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Rincón para la Reflexión. Escriben los amigos de la SAMG
Colaboración
CUESTION DE ALTURA
Vista de un galacho
del Rio Ebro desde
el aire.
"galacho", como así de
denomina y conoce en
Aragón.
El hombre ha soñado con volar desde que nuestros ancestros
contemplaron por primera vez a las aves planeando en el
cielo, Entendiendo el vuelo como una nueva puerta a la vida y
nueva experiencia con la que poder disfrutar de unas vistas
panorámicas inimaginables, que permitan redescubrir la suntuosidad
y la riqueza del patrimonio que alberga las tierras en las
que vivimos.
De hecho, esto es lo que precisamente sucede en cuanto
nos elevamos unos pocos metros del suelo. Todo a nuestro alrededor
se transforma en una gran variedad de formas inmersas
en un ambiente muy especial y estéticamente sensible y espectacular.
Explorando un arte natural de espacios de la vida cotidiana
vistos con este especial privilegio, hasta este momento
imaginado y ahora contemplado.
Dice la letra de una Jota: "Habrá en España otros ríos, más
anchos y más profundos, pero río tan dichoso, como el Ebro no
hay ninguno". De ello podemos jactarnos, dichoso, sí, muy
dichoso de los paisajes que nos desvela a su paso por las tierras
que atraviesa. Unos paisajes que nos alientan a prestarle
reverencia y pleitesía. Un río que grita a cada paso, voces en la
locura de cada momento, voces de sosiego en sus zonas apacibles;
efervescente y espumoso. en otras, pero que no deja de
deleitarnos con su estilo y personalidad, sus colores y formas en
tierras aragonesas.
Como a veces no admiramos lo que tenemos más cerca,
propongo esta vista cargada de contrastes y de belleza a su
paso por las huertas de Zaragoza. Un paisaje que suscita elogios
por la perfección de su trazado formando un meandro ó
Sociedad Aragonesa de Medicina General
Cada época del año presenta
un peculiar encanto,
debido a las diversas tonalidades
que producen tanto
los campos como la propia
naturaleza, pasando de
verde intenso en la primavera,
por los tonos dorados
del cereal y amarillos de los
girasoles en verano, hasta
los ocres y marrones de los
campos labrados en otoño e invierno.
Se trata de una vista con excesiva rigurosidad topográfica,
que muestra huellas de la sensibilidad de los caprichos que la
madre naturaleza crea. Un paisaje en el que coexisten elementos
antiguos y modernos, formando figuras geométricas por el
diverso laboreo ejercido en los campos. Las pequeñas parcelas
que podemos ver, herencia de una característica histórica de la
España medieval, donde lo normal era que los minifundios floreciesen
el las tierras cristianas del norte. Forman curiosas figuras
geométricas que componen y nos proporcionan la idea de espacio,
volumen, superficie y línea. Parecen formar un gran desorden,
pero gracias a su celosa armonía confiere donosura natural
y artística
Destacando la perspectiva y equilibrio caprichoso de todas
estas formas, colores y luminosidad proyectada, fortificada la
imagen de un paisaje con agradables sensaciones visuales, que
recuerda a la escuela de pintura de Barbizón, en la que se buscaba
la inspiración de la naturaleza en sus cuadros. Esta imagen,
paisaje de la vida, de los sueños, de la identidad y de los símbolos,
transcurre en torno a un numen personificado y sobrenatural
conocido como Flumen Hiberus, como lo deificaron los romanos.
Siempre ha sido representado artísticamente a lo largo de la
historia como símbolo de Aragón, como así reza esta copla de
una jota:"Las tierras Aragonesas, vuelven al Ebro tan maño, que
al llegar a Zaragoza. ya va la jota cantando".
Gabi ( Lab. Andrómaco-Grunenthal)
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