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cladísticos para tratar con distribuciones amplias, redundantes y<br />
extinciones.<br />
A estos enunciados se les llama asunciones o suposiciones 0,<br />
1 y 2 (Nelson y Platnick, 1981; Van Veller et al., 2000, 2001).<br />
Suposición 0. Las áreas con el taxón se consideran<br />
monofiléticas. El taxón ampliamente distribuido es una<br />
sinapomorfía (carácter derivado compartido). Suposición 1.<br />
Áreas pueden constituir grupos mono o parafiléticos.<br />
Suposición 2. Sólo una de las ocurrencias es considerada como<br />
evidencia; la otra puede “flotar” en los cladogramas. Las áreas<br />
pueden constituir grupos mono, para o polifiléticos. Estas<br />
suposiciones también exhiben una sintaxis lógico-deductiva, la<br />
cual puede adoptar la siguiente forma generalizada: Suposición<br />
1. Lo que es cierto para T1 (taxón 1) en área A en relación con<br />
T2 y T3 en áreas C y A-C, respectivamente, es también cierto<br />
para T1 en área C. Suposición 2. Lo que es cierto para T1 en<br />
área A en relación con T2 y T3 en áreas A-C respectivamente, no<br />
es necesariamente cierto para T1 en área C. El BPA se<br />
corresponde con la Suposición 0: En esta Brooks y McLennan<br />
(2003) consignan: Debe tratar con todas las especies y todas las<br />
distribuciones en cada entrada filogenética sin modificación, y su<br />
análisis final debe ser lógicamente consistente con todos los<br />
datos entrados. Para ello se genera la convención de la<br />
duplicación de las áreas (Apéndice). La sintaxis lógica es la<br />
siguiente: si cada área es tratada como un taxón único, la<br />
Asunción 0 es violada siempre que un área tenga una historia<br />
reticulada. Esto aparecerá como una homoplasia (convergencia<br />
o paralelismo) en el BPA primario. Bajo tales circunstancias,<br />
duplique las áreas relevantes hasta que la Asunción 0 no se viole<br />
más.<br />
Todas las suposiciones anteriores tienen una estructura<br />
lógica. De hecho, el modelo deductivo tiene sus raíces en la<br />
filosofía Aristotélica y su sintaxis se basa en la construcción de<br />
silogismos2 como el siguiente: Todos los hombres son<br />
mortales/Sócrates es un hombre/Sócrates es mortal. Se obtiene<br />
una inferencia lógica congruente con la realidad ontológica. En<br />
un segundo ejemplo: Todos los mamíferos son<br />
cuadrúpedos/Todos los humanos son mamíferos/Todos los<br />
humanos son cuadrúpedos. La deducción es impecable, pero<br />
errada, porque la premisa mayor, al menos en parte, es falsa y la<br />
inferencia es absurda. Por lo tanto, es obvio que algo<br />
correctamente deducido no tiene que estar correctamente<br />
explicado desde el punto de vista ontológico (Richards, 1998).<br />
Popper (1990) propuso para tratar con fenómenos reales la<br />
aplicación de una lógica proposicional o de probabilidades. La<br />
elegante lógica deductiva tendría una probabilidad = 1. Esa es la<br />
verdad lógica, que tiene una probabilidad absoluta de ocurrencia.<br />
Sin embargo, la verdad en condiciones de evidencias, la verdad<br />
ontológica, responde a una lógica probabilística. La<br />
probabilidad absoluta sería un caso especial de una probabilidad<br />
relativa real, no lo contrario.<br />
Kluge (2002) discrimina entre probabilidad clásica (todos<br />
los eventos son numerados; las probabilidades son conocidas;<br />
existe una predicción) y probabilidad histórica (sólo los eventos<br />
que han ocurrido pueden ser numerados; no existen<br />
predicciones, pero pueden realizarse comparaciones entre<br />
resultados). Por su lado, Grant (2002) aseveró que los biólogos<br />
evolucionistas están obsesionados con las operaciones de<br />
descubrimiento -el prisma a través de los cuales los científicos<br />
ven e interpretan al mundo, el cual es independiente de algún<br />
método en particular- y distingue entre operaciones<br />
nomotéticas (universales, predictivas) e ideográficas<br />
(retroductivas, históricas). Según Salthe (1985), lo nomotético<br />
se enmarca dentro del canon nomológico o hipotéticodeductivo<br />
por cobertura de leyes universales; enfatiza<br />
regularidades en patrones y procesos, mientras que lo<br />
ideográfico enfatiza diferencias: eventos y entidades<br />
individuales, trayectorias históricas.<br />
Historias y ontología<br />
Gould (2002) declara que principios generales pueden<br />
regular gamas de eventos, pero eventos particulares e<br />
impredecibles son los que hacen la historia. La historia no es<br />
una “maldita cosa tras la otra”. La historia es devenir, es<br />
trayectoria, y las trayectorias no devienen ni emergen en pistas<br />
impolutas hasta lo infinito, sino a través de contextos ecológicos,<br />
interaccionantes y co-constructivos. A la vez que la historia es<br />
una emergencia, es, simultáneamente, co-constructora de<br />
hechos. La historia se hace a sí misma de eventos e interacciones,<br />
a la vez que modela y co-determina eventos e interacciones. Lo<br />
que deviene y emerge no es necesariamente deducible, aunque sí<br />
puede ser explicado. La vida no es deducción, es desarrollo y<br />
evolución. Los hechos se desarrollan en contextos ambientales,<br />
naturales o sociales particulares, que constriñen la manera de<br />
expresarse el devenir; pero, además, también imbrican procesos<br />
y eventos casuales, contingentes, que pertenecen a dinámicas<br />
distintas, y que podrían o no haber concurrido para generar un<br />
devenir, una historia particular. La contingencia histórica limita<br />
las opciones evolucionarias (Kluge, 2002). En un contexto<br />
determinado sólo es más probable que ocurran determinados<br />
hechos, los cuales son muy poco probables que ocurran en otro.<br />
Gould (2002) propone que la estructura probabilística de los<br />
fenómenos históricos, su impredicibilidad, es una propiedad<br />
ontológica - consustancial- de la naturaleza. La incapacidad de<br />
predecir antes del hecho, sólo evidencia su complejidad. La<br />
capacidad subsiguiente de explicar con rigor después del hecho,<br />
puede lograr el mismo nivel de confiabilidad que cualquier<br />
resolución física bajo leyes invariantes. Ello es congruente con<br />
las tesis de Kauffman (1993, 1996, 2000) y Goodwin (1998)<br />
acerca de que la evolución es una conjunción de procesos<br />
deterministas intrínsecos de los organismos -considerados<br />
como sistemas dinámicos complejos autoorganizados y<br />
autocausales- y la contingencia histórica.<br />
Brooks, Van Veller y colaboradores enfatizan que la<br />
distribución espacial, su desarrollo histórico, es un fenómeno<br />
complejo, contingente. Por ello consideran que en la<br />
biogeografía histórica el enfoque apropiado es el de la historiade-los<br />
taxones, lo cual impugnan Ebach y Humphries (2003).<br />
Los biogeógrafos aludidos defienden operaciones de<br />
descubrimiento a posteriori. Sin embargo, estos análisis no son<br />
análogos a las explicaciones después del hecho, sensu Gould<br />
(2002), sino que tienen un sentido hipotéticodeductivo/refutacionista,<br />
según el marco epistemológico de<br />
Popper (Brooks y Mc Lennan, 2001; Van Veller et al., 2003). La<br />
36 COCUYO 15, 2005