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El agua que mueve a México<br />
Valle de México desde la Hacienda de los Morales, 1902.<br />
Autor: Conrad Wise Chapman.<br />
(Washington, EUA, 1842-Hampton, EUA, 1910).<br />
Medidas: 22 x 47 centímetros.<br />
Técnica: Óleo sobre lienzo.<br />
Fuente: Colección Museo Soumaya. Fundación Carlos Slim,<br />
AC / Ciudad de México.<br />
El conquistador español restableció la estructura de la Encomienda<br />
de Tacuba, la más grande del Valle de México<br />
otorgándosela a la hija primogénita de Moctezuma II, Tecuichpotzin<br />
o Tecuichpoch (“doncellita real”), bautizada<br />
Isabel por los españoles. Ahí tiene su origen la hacienda de<br />
los Morales, llamada así porque luego de 1540, con el afán<br />
de formar un criadero de gusanos de seda para la Nueva<br />
España se sembraron grandes extensiones de terreno de<br />
matas de mora. Un siglo después, en 1647 se iniciaría la<br />
construcción del casco cuyos dueños lo llamarían San Juan<br />
de Dios de los Morales, finca que perdura hasta nuestros<br />
días y que conserva su estructura original.<br />
Haciendas ejemplares<br />
La hacienda novohispana consistía en una unidad de producción cuya actividad económica<br />
tenía lugar dentro del sector agrario, inicialmente, diversificándose después en ramas como<br />
la ganadería, la extracción de metales, la manufactura y el comercio. Aunque su origen se<br />
mezcla con instituciones del siglo XVI como la encomienda y las mercedes reales, su apogeo<br />
ocurrió a finales del siglo XVII y principios del XVIII, época en que la organización de la vida del<br />
Virreinato giraba en su torno, constituyendo toda una forma de vida en la que se integraban<br />
elementos rurales, urbanos, individuales, colectivos, civiles y religiosos.<br />
Físicamente, la mayor parte de las haciendas estaba conformada por las tierras de labor y un casco, donde<br />
se concentraban la residencia del dueño y de los trabajadores residentes o temporales, la capilla o iglesia, las<br />
tiendas de “raya” y la escuela, además de las funciones administrativas y de servicio, el almacenamiento de<br />
cosechas así como los implementos para la producción y los animales de trabajo.<br />
En virtud de que llegaron a constituir unidades de producción agropecuaria, era indispensable<br />
que contaran con una infraestructura hidráulica a efecto de almacenar el vital líquido,<br />
conducirlo hacia un sistema de riego o emplearlo como fuerza motriz o, simplemente, utilizarla<br />
para consumo de hombres y animales.<br />
Algunas contaban con fuentes naturales como arroyos o manantiales, pero otras debían obtener dicho recurso<br />
de lugares externos, para lo cual se edificaron distintas obras de conducción con un único denominador:<br />
que existiera una pendiente para lograr la circulación del líquido por gravedad. En este sentido, se fabricaron<br />
canales de madera o de mampostería para distancias largas en terrenos poco accidentados; se construyeron<br />
arcadas de piedra de varios kilómetros de extensión para salvar caminos, barrancas o ríos; e incluso fueron<br />
perforados cerros para evitar costosos desvíos.<br />
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