La ocupación mediática del diálogo polÃtico: el caso de las disculpas
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Discurso & Sociedad, Vol. 5 (1) 2011, 41-70<br />
Adriana Bolívar, <strong>La</strong> ocupación mediática <strong>d<strong>el</strong></strong> diálogo político: <strong>el</strong> <strong>caso</strong> <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>disculpas</strong><br />
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65<br />
<strong>La</strong>s <strong>disculpas</strong> políticas, incluso <strong>las</strong> canónicas, no son totalmente validadas por<br />
los medios que <strong>de</strong>stacan la falta <strong>de</strong> credibilidad.<br />
39. Después <strong>de</strong> intercambiar duras acusaciones que reflejaron la división política <strong>de</strong><br />
América <strong>La</strong>tina, los presi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> Colombia, Álvaro Uribe, y <strong>de</strong> Ecuador, Rafa<strong>el</strong><br />
Correa, escenificaron ayer una reconciliación <strong>de</strong> dudosa credibilidad que,<br />
aparentemente, cierra una crisis que salpicó a todo <strong>el</strong> continente. (El País,<br />
08/03/2008)<br />
Conclusiones<br />
En este trabajo nos propusimos mostrar la forma en que los medios <strong>de</strong><br />
comunicación masiva ocupan <strong>el</strong> diálogo político con lo que para <strong>el</strong>los es <strong>el</strong><br />
diálogo <strong>de</strong>mocrático. Para lograr nuestro propósito <strong>de</strong>cidimos enfocarnos en<br />
los conflictos diplomáticos en los que estaba <strong>de</strong> por medio la lucha discursiva<br />
por la disculpa, como acto que tiene en la teoría pragmática la función<br />
primordial <strong>de</strong> reparar los daños u ofensas infringidas a otros. Al mismo tiempo,<br />
pusimos la atención en los actores involucrados en <strong>el</strong> proceso <strong>de</strong> negociación<br />
<strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>disculpas</strong>, por ser los responsables <strong>de</strong> mantener <strong>el</strong> diálogo <strong>de</strong>mocrático.<br />
Los datos nos mostraron que <strong>el</strong> diálogo político que se proyecta a través<br />
<strong>de</strong> los medios está ocupado por “crisis” que pue<strong>de</strong>n durar un tiempo<br />
consi<strong>de</strong>rable <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>el</strong> momento en que se inician con algún intercambio verbal<br />
o acción física transgresora, se intensifican, alcanzan un punto álgido, y luego<br />
se convierten en un “inci<strong>de</strong>nte” que queda atrás. Estas crisis diplomáticas, <strong>de</strong><br />
hecho, correspon<strong>de</strong>n a un macro-género que se va construyendo poco a poco<br />
conjuntamente con los políticos y los ciudadanos <strong>de</strong> cada país. De esta manera<br />
los medios, junto con los políticos, crean esquemas cognitivos (van Dijk, 2002)<br />
y marcos <strong>de</strong> referencia que toleran en alto grado <strong>el</strong> lenguaje transgresor e<br />
incluso <strong>las</strong> transgresiones <strong>de</strong> tipo físico, como <strong>el</strong> ataque a Ecuador <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
Colombia que, finalmente, a pesar <strong>de</strong> todo, no fue con<strong>de</strong>nado en la Cumbre <strong>de</strong><br />
Río. Los jefes <strong>de</strong> estado, en su afán <strong>de</strong> ganar terreno político, usan la disculpa<br />
como un arma po<strong>de</strong>rosa para llamar la atención sobre su po<strong>de</strong>r i<strong>de</strong>ológico (<strong>las</strong><br />
alianzas), económico (petróleo, tecnología, armas, energía nuclear), y proyectar<br />
su propia visión <strong>de</strong> los hechos políticos. Con <strong>el</strong>la marcan la diferencia,<br />
polarizan, y promueven un discurso amenazante.<br />
El discurso institucional <strong>de</strong> la diplomacia tiene menos espacio. Se<br />
<strong>de</strong>splaza la voz <strong>de</strong> la diplomacia profesional a la voz <strong>de</strong> los jefes <strong>de</strong> estado<br />
quienes efectúan <strong>el</strong> acto <strong>de</strong> disculpa en público, en un espectáculo muchas<br />
veces con sonrisas, abrazos y bromas que alivian la tensión, y en los que <strong>el</strong><br />
apretón <strong>de</strong> manos es obligatorio para s<strong>el</strong>lar la reconciliación. No obstante, la<br />
disculpa en la política no cumple la función pragmática fundamental en la vida