Quinta época año Vii - no. 228 precio $ 10.00 19 de septiembre, 2008
Quinta época año Vii - no. 228 precio $ 10.00 19 de septiembre, 2008
Quinta época año Vii - no. 228 precio $ 10.00 19 de septiembre, 2008
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
La anécdota<br />
Pedro Heredia Guerrero<br />
El Babe (3)<br />
Amables, eruditos y asiduos lectores, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> esta temporada<br />
<strong>de</strong> <strong>19</strong>23, en que la maravillosa inauguración <strong>de</strong>l<br />
Yankee Stadium, la conquista <strong>de</strong>l gallar<strong>de</strong>te por el equipo <strong>de</strong><br />
los "Yanquis" <strong>de</strong> Nueva York y sobre todo, la impresionante<br />
<strong>de</strong>mostración <strong>de</strong> po<strong>de</strong>río por parte <strong>de</strong> "Babe" Ruth, el Rey<br />
<strong>de</strong> los Deportes, como el ave Fénix, resurgió <strong>de</strong> sus cenizas,<br />
cobró nueva vida y lo que fue mejor: se ganó el respeto y la<br />
admiración <strong>de</strong> todos los amantes <strong>de</strong>l beisbol, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces y<br />
espero que para siempre, nadie du<strong>de</strong> <strong>de</strong> la honestidad <strong>de</strong> tan<br />
bello pasatiempo y todo ello gracias a un hombre que apareció<br />
en la escena beisbolera en el momento en que el hermoso <strong>de</strong>porte<br />
lo necesitaba: George Herman Ruth, el famosísimo Babe<br />
o "el gran Bambi<strong>no</strong>".<br />
Apenas habían pasado 4 años en que aquel sórdido episodio<br />
ensombreció el límpido cielo beisbolero, en el cual hasta<br />
el <strong>no</strong>mbre <strong>de</strong> los "medias Blancas <strong>de</strong> Chicago" se enlodó<br />
tanto que durante muchos años recibió el castigo <strong>de</strong>l público,<br />
que lo rebautizó, dándole el <strong>de</strong> los "Medias Negras". Cruda<br />
venganza ésta que se cobraron los Dioses <strong>de</strong>l Beisbol.<br />
Ruth prosiguió su racha jonronera y aún faltaba algo que<br />
lo convirtiera en el más gran<strong>de</strong> pelotero <strong>de</strong> todos los tiempos<br />
y ese algo llegó en <strong>19</strong>27. El Babe hizo la hazaña <strong>de</strong> conectar<br />
60 jonrones en esa temporada. Imagínense estimados lectores,<br />
dar esa cantidad <strong>de</strong> "bambinazos", con una pelota que<br />
casi era <strong>de</strong> trapo y que comparada con la actual <strong>no</strong> botaba ni<br />
la décima parte <strong>de</strong> lo que bota la <strong>de</strong> ahora. Creo sinceramente<br />
que el po<strong>de</strong>r que tenía Ruth en las muñecas, pocos, qué digo<br />
pocos, poquísimos jonroneros famosos pue<strong>de</strong>n presumirlo.<br />
¿No creen ¡Yo sé que sí!<br />
Pues bien, antes <strong>de</strong> comenzar la campaña <strong>de</strong> <strong>19</strong>28, el<br />
Babe, que para eso se pintaba solo, aprovechando la e<strong>no</strong>rme<br />
publicidad que todos los periódicos y revistas especializadas<br />
le habían hecho y apoyado en la fama y la idolatría que había<br />
adquirido, se aventó la puntada <strong>de</strong> pedir la exorbitante suma<br />
(para ese tiempo), <strong>de</strong> 75,000 dólares por la temporada.<br />
La prensa inmediatamente fue a buscarlo, con el fin <strong>de</strong> oír<br />
<strong>de</strong> sus propios labios si era verdad o mentira, dicha versión,<br />
ya que era <strong>de</strong>l dominio público. Ruth los esperó en el bar<br />
<strong>de</strong>l hotel don<strong>de</strong> se hospedaba, cómodamente sentado, con<br />
una cerveza en la ma<strong>no</strong> (Ruth era una gran bebedor) y un<br />
gran puro en la boca. Las preguntas llovieron a raudales y el<br />
Babe, que gozaba el momento pues se sentía como pez en<br />
el agua y estaba en su lodo como dicen en "La Perla <strong>de</strong> los<br />
Ríos" o sea Palizada, contestaba a todas con la bonachonería<br />
que siempre lo acompañó, pero a un reportero se le ocurrió<br />
preguntarle: "Oiga señor Ruth, ¿se da cuenta <strong>de</strong> que usted<br />
quiere ganar más que el Presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> los Estados Unidos,<br />
¿Cómo es posible eso". Ruth, ante el silencio y la expectación<br />
<strong>de</strong> todos los presentes, le dio un gran trago a su tarro<br />
<strong>de</strong> cerveza, una teatral chupada a su puro y lentamente se<br />
volvió hacia el reportero y contestó con esa agilidad mental<br />
<strong>de</strong> la que siempre hizo gala: "¡Claro que sí, todo el mundo<br />
sabe que yo hice mejor trabajo que él!" y ¿qué creen ¡Le<br />
dieron el sueldo!<br />
A raíz <strong>de</strong> eso, se suscitaron miles <strong>de</strong> anécdotas, una <strong>de</strong><br />
ellas es que un día, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> cobrar, salió a la calle con<br />
el montón <strong>de</strong> billetes en la ma<strong>no</strong>, ante la vista <strong>de</strong> todo el<br />
mundo (era muy ostentoso el Babe, parte <strong>de</strong> su personalidad)<br />
y junto al edificio que albergaba la oficina <strong>de</strong> los Yanquis<br />
había un bolero y Ruth se sentó a limpiarse los zapatos.<br />
El humil<strong>de</strong> limpiabotas le dijo: "Mister Ruth, yo quisiera<br />
ganar tanto dinero como usted, ¿cómo le hago". El gran<br />
jonronero le contestó: "Pues <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> bolear zapatos y ponte<br />
a dar jonrones".<br />
Seguiré con más anécdotas <strong>de</strong> este i<strong>no</strong>lvidable pelotero,<br />
en los siguientes números <strong>de</strong> Hop’ K’in.<br />
Hasta la próxima y por ahí <strong>no</strong>s encontraremos.<br />
Hop´ Ki´n • 23