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valor, ya sea como niño/as de la calle o como niño/as subempleado/as y sobreexplotado/as. Y lo peor:
cada vez que ustedes organizan una guerra de baja, regular o alta intensidad, ya sea contra el narco o
contra sus metáforas, la gente que primero mandan a morir en ella, por todos los bandos, es la gente
adolescente. Así ocurrió en las Malvinas, en Sarajevo, en Afganistán, en China o donde sea. Nos sacrifican
en forma inmisericorde y no nos dejan expresar nuestra opinión, no nos toman en cuenta para
sus decisiones, tan sólo nos hipotecan, tan sólo lucran con nuestra persona. No nos reconocen como
seres humanos completos y reales.
Discurso manifiesto del grupo dominante:
--Les falta educación familiar y pública. Hay que educarlos o hacer que lo/as eduquen. Hay que
mejorar nuestras instituciones de educación para la realidad. Hay que mejorar nuestros panópticos
y campos de concentración legal del pueblo o la gente en edad adolescente. Tienen que aprender a
respetar la propiedad privada si desean ser libres dentro de la democracia realmente existente, de otra
manera son delincuentes o terroristas.
Discurso oculto del grupo subordinado:
--Les ocupamos impropiamente su propiedad privada. Nos apropiamos de algo que no es nuestro: el
arte, la escritura, el espacio, la ciudad... Hacemos propio de la gente adolescente el mundo del espíritu
y el arte, el mundo de la libre opinión y la dignidad absoluta de la persona humana. Mostramos nuestra
presencia real en el orden material de la polis o ciudad sociocultural, marcamos la arquitectura urbana
con nuestra fuerza libertaria directa. Como nos sabemos considerado/as como “cosas” ordenadoras
de la herencia del padre, el patrón y el patriota, actuamos directamente contra nuestras semejantes,
“las otras cosas públicas”. Hacemos que choquen las cosas, para ver si ustedes se dan cuenta de que
“sus” cosas chocan por donde ustedes ni se dan cuenta. Hacemos lo que queremos, que, en apariencia,
es muy poco: queremos expresarnos, ser de veras libres, pensarnos con conciencia de artistas del
pueblo; pero que, a la larga, puede significar mucho en la evolución colectiva, pues realmente expresa
el ingreso en la unidad de la conciencia autopoiética de la existencia artística de los seres humanos.
Aunque nosotro/as tampoco tengamos claro todo lo que significa este gesto compulsivo.
Discurso oculto del grupo dominante:
--No nos hacen caso. Necesitamos reprimirlos para hacer que nos hagan caso. La represión significa
apretar los tornillos de nuestros aparatos ideológicos de dominación, es decir, hay que sacrificar más
adolescentes para que los rebeldes se domestiquen y entiendan que aquí sí mandan todavía el padre, el
patrón y el patriota, que aquí lo que rifa es poder tener en tus manos la vida de otras personas, sólo así,
pudiéndolas matar, sólo así te hacen caso y obedecen. Lo otro, gobernar con la razón y el sentido común,
sólo es utopía y sueño imposible. Será bueno dar tundas que escarmienten a los delincuentes. Y
estas tundas pueden ser en el alma o en el cuerpo, pero será mejor que sean en ambas partes. Hay que
tundirles duro para que no se salgan del huacal y nos ensucien más el mejor de los mundos posibles.
Discurso abyecto para todo mundo.
--Cada vez hay más razones políticas y sociales para reconocer que los adolescentes deben formar
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