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EDITA<br />
Hermandad de Nuestro Padre Jesús<br />
ante Anás, Santo Cristo del Mayor<br />
Dolor, María Santísima del <strong>Dulce</strong><br />
<strong>Nombre</strong> y San Juan Evangelista<br />
C/ Pescadores - 14 - 41002 Sevilla<br />
Tlfn: 954.91.51.50<br />
www.eldulcenombre.org<br />
hermandad@eldulcenombre.org<br />
boletín@eldulcenombre.org<br />
DIRECCIÓN<br />
José Antonio Rodríguez Benítez<br />
COLABORAN EN ESTE<br />
NÚMERO<br />
Manuel Paz León<br />
Manuel Filpo<br />
Eugenio E. Guerrero<br />
DISEÑO Y MAQUETACIÓN<br />
José Antonio Rodríguez Benítez<br />
FOTOGRAFÍAS<br />
Armando Mesa<br />
Ángel Jiménez<br />
José Antonio Rodríguez<br />
Archivo Hermandad<br />
Archivo Hermandad del Buen Fin<br />
FOTOMECÁNICA<br />
Fototec<br />
P.I. La Negrilla, Manzana 5,<br />
Nave 31 - 41016 SEVILLA<br />
Teléfono: 954 99 92 52<br />
IMPRIME<br />
Impresiones del Sur, S.L<br />
Parque Ind. PIBO. Avda. de Pilas, 4<br />
Teléfono: 95.577.65.20<br />
editorial<br />
Aquello que se rompió<br />
Sobre el teclado de mi ordenador escribí la palabra<br />
“Hermandad” y la introduje en un buscador. Me di<br />
cuenta que esa misma palabra tenía hasta 20 sinónimos<br />
que la identificaba: concordia, simpatía, amistad,<br />
fraternidad, solidaridad...<br />
La siguiente operación que hice en la red fue la de entrar<br />
en un foro en el que seres anónimos opinan, comentan,<br />
intercambian impresiones sobre hermandades y todo aquello<br />
que las rodea. Los 20 sinónimos que sobre la palabra<br />
“Hermandad” había leído se rompieron como el cristal al<br />
caer al vacío. Asaltaron la pantalla las palabras ruptura,<br />
separación, venganza, oposición...<br />
Ví lo que me rodeaba y comprobé que en mi Hermandad,<br />
algo había fallado; porque lo que leí en el foro se venía<br />
vendiendo por las silenciosas calles de San Lorenzo.<br />
Todos hemos sido culpables de que esta sinrazón haya<br />
llevado el buen y <strong>Dulce</strong> <strong>Nombre</strong> de la Hermandad a las<br />
páginas más polémicas de la prensa. Todos nos hemos desahogado<br />
en la calle, con nuestros amigos, vomitando nuestra<br />
indignación en los foros que a nadie importa pero que<br />
todos leen. Después de un proceso electoral incómodo, tal<br />
vez injusto, para unos y otros, ha llegado el momento de<br />
abandonar las posturas que nos han enfrentado, de las que<br />
todos somos culpables y únicos responsables.<br />
La Hermandad debe quedar reducida a una sola, en la<br />
que todos tengamos nuestro lugar, nuestras diferencias,<br />
nuestrass diferentes opiniones... pero que nada de ello desencadene<br />
en nuevos episodios que nos dividan de una<br />
forma tan amarga. <strong>El</strong> significado de la palabra Hermandad<br />
ha sido un juguete que en los últimos meses se ha tambaleado<br />
y que debe volver al lugar que siempre le correspondió.<br />
Durante los últimos cuatro años, un grupo de hermanos<br />
ha trabajado para que la Hermandad llegue a buen<br />
puerto. Nadie debe poner en duda la dedicación que cada<br />
uno de ellos ha depositado en su labor. Ahora, el sueño de<br />
comandar los designios de nuestra Corporación recae en<br />
otras personas que, con buena voluntad, tienen el difícil<br />
reto de unir lo que la torpeza del hombre separó. Dejemos<br />
que aquello que se rompió, se pueda recomponer.<br />
Luchemos para que el significado del término<br />
“Hermandad” vuelva ser el que siempre fue. Pensemos que<br />
cada una de las personas que ahora ocupan un “cargo” en<br />
la Junta de Gobierno, lo hacen para emplear su tiempo en<br />
una causa que nos compromete a todos. Todo el respeto y<br />
apoyo que les demos, sólo irá en beneficio nuestro.<br />
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