Quinta época año Vii - no. 228 precio $ 10.00 19 de septiembre, 2008

La Gruta del Alux,
¿Quién paga los platos rotos
HUMBERTO GARCIA GAMBOA
Me siento orgulloso de la transmisión
de una serie de caricaturas
con manufactura netamente
regional, que pasa por Telemar. Es
La gruta del Alux una serie de caricaturas
de la era digital ya que está
hecha totalmente en Flash y tiene un
amplio público en varios canales de televisión
de la Península de Yucatán.
Aparecen diversos personajes
como Soots (murciélago); Tzahuayak
(Insecto Palo), Kisin (Diablo); Hatzaha,
(Viento malo de agua) y Aluxito,
que es el personaje principal, no
olvidar a la Tía Horchata (la ardilla)
y El abuelito.
Lo que me gusta es que promueve
la lengua maya al reutilizar vocablos e
interjecciones de esta cultura, pero lo
que no me gusta, y con todo respeto
a los realizadores, es que explota ese
estilo negro del humor en donde la risa
o lo chusco sólo puede extraerse desde
la ofensa y la ridiculización del tú.
La ofensa cómica como único
recurso para el entretenimiento. Me
recuerda un poco aquel famoso programa
de Jorge Ortiz de Pinedo, tan
degradante de la persona, plagado de
agresiones de un personaje a otro,
insultos, golpes, injurias en medio de
la risa absurda de un público que expresa
amargura burlona sobre aquel
personaje que es ridiculizado.
La Gruta del Alux es una creación
audiovisual muy ingeniosa y auténtica,
pero pienso que también refleja sen-
timientos negativos de una sociedad
quebrada, desgarrada por una realidad
inquietante.
Tal vez es fácil mofarse de aquellos
hombres y mujeres, hermanos
nuestros, portadores aún de alguna
característica autóctona y de cuyo
legado y sobrevivencia deberíamos
sentir admiración y respeto.
Creo que hay cierta dosis de
discriminación expresada en la serie.
Se expone caricaturescamente
lo que se considera que es lo más
chistoso de la sociedad o de aquellos
pobres que han quedado marginados
o debajo de la cultura mestiza predominante.
Hermanos contemporáneos, indígenas
cuya manera de hablar es satirizada,
a veces dolosamente. Si creen que
exagero, solo échenle un vistazo a una
de las letras de las canciones de la serie.
En el camión, tanto calor, te apesta
el tuch, te apesta el hoh, me marcho
hoy, voy a Xcaret, porque waaaay,
como te huele.
Sé que es una de las primeras manufacturas
y eso hay que incentivarlo,
sin embargo ¿Dónde quedan o en que
lugar estamos poniendo a toda esa
gente que utiliza para comunicarse
vocablos y acento maya No creo que
ellos sean motivo, como cultura, de
algún tipo de broma.
Las personas del centro del país
se lastimaban asimismos o se autoflagelaban
al ridiculizar a los
indios pata rajadas buenos para
nada, les llamaban también rancheros
indiorantes (mezcla de indio
e ignorante) pero hipócritamente
después los utilizan para retratar
lo autóctono o netamente mexicano
frente a los extranjeros. Es como
aquella persona que está en contra
de alguna característica de su propia
persona, la cual es incapaz de aceptar
y pone barreras o mecanismos de
defensa mofándose de ese mismo
aspecto en otras personas para evitar
enfrentar el propio dolor de no
aceptarse.
Tal parece que en el sureste detrás
de una animación cómica y colorida
tenemos nuestros propios prejuicios
y depresiones culturales que más que
construir nos retroceden al asumir
una actitud que nuevamente da la
espalda al crecimiento humano.
Sin embargo, y aunque es posible
que el simple hecho de retratar características
de nuestro pueblo, que
pueden ser un tanto incómodas y enraizadas
en el subcosciente colectivo
sea realmente una forma de ayudar.
Que deliberadamente está planteada
para enfrentarnos con miedos propios
e invitándonos a aceptarlo y a
reírnos de nuestros defectos. Pero
insisto, ¿por qué tienen que ser las
vidas, el lenguaje y los esfuerzos de
un pueblo y su cultura los que paguen
los platos rotos Email. humberto@
webcampeche.com
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