Quinta época año Vii - no. 228 precio $ 10.00 19 de septiembre, 2008

Nuevo Presupuesto,
viejos problemas
Jorge Meléndez Preciado
Desde el inicio del gobierno de Miguel
de la Madrid (1982), en México se
planteaban dos cuestiones fundamentales:
la inseguridad y el empleo. Las crisis en
las administraciones de Luis Echeverría
Álvarez y José López Portillo, dejaron
herida la economía y dieron rienda suelta
a los policías que hicieron de las suyas. En
éste último caso los ejemplos de Miguel
Nazar Haro y Arturo Durazo Moreno
bastan y sobran.
26 años después, estamos peor que
antes. Los sexenios de Carlos Salinas,
Ernesto Zedillo y Vicente Fox han ahondado
en los problemas mencionados para
la conducción del país. Baste decir que
en dicho cuarto de siglo es bien sabido
que sólo uno de cada cien delincuentes
es aprehendido y en lugar de crear un
millón de empleos o más cada año, si
acaso se llega a cuatrocientos mil cada
365 días. Por ello, más de quinientos mil
compatriotas emigran, en ese lapso, a
Estados Unidos.
El presupuesto del gobierno federal,
dado a conocer por el desbordante Agustín
Carstens, para 2009, si bien casi no
aumenta en relación con el año anterior,
si tiene un alza en los rubros aludidos:
seguridad y gasto social. En el primero,
la elevación será de 33 por ciento y en el
segundo, especialmente en los programas
sociales, aumentará 25 por ciento.
Las metas que anuncia Hacienda para el
año que viene, son un crecimiento económico
de tres por ciento y una inflación de
cuatro por ciento (aunque hay diferentes
noticias, algo inexplicable en un equipo
que ha centralizado la información).
Las cifras señaladas son importantes,
pues en realidad estamos, no obstante lo
que se diga, en una baja expectativa para
aumentar los empleos, ya que cuando
mucho se podrían crear 350 mil plazas,
lo que traerá como resultado que muchos
vayan a la llamada economía informal (58
por ciento de las ocupaciones actuales),
otros insistan en salir del país ya que no
tendrán mayores posibilidades de obtener
chamba y algunos más se dediquen a
tareas nada recomendables, como hacen
varios de quienes laboran con las diferentes
pandillas que asolan el territorio
nacional.
No obstante ese triste, negro panorama
se insiste que vamos por buen camino.
Necesitamos, por tanto, una economía
que aumente más del cinco por ciento,
como se había dicho en la campaña electoral
de Felipe Calderón y luego en sus
discursos ya instalado en Los Pinos. Algo
que no sucederá.
Cuando se supo que habría vientos
turbulentos en Estados Unidos los cuales
podrían impactarnos seriamente, Felipe
y Carstens dijeron: tenemos "un buque
de gran calado", el cual podrá surcar los
mares embravecidos sin problemas. Ya
vimos que no fue así, pues apenas tendremos
un 2.4 por ciento de aumento
económico, lo que no es irrisorio para las
necesidades presentes.
Lo más grave es que si en este año el
34 por ciento del presupuesto se captaba
de la venta petrolera, para el año que
viene esa cifra llegará a 36 por ciento.
Es decir, que seguimos dependiendo de
la exportación de crudo, por más que se
insista en la diversificación de la economía
o en las "grandes inversiones" que llegan
del exterior.
Según el rubicundo Agustín, la situación
de la economía ha sido más complicada de
lo esperado. Era lógico y lo advirtieron
innumerables voces, dentro y fuera del
gobierno. Pero lejos de escucharlas, el
problema se "intentó" resolver por medio
de anuncios televisivos y declaraciones
oficiales que pretendían hacernos sentir
que teníamos un país que ubicado entre
los primeros cinco a nivel mundial (sic
espotero). La cruda realidad, una vez más,
nos ha puesto en nuestro lugar.
Esta falsedad tampoco es nueva. Recuérdese
que Salinas hablaba que llegaríamos
a las ligas mayores con la entrada
al TLC. Zedillo aseguraba al final de su
mandato que íbamos por la ruta correcta
y estaríamos en el primer mundo. Y Fox se
vanagloriaba que teníamos una situación
privilegiada en el orbe y avanzaríamos
como nadie económicamente. Los tres,
asimismo, insistían que arreglarían la
inseguridad rápidamente. Incluso Ernesto
y Vicente hicieron grandes reuniones para
atacar la delincuencia sin freno y doblegarla.
Nada de eso ocurrió
Ahora nuevamente volvemos a las mismas.
Con un agregado, mucho de lo que se
erogará en obras sociales son programas
asistenciales del gobierno para conseguir
votos. Por ejemplo, se propone que el
Apoyo Alimentario a Vivir Mejor llegue a
26 millones de familias. O sea, los núcleos
vulnerables y con más necesidades serán
apoyados pero sabiendo claramente que el
recurso obtenido viene del gobierno albiazul.
Ello, se cree, hará que voten en julio por
los candidatos del partido de Calderón.
En Educación se otorga un aumento
ridículo de dos por ciento. Esto seguramente
traerá recortes en universidades,
institutos de educación superior y ciencia
y tecnología. Lo que evitará a los jóvenes
acceder a una licenciatura o continuar su
preparación en sectores importantes de
la investigación.
Extrañamente en Comunicaciones y
Transportes, sector básico para aminorar
la crisis- ya que la construcción genera
muchos empleos-, hay una baja de 19 por
ciento. Contradictorio con todas las obras
que se anunciaron durante meses.
Y la inflación se podrá desatar próximamente,
ya que habrá un aumento en
las gasolinas de 50 por ciento durante
2009. Lo que aterrará a todos aquellos
que se desplazan en vehículos privados.
Algo necesario entre millones ya que los
transportes públicos son deficientes y no
se dan abasto para mover a tanta gente.
La situación que viene no es optimista,
a pesar de los anuncios televisivos
y radiofónicos oficiales, por lo tanto:
prepárese para una situación de crisis.
No hay de otra.
jamelendez44@gmail.com
Hop´ Ki´n • 20