Quinta época año Vii - no. 228 precio $ 10.00 19 de septiembre, 2008

"Aquí …se respira el miedo"…
(Una vez más)
Una vez más y lamentablemente para nosotros los mexicanos,
la realidad encaja a la perfección con el slogan del
popular programa radiofónico "La Mano Peluda" producido
por el conductor Juan Ramón Sáenz, cuyo contenido narra
anécdotas de terror, suspenso y fantasmas, aunque el mismo
miedo se respira hoy, a lo largo y ancho de nuestra Nación,
en las calles, en las plazas, en los comercios, en todas partes,
pero por el temor al monstruoso daño que los vivos pueden
hacer hacia los mismos de su especie, llenando de sangre las
historias diarias de nuestras vidas, donde el miedo, sólo el
miedo llena cada rincón, cada lugar, cada avenida, pues lo peor
puede ocurrir en el momento más inesperado, dejando una
dolorosa herencia a su paso, sin importar quien caiga, ante
una fuerza policiaca cuestionada y cuestionable, por un lado,
y por el otro, una política de seguridad que ha sido rebasada
por la delincuencia.
Esta lamentable situación confronta los discursos con la
realidad, a diario escuchamos noticias sobre la captura de integrantes
de las más peligrosas bandas de delincuentes y hasta a
un Presidente de la República que advierte que no cejará en el
combate, sin embargo los secuestros, el narcotráfico, y ahora,
como ocurrió en Morelia, Michoacán, la plena noche del Grito
de Independencia, un cobarde atentado, con indudable mensaje
político por el lugar en que se protagonizó, entidad natal del
Felipe Calderón Hinojosa y que a la par es fuerte
centro operativo para cárteles de la droga, cobró
la vida de personas inocentes.
El repudio es indudable, pero la herida mayor
la tiene el enfrentar la cruda realidad: un gobierno
que ha sido rebasado insisto, pero que también se
ha encontrado con los niveles de corrupción más
graves de la historia y que están encadenados a los
intereses más sorpresivos, pues prueba de ello es
que los principales jefes operativos de muchas de
las bandas detectadas son ex militares o ex elementos
de fuerzas policíacas de los niveles municipal,
estatal o federal, el colmo de los colmos.
Pero los resultados, las consecuencias no sólo
las vivimos los ciudadanos con el miedo a recorrer
nuestras calles, sino también el empresario, el
clima no es propicio parla inversión y quienes
buscan asentar sus dineros en proyectos de desarrollo
lo saben: México no es la mejor opción
en éste momento. Esto genera crisis en materia
de desempleo, falta de oportunidades, inflación
y tantos problemas que pueden identificarse con
las palabras retraso y pobreza.
Nuestros gobernantes siempre prometen que
México saldrá del bache, lo triste es que ni hemos
Romina E. Valladares Ceja
Hop´ Ki´n • 13
salido desde el primero que históricamente se registró, pues si
alguien recuerda los tiempos de bonanza o por lo menos, de
mejor calidad de vida en los 60 y 70’s, representan un legado
desconocido por las nuevas generaciones, que a su vez, tienden
a volverse más violentas porque la realidad que conocen es sólo
ésta y para ellos no ha habido tiempos mejores, tiempos de añoranza
por lo positivo, lo pacífico, lo tranquilo, la calidad en sus
vidas, el empleo seguro, el bienestar para sus hijos, fuera de un
patético slogan que lastimó aún más por su incongruencia.
Los mensajes televisivos de esperanza, las promesas en los
discursos, las evasiones del tema por intentar calmar a una sociedad
lastimada que se duerme con la noticia de un atentado de
la delincuencia que enluta casi una decena de hogares mientras
remembran sus tradiciones es inadmisible, más aún cuando el
otro atentado diario, el de nuestras economías, tampoco refleja
un saldo favorable, se conjuntada sí toda una realidad desesperante,
de rencores, de rechazo y de pérdida de identidad en
una Nación que cada día responde menos a sus hijos, pues sus
instituciones han fallado y con escasas esperanzas de volverse
a levantar, esperemos que por las circunstancias difíciles y no
por la falta de capacidad o voluntad.
Si, en México se respira el miedo y no precisamente a los
muertos….sino a los vivos que convierten a los inocentes en
muertos.