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Exégesis y hermenéutica bíblica

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Exégesis y hermenéutica bíblica: principios teológicospara la interpretación de los textos bíblicosEXÉGESIS Y HERMENÉUTICA BÍBLICA: PRINCIPIOSTEOLÓGICOSPARA LA INTERPRETACIÓN DE LOS TEXTOS BÍBLICOSBIBLICAL HERMENEUTICS AND EXEGESIS: THEOLOGICALPRINCIPLES FOR THE INTERPRETATION OF BIBLICAL TEXTSÁngel Gómez Navarro1RESUMENAnte el reconocimiento de la centralidad de la Sagrada Escritura, tanto en la vida como en la misión de la Iglesia, puesta demanifiesto por la reciente Exhortación Apostólica Verbum Domini de Benedicto XVI, el presente artículo estudia laconceptualización de la exégesis y la hermenéutica bíblica, y su respectiva relación complementaria, así como los criterios oprincipios teológicos fundamentales que deben guiar todo proceso de interpretación de la Sagrada Escritura, proceso que no sóloes intelectual sino también vital, y que se activa en, desde y para la comunidad eclesial.Palabras ClaveTextos bíblicos, interpretación, Palabra de Dios, exégesis, hermenéuticaABSTRACTDealing with the recognition of the centrality of the Holy Scripture, as well in life as in the Church's mission, and evidenced bythe recent apostolic exhortation Verbum Domini of Benedict XVI, the present article analyzes the conceptualization ofBiblical Exegesis and Hermeneutics, and their own complementary relationship, as well as the criteria or basic theologicalprinciples which should guide any process of interpretation of Sacred Scripture, a process which is not only intellectual but vital,that speeds up on, from and to the ecclesial community.KeywordsBiblical text, interpretation, God's Word, exegesis, hermeneuticsINTRODUCCIÓNLa fe cristiana nace de la predicación misionera queanuncia la Buena Nueva de la Palabra de Dios. Estaactitud y acto de fe bíblica fundan la originalidad dela experiencia cristiana por el que se configura unparticular sentido a la existencia del nuevo creyenteen Cristo, surgiendo al mismo tiempo la necesidadde ser parte activa de la comunidad de discípulos ymisioneros de Jesús, pues es allí donde se procesa,confronta y valida, en clave intersubjetiva, una vidade fe comprometida a partir de la propiacotidianeidad histórica y del contexto socioculturalespecíficos en que se vive.La fuente principal de esta proclamación esprecisamente la Sagrada Escritura que, junto con laTradición Apostólica, no sólo es comprendida1Doctor en Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Jefe del Departamento de Filosofía y Teología de la Facultad de Psicología yHumanidades de la UNIFÉCONSENSUS 16 (1) 2011 41


Exégesis y hermenéutica bíblica: principios teológicospara la interpretación de los textos bíblicosÁngel Gómez Navarrocomo norma objetiva de la vida de fe eclesial, sinotambién como convocatoria efectiva para la enterahumanidad, y por lo mismo, se la debe considerarcomo central en la vida y misión de la Iglesia. Sinembargo, uno de los grandes desafíos de lacomunidad cristiana sigue siendo la correctainterpretación de los textos bíblicos, por la que sepueda determinar fielmente la Palabra de Dios conel fin de comunicarla responsablemente a todos losdemás, evitando así caer en cualquier tipo defundamentalismo pernicioso, el mismo que afectagravemente el anuncio de la Buena Nueva, pueséste no admite que la Palabra de Dios se hayaexpresado en lenguaje humano y que ha sidoescrita, bajo inspiración divina, por autoreshumanos, cuyas capacidades y posibilidades eranlimitadas.Esta tarea de interpretar la Biblia no es complicadacuando descubrimos una relación directa entre laPalabra de Vida y las condiciones actuales de loshombres, pues la Biblia no está desconectada de laexperiencia humana y de sus diversas situaciones ymanifestaciones históricas. Pero si nos encontramoscon un texto bíblico difícil de entender, resultará casiimposible relacionarlo con el momento actualindicando su sentido espiritual actual sin captarpreviamente su sentido histórico literal. Es aquídonde se requiere un esfuerzo de interpretaciónbíblica, el cual va más allá de una simple lectura deltexto. Por consiguiente, nos interrogamos sobre quénos pueden aportar tanto la exégesis como lahermenéutica bíblica, en cuanto que buscan captarel sentido de la escritura, y qué criterios teológicosdebemos seguir cuando nos involucramos con elproceso de interpretación bíblica.¿ E X É G E S I S O H E R M E N É U T I C ABÍBLICA?Tanto la hermenéutica como la exégesis bíblica nosayudan en la difícil tarea de interpretar el sentido delos textos bíblicos y por consiguiente determinar laPalabra de Dios como Mensaje de Salvación para elhombre creyente.Hoy la exégesis bíblica es considerada como el artede explicar e interpretar, siguiendo especialmenteel método histórico-crítico, con el fin de fijar elverdadero sentido histórico que pretendía el autoren su propio contexto. Por su parte, también lahermenéutica, en cuanto arte de interpretar,considera específicamente el desarrollo de unsentido hoy para nosotros. (Konings, 2001). Esdecir, mientras que la exégesis histórico-literariabusca lo que queda detrás del texto (lascircunstancias que condicionan el sentido que teníaen el momento de su producción), la hermenéuticaconsidera lo que está por delante de él (lo que escapaz de decir en unas circunstancias siemprenuevas).De esta manera, la hermenéutica aparece comodistinta pero complementaria a la actividadexegética porque no es repitiendo el sentido literal ohistórico como la gente percibe toda susignificación. Sin embargo, solamente a partir delsentido literal de los textos bíblicos se puede captarel verdadero sentido espiritual actual que surge deuna transposición del Mensaje en términos nuevos,relacionados con el nuevo contexto, y cuando se loslee con el mismo Espíritu con que fueron escritos.Al respecto, la Exhortación Apostólica Verbum Dominisubraya que el sentido espiritual es el sentidoexpresado por los textos bíblicos, cuando se los leebajo la influencia del Espíritu Santo en el contextodel misterio pascual de Cristo y de la vida nueva queproviene de él (VD 37).En suma, llamamos exégesis a aquel análisis del textobíblico destinado a descubrir lo que quería decir elautor a sus contemporáneos, y hermenéutica a lo queel mismo texto nos dice hoy a nosotros en uncontexto distinto y en un lenguaje comprensible alhombre moderno. De esto se deduce que la praxismisionera enfatizará más en el quehacerhermenéutico que en el sentido exegético, el cualexige un mínimo de erudición histórica; pues,como señala la Pontificia Comisión Bíblica (PCB),aunque los exegetas se sirvan del método históricocríticono deben olvidar que su tarea no estáterminada cuando han distinguido fuentes,definido los géneros literarios o explicado losprocedimientos literarios (partes claves del métododel análisis histórico), sino solamente cuando se hailuminado el sentido del texto bíblico como actualPalabra de Dios (PCB, III, C, 1). Por ello, que sedebe pensar en didácticas simplificadas quepermitan a las comunidades presenciar, por asídecirlo, la aparición histórica de los grandessignificados de su fe.Estos dos sentidos o niveles de interpretación estáninterrelacionados y constituyen una legítimaunidad articulada, sabiendo que desde el primernivel se tiende al segundo impulsado por eldinamismo de la fe. Por ello, hay que evitarcualquier tipo de separación, dicotomía,contraposición o yuxtaposición entre exégesiscientífica e interpretación espiritual, entre lohumano y lo divino, entre la investigación científicay la mirada de fe, entre el sentido espiritual y el42CONSENSUS 16 (1) 2011


Ángel Gómez NavarroExégesis y hermenéutica bíblica: principios teológicospara la interpretación de los textos bíblicossentido histórico. Al respecto, conviene recordar loque sobre exégesis afirmó la ConstituciónDogmática Dei Verbum (DV), del Concilio VaticanoII, “puesto que Dios habla en la Escritura por medio dehombres y en lenguaje humano, el intérprete de la Escritura,para conocer lo que Dios quiso comunicarnos, debe estudiarcon atención lo que los autores querían decir y Dios queríadar a conocer con dichas palabras” (DV 12). Se trata deevitar la pura historiografía cientificista y orientarsemás hacia la teología para no reducir lacomprensión del evento de la revelación de Diosmediante su Palabra que se nos transmite en latradición viva y en la Sagrada Escritura; lo cual nosignifica legitimar hermenéutica alguna que nieguela historicidad de los elementos divinos (cf. VerbumDomini 35).CRITERIOS DE INTERPRETACIÓN DELA BIBLIATodo proceso de interpretación bíblica debebuscar pasar de la letra al espíritu, ya que segúnBenedicto XVI “la Palabra de Dios no está en la simpleliteralidad del texto. Para alcanzarla hace falta trascender yun proceso de comprensión que se deja guiar por elmovimiento interior del conjunto y por ello debe convertirsetambién en un proceso vital”.De esto se deduce que un auténtico proceso deinterpretación bíblica no sólo es intelectual sinotambién vital, que reclama una total implicación enla vida eclesial, en cuanto vida “según el Espíritu”(Gal 5, 16).Los criterios o principios teológicos quepresentamos a continuación, para un correctoproceso de interpretación bíblica de los textosbíblicos, han sido extraídos de la ConstituciónDogmática “Dei Verbum” sobre la DivinaRevelación (especialmente el nº 12), así como deldocumento de la Pontificia Comisión Bíblica(PCB) sobre la Interpretación de la Biblia en laIglesia y de la última Exhortación ApostólicaPostSinodal, “Verbum Domini”, sobre la Palabra deDios en la vida y en la misión de la Iglesia, aunquehago notar que sigo especialmente los comentariosque, al respecto, ha elaborado Levoratti y otrosautores.Primero: La Palabra de Dios revelada eshistóricaLa Biblia nos trasmite una religión relacionada conlugares, con personas y una serie deacontecimientos. Dios actúa por medio de lahistoria que es un modo excelente de comunicacióndivina. El Dios de la Biblia no es un Dios abstractoo impersonal sino el Dios que escuchó el clamor desu pueblo y se acordó de su alianza con Abraham,Isaac y Jacob; el Dios que vio la opresión de losisraelitas en Egipto y los liberó (Ex. 2, 24-25).Por tanto, hay que reconocer que Dios ha hablado aIsrael y a la Iglesia, a fin de establecer una relaciónpersonal con cada uno de sus hijos (cf. Heb 1, 1-2)Sólo raras veces el Antiguo Testamento se refiereen abstracto a los atributos de Yahvé. Lo que hacemás bien es proclamar que Dios ha elegido a Israel yle ha dado a conocer su palabra, revelándose enciertos acontecimientos de la historia. De ahí que elmedio indispensable para conocer a Dios sea elrelato de las acciones divinas históricas (ejemplo:Dt 26, 1-11; Jos 24, 1-18; Sal 78; 136). Entre esasacciones ocupa un lugar preponderante el éxodo deEgipto, porque fue entonces cuando Yahvé sereveló a Israel como su salvador, haciendo de eseacto de liberación el arquetipo de la bondad y elpoder divinos: “Yo soy Yahvé tu Dios que te hice salir…de la casa de esclavitud” (Ex 20, 2).Por consiguiente, el valor de nuestra fe cristianatambién depende de ciertos acontecimientoshistóricos, tales como el nacimiento, la muerte y laresurrección de Cristo. Si nada de esto ha sucedido,ya no hay salvación y es vana la fe (cf. 1Cor 15, 1-19). Pero los hechos salvíficos no revelan su sentidohasta que no son interpretados y proclamadoscomo tales. El sentido de los acontecimientospermanece oculto o ambiguo mientras la palabrano da a conocer lo que significan.Para todo el que intenta interpretar la Escritura esde vital importancia entender correctamente larelación entre la palabra y el acontecimiento. Sin lapalabra que explicita el sentido del acontecimiento,la acción de Dios permanecería ignorada y nohabría ninguna revelación. Sin embargo, larevelación de Dios en y a través de la historia no esla única forma en que Dios se ha dado a conocer.Segundo: Hay unidad entre el Antiguo y elNuevo TestamentoEntre el Antiguo (AT) y el Nuevo Testamento (NT)existe una relación de unidad en cuanto que elprimero es promesa de salvación, y el segundo, surespectivo cumplimiento. En efecto, los grandestemas bíblicos como Dios, alianza, elección,templo, sacrificio, justicia, redención, están en losdos testamentos no de modo accidental sinoorgánico. Según Levoratti, estos términos crucialesCONSENSUS 16 (1) 2011 43


Exégesis y hermenéutica bíblica: principios teológicospara la interpretación de los textos bíblicosÁngel Gómez Navarrotienen un significado peculiar en el AT que no seencuentra en otras partes, y configuran el contextoen que sus equivalentes del NT, referidos a Cristo,recibieron connotaciones más específicas. Elacontecimiento Cristo sobrepasa todas susanticipaciones proféticas, pero hay ciertasprefiguraciones muy significativas en la revelaciónconcedida a Israel. Por ejemplo, los escritos del ATno revelan la plenitud del amor divino manifestadoen la encarnación del Hijo de Dios (Cf. Jn 3, 16); sinembargo, ellos atestiguan que Dios ya había hechooír su Palabra y había dado señales claras de sucondescendencia divina: “Te amé con amor eterno; poreso te atraje con fidelidad” (Jr 31, 3).Los primeros cristianos fueron conscientes de queel mismo Dios que habló por los profetas semanifestó por medio de Jesucristo; por ello,aceptaron desde el principio el AT como palabrainspirada por Dios. Es decir, el uso cristiano del ATdepende de la fe en que el Dios de Israel es tambiénel Dios y Padre de Jesucristo. El mismo Jesús llama'Padre' al Dios de la Biblia, y en ellas encontró laexpresión de la voluntad de Dios para Israel, para símismo en cuanto hijo de Israel, y para losdiscípulos que había elegido. Los discípulos, por suparte, ahondaron cada vez más en su conocimientode quién es Jesús al leer las Escrituras en el contextoreligioso judío (Cf. Mt 12, 17-21; Lc 4, 16-21).Por su parte, los hagiógrafos del NT, a ejemplo deJesús, apelaron constantemente a Moisés, a losProfetas y los Salmos. Dieron por supuesta laautoridad de las Escrituras y recurrieron a lasprofecías para probar que Jesús era el Mesíasprometido a Israel (Cf. Mt 1, 23; Hch 2, 22-36) ypara presentar a la comunidad cristiana como elverdadero Israel de Dios (Cf. Rom 9-11).En suma, este principio hermenéutico significa quepara los cristianos, el AT recibe su pleno sentidosólo en relación con Cristo, cuya venida prepara,prefigura y anuncia. El misterio de Cristo no fuedado a conocer a las generaciones pasadas (Ef 3, 4-5), pero fue vislumbrado de algún modo desdetiempos antiguos por los profetas de Israel (1Pe1,10-12).Para el cristianismo, el mensaje profético anunciauna nueva acción salvadora de Dios que apuntamás allá del AT. Es importante tomar muy en serioel conjunto del canon bíblico: por una parte,ningún texto singular agota su significado aisladodel resto; por la otra, el intérprete católico no pierdenunca de vista que cada texto particular encuentrasu pleno sentido al ser puesto en relación con elmisterio pascual de la muerte y la resurrección deCristo.Tercero: Se debe reconocer la diversidad de laBibliaLa unidad de la Biblia no es lo mismo queuniformidad, por ello hay que tener presente, almismo tiempo, la diversidad de los textos bíblicos.La diversidad de la Biblia es incluso más notoria quesu unidad, y no es la unidad estática sino la unidaddinámica de un proceso. Los textos bíblicos reflejanla multiforme complejidad de la historia de laacción de Dios con su pueblo de la antigua y lanueva alianza. Así, cuando nos acercamos al AT,que cubre un periodo tan largo de tiempo, no nosencontramos con el libro de un solo autor que hizodel conjunto una unidad singular. La SagradaEscritura, en cuanto unidad, incluye la pluralidad yaque los escritos que la componen han sidocompuestos y editados en el curso de muchossiglos.Por tanto, al interpretar los textos bíblicos hay quetratar de situarlos primero en su propio tiempo yluego en el contexto de toda la revelación divina dela que forma parte. Esto significa que paracomprender satisfactoriamente el Mensaje de laEscritura es indispensable mantener el sentidohistórico, sin perder de vista, al mismo tiempo, elhilo conductor que une el AT con el NT. Ladiversidad y la unidad de la Biblia han de serpercibidas simultáneamente, sin sacrificar una a laotra.Es imposible reducirlo todo a una uniformidadindiferenciada, y el intento de hacer decir lo mismoal AT y al NT es falsear el sentido de ambos. Ladiversidad es constitutiva de la Escritura misma yno hay que ver nada malo en ello. Dicha diversidadha dado lugar a diferentes corrientes delcristianismo primitivo.En realidad, cada escrito bíblico tiene unaperspectiva que es en algún sentido única. Como larevelación divina es la fuerza unificadora en mediode la diversidad es tan importante para el proyectode Dios como la unidad. En este sentido, en virtudde este testimonio bíblico respecto de Dios, sepuede afirmar que es legítimo un cierto pluralismoteórico y práctico en la comunidad cristiana.Ejemplo, los dos relatos de la creación de Génesis 1y 2; el Sermón de la Montaña de Mt 5-7 y el de Lc 6,17-49 (dos discursos distintos pero al mismotiempo semejantes).44CONSENSUS 16 (1) 2011


Ángel Gómez NavarroExégesis y hermenéutica bíblica: principios teológicospara la interpretación de los textos bíblicosEn suma, en la Biblia encontramos una serie dedocumentos escritos en diversas circunstancias, en2diferentes lenguas y con enfoques diversos. Estodebido a que los autores inspirados escribierondesde su propia situación, y comunicaron suspropias experiencias y se expresaron en el lenguajey mentalidad cultural de su tiempo. Cada uno diotestimonio de la verdad en un contexto históricoparticular y anunció un mensaje apropiado a lascircunstancias vividas por el pueblo de Dios en unmomento determinado de su historia. Se debetener en cuenta que los libros de la Escritura fueronescritos a los largo de más de un milenio, y enlenguas tan distintas como el hebreo y el griego. LaBiblia mantiene su profunda unidad bajo suaparente diversidad.Por su parte, el mismo documento de la PontificiaComisión Bíblica (PCB) nos dice que:“conviene finalmente añadir que en el NuevoTestamento, como ya en el Antiguo Testamento, seobserva la yuxtaposición de perspectivas diferentes, aveces en tensión unas con otras; por ejemplo sobre lasituación de Jesús (Jn 8, 29; 16, 32 y Mc 15, 34), osobre el valor de la Ley mosaica (Mt 5, 17-19 y Rm 6,14), o sobre la necesidad de las obras para lajustificación (Sant 2, 24 y Rm 3, 28; Ef 2, 8-9). Unade las características de la Biblia es precisamente laausencia de un sistema, y por el contrario, la presencia detensiones dinámicas. La Biblia ha acogido varios modosde interpretar los mismos acontecimientos o de pensarlos mismos problemas. Ella invita así a rechazar elsimplismo y la estrechez de espíritu” (III, A.2).Cuarto: La Sagrada Escritura está unida a laTradición viva de la IglesiaLa Tradición se refiere a la Palabra revelada porDios que se transmite en la Iglesia como tal."Tradición" tiene dos significados estrechamenterelacionados entre sí: "Tradición" es toda larevelación, desde el comienzo de la historia hasta elfinal de la era Apostólica, transmitida por los fielesde generación en generación y preservada por laguía divina del Espíritu en la Iglesia instituida porCristo. La Sagrada Tradición, más técnicamente, serefiere, dentro de la revelación, a aquella parte queno está contenida en las Sagradas Escrituras porqueno se escribió hasta más tarde. El depósito de la fe,de la revelación, está compuesto por la SagradaEscritura (Biblia) y la Tradición Apostólica.Al respecto, la Dei Verbum afirma que"Fiel a dicho depósito, el pueblo cristiano entero, unido asus pastores, persevera siempre en la doctrina apostólicay en la unión, en la eucaristía y la oración, y así serealiza una maravillosa concordia de pastores y fieles enconservar, practicar y profesar la fe recibida" (DV 10).Ahora bien, toda la Iglesia constituye la Tradiciónviva y por ello toda la Iglesia contribuye a la correctainterpretación de la Escritura: los Padres, los fielescristianos, los exegetas, el Magisterio. Éste últimogoza del carisma de la interpretación auténtica, bajola guía del mismo Espíritu Santo que inspiró eltexto sagrado. La Tradición tiene una funciónhermenéutica de guía y de norma, porque nosofrece un horizonte de comprensión. La DeiVerbum señala que “el oficio de interpretar auténticamentela Palabra de Dios oral o escrita, ha sido encomendado solo alMagisterio vivo de la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre deJesucristo" (DV 10). Pero, el Magisterio no está porencima de la Palabra de Dios, sino a su servicio. Así,el Magisterio de la Iglesia realiza una función des e r v i c i o a l aPalabra de Dios de tres maneras: Custodiandocelosamente, interpretando fielmente ycomunicando vivamente.Por su parte, Arens (1997, p. 88) señala que laTradición debe ser entendida no como un conjuntode contenidos, sino de profundizaciones, que estánen continuo proceso, que actualizan la Palabra a laluz de la vida de hoy (cf. DV 8). Es el proceso decomprensión en profundidad del sentido último dela Revelación, testimoniada en la Biblia, por eso laTradición y la Escritura están inseparablementeunidas (DV 9). Se trata de la Tradición en singular y2Eduardo Arens nos ofrece un ejemplo adicional en su libro La Biblia sin Mitos, donde nos dice que Jesús empleó la parábola de la oveja perdidacomo medio de predicación con el propósito de llamar ala conversión a sus compatriotas (fariseos) que se sentían demasiado seguros delfavoritismo de Dios. Mateo, que se dirigía a cristianos, no a judíos, empleó esta parábola adaptándola a un contexto (vital) de instrucción, y la situóen el capítulo 18, dedicado a instrucciones para la vida en comunidad, de modo que le sirvió de ejemplo para ilustrar la conducta que los cristianosdeben observar con respecto al hermano que fácilmente se escandaliza (18, 10-14): por eso la situó en este contexto. Lucas, en cambio, escribiendopara una comunidad mayormente compuesta por convertidos del paganismo, que precisamente por eso era criticada por el entorno judío(contexto vital), empleó esta misma parábola con fin apologético: defender a su comunidad justificando la aceptación de paganos convertidos. Paraeso, Lucas construyó un contexto literario para la parábola de la oveja perdida, que es apologético (cf. Lc 15, 1ss). En tiempos de Lucas esaintroducción (contexto) traducía el hecho de que los judíos (=fariseos y escribas de la introducción) criticaban (=murmuraban) porque lasautoridades cristianas en tiempos de Lucas (=Jesús) aceptaban en la comunidad (=acogía) a paganos (=pecadores).CONSENSUS 16 (1) 2011 45


Exégesis y hermenéutica bíblica: principios teológicospara la interpretación de los textos bíblicosÁngel Gómez Navarromayúscula, no de tradiciones eclesiásticas. Portanto, es primordial el sensus fidei (sentido de la fe) dela Iglesia. Parte de la Tradición es la decisión que,por la acción del Espíritu, fijó el canon de laEscritura como norma normante.Quinto: Debemos tener en cuenta la analogíade la feLa analogía de la fe es la conexión coherente de la feconfesada y objetiva de la Iglesia (El Credo), es elnexo interno de los misterios entre sí garantizadapor la acción del Espíritu. Por consiguiente,cualquier verdad o expresión de la revelación y de lafe ha de verse a la luz de las otras y en conexión conellas, para poder entenderla rectamente y que quedeabierta a una ulterior y más profunda comprensión.De este modo, las verdades de fe pueden sermatizadas pero no distorsionadas o negadas. Estecriterio va muy ligado al de la Tradición que impidelas falsas interpretaciones y transmite la únicaverdad salvífica y, al mismo tiempo, sintetiza elcriterio de la unidad global y articulada de toda laBiblia.En otras palabras, todas las verdades de la fecristiana tienen algo que ver unas con otras. Existepor tanto una coherencia interna dentro del credoque confesamos los cristianos: no creemos cosasque no tienen nada que ver una con la otra o que secontradicen, sino unas verdades que nos llevan aotrasSexto: Hay que considerar los génerosliterariosTodos los diversos libros de la Biblia utilizandiferentes géneros literarios porque ejercen unafunción distinta, según Charpentier, para instruir alpueblo con los relatos y las síntesis históricas,organizarlo mediante unas leyes, animar su vidareligiosa y litúrgica con cantos y salmos, hacerlereflexionar sobre el camino que tiene que seguirpor medio de las obras sapienciales.De esto se deduce la importancia del géneroliterario por estar en relación con el propósito quetuvo el autor bíblico al momento de querercomunicarse adecuadamente. El propósito de unproverbio no es el mismo que el de una carta o deuna historia. Por lo tanto, no se puede determinarlo que quiso decir el autor sin identificar el tipo degénero literario usado.Arens también señala que dentro de un libropodemos encontrar mini-géneros, conocidoscomo formas, por ejemplo, la cita de algún himno,refrán, diálogos y disputas, la inclusión de unamisiva o un poema. Pero la obra como conjuntoserá, por ejemplo, del género histórico si el escritor sepropuso narrar acontecimientos históricos, con elfin de informar al lector.El género y la forma literaria son esencialmenteiguales, sin embargo, se distinguen por suextensión. Se habla de “formas” para distinguir lasunidades que constituyen la obra, de la obra mismacomo un todo, que se califica según su propósito(informar, exhortar, orientar, entretener) como“género” (histórico, epistolar, novelesco).El mismo Arens señala que cuando sabemosdiferenciar los géneros literarios podemos sabertambién cuál es su propósito, pero el problemasurge cuando no conocemos los géneros literariosde la Biblia, instintivamente tendemos a pensar quetal género debe ser semejante a alguno que síconocemos. En consecuencia, pensamos que elmensaje (y el propósito) del autor bíblico debe sertal o cual cuando en realidad es otro. Así, porejemplo, el hecho de no conocer el géneroapocalíptico (pues no es de los empleados hoy),conduce a pensar que se trata del género devaticinios o anuncios futuristas que conocemos porel género moderno de ciencia ficción, y enconsecuencia se piensa que el propósito delApocalipsis es el de informar acerca de losacontecimientos que sucederán antes del fin delmundo.Sin embargo, este género literario era comúncuando su autor lo empleó, tenía por finalidadanimar a los perseguidos por su fe, a permanecerfieles a Dios hasta el final, porque aunque parezcaque Dios los ha abandonado, al final los premiará;no triunfarán las fuerzas del mal, sino Dios y lossuyos. Para comunicar este Mensaje los autores dellibro de Daniel (7-12) y del Apocalipsis emplearonun género literario muy conocido en sus tiempospero en desuso hoy.Entre los géneros literarios que incluye la Bibliatenemos: historias, leyendas, anécdotas, epopeyas,sagas, mitos, fábulas, etiologías, narracionesnoveladas, relatos paradigmáticos, crónicas, anales,diarios, itinerarios, genealogías, listas, catálogos,testamentos, autobiografía, plegarias, cánticos,salmos, himnos, credos, leyes, preceptos,mandatos, decretos, exhortaciones, litigios,apologías, controversias, cartas, proverbios,bendiciones, lamentaciones, parábolas, sentencias,pronunciamientos, proclamaciones, alegorías,diálogos, discursos, diatriba, oráculos, profecía,apocalíptica.46CONSENSUS 16 (1) 2011


Ángel Gómez NavarroExégesis y hermenéutica bíblica: principios teológicospara la interpretación de los textos bíblicosSéptimo: Debemos interpretar con el mismoEspíritu con el que fue escritoEste criterio o principio implica tener en cuentaque no se puede separar la misión del Espíritu de lamisión de Jesucristo, Verbo Encarnado. Porejemplo, en los textos de San Pablo y San Juan, lapalabra “verdad” significa fundamentalmente laRevelación que Dios nos hace de su designiosalvífico. Y esta salvación se ha realizado en mododefinitivo en la persona de Jesucristo; y esto es,precisamente, lo que el Espíritu Santo buscaactualizar en cada uno de nosotros. De modo queen la Iglesia no se puede comprender la Palabra deDios prescindiendo del mismo Espíritu que la hainspirado siempre.De la Potterie señala que el fin último de la exégesiscristiana es la comprensión espiritual de la SagradaEscritura a la luz de Cristo resucitado, y esto, unavez más, sólo es posible por la acción del Espíritu.Al respecto, el mismo Concilio Vaticano II subrayaque“como todo lo que afirman los hagiógrafos, o autoresinspirados, lo afirma el Espíritu Santo, se sigue que loslibros sagrados enseñan sólidamente, fielmente y sinerror la verdad que Dios hizo consignar en dichos librospara salvación nuestra” (DV 11). Por consiguiente, esel Espíritu el que interpreta las Escrituras en orden a laverdad salvífica y no a otras concepciones que pueden serpropias de las ciencias humanas.A MODO DE CONCLUSIÓNEl proceso de interpretación bíblica hoy no sólo esexigida por la predicación misionera de lascomunidades eclesiales, sino también por lascelebraciones litúrgicas, por los grupos de estudiobíblico y de oración y por las personas que buscanconocer y amar más a Jesús. En realidad, todo estoresponde al impulso dado por el Concilio VaticanoII al reafirmar la centralidad de la Escritura en lavida cristiana; y por las recomendaciones de JuanPablo II, quien decía que “es conveniente delimitar bienel sentido propio de la Escritura desechando interpretacionesindebidas que le hacen decir lo que no intenta decir”(Mensaje a la Academia Pontificia de las Cienciasdel 22 de octubre de 1996).Para lograr este cometido, la mayoría de losexegetas siguen el método histórico crítico queimplica la crítica textual (la misma que presupone unconocimiento de las lenguas bíblicas y parte delsupuesto de que no tenemos textos originales sinosólo copias), la crítica redaccional (todo texto bíblicoes fruto de un proceso de redacción antes de llegar asu forma final), la crítica de las tradiciones (todo textoestá vinculado a una tradición religiosa desde suexpresión oral hasta su fijación escrita), y la críticaliteraria o de las formas literarias (que establece losgéneros literarios propios de un determinado país oentorno cultural para manifestar los pensamientosy sentimientos; está muy ligado al contexto osituación vital denominado "Sitz im Leben").Sin embargo, el documento de la PCB puntualizaque“aunque la interpretación de la Biblia sea tareaparticular de los exegetas, no les pertenece, sin embargo,como monopolio, ya que comporta, en la Iglesia, aspectosque van más allá del análisis científico de los textos. LaIglesia, en efecto, no considera la Biblia simplementecomo un conjunto de documentos históricos concernientesa sus orígenes. Ella la acoge como Palabra de Dios quese dirige a ella y al mundo entero, en el tiempo presente”.(Parte IV Introducción)Es necesario asumir el desafío de determinar elcorrecto sentido literal del texto bíblico, evitandocualquier subjetivismo en la interpretación bíblicaque nos lleva al peligroso fundamentalismo,buscando descubrir el sentido espiritual orientado ala transformación personal y social en Cristo.Recordar que no se trata sólo de un proceso deinterpretación intelectual sino también vital, para locual es necesario leer con el mismo Espíritu conque fue escrito el texto bíblico.Dios sigue comunicando su Palabra de Vida ennuestra situación actual a través de la predicaciónmisionera. Por ello, no sólo es importante lainterpretación exegética que trata de comprender loque significaron los textos bíblicos en su contextooriginario, sino que también debemos preocuparnospor la interpretación hermenéutica que buscaactualizar la Buena Nueva a nuestro presentehistórico con la finalidad de provocar las respectivastransformaciones individuales y colectivas, históricasy socio-culturales, pues como lo indica la PCB “laactualización es posible porque la plenitud de sentido del textobíblico le otorga valor para todas las épocas y culturas” (cf. Is40, 8; 66, 18-21; Mt 28, 19-20). El Mensaje bíblicopuede a la vez relativizar y fecundar los sistemas devalores y las normas de comportamiento de cadageneración. La actualización es necesaria porque,aunque el mensaje de la Biblia tenga un valorduradero, sus textos han sido elaborados en funciónde circunstancias pasadas y en un lenguajecondicionado por diversas épocas. La actualizaciónse realiza gracias al dinamismo de la tradiciónCONSENSUS 16 (1) 2011 47


Exégesis y hermenéutica bíblica: principios teológicospara la interpretación de los textos bíblicosÁngel Gómez Navarroviviente de la comunidad de fe. Esta se sitúaexplícitamente en la prolongación de lascomunidades donde la Escritura ha nacido, ha sidoconservada y trasmitida. En la actualización, latradición cumple un doble papel: procura, por unaparte, una protección contra interpretacionesaberrantes, y asegura, por otra, la transmisión deldinamismo original. Actualización no significa, pues,manipulación de los textos. No se trata de proyectarsobre los textos bíblicos opiniones o ideologíasnuevas, sino de buscar sinceramente la luz quecontienen para el tiempo presente (IV, A.1).En este sentido, el mismo documento señala unmodo práctico de actualizar las Escriturassiguiendo estas tres etapas: 1º, escuchar la Palabraa partir de la situación presente; 2º, discernir losaspectos de la situación presente que el textobíblico ilumina o pone en cuestión; 3º, sacar de laplenitud de sentido del texto bíblico los elementosque pueden hacer evolucionar la situaciónpresente de un modo fecundo, conforme a lavoluntad salvífica de Dios en Cristo.“La actualización presupone una exégesis correctadel texto, que determina el sentido literal. Si lapersona que actualiza no tiene ella misma unaformación exegética, debe recurrir a buenas guías delectura, que le permitan orientar la interpretaciónbíblica”.REFERENCIASArens, E. (2005) La Biblia sin Mitos. Lima: CEP.Arens, E – Diaz Mateos, M. (1997) ¿Interpretación de la Biblia en crisis? Lima: CEP.Benedicto XVI (2010) Exhortación Apostólica “Verbum Domini”, sobre la Palabra de Dios en la Vida y en la Misiónde la Iglesia. Roma: Ediciones Vaticano.Caballero, J. M. (1994) Hermenéutica y Biblia. Navarra: Verbo Divino.Concilio Vaticano II (1965) Constitución Dogmática Dei Verbum, sobre la Revelación Divina. Roma: EdicionesVaticano.Croatto, S. (1994) Hermenéutica Bíblica. Buenos Aires: Lumen.Charpentier, E. (1980) Para leer la Biblia. Navarra: Verbo Divino.De La Potterie, I. (1995) La Sagrada Escritura y el Vaticano II. Lima: Vida y Espiritualidad.Konings, J. (2001) La Biblia, su historia y su lectura. Una introducción. Navarra: Verbo Divino.León XIII (1893) Encíclica Providentissimus Deus, sobre el estudio de la Sagrada Escritura. Roma: EdicionesVaticano.Levoratti, A. (2005) Cómo Interpretar la Biblia. En Comentario Bíblico Internacional Católico y Ecuménico para elsiglo XXI. Navarra: Verbo Divino.Pío XII (1943) Encíclica Divino Afflante Spiritu, sobre los estudios bíblicos. Roma: Ediciones Vaticano.Pontificia Comision Biblica (1993) La Interpretación de la Biblia en la Iglesia. Roma: Ediciones Vaticano.Ratzinger, J. (1995) La Interpretación bíblica en crisis. Problemas del fundamento y la orientación de la exégesis hoy. Vida yEspiritualidad. Lima: Vida y Espiritualidad.Correo electrónico: agomez@unife.edu.pe48CONSENSUS 16 (1) 2011

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