Fermentum Fidei Revista Digital

del poberello di Asís. Aquel
gran santo que desde su
pequeñez y humildad hizo
grandes cosas en bien de la
Iglesia, sobre todo le devolvió
el rostro sencillo de Aquel que
se hizo pequeño por nosotros
para engrandecernos, Jesús de
Nazaret.
De esta manera, el Papa
Francisco marcaba, ya desde
el inicio de su ministerio, el
itinerario que habría de seguir:
mostrar el rostro sencillo y
misericordioso de la Iglesia,
que también es Madre. Aires
nuevos para una Iglesia y un
mundo completamente
secularizados y muchas de las
veces corrompidos por el
pecado de cada uno de los
hombres y mujeres que
conforman la sociedad del siglo
XXI.
En este contexto, podemos
comprender la gran aportación
que el Papa Francisco ha
realizado no solo a la Iglesia de
hoy, sino al mundo y cada una
de las sociedades que
conforman el sistema universal.
El Papa habla no solo para la
Iglesia Católica, sino para el
mundo en general. Como
pastor de la Iglesia Universal,
no solo habla ni da discursos,
sino que se interesa por el
mundo y lo que vive
cotidianamente, ora por él y
trata de aportar proactivamente
a las circunstancias que se van
viviendo día con día.
Por ello, nos encontramos con
un Papa pastor, que es capaz
de dar la vida por sus ovejas.
En este servicio de pastor,
podemos encontrar a un Papa
capaz de comprender el
sentido más profundo y frágil
de la persona humana.
Francisco se convierte en el
rostro humano de la Iglesia.
Encontramos a un Papa que
defiende la vida humana en el
sentido más amplio de su
existencia, incluso desde sus
raíces más profundas que se
sitúan en el núcleo familiar.
Para el Papa francisco
adquiere gran relevancia el
sentido de la familia,
comenzando por la unión en el
amor del amor y la mujer que
son capaces de donarse y
engendrar vida, convirtiéndose
en co-creadores de la
existencia humana. En este
sentido, encontramos su
rotunda pronunciación en
contra del aborto, definiéndolo
como el acto más atroz y
horrible que el hombre puede
cometer, pues objetiviza a la
persona y la desecha como
cualquier otra cosa.
El Papa se interesa por todas y
cada una de las etapas de la
vida humana. Por ello condena
también la práctica de la
pederastia en defensa de los
más indefensos, argumentando
que esto es un acto de
cobardía que arrebata la
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