00 horario andujar 2013.indd - Ayuntamiento de Andújar

La cuaresma en el año de la fe
Inmersos en el Año de la Fe, que el Santo Padre Benedicto XVI nos llama a
vivir a toda la Iglesia, nos adentramos en un tiempo especial de Gracia que
cada año nos encamina a una renovación profunda de la fe. Ciertamente, la
Cuaresma nos ayuda a preparar el corazón con ayuno, limosna y oración para renovar
comunitariamente nuestra fe católica en la Gran Solemnidad de la Vigilia Pascual.
En este año de la fe, la cuaresma, de acuerdo con la llamada del Papa
expresada en la «Porta Fidei», nos invita a redescubrir la alegría de creer y a renovar
el entusiasmo por anunciar esa fe. El Santo Padre manifestó desde el mismo inicio de
su pontificado «la exigencia de redescubrir el camino de la fe para iluminar de manera
cada vez más clara la alegría y el entusiasmo renovado del encuentro con Cristo» (PF
2), y en su motivación para convocar el Año de la Fe nos dice que lo hace «con la
intención de ilustrar a todos los fieles la fuerza y belleza de la fe» (PF 4)
Ciertamente la fe es un encuentro con la belleza misma, encarnada en la
persona de Jesucristo. En él encontramos la belleza divina, reflejada de forma perfecta
en su realidad humana. Y el contenido de dicha belleza nos recuerda el Santo Padre,
no es otra cosa sino el amor: «Dios, en el misterio de su muerte y resurrección, ha revelado
en plenitud el Amor que salva y llama a los hombres a la conversión de vida mediante la
remisión de los pecados (cf. Hch 5, 31).» (PF 6) En efecto, en Jesús contemplamos el amor
de Dios por los hombres, que se expresa en todas sus palabras, sus gestos y sus milagros,
pero sobre todo en su pasión, muerte y resurrección. Este amor es para el cristiano fuente
de una vida nueva: «Para el apóstol Pablo, este Amor lleva al hombre a una nueva vida:
«Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, lo mismo que Cristo
resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en
una vida nueva» (Rm 6, 4)» (PF 6).
La cuaresma, «el Año de la fe es una invitación a una auténtica y renovada
conversión al Señor, único Salvador del mundo.»(PF 6). A través del ayuno, la
abstinencia, la penitencia y la oración, despojándonos de la belleza minúscula de
las cosas superfluas, podemos contemplar mejor en Cristo la belleza de una nueva
- 4 -