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En la foto, Nolasko con sus compañeras
de equipo, Berta y María.
res en los que se acababa de instalar una depuradora,
ya que eso nos daba la posibilidad de poner
en marcha actividades artísticas que concienciaran
a sus habitantes de la importancia de seguir
ciertos hábitos para mantener la limpieza del agua”.
SUPERANDO BARRERAS
Para Nolasko, las barreras de comunicación no supusieron
ningún freno durante su estancia en Camboya.
Una de sus compañeras, Berta, sabía lengua
de signos, y la otra, María, fue aprendiendo con
el tiempo. Y aunque reconoce que le hubiera
resultado de gran ayuda dominar mejor el inglés,
esto no le desanimó en ningún momento.
“Cuando trabajaba con alumnado sordo, me servía
de recursos visuales y de mis nociones de ASL
para comunicarme con ellos. Con los alumnos
oyentes era más complejo, pero al final siempre
nos entendíamos, gracias a fotografías o dibujos”.
Respecto a la lengua de signos camboyana, Nolasko
explica que se trata de una lengua tremendamente
compleja, y poco utilizada en la actualidad.
“Durante la guerra fría, se generalizó el uso
de la lengua de signos americana (ASL) en detrimento
de la lengua de signos propia de Camboya”
comenta. “Afortunadamente, muchas de las
personas que aún la utilizan están esforzándose
por recuperarla”.
UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE
Al preguntar a Nolasko qué recuerdos guarda de
esta experiencia, sonríe. Solo puede calificarla de
inolvidable a pesar de las dificultades, la falta de
comodidades, y las largas jornadas de trabajo.
”Cada día aprendía algo nuevo. De mis compañeras,
que ya habían colaborado con el proyecto
en otros países; de profesionales que trabajaban
en otras organizaciones; de la cultura de Camboya;
y sobre todo, de mi labor con niños sordos. Formar
a estos niños me hizo recordar mi propia infancia,
y constatar lo importante que es para ellos
contar con un referente sordo adulto.”
Asimismo, asegura que le gustaría volver a colaborar
con el proyecto en un futuro, a ser posible en
otros países de habla hispana. “Para mí ha sido una
experiencia vital que me ha llenado de motivación
y ganas de superarme”. Por eso, anima a otras
personas sordas a participar en proyectos de este
tipo. “Cuando se tiene un sueño, hay que hacerlo
realidad. Ser sordo no es un impedimento.
Somos perfectamente capaces de brindar una
ayuda valiosísima a millones de personas que la
necesitan”.
CAMBOYA EN IMÁGENES
Antes de volver a España, Nolasko organizó en
Camboya una exposición fotográfica repleta de instantáneas
que resumen el trabajo realizado con
Through Waters. Además, elaboró una crónica
de su viaje en lengua de signos española y sistema
de signos internacional.
Todo este material está disponible en la web del
proyecto http://artwatereness.com/
Faro del Silencio
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