Exégesis y hermenéutica bíblica: principios teológicospara la interpretación de los textos bíblicosÁngel Gómez Navarromayúscula, no de tradiciones eclesiásticas. Portanto, es primordial el sensus fidei (sentido de la fe) dela Iglesia. Parte de la Tradición es la decisión que,por la acción del Espíritu, fijó el canon de laEscritura como norma normante.Quinto: Debemos tener en cuenta la analogíade la feLa analogía de la fe es la conexión coherente de la feconfesada y objetiva de la Iglesia (El Credo), es elnexo interno de los misterios entre sí garantizadapor la acción del Espíritu. Por consiguiente,cualquier verdad o expresión de la revelación y de lafe ha de verse a la luz de las otras y en conexión conellas, para poder entenderla rectamente y que quedeabierta a una ulterior y más profunda comprensión.De este modo, las verdades de fe pueden sermatizadas pero no distorsionadas o negadas. Estecriterio va muy ligado al de la Tradición que impidelas falsas interpretaciones y transmite la únicaverdad salvífica y, al mismo tiempo, sintetiza elcriterio de la unidad global y articulada de toda laBiblia.En otras palabras, todas las verdades de la fecristiana tienen algo que ver unas con otras. Existepor tanto una coherencia interna dentro del credoque confesamos los cristianos: no creemos cosasque no tienen nada que ver una con la otra o que secontradicen, sino unas verdades que nos llevan aotrasSexto: Hay que considerar los génerosliterariosTodos los diversos libros de la Biblia utilizandiferentes géneros literarios porque ejercen unafunción distinta, según Charpentier, para instruir alpueblo con los relatos y las síntesis históricas,organizarlo mediante unas leyes, animar su vidareligiosa y litúrgica con cantos y salmos, hacerlereflexionar sobre el camino que tiene que seguirpor medio de las obras sapienciales.De esto se deduce la importancia del géneroliterario por estar en relación con el propósito quetuvo el autor bíblico al momento de querercomunicarse adecuadamente. El propósito de unproverbio no es el mismo que el de una carta o deuna historia. Por lo tanto, no se puede determinarlo que quiso decir el autor sin identificar el tipo degénero literario usado.Arens también señala que dentro de un libropodemos encontrar mini-géneros, conocidoscomo formas, por ejemplo, la cita de algún himno,refrán, diálogos y disputas, la inclusión de unamisiva o un poema. Pero la obra como conjuntoserá, por ejemplo, del género histórico si el escritor sepropuso narrar acontecimientos históricos, con elfin de informar al lector.El género y la forma literaria son esencialmenteiguales, sin embargo, se distinguen por suextensión. Se habla de “formas” para distinguir lasunidades que constituyen la obra, de la obra mismacomo un todo, que se califica según su propósito(informar, exhortar, orientar, entretener) como“género” (histórico, epistolar, novelesco).El mismo Arens señala que cuando sabemosdiferenciar los géneros literarios podemos sabertambién cuál es su propósito, pero el problemasurge cuando no conocemos los géneros literariosde la Biblia, instintivamente tendemos a pensar quetal género debe ser semejante a alguno que síconocemos. En consecuencia, pensamos que elmensaje (y el propósito) del autor bíblico debe sertal o cual cuando en realidad es otro. Así, porejemplo, el hecho de no conocer el géneroapocalíptico (pues no es de los empleados hoy),conduce a pensar que se trata del género devaticinios o anuncios futuristas que conocemos porel género moderno de ciencia ficción, y enconsecuencia se piensa que el propósito delApocalipsis es el de informar acerca de losacontecimientos que sucederán antes del fin delmundo.Sin embargo, este género literario era comúncuando su autor lo empleó, tenía por finalidadanimar a los perseguidos por su fe, a permanecerfieles a Dios hasta el final, porque aunque parezcaque Dios los ha abandonado, al final los premiará;no triunfarán las fuerzas del mal, sino Dios y lossuyos. Para comunicar este Mensaje los autores dellibro de Daniel (7-12) y del Apocalipsis emplearonun género literario muy conocido en sus tiempospero en desuso hoy.Entre los géneros literarios que incluye la Bibliatenemos: historias, leyendas, anécdotas, epopeyas,sagas, mitos, fábulas, etiologías, narracionesnoveladas, relatos paradigmáticos, crónicas, anales,diarios, itinerarios, genealogías, listas, catálogos,testamentos, autobiografía, plegarias, cánticos,salmos, himnos, credos, leyes, preceptos,mandatos, decretos, exhortaciones, litigios,apologías, controversias, cartas, proverbios,bendiciones, lamentaciones, parábolas, sentencias,pronunciamientos, proclamaciones, alegorías,diálogos, discursos, diatriba, oráculos, profecía,apocalíptica.46CONSENSUS 16 (1) 2011
Ángel Gómez NavarroExégesis y hermenéutica bíblica: principios teológicospara la interpretación de los textos bíblicosSéptimo: Debemos interpretar con el mismoEspíritu con el que fue escritoEste criterio o principio implica tener en cuentaque no se puede separar la misión del Espíritu de lamisión de Jesucristo, Verbo Encarnado. Porejemplo, en los textos de San Pablo y San Juan, lapalabra “verdad” significa fundamentalmente laRevelación que Dios nos hace de su designiosalvífico. Y esta salvación se ha realizado en mododefinitivo en la persona de Jesucristo; y esto es,precisamente, lo que el Espíritu Santo buscaactualizar en cada uno de nosotros. De modo queen la Iglesia no se puede comprender la Palabra deDios prescindiendo del mismo Espíritu que la hainspirado siempre.De la Potterie señala que el fin último de la exégesiscristiana es la comprensión espiritual de la SagradaEscritura a la luz de Cristo resucitado, y esto, unavez más, sólo es posible por la acción del Espíritu.Al respecto, el mismo Concilio Vaticano II subrayaque“como todo lo que afirman los hagiógrafos, o autoresinspirados, lo afirma el Espíritu Santo, se sigue que loslibros sagrados enseñan sólidamente, fielmente y sinerror la verdad que Dios hizo consignar en dichos librospara salvación nuestra” (DV 11). Por consiguiente, esel Espíritu el que interpreta las Escrituras en orden a laverdad salvífica y no a otras concepciones que pueden serpropias de las ciencias humanas.A MODO DE CONCLUSIÓNEl proceso de interpretación bíblica hoy no sólo esexigida por la predicación misionera de lascomunidades eclesiales, sino también por lascelebraciones litúrgicas, por los grupos de estudiobíblico y de oración y por las personas que buscanconocer y amar más a Jesús. En realidad, todo estoresponde al impulso dado por el Concilio VaticanoII al reafirmar la centralidad de la Escritura en lavida cristiana; y por las recomendaciones de JuanPablo II, quien decía que “es conveniente delimitar bienel sentido propio de la Escritura desechando interpretacionesindebidas que le hacen decir lo que no intenta decir”(Mensaje a la Academia Pontificia de las Cienciasdel 22 de octubre de 1996).Para lograr este cometido, la mayoría de losexegetas siguen el método histórico crítico queimplica la crítica textual (la misma que presupone unconocimiento de las lenguas bíblicas y parte delsupuesto de que no tenemos textos originales sinosólo copias), la crítica redaccional (todo texto bíblicoes fruto de un proceso de redacción antes de llegar asu forma final), la crítica de las tradiciones (todo textoestá vinculado a una tradición religiosa desde suexpresión oral hasta su fijación escrita), y la críticaliteraria o de las formas literarias (que establece losgéneros literarios propios de un determinado país oentorno cultural para manifestar los pensamientosy sentimientos; está muy ligado al contexto osituación vital denominado "Sitz im Leben").Sin embargo, el documento de la PCB puntualizaque“aunque la interpretación de la Biblia sea tareaparticular de los exegetas, no les pertenece, sin embargo,como monopolio, ya que comporta, en la Iglesia, aspectosque van más allá del análisis científico de los textos. LaIglesia, en efecto, no considera la Biblia simplementecomo un conjunto de documentos históricos concernientesa sus orígenes. Ella la acoge como Palabra de Dios quese dirige a ella y al mundo entero, en el tiempo presente”.(Parte IV Introducción)Es necesario asumir el desafío de determinar elcorrecto sentido literal del texto bíblico, evitandocualquier subjetivismo en la interpretación bíblicaque nos lleva al peligroso fundamentalismo,buscando descubrir el sentido espiritual orientado ala transformación personal y social en Cristo.Recordar que no se trata sólo de un proceso deinterpretación intelectual sino también vital, para locual es necesario leer con el mismo Espíritu conque fue escrito el texto bíblico.Dios sigue comunicando su Palabra de Vida ennuestra situación actual a través de la predicaciónmisionera. Por ello, no sólo es importante lainterpretación exegética que trata de comprender loque significaron los textos bíblicos en su contextooriginario, sino que también debemos preocuparnospor la interpretación hermenéutica que buscaactualizar la Buena Nueva a nuestro presentehistórico con la finalidad de provocar las respectivastransformaciones individuales y colectivas, históricasy socio-culturales, pues como lo indica la PCB “laactualización es posible porque la plenitud de sentido del textobíblico le otorga valor para todas las épocas y culturas” (cf. Is40, 8; 66, 18-21; Mt 28, 19-20). El Mensaje bíblicopuede a la vez relativizar y fecundar los sistemas devalores y las normas de comportamiento de cadageneración. La actualización es necesaria porque,aunque el mensaje de la Biblia tenga un valorduradero, sus textos han sido elaborados en funciónde circunstancias pasadas y en un lenguajecondicionado por diversas épocas. La actualizaciónse realiza gracias al dinamismo de la tradiciónCONSENSUS 16 (1) 2011 47