nº 40 - Hospital de Basurto

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Aprendiendo a envejecer
Dr. Luis Carlos Hinojal Ortega
Médico Adjunto
Servicio Medicina Interna
No hay más que dos cosas inevitables
y una imposible: los impuestos y el envejecimiento
de un lado y, de otro, el sueño de
la eterna juventud. Desde hace años asistimos
a un envejecimiento progresivo de la
sociedad y como decía Don Sebastián en
la famosa zarzuela de la verbena de La Paloma:
“hoy las ciencias adelantan que es
una barbaridad”. Y es esta ciencia, la que
ha conseguido que nuestra esperanza de
vida al nacer sea de 76 años para el varón
y de 81 para la mujer, cuando en el año
1.900 era de 35 años.
Sin embargo aunque la sociedad envejece,
el ser humano tiene miedo al proceso
de envejecimiento. Como es lógico nadie teme
envejecer (considerando la alternativa......)
pero sí nos invade el temor del camino
que tenemos que recorrer. Miguel
Unamuno escribió: “ arropadme recuerdos
míos, que frío sopla en la vejez, así que se
secan los ríos ¡ay de la desnudez!”. Este
hecho creo que se refleja bien en las ansias
de ocultar la edad, los achaques etc. La
gran cantidad de personas que recurren a
la cirugía plástica para estirar las arrugas,
modificar la silueta etc. Nunca resultó tan
falso como en nuestros tiempos el aforismo:
En un siglo la
esperanza de vida ha
aumentado 40 años
“la arruga es bella” (no estaba tan
avanzada la cirugía estética y cada
uno se consoloba como podía).
Parece que queremos ocultar
la ancianidad y a los ancianos
si no parecen más jóvenes, es como
si nos recordaran que algún
día nos veremos decrépitos y terminaremos,
lo cual es inevitable.
Lo comparo a intentar bajar unas
escaleras mecánicas en las que
estamos subiendo.
Creo que la vejez no se improvisa,
uno envejece como ha vivido,
y el proceso de envejecimiento
se puede cuidar y retrasar,
mejorando la calidad de nuestra
vida, en definitiva dando cantidad
y calidad a los años pero mejorando
nuestro interior.
La arruga es bella
Volviendo a las arrugas (respetando todas
las opiniones), nos invaden con los
consejos para quitárnoslas y acudir corriendo
a algunos centros. En mi opinión el
rostro se define fundamentalmente por
ellas, y se forman por su fisonomía, por la
forma de mirar, la manera de reirse y, al cabo
de los años, mostramos lo que hemos
vivido, algo que nadie nos puede quitar, en
definitiva son nuestros hechos los que conforman
nuestro rostro, y más nos vale que
sean honrosos, para sentirnos orgullosos y
no entristecernos con el paso inexorable
del tiempo, así podrán arroparnos los recuerdos;
como alguien decía: una cara sin
arrugas es como un pergamino en el que
no hay nada escrito. Al fin y al cabo rejuvenecer
es volver a un estado biológico anterior
a una situación identificada con el
El doctor Luis Carlos Hinojal en Basurto.
tiempo anteriormente vivido, por muchos
estiramientos cutáneos para resultar más
jóvenes, no se puede revertir el estado biológico
de la piel, cualquiera que sea su grado
de envejecimiento.
Es el momento de recordar que muchas
de las grandes obras son de personas
mayores. Verdi escribió dos de sus mejores
óperas con más de 80 años, Victor Hugo
publicó su ultima obra a los 81 años, Arthur
Rubinstein tenía 89 años cuando dio
un concierto extraordinario en el Carnegie
Hall de Nueva York, y Andrés Segovia tocaba
la guitarra maravillosamente con más
de 75 años. El 66% de las grandes obras
han sido creadas por personas mayores.
Por todo ello vemos que la vejez puede
ser una etapa estupenda para completarnos;
pasado el verano y la primavera
¿quién dice que el otoño no pueda ser maravilloso?.
Reglas de oro
para envejecer bien
Coincidencias
para llegar bien a la vejez
1ª- Comprender y aceptar las situaciones sin trampa,
sin resignarse y buscando las mejores posibilidades.
2ª- Enfrentarnos a las nuevas situaciones con actitud
abierta y positiva permaneciendo bien, física y psíquicamente.
Picasso decía: “ cuando me insinúan
que soy demasiado viejo para hacer una cosa procuro
hacerla enseguida”.
3ª- Practicar una buena higiene mental y social evitando
la pasividad, y sacando lo mejor de nuestra personalidad.
Como le decía un centenario al dramaturgo
Jean Anouilh: “no crea usted como tantos que
deja uno de reir al envejecer; sin embargo, lo que sí
es cierto es que uno envejece cuando deja de reir”.
1ª- Una correcta alimentación, y en este sentido nuestra dieta mediterránea
es uno de los pilares fundamentales. En diversos estudios
con ratas se ha comprobado que la restricción calórica
les aumentaba la longevidad; como Lope de Vega seamos parcos
en la comida y bebida, y largos en el amor.
2ª- El ejercicio físico de acuerdo con las preferencias y gustos personales,
de manera habitual y continua; y así mismo la actividad
mental, interesándonos y preocupándonos por nuestro entorno,
aportando nuestro granito de arena para mejorarlo.
Así pues la línea a seguir es: “ vive, ama, trabaja, piensa,
aprende, da, ríe intenta persevera y sueña porque hoy es el primer
día del resto de tu vida”.
BASURTU