, sido.<br />

Absurdo.<br />

Demencia.<br />

Pero he venido de Trujillo a Lima.<br />

Pero gano un sueldo de cinco soles.<br />

Además de las ya conocidas variaciones<br />

morfológicas (tempranía, corajosos) y sintácticas (el<br />

azogue al adentro, no puede ser, sido) notamos en este<br />

poema una enumeración de imágenes ambivalentes<br />

que nos llevan finalmente a descubrir la venida de<br />

Trujillo a Lima, acentuada por el magro sueldo que<br />

el autor menciona. En ello es evidente la decepción<br />

que significa la capital para alguien como él, que<br />

cifró sus esperanzas en un viaje hacia supuestamente<br />

una vida sino más digna, o por lo menos más<br />

productiva en el plano artístico. Pero a la vez, parece<br />

ser una sombra precursora del caos y desorden que<br />

significaría la migración interna para el país unos<br />

años después, hacia la década de 1950.<br />

Sabemos que Lima no fue precisamente un buen<br />

lugar para Vallejo, sino más bien un retroceso a nivel<br />

social y cultural. En Trujillo se había ganado de<br />

nombre y respeto, sin embargo en Lima su talento<br />

pasó desapercibido. Es más, Trilce fue incluso<br />

recibido con repudio, pues era un libro muy oscuro<br />

en una época en que la poesía peruana conservaba<br />

la claridad y elegancia de la belle epoque, por el<br />

recuerdo todavía fresco de Abraham Valdelomar,<br />

los exabruptos de Chocano e incluso los poemas<br />

lúdicos de Eguren. Vallejo mismo asistiría a la burla,<br />

la crítica y la indiferencia, siendo conciente de que<br />

había intentado proponer una estética demasiado<br />

diferente a la de sus contemporáneos. En una carta<br />

dirigida a un amigo trujillano, escribiría: “El libro ha<br />

nacido en el mayor vacío. Soy responsable de él. Asumo toda<br />

la responsabilidad de su estética” (Espejo 1989)<br />

Federico García Lorca, en un ensayo sobre la imagen<br />

poética, dice a propósito del autor de Las Soledades:<br />

“A Góngora no hay que leerlo, sino estudiarlo. Góngora no<br />

viene a buscarnos, como otros poetas, para ponernos<br />

melancólicos, sino hay que perseguirlo razonablemente. A<br />

Góngora no se le puede entender de ninguna manera en la<br />

primera lectura” (Lorca 1991) Creemos que estas<br />

mismas palabras podrían aplicarse al Vallejo de Trilce.<br />

He ahí la riqueza de su aporte a la literatura peruana.<br />

CONCLUSIÓN<br />

Dadas las circunstancias anteriormente descritas, no<br />

pasaría mucho tiempo para que Vallejo decidiera<br />

dejar la capital, esta vez en pos de Europa. Una<br />

migración hacia un lugar mucho más lejano,<br />

nuevamente esperanzado en encontrar un espacio<br />

adecuado para continuar con su vocación literaria<br />

y alejarse de la incomprensión de sus<br />

contemporáneos peruanos.<br />

Podemos decir sin temor a equivocarnos que Trilce<br />

sigue siendo un libro complejo y caleidoscópico, un<br />

hito dentro de la literatura peruana. Sabemos, por la<br />

publicación póstuma de sus poemas escritos en<br />

Europa, que Vallejo no intentó seguir esta línea de<br />

poesía difícil y plurivalente a nivel formal. Apostó por<br />

una mayor claridad a nivel sintáctico y morfológico,<br />

abordando nuevos temas producto de nuevas<br />

vivencias. El habla andina que rastreamos en estos<br />

cuatro poemas prácticamente desapareció en la<br />

propuesta estética de sus próximos libros, aunque<br />

continuara en la temática de muchos de ellos.<br />

Mientras tanto, la nueva configuración demográfica<br />

de nuestro país continuaría con su avance<br />

incontenible. Vallejo falleció en 1939, sin haber<br />

podido retornar al Perú. Ya no pudo ser testigo del<br />

desborde popular que invadiría Lima como un<br />

ciclón a partir de la mitad del siglo XX. En términos<br />

literarios, estos cambios bruscos en la cultura<br />

CONSENSUS /AÑO 8 Nº 9<br />

149


Poesía y migración: aproximaciones al habla<br />

provinciana en Trilce de César Vallejo<br />

<strong>Gabriel</strong> <strong>Prado</strong> Límaco 1<br />

peruana no fueron entendidos a cabalidad sino<br />

muchos años después. Baste recordar solamente la<br />

polémica desatada entre los poetas puros y los poetas<br />

sociales en la década del 50, que a nuestro parecer<br />

representaba el conflicto entre la lírica tradicional<br />

que se resistía al cambio y la radical y cruda<br />

propuesta que se le enfrentaba. Una polémica que<br />

se resolvería en generaciones posteriores, cuando<br />

el cambio cultural dejó de ser traumático, y las<br />

nuevas formas literarias supieron encontrar<br />

propuestas para retratar la nueva configuración<br />

social.<br />

Algunos años después, una nueva generación de<br />

escritores, muchos de ellos obligados a migrar del<br />

campo a la ciudad cuando eran niños, y otros hijos<br />

de migrantes nacidos en la ciudad pero aún no<br />

integrados del todo a ella, volverían los ojos a la<br />

obra de Vallejo y se reconocerían en ella. Sobre todo<br />

a partir de la década de los 80 con la aparición del<br />

terrorismo, que significó una nueva ola migratoria<br />

y en muchos casos un recrudecimiento del odio<br />

producto de la incomprensión. Para entonces, la<br />

existencia de otros escritores como Arguedas y<br />

Congrains, que tocaron de manera más explícita el<br />

tema de la migración, la aparición de estudios<br />

sociológicos, pedagógicos y lingüísticos que se<br />

preocuparon por entender el habla provinciana, así<br />

como el mayor acceso a la educación básica y<br />

universitaria a las capitales de provincia, permitieron<br />

que la narrativa y sobre todo la poesía se convirtieran<br />

en un mecanismo masivo de expresión de los<br />

sectores populares. Muchos de estos escritores<br />

volverían sobre el tema de la migración e<br />

instaurarían, a finales del siglo XX, nuevas y<br />

originales formas de hacer literatura.<br />

REFERENCIAS<br />

Espejo A. , J. (1989) César Vallejo: itinerario del hombre. Lima: Seglusa Editores.<br />

Golte, J. y Adams, N. (1987) Los caballos de Troya de los invasores. Estrategias campesinas en la conquista de la gran<br />

Lima. Lima: IEP.<br />

Loayza, L. (1974) El sol de Lima. Lima: Mosca Azul Editores.<br />

García Lorca, F. (1991) Obras completas. México: Aguilar.<br />

Matos M., J. (1988) Desborde popular y crisis del Estado. El nuevo rostro del Perú en 1980. Lima: IEP.<br />

Vallejo, C. (1988) Los heraldos negros. Lima: Peisa.<br />

Vallejo, C. (1989) Trilce. Lima: Mosca Azul Editores.<br />

Vallejo, C. (1987) Poemas humanos, poemas en prosa, España, aparta de mí este cáliz. Lima: Editorial Científica.<br />

DIRECCIÓN<br />

1<br />

E – mail: gprado@aloe.ulima.edu.pe<br />

Teléfono: 4364641, anexo 291<br />

Av. Los Frutales 954, Urb. Camacho, La Molina, Lima - Perú<br />

150<br />

CONSENSUS /AÑO 8 Nº 9

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!