You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
FAMILIA MIGRANTE<br />
“PONTIFICIO CONSEJO PARA LA PASTORAL DE LOS<br />
EMIGRANTES E ITINERANTES”<br />
El futuro de la humanidad se fragua en la<br />
familia (Familiaris consortio, 86). Por este motivo, el<br />
compromiso de la Iglesia en favor de las personas<br />
migrantes e itinerantes incluye la familia, “lugar y<br />
recurso de la cultura de la vida y del verdadero amor,<br />
y factor de integración de los valores” (cf. Benedicto<br />
XVI, Mensaje para la Jornada del Migrante y el<br />
Refugiado, 2007).<br />
La familia es “la unión de vida y de amor, basada en el<br />
matrimonio entre un hombre y una mujer” y representa<br />
“un bien insustituible para toda la sociedad, que no se<br />
debe confundir ni equiparar a otros tipos de unión”<br />
(Benedicto XVI a los participantes en el Forum de<br />
las Asociaciones de Familias, 16 de mayo, 2008).<br />
La familia es el camino de la Iglesia, y la pastoral que<br />
se dirige a las familias de los migrantes e itinerantes<br />
se propone su integración (que no es asimilación)<br />
y/o cohesión. A veces, mantener unida la familia, o<br />
reunificarla, es un objetivo fundamental, pues sus<br />
miembros podrían llegar a separarse debido a la<br />
distancia o a la desintegración de la familia.<br />
Atención pastoral a las familias<br />
migrantes<br />
Durante la XVIII Sesión Plenaria desarrollada<br />
en Roma entre el 13 y el 15 de mayo de 2008 se<br />
examinaron los elementos necesarios para realizar<br />
un programa eficaz de atención pastoral a la familia<br />
en el contexto de la migración y la itinerancia, y se<br />
afirmó que la última Instrucción de la Santa Sede<br />
sobre la Migración, Erga migrantes caritas Christi<br />
(EMCC), constituye un claro impulso para esta misión<br />
pastoral. Nuestro ministerio debería permitirnos estar<br />
en comunión, ejercer la misión y, lo más importante,<br />
ser pueblo y familia de Dios.<br />
una separación temporal corta o larga, según las<br />
circunstancias. Cuando una persona migrante o<br />
itinerante se encuentra lejos de su patria, y el cónyuge<br />
debe afrontar solo la atención y la educación de los<br />
hijos, esto la lleva, en cierto modo, a descargar en el<br />
otro las responsabilidades de los dos. Esta situación<br />
puede causar tensión en la familia. Y podría también<br />
producirse una ruptura permanente, si el que ha<br />
dejado el hogar establece relaciones esporádicas<br />
con otras personas o una sola relación permanente.<br />
Esto puede menoscabar las relaciones con la familia<br />
que ha permanecido en el país de origen. Se trata,<br />
pues, de un reto para las familias mismas, y también<br />
para los que les prestan asistencia pastoral.<br />
Una espiritualidad de comunión, de unión y de<br />
solidaridad ayudará, decididamente, a los cónyuges<br />
y a la familia, a afrontar mejor los dolores y las penas<br />
de una separación temporal: si esa espiritualidad se<br />
mantiene viva mediante la oración y la comunicación,<br />
ayudará a superar las tentaciones de una separación<br />
permanente.<br />
Muchas familias, o una o más personas de una misma<br />
familia, emigran porque no pueden vivir con dignidad<br />
en su propio país y sociedad. Buscan un trabajo que<br />
los hace desplazar para mantenerse y mantener a sus<br />
familias. En especial, los migrantes indocumentados<br />
e irregulares abandonan su país dejando la propia<br />
familia, con la intención de enviar dinero a casa.<br />
Puesto que todas esas personas constituyen un<br />
recurso para las sociedades donde trabajan, a pesar<br />
de su situación jurídica, es justo que se busque una<br />
solución para su problema de separación temporal o<br />
prolongada de la familia.<br />
Esto se puede hacer, en primer lugar, estimulando la<br />
reunificación de las familias en los países receptores.<br />
La familia de los emigrantes e<br />
itinerantes<br />
Al seguir las directrices para la pastoral contenidas<br />
en el Documento arriba mencionado del Pontificio<br />
Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e<br />
Itinerantes, aprobado por el Papa Juan Pablo II el 1º<br />
de mayo, 2004, debemos prestar una mayor atención<br />
a las familias de los migrantes e itinerantes que,<br />
por definición, experimentan con mayor frecuencia<br />
Los migrantes llevan también su fe y sus devociones a los países de destino.<br />
MIGRANTES 13