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Axel Alejandro Rojas Martínez (Comp.), Estudios Afrocolombianos ...

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Reseña de algunos capítulos de:<br />

<strong>Axel</strong> <strong>Alejandro</strong> <strong>Rojas</strong> Martínez (<strong>Comp</strong>.), <strong>Estudios</strong> <strong>Afrocolombianos</strong>, Aportes para<br />

un estado del arte, Editorial Universidad del Cauca, Popayán, 2004<br />

1. “Hacia los estudios de las Colombias Negras”, por Eduardo Restrepo<br />

Lo primero que debe resaltarse es que este artículo está referido a las comunidades<br />

negras del Pacífico colombiano. Excluye tanto a la población de San Andrés y<br />

Providencia, como a las comunidades negras del Atlántico. El artículo pretende hacer<br />

primero un recuento o retrospectiva de los estudios de las ‘colombias negras’; y<br />

segundo un análisis de algunos aspectos relacionados con el futuro de estos estudios. 1<br />

a) Retrospectiva: Entre los estudios que han trabajado explícitamente en una<br />

antropología e historia de los negros en Colombia, no se habla de un único y mismo<br />

objeto, por ende, considera el autor que lo negro como objeto disciplinario se ha<br />

constituido en plural, lo cual es evidente en la variedad de la terminología desarrollada:<br />

poblaciones, grupos, sociedades, comunidades, cultura/ s, raza o etnia/ s puntuadas de<br />

negras, afrocolombianas, afrodescendientes o negroides. Hay entonces diferentes<br />

objetos en el estudio de lo negro en Colombia. 2 Por el lado de la geografía, los estudios<br />

afrocolombianos se han centrado en la región del Pacífico (cerca de las tres cuartas<br />

partes de los estudios sobre el negro en Colombia se refieren a dicha región). Dado<br />

entonces que las representaciones de lo negro en Colombia han sido estructuradas<br />

teniendo al Pacífico como paradigma, puede denominarse este fenómeno como la<br />

pacificalización del negro en Colombia. Además de lo anterior, aunque los<br />

afrodescendientes se encuentren localizados mayoritariamente en centro urbanos (tanto<br />

en Pacífico, como en la Costa Atlántico, como en el centro del país), los estudios sobre<br />

el negro se refieren a las áreas rurales. Se puede en consecuencia plantear una<br />

ruralización en la producción académica del negro en Colombia. Debe agregarse el<br />

ríocentrismo como tercera categoría, dado que los estudios han sido centrados en mayor<br />

proporción en las zonas rurales de los ríos del Pacífico, que en las zonas costeras. 3<br />

En cuanto a las orientaciones conceptuales, tenemos lo siguiente: “son los años<br />

cincuenta donde se hacen los aportes a los estudios de las colombias negras desde un<br />

modelo afroamericanista inspirado en Herskovits, entre los sesenta y setenta se<br />

emplearon tres principales enfoques: el análisis funcional, el marxismo, y la ecología<br />

cultural. Para los ochenta, dos desarrollos importantes combinaron de forma creativa<br />

disímiles fuentes teóricas para dar lugar a la teorización de los modelos de producción<br />

en el Pacífico rural y a la sustentación de una más elaborada perspectiva<br />

afroamericanista. A estos dos desarrollos es necesario agregar las aplicaciones del<br />

estructuralismo francés, del interpretativismo norteamericano y del análisis de lo racial<br />

e identitario desde la antropología social británica contemporánea.” 4<br />

Las líneas de investigación adelantadas han sido las siguientes: 5<br />

• Continuidad África-América: entre ellos se encuentran los trabajos de<br />

demografía histórica, de rastreo de los lugares de origen y los etnónimos de los<br />

1 P. 22.<br />

2 Pp. 23-24.<br />

3 Pp. 24-25.<br />

4 P. 28.<br />

5 Pp. 29-34.


esclavizados, tanto la identificación del legado africano en los afrodescendientes<br />

como en la sociedad colombiana.<br />

• Movilidad poblacional: tiene un aspecto de análisis histórico orientado a la<br />

comprensión de los modelos y fases de doblamientos locales y regionales desde<br />

la colonia hasta el presente.<br />

• Esclavización y resistencia: aquí se estudian las experiencias y condiciones de la<br />

esclavización, como las distintas formas de resistencia de los esclavizados.<br />

• Estrategias económicas: se investigan las actuales prácticas, relaciones y<br />

estrategias económicas de las poblaciones negras.<br />

• Familia, parentesco y organización social.<br />

• Blanqueamiento y marginalidad: aquí se pueden identificar cuatro conceptos, los<br />

cuales son asimilación, marginalidad, discriminación y diferencia.<br />

• Discriminación y diferencia: aquí se preguntan por las relaciones raciales o<br />

étnicas que han constituido las poblaciones negras.<br />

• Relaciones interétnicas: aunque relacionados más con la noción de diferencia<br />

cultural, se han enfocado en las relaciones entre indígenas y negros.<br />

• Identidades, políticas de la etnicidad y movimiento organizativo: el autor la<br />

identifica como la “más febril” línea en los estudios de las colombias negras<br />

durante los últimos años.<br />

• Antropología de la modernidad: enfocados hacia un análisis antropológico de la<br />

modernidad como hecho cultural, y en particular en cómo sus diferentes<br />

dispositivos han intervenido en la dinámica de vida de las comunidades negras.<br />

• Violencia, derechos humanos y desplazamiento forzado.<br />

• Historias locales y etnografía del conocimiento local.<br />

• Oraliteratura: la exploración de la tradición oral de las comunidades negras.<br />

b) Hacia la constitución de los estudios de las comunidades negras: en el siglo XXI, los<br />

estudios de los afrocolombianos se transformarán de forma significativa, gracias a tres<br />

factores principales: 1. el creciente número de personas interesadas e involucradas,<br />

dentro y fuera del mundo académico. 2. los reacomodamientos en las experiencias<br />

histórico-culturales de las colombias negras, dadas las nuevas articulaciones con los<br />

mecanismos de dominación, explotación, violencia y hegemonía, así como los de su<br />

resistencia. 3. las rupturas teóricas y los reacomodamientos disciplinarios. 6<br />

Los estudios de los afrocolombianos son cada vez menos el objeto de un número<br />

reducido de expertos, gracias a que en disciplinas como la historia, la antropología y la<br />

sociología se ha ido incrementando el número de estudiosos dedicados a las colombias<br />

negras; y además, hay también un alto número de intelectuales, militantes y<br />

funcionarios que desde diferentes locaciones tienen un peso cada vez más grande. Otro<br />

factor determinante para el desarrollo de estos estudios negros es la globalización, ya<br />

que sus procesos influyen en las condiciones básicas de vida de los seres humanos, tanto<br />

como en sus experiencias y percepciones constituyentes de sus identidades. 7<br />

El autor menciona que, en cuanto a las características, se debe constituir un campo<br />

específico de estudio referente a las comunidades negras, más que profundizar en una<br />

antropología o sociología del negro en Colombia. Este campo nuevo sería claramente<br />

6 P. 34<br />

7 Pp. 34-36.


transdisciplinario, y uno en el cual se definieran modelos teóricos y metodológicos para<br />

comprender de una nueva manera las colombias negras. 8<br />

2. Formas de Construcción y Gestión de la Alteridad. Reflexiones sobre “Raza” y<br />

“Etnicidad”, por Elisabeth Cunin<br />

(Nota: ‘Alteridad’: “La introducción del multiculturalismo en Colombia tiende a<br />

transformar los términos empleados para designar la alteridad: los afrocolombianos o<br />

afrodescendientes sustituyen a los negros, la cultura a lo biológico, la etnicidad a la<br />

raza.” 9 ).<br />

La autora comienza por hacer un recuento de lo que era el negro esclavo en la época de<br />

la colonia. De acuerdo con el “universalismo cristiano” de Alonso de Sandoval, en la<br />

colonia se da lugar a unas formas de relaciones sociales y de gestión de la alteridad<br />

características de América Latina: el negro es un niño y debe ser educado por el amo,<br />

quien a su vez tiene sobre él una responsabilidad social y moral. El esclavo es un<br />

individuo inferior, lo cual se ve en su color, pero puede mejorarse. No es ni un animal ni<br />

un monstruo, ya que puede practicar la fe cristiana, pero es inferior al español. “(H)ay al<br />

mismo tiempo una diferencia entre los hombres que se ve en el color de la piel (y que<br />

justifica la esclavitud) y una unidad entre todos los seres humanos a través de una<br />

misma fe (de donde surge la necesidad de bautizar a los esclavos).” 10<br />

Seguido, se habla de Francisco José de Caldas, quien plantea una relación de<br />

dependencia entre lo biológico y lo social. “Si para Sandoval las apariencias físicas son<br />

superficiales y por ello pueden ser sobrepasadas en el mundo espiritual (jerárquicamente<br />

más elevado), para de Caldas son todo lo contrario: los rasgos físicos están primero y<br />

determinan el carácter, la cultura, las ideas, los valores de un individuo o de un<br />

grupo.” 11 Así, las ideas de de Caldas dan lugar a una serie de estereotipos relacionados<br />

con lo negro, presentados como rasgos objetivos y naturales, mirados científicamente.<br />

En tercer lugar, se analiza a Simón Bolívar. Aunque se piensa que Bolívar haya sido no<br />

sólo el libertador de Colombia sino de los esclavos, su posición en el proceso de<br />

abolición de la esclavitud fue muy ambigua. El movimiento de independencia estuvo<br />

sumergido en contradicción y ambigüedad en relación con las diferencias raciales: los<br />

criollos americanos tenían un doble discurso, ya que contra los blancos de la metrópoli<br />

se definían como americanos portadores de una herencia triple (europea, indígena y<br />

africana); pero al mismo tiempo volvían a ser españoles cuando buscaban preservar sus<br />

privilegios frente a ‘las castas’. Bolívar es víctima de esta contradicción en sus textos,<br />

pero a diferencia de de Sandoval o de de Caldas, “las distinciones fundamentadas en las<br />

apariencias dejan lugar a la pertenencia política común, dentro de la lógica<br />

homogeneizante del universalismo republicano”. 12 Así, si el negro es esclavo, no lo es<br />

por su color de piel, sino por el hecho de no ser actor de las luchas políticas.<br />

Después de esta reflexión sobre la construcción socio-histórica de las categorías de la<br />

alteridad, la autora pretende mostrar la multiplicidad y ambigüedad de las categorías de<br />

8 Pp. 36-37.<br />

9 P. 59.<br />

10 P. 62.<br />

11 P. 63.<br />

12 P. 65.


la alteridad que hay en las prácticas cotidianas. Así, “No se puede decir que existe una<br />

definición biológica, social o cultural de las razas: coexisten estas diferentes<br />

concepciones en las normas y estereotipos sociales.” 13 Deteniéndose en la obra de Nina<br />

de Friedemann, la autora alude al objetivo de de Friedemann, cual es el de rescatar las<br />

huellas de la africanía, afirmar el aporte africano a la historia colombiana, y visualizar la<br />

categoría negro en el campo científico, político, cultural y social. La obra de esta autora<br />

afirma la alteridad negra (ya que defiende la primacía de las diferencias), entendida más<br />

que todo en términos culturales. Así, el término etnia sustituye al de raza, basándose en<br />

una concepción de la alteridad que tiende a borrar toda dimensión biológica. “La<br />

etnicidad es una manera de afirmar las diferencias sin hacer referencia a la polémica<br />

cuestión de la raza, internacionalmente rechazada después de la segunda guerra<br />

mundial.” 14 Además de lo anterior, la autora menciona que de Friedemann define a los<br />

negros como “descendientes de los africanos”, y utiliza la nueva palabra<br />

“afrocolombianos”. Aquí la alteridad aparece como una forma de linaje históricocultural.<br />

De acuerdo con la autora, entonces, los textos de de Friedemann llevan a un<br />

interrogante científico y a uno político. “En el campo antropológico no sólo predomina<br />

la antropología cultural sobre la antropología física, sino que las culturas tienden a ser<br />

vistas como entidades cerradas, esencializadas, inmutables. Pero esa posición<br />

epistemológica tiene consecuencias en términos políticos, de una parte porque es<br />

utilizada por los actores como legitimación científica de sus reivindicaciones, de otra<br />

parte porque acompañó el proceso de elaboración del artículo transitorio 55 y de la ley<br />

70 (…) Estos interrogantes nos remiten a la tendencia actual de diagnosticar un<br />

‘racismo sin razas’. El tema principal no sería entonces la herencia biológica, sino la<br />

irreductibilidad de las diferencias culturales. Pero estas diferencias culturales actúan,<br />

paradójicamente, como una verdadera natura.” 15 Se argumenta entonces que el<br />

multiculturalismo, contrario al racismo, acaba generando nuevas formas de exclusiónun<br />

‘neorracismo cultural’, el cual no tiene una lógica de excluir para conservar la<br />

identidad de un grupo dominante, sino de excluir para conservar las peculiaridades<br />

culturales de minorías. 16<br />

Para ilustrar la anterior idea la autora nos muestra el caso del Palenque de San Basilio<br />

en la Costa Caribe, el cual pasó de ser ignorado y ser considerado subdesarrollado, a ser<br />

símbolo de una etnicidad afirmada y valorizada. Para alcanzar el estatuto de comunidad<br />

afrocolombiana, los palenqueros supieron valorizar un número de elementos que<br />

favorecían su caracterización e identificación, dándoles una significación positiva no<br />

encontrada antes. Entre estos se encuentran la lengua, la organización social, la historia<br />

y la religión. Por ende, con los palenqueros podemos ver un interesante proceso de<br />

inversión del estigma racial y de transformación de la categoría racial en categoría<br />

étnica. “La etnicidad palenquera aparece como la consecuencia de una diferencia<br />

cultural presentada como natural; por eso no puede ser compartida por los otros<br />

habitantes negros de la Costa Caribe. La afirmación reciente del derecho a la diferencia<br />

sólo concierne a un grupo reducido (los palenqueros en la Costa Atlántica, los<br />

habitantes del Pacífico a nivel nacional). Finalmente la población afrocolombiana es dos<br />

veces discriminada: una primera vez por su exclusión de la igualdad democrática, una<br />

segunda vez por su exclusión del derecho a la diferencia.” 17 “El nuevo paisaje<br />

13 P. 66.<br />

14 P. 67.<br />

15 P. 68.<br />

16 P. 68.<br />

17 Pp. 68-69.


multicultural y pluriétnico de Colombia tiende así a producir formas de alteridad<br />

basadas en la búsqueda de ciertas purezas culturales, que no es tan alejada de la limpieza<br />

de sangre o del mejoramiento de la raza del pasado. Esta misma lógica excluye del<br />

proceso de etnización a aquellos que no pueden exhibir o, más bien, producir pruebas<br />

de africanidad, es decir la mayoría de los individuos negros, especialmente los que<br />

viven en la ciudades.” 18<br />

Otro tipo de peligro ligado al multiculturalismo, menos percibido que el anterior, es que<br />

el proceso de sustitución de lo cultural a lo biológico tiende a invisibilizar la<br />

permanencia de formas de discriminación ligadas a los prejuicios raciales. No basta<br />

hablar de población o de etnia afrocolombiana para hacer desaparecer de un día a otro el<br />

prejuicio racial. 19 “(P)aradójicamente, el racismo es condenado por todos, pero sigue<br />

existiendo, a veces inconscientemente por parte de individuos con las mejores<br />

intenciones del mundo. Es un racismo implícito, encarnado en las relaciones sociales,<br />

transmitido en palabras y comportamientos anodinos.” 20<br />

3. La construcción de un modelo de ciudadanía diferenciada: el empoderamiento<br />

político de la población afrocolombiana y el ejercicio de la movilización étnica, por<br />

Teodora Hurtado Saa.<br />

A través de un ejemplo en concreto (el de la protesta popular en el norte del Cauca), la<br />

autora pretende exponer la evolución del discurso político y la inclusión de la identidad<br />

negra en la cultura colombiana. La autora divide la historia del movimiento social en el<br />

norte del Cauca en 4 etapas: de 1851 a 1910 (nacimiento y expansión de la producción<br />

agrícola campesina); de 1910 a 1950 (época de prosperidad económica de los<br />

campesinos negros); de 1950 a 1985 (implementación de la industria azucarera); y de<br />

1985 al presente (proletarización de la población y la integración de la comarca como<br />

parte integral del área metropolitana de Cali). Dentro del desarrollo histórico de cada<br />

una de las anteriores etapas, las formas más significativas de expresión popular han<br />

sido: la protesta del campesinado negro por la defensa de la tierra y la búsqueda de<br />

autonomía socioeconómica (etapas 1 y 2); movimiento político en el que esta población<br />

adquiere reconocimiento nacional; la protesta sindical, presentada en pleno proceso de<br />

industrialización (etapas 2 y 3); movimiento cívico en defensa de los derechos civiles<br />

(etapa 4); y el movimiento étnico, iniciado en los años 90, que se caracteriza por su<br />

dimensión nacional, y donde los afrocolombianos luchan por el reconocimiento de los<br />

derechos diferenciados y por el reconocimiento constitucional de dicho grupo social.<br />

Así, la población negra ha recurrido a los levantamientos populares como respuesta para<br />

desarrollar acciones políticas por la defensa de su propia causa, ante aquellos a quienes<br />

consideraban adversarios trasgresores de su bienestar y del cumplimiento de sus<br />

derechos, es decir, en contra de los terratenientes, la élite política payanesa, los ingenios<br />

azucareros, o el mismo Estado. 21<br />

Después de hacer un recuento histórico de los procesos de movilización hasta los años<br />

80, la autora determina que dichos movimientos tenían un enfoque fundamentado en la<br />

necesidad de defensa de la ciudadanía y la reivindicación de derechos civiles, sociales,<br />

políticos y económicos ligados a ésta. La ciudadanía en estas etapas se manifestó como<br />

18 P. 69<br />

19 Pp. 69-70.<br />

20 P. 70.<br />

21 Pp. 75-78.


campesinos, militantes políticos, adeptos sindicales y miembros de sectores populares.<br />

Se recalca igualmente que aunque las manifestaciones en contra de la exclusión por<br />

condiciones raciales estuvieron presentes, la discriminación por “ser negros” no<br />

constituye el eje central de su lucha. Por el contrario, en la década de los 90 (con el<br />

surgimiento de los movimientos étnicos y el reconocimiento constitucional de la<br />

pluriculturalidad colombiana) es cuando el componente étnico se expresa como una<br />

propuesta en contra de la discriminación racial, defendiendo la identidad y en beneficio<br />

de derechos diferenciados como pobladores negros. 22<br />

A continuación, la autora hace referencia al énfasis de su artículo: la construcción de<br />

ciudadanía a partir de la diferencia (o de la ciudadanía diferenciada). Aunque la<br />

población negra no tuvo representación en la Asamblea Nacional Constituyente de<br />

1991, “alrededor de ella se realizó una gran movilización de afrocolombianos y sus<br />

colaboradores que buscaban cambiar el modelo jurídico de la ciudadanía igualitaria,<br />

concebida como política de inserción social con exclusión y discriminación para<br />

aquellos ciudadanos, que siendo iguales ante la ley, se encontraban social, política,<br />

económica y culturalmente invisibilizados a causa de sus diferencias.” 23 La autora incita<br />

a los grupos que luchan por su participación en la democracia, a construir una identidad<br />

política en calidad de ciudadanos democráticos pero diferentes. En el caso de la<br />

población afrocolombiana, se trata también de modificar la identidad con la que fueron<br />

integrados a la cultura nacional, por una identidad distinta, gestada o apropiada por los<br />

mismos actores. Como parte del sector excluido de la sociedad colombiana, la<br />

población negra ha solicitado el reconocimiento de su identidad étnica y racial como<br />

estrategia para obtener legislaciones especiales (léase Ley 70 de 1993), y de igual<br />

manera con la Constitución de 1991 se consolidan los movimientos sociales y las<br />

organizaciones de tipo étnico de la población negra e indígena, y se determinan partidas<br />

presupuestales y programas de desarrollo social y económico para las regiones<br />

habitadas por dichos grupos sociales. 24<br />

La autora distingue 3 tipos de derechos étnicos en las propuestas políticas de los<br />

afrocolombianos ante el Estado, con significados y consecuencias distintas: 25<br />

• Derechos especiales de representación: el reclamo de derechos de grupo toma la<br />

forma de una demanda de representación especial en los procesos de decisiones<br />

políticas.<br />

• Derechos de autogobierno: dichos grupos son culturas, pueblos o naciones (en el<br />

sentido de que son comunidades históricas, algo institucionalizadas, en un<br />

territorio natal, con un lenguaje e historia propios). De tal manera reclaman el<br />

derecho de gobernarse a sí mismas, aunque estén dentro de la sociedad política<br />

en sentido amplio.<br />

• Derechos multiculturales: entre los reclamos de las comunidades se incluyen el<br />

financiamiento público de la educación bilingüe y de los estudios étnicos, y la<br />

suspensión de leyes que no permitan sus prácticas culturales. Con estas medidas<br />

pretenden expresarse culturalmente, sin impedir el éxito de las instituciones de<br />

la sociedad mayoritaria.<br />

22 Pp. 86-87.<br />

23 Pp. 88-89.<br />

24 Pp. 89-91.<br />

25 Pp. 91-92.


“En términos generales, los reclamos de derechos de representación y de derechos<br />

multiculturales constituyen de hecho una demanda de inclusión. Los grupos que se<br />

sienten excluidos desean ser incluidos en la sociedad global y, el reconocimiento y la<br />

acogida de su diferencia son considerados un camino para facilitar este proceso.” 26<br />

La conclusión a la que llega la autora es que la ciudadanía hoy en día es un concepto<br />

menos homogéneo y más diferenciado de lo que presumieron las sociedades<br />

democráticas. Los derechos pluriculturales constituyen un argumento completo a la<br />

ciudadanía diferenciada, ya que dividen a la población de un país en distintos pueblos,<br />

cada uno con sus derechos y con su propia comunidad política. Con la adopción de<br />

políticas culturales los Estados reconocen lo siguiente: que los grupos culturalmente<br />

excluidos están en desventaja frente al proceso político; que la solución consiste en la<br />

provisión de medios institucionales para la representación de estos grupos; que estas<br />

medidas institucionales deberían incluir fondos públicos, representación garantizada en<br />

las instituciones políticas, y derechos de veto sobre políticas que afecten directamente al<br />

grupo social; que los grupos culturalmente excluidos tienen necesidades propias y<br />

particulares que sólo se pueden satisfacer a través de políticas diferenciadas. La<br />

“propuesta étnica” como modelo de construcción de la ciudadanía, por ende, se basa en<br />

las diferencias reales y se encuentra en contra de la igualdad y la asimilación. Por tanto<br />

se aparta de los supuestos de movilización social anteriores, al igual que con la misma<br />

idea de ciudadanía. Se ha permitido mediante este tipo de políticas arribar a la identidad<br />

étnica de las poblaciones afrocolombianas, entendiendo ésta como una dinámica<br />

dirigida en 2 sentidos: la conformación de su identidad como ciudadanos, y como<br />

estrategia de inclusión social. 27<br />

26 P. 92.<br />

27 Pp. 92-93.

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